Cap 2
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J. Andrés Domínguez
Antonio Aledo
INTRODUCCIÓN
Constructivismo social
1
Por ejemplo, fue la actividad cinegética de los pueblos amazónicos la que ocasionó la desaparición de
los grandes mamíferos de esta zona. Este hecho modificó de forma radical las cadenas tróficas del
ecosistema amazónico.
4
sobrenaturales. Por lo tanto, el filtro cultural por el cual pasa toda experiencia,
transforma todo lo real en producto social.
La posición realista
2
Por ejemplo, para Julian Steward (1955) la forma social conocida como banda patrilineal; es decir,
grupos de entre 25 a 50 cazadores-recolectores cuyo nexo de unión de las familias se establecía a través
de la descendecia paterna, debía su conformación a la adaptación a unas condiciones ecológicas
específicas -bajo determinados nivel tecnológico. Entre estas condiciones ecológicas destacaba la
6
Iniciamos la segunda parte de este capítulo con uno de los conceptos que más
repercusión ha tenido en la producción teórica sobre la sociedad contemporánea: el
concepto de riesgo. Su importancia se ha reflejado, a nivel sociológico,
fundamentalmente en dos sucesos:
2) En el uso del concepto de riesgo como característica principal que define la actual
sociedad como sociedad del riesgo (BECK, 1993), terminología que ha llegado
incluso al gran público a través de la generalización de su uso en los medios de
comunicación de masas. Ulrich Beck define sociedad del riesgo como “la época del
industrialismo en la que los seres humanos han de enfrentarse al desafío que plantea
la capacidad de la industria para destruir todo tipo de vida sobre la Tierra y su
dependencia de ciertas decisiones. (BECK, 1993: 31).
existencia de caza mayor que era ejercida por grupos de varones en coordinación lo que dio lugar a esta
forma de organización social
7
La segunda de estas teorías sobre el riesgo afirmaría que el origen del mismo se
encuentra en el cuestionamiento que la sociedad contemporánea se hace de su propio
futuro (LUHMANN, 1996a). Tal pregunta, de ascendencia moderna como el ideal de
progreso, aparece en el marco de un incremento de la racionalidad como clave de
relación social. Luhmann viene a coincidir con los planteamientos de Giddens acerca de
8
la reflexividad, pero enfatiza sobre todo dos cuestiones: a) la inevitabilidad del riesgo,
debido a la incontabilidad de las posibilidades de elección y b) la indeterminación del
futuro, pues al desconocer la totalidad de posibilidades también es imposible conocer
sus consecuencias.
En tercer lugar, y también en la línea marcada por Giddens, Bauman (1996) cree
que la sociedad contemporánea viene definida por el diseño total, la planificación e
intento de control del entorno. Según Bauman, el origen del riesgo se encuentra en ese
intento de control de las opciones de que disponemos, en su fracaso continuo y en la
toma de conciencia de ese fracaso.
Para finalizar este repaso, destaca sobremanera la obra de Ulrich Beck (1993;
1996; 1998). Este autor, si bien juzga adecuados los planteamientos de las teorías
citadas, añade un nuevo carácter a la consideración del origen del riesgo al proponer una
acepción distinta del término reflexividad en el marco de su teoría del riesgo, más
centrada en la relación medio ambiente – sociedad. Beck habla de reflexividad en
sentido de "especular" en cuanto que el proceso de toma de decisiones, en las
condiciones en que hoy se produce, da lugar a una serie de consecuencias que nos
afectarán antes o después, más o menos directamente. Habla, así, de
"autoconfrontación" social, en cuanto que se demuestra que las decisiones tomadas por
los diferentes actores sociales no tienen, necesariamente, consecuencias racionales aun
estando basadas en procesos de reflexión más o menos largos y, a menudo, obligan a la
propia sociedad a hacer frente a las externalidades de tales decisiones. Para este autor es
tan crucial el concepto de riesgo en las relaciones sociales que puede plantearse como
clave de funcionamiento general de la sociedad actual.
3
Más adelante volveremos sobre las reflexiones de Giddens sobre el riesgo.
9
Son tres, según Beck, las novedades que aporta la dinámica social sobre la que el
riesgo impone sus reglas. La primera, quizá la más importante, es que la sociedad
moderna se construye, desde sus inicios, sobre la destrucción de la naturaleza; es decir,
se eleva sobre cimientos provisionales que lo son en cuanto que la finitud y limitación
de los recursos es fácilmente comprensible. En segundo lugar, debido a lo nuevo que
son estos riesgos, la sociedad puede verse desestabilizada cuando tome consciencia de
ellos y, más concretamente, de su desconocimiento al respecto, sobre todo considerando
el carácter extremadamente racional de esta sociedad. En tercer lugar, se produce un
aumento de la “individualización” de la seguridad, acrecentada por el aumento de
libertad, de los derechos y deberes que la nueva sociedad supone. Libertades, derechos y
deberes que conllevan una delegación de responsabilidades de la sociedad en el
individuo, difícilmente asumibles por éste, dado el alcance y las consecuencias de la
toma de decisiones al respecto de riesgos nuevos, presumiblemente graves y
desconocidos. Ésto hace que Beck las califique de “libertades de alto riesgo”, que
provocan lo que Luhmann denomina el “horror de la indeterminación” o, en palabras de
Beck, la “incertidumbre” y su afianzamiento.
Modernidad e incertidumbre
4
Esta idea de la equidad del riesgo ha sido fuertemente criticada, como veremos en el siguiente apartado.
La distribución del riesgo también está socialmente estratificada y, aunque es cierto que existen amenazas
globales (i.e. el cambio climático), también es verdad que hay clases y países que podrían afrontar en
mejores condiciones que otros los efectos de los desastres ambientales; del mismo modo, hay problemas
10
decisiones arriesgadas, tanto a nivel individual como macro (por parte de actores
sociales colectivos y el Estado).
“Aunque sepamos que sólo cada doce millones de años puede explotar una
central nuclear, es posible que ocurra sorpresivamente en menos de lo probable.
Aunque se sepa que conduciendo por autopista sólo se puede tener un accidente
mortal cada doce millones de kilómetros, éste puede esperarnos detrás de la
próxima curva” (1996: 171).
Beck añade que esta inseguridad tiende a hacer a la sociedad autocrítica por mor
de los grandes entes decisionales, especialmente el Estado que, a través de su insaciable
deseo de asumir control social, inserta complejidad y ambigüedad. Esta ambigüedad se
apodera de la dinámica social, dando lugar a multitud de mensajes contradictorios,
poniendose en entredicho incluso la capacitación de las voces procedentes de los
denominados "sistemas expertos":
ambientales locales que por la segregación socio-espacial de las ciudades afectan más a los grupos más
favorecidos que a las clases más ricas. (BELL, 1998: 194)
5
Tras la crisis de las "vacas locas" o los episodios de contaminación de carne de pollo en Bélgica, el
consumidor no sabe qe nivel de riesgo asume ingiriendo cualquier tipo de carbe; es, por tanto, poco
probable que pueda predecir el nivel de riesgo que asumirá al consumir carne en el futuro.
11
2) Los actores sociales asumen los problemas ecológicos como dados, lo cual
supone un grave freno para su posible solución, ya que el punto de partida de
la reflexión es interno al propio sistema. Esto hace que la
“externalizabilidad” quede más como una fe que como una cuestión
susceptible de ser alcanzada con los esquemas de pensamiento que se
manejan.
6
Por ejemplo, aunque el gobierno de EE.UU. sabe que las emisiones de CO2 son un factor determinante
en el proceso de cambio climático, en la Cumbre de Tokyio sobre el Cambio Climático, este gobierno se
negó a reducir los niveles de emisión dentro de su país. No podemos hablar, por tanto, de asunción de
riesgos sino de certezas.
14
Indudablemente, ante los fenómenos que describimos podemos intuir que nos
encontraremos con una determinada población que, debido a cualquier variable
socioeconómica y/o política, o a más de una simultáneamente, esté sometida a un riesgo
superior que otra, sin que, en principio, tenga que ver dicha cantidad de riesgo asumido
con su producción personal o grupal de riesgo añadido (por el conjunto de las
poblaciones de la comunidad Tierra)7. Así, por ejemplo, las poblaciones que viven en
áreas donde se emplazan centrales nucleares, vertederos, o cualquier otra instalación de
carácter colectivo que implique incremento de riesgo, sufrirán sus externalidades de
manera más virulenta que las demás; por contra, tendrán la misma probabilidad de
disfrutar de sus beneficios8.
7
Ver, más adelante, el apartado dedicado a Globalización y medio ambiente.
8
Más adelante argumentaremos que, debido a circunstancias políticas, sociales y económicas, lo habitual
es encontrar en esos entornos de "máximo riesgo" a poblaciones de clase baja cuya implicación o
"culpabilidad" en dicho riesgo es menor que la de otros grupos de situación socioeconómica más
acomodada.
15
baja que en el resto de la urbe, y donde se concentran los problemas sociales de todo
tipo, los empleos predominantes son desempeñados en actividades peor remuneradas y
más peligrosas que la media de la ciudad y, muy a menudo, se ven afectados por déficits
de salubridad importantes, siendo frecuente su proximidad a determinadas zonas
sépticas o de vertidos incontrolados de productos o residuos peligrosos propios de la
actividad urbana o industrial.
futuras para satisfacer las suyas. Alan Durning centra su análisis en el campo del
consumo y, en clave crítica, lo señala como la fuente principal del riesgo de hoy y de
mañana. La influencia ideológica de la publicidad y el marketing, los incentivos directos
al consumo excesivo (combatibles con una equiparación de los precios al coste
ecológico real de los productos) son cuestiones que fomentan la dinámica gravosa para
la garantía de las necesidades de las generaciones venideras, éticamente aún más
reprobables cuanto que la revitalización de las economías locales, domésticas y
comunitarias garantizarían la cobertura de dichas necesidades. Más adelante
retomaremos la relación entre el consumo y el medio ambiente.
Plantea Inglehart, para analizar dicho cambio de valores, dos hipótesis de trabajo
sobre las que girará su exposición posterior:
1. Hipótesis de la escasez: las prioridades de un individuo reflejan su medio
ambiente socioeconómico. Se otorga el mayor valor subjetivo a las cosas
relativamente escasas.
2. Hipótesis de la socialización: la relación entre el medio ambiente
socioeconómico y las prioridades valorativas no es de ajuste inmediato. Existe
20
un desajuste temporal sustancial, dado que los valores básicos propios reflejan
en gran medida las condiciones prevalecientes durante los años previos a la
madurez” (1991: 61).
Aquí es donde entra en juego la segunda hipótesis que aporta explicación a este
cambio, pues con la hipótesis de la socialización controlamos esa cuestión que, en
principio, y con la sola referencia a la de la escasez, se nos escapaba. El proceso de
socialización humana, como es bien sabido, es inacabado por definición, hasta el
momento mismo de la muerte; no obstante, también se conoce el hecho de que la base
de la personalidad se forma durante la infancia y la juventud, siendo los cambios
posteriores, en la mayoría de los casos, y salvo traumas agudos o situaciones
específicas, de carácter leve.
En este punto aparecen dos cuestiones clave para cerrar el círculo reflexivo.
Primero, se constata que, en nuestra sociedad, el valor postmaterialista que aparece
como más importante y extendido de todos los que plantea Inglehart en la obra citada
es, precisamente, el valor "ambiental" o, lo que es lo mismo, el valor "ecológico",
definido como aquella idea que orienta nuestra acción en el sentido ecológicamente
sostenido. En segundo lugar, se afirma que es en los países llamados desarrollados,
22
occidentales o del norte donde se da con más claridad la aparición de los valores
postmaterialistas en general y, en particular, los valores ecológicos. ¿A qué son debidos
ambos fenómeno? (DIÉZ NICOLÁS, 2000).
con ella, la cultura y los valores. El centro será, por tanto, el primero en experimentar
los cambios, transmitiéndolos a continuación a la periferia.
hacen apreciar todos aquéllos objetos y procesos relacionados con nuestro entorno
biofísico, ya sea a nivel local o global, se encuentran actualmente en el centro del
cambio en la escala de valores, configurándose como uno de los más novedosos y de
más amplia repercusión.
Los valores, en su naturaleza de ideas que predisponen a actuar, forman parte del
proceso por medio del cual los actores sociales definen el sentido de sus
comportamientos. El siguiente interrogante a plantear sería: ¿De qué manera y en qué
medida el valor ambiental forma parte de algún proceso de este tipo? Concretamos en
cinco las etapas a través de las cuales la mera percepción de un problema ambiental
puede llegar a convertirse en un comportamiento social coherente con la solución de tal
problema:
El proceso descrito no es, ni mucho menos, tan simple como estos cinco pasos.
En el interior de cada una de las fases, así como en la transición de una a otra, entran en
juego multitud de variables influyentes, generalmente ligadas al contexto general en el
que se da el proceso y a las características socioculturales propias de la comunidad de la
que se trate, variables cuya influencia, además, se manifiesta de manera acumulada en
todas las fases del proceso11, y a las que hay que añadir otras cuestiones más de corte
psicosocial, como la complicada y controvertida relación entre actitudes y
comportamiento.
CONSUMO ECOLÓGICO
11
Así, por ejemplo, respecto a 1), podríamos aducir, por ejemplo, que ni todas las sociedades, ni todos los
grupos sociales dentro de la misma sociedad consideran como problema un determinado fenómeno.
Respecto a 2), que dependiendo de la sociedad de que se trate, de su grado de homogeneidad o
heterogeneidad en todos los sentidos, de la capacidad de relación social y de transmisión de información
entre grupos, de la importancia que se le de a valores como la solidaridad, etc., la socialización del
problema será más o menos lenta y, después, más o menos generalizada. Respecto a 3), que el valor
tardará más o menos en aparecer, dependiendo del grado de socialización del problema en 2), de la
repercusión social del mismo en 1)..., así como de otras variables, como por ejemplo el modo de
producción, que por otra parte también habría influido en las fases previas... Y así sucesivamente.
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12
Es fácilmente apreciable cómo nuestra vida cotidiana está rodeada de símbolos, muchos de los cuales
configuran parte de nuestra propia identidad social: desde las banderas nacionales hasta las marcas
comerciales de moda, pasando por el automóvil o incluso algunos hábitos, como por ejemplo la
pertenencia a un club de golf, aunque a menudo ni siquiera practiquemos dicho deporte.
27
13
Ver "Riesgo", en este mismo capítulo.
14
O biológico, en el mercado alimentario.
28
Definiciones de globalización
La globalización ha sido abordada desde las diferentes ciencias sociales con el
enfoque propio de cada disciplina. Desde la sociología, la definición de globalización
más aceptada es la de la intensificación de las relaciones sociales a escala mundial, que
da lugar al condicionamiento de los hechos locales por sucesos o decisiones procedentes
de otros lugares, a menudo muy distantes. La economía capitalista mundial, el sistema
de naciones-estado, el orden militar mundial y la división internacional del trabajo se
presentan como las cuatro dimensiones en las que más claramente se manifiesta este
proceso (GIDDENS, 1990).
1.- Los daños ecológicos condicionados por la riqueza y los peligros técnico-
industriales (el agujero de ozono, el efecto invernadero o la consecuencias imprevisibles
de la manipulación genética). Son daños y peligros originados por el desarrollo
tecnológico y el consumo de los países más avanzados pero que cuya extensión y
consecuencias se expanden por todo el planeta.
2.- Los daños ecológicos condicionados por la pobreza, ahora bien, a diferencia
de los anteriores, los daños condicionados por la pobreza se tratan de autodaños de los
pobres, que tienen efectos secundarios para los ricos. El ejemplo más conocido es el de
la deforestación.
3.- Los peligros de las armas de destrucción masiva, cuyo uso no sólo está en
manos de los gobiernos o el establishment sino que también pueden estar en manos de
grupos terroristas o de delincuencia organizada.
15
Ver el epílogo de este libro para ampliar este asunto.
32
16
En 1988, el gobierno nigeriano se negó a admitir un mercante proveniente de Italia cargado de barriles
tóxicos y fue obligado a regresar a Europa. Tras intentar atracar en varios puertos del Mediterráneo,
finalmente fue aceptado de nuevo en Italia. Posteriormente, se conoción que el barco, el Karin B.
transportaba desechos tóxicos de un total de diez países europeos y Estados Unidos. Como consecuencia
33
lo que implica unas grandes ventajas en la localización industrial. Por su parte, los
gobiernos entienden que la instalación de compañias industriales extranjeras17
mejorará sus balanzas de pago y, en general, servirá como "locomotora" para sus
economías. Para atraer las inversiones extranjeras, los gobiernos de los países en
desarrollo reducen las exigencias ambientales y laborales y, por su parte, las
multinacionales buscan o exigen esas condiciones.
del problema diplomático que se produjo entonces, 105 países firmaron la Convención de Basel (1989)
para establecer un control internacional sobre el transporte de productos tóxicos (BELL, 1998: 20).
17
Los sectores más afectados por esta relocalización mundial incluyen industrias pesadas, básicas, de
transformación y aquellas de alto poder contaminante (siderurgia, construcción naval, petroquímicas,
fertilizantes, productos químicos, metalmecánica y textil) (JIMENEZ HERRERO, 1989: 267).
34
madereras de Malasia hacia los bosques amazónicos, una vez que han deforestado
gran parte del bosque tropical de su país.
18
Siempre habrá que matizar esta afirmación, ya que, como se critica desde las posiciones de la justicia
ambiental, también en el llamado Norte hay numerosos colectivos para los que "el medio ambiente"
también es una cuestión de supervivencia.
36
Esta última idea nos sitúa en uno de los problemas claves de la globalización,
que podemos denominar la "escala de perspectiva" y la desaparición de la
individualidad. La visión de globalidad, ejemplificada por la imagen desde el espacio
del "planeta azul", puede llevarnos a unificar bajo nuestra mirada global -hecha desde
una máquinaria científico-mediática occidental- la diversidad ambiental y humana. La
globalizacion puede borrar la "mirada cercana", necesaria por que aporta los
sentimientos y las emociones que también están en el entorno y en la forma de
relacionarnos con él.
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estética en el orden social moderno. Alianza. Madrid, 1997
19
Entendemos la huella ecológica como el área de la que una ciudad obtiene sus recursos (REES
1992). Este área que alimenta a las ciudades desde el siglo XV ha superado el hinterland para llegar a
ser toda la biosfera.
37
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