La Verdadera Unidad Cristiana
La Verdadera Unidad Cristiana
La Verdadera Unidad Cristiana
Introducción
Un predicador del siglo XVII dijo que esta “es la oración más grande que se haya
pronunciado en la Tierra, y vino a continuación del sermón más grande que se haya
predicado en la Tierra”.
Podemos discernir tres focos de atención en las peticiones del Señor:
“Cristo oró para que todos los cristianos sean uno”. Pero ¿se estaba refiriendo
el Señor a ese tipo de unidad que el ecumenismo promueve, donde no importa lo que uno
crea acerca de las doctrinas cardinales de la Biblia, siempre que uno clame ser cristiano?
¿Tenía Cristo en mente una organización eclesiástica mundial, sin mucha definición
doctrinal para que pudiera agrupar al mayor número de personas posibles? Por supuesto
que no. La unidad por la que Cristo ora en este pasaje es eminentemente espiritual,
similar a la que tienen las tres personas de la Trinidad:
Vers. 11: “Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que
sean uno, así como nosotros”
Vers. 21,22,23: “como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno
en nosotros, La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como
nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad”
El Señor nos está enseñando aquí que el tipo de relación que existe entre los
creyentes en algún sentido es análoga a la relación de las tres personas de la
Trinidad.
Por supuesto, esta analogía no es absoluta. Las tres Personas de la Trinidad
disfrutan de un tipo de relación que no solo es incomprensible para nosotros, sino
también irrepetible: El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios,
pero al mismo tiempo no hay tres dioses, sino un solo Dios. Ese es el gran misterio
de la Trinidad.
Con la Iglesia ocurre algo similar a lo que sucede en el matrimonio. El hombre y la
mujer vienen a ser uno a través del vínculo matrimonial, pero no todas las parejas
reflejan en el mismo grado esa realidad. Pues lo mismo pasa en la Iglesia.
Ya somos uno en Cristo, estamos unidos por un vínculo espiritual sumamente
poderoso que nadie puede deshacer
Somos uno, pero esa unidad no solo debe ser cuidadosamente preservada, sino
también perfeccionada.
Cristo pide al Padre que los proteja de todas aquellas cosas que puede amenazar la
unidad entre ellos. ¿Cuáles son esas cosas?
Bueno, ya dijimos que lo que el Señor está pidiendo es una medida creciente de
unidad en amor, en propósito, en santidad y en verdad.
Si esto es así, entonces, como dice Donald Carson, lo que Cristo pide al Padre es
que proteja a los Suyos de todos aquellos peligros que intenten destruir esa unidad
de amor, propósito, santidad y verdad.
Una vez más cito a Martyn Lloyd-Jones: “La oración de nuestro Señor es que estos
cristianos sean guardados en ese conocimiento y en ese entendimiento (que tienen de
Dios y que Cristo les ha revelado)… que sigan conociendo y comprendiendo a través de su
relación con Dios lo que Dios es para ellos y lo que ellos son para Dios. Ese es el sentido de
esta oración, que sean guardados en el nombre que Dios les ha dado, el nombre de Dios
mismo que el Señor había venido para revelar, la revelación especial de Dios que se halla
únicamente en nuestro bendito Señor Jesucristo y a través de El”.
Por eso es que esta unidad no puede fortalecerse a expensas de la Palabra: “No importa lo
que tu creas o lo que yo crea, lo importante es que amemos a Jesús”.
Pero ¡eso qué significa! ¡A cuál Jesús es que supone que debemos amar y cómo! En el
discurso del aposento alto, que precede esta oración, el Señor dijo a Sus discípulos:
“El que me ama, mi Palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos
morada con él” (Jn. 14:23)
¿Ven el punto? El creyente puede experimentar una medida cada vez mayor en Su
comunión con Dios. ¿Cómo? Guardando Su Palabra.
Y mientras más cerca estemos de Dios por medio de la Palabra, más cerca estaremos los
unos de los otros.
Pero ahora llegamos a un punto crucial. ¿Cuál es la razón de ser de esta petición de Cristo
por la unidad de los Suyos? ¿Por qué el Señor está tan interesado en este asunto? Eso nos
lleva a nuestro último encabezado: El propósito final de esta unidad.