Cárdenas en Tabasco. Luciano Kubli.

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LUCIANO KUBLI

CARDENA S
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Breve Reseña de un
Viaje de Estudio
BIBLIOTECA
Jargn Cwnáa Lo&t&ix

MEXICO

1935
Rea. N ü^ í P ifo íiotecas Publicas

El General CARDENAS, identificado con


la agricultura), manejando personalmente
un tractor en los campos de cultivo de Ma-
cuspana, Tabasco.
A Cárdenas y a Garrido,
Brigadieres de choque de la
Revolución Social Mexicana

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El señor General Lázaro Cárdenas y el Lie.
Tomás Garrido Canabal, sorprendidos por
la “ Graflex” , en un momento cordial, en
Villahermosa, Tabasco.
TABASCO ICONOCLASTA Y
SEMBRADOR
O basta con quemar los viejos ídolos; hay que ponerles una

N piedra de molino a los pies para que no vuelvan a flotar so­


bre el Usumacinta.

Hay que hundirlos muy adentro, bajo el río empedrado


de lagartos, cuyo cobre verdoso se calienta al sol del trópico.
Asi lo está haciendo la vigorosa juventud tabasqueña, deicida
y constructora, que por cada templo destruido levanta una escuela y,
que muy pronto, convertirá las cárceles en bibliotecas públicas.

En Tabasco, la “ Suiza Roja de México” , se han fundido todas


las campanas de la reacción clerical para hacer los bustos de I03
mártires de la Revolución, o bien para confeccionar hélices de bar­
cos o yunques resonantes.

Las solemnidades religiosas, desangradoras de pueblos, han da­


do paso a las fiestas laicas, ferias de la yuca o del plátano, de la
siembra o la cosecha, del cacao o de la naranja, en las que recobra
la naturaleza el antiguo prestigio que le arrebató la leyenda mística

Villahermosa, brazo de forjador, luce las venas del río plural,


con el que ha estrangulado los mitos enervantes, entre danzas y can­
ciones, recogiendo en una cesta la sonrisa de los niños rebeldes, sin
taras alcohólicas, buriladoras de estériles silencios y encanijadas tris­
tezas.

Desde lo alto, a lomo de avión, el Grijalva es com o una gigan­


te segueta, calando la verde alfombra de los campos anochecidos de
toros.

Y el Usumacinta, boa azul, se enreda en los zancos de las pal­


meras, después de haberse engullido los blancos corderos del ama­
necer.

El día 5 de marzo de 1934, haciendo el viaje desde Palenque,


llegó el general Cárdenas a Emiliano Zapata, acompañado de Garrido.

La mujer tabasqueña, liberada de prejuicios sociales y religio­


sos, es la primera en saludar al Candidato.

¡Q ué bien suena la palabra “ Revolución” , en sus labios; có­


mo se clarifican los conceptos que hemos visto muchas veces gasta­
dos inútilmente por los simuladores!. . .

El sobrio ademán femenino autoriza los adjetivos recios, de


pingüe contenido, valientes y redondos, pespunteando de rosas en­
cendidas la cinta rojinegra que la juventud socialista de Emiliano
Zapata restira al paso de la Revolución en marcha, com o queriendo
abarcar el horizonte de banderas desplegadas.

¡Q ué familia tan unida .y consciente es esa familia obrera de


Tabasco, que acepta la responsabilidad que le corresponde en esta
hora socialista y se pone a construir un nuevo hogar, com o quien
encima montañas para asomarse perpetuamente a la ventana de las
cumbres 1

Porque la edificación de este baluarte revolucionario es obra


de todos: los niños han traído puños de arena en sus mochilas; las
ancianas han llenado el delantal de ladrillos; la? mujeres, sonriendo
al porvenir, han hecho la mezcla, sin importarles las quemaduras de
Ja cal, y los jóvenes y los adultos han subido por los andamios, es­
grimiendo la cuchara de albañil, atentos a la indicación de los ni­
veles I
Las maestras socialistas y ateas de Tabas-
co, exponen al General Cárdenas, sus pun­
tos de vista c impresiones.
Detrás de esta fortaleza resistirán los ataques de la reacción,
encogidos de hombros, serenos, convencidos de que muy pronto
romperán el sitio para convertirse en sitiadores.

“ Esperamos que usted, com o hasta ahora, siga siempre— le di­


ce una joven maestra al general Cárdenas— la trayectoria que mar­
can las huellas de sangre de quienes han caído en la lucha por las
reivindicaciones del pueblo. Aquí, junto a las mujeres emancipadas
de toda clase de prejuicios, está la juventud revolucionaria que fin­
ca 8u vida en el culto a la libertad, a la cultura y al trabajo” .

Otra voz femenina: ” Con el Candidato del conglomerado tra­


bajador, sostenemos que el cooperativismo es un sistema económ ico
que conseguirá la libertad para nuestro pueblo y que esta enseñanza,
com o otras que trae en sus banderas el general Cárdenas, se ha sem­
brado ya en la niñez tabasqueña” .

No tardamos en escuchar la contestación del Divisionario mi-


choacano: “ formar una patria que justifique la sangre derramada
en nuestras contiendas internas, es lo que ha querido la Revolución
mexicana, una nueva patria com o la está formando el pueblo de Ta-
basco, que tanto apoyo ha prestado a nuestro movimiento social pa­
ra el cumplimiento de sus finalidades.”

“ Cuánto daríamos porque en otros Estados de la República exis­


tieran organizaciones de mujeres, jóvenes, obreros y campesinos, y
de todos los componentes de nuestra economía, semejantes a las
que existen en Tabasco” .

“ En el recorrido que estamos efectuando por el país, en el cual


todos venimos inspirados en el deseo de conocer a fondo los propó­
sitos y problemas que preocupan a las distintas regiones que lo for­
man, hemos encontrado muy contados sitios donde puede mostrar­
se una mejor labor de conjunto tan magnífica, com o la realizada en
esta Entidad, donde se siente intensamente la acción femenina y
donde la juventud ha uniformado sus anhelos y hasta su aspecto
externo en la vestimenta rojinegra que usa, a fin de dar una orga­
nización más perfecta y disciplinada” .
“ Seguramente no está muy lejano el día en que esta organiza­
ción sea lograda en toda la República, ya que contamos con el en­
tusiasmo y la buena fe de las masas proletarias; con el idealismo de
la juventud, con el deseo y propósito de liberar a las clases indíge­
nas, con la labor cada día más fecunda de la mujer mexicana, en
fin, con el afán de cooperación de todos los sectores que componen
nuestra nacionalidad’*.

Salen al encuentro de sus palabras los estandartes, con su con­


signa al frente: “ sólo se conseguirá el mejoramiento integral de las
masas mediante la organización.” “ Los trabajadores aislados no con­
siguen la realización de sus aspiraciones”

Termina el Candidato: “ ique los trabajadores no dejen a sus


hijos, como legado la resistencia para el progreso y bienestar gene­
ral del país!”

El pueblo de Emiliano Zapata, que con justicia lleva el nombre


del Caudillo del Sur, no olvidará nunca esas ideas, nutridas de ex­
periencia, enjoyadas de sencillez, estriadas de verdad; no las olvida­
rá nunca; hará con sus metales las únicas campanas que necesita el
pueblo, las de lengua maciza de ideal, que congreguen a los traba­
jadores a defender sus conquistas.
LA SONRISA DE GARRIDO
La sonrisa franca y optimista del Gober­
nador de Tabasco, denota su satisfacción
íntima del deber cumplido al servicio de la
Revolución.
L
A sonrisa del líder tipifica la fe que Tabasco tiene en el por­
venir.

Insistente sonrisa la suya, que, apostada en la boca, sirve


de centinela a cada palabra.

Sonrisa siempre igual, que fluye constantemente e inunda la ca­


ra y se amotina en los ojos.

Sonrisa que comenta, aplaude y censura con generosidad; que


no abandona al hombre y lo sigue a todas partes.

A l amparo de esa sonrisa, la juventud de Tabasco ha demolido


las catedrales de la reacción y ha saltado sobre las leyes que se opo­
nían— com o lo dijera el honrado mentor de las izquierdas, Francis­
co J. Múgica— al avance social.

Con ella se hace la siembra y se recolecta; preside todos los


movimientos del Tabasco R o jo ; constituye un deporte del optimis­
mo, euforia integral que dicta las evoluciones a la falange humana
y castiga a los remisos.

Ya lo dijimos antes: el indio canta en Tabasco. . . y ¡cóm o no ha


de cantar, si en vez de haberse ahogado el Chontal en sus ríos, son
sus ríos los que se han ahogado en sus gargantas!

Pues bien, la sonrisa de Garrido es la batuta de esos himnos


a la tierra, al trabajo, a la verdad, que en los desfiles marchan en las
bocas proletarias.

La Revolución en Tabasco es un desbordamiento de alegría.

El gigantón egoísta de los cuentos de Wilde ha mandado de­


rruir las tapias de su huerta, para que los niños y los pájaros se den
cita en la misma manzana o en idéntica flor.

El general Cárdenas, constante impulsor de los deportes en su


Estado; encauzador de los vigores raciales y diario practicante de
un optimismo de firme control, al pisar por primera vez*, en su re­
corrido de estudio, la tierra de los Rovirosas, la patria próspera de los
Quintín Arauz y de los Pino Suárez, vió que la Revolución reía
y jugaba a no envejecer, “ ozonizando” con canciones los pantanos,
formando sus interminables rondas de escolares al abrigo de toldos
silvestres, uniformando por fuera y por dentro a la juventud y res­
catando a la mujer de la trampa del pasado, para enlazarla al
hombre como colaboradora social.

En Emiliano Zapata, después de haber comido en “ Los Man­


gles” , sin caravanas y sin alcohol, las guitarras campesinas se pusie­
ron al cuello la sonrisa de Garrido.
DI A DEL INDIO
P
ROCEDENTES de Ciudad del Carmen llegamos al pueblo de
Vicente Guerrero, Tabasco, el día 21 de marzo, tripulando tres
aviones de jadeantes estructuras metálicas.

En el aire recordamos a Yucatán sediento, con su lluvia de ver­


des espadas en el corazón.

Las nubes— pacas de henequén— se movían en las grúas del


viento.

La tierra del Mayab, cuya vida económica gira en torno de las


cotizaciones de su fibra, fue actual para nosotros con su constante
pregunta: ¿bajará el h en eq u én ?.. .

Angustiosa situación la de aquel pueblo monocultor, interro­


gando siempre al mañana, sin poder disfrutar del pleno goce de la
abundancia, pues detrás de cada día feliz acechan dolorosas dudas.

Muy abajo estaba el pantano con su artero reposo de aguas


estancadas.

Sabíamos que una raya rojinegra nos señalaría el campo dé


aterrizaje.
Volamos con rumbo a esa señal de fuerza organizada. . .

Y así fue; nuestro descenso se hizo entre batallones de jóve­


nes revolucionarios en línea desplegada sobre el cam po. . .

Cuando el general Cárdenas pasó ante ellos, militarmente se


cuadraron, lanzando al viento sus “ vivas*’ com o salvas de fusilería
jubilosa.

Estábamos en la presencia de la energía canalizada, del vigor


juvenil disciplinado y consciente, conservando los ímpetus de la
edad, pero entrenados en la tarea de forjar un Tabasco nuevo, sin
prisas ni desbocamientos.

Esta impresión de fuerza captada para un fin superior, nos sa­


lió al encuentro en todas las poblaciones del Estado que visitamos,
lo mismo en Tenosique que en Teapa, en Alvaro Obregón que en
Tapijulapa.

Esa juventud no imita la anárquica fecundidad de sus ríos; no


se malgasta en trágicos desbordamientos; no rebasa ningún cauce
sin antes haber conquistado nuevas arterias de distribución.

Frente a ella hablaron el general Cárdenas y el camarada Pérez


H., fieles a su tiempo y a la Revolución.

En el pueblo se conmemoraba el día del indio.

Día de la raza no embrutecida por el alcohol ni el fanatismo.

¡Día del indio i

pero no del desnudo, que al descubrir sus carnes humilladas


denuncia a los capataces. . .

¡Día del indio!

pero no del que rueda en las temblorosas páginas de la Con­


quista al peso de los ídolos. . ■

¡Día del indio!


I,a niñez campesina y obrera de Tabasco,
con el General Lázaro Cárdenas, candidato
a la Presidencia de la República.
pero no del que se vuelve flama de alcohol en las voraces lám­
paras de la explotación organizada. . .

Fue esa la fiesta del chontal sin hambre; del chontal que no se
dejaría robar sus mujeres por cuentas de vidrio, ni pactará nunca con
los sojuzgadores de pueblos; del Chontal que celebra alianza con el
maestro revolucionario para no dejar una herencia de cadenas a sus
hijos. . .

Comimos con la raza fuerte, con la raza nueva de Taba acó.

Un enorme zapote rojo nos sirvió de anfitrión, pasando entre


nosotros sus charolas de sombra.

Fruta y carne asada fue nuestro alimento. El postre estaba allí,


en los cabellos de chocolate de las rancheras.

Se inicia un acto cultural mientras mordemos la cecina de ve­


nado.

Hablan los niños de cooperativismo; saludan al general Cárde­


nas en nombre de la Revolución Social; condenan el alcoholismo y
se pronuncian contra el imperio de la sotana.

Nadie se equivoca; las frases brotan acabadas, precisas, con el


golpeteo gracioso de los finales.

La típica de la localidad nos conduce al pasado con una dulce


romanza. .

“ Esa música— nos dice el Michoacano Incorruptible— la compu­


so en la cárcel de mi pueblo natal un jiquilpense, después de que ie
hubieron comunicado que su novia se desposaba con otro h o m b re .. . “

Efectivamente, los puños cerrados de la desesperación asoman


en esa melodía, rasgando la penumbra de la celda. . . ; después son
los gemidos, más tarde la tempestad de lágrimas.

Tabasco siente una gran devoción por la música antigua: pol­


kas y valses, danzas y mazurcas se apoderan de ese gajo de trópico,
ejerciendo su inacabable dictadura.
Ahora es el turno de los corridos, medulosos y fustigantes,
por los que atreve su cara abotargada el cura y el patrón trata de
esconder el látigo.. . .

La “ familia tabasqueña" se agolpa alrededor de la mesa en he­


rradura, de mangle limpio, aplaudiendo la intención de los corridos.

Bebemos el pozole del rumbo en el “ yagual” de la flor del


c o r o z o .. .

En los doce días que permanecimos en el “ Laboratorio de la


Revolución” , gustamos de muchas frugales comidas com o esa; in­
variablemente al alcance de los árboles copudos— ceibas o laureles—
en estrecho contacto con la naturaleza, escenario de discursos y de
canciones.
LA ESCUELA REVOLUCIONARIA
DE TARASCO
L cincuenta por ciento del presupuesto de egresos del Estado

E se aplica a transformar, por medio de la educación racionalis­


ta, la conciencia pública, imprimiéndole modalidades socialis­
tas de saludable contenido revolucionario.

La escuela y el individuo se colocan de cara a la vida, y guia­


dos por la razón científica analizan los diversos aspectos de la na­
turaleza, atentos a sus leyes evolutivas. Saben amar a la tierra y
temer a los ríos cuando rebasando cauces se encabritan; pueden re­
solver las incógnitas vitales con un orientado sentido de observación.

De todas las realidades tabasqueñas, ninguna tan sugestiva y


valiosa com o la obra educacional. Son una legión de maestros los
que se movilizan en esa Entidad, constituyendo con su ejemplo un
culto a la solidaridad social y aceptando la responsabilidad de dirigir
las actividades de la comunidad mediante un liderismo de altura.

En Tabaaco, en todas partes se destaca la noble autoridad del


maestro; ella ordena los movimientos espirituales de la masa hu­
mana y sanciona y estimula, interviniendo a tal grado en el vivir co­
lectivo, que tiene uno la impresión de que son los educadores los
que gobiernan al Estado.
i Sí, son los mentores de la niñez, los aliados más eficientes con
que cuentan los- representativos de la Revolución en Tabasco, para
fijar las bases de una sociedad sin distingos, coherente y unificada
en una sola clase, que apunta com o la misma familia ramificada en
una gran cooperativa!

Se toma al niño desde la más tierna infancia, y se le pone a dia­


logar con la naturaleza al aire libre, sin más limitaciones que las del
paisaje; el maestro observa las reacciones mentales que se producen
en el incipiente receptor humano, y guía los atisbos de experimenta­
ción, fomentando su desenvolvimiento.

Aprende el pequeño a ir al medio ambiente, abandonando to­


da actitud pasiva, con aire de conquistador.

Muy pronto reconoce que no hay conocimiento sin lucha, y que


es mejor trazar un surco que memorizar un cuento.

El general Cárdenas nos decía que la niñez ta,basqueña, edu­


cada en el amor al campo, cuando llegue a la juventud y a la edad
adulta seguirá unida a él, aplicando sus actividades a las faenas
agrícolas.

No ambicionará entonces una patente para convertirse en ex­


plotador profesional; ni el ajetreo citadino empañará su mente y aflo­
jará sus brazos. Fiel a su origen y a su clase, se mantendrá con el
oído y el corazón puestos en la tierra.

Los maestros revolucionarios de ese Estado, aptos para la agi­


tación y la siembra, están realizando la transformación de todos los
valores. Un nuevo concepto de moral, de cultura y de arte se gra­
ban en la retina espiritual de los alumnos, quienes al escarbar en la
médula de las cosas no hacen sino robustecer su criterio con sólidas
enseñanzas.

El termómetro del adelanto educativo de Tabasco lo constitu­


yen los “ actos culturales” que, frecuentemente, se celebran hasta en
los más apartados rincones de la Entidad.
¡LAS CULTURALES!
Estas demostraciones de cultura, así como
de saludable esparcimiento, se ven todos
los días en Tabasco.
Cada vez que el Candidato del Partido Nacional Revoluciona­
rio llegaba a una población, terminado el acto político, en una igle­
sia convertida en taller escolar o bien en el hermoso teatro de la
naturaleza, se efectuaba “ la cultural” , a la que asistían numerosos
habitantes de la región, fraternalmente emulsionados, sin distincio-.
nes de ningún género.

Salían al foro niños que ha poco habían ensayado los primeros


pasos en la roca dura de la vida proletaria, y vestidos de campesi­
nos, danzaban en torno de un arado, tarareando una fresca canción
lugareña.

En seguida tocaba el turno a una pequeña representante de la


raza chontal, de abundantes cabellos lustrosos y piel horneada al ca­
lor del trópico, que en voz alta nos daba una conferencia sobre los
graves perjuicios que acarrea el alcoholismo.

Una orquesta infantil cubría los intermedios. Saltaban las ma­


nos de los niños, com o fiesta de pájaros, entre las cuerdas de las man­
dolinas. Los arcos de los violines, tensos de primavera, aserraban
las notas. El contrabajo rechoncho, borracho de sueño, bostezaba sus
años de música clásica.

No faltó la parodia contra el cura, ni el cuadro plástico de la la­


branza.

Eli auditorio no quitaba los ojos a la escena; cubría los titubeos


de los diminutos actores con aplausos y reía com o sabe hacerlo el
pueblo, a carcajadas plenas.

En.Tabasco se ensaya una nueva estética que asigna al arte una


noble función social. Su contenido, todo él de propaganda, arreme­
te contra los vicios y el fanatismo, convida a la fraternidad entre
los hombres, llama al trabajo y a la escuela.

Lo mismo los corridos que las recitaciones; las comedias que


los bailables, y hasta dibujos y decoraciones, están timbrados de enér­
gicas consignas de mejoramiento colectivo.

BIBLIOTECA JOSE MA. PINO 8V\ilF/4


GOL "'.TOJU'E GOJÜiLA LACLO!*"-
En las primeras bancas, junto a nosotros, estaba una niña de
grandes ojos azules, que no cesaba de aplaudir la parodia contra el
fanatismo.

Cuando terminó el acto cultural” le preguntamos:

— ¿Sabes tú rezar, pequeña.

Evadiendo la contestación pedida, para mejorarla en expresión,


nos responde:

— ¡En casa le cortamos la cabeza a los santos!

— ¿Luego tú no crees en los santos?— inquirimos, acariciándo­


le la inquieta cabeza rubia.

— No, ni en el coco, ni en las brujas. . . ; me gustan más los


cuentos de pastorcitos. . .

He aquí al Tabasco nuevo, que no sabe arrodillarse ante nadie;


que se cansó de sostener los ocios del cura y prefiere las biografías
de los libertadores a las “ vidas de santos”

En una velada de esas, el licenciado García Téllez, profundo


conocedor del proceso educacional en el país, dirigiéndose al audi­
torio de obreros y campesinos que disfrutaban del acto acompañados
de sus esposas, les dijo:

“ A yer este recinto fue un templo religioso, es decir, una trin­


chera de la reacción; de sus paredes pendían los muestrarios del mi­
to, ante el cual se desperezaban los copales con su molicie de humo.
A esta casa se entraba reverentemente, en actitud implorante, con
las pupilas humilladas, para comprar con oraciones el disfrute de una
vida ultraterrena. Era este un mercado de espejismos” .

“ H oy, en cambio, lejos de escucharse la voz que aconseja resig­


nación ante las vejaciones del amo. y los salmos a la beatitud y a la
pobreza, se oye el autorizado acento del maestro llamando al con­
glomerado social al cumplimiento de su deber, a la edificación de
una patria más justa. Y en sus paredes, en vez de anzuelos de igno­
rantes se miran los retratos de los revolucionarios insignes y de los
mártires perpetuamente recordados!”
JUVENTUD ROJINEGRA
El Bloque de Jóvenes Revolucionarios en
sus gallardos desfiles, y su gentil abande­
rada: la Mujer Socialista de Tabasco.
L Bloque de Jóvenes Revolucionarios de Tabasco encama una

E de las más grandes aspiraciones de los representativos de la


evolución social en el Estado. Cada miembro de dicha agru­
pación, convertido en líder, acelerará el movimiento de justicia pro­
letaria, cuyas fórmulas se están ensayando en ese Laboratorio So­
cial en el que coincide la atención de todos los revolucionarios de
la República, y contra el cual la reacción ejerce sus constantes ofen­
sivas.

Esa juventud, cuyo aporte de ideal y de entusiasmo garantiza


por sí solo una renovación en los sistemas y en los hombres, viene
a ocupar la vanguardia revolucionaria del país, en tanto que sus ac­
tividades, ligadas estrechamente al trabajo de las masas, fomentan la
substitución de los tipos económicos capitalistas por unidades de co­
laboración social, en donde el individuo aislado desaparece para de­
jar su sitio a la colectividad.

Esos muchachos alegres, de disciplinado dinamismo, que han


formado batallones rojinegros, símbolos de su clase, para aclamar
al Candidato del Pueblo, serán muy pronto los directamente respon­
sables del porvenir integral de su Estado. Para estar a la altura de
tal responsabilidad se entrenan diariamente, estudiando avanzados
sistemas sociales, integrando cooperativas de producción y consumo,
combatiendo toda clase de prejuicios, vigilando el estricto cumpli­
miento de las leyes que condenan el alcoholismo y las diversas ma­
nifestaciones dei vicio; preparándose técnicamente para los trabajos
agrícolas y adquiriendo los conocimientos necesarios para la implan­
tación de industrias regionales.

En Villahermosa, mientras los policías cultivan la tierra en co­


lonias agrícolas y reciben su sueldo por equiparse con las nociones
indispensables para triunfar en la vida, la juventud tabasqueña está
pendiente de que no se rompa la tranquilidad urbana, prestando sus
servicios a la colectividad sin estipendio alguno.

El general Cárdenas tuvo para este bloque juvenil el alerta de


su mensaje:

"La Revolución viene haciendo un llamado a las nuevas gene­


raciones para que se organicen, ya que serán ellas las que habrán
de substituimos con ventaja, si en vez de anular sus energías en es­
tériles críticas y en imperdonable abulia, se preparan para mantener
en constante evolución a nuestras instituciones, mejorando nuestro
ideario social".
T API J ULAP A
P
ROCEDENTES de Teapa llegamos a esta población, el 22 de
marzo, a fe» doce horas.

En el campo de aterrizaje aguardan al Candidato los elemen­


tos de la región, sobresaliendo las caballerías de rancheros, agitan­
do sus blancos sombreros de palma y haciendo sonar las estrellas
de acero de sus espuelas.

Están muy próximas las cantinas de Chiapas y, sin embargo, no


hay un solo campesino borracho.

Las mujeres calientan al sol sus aplausos. Los niños cantan un


corrido socialista, vestidos de domingo.

No vemos ancianos andrajosos ni indígenas ciegos pidiendo li­


mosna.

Los mendigos ya no decoran de tragedia los parajes tabasqueños.

Platicamos con Garrido y aprovechamos la oportunidad para


tomarle este apunte:

El dinámico líder del Tabasco Rojo es un excelente conversa­


dor. Las palabras sencillas, inyectadas de selva y de mar, corren por
su boca con amplitud de Usumacinta. Los ojos claros se achican a

la invasión de la sonrisa que se extiende por toda la cara colmada de
ángulos.

Cuando está de pie, cuelgan del plano ancho de sus hombros


los brazos, como recias tenazas. La cabeza ocupa la atención de to­
do el cuerpo; subordinados a ella, los músculos están listos para sal­
tar en el camino.

La mirada es dura, contrastando con las blandas líneas de la boca.

Camina a grandes pasos, con escasa pendulación marinera, ade­


lantando el pecho, con el cuello de la camisa sin oprimir la respira­
ción pausada, que dilata a menudo las aletas de la nariz con frui­
ción de trópico.

Su mirada está en todo, midiendo, cotejando, como ur.a orden


o com o una interrogación.

Alto de estatura, de mediana complexión, no abusa del descan­


so. La actividad lo atrae desde la madrugada, en que personalmente
se dirige a visitar las mejoras materiales de los lugares donde se
encuentra, estudiando cada detalle de las obras.

No discute, acciona. Para este hombre, cada proyecto aproba­


do equivale a una realización.

Nos cuenta cómo se hacen los caminos:

“ Reunimos a los trabajadores del lugar y a sus familias en una


fiesta campestre; en ella les hacemos ver las ventajas de comunicar
al pueblo con otros vecinos. La respuesta viene inmediatamente.
Una semana después se inicia el camino. Por cada tramo concluido
hay una fiesta; se come bajo los árboles, con música y canciones;
también hay un poco de baile. A l poco tiempo ya tenemos una nue­
va vía de comunicación. . . '*

Tapijulapa es el mejor teatro al aire libre que hay en Tabasco.

Platanares y cacaoteros aceptan su condición de bambalinas.

Un manantial de agua sulfurosa sirve de apuntador, agazapado en


la “ concha** de los peñascos.
•TAPIJUIAPA*

v- ;•'.'S> .■»iv .
ís *..-.— -
I.a cascada armoniosa, fuente de salud, des­
taca en el maravilloso paisaje de este rin­
cón tabasqueño de gran porvenir.
El sol sirve de tramoyista. Hábilmente recoge el "telón de bo­
ca" de las nubes, en donde pega sus anuncios la primavera.

Desde un templete adornado con ramas de laurel, se dirige al


general Cárdenas un campesino:

“ Nosotros tenemos mucha fe en las cooperativas. Las hemos


ensayado aquí y nos han dado buenos resultados. A usted le agra­
dará saber, ya que es un creyente del cooperativismo, que estamos
trabajando por difundirlo en todo el Estado".

"Ya contamos con una Cooperativa de Transportes Fluviales,


que arroja una utilidad de varios miles de pesos, sin incluir en ella
la compra que hemos hecho de varias lanchas. Tenemos otra de m o­
linos, evitando que nuestras mujeres sigan siendo esclavas del me­
tate. La cooperativa de luz nos ha proporcionado grandes benefi­
cios, así como la de ladrillos y tejas. Muy pronto en esta población
no habrá techos de "huano” y cambiará el aspecto de nuestras vi
viendas” .

"Somos hombres progresistas, señor General; no bebemos al­


cohol porque repudiamos el vicio y queremos que se alimenten me­
jor nuestras familias, y porque nos agrada mucho ver a nuestras mu­
jeres con vestidos y zapatos nuevos” .

"Ahorramos el sobrante de nuestros sueldos y lo damos para


el fomento de las cooperativas".

"Deseamos de todo corazón que nuestros hermanos de clase


piensen como nosotros. Sabemos que en muchas partes de la Re­
pública el trabajador padece hambres y que hay todavía niños an­
drajosos y mujeres que imploran caridad. Si nosotros servimos de
algo para remediar esa situación, aquí estamos, señor General, con
gusto seguiremos sus indicaciones".

Cuando termina de hablar el labriego, es abrazado por el Can­


didato, quien deja oír su voz para indicarle al pueblo de Tapijulapa
que los revolucionarios sinceros— como lo ha repetido muchas ve­
ces— no desean que la tierra resuelva únicamente las necesidades de
la alimentación, sino que pugnarán porque ella eleve el nivel de vi­
da de los trabajadores, tanto en el vestido como en la habitación y
en la higiene, ayudando a resolver el problema educacional. Y aplau­
de sin reservas el amanecer cooperativista de Tabasco, señalando ese
sistema económico como uno de los que gestarán la liberación de
las masas productoras.

El sol tramoyista escuchaba atento la disertación del Candida­


to, calculando el momento en que terminaría de hablar para dejar
caer su telón de flecos dorados en el escenario de las frondas. . .
UNA ANECDOTA
V
AMOS a piel de Usumacinta, con rumbo a Tenosique.

El barco en que ganamos la corriente del no es invadi-


dido por jóvenes y niños de Tapijulapa, que se entregan al
“ zapateado”.

Las parejas al bailar ríen o cantan. El taconeo lleva el com­


pás, movido y variable, en el entarimado de la cubierta, en el que
los cables metálicos parecen serpientes inmóviles, atentas al alerta
del silbato.

En ambas riberas los árboles quisieran bailar también, pero les


sobran brazos para ceñir la cintura de este barro gozoso.

Se amplifican los mugidos de los toros al encajonarse en el Usu-


macinta.

Platicamos con el general Cárdenas, recargados en la baranda


del barco.

"Veníamos en junio de 1918— nos dice— en la columna que, a


instancias mías, el Primer Jefe constitucionalista, Venustiano Ca­
rranza, destacó contra Chávez García, quien había convertido al Es­
tado de Michoacán y a otros cercanos en teatro de sus crímenes; es­
tábamos por llegar a Nayarit, cuando el Jefe de la columna, el gene­
ral Calles, dispuso que hiciéramos un alto en las cercanías de la po­
blación para que sestearan los caballos

“ A la sombra de un árbol nos pusimos a platicar con el defen­


sor de Naco y Agua Prieta; Paulino Navarro, Dizan R. Gaytán,
Rodrigo Talamante, José María Tapia, Manuel Ortega, yo y otros
compañeros que eran por entonces, como nosotros, oficiales y hoy
ocupan altos puestos en el Ejército Nacional, escuchábamos aten-
mente lo que nos decía el jefe Calles” .

“ Aprovechando una pausa de la conversación, le dije:— añade


el Divisionario michoacano— General, por la forma en que hemos
visto que usted ha desarrollado su administración en Sonora, por la
conducta que nos ha venido señalando para que actuemos como
soldados de la Revolución, por las indicaciones que se ha servido
hacernos para que impartamos toda clase de garantías a los habi­
tantes de las plazas que ocupemos y por los consejos que constan­
temente nos viene dando, estamos en condiciones de manifestarle
que es usted el primer jefe que hemos encontrado, revelándose co­
mo un verdadero maestro, al cual no es difícil que veamos muy pron­
to rigiendo los destinos del país, en la Presidencia de la República.

"El general Calles— agrega el Candidato— nos contestó lo si­


guiente:

— "Estimo en lo que valen sus apreciaciones sobre mi persona,


por venir de jóvenes soldados de la Revolución, pero debo advertir­
les que no aspiro a ocupar tan alto sitio, ya que me basta para estar
satisfecho con haber podido guiar a ustedes, que serán los hombres
del mañana".

"Y nos habló— comenta el general Cárdenas— de las distintas


formas como orienta el hombre sus actividades en la vida: Unos—
nos dijo— buscan como meta de sus aspiraciones el acumular rique­
zas; otros pugnan por la gloria del mando, pero hay quienes hacen
descansar en el cumplimiento del deber el móvil de sus actos como
hombres públicos. Yo estimo que de las tres categorías de hom-
El General Cárdenas se dirige a la multi­
tud desde el vapor “ Plutarco Elias Calles7'
que lo condujo a través del río Usumacin-
ta.— Olro aspecto interesante del viaje.
bres, las primeras acaban con el poder o el oro, su popularidad va
aparejada a los golpes de fortuna o a los cambios políticos; lo coi»-
trario acontece al que, a base del deber cumplido, logra adentrarse
al corazón del pueblo, jamás será olvidado por las masas, consiguien­
do mantenerse en un plano de opinión favorable” .

Esta anécdota que se adelantó a una de las más brillantes pá­


ginas de la historia política y militar del país, es indicadora del sólido
afecto que une al Jefe de la Revolución con el Candidato del pue­
blo, y señala las razones que han llevado al general Cárdenas al re­
conocimiento publico de la capacidad y la experiencia del que fuera
su maestro en las plásticas horas de la juventud.

Unidos ayer por relaciones de jefe a subordinado, de maestro


a discípulo; en contacto hoy por inquebrantable y fuerte amistad,
¿qué extraña ahora, como quiere verlo la reacción, que se manten­
gan ligados por idénticas aspiraciones y que en voz alta proclame
el Candidato del Partido Nacional Revolucionario que no desco­
nocerá nunca los consejos y las indicaciones de quienes han sabido
orientar al país hacia una era institucional y no han escatimado nin­
gún esfuerzo por ocupar el sitio que la responsabilidad histórica les
ha señalado?

Llegábamos a Tenosique cuando el general Cárdenas concluía


su anécdota.

La canoa de la noche había arribado antes que nosotros.


En la cubierta del barco, el Tabasco sembrador seguía báilan-
do su jarana.
EPIGMENIO ANTONIO
ABIAMOS dejado atrás los núcleos humanos de Teapa, "La

H Sultana de las Montañas” ; de Tenosique, población a la que


llegamos en el barco "Plutarco Elias Calles" y de Balancán,
luminoso pueblo rico en naranjales.

Ahora estábamos en un nuevo taller de Tabasco. En el yun­


que de la mañana caía el martilleo de los cascos ruidosos, burilado-
res de distancias.

Un aire venial soplaba sus ocarinas. Las mujeres revoluciona­


rias de la población, de blusa roja y falda negra, con sus bizarras
arengas araban la tierra socialista, cuyos obscuros terrones habían
removido los hierros escolares.

Todas ellas unificaban su pensamiento, ofreciendo su contin­


gente al general Cárdenas para la realización del Plan Sexenal.

Nosotros respirábamos la odorante atmósfera de sus ideales des­


de un imponente laurel de las Indias, bajo cuyo toldo amable pre­
senciamos el desfile de Ls organizaciones de Epigmenio Antonio.

Los campesinos aclamaban al Candidato de la Revolución. En


sus "vivas" germinaba la simiente de las ideas emancipadoras; ellos
mismos eran espigas morenas, granadas sobre los surcos autóctonos.
En sus estandartes, la hoz y el martillo se sucedían imperiosos.

Los jinetes, al llegar a la tribuna improvisada, rayaban sus ca­


ballos, recobrando las riendas perdidas en las crines revueltas.

Una anciana, de piel arada por el tiempo, apretó contra el co­


razón la bandera de la clase oprimida, mientras le dijo al Candidato:
"llévele usted el saludo de las mujeres revolucionarias de Tabasco
a nuestras camaradas de toda la República"

La juventud había cubierto la vanguardia.

El Divisionario michoacano se dirigió a la multitud:

"La Revolución es alegre en este Estado, porque el pueblo ha


sabido cumplir con su deber".

"La Revolución si únicamente diera tierras a los campesinos,


se burlaría de ellos, porque sin refacción económica y sin útiles de
trabajo, quedarían aquéllas ociosas y muy pronto volverían a po­
der de los terratenientes”

"La maquinaria agrícola en manos y en propiedad de los cam­


pesinos, es interpretar fielmente la Revolución”

"El ejemplo de las organizaciones tabasqueñas debe ser imita­


do en toda la República"

“ Vemos con satisfacción que la mujer ya no permanece de es­


paldas al movimiento emancipador, sino que toma su puesto en la
contienda, con firme espíritu de clase".

"Deben sentirse orgullosas las madres tabasqueñas de haber


desterrado el fanatismo de sus hogares y de haberle abierto sus puer­
tas a la Revolución".

Cuando salimos de Epigmenio Antonio con dirección a Cárde­


nas, vimos que una mujer joven, sin ocultar su "santa preñez” con
el rebozo, acercaba a su niña a un cartel mural para que acariciara
la efigie del Candidato de la Revolución.
ellas señoritas ataviadas con el folklórico
■rno de la china y gallardos charros, for-
iaron el conjunto que dio la bienvenida al
. General Cárdenas, en Epigmenio Antonio
Y en el cómodo camino del aire, de muelle* invisible*, recorda­
mos la despedida del elemento femenino de Epigmenio Antonio, que
se nos iba borrando entre la esponja verde de la tierra al tomar al­
tura:

Ojaló que la película de nuestro desfile proletario pase por


su cerebro cuando usted sea Presidente de la República, para que
nunca olvide a nuestro Estado, a quien tan mal se comprende y tan­
to se calumnia'*.
CIUDAD ALVARO OBREGON
L aparato en que volamos, al desprenderse del campo de ate­

E rrizaje pasa junto a un tractor de una colonia agrícola.

Ortiz Hernán apunta: “ el tractor libera a los hombres


en la tierra; el avión los podría unir en la altura.”

Llegamos a Paraíso a las 14 horas. En Playa Limón, frente al


mar, se verifica la comida.

En torno de la misma mesa, Cárdenas y los representativos de


la región departen alegremente, bebiendo en las “ botas" del trópico
el agua de la lluvia.

A las 17 horas estamos en la ciudad, que ocupa el triángulo-


vértice del escudo socialista de Tabasco.

Hasta nosotros llega el nombre del glorioso mutilado de Cela-


ya, que la multitud trae en los labios como flor de sangre.

Todos recuerdan a Quintín Arauz, sacrificado por los terrate­


nientes del contorno. Con ese recuerdo se alumbran las almas.

La gran familia revolucionaria de Alvaro Obregón estrecha en


sus brazos- al general Cárdenas, quien sella un nuevo pacto de soli­
daridad con las masas de trabajadores:

bibj . ioteüa jó se m a .
rt\n
COL. * JOKC£ GUT.l.U LACUUiX"
“ Tabasco está en el vértice del movimiento social de México.
Es para la República un magnifico ejemplo de organización.”

"R ecojo el saludo de los camaradas de esta población, quienes


perfectamente unidos en sus diversos sectores, trabajan por hacer
una patria chica mejor.”

"Deseamos los hombres de la Revolución que estas fuerzas or­


ganizadas, realicen la empresa de forjar un México más justo.”

"Si el voto popular me lleva a la Primera Magistratura de la Na­


ción, ayudaré para que sean aprovechadas las fuerzas proletarias de
Tabasco, en benficio económico y social del país "

(En la historia de la Revolución, Tabasco es una capitular y


Alvaro Obregón una mayúscula).

"A ustedes, los trabajadores y mujeres organizados de este lu­


gar y a todos los de la República, debo dar a conocer cómo pienso
y cuál será mi actuación, si el pueblo me honra con su voto el pri­
mer domingo de julio.”

"En primer término, manifiesto que las organizaciones de Ta­


basco, que han venido desarrollando una excelente labor, tanto en
el plano educativo como en el ético y social, extirpando el fanatis
mo y los vicios, contarán con el franco apoyo del Gobierno de la Re­
volución para que puedan llevar adelante sus proyectos de mejora­
miento colectivo."

“ El Plan Sexenal que habrá de desarrollarse en el próximo


sexenio, señala las actividades por emprenderse, de acuerdo con las
necesidades del país, y si me corresponde por la elección de las ma­
sas cumplir con ese plan, lo haré ajustándome a un amplio espíritu
revolucionario, dándole la interpretación que demanden las realida­
des del país.”

"Por el recorrido que he efectuado en esta Entidad, me he po­


dido dar cuenta de cómo se labora en Tabasco para formar una so­
la familia que logre el engrandecimiento de su territorio.”
Luciano Kubli, autor de este libro, aren­
gando a la multitud Cardenista en Alvaro
Obregón, Tab.— El G. General Cárdenas, e:
licenciado Garrido y sus acompañantes, en
la tribuna de honor, durante el festival de
recepción.
"El Plan Sexenal se desarrollará en forma más satisfactoria en
los Estados donde hay mejor organización social."

"Estoy seguro de que para realizar las obligaciones que he con­


traído con el proletariado nacional, contaré con las organizaciones
tabasqueñas. ”

"Estas juventudes rojinegras que nos han saludado en nuestra


jira por la Entidad, contarán con mi apoyo, fomentando su movi­
miento cooperativista."

"Ojalá todas las autoridades supieran estar a la altura de las res­


ponsabilidades que les demanda el pueblo de la República, interpre­
tando rectamente el espíritu de las leyes, con un amplio sentido
revolucionario."

"Hacer del país una inmensa cooperativa para que el beneficio


sea para los mismos trabajadores, mejorar el salario, elevar a planos
más altos la vida de las colectividades proletarias, debe ser misión
no tan sólo de ustedes, sino de todas las organizaciones de que dis­
pone México, consiguiendo que nuestras riquezas naturales no va­
yan a parar a manos extrañas."

“ Que no tengan egoísmos los trabajadores; antes al contrario,


que estén atentos para organizar a los compañeros dispersos, forman­
do brigadas de fomento cooperativista.”

"Pugnaremos porque se eleve el salario de la mujer, ya que su


fuerza de trabajo es acreedora a mejores jornales.”

"Seré el portavoz de lo que se hace en Tabasco. Diré en todos los


Estados que visite, que su organización social marcha hacia delante
por la voluntad de sus miembros, liberada de toda anarquía. Mani­
festaré que aquí no ha visto hombres armados, que se vive en com­
pleta libertad; añadiendo que la obra realizada se debe a la perseve­
rancia de un hombre que ha sabido captarse el cariño y la confianza
de las masas.”

"¿Quién puede negar el esfuerzo loable de un Gobierno que


prescinde del impuesto del alcohol, para beneficiar a la colectividad
de su Estado, a costa de una reducción presupuestal de gran impor­
tancia? ’

"Estoy en condiciones de declarar, que en Tabasco, no he sido


testigo de discordias, como en otras partes de la República, en donde
se despedazan las organizaciones de trabajadores por asuntos de po­
lítica local,' y que no he presenciado un sólo acto que sea bochornoso
para la vida del Estado."
VILL AHERMO SA !
L domingo 25, a las 13 hora3, en el campo de aterrizaje de

E Villahermosa, los divisionarios Calles y Cárdenas, renovan­


do su vieja e indestructible amistad, se abrazaron ante la
sonrisa cordial de Garrido, quién satisfecho de su obra, ansiosamen­
te había esperado ese momento, en que los dos más altos represen­
tativos de la Revolución Social, ratificaran su fe en el porvenir de
México, alentando a la3 izquierdas del país y sancionando con su
presencia !a tarea radical ejecutada en Tabasco.

Debieron de temblar en esos instantes, en toda la República, los


que sueñan en el avance de la contrarrevolución y piensan que el ré­
gimen de las mayorías proletarias está en decadencia.

Calles, desde la capital de México, había marchado al corazón


rojo del sureste, para decirles a los revolucionarios de Tabasco que
siguieran conservando su preeminencia como guiadores de multitu­
des, sin hacer caso de los aspavientos de los tímidos y la inquietud
burguesa de los estancados.

Ante la tribuna del pueblo. Calles y Cárdenas vieron desfilar a


cuarenta mil obreros del Tabasco Proletario, llevando en alto sus
banderas rojinegras, guiones de lucha y de conciencia de clase, míen-
tras como una inmensa flama ardían en todas las bocas los himnos so­
cialistas deí trabajo.

El Usumacinta humano se desborda por las calles de Villaher-


mosa y ahogaba todo pesimismo con su fino oleaje de niños y mu­
jeres.

Los hombres, jóvenes y adultos, como un ariete de acero tala­


draban el peñasco de la urbe, hasta localizar la veta del sentimiento
nacional.

Pasaban las mujeres sin yugos, cantando:


“ estamos forjando una patria libre” .

Pasaban los jóvenes rebeldes, gritando: “ no dejaremos que se


petrifique la Revolución, estamos trabajando por renovarla.”

Pasaban los adultos, sin quemaduras de alcohol en el espíritu,


exclamando: “ no dejaremos a nuestros hijos como herencia una
disimulada condición de esclavos; pugnaremos por asegurarles su
liberación económica.”

Marchaban todos, como ajustadas piezas de una gran maquina­


ria, obedientes a su sol libertario, cada quien con una antorcha, sin
temor a quemarse las almas.

Caminaban solemnes, escribiendo con sus pies en la tierra una


vibrante apoteosis de organización.

Sus rostros de combatientes se endurecían frente al pañuelo


que agitaba el Jefe de la Revolución.

Ellos sí podían gritar sin avergonzarse: “ Viva Calles” , “ Viva


Cárdenas” ; con el ejemplo habían adquirido ese derecho.

Soldados del Tabasco Nuevo, acababan de dejar el arado en el


surco y el libro bajo el laurel-escuela. Sus movimientos, atentos a una
simetría espiritual, daban la impresión de una fábrica en marcha, con
las chimeneas encajadas en la altura. . .
CALLES, CARDENAS y GARRIDO, jun­
tos en Villahermosa, Tab.— Los festejos en
honor de los ilustres huéspedes del pueblo
tabasqueño en 19114, constituyeron un acon­
tecimiento de trascendencia nacional.
Vistos desde un avión, parecerían metros rojinegros midiendo el
asombro de la ciudad.

Detrás de un clarín venía un saludo, detrás del saludo estaba el


pueblo.

Seguía cantando la arteria proletaria en el brazo nervudo de Ta-


basco:

"¡Salud, general Calles!" “ ¡Salud, general Cárdenas!"

La nieve se derretía en la cabeza de los ancianos.

Desfilaron ante la tribuna de la Revolución los hogares de Ta-


basco. ¡ La gran familia socialista llevaba en sus jaulas de oro los pá­
jaros azules del G rijalva!.. .

¡Imponente manifestación fue esa, que no dirigió el alcohol ni


el interés!

En la tarde, el general Cárdenas, al inaugurar en compañía del


Jefe de la Revolución y del Presidente del Partido Nacional Revolu­
cionario la Sexta Exposición Regional Tabasqueña, se dirigió al ho­
rizonte de trabajadores en los siguientes términos:

"Inauguramos esta Exposición Regional con mi más cálido elo­


gio para el esfuerzo de los hijos de esta Entidad, que se han propues­
to reorganizar su economía interior y las fuentes naturales de pro­
ducción de que se halla dotado su suelo.”

“ Quiero también aprovechar la oportunidad de encontrarse en


estos momentos el vigoroso orientador de las actividades económico-
sociales de México, para decir mi opinión sobre la situación que guar­
da ei pueblo de este Estado con relación al pensamiento y a la obra
que persigue la Revolución hecha Gobierno, pues me considero obli­
gado a estimular a todos aquellos grupos o funcionarios que cumplen
con el deber que nos imponen los postulados de nuestra reforma
social."

“ Creo firmemente que nos encontramos en presencia de un


verdadero laboratorio de la Revolución Mexicana, en el que el espí ­
ritu y las costumbres del pueblo tabasqueño, subyugado ayer por el
fanatismo y el vicio del alcohol, se han transformado hoy en digni­
dad personal, felicidad doméstica, en conciencia colectiva libre de
mitos y en vigor racial. En estos hechos tan trascendentales se encie­
rra, digámoslo así, 3a síntesis de un movimiento a desarrollar que
transformará el alma mexicana, pues las evidentes virtudes de nues­
tro pueblo son tan grandes, que a pesar de las fuerzas tradicionales
que lo oprimen, sabrá corresponder a todo impulso que trascienda a
su redención espiritual y económica, siguiendo el ejemplo del conglo­
merado y autoridades de esta Entidad que, aun a costa de sacrificios
de fuertes ingresos, se preocupan por mejorar su salud y eliminar el
culto idolátrico que subyugaba a las masas.”

“ Tengo confianza en que la intuición y moralidad de las clases


populares les harán comprender que en su propio interés está aso­
ciarse al desenvolvimiento de un plan, como el sustentado por el
Partido Nacional Revolucionario, que fundamentalmente se encauza
hacia la desaparición de los sistemas de explotación, que tanto obs­
truccionan la marcha de la civilización."

"Redimido el pueblo de Tabasco de] opio clerical y de la igno­


rancia y del vicio, ha entrado de lleno a un franco período de econo­
mía dirigida, que tiene por base la organización de las clases labo­
rantes en los sectores de producción agríqola e industrial, obteniendo
con ello una definitiva protección en su esfuerzo y un rendimiento
económico que deseamos a los pueblos de otras Entidades. Conviene
anotar que en este contingente clasista se aprovecha a los que ante­
riormente eran miembros de las llamadas clases sociales y que ahora
se confunden en un solo conglomerado lleno de entusiasmo por su
mej oramiento.

“ El arte y las diversiones mismas tienen una tendencia cultural


que se esparce por jardines y planteles, en los que se abandonan los
distanciamientos y egoísmos que antes hacían de la cultura y hasta
de la alegría, el privilegio de unos cuantos, pues hombrés y mujeres
del pueblo tabasqueño disfrutan hoy de sano regocijo y confraterm-
Otros aspectos de los memorables festivales
en honor de los Generales Calles y Cárde­
nas en Villahermosa, Tab., de imborrable
recuerdo en los anales del Estado.
zan su vida en las aulas y en frecuentes reuniones sociales que no
están maculadas por el dogma y el vicio, sino que contribuyen, dentro
de un ambiente de trabajo y moralidad, a la efectiva unidad social.”

“ Este movimiento arrollador que ha logrado vincular los inte­


reses e ideales de todos, ha traído como consecuencia necesaria la
incorporación de las numerosas tribus indígenas que residen en este
territorio, a la civilización que antes les negaba su capacidad demo­
crática, su igualdad civil y su consideración humana, desterrando el
alcoholismo y el fanatismo imperantes, protectores de castas y pri­
vilegios y causantes de la ignorancia y abandono en que yacían,
hasta el extremo de desconocer el idioma común de la nacionalidad,
las leyes que los protegen y aún la patria que habitan. Otra conse­
cuencia necesaria de este intenso movimiento social ha sido la elimi­
nación de todo choque, de todo encono personal y de todo interés
bastardo en las luchas electorales para la designación de sus manda­
tarios locales y representantes federales, pues es inconcuso que en el
sufragio, dentro de una colectividad organizada societariamente, no
representan ni pueden prevalecer los intereses individuales o priva­
dos, sobre los intereses colectivos.”

“ En esta magna tarea de transformación social, descuella la co­


laboración disciplinada y decidida de la juventud que se prepara a
producir más y mejor y de la mujer, identificada con el programa de
liberación de toda clase de especuladores del trabajo. Menciono con
especial propósito y aliento la dinámica y acertada obra del magisterio
tabasqueño que, revolucionando sistemas de enseñanza, pone la es­
cuela al servicio integral de las masas, convirtiéndola en un agente
de moralización general, de economía agrícola e industrial colectivas
y de solidaridad nacional.

"Son estas las razones fundamentales por las que el Director de


la Revolución dio siempre su apoyo más decidido a los gobiernos,
que en diversas entidades del país representaron una verdadera ten­
dencia de progreso general y un esfuerzo auténtico de su gobernante
para engrandecer a los pueblos."

"Es por esto también que no descansaré en repetir constante­


mente, como lo hago hoy, que se realice la organización en los traba­
jadores en un frente único, en el que todos tiendan la mano y
dentro del que, con particularidad, sean acogidas las agrupaciones que
por ignorancia o indolencia cstán'aún divorciadas de este propósito
de organización general, pues en otra forma será sumamente difícil
poderlos conducir con buen éxito, por el camino de su plena emanci­
pación, dentro de los cauces que con tanto acierto ha señalado la Re­
volución en su Plan Sexenal.”

‘ ‘Para terminar, felicito a todos los hombres avanzados de Mé­


xico, porque estoy seguro de que se sentirán satisfechos de que exis­
tan entidades en las que se haya interpretado fielmente la Revolu­
ción, y gobernantes que, com o el licenciado Garrido Canabal, han
sabido, en mi concepto, corresponder a la confianza y responsabilidad
que les depositó la Revolución.”

Fué el profesor Arnulfo Pérez H., uno de los»más sólidos valores


entre la juventud de México, quien en bellísima arenga comentó las
palabras del Candidato, analizando además la obra social de Tabasco,
en la que ha sabido colaborar con gran empeño.

Su pieza oratoria, valientemente troquelada, constituyó, en el


teatro al aire libre de la Exposición, el mejor saludo que el magisterio
tabasqueño y la juventud organizada del Estado dieron a la Revo­
lución en marcha, simbolizada por Calles y Cárdenas.
UNA S E M A N A D E T R A B A J O S O C I A L
En el hogar de los esposos Lie. Tomás Ga­
rrido y Dolores Llovera de Garrido, es ob­
jeto de atenciones el Gral. Lázaro Cárde­
nas. Al fondo; la madre amantísima del
reformador tabasqueño, señora Josefa Ca-
nabal de Garrido.

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