OPINIÓN CRÍTICA - ODEBRECHT - La Empresa Que Capturaba Gobiernos-CAP.5
OPINIÓN CRÍTICA - ODEBRECHT - La Empresa Que Capturaba Gobiernos-CAP.5
OPINIÓN CRÍTICA - ODEBRECHT - La Empresa Que Capturaba Gobiernos-CAP.5
Así que lo más lógico, al momento de constituir una sociedad jurídica, es que la empresa
asuma y aplique los valores éticos de sus representantes en base a lo que desean alcanzar,
que en esta situación se le conoce como ética empresarial. En razón a ello, Odebrecht,
empresa constructora brasileña reconocida a nivel internacional, se vio envuelta en el mayor
escándalo de corrupción y lavado de dinero (activos) de Latinoamérica, liderado por su CEO
Marcelo Odebrecht. Su objetivo era obtener los beneficios (rentabilidad) máximos posibles
adjudicándose las obras más importantes del país, a través de sobornos, otorgando
financiamiento a campañas políticas o realizando “pequeños pagos” por adelantado a
personas intermediarias del poder ejecutivo o legislativo del gobierno de turno. Claro está,
que para no levantar sospechas los depósitos se hacían en paraísos fiscales. Con este modus
operandi pudieron obtener proyectos como la construcción de la carretera Interoceánica sur
(IIRSA), el Metro de Lima, Irrigación Olmos, entre otros.
Este escándalo con la red tejida por Odebrecht en los gobiernos latinoamericanos y en
especial en nuestro país, hoy en día resulta ser una evidencia más de la crisis de valores
que se vive, así como también el cáncer que la corrupción representa y como esta se expande
en todos los niveles del Gobierno, siendo los mayores perjudicados el pueblo a que
supuestamente estos funcionarios representan, pero que a la vez es una muestra más que lo
que los motiva alcanzar esos cargos son sus intereses personales, pero el peruano que se
ha acostumbrado a que “roben, pero hagan obras” o elegir entre el “mal menor” o peor aún
en su falta de memoria nacional también forma parte de toda está red.
Sin importar partido alguno o “ideología” que mueva a los políticos, estos se unen para un fin
común y es enriquecer sus bolsillos. Sería absurdo hablar sobre ideologías o principios, pues
con todo este escándalo es evidente que ninguno de los involucrados sabe el significado de
lo que verdaderamente es correcto. Lo único que han resaltado por parte de Odebrecht es su
maravillosa capacidad de organización para conseguir la captura de los gobiernos de tantos
países donde con el discurso de buscar un “desarrollo económico del país” se llevaron a cabo
proyectos y leyes con nombre propio. Todas ellas sin la más mínima preocupación del
impacto que podría llevar esta a los pueblos, comunidades o el medio ambiente, mucho
menos se pensó en el precio que se tuvo que pagar, pues qué importa cuando el dinero no
es suyo ya que estos representantes del pueblo han dispuesto a diestra y siniestra de los
recursos de su gente.
Genera gran indignación que con el solo hecho de tener “conocidos” en los poderes más altos
de cualquier organización, en este caso el Estado, puedan lograr que pase desapercibido
tanta corrupción e injusticia a nivel nacional. Ante este contexto solo resuena y se reafirma el
refrán: “por la plata baila el mono”, pues los funcionarios públicos olvidan totalmente los
valores éticos que demanda su puesto y los que rigieron su vida personal en algún momento.
Perú es de los pocos países donde la mayoría de sus expresidentes tienen procesos legales
o están presos, estos se han valido de la debilidad de nuestro sistema para llevar a cabo los
favores a empresas como Odebrecht quienes se aprovecharon de la proclividad al soborno
de muchos políticos y funcionarios peruanos para llevar a cabo sus planes y entre todo este
caso descubierto , nos preguntamos ¿Quiénes más tienen capturados a nuestro gobierno? o
peor aún ¿Quiénes son los verdaderos dueños de nuestro país?
Es lamentable que todo un país se vea perjudicado por los intereses de los que dicen ser los
representantes de los ciudadanos y por empresas privadas que solo tienen por escrito y muy
bien guardado su manual de código ético, porque en la práctica no se aplica. Esperemos que
todos o la mayoría de los implicados al final se les juzgue por los delitos cometidos y se
fomente un compromiso ético en los empresarios, políticos, ciudadanos, etc. De esta manera
poco a poco la corrupción dejará de normalizarse y será nuestro peor enemigo.