Historiador Niega La Existencia de Juan Diego 2
Historiador Niega La Existencia de Juan Diego 2
Historiador Niega La Existencia de Juan Diego 2
a, dice: *Muri el 154[f,8 Juan Diego a quien se aparecila amada Seora de Guadalupe de Mxico." La correspondenciadel toca ao esterrada,porqueal 1548 el signo4 pedernal. 8. no las Agrvanse dudasacercadela existencia del valor de todos esos o documentos el hechode que en con 1662 cannigoD. FranciscoSiles, el grandeamigo y adnirador de Sinchez,hizo que se solicitasede la silla apostlicala concesinde fiesta y rezo propio para el da 12 de y diciembre, en vez de remiti como era natural, en apoyo a la .peticin, algunosinstrumentosautntiun cosque asegurasen pronto y favorable despacho.slo acompa insancias los cabildosy de las de religiones. A lo menos podan haber ido que el Br. Snchez aquellospapeles para levantar cafic de bsstantes sobreellos su inaudita historia-De Roma se anunci en respuestaal envo de Un interrogatorio por el cual fuesenexaminados testigos los del milagro. Antes de que llegara, preparel cannigolo necesario para recibir la informacin. que en y efecto hizo a fines de 1665 prinse cipiosde 1666. documentoseperEl di en Roma y nunca seha pubticanicamente los do su texto:tenemos extractosque trae Florencia. stas de son las famosas inlormaciones que 1666 por el nmero de testigosy la calidad de muchos de ellos,se consideran como 'de los mejores de comprobantes la verdad del mi(126)
lagro de la aparicin. La informacin se hacla ciento treinta y cuatro aos despus de la fecha que se asigna al suceso,y claro es que no podan quedarya testigos de vista. Pero se encontraron oportunamente indios octogenarios y an ms que centenarios. que alcanzaron a padre o abuelos igualmente longevos. de manera que con dos vidas bast para remontarse a 1531 y ms all. Lo incomprensible es que antes de 1648 todo el mundo ignoraba la aparicin; no hubo escritor que la refiriese, ni aun por incidencia: el P. Bustamante predicaba un sermn que equivala a negarlal ninguno de esos ancianos de Cuautitln! que se hallaban tan bien informados por sus padres y abuelos, advirti a los capellanes de la ermita el valor del tesoro que guardaba; ellos ignoraban todo y eran unos 'Adanes dormidos"; el culto haba decado al extremo de no existir en lugar pblico de la ciudad de Mxico ms que una copia de la Virgen de Guadalupe; y en medio de ese silencio general. apenas publica el F. Snchez su libro sin comprobante, cuando la devocin vuelve a encenderse, toman parte en fomentarla corporaciones tan respetables como el cabildo eclesiastico: llvase el asunto por aclaracin a Roma; aparecen pbr todas partes testigos calificados que unnimes y bajo juramento declaran saber de mucho tiempo atrs lo que hasta entoncesnadie" ni ellos hablan sabido. Julio f99O
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T a lectura mis superfrcial de la I- informacin del Sr. Montfar. sin otra prueba. deja en el nimo una conyiccinabsoluta de que la hisnriafue inyentadadespus: sin emy bargo. a-los ciento diez aos hay quienes afirman haberla oido a los que la recogieronde la boca misma de Juan Diego. No me hara fuerza el caso si solamente tratara de los testigos indios. porque siempre han sido propensos a las narraciones maravillosas, y no muy acreditados por su veracidad; pero cuando veo que sacerdotes graves y caballeros ilustres aJrman la misma falsedad, no puedo menos de confundirme, considerando hasta dnde puede llegar el contagio moral y el extravio del senmiento religioso. No cabe decir que esos testigos se acercaban
a ciencia cierta con un perjurio; pero es visto que afirmaban bajo juramento lo que no era verdad. Es un fenmeno bastantecomn en los ancianos. y le he observado muchas veces, llegar a persuadirse de que es cierto lo que han imaginado. Se juzgar. sin duda. absurdo y atrevido desechar as un instrumento jurdico: pero el hecho es que la demostracin histrica no admite rplica y que las afirmaciones de unos veinte testigos de odas. por calificadas que sean. no pesan ms que la terrible informacin de 1556 y el mudo pero unnime y desapasionado testimonio de tantos escritores, y no menos autorizados que aquellos testigos,y que llevan a su frente al Ilmo. Sr. obispo Zumrraga.
A las informacionesse agregaron dictmenesde pintores y de mdicos. Los primeros afirmaron que aquella pintura excedla a las fuerzas humanas, y los segundos que su conservacin milagrosa. era Contra aqulloshay la declaracin pblica del P. Bustamante:l dijo en el pulpito que la imagenera obra del indio Marcosy nadie le contradijo. A los mdicospudiera decirse papeque seconservan muchsimos a les de mayor antigedad. pesarde quesonmsfrgilesque un lienzoy de que ruedanpor todaspartes. Los Sres.cannigosque en 1795 dieronel dictamencontrael sermn del P. Mier, decanque "los colores y se han amortiguado,deslustrado. en una u otra partesaltadoel oro,y el enzo sagradono poco lastimado". En todo caso la conservacin de la imagen sera milagro diverso y sin relacin alguna con el de la aparicin. Se cree tambinque la imagende Ntra Sra.de los Angeles en milagrosamente una se c,onserva pared de adobey nadie le ha atribuido por esoorigen divino. . a santa sede. obrando con I-l prudencia,dio largas al negoque cio.y aparece la devocinmexicana volvi a enfriarse un poco. porque el expediente durmi en Roma unosochentaaos,y hastase perdieron las informaciones de Fue precisoque un aconteci166. de mientotan notablecomola peste 1737viniera a revivir el fervor. La ciudad quisojurar por su patrona a y la Sma.Virgen de Guadaluper con
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tal motivo se renovaron en'Roma las instanciascn grandsimoempuje. El resultadofue la concesin del rezo el 25 de mayo de 1754. Para sacaruna copia exactade la imagen y enviarla a Roma en apoyo de las nuevasdiligencias,se hizo otra inspeccinde pintores el 30 de abril de 1751: entreellosestuvo el clebre D. Miguel Cabrera. quien imprimi despussu dictamen con el ttulo deMaravilla amerilo cana.Puedesuponerse que dirla ya un pinor preocupado con la general" el resultado de con creencia y la inspeccinde 1666, con la preque senciade altospersonajes, no le dejaban libertad. ni le hubieran toleradola menorindicacinde que habaen la imagenalgo que no fuey ra sobrenatural divino. y Aos despus en tiempos ya diversos, slo porque Bartolache public en la Gaceta anuncio de el su Manifiato satisfactorb,no falt quien le dirigieseun annimo tratndole de judo y conminndole dignos de su pecado,en con castigos esta o en la otra vida. Asi es que Cabreraexplic lo mejor que pudo, en convirtindolos primores.los defectosde artequesenotnen la pintura, y huy el cuerpo al ms aparente,cual es que las figutas doradel dasde la tnica y de las estrellas comoen una mantoestncolocadas plana en vez de seguirlos superficie pliegues de los paos. Bartolache hizo practicartercerexamendepintores.el25 de enero de 1787en presenciadel Sr. abady cannigode la de Las colegiata. declaraciones estos
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facultativos discrepan ya bastante de lo asentado por los antiguos. El tosco ayate de magueyse convirti en una fina manta de la palma iczotl:4seguraron que tenia aparejo. negaron algunas particularidades notadas por Cabrera, y en fin: preguntados si supuestaslas reglas de su facultad, y prescindiendo de toda pasin o empeo, tienen por milagrosamente pintada esta santa imagen, respondieron: "qu s, en cuanto alo sustancialy primitivo que consideran en nuestra santa imagen; pero no. en cuanto a ciertos retoquesy rasgosque sin dejar duda demuestran haber sido ejecutados posteriormente por monos otrevklan". La gravedad del caso exiga que hubiesen especificado qu era lo aadido por esas manos strevidas.
Grande es la distancia entre el entusiasmo Ce Cabrera y las fras reticencias de los pintores de Bartolache. No imagino que aqul obrara de mala fe. Vengamos a la tradicin, que es el arma ms poderosa de los apologistas,y tanto, que Snchez se habra atrevido a escribir con slo ella, aunque todo lo dems le faltase.Pero hay que saber primeramente si la tradicin existe y por todo lo que va ya apuntado se advierte que en nuestro caso no la hubo. Tradicin es quod uhique, quod semper,quod ab omnibus traditum est. Para que fuera quod semper seria preciso que viniese sin interrupcin desde los das del milagro hasta la fecha del libro del P. Snchez (1648):en adelante ya no hubo tra-
dicin,.pues el suceso se refiri en escritos. Precisamente en aquel periodo critico es donde nos falta. No la haba en 155cuando el P. Bustamante predic su sermn. porque si ya la hubiera, l no dijera lo que dijo o si lo dijera se habra levantado un clamor general contra el atrevido que atribua al pincel de un indio la imagen celestial. No la haba el 1575cuando el virrey Enrquez escriba su carta pues no logr saber el origen de aquel culto; ni en 1622 al predicar su sermn el P. Zspeda, que tampoco lo dice. l\T o la haba en el ao de 1646. I \ porque los capellanes mismos del santuario o ermita la haban ignorado e ignoraban, hasta que el libro del P. Snchez vino a abrirles los ojos. Dnde, entre quines andaba. pues, la tradicin? Tampoco es quod ab omnibw, porque ninguno de los distinguidos escritores de ese periodo la conocan, o a lo menos ninguno la crey digna de aprecio. No fue aqulla una poca remotisima y tenebrosa c,ondiez siglos de Edad Media encima; no vino despus ninguna invasin de brbaros que acabase con todo. Imprentas hubo que multiplicaron los escritos del argumento negativo: no se hall una qve diera uno de los documentos positivos que ahora se alegan. Si en uno o dos escritores siquiera, de los ms inmediatos al suceso,poco fidedignos que en lo demiis fueran, encntrara yo alusiones a la tradicin, ya creera yo por lo menos que corra entre el vulgo y que valla la (132)
pena de aquilatarla. Mas no scmo dar nombresde jurdiia y eclesitstradicinautntica tica a esaque en ninguna parte se halla. que el Sr. Montrifar y los de capellanes la ermitaignoran;que no encuentran cabida en ningn escrito;que tiene ms bien pruebas en contra y que al cabo de ms de por un siglo de silencio,aparece pri mera vez con asombro general en para levanlas pginasde Snchez, tarse luego grande, universal, no interrumpida en las declaraciones de los ancianos de 1666.que hasta entonceshaban callado como muertos y dejado perder hasta el culto de l imagenaparecida; esto Si debe entendersepor tradicin, no habrfbula que no puedacon ella. No quiero detenermea examinar los autoresposteriores bro al todos bebieron en esa de Snchez: fuente,aadiendo,desfilando,ponmiis y miis. derandoy exagerando Son autoresde segundamano, que no publicaron docummtonuevo.Entre ellos se distingueel P. Florencia por la multitud de pormenoresque refiere,sacados nadie sabede dnde, y algunostan inverosmilescomo el de la castidad que guard Juan Diego en su matrimonio, por haber odo un sermnde fray Tori: bio de Motolinia. Cmopudo avetan .riguar cosas intimas el autor de la relacinque Florenciadice haber visto. si no confesa Juan Diego? El fecundojesuitaemplela mayor partede su largavida en escribir historiasmaravillosasde Ntra Srade de Guadalupe, Ntra. Sra.de los
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Remedios. de Ntra. Sra. de Loreto. nuestra carne, jardn de flores o tiedel Santo Cristo de Chalma. del de rra celestial. oculta a los ojos del Santa Teresa, de S. Miguel de Tlax- hombre? Y a poco para no enconcala. y de los santuarios de la Nueva trarse con la Virgen y evitar una Gacia- Era el representante genui- reconvencin toma otro camino: no de la poca y tena sed de mila- esto no es candidez.sino ignorancia gros. En sus manos todo es maravi- absoluta de la religin que haba lloso. y cerr su carrera dejando in- abrazado. dito el Zodiaco marigno. que el P. iQu idea tena de la Sma. VirOviedo. del mismo instituto, refun- gen el buen Juan Diego, cuando con di y aument para drlo a la pren- esta pueril estratagema pensaba exsa. Libro detestable, que merecia cusarse de ser visto por la Soberana ms que otros estar en el Indice, por Seora? La falta cometida consistia la multitud de consejas, milagros en no haber acudido a la cita que falsos y ridculos de que eski atesta- ella le dio el da anterior, porque fue do. con no poca irreverencia de a Tlatelolco para pedir que se administrasen a su to Juan Bernardino Dios y de su Santsima Madre. Algn reparo merecen las inve- los sacrairentos de la penitencia y rosimitudes de la historia de la extremauncin. Nadie ignora. pues aparicin. segn la trae Becerra Mendieta lo dice. que "a los princiTanco. que pasa por ser el autor pios en muchos aos no se dio a los indios la extremauncin". La penims fidedigno. Juan.Diego era un indio recin tencia se les escaseaba. Cuando el indio quiso entrar a convertido: as lo dice Tanco, y lo confirman otras circunstancias. En la presencia del Sr. obispo, se lo los primeros aos slo a los prvu- estorbaron los familiares y le hicielos se administr el sacramento del ron aguardar largo tiempo. Quisiera bautismo, y rara vez a los adultos, yo saber qu Jamiliara tena el Sr. cuando daban seales extraordina- Zumrcaga en 1531;y cmo era que rias de su fe, o se hallaban en artcu- los indios encontraban difrcultades lo de muerte. Verdad es que lo re- para acercarse a un prelado que ciente de la conversin del indio, no siempre andaba entre ellos. al extreera en s un obstaculo para que reci- mo de que algunos espaoles se lo biese un sealado favor del cielo; tenan a mal. miis parece que su instruccin religiosa era escasa. T a ltima vez que Juan Diego se Luego que vio el resplandor y l-.t present al Sr. obispo le llev oy el concierto de pajarillos en el las credenciales de su embajada. cerro le ocurre una exclamacin que eran las rosas solamente, segn gentlica: "iPor ventura he sido tras- unos. y esas y otras flores segn ladado al paraso de deleites que otros. Ciertamente que la sea no llaman nuestros mayor* origen de era para ser creda. Se hace consistir {134) CONTENIDO Julo f 990 ,i
lo maravilloso del caso en que el indio hallaia las flores en la estacin del invierno y que estuvieran en la cumbre de un cerro estril. Lo primero nada tena de particular. porque los indios era muy aficionados a las flores y las cogan en todo tiempo. Vemos hoy que no hay mes del ao en que no se vendan en Mxico ramilletes de flores a precio nfimo. La segunda circunstancia no le constaba al Sr. Zumrraga: no saba en qu lugar se haban cortado aquellas flores. que bien ndan provenir de una chinampa. As que ninguna sorpresa poda causarles que cayesen al suelo flores cuando el indio descogi la manta. ni aquella sea serva para acreditar la embajada Pero al mismo tiempo de caer las flores apareci pintada en la manta la Santsima Virgen, 'T habindola venerado (el Sr. obispo) como aosadstial,le desat al indio el nudo de la manta, y la llev a su oratorio". Segn eso, gero en creer era el Sr. Zumnaga, y no puede atribulrsele cualidad ms ajena de su carcter escrupuloso y seversimo como era en materia de milagros. Disertan mucho los auores guadalupanos sobre cundo se pint la imagen; aunque todos concuerdan en que al soltar Juan Diego la tilma ya apareci pintadaEste fue el gran prodigio; pero tamfloco le constaba al Sr. Zumrraga. Si se le dijese que por un momento, al descogeda estuvo blanca la manta y en seguida apareci en (136)
ell la santaimagen.el prodigio hay bra sido evidente, como obrado a su vista no podaponerloen duda el Sr. Zumrraga.ParaluanDiegolo seria,pueshabiendosalido de casa con su mantablanca.la veia repentinamentepintada sin intervencin humana;mas no para el Sr. obispo. Este deba dudar. y con muy buenos fundamentos.del origen de la pintura El indio se haba ofrecia do animosamente traerle la sea que le pidiesey vena saliendocon unas flores que nada signifis6t' si hubiera obrado en presenciadel Sr. obispo alguna maravilla, como Moissdelantedel Fara& ya sera ora cosa. En seguidamuestrauna imagen pintada en su tilma. Slo por luz especial cielo poda haber conodel el cjdo instantneamente Sr. Zumraga que aquella pintura era celestiat sin eso,lo natural era pensar que aquel indio no haba hecho ms que procurarse de algn modo la imagen para dar fuerza con ello a la pobre credencialde las flores. Aunque no sepamosde cierto que ya para esa fecha hubiese en Mxico pintores,tampoconos consta lo contrario;y en todo caso,bien valiala pena de que en negociotan graveel cauto Sr. Zumfuraga hubiese averiguado muy detenidamente de dndevenala pintura,en vez de arrodillarseante ella tan pronto como la vio, quitarla desdeluego de los hombrosdel indio con sus propias manos y exponerla inmediatamente al culto pblico en su oratorio.
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Ningn obispo procedia tan de ligero y rnenos un varn tan grave. Otra circunstancia debi aumentar su justa desconianza: la imagen est pintada en una manta fina de palma. y no en un grosero ayate de maguey. que era la materia de que usaban sus tilmas los macehuales o plebeyos, como Juan Diego. [De dnde le habia venido esa capa tan ajena de su humilde condicin? El nombre de Guadalupe que la Santsima Vigen se dio a si misma cuando apareci a Juan Bernardino, ha atormentado a los autores y apologistas. "El motivo que tuvo la Virgen para que su imagen se llamase de Guadalupe -escribe Becerra Tanco-, no lo dijo: y asi no se sabe. hasta que Dios sea servido de declarar este misterio." Realmente es extraordinario que la Virgen, cuando se apareca a un indio para anunciarle que favoreca especialmente a los de su raza. eligiese eI' nombre ya famoso, de un santuario de Espaa: nombre que ninguno de sus favorecidos poda pronunciar, por carecer de las d y g el alfabeto mexicano. Asi es que fue preciso dar tormento al nombre. para traer por los cabellos otro que en la lengua mexicana se le pareciesey atribuir luego a las ordinarias corrupciones de los espaoles la transformacin en Guadalupe.De ah que Becerra Tanco conjeture que la Sma. Virgen dijo Tecuatlanopeuh, esto es. "la que tuvo origen de la cumbre de las peas" o Tecuantlaxopeul "la que ahuyent o apart a los que nos
comian". Notable diferencia hay, a mi ver, entre estasvocesy la de Guadalupe: no es necesario inventar dislates. Entre los conquistadores habia muchos andaluces y extremeos. grandes devotos del santuario espaol. que estii en la provincia de Extremadura. Ya antes haban puesto los descubridores el nombre de Guadalupe. que todavia conserva,aunque ya no es espaola. a una de las Antillas menores: y como dice fray Gabriel de Talavera (que imprimi en 1597 su historia del santuario de Espaa). "arraigse de esta suerte la devocin y- respeto del santuario en aquellos moradores (de ambas Indias) de forma que comenzaronluego a dar prendas del buen nimo con que habian recibido la doctrina, levantando iglesias y santuarios de mucha devocin con ttulo de Ntra en Sra. de Guadalupe. especial la ciu' dad de Macico de Nueva Espaa." Aqu tenemos ya declarado sencillamente el origen del nombre. por un autor que escribia en el siglo mismo de la aparicin, y la ignoraba. Los que emigran a lejanas tierras tienen propensin a repetir en ellas los nombres de las suyas"y a encontrar semejanzas,aunque no existan, entre lo que hay en su nueva patria y lo que dejaron en la angua. As Mxico recibi'el nombre de Nueva Espa4 porque dijeron que se pareca a la antigua; Y los extensos territorios descubiertos y conquistados por Nuo de Guzmn se llamaron la Nueva Galicia. por una soada semejanza con aquella Julio 199O
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pequea provincia de Espaa. Los espaoles,creyeron advertir que la imagen de la Madre de Dios venerada en el Tepeyac se pareca en algo a la del coro del santuario de Extremadura, y eso bast para qu le dieran el mismo nombre. As lo dice el virrey Enrquez.
bstenossaber que asi pas, Y que una de esasermitas fue la del Tepeyac. con el ttulo de la Madrc de Dios, sin advocacin particula( como lo indica Sahagn" lo declara el Br. Salazar en la informacin de 1556.y era natural que fuese para corresponder al nombre Tonantzin o nuestra Seora Madre, que tena el ero si la historia de la aparicin dolo adorado all. f, No sabemos en qu ao se labr no tiene fundamento histrico. I de dnde vino?, la invent por la ermita, ni qu imagen se puso en completo Snchez?No lo creo. Algo ella: tal vez ninguna por ser entonhall que le diera pie para su bro. ces muy escasas.Poco despus los Tal vez lleg a sus manos una rela- indios se dieron a hacerlas, para lo cin mexicana, a que aadira nue- cual se contaba ya con los discPuvas circunstancias como acostum- los de la escuela de fray Pedro de braban los escritores gerundianos, Gante" "y as es -dice Torquemacasi sin apercibirse de ello, sino lle- da- cosa muy ordinaria remanecer vados por aquel prurito de ponderar en cada convento de cuando en y exornar cuantos asuntos les caian cuando imgenes que mandan haen las manos. A esegremio pertene- cer de los misterios de nuestra reca Snchez y de ello da buen testi- dencin. o figuras de santos en que monio su insufrible libro. que quiz ms devocin tienen". Sin duda una por eso nunca se ha vuelto a impride stas fue la de GuadaluPe. Y mir. siendo la pieza capital del pro- hallndola bastnte bien pintada, ceso,y habiendo sudado tanto las devota y atractiva como realmente prensas con las historias de Ntra. lo es. la enviaron los regiosos a la Sra. de Guadalupe. Lo que puede ermit4 llevando a otra parte la que sabersepor documentos histricos y all estaba.si alguna haba: y cuanrastrearsepor conjeturas, es lo si- do los espaoles la vieron le dieron guiente: ese nombre por lo que antes he Los primeros religiosos levanta- dicho del mismo. ron. luego de llegados. muchas capillas y ermitas en diversos lugares; f T acia los aos de 1555Y 1556 a encendersela decon deseo de destruir la idolatra, lf. "o-"or prefirieron para colocar esaspeque- vocin con motivo de la curacin as iglesias aquellos sitios en que milagrosa que refera el ganadero, y antes se tributaba mayor culto a los se cont tambin la aparicin simdolos, y aun les dieron ttulos an- ple (a ese o a otro indio) de que halogos. Si en eso hicieron bien o mal, blan Juana Martn y Surez de Peno es sta ocasin de averisuarlo: ralta. Estaban entonces en boga y Julio 1990 CONTENIDO
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continuaron mucho despus las represenciones sacras de autos o misterios, que los indis eran aficionadsimos. D. Antonio Valeriano. indio ilustrado, catedrtico en el Colegio de Tlatelolco. tenia capacidad suficiente para esta clase de composiciones. El y otro aprovecharon la relacin de los milagros de Ntra. Sra. de Guadalupe. y tomando por base la aparicin que se refera. aadieron circunstancias que dieron forma y animacin a la piez4 sin intencin de hacerlas pasar por verdaderas. como suelen hacer todava los auoresdramticos. La historia de la aparicin tiene una contextura dramtica que a primera vista se advierte. Los dilogos entre la Virgen y Juan Diego; las embajadas al obispo; las repulsas de ste; el episodio de la enfermedad de Juan Bernardino; la'huida de Juan Diego por otro camino; las flores nacidas milagrosamente en el cerro, y por ltimo, el desenlacecon la aparicin de la pintura milagrosa ante el seor obispo, forman una accin dramtica. Esta seria la pieza o relacin mexicana que cay en manos de Snchez.quien la tom al pie de la letra y la dio por historia verdadera. Hizo lo dems el espritu de la poca. propenso a aceptar sin examen, como obra meritoria todo lo milagroso. Se haba contado la aparicin de Ntra. Sra. de Guadalupe a un pastor, y la sabrian por sus antepasados los testigos indios de las informaciones de 1666, fcilmente le acomodaron las circunstancias
que corran ya con general acePtacin. Haber puesto el suceso en el da 12 de diciembre provino sin duda de que en igual da de 1527fue presentado el Sr. Zumrraga al obispado. lo que en aquellos tiemPos equivalia a un nornbramiento en forma. Lo que no acierto a explicarme satisfactoriamente es por qu se puso el sucesoen el ao de 1531. Hay que notar, sin embargo. una rara coincidencia- Refiere Sahagn (lib. 8, cap. 2) que D. Marn Ecul fue el segundo gobernador de Tlatelolco, despusde la conquista: que gobern tres aos, '! en tiemPos de se.el diablo en figura de mujer andaba y apareca de da y de noche, Y se llamaba Cioacoatl". Haciendo el cmputo del tiempo en que gobern dicho D. Martn, segn los datos que ofrece Sahagn en el ProPio captulo. resulta que fueron los de 1528a 31; y por otro pasajedel mismo autor (lib. 1", cap. 6) sabemos que la diosa Cioacoal se llamaba tambin Tonanain. Aqui tenemos que por aquellos aos se hablaba entre los indios de aparicionesde la Tbnantzin. nombre con que ellos conocian a Ntra. Sra. de GuadaluPe, segn el propio P. Sahagn. He concluido, Ilmo. Sr., con el examen de la historia de la aParicin bajo el aspecto histrico. No he querido hacer una disertacin, sino unos apuntes para facilitar a V. S. l. el camino si gustase, de examinar por s mismo estegrave negocio. En el argumento teolgico no me es permitido entrar. V. S. I. sabr si los milagros estn debidamente comJulio 199O
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probados. en casode estadopruesi ban la apariciq si la santa sede hace declaraciones sobre /ecos; si la concesindel ofrcio y patronato explicita;si no se esuna aprobacin veces brelos han corregidomuchas viarios,y si algunano seha prohibido, despus mejor examen,una de misaya concedida mucho tieinde po atris. Catlico soy.aunque no bueno, Ilmo Sr."y devotoen cuanto puedo, Virgen;a nadie quede la Santsima rra quitar estadevocin;la imagen de Guadalupesersiemprela ms de antigua,devotay respetada Mxico. Si contra mi intencin, por pura ignorancia se me hubiese escapadoalguna palabra o frase mal sonante, desde ahoia la doy por que no escrita.Por supuesto, no niego la posibilidad y realidad de los las milagros:el que estableci leyes, o bien puedesuspenderlas derogarlas; pero !a omnipotenciadivina no suscepesuna cantidadmatemtica tible de aumentoo disminucin.y nada le aadeo le quita un milagro ms o menos. e todo coraznquisierayo que n I-f uno tan honorifico para nuestra patria fuera cierto, pero no lo en-
cuentro asi; y si estamos obligados a creery pregonar los milagros verdaderos, tambin nos est prohitrido divulgar y sostener los falsos. Cuando no se admita que el de la aparicin de Ntra. Sra. de Guadalupe (como se cuenta), es de estos ltimos. a lo menos, no podr negarse que esti sujeto a gravsimas objeciones. Si stasno se destruyen las apologas producirn efecto contrario. En mi juventud cre, como todos los mexicanos. en la verdad del milagro: no recuerdo de dnde me vinieron las dudas, y para quitrmelas acud a las apologas: stas convirtieron mis dudas en certeza cle la falsedad del hecho. Y no he sido el nico. Por eso juzgo que es cosa muy delicada seguir defendiendo la historia. Si he escrito aqu acerca de ella. ha sido por obedecer el precepto repetido de V. S. L Le ruego por lo mismo. con todo el encarecimiento que puedo, que este escrito. hijo de la obediencia, no se presente a otros ojos ni pase a otras manos; as me lo ha prometido V. S.I. Me repito de V. S. I.' afectisimo amigo y obediente servidor, que su pastoral anillo besa. Joaqun Garca lcazbalceta.
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Entre amigas
fue lAcaso asesinato? -Que Cuquita muri envenenada? -No. Ms bien, suicidio, o accidente:se mordi la lengua.
Self-made-men
-Yo empeca gananne la vida a los 14,vendiendo.chicle. -Yo, a los 6 con la msica: los vecinos me pagaban para que no tocara el piano. (144' CONTENIDO Juliol99O