Manual de Castor 602 Enfe Enge

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NOMBRE DEL MÓDULO: ENFERMERIA GERIATRICA

DOCENTE: MASS. MARICELA ALVARADO SANTIAGO

TEMA: “MANUAL DE LOS CUIDADOS GENERALES PARA


EL ADULTO MAYOR”

NOMBRE DEL ALUMNO:


ANA CECILIA MORALES MATEOS
XIMENA TORRES AQUINO
SARA ELI

GRUPO: 602 CARRERA: ENFERMERÍA


GENERAL SEMESTRE: 2.20.22

FECHA DE ENTREGA
Indice
Hoja de presentación.......................................................................................2
Índice.................................................................................................................3
Introducción.....................................................................................................6
Objetivo.............................................................................................................7
Adulto mayor....................................................................................................8
El envejecimiento.............................................................................................9
Dificultades cotidianas de los adultos mayores.........................................10
Inteligencia y memoria del adulto mayor.....................................................11
Trastornos del adulto mayor.........................................................................12
Tipos de adulto mayor...................................................................................13
Factores para que un adulto mayor reciba atención de un cuidador......14
Cuídador.........................................................................................................16

Características de orden general del cuídador...........................................18


Características específicas de un cuidador................................................18
Actividades de un cuidador..........................................................................19
Problemas del cuídador................................................................................22
Ayudar al cuidador.........................................................................................25
Aportar información al cuidador...................................................................26
Sugerencia para el cuidador..........................................................................27
La seguridad en el medio...............................................................................28
Cuidados del adulto mayor............................................................................34
Cuidados personales......................................................................................35
Aseo personal............................................................................................36
Problemas al vestirse y desvestirse.......................................................37
Dificultad a la hora de comer....................................................................44
Medicinas y monitoreo de salud...............................................................47
Administración de medicinas...................................................................48
Monitoreo de salud....................................................................................50
Terapia ocupacional para adultos mayores............................................58
Conclusión..................................................................................................63
INTRODUCCION
En la actualidad se ha incrementado la esperanza de vida de la gente. No
obstante, en algunas ocasiones las personas de edad avanzada han perdido
parcial o totalmente su independencia, debido principalmente a enfermedades
crónico-degenerativas que se agudizan con el pasar de los años. Por ello, es una
necesidad primordial para la sociedad el apoyo de la familia o de voluntarios
capaces de ayudar y cuidar al adulto mayor.
Para que el cuidador pueda seguir ejerciendo este gran servicio a la comunidad es
indispensable que tenga las herramientas adecuadas, es decir, se requiere poseer
los conocimientos básicos que les confieran seguridad, estrategias que eviten la
sobrecarga, así como la información de los recursos que se disponen para aliviar
el esfuerzo, con lo cual se pretende articular mecanismos de apoyo a los
cuidadores que brindan este gran servicio a la sociedad. Es por ello por lo que
este manual tiene como objetivo proporcionar los conocimientos básicos sobre las
características de los adultos mayores y algunos consejos prácticos para sus
cuidados.
OBJETIVOS

Este es un manual pretende


conseguir, convertirse en un conjunto
de herramientas para garantizar el
bienestar de las personas adultas
mayores, para conocer los procesos
basados en las alteraciones del
organismo humano como resultado de
la carga genética e interacción con el
ambiente. El cual fomentara una
cultura de respeto y trato digno a los
adultos mayores.
Fortalecerá su lugar en la familia y en
la sociedad, ayudándolo a estimular la
participación comunitaria en la
identificación y en la búsqueda de
soluciones a los problemas del adulto
mayor.
Facilitar al cuidador conocer la
atención, cuidados y riesgos que tiene
el adulto mayor, Procurando una
atención oportuna y de calidad a los
adultos mayores en materia de
nutrición, educación, cultura,
recreación, y atención psicológica,
para que éste disfrute de un
envejecimiento digno
.
ADULTO MAYOR

ADULTO MAYOR
ANA CECILIA MORALES MATEOS
De acuerdo con la Organización Mundial de la
Salud (OMS) se considera adulto mayor a
cualquier persona mayor de 60 años. Algunos
de ellos se consideran adultos mayores
disfuncionales debido a que, a causa de los
problemas naturales que conlleva el
envejecimiento, necesitan ayuda para llevar a
cabo sus actividades cotidianas. Además, las
personas de la tercera edad son más
vulnerables a diversas enfermedades y por lo
tanto requieren una constante observación y
atención médica.
Por otra parte, debido al aumento en la esperanza de vida, al proceso natural de
envejecimiento y a la vulnerabilidad física, social y psicológica se ha incrementado
el número de padecimientos y sus complicaciones, con predominio de las
enfermedades crónico-degenerativas, aunado a una vida más prolongada se
presenta un detrimento de la calidad de esta. Es importante considerar que es
posible ser un adulto mayor saludable, ya que el envejecimiento es un proceso de
cambios que tiene el organismo a través del tiempo y puede ser negativo o
positivo, según nuestro estilo de vida.

El envejecimiento
Antes que nada, debemos tener en mente que el
envejecimiento es un proceso absolutamente natural
e irremediable por el que atraviesa toda persona con
el paso del tiempo. Lo anterior resulta evidente, no
obstante, en los cuidadores de adultos mayores es
común que se sienta una especie de frustración
acompañada de tristeza, sobre todo en el caso de
que el cuidador sea un familiar cercano, que puede
no tener la comprensión total del estado de vejez.
Por otra parte, la concepción que se tiene de las
personas de edad avanzada no es muy positiva: se
asocia al adulto mayor con ideas como una etapa
productiva concluida, incapacidad y soledad.
Es común que nos olvidemos de que aún son
personas con capacidades, intereses e
inquietudes muy particulares. Nuestra labor a
nivel social es ayudarlos a redescubrir sus
capacidades y habilidades, enriquecer su
autoestima y hacerlos parte activa de un
grupo, principalmente su familia. Muchas de
las enfermedades crónico-degenerativas no
surgen propiamente durante la vejez, sino
que aparecen con anterioridad, pero se diagnostican hasta después.
Frecuentemente se cree que los padecimientos de la tercera edad son originados
por la vejez en sí misma, pero hay que considerar que el envejecimiento del
organismo no es uniforme, sino que algunos órganos envejecen más rápido que
otros. Ahora, otros puntos que debemos considerar sobre la vejez son:

 Es una etapa en la que el riesgo de enfermarse puede incrementarse, pero


el ejercicio y la actividad mental diaria lo disminuyen.
 Puede haber vulnerabilidad al estrés psicológico, fisiológico y social, que
aumentaría al presentar alguna enfermedad, accidentes, fallecimiento de
seres queridos, inseguridad económica entre otros.
 Es diferente para cada persona y por lo tanto tiene peculiaridades físicas,
psicológicas y sociales para cada individuo.

Dificultades cotidianas de los adultos mayores


El deterioro físico derivado del proceso natural del envejecimiento, asociado a
la presencia de una o más enfermedades y al estilo de vida del individuo,
puede provocar que los adultos mayores no consigan realizar por sí mismos
las actividades más elementales de la vida diaria. Algunas de las actividades
cotidianas en las que el adulto mayor encuentra dificultad para realizar son:

 Subir y bajar escaleras


 Aseo personal
 Vestirse
 Salir de la casa
 Apego a un tratamiento terapéutico
 Usar el teléfono
 Cocinar
 Asear la casa
 Moverse dentro de la casa
 Lavar la ropa
 Comer

Inteligencia y memoria del adulto mayor


Según un estudio realizado por Shaie y Willis, el nivel de inteligencia se mantiene
estable luego de los 30 años hasta mediados de los 50. Entre los 53 y los 60 años
se presenta un pequeño decremento y luego de los 60 se presenta una nueva
disminución.
Por lo general, se distinguen dos tipos funcionales
de inteligencia: la fluida y la cristalizada. La primera
representa la capacidad de resolver problemas
nuevos; la segunda, la capacidad de resolver
problemas según la acumulación de experiencias
anteriores. Por ende, la inteligencia fluida disminuye
conforme el tiempo transcurre, pero la cristalizada
aumenta; es decir que los adultos mayores
presentan un alto grado de inteligencia relacionada
a las experiencias. Además, es importante
considerar que las habilidades intelectuales pueden
mantenerse en un buen nivel de funcionamiento, sin
alteraciones importantes, a pesar del transcurrir del
tiempo.
En los adultos mayores, la memoria de corto plazo es la que se deteriora con más
facilidad. En cambio, es común que la memoria a largo plazo, asociada al pasado
lejano, se conserve asombrosamente. La creatividad de un adulto mayor, por su
parte, ciertamente puede resultar limitada a causa de problemas de salud o
incapacidad física, pero no hay que olvidar que la creatividad y la productividad no
dependen sólo de la salud, sino también de una apreciación y reconocimiento de
parte de las personas que lo rodean, por ello es importante integrar a los adultos
mayores y reconocer sus contribuciones dentro de su familia o entorno.

Trastornos del adulto mayor


Los cambios emocionales nos afectan a lo largo de
toda nuestra vida. En el caso del desarrollo del adulto
mayor, no es una excepción. De acuerdo con estudios
psicológicos y sociológicos, el adulto mayor sufre una
alteración en su autoestima y su entusiasmo debido
principalmente a los siguientes factores:
Deterioro físico y biológico. Por ejemplo, el
debilitamiento o la pérdida total de las capacidades
visuales, motrices y auditivas que pueden
degenerar en la pérdida de la autonomía. Paso de
persona laboral a persona jubilada.
Éste es uno de los hechos más comunes que
suelen contribuir a disminuir la autoestima del
adulto mayor, pues cuando se jubila y comienza a
sentirse improductivo deja de tener una actividad
que lo obligue a mantener una vida activa; por ello,
es usual que, cuando han dejado de trabajar,
permanezcan aislados en su hogar por largos
periodos.
Abandono de hijos. El adulto mayor se siente abandonado cuando los hijos
deciden independizarse del lazo paterno o materno, ya sea para formar una familia
o para generar un espacio de convivencia propia.
Además de estos factores existen otros que pueden afectar su estado de ánimo,
como pueden ser: muerte de seres queridos, indiferencia por la vida, miedo a la
cercanía de la muerte, etc.
Todos estos afectan el ánimo de los adultos mayores y pueden provocar que se
retraigan y se aíslen. Por ello, es necesario tomar medidas adecuadas para evitar
tales trastornos.

TIPOS DE ADULTO MAYOR


La Geriatría, especialidad médica que trata a los adultos mayores, los clasifica en
funcionales y disfuncionales basándose en escalas que miden la capacidad para
realizar las actividades de la vida diaria.
Los adultos mayores funcionales son aquellos que
pueden llevar a cabo sus actividades cotidianas sin
dificultad o bien con mínima dificultad, por lo que
pueden mantenerse independientes.
Se considera disfuncionales a aquellos adultos
mayores que por algún motivo presentan una
limitación para efectuar las tareas mínimas
necesarias para valerse por sí mismos.
El adulto mayor independiente busca proveerse de medidas que beneficien su
propia seguridad; es decir, que es capaz de mantener un entorno seguro para él
mismo, o acondicionarlo según sus necesidades.
Podríamos decir que la seguridad del adulto independiente
proviene de la conciencia que tiene de su propio estado y
de su propia condición, lo cual le confiere una estabilidad
lo mismo física que emocional
Por su parte, el adulto dependiente puede presentar un
déficit cognitivo que no le permite discernir entre las
situaciones seguras y las situaciones de peligro. De igual
manera, no adecúa sus actividades y su entorno a los
cambios propios del proceso de envejecimiento que
afectan de forma significativa la necesidad de seguridad.
Por ello es necesario insistir en que la seguridad en el adulto mayor es un
elemento de suma importancia en tanto que está relacionada con la satisfacción
global de las necesidades restantes. El objetivo primordial del cuidador, en este
sentido, consiste en mantener un entorno seguro en relación con la característica.

Factores para un adulto mayor reciba atención


de un cuidador
Es importante reconocer cuáles son los
factores determinantes para que un adulto
mayor deba recibir ayuda por parte de un
cuidador. A continuación, los
mencionamos: Factores físicos asociados
con la edad que se dan cuando el adulto
mayor se ve imposibilitado a realizar
actividades que solían ser cotidianas y
sencillas, tales como:

 El deterioro natural del


cuerpo por envejecimiento.
 Enfermedades degenerativas
 Disminución o pérdida total de las habilidades motrices, visuales o
auditivas.
Factores psicológicos generados por:

 Depresión
 Trastornos del ánimo
 Alteraciones de la memoria
Factores sociales que tienen que ver con:

 Escasos recursos económicos


 Vivienda inadecuada para su desarrollo
 Falta de atención por parte de los
familiares
Una vez que hemos reconocido los problemas
del adulto mayor, es necesario aprender
cuáles deben ser las características de un
cuidador y qué tipos de cuidados necesitan
ser llevados por ellos.
CUIDADOR DEL
AULTO MAYOR

La adaptación al
envejecimiento no es tarea fácil
para los adultos mayores y requiere que las
personas que participan en su cuidado se
caractericen por una muy especial vocación y amor al trabajo con este grupo de
personas, lo que significa que será necesaria una actitud que implique valores
como el respeto por el otro, la autonomía y la compasión para brindar cuidados
humanitarios al adulto mayor.
El propósito de este trabajo es ayudar al adulto mayor y a sus cuidadores a
enfrentar el envejecimiento, entendiéndolo como un proceso natural y adaptativo e
interviniendo en el favorecimiento de sus fuentes de poder. Estas últimas son la
fuerza física, la reserva psicológica y social, el concepto de sí mismo y su
autoestima, la energía, el conocimiento, la motivación y las creencias.
Para lograr lo anterior, se requiere de personas que se destaquen por sus
actitudes, habilidades y valores en el campo de la ética, la actitud humanitaria, la
sensibilidad, el respeto y el amor al adulto mayor y el interés por el desarrollo
personal.
El cuidador debe mantener una actitud positiva hacia los adultos mayores y la
adaptación a todos los cambios que experimentan, favoreciendo la integración y la
satisfacción personal con lo que han vivido.
En la identificación de la fragilidad real y de la dependencia del adulto mayor,
radica la posibilidad de hacer bien a otro. Esto puede construirse y experimentarse
en quien se empeñe en ser cuidador. Con la experiencia de un adulto mayor
necesitado de salud, nace la posibilidad de hacer bien a otro.
Podemos ser responsables de otro, cuando descubrimos que no estamos solos en
el mundo y que es posible estar con nuestros semejantes cuidándolos y
cuidándonos.
Hay que considerar que en muchos casos ser
adulto mayor es ser vulnerable cuando se está
expuesto a un mayor desgaste o a la soledad.
Los cuidadores deben saber que toda
atención del adulto mayor debe hacerse
desde una visión integral. Según ésta, el
adulto mayor será atendido con base en
su situación médica general, su
capacidad funcional y el entorno en el
que se desenvuelve. En este sentido,
existe una importante labor de educación
sanitaria, que puede mejorar claramente
la calidad asistencial del adulto mayor dependiente o disfuncional.
En primer lugar, es importante saber en qué condiciones se encuentra el adulto
mayor: cuál es su estado de salud y qué tan dependiente es. Después de obtener
la información de la situación funcional de base, habrá que seguir de cerca
cualquier deterioro de esta, para programar a tiempo la necesidad de apoyo social.
Hay que alentar al adulto mayor para que mantenga el máximo tiempo posible su
participación en las actividades de autocuidado y tareas domésticas, pese a que
las realice con esfuerzo y de forma inadecuada. Así al menos se conseguirá frenar
en parte la pérdida funcional.
Entre las habilidades que son necesarias para el cuidado del adulto mayor,
enunciamos las más destacadas, a partir de las cuáles será más fácil el trabajo del
cuidador, éstas son: la comunicación, el manejo de conductas problemáticas
(deambulación, agresividad, incontinencia), la resolución de problemas de otra
índole, como la higiene, etcétera.
En lo que se refiere al entrenamiento en habilidades básicas para el cuidador,
resalta que no sólo se abordan a nivel de cuidado del adulto mayor, sino que se
destacan las referidas al autocuidado.
Los cuidadores deberán estar al tanto de que el envejecimiento es un proceso
normal, como la relación de la vejez con las enfermedades e incapacidades del
adulto mayor, así como la forma en que pueden presentarse las enfermedades.

CARACTERISTICAS DE ORDEN
GENERAL DEL CUIDADOR
Sexo: Mujeres / Hombres
Estado Civil: Indistinto
Nivel Educativo Mínimo: Educación
Primaria (que
pueda entender, por ejemplo, una Instrucción médica escrita o una receta)
Psicológicamente y en las relaciones con otros:

 Psicológicamente estable
 Poseer capacidad para relacionarse fácilmente con otras personas, que
establezca lazos de buena calidad.
 Poseer capacidad de empatía, es decir, que tenga comprensión hacia el
adulto mayor (de sus problemas de salud y su estado anímico).
 Sentir satisfacción por servir y ayudar a otro adulto mayor.
 Saber la importancia que tiene su quehacer con el paciente adulto mayor.

CARACTERISTICAS ESPECIFICAS DEL


CUIDADOR
En primer lugar, es un adulto el que
recibirá capacitación como cuidador-
acompañante y que brindará ayuda a un
adulto mayor. Es posible que el cuidador
no reciba un salario o prestación por su
trabajo, el cual debe ser motivado por su
afán de servir y ayudar, por el afecto y
solidaridad con la familia, en su caso, o
por la satisfacción de ayudar y de servir
al adulto mayor.
Es un cuidador secundario elemental, ya que sólo tendrá a su cargo la realización
de algunas acciones básicas para ejecutar. Es decir, no se encargará del cuidado
del adulto mayor completamente ni todo el tiempo, sino con las limitaciones que
amerite el caso. El cuidador permanecerá con el adulto mayor por las mañanas (si
es el caso) en colaboración con los familiares de éste, quienes se comprometerán
a cuidar de él por las tardes o noches, y no tendrá a su cargo pacientes graves o
que requieran ciertos manejos o cuidados con un perfil determinado.

ACTIVIDADES DEL CUIDADOR


A partir de una edad, se van perdiendo las aptitudes psicomotrices, cognitivas y
sociales. Esas pérdidas producen una disminución considerable de la
funcionalidad de los mayores. Todas estas circunstancias ocasionan sentimientos
de inutilidad que deberán ser resueltos a través de la acción interactiva de todo el
que se encargue del adulto mayor.
El cuidador es quien participa directamente en
la atención del adulto mayor y puede ayudar en
la detección de síntomas de alarma de su
estado físico y psíquico. Por lo que en un inicio
deberá estar atendiendo al estado de fragilidad,
de la capacidad aeróbica (buen funcionamiento
en corazón, vasos sanguíneos, pulmones), de
la función cognitiva (inteligencia y memoria) y
del estado nutricional del adulto mayor, así
como la vulnerabilidad a que pueda estar
expuesto. También debe poner atención a la
fragilidad afectiva, así como a la fragilidad social, es decir, aquellos que viven en
una situación muy condicionada por la jubilación como situación de aislamiento
social, la situación económica precaria, viviendas inadaptadas, familia con
conflictos generacionales, etcétera.
El tema de la fragilidad del adulto mayor centra cada día más el interés de los
geriatras (especialistas de la salud del adulto mayor), ya que del estado del adulto
mayor va a depender la medida de nuestro quehacer sociosanitario, es decir, de la
consideración, el empeño, la efectividad de los cuidados y las estrategias de
protección que ellos merecen y necesitan.
En primer lugar, tendremos que poner atención a la pérdida de funciones que esté
presente en cada adulto mayor y, en segundo lugar, una vez que sabemos las
limitaciones, intentaremos mejorar sus aptitudes y adaptarlo desde el punto de
vista holístico, lo que quiere decir la integración de los diferentes elementos que
conforman la vida del adulto mayor.
Es muy importante que pongamos énfasis especial en las características del
adulto mayor con respecto al padecimiento de las enfermedades, sobre todo de
las crónicas, y el efecto que producen en su bienestar físico, psíquico y social.
También debemos considerar que el contexto, en el caso de los mayores, ejerce
una gran influencia. El lugar donde se vive se proyecta sobre todos nosotros, pero
en el caso de ellos, además, marca diferentes perfiles de envejecimiento; por lo
tanto, una forma de afrontar la problemática es
profundizar en las características de la comunidad
donde vive.
La información sobre el ambiente en el que se
desarrolla el adulto mayor y que puede ser útil
para mejorar la ayuda que se prestará, es la
siguiente:
 Ambiente social: estilo de residencia, personas con las que se relaciona,
concepción de la forma de vida actual.
 características económicas: papel que
desempeña a nivel familiar, ingresos
económicos, categoría de gastos
económicos que realiza, percepción sobre el
nivel de ingresos de la situación jubilado.
 Hábitat (lugar en donde vive): tipo de
vivienda y manera de afrontar los gastos
derivados del mantenimiento, estado y
equipamientos de ésta; comodidad y
accesibilidad en relación con su estado
físico.
 Percepción personal (¿cómo se ve a sí mismo el adulto mayor?):
Percepción de las habilidades cognitivas, percepción del estado físico, del
estado de ánimo, sobre los principales problemas que afronta, del tipo de
ayuda que recibe, conocimiento de los servicios a los que puede acceder.
 Vida diaria: Asistencia y uso de instituciones para los mayores, uso del
tiempo disponible, relación con organizaciones y asociaciones, preferencias
sobre actividades que puede realizar.
 Sanitaria: Percepción sobre el estado de salud, uso de servicios,
percepción sobre la vejez.
 Socio sanitaria: Conocimiento sobre los servicios
socio sanitarios, uso de estos servicios, canales
de información, presentación de servicios
solicitados. Aunque no siempre se puede saber en
qué lugar y cómo se desarrolla el adulto mayor,
podemos obtener información de los familiares y
del mismo, siempre y cuando se respete su
privacidad.
De manera general el cuidador llevará a cabo las
siguientes tareas, con la finalidad de atender los cuidados que necesite el adulto
mayor y además favorecer el establecimiento de vínculos de buena calidad entre
él y otras personas. También se verá enriquecida su calidad de vida en la
cotidiana. Luego de las especificaciones de este apartado de tareas por parte del
cuidador, de manera general podemos decir que éste se encargará de (a reserva
de las especificaciones de cada caso particular):

 Ayudar al adulto mayor a desplazarse dentro de la casa habitación (caminar


o ir al baño).
 Estar al tanto de la toma de medicamentos por parte del adulto mayor.
 Apoyar en la realización de algunas acciones elementales, como llevarle un
vaso con agua, acercarle el radio, pasarle una revista, etc.
 Como mencionamos anteriormente, el
cuidador es la primera persona que nos
ayudará a monitorear el estado general
de salud del adulto mayor (temperatura,
estado de ánimo, etcétera).
 Dar pronto aviso a las personas
correspondientes en caso de que el
adulto mayor sufra un agravamiento de
su estado de salud, con la finalidad de
que se proceda a enviar un médico para
su atención.
 Leer al adulto mayor revistas, periódicos, libros y demás materiales que
permitan mantenerlo atento y realizando alguna actividad
 Comentar con el adulto mayor o charlar acerca de las noticias, de los
acontecimientos de la comunidad, algún programa televisivo, etcétera.
 Procurar mantener buenas relaciones con los familiares del adulto mayor y
mantenerlos informados sobre su situación, así como promover su
participación en el cuidado del adulto mayor (en caso de que no lo hagan).
 Informar al médico y al otro cuidador (si lo hay) del estado del paciente y lo
que ha requerido.
 Estar al tanto del suministro de medicamentos y acudir a comprarlos (si es
necesario).
 Comprar los alimentos que requiera el adulto.

Problemas del cuidador


Las condiciones y consecuencias de cuidar de una persona dependiente varían de
una situación a otra. Las circunstancias económicas,
sociales y otras pueden determinar un mejor o peor ajuste y
adaptación de las personas implicadas en las tareas propias
del cuidado. De igual forma, el tipo de enfermedad que
origina la situación de dependencia influirá en los efectos
que el problema provoque en la dinámica familiar o en la
relación cuidador-acompañante. Si bien los problemas que
pueden afectar a la persona que está a cargo de la persona
dependiente son variables, se han identificado una serie de síntomas que pueden
estar presentes junto al cansancio y la tensión acumulada que se origina en estas
situaciones. Puede aparecer una serie de problemas en cuatro áreas de la vida:
1. A nivel físico: Lo primero que puede aparecer es una sensación de
cansancio excesivo y permanente, con estado de sobrecarga de trabajo,
aumento o disminución de apetito. Si la dedicación es muy intensa, el
cuidador termina por abandonar el cuidado de sí mismo. La situación puede
conducir a padecer problemas como úlceras, somatizaciones, dolores
articulares, cervicalgias, dorsalgias, lumbalgias (dolor a lo largo de la
espalda).
2. A nivel psicológico: Puede presentarse en ocasiones que el cuidador, sin
darse cuenta, está pensando siempre en el adulto mayor, lo que le hace
desarrollar la concentración en un solo tema, una sensación como de estar
atado a algo, no sentirse libre, porque cada cosa que se organiza piensa o
tiene que hacer, está mediada por preguntas como ¿qué hago con? o
¿cómo me organizo para? Este estrés continuo puede generar una
disminución en la autoestima, producir apatía, desmotivación, cambios de
humor, inestabilidad emocional, irritabilidad, incluso sentimientos de culpa y
depresión. También puede generar una excesiva atención e interés en el
enfermo, del mismo modo, se puede sentir que viven bajo la presión del
tiempo.
3. A nivel familiar: En el caso de que el cuidador sea un miembro de la
familia del adulto mayor habría que distinguir si éste pertenece a una
relación de procedencia entre la familia (hermanos) y la familia creada
(hijos, esposa, marido) por el cuidador. Respecto a la primera, formada por
los hermanos, teóricamente con la misma responsabilidad ante el
progenitor, los problemas que mencionamos antes a veces producen
reforzamiento de los lazos familiares, ya que todos se implican, si no por
igual, al menos, cada uno según sus posibilidades. Pero lo más frecuente
es que aparezcan conflictos, porque cada uno tiene su punto de vista, al
que hay que añadir el del cónyuge, sobre la forma de afrontar la situación y
esto hace muy difícil el acuerdo,
suele originar distanciamientos
entre hermanos y un desgaste en
la relación, que con el tiempo va
pasando una costosa factura en
el estado de ánimo del cuidador o
cuidadores.
Respecto a la familia creada por
el propio cuidador, afecta a las
relaciones con la pareja y con los
hijos porque la cuidadora, casi siempre mujer, dedica al adulto mayor parte
del tiempo que solía ser para sus hijos y su pareja. Además, la presencia
del enfermo en el ámbito familiar implica no sólo una reorganización de
espacios sino un cambio y, a veces, alteración significativa de la
convivencia familiar.
4. Social: Las primeras renuncias que aparecen de un cuidador están
relacionadas con el tiempo de ocio que solemos utilizar con los amigos,
vecinos, visitando a otros familiares, etcétera. El cuidador se sobrecarga
con las tareas requeridas con el adulto mayor a costa de disminuir las
relaciones sociales, tan necesarias para mantener un nivel aceptable de
salud mental. Así, la presencia en actos sociales como ferias, bodas, u
otras actividades cotidianas va disminuyendo cada vez más, de forma que
algunos cuidadores terminan saliendo de casa exclusivamente para
cuestiones imprescindibles como ir al médico, a la farmacia, a hacer las
compras cotidianas, tirar la basura y cosas similares. Este estilo de vida,
con el tiempo afecta a la propia personalidad del cuidador. No todos los
cuidadores manifiestan las mismas reacciones pues las consecuencias
para el cuidador están mediadas por variables de tipo social y cultural.
Es importante decir también que cuando el cuidador es el propio cónyuge, la
situación suele ser totalmente distinta, porque muchos de los problemas aquí
expresados se viven de otra forma. Cada vez con más frecuencia podemos
observar la práctica habitual de familias que deben hacerse cargo de alguno de
sus miembros, en su mayoría personas mayores, que padecen alguna
enfermedad crónica. Cuando se sienten incapaces de manejar la vida diaria con
todas las responsabilidades que implica el cuidado, comienzan a ocurrir signos y
síntomas por las dificultades que afrontan. Con frecuencia los cuidadores no
identifican claramente los problemas y, por tanto, no encuentran soluciones.
La mayoría de las familias se adaptan,
aunque pasen por periodos de
inestabilidad o dificultad, los cuales
incluso precipitan episodios de crisis
que pueden afectar a todos sus
componentes, especialmente a la
persona encargada, que es el miembro
de la familia a quien se delega el
cuidado del enfermo y que soporta la
mayor parte de sobrecarga.
Algunas de las áreas generales a
trabajar serían las siguientes: habilidades sociales y técnicas de comunicación, las
preocupaciones, cómo controlar los pensamientos negativos y las emociones, la
familia, técnicas de relajación, etcétera.
Éstos son especialmente vulnerables a padecer un síndrome del cuidador, puesto
que a las características del cuidado hay que añadir las propias de su edad y
patologías.
De manera general las complicaciones pueden estar dadas por alguno de los
siguientes factores:

 Puede empezar a existir una mutua


dependencia. Al mismo tiempo es
posible que se desarrollen sentimientos
de culpa y remordimientos.
 El tiempo que lleve el cuidador a cargo
del adulto mayor.
 La ayuda familiar que reciba
 La ayuda social que reciba
 El nivel de tolerancia al estrés que tenga
 La carga de responsabilidades que
tenga
 La gravedad y estadio de la patología que presente su familiar

Teniendo en cuenta la evolución de la condición del adulto mayor y su impacto en


la vida familiar, podemos extraer una serie de conclusiones relevantes a la hora de
planificar las estrategias de intervención con la familia:

 Hay que considerar que los factores que causan estrés y sobrecarga entre
los familiares pueden ir cambiando en las diferentes etapas del proceso de
atención y cuidado.
 Anticipar su posible aparición y adoptar las medidas de prevención
necesarias.
 Tomar en consideración el periodo de tiempo transcurrido desde el inicio de
la atención y cuidados hasta el momento actual. Las demandas y motivos
de preocupación serán distintos en cada momento.
 Las estrategias de cuidado y atención no pueden ser consideradas como un
conjunto de acciones puntuales durante un periodo determinado, hay que
plantear un seguimiento que permita prestar atención a nuevas demandas o
necesidades que vayan apareciendo.

Ayudar a el cuidador:
El cuidado de las personas mayores
dependientes no es sólo un problema familiar. Es
también un problema social, económico, político,
sanitario, etcétera, y es importante que la
persona responsable tome conciencia de ello. La
forma de afrontar los cuidados tiene gran
importancia para la supervivencia del cuidador
sin agotarse en el largo recorrido que se le
presenta por delante. Lo primero que nos gustaría sugerir para mantener su salud
es que busque ayuda, se deje ayudar y no abandone, al menos totalmente, otras
actividades de su vida como el trabajo, aficiones, relaciones sociales, etcétera.
Las ayudas pueden estar en la propia familia, en el apoyo informal, en las
asociaciones de afectados, etcétera. Mantener sus relaciones sociales, y no
desconectarse de su actividad laboral, va a ser un elemento importante para su
equilibrio psicológico y su salud física y mental. Por tanto, desde aquí animamos a
quien esté en esta situación a hacerlo sin complejos, por encima del ¿qué dirán?
Por ello, nos permitimos sugerir la necesidad e importancia de que el cuidador se
cuide a sí mismo, porque así, el paciente estará mejor atendido, pero si está
agotado, es imposible que pueda dar correcta atención.

Aportar información al cuidador


Es necesario que, para que la persona que está
al cuidado del adulto mayor pueda realizar de
manera eficiente las actividades que le
correspondan, o tenga a la mano la información
necesaria respecto a la enfermedad del adulto
mayor, la ayuda que ellos pueden prestar, los
recursos y servicios disponibles, el acceso a
dichos recursos y servicios, la resolución de
problemas de comportamiento en la persona
cuidada y la resolución de otro tipo de
problemas: laborales, familiares, económicos.
Con todo ello, se pretende clarificar y despojar de dudas al cuidador, en cuanto a
la tarea de hacerse cargo del adulto mayor; de esa forma, el cuidador sabrá qué
se debe hacer y, del mismo modo, qué está en sus manos. Por lo que se refiere al
autocuidado, el énfasis queda determinado en la consecución de una mejor
calidad de vida, a través de la instauración de hábitos saludables, en relación con
la comida, al descanso, al ejercicio físico, así como que el cuidador pueda
disponer del tiempo propio para utilizarlo en actividades que le proporcionen
bienestar y un aumento de autoestima. El último aspecto, el del apoyo emocional,
va encaminado a que el cuidador comparta sus sentimientos con personas que se
encuentran en una situación similar, buscando así una comprensión más directa
de alguien con quien comparte vivencias y sentimientos.

Sugerencias para el cuidador


Aunque no existe una manera eficaz de
evitar el proceso evolutivo de ciertos
padecimientos en los adultos mayores, sí
pueden controlarse los efectos que estos
les ocasionan a los familiares directos, así
como a los cuidadores que no sean
familiares. De modo que necesitan
cuidarse para así poder continuar
brindando ayuda y servicio al adulto
mayor y, por lo tanto, es conveniente:

 Documentarse lo más posible


acerca de la enfermedad que el
adulto mayor a su cuidado padece.
 Simplificar el estilo de vida, es decir, reorganizar nuestras actividades.
 Planear el día, establecer relaciones con otras personas para obtener
apoyo o permitir que familiares, amigos o grupos de apoyo nos ayuden.
 Tomar las cosas con calma al enfrentar la situación.
 Conservar el sentido del humor
 Canalizar la energía en actividades que el adulto mayor aún pueda realizar
y disfrutar.
 Tener en cuenta siempre que deben ofrecer su ayuda y apoyo al adulto
mayor de la mejor manera posible.
 Tener a su disposición grupos de apoyo y ayuda espiritual.
 Entender que el cuerpo tiene sus límites.

Aplicando estas sugerencias es posible reducir las reacciones catastróficas, tanto


del paciente como de los
cuidadores.
LA SEGURIDAD EN
EL MEDIO
KARLA Y ARIADNA

En principio, para proteger al adulto mayor y facilitar las tareas del cuidador,
debemos tratar, en la medida de lo posible y siempre que existan las condiciones
para hacerlo, quitar cualquier peligro ambiental y simplificarlo al máximo; es decir,
cuantos menos obstáculos haya en su entorno, mayor seguridad tendrá. Los
adultos mayores suelen ser más sensibles a los cambios, además que son
fácilmente notados por ellos. Es por eso por lo que en el entorno general
debemos:

 Verificar que la intensidad de la luz sea la misma en


habitaciones, pasillos y baños.
 Pintar escalones y desniveles con colores
que contrasten, para que sean más visibles.
 Pegar cinta antiderrapante en las orillas de
pisos y escalones para evitar cualquier
accidente como tropezar, y poder distinguir
un nivel de otro.
 Usar colores contrastantes en platos, cubiertos y
manteles, para facilitar su identificación.
 Usar vajilla de plástico para evitar accidentes o lesiones si se rompen
 Reducir los niveles de ruido dentro de la casa, la música a bajo volumen
puede ayudar a calmar al adulto mayor.
 Instalar en la cocina algún sistema de protección, si es necesario, sobre
todo en la estufa y la despensa, así como en los anaqueles donde se
guardan productos de limpieza jabones, detergentes, blanqueadores, limpia
hornos y limpiavidrios
 Hacer lo mismo con los productos químicos solventes, ácidos, productos
alcalinos, entre otros, para evitar accidentes, ya que así se pueden evitar
lesiones para algunos adultos mayores.

 Coloque barras de apoyo en el baño y en todos los lugares donde se
requiera.
Más adelante mencionaremos los tipos de cambios
que deben hacerse en cada una de las áreas en
donde se desenvuelve el adulto mayo
Es muy importante que el medio sea adaptado a las necesidades del adulto
mayor. Por ello debemos:

 Promover un trato digno para el adulto mayor. Hacer que se sienta seguro.
 Proveerlo de actividades y tareas apropiadas, siempre dentro de un
ambiente conocido y hogareño. Proporcionarle control individual y
privacidad

 Darle la oportunidad de socializarse.
 Ser flexible para apoyar sus necesidades
físicas y de conducta.
 Si el adulto mayor se siente en un lugar
seguro, aumentará también su nivel de
autoestima, ya que se sentirá con mayor
independencia para llevar a cabo actividades
cotidianas sin la ayuda de un tercero.
 Cambios de la estructura de la casa

Otro aspecto de suma importancia en relación con el cuidado del adulto mayor
disfuncional o dependiente radica en la adecuación del hogar para las exigencias
de la vejez. Es por ello por lo que nuestra prioridad será establecer un entorno
adecuado para la seguridad y recreación de nuestro adulto mayor.
La adaptación del entorno debe partir de tres aspectos fundamentales: comodidad,
seguridad y movilidad. Es importante no pasar por alto que estas adaptaciones en
el hogar respetarán las necesidades individuales del adulto mayor teniendo en
cuenta aspectos funcionales, sanitarios y de seguridad. Y es que si llevamos a
cabo con éxito todo lo anterior estaremos asegurando una mejora en la
autoestima, la dignidad y la independencia del adulto mayor.
Las modificaciones en las distintas habitaciones de la casa deben hacerse de
acuerdo con la situación de cada adulto mayor, ya que éstas pueden variar
considerablemente en cada caso. No obstante, en general:

 Simplificaremos el ambiente al máximo para proteger al adulto mayor.


 Cuanto menos mueble haya, mejor.
 Eliminaremos muebles inestables y esquinas con los que el paciente pueda
tropezar y lastimarse.
 Evitaremos tapetes sueltos y pisos encerados o resbalosos.
 El desplazamiento libre del adulto mayor en las diferentes habitaciones
de la casa le proporcionarán movilidad y evitará accidente
En los siguientes apartados, enlistaremos algunas sugerencias para la
modificación de la casa.
La entrada
En cuanto a la entrada es pertinente pensar en:

 Que esté habilitada para usuarios en silla de


ruedas (deberá contar con rampas, ascensores o
puertas anchas).
 Pasillos largos y escaleras con pasamanos en
ambos lados.
 Buena iluminación y una Instalación eléctrica
perfectamente distribuida (los interruptores
situados de tal modo que el espacio oscuro pueda
iluminarse antes de entrar)
 Los pisos lisos, nivelados y en buen estado para
transitar sin dificultad (no deben contar con
superficies resbaladizas: las superficies más seguras son las baldosas sin
esmaltar, las de vinilo y las de madera sin pulir).
La sala
Debe estar provista de:

 Mínimo, un sillón cómodo poco profundo, de poca altura para que los pies
no queden colgando; con asientos y respaldos firmes, así como apoya-
brazos largos.
 Gimnasio y sala de terapia ocupacional.
 Usar colores contrastantes y cálidos con el fin de diferenciar los objetos
dentro del espacio.
El comedor
En el comedor, será necesario contar con:

 Sillas livianas, seguras y estables.


 No debe haber bordes filosos ni salientes puntiagudas en que se pueda
atorar la ropa o que incluso sean capaces de lastimar.
 La altura ideal de la mesa oscila entre los 70 y 80 centímetros
 Las patas deben ser rectas y sin sobresalir
de la tabla.
 Las mesas deben constar de cuatro patas y
no de una sola central.

El dormitorio
En el caso del dormitorio será de gran utilidad:

 Decorar con objetos del agrado del adulto mayor en cuestión: fotos, libros,
pinturas, objetos personales, etc.
 Timbre al alcance de la cama para que
lo puedan accionar con facilidad en
caso de ser necesario.
 La cama debe ser cómoda, de fácil
entrada y salida, sin dificultades para
ser tendida y alejada de la pared.
 Deben usarse camas articuladas y de
baja estatura por fines de comodidad.

El cuarto de baño
A medida que el deterioro avanza, el adulto mayor puede presentar torpeza y
confusión en el
camino al baño; a veces es posible que se presente la necesidad de ayuda, pero
le da vergüenza pedirla; en otras ocasiones puede suceder que no encuentra el
baño a tiempo, de modo que él no sabe qué hacer; puede aparecer dificultad para
usar el equipo, como la regadera, el lavabo, y cuesta trabajo llevar a cabo todos
los mecanismos de rutina que son necesarios en el cuarto de baño, como
bañarse, lavarse, y el debido uso del retrete
Las siguientes medidas pueden ser de utilidad según sean las necesidades
particulares de cada adulto mayor:
 Cerciórese de que el adulto mayor use ropa fácil de quitar, por ejemplo,
pantalones con elástico en la cintura en vez de botones, broches o
cremalleras, preferentemente juegos de dos piezas como la ropa deportiva.
 La puerta del baño y el cancel se deben poder abrir
desde afuera.
 La puerta del baño contará con un ancho de 80
centímetros como mínimo para posibilitar la entrada
de sillas de ruedas. Asimismo, el espacio para
moverse cómodamente dentro del baño con la silla
de ruedas debe ser de 1.50 metros por 1.50 metros.
 Colocar barras de apoyo donde se requieran, por
ejemplo, en la regadera o en el excusado si es que al
adulto mayor se le dificulta sentarse o pararse de un asiento demasiado
bajo.
 Colocar un asiento suave sobre el excusado, de
color llamativo
 Quitarle la tapa del asiento al retrete.
 Vigilar que haya buena iluminación y
ventilación.
 Se debe contar con un timbre para
emergencias.
 Finalmente, si contamos con todas estas
adaptaciones en nuestro hogar contribuiremos a
que el adulto mayor se desenvuelva de manera plena y satisfactoria lo
mismo para él como para nosotros, sus cuidadore
CUIDADOS
DEL ADULTO
MAYOR

XIMENA E IVAN
El adulto mayor puede necesitar ayuda para acostarse o levantarse de la cama,
para el aseo y limpieza personal, incluso algunos haya que darles de comer. El
cuidador debe procurar hablar al adulto mayor con voz suave y de frente, llamarle
por su nombre, despacio, y ser paciente con él. Expresar claramente lo que debe
hacer, sin dejar lugar a incertidumbre. Las preguntas que hagamos deben ser
sencillas y sin regañar. No debemos dejar que el adulto mayor duerma todo el día
si no lo ameritan las atenciones médicas.
Para que la comunicación con el adulto mayor se vea
facilitada, habrá que tomar en cuenta, que, además:

 Debemos ayudarle a que hable por teléfono


con otros familiares y amigos.
 Hay que hablarle de manera suave y de
frente, tratando de ser lo más expresivo
posible y utilizar la mímica si es necesario.
 Procurar utilizar frases breves y concretas

 El contacto físico es determinante, de ser


posible podemos poner las manos entre las
del adulto mayor cuando le hablemos, o bien,
abrazarlo o tocarle el hombro.

CUIDADOS PERSONALES
Los cuidados personales para el adulto mayor son muy importantes para su
desarrollo cotidiano, es por ello que debemos someter regularmente al adulto
mayor a un chequeo médico y nunca permitir que asista a consulta solo; revisar y
vigilar qué tipo de medicinas toma y dárselas personalmente; analizar en forma
detallada lo que le está sucediendo día tras día para informarle a su médico
tratante; buscar signos de fiebre, enfriamiento o infección.
Así mismo debemos:

 Motivarlo a que haga una rutina sencilla de


ejercicios diariamente, si se encuentra en
condiciones médicas para hacerlo.
 Si el caso lo amerita, podemos poner una
señal que ubique el baño, para que el adulto
mayor lo pueda encontrar; llevarlo al baño en
un horario establecido, cada dos o tres horas;
si el adulto mayor no orina cuando esté en el baño, podemos darle agua o
abrir la llave del lavabo para que lo asocie con el deseo de orinar.
 Si es el caso ponerle calzones y pañales desechables proteger la piel del
adulto mayor con vaselina y talco.
 Reducir el número de prendas de vestir; buscar ropa que sea lavable y que
no requiera planchado.
 Revisar la temperatura de los alimentos para el adulto mayor; en caso de
asistir a restaurantes, escoger aquellos de servicio rápido, donde haya
tranquilidad y gran variedad de alimentos, explicarle al mesero la
enfermedad de su familiar si se cree necesario, esto facilita mucho las
cosas.
 Si el adulto mayor ya no come debe apoyársele en la alimentación con
biberón o por sonda; esto queda a decisión de la familia y desde luego con
asesoría profesional.

Aseo personal
El cuidado personal relacionado con el maquillaje para las mujeres, cepillado del
cabello, la higiene bucal, el cuidado de las uñas y la acción de afeitarse, en
algunos casos requerirá de la ayuda del cuidador, ya que el adulto mayor quizá
carece de las habilidades motoras o de memoria para hacerlas por sí mismo, o
tenga confusión en cuanto a los pasos a seguir. Por ello:

 Mantendremos el baño ordenado y con el


menor número de objetos posible.
 Colocaremos los artículos en secuencia, por
ejemplo: junto al espejo el peine, sobre el
lavabo el cepillo de dientes, la pasta dental y el
vaso, etcétera.
 Así mismo, en algunos casos colocaremos
instrucciones sencillas junto al espejo del baño
que describan los pasos a seguir, ya sea por
escrito o con dibujos, donde se represente una
persona peinándose o afeitándose, o con una
foto de alguien cepillándose los dientes.

PROBLEMAS AL VESTIRSE Y
DESVERTIRSE
Es probable que el adulto mayor haya perdido o esté perdiendo gradualmente
habilidades motoras y de coordinación, olvide la manera de vestirse y desvestirse
y pierda paulatinamente su autoestima. En ocasiones también insiste siempre en
ponerse la misma ropa o se la pone al revés Por ello:

 Verificaremos con ayuda del médico, que el adulto mayor no padece un


estado depresivo.
 Nos cercioraremos de que su ropa sea la adecuada según el clima, a veces
los adultos mayores se ponen ropa ligera en invierno y se abrigan cuando
hace calor; es por eso que deben ser muy vigilados cuando esto suceda.
 Si hace falta le mostraremos la ropa y
cómo vestirse; podemos recurrir a la
mímica.
 Podemos mostrarle su ropa en orden y
secuencia.
 Comprarle ropa holgada y zapatos de
una talla mayor a la que usa.
 De preferencia utilizaremos broches
adhesivos en ropa y zapatos; la ropa
deportiva y los conjuntos de dos piezas facilitan las maniobras.
 Le permitiremos que usen joyería de fantasía no valiosa, con la finalidad de
no exponerlo a riesgos en la calle.
 Si la persona insiste en ponerse siempre lo mismo, compraremos dos
juegos de ropa o bien por la noche se lavará la ropa usada
 Si se desviste en lugares o en momentos inapropiados, tal vez tiene calor o
necesita ir al baño o está cansado y quiere ir a la cama
 Póngale perfume y maquillaje discreto si es mujer, o rasúrelo con
frecuencia si es hombre
Renuencia por bañarse
El adulto mayor puede dejar de bañarse porque ha perdido el interés por su
higiene personal o porque se han incrementado sus miedos o fobias al agua y a
las actividades relacionadas con el baño diario. También puede deberse a la
vergüenza que siente el adulto mayor al ser asistido o vigilado, o al temor a
meterse y salirse de la tina debido a la dificultad para recordar cuándo se bañó la
última vez, a la apatía, a la depresión o al miedo a caerse.
Por ello recomendamos:
 Poner en orden secuencial los objetos
necesarios para bañarse: jabón, esponja
para enjabonarse, toalla para secarse,
ropa limpia, etcétera.
 Regular la temperatura del agua y el
chorro de la regadera o el nivel de la
tina.
 Colocar barras de apoyo y tapetes de
hule, o bien, calcomanías antiderrapante
en el piso de la tina o de la regadera.
Tenemos que asegurarnos de que el piso no sea resbaloso.
 Colocar una silla dentro de la tina o de la ducha si se le dificulta al adulto
mayor movilizarse Instalar, de preferencia y si los recursos lo permiten, una
regadera flexible de mano; esto facilita mucho ya sea bañar al adulto mayor
o que lo haga él mismo cómodamente sentado.
 Colgar el jabón y la esponja de un cordón de la regadera para facilitar su
uso.
Alimentación en el adulto mayor
En la cuestión alimenticia la recomendación es que si el adulto mayor tiene una
dieta sugerida por el médico la sigamos puntualmente. Por lo tanto, la labor del
cuidador consistirá en una serie de acciones que favorezcan al adulto mayor el
apego a la dieta. Por ejemplo:

 Arreglar la mesa en forma atractiva


 Usar manteles, platos y vasos de
plástico de colores vivos (fáciles de
distinguir) para evitar que se rompan y
el adulto mayor no se lastime.
 Verificar la temperatura adecuada de
los alimentos para que no estén
demasiado calientes o muy fríos.
 Preparar platillos que sean del gusto
del paciente. Los olores de la comida pueden avivar el interés por comer.
 Servir un guisado a la vez y en cantidades pequeñas. De preferencia
bocadillos que el adulto mayor pueda comer solo; es importante mantener
su autosuficiencia el mayor tiempo posible.
 No darle de comer en la boca mientras pueda hacerlo por sí mismo.
 Recordarle el uso de cubiertos cuando tome los alimentos con las manos.
 Tener paciencia ante los incidentes en la mesa y pedir que su familia
también la tenga.
Algunos puntos para destacar al ingerir los alimentos son:

 Tomar 8 raciones (vasos) o más de agua o


equivalentes de líquidos (sopas, jugos).
Tome en cuenta la ingesta diaria de líquidos suficientes:
Forma de jugos, purés, asadas o fruta fresca en trozos.
Deben lavarse bien y consumirse maduras y peladas. Las
frutas en almíbar y las mermeladas deben consumirse
moderadamente ya que aportan gran cantidad de azúcares
simples, aunque pueden ser de utilidad en el caso de
personas con inapetencia. e. Tres raciones o más del grupo
de lácteos: Leche, yogur, queso, etc.

 Los lácteos son imprescindibles para asegurar un aporte adecuado de


calcio, pero además son fáciles de masticar y conservar y con un elevado
contenido en agua y proteínas. Los yogures son, en general, mejor
tolerados que la leche y ayudan a superar la deficiencia en lactasa gracias
al proceso de fermentación.
 Los quesos que se recomiendan son los frescos debido a su consistencia y
bajo aporte de grasas.
 Los postres lácteos dulces (flanes, natillas,
etc.), deberán consumirse de forma moderada
por el aporte de azúcares simples y grasas f.
Dos raciones del grupo de alimentos proteicos:
carne, pollo, pescado, frijoles, huevos.
 Las carnes deben ser preferentemente sin
grasa y consumirse unas 3 o 4 veces por
semana, siendo menor el consumo de carnes
rojas y los embutidos. Los platillos que facilitan
su masticación son las albóndigas o la carne picada. El cocido o hervido de
la carne consigue ablandarla por lo que es más fácil de comer.
 Los pescados también se consumirán 3 o 4 veces a la semana. Es un
alimento muy bien aceptado por las personas mayores, ya que tiene una
buena digestibilidad y es muy fácil de masticar.
 Con respecto a los huevos no se deben superar las 3-4 unidades a la
semana. La preparación culinaria más adecuada es en forma de tortilla,
cuya textura y digestión es excelente y además su elaboración permite la
incorporación de todo tipo de alimentos como verduras, carnes picadas,
pescado, patatas, etc., que enriquecen el aporte de nutrientes.
Aceites: Preferir los aceites de cártamo, maíz o girasol.
Condimentos:
Se utilizarán al gusto de la persona, excepto la sal, cuyo uso deberá consultarse
con el médico. Nutrición en el adulto mayor es muy importante tomar en cuenta la
nutrición del adulto mayor, ya que ésta interactúa con el envejecimiento en varias
formas:

 La nutrición y formas de estilo de vida contribuyen a acelerar o disminuir la


pérdida de tejidos y funciones del cuerpo.
 Una mala alimentación es uno de los factores que determinan la presencia
de enfermedades crónicas degenerativas las cuales son frecuentes al
incrementarse la edad.
 La mayoría de las personas comen menos a medida que la edad avanza
debido a una reducción tanto en su dieta como en su apetito. La pérdida
importante del hambre debe ser evaluada por un médico.
 Es importante distinguir entre la persona mayor sana y la persona mayor
enferma. En la sana, la alimentación equilibrada debe ser suficiente para
prevenir la falta de sustancias nutritivas, mientras que la persona enferma
puede tener una mayor necesidad de alimento el cual no se evalúa
adecuadamente debido a la pérdida del apetito que acompaña a la
enfermedad.
Por todo esto, es necesario llevar a
cabo una alimentación saludable,
comiendo la cantidad y calidad de
alimentos que nuestro cuerpo
necesita, ya que una adecuada
nutrición influye directamente en la
salud, y por lo tanto, en la calidad de
vida. Una alimentación se considera
sana cuando es:

Variada + Equilibrada
+Agradable + Repartida
Variada
Esto es, si contiene fruta, verduras, carnes, pescados, huevo, leche.
Equilibrada
Si contiene una cantidad de 15 % de proteínas, 30% de grasas y 55% de azúcares
llamadas también hidratos de carbono.

 Las proteínas se encuentran en las carnes, pescados, huevos, leche y


derivados, legumbres y frutos secos
 Las grasas se encuentran en todas las carnes, aceites, legumbres,
pescados y frutos secos.
 Los azúcares o hidratos de carbono se encuentran en las frutas, los
helados, miel, jugos, refrescos, pan, pastas, arroz, verduras, hortalizas,
cereales y legumbres.
 Los alimentos ricos en fibra son: pan
integral, salvado, arroz integral, maíz,
legumbres, frutos secos (nueces, dátiles,
almendras) y verduras de hojas verdes.
Agradable
Se considera que un alimento es agradable
cuando tienen una presentación vistosa y
atractiva, cuando se respetan los horarios y las
preferencias de la persona, en la medida de lo
posible. Es importante preparar los alimentos
según la capacidad para masticar y tragar que
tenga la persona, por lo que la consistencia de
esta puede variar, pudiendo ser ésta entera,
picada, pastosa, molida o líquida.
Repartida a lo largo del día
En caso de que la persona no pueda comer el alimento que 4 o 5 comidas al día.
Un ejemplo de división en 5 comidas durante el día sería:

 Desayuno
 Colación o refrigerio (matutino)
 Comida
 Colación o refrigerio (vespertino)
 Merienda o cena.

Recomendaciones para una buena nutrición


Algunas de las opciones que se tiene para estimular el apetito en el adulto mayor,
son las siguientes:
 Fomentar la higiene bucal y en especial la lengua, con el fin de mejorar la
percepción de los sabores.
 Tener en consideración el gusto del
adulto mayor en relación con el sabor
y el olor. Procurar que los alimentos
tengan una temperatura adecuada.
 Integrar dentro del menú alimentos
preferidos por la persona mayor.
 Para mejorar el sabor de los alimentos
y estimular el apetito, puede utilizarse
en forma moderada la margarina (de
preferencia las marcas que estén
enriquecidas con vitamina A), así
como los condimentos que realzan el
sabor de los alimentos y que no irritan
el intestino como son el cilantro,
epazote y perejil y no así la pimienta,
clavo o comino.
 Comer sentado o semisentado.
 Se procurará que coma de forma lenta, sin prisas, evitando atragantamiento
o cansancio.
 La comida más ligera del día será la cena.
 Reducir el consumo de grasas y de comidas que sean ricas en colesterol.
 Disminuir la ingesta de sal.
 Mantener un consumo
adecuado de líquidos, como
mínimo 1 litro al día.
 Aumentar, si es necesario,
la ingesta de proteínas.
Porciones necesarias para el
adulto mayor
Pan, cereales, arroz, pasta y
patatas: 4-6 raciones/día
Verduras: 2 raciones/día
Frutas: 3 raciones/día
Aceites: 3-6 raciones/día
Leche, yogur, queso y derivados: 2-4 raciones/día
Carnes magras, huevos, pescado y legumbres: 1-2 raciones/día
Carnes grasas, embutidos y dulces: De forma ocasiona
¿Qué es una porción?

 1/2 taza de pasta cocida = una cuchara para servir nieve o helado
 1/2 taza de vegetales cocidos = un foco
 1 fruta mediana = una pelota de tenis
 1/2 taza de fruta picada = 15 canicas
 1 1/2 onzas de queso natural = 3 piezas de dominós
 3 onzas de carne, aves o pescado cocido = el tamaño de una baraja de
cartas
 2 cucharadas de crema, margarina y mantequilla = una pelota de ping-pong

¿Cuál es el tamaño de una porción?


Pan, cereal, arroz y pasta

 Una rebanada de pan


 Una onza de cereal listo para
comerse
 1/2 taza de cereal cocido, arroz
o pasta
Vegetales

 Una taza de vegetales crudos, frondosos


 1/2 taza de otros vegetales, cocidos o picados crudos
 3/4 de taza de jugo de vegetales

Frutas

 1 manzana mediana, plátano mediano, naranja mediana


 1/2 taza de fruta picada, cocida o enlatada
 3/4 de taza de jugo de fruta

Leche, yogurt y queso

 1 taza de leche o yogurt


 1 1/2 onzas de queso natural
 2 onzas de queso procesado
Carne, aves, pescado, frijoles, huevos y nueces

 2 o 3 onzas de carne sin grasa cocida, aves o pescado


 1/2 taza de frijoles cocidos, 1 huevo, o 2 cucharadas de crema de
cacahuate cuentan como una onza de carne

DIFICULTADES A LA HORA DE COMER


Como ya hemos mencionado, con el paso del tiempo, la alimentación en el adulto
mayor puede convertirse en un problema debido a la disminución del rendimiento
físico, así como también a la pérdida
paulatina de ciertas habilidades. Por ello es
necesario que se tomen ciertas precauciones
a hora de comer. A continuación, se
presentan algunos de los casos más típicos
con los que podría enfrentarse el cuidador:
Falta de piezas o placas dentales mal
adaptadas

 Fomentar la higiene bucal y la revisión


por parte del dentista para procurar la limpieza dental, la atención a las
caries, inflamación de encías y el ajuste de placas dentales.
 Proporcionar preparaciones fraccionadas y trituradas.
 No apresurar las comidas, procurar una masticación adecuada.
 Evitar alimentos duros o fibrosos (ejemplo carne en trozos grandes, tacos
dorados, tostadas, etc.)
 Preparar alimentos con carne molida o deshebrada, o alimentos de
consistencia suave bien cocidos.
Problemas en la fuerza, control y movilidad de
los brazos

 Adaptación en los platos (de preferencia


usar platos hondos), vasos y cubiertos que
faciliten la alimentación.
 Es importante adaptarse a la velocidad de
alimentación de las personas mayores.
 La consistencia del alimento variará de
acuerdo con la capacidad de deglución del adulto mayor.
 Es de suma importancia establecer un espacio propio en la mesa para la
persona, esto se logra utilizando mantelitos.
Alteraciones en la visión
 Presentar los alimentos en forma atractiva en cuanto el color y variedad de
los alimentos.
 Proporcionar espacio suficiente para el
acomodo del adulto mayor en la mesa,
que esté bien iluminado y decorado en
forma agradable.
 Servir las preparaciones en utensilios de
colores que contrasten con los
alimentos, como ejemplo un plato
obscuro para una sopa de crema, una
taza negra para la leche, etc.
 Sensación de llenura temprana
 Se sugiere utilizar pocas raciones divididas en 5 porciones durante el día.

Problemas en el estado afectivo como la depresión

 Canalizarlo para su atención médica


 Mantener un contacto diario si es posible por
parte del cuidador.
 Ser comprensivo con los olvidos, errores y
carencias de la persona mayor.
 Animarlo en el desempeño de sus actividades.

Dificultad para tragar los alimentos


Es importante hablar con el médico en caso de que la persona mayor presente los
siguientes problemas:
Dificultad para mover la comida hacia atrás de la boca.

 Mantiene el alimento en
la boca y no se lo traga.
 Rechaza el comer o
tomar líquidos.
 Tose o se ahoga la pasar
el alimento.
 Se queja de que la comida se atora en la garganta.
 Presenta una voz ronca al tragar los alimentos.
 Presenta babeo constante.
 Hay dificultad para pasarse las pastillas.
MEDICINAS Y
MONITOREO DE
SALUD
SARA Y ARTURO

Con el avance de la edad la integridad física se torna más frágil. Por ello, la
administración de medicinas y el monitoreo de las condiciones de salud son
indispensables dentro del cuidado de los adultos mayores disfuncionales o
dependientes.

Administración de medicinas
De entrada, debemos considerar que los adultos mayores son un sector
poblacional con un alto riesgo de sufrir reacciones adversas a los medicamentos
debido a que generalmente padecen más de una enfermedad y por esto
mismo se ven obligados a someterse a múltiples tratamientos.
De ahí que sus reacciones dependan del fármaco
administrado y de los efectos propios del envejecimiento. Es
por esto por lo que la administración de medicamentos se
dificulta en estos casos, pues el cuerpo de los adultos mayores, en ocasiones, ya
no es capaz de procesarlos correctamente.
Por ejemplo, la absorción intestinal y las funciones de la circulación sistémica se
ven deterioradas con la llegada de la vejez, por lo cual una gran cantidad de
medicamentos pierden efectividad o incluso pueden llegar a convertirse en tóxicos.
Esto ocasiona que se acumulen sustancias químicas nocivas para la salud. A esto
hay que sumar el deterioro de las funciones hepática y renal.
A continuación, revisaremos algunos factores de la vejez que determinan la
respuesta a los fármacos en los adultos mayores:
En cuanto a factores no farmacológicos tenemos

 Presentación diferente de la enfermedad


 Coexistencia de múltiples enfermedades
 Dificultades en al tratamiento
 Cumplimiento deficiente de las prescripciones.
 Polifarmacia y automedicación

En cuanto a los factores farmacológicos se trata de:

 Modificaciones en la absorción, distribución y salida de los medicamentos


asociados al proceso de envejecimiento.
Así, pues, las modificaciones fisiológicas relacionadas con los fármacos
son:

 Reducción de la cantidad de sangre que bombea el corazón.


 Descenso en proteínas que transportan los medicamentos en la sangre.
 Disminución de la cantidad corporal de agua y aumento en el de grasa.
 Disminución de las funciones hepática y renal.
 Disminución del volumen pulmonar.

Hay que decir, en este sentido, que pese a que las dosis son similares (que no
iguales) entre personas jóvenes y ancianos, los medicamentos operan de una
manera distinta en estos últimos. Por ello, será común encontrarnos con
reacciones adversas. Los adultos mayores más propensos a sufrir de este tipo de
reacciones son aquellos que han rebasado los 80 años y/o que están sometidos a
múltiples tratamientos.
Los trastornos más comunes inducidos por fármacos son:

 Caídas en el domicilio o en la calle


 Confusión
 Somnolencia
 Arritmias cardiacas
 Diarreas
 Incontinencia urinaria

Por otra parte, sugerimos los siguientes puntos para orientar el uso de
psicofármacos en adultos mayores:

 Consulte a su médico en primer lugar.


 Antes de atribuir un síntoma psicológico a una enfermedad psiquiátrica, se
debe considerar la posibilidad de que el origen se encuentre en
complicaciones de las enfermedades crónico-degenerativas que padezca.
 Evaluar la probabilidad de una relación inadecuada entre el paciente y los
cuidadores.
 Otro tipo de intervenciones no farmacológicas: cambios ambientales,
terapias grupales y psicoterapia de apoyo, entre otras.
Las sugerencias antes enumeradas ayudarán a reducir o retardar la necesidad de
fármacos en el adulto mayor disfuncional o dependiente.
Para finalizar este apartado, ofrecemos algunas
medidas útiles a la hora de la medicación en adultos
mayores:

 En caso de que el adulto mayor presente


problemas de alteración en la función intelectual
o analfabetismo de algún tipo, así como
problemas de visión o sordera, se debe buscar
orientación profesional a la hora de cumplir la prescripción o receta.
 Debe evitarse a toda costa la automedicación.
 Los medicamentos deben estar etiquetados con letras grandes y accesibles
a la lectura.
 Revisar siempre la caducidad de los medicamentos.
 No se debe alterar, en ninguna circunstancia, la dosis prescrita por el
médico.
 Se debe considerar que los efectos de los medicamentos se modifican con
la edad.
 Si se toma más de un medicamento, se debe cuidar que no se consuman
todos de manera simultánea.
• Escoger aquellas presentaciones farmacéuticas más fáciles de administrar.

Monitoreo de salud
El monitoreo de salud consiste en brindar la atención y los cuidados necesarios
para que los adultos mayores disfuncionales puedan llevar una vida íntegra dentro
de su sociedad.
A continuación, enlistamos los aspectos más relevantes dentro del cuidado del
adulto mayor para después pasar a revisar los más indispensables:

 Trastornos del sueño


 Incontinencia
 Inmovilidad
 Trastornos del equilibrio y mareo
 Caídas
 Polifarmacia y automedicación
 Aislamiento
 Trastornos del ánimo
 Trastornos cognitivos
 Duelo disfuncional
 Higiene y cuidados en general

Trastornos del sueño


El insomnio es un síntoma que se relaciona con los
problemas de cantidad o calidad del sueño. Con la
llegada de la vejez, las fases del sueño profundo se
reducen, por ello el adulto mayor tiende a despertarse
más frecuentemente. Es posible observar un aumento en
las fases de vigilia nocturna, así como mayor permanencia en la cama con menor
tiempo de sueño. Incluso, se puede presentar una anticipación en la hora de ir a
dormir y en la de despertar, lo cual genera un sueño menos eficiente. La privación
del sueño puede tener consecuencias tales como pérdida de la memoria de corto
plazo, reducción de la capacidad de atención, disminución de la coordinación
motora, disminución en la capacidad para adaptarse, irritabilidad y síntomas
neurológicos. No hay que olvidar que cualquier enfermedad relacionada con la
falta de oxigenación del cerebro puede causar trastornos del sueño.
Los medicamentos que pueden estar relacionados con algunos trastornos
del sueño son:

 Vigilia excesiva: teofilina, anfetaminas, cafeína,


antiepilépticos, alcohol, nicotina, triazolám, hormonas
tiroideas.
 Pesadillas: betabloqueadores (propranolol), tricíclicos,
antiparkinsonianos.
 Somnolencia excesiva: benzodiazepinas, antihistamínicos, tricíclicos
(especialmente la amitriptilina), inhibidores de la monoaminooxidasa,
antihipertensivos (especialmente la clonidina).
Los elementos necesarios para realizar un diagnóstico sobre los trastornos
del sueño son:

 Fecha y día de la semana en que se presentan trastornos del sueño.


 Hábitos previos al sueño como son la alimentación y la medicación.
 Actividades realizadas antes de la hora de ir a descansar: lectura,
televisión, teléfono, sexo, trabajo, ejercicio, vida social.
 Hora de acostarse Tiempo necesario para conciliar el sueño y calidad de
este.
 Ensoñaciones, ronquera y movimientos anómalos.
 Hora de despertar y sensación que se tiene al despertar.
 Somnolencia y siesta diurna
 Otros factores poco habituales o de interés.

Por otra parte, las normas higiénicas que debe cumplir el adulto mayor para
dormir bien son:

 Tratar de levantarse siempre a la misma hora


 Realizar ejercicios diarios (no antes de acostarse)
 Comer alimentos ligeros y sanos a la vez que se restringe o elimina el
consumo de alcohol, café o cigarrillos.
 Administrar hipnóticos sólo por poco tiempo
 Tratar de resolver problemas y situaciones que
puedan generar estrés durante la tarde.
 Acostarse al sentir sueño, pero evitar el sueño
excesivo los fines de semana.
 Utilizar técnicas de relajación
 Utilizar la cama sólo para dormir
 Eliminar la siesta a menos que esté indicada
 Levantarse después de 30 y 15 minutos si no es posible conciliar el sueño.
 Dormir en un lugar verdaderamente cómodo y acogedor.

Incontinencia urinaria y fecal


Incontinencia urinaria
Se define como la pérdida involuntaria de orina que puede
llevar a importantes repercusiones afectivas, médicas y
sociales en la vida del adulto mayor.
Algunos signos y síntomas que sirven para saber si
el adulto mayor tiene problemas de incontinencia
son:

 Ha mojado su ropa interior sin avisar


 Utiliza trapos o pañales como protección improvisada.
 Menciona que se orina al toser, reír, estornudar, subir escaleras o realizar
algún esfuerzo físico pesado.
 Al comenzar a orinar no tiene la sensación de estar haciéndolo.
 Se orina en lugares o situaciones incómodos sin darse cuenta.

Estos hechos pueden provocar que el adulto mayor se


deprima y caiga en una crisis emocional y afectiva, por
ello, ofrecemos a continuación algunas medidas
encaminadas a reducir el problema:

 Usar ropa con cierres que bajen y suban


cómodamente (y si es posible el uso de velcros,
mucho mejor).
 Disminuir el consumo de té, café y alcohol si va a
salir a la calle.
 Evitar la ingesta de líquidos durante la noche
 Acudir con el médico para que regule de manera
adecuada los fármacos que aumentan las posibilidades de orinar.
 Anular las barreras que impidan un acceso fácil al cuarto de baño.

Por otra parte, ofrecemos una serie de ejercicios y técnicas para restablecer
un vaciamiento normal de la vejiga:

 Ejercicios del suelo pélvico: de manera repetida contraiga los músculos del
suelo pélvico (que puje) de 25 a 30 veces entre 3 o 4 veces al día.
 Establecimiento de un horario fijo para orinar, así como llevar una hoja de
registro y un reloj despertador programado para que suene cada 30, 60 ó
90 minutos, según el horario establecido.
De forma programada se irá extendiendo el tiempo
entre micciones programadas hasta lograr periodos
que oscilen entre las 2 y 3 horas.
 Al momento de caer la noche, el objetivo es que vayan más de dos veces
al baño antes de dormir.
 Reconocer los logros alcanzados por medio de estas técnicas para que el
adulto mayor las adopte como parte esencial de su vida y vaya poco a
poco recuperando su integridad moral y física como individuo.
De igual manera, si con estas medidas se reduce el uso de pañales absorbentes
estaremos contribuyendo a que otros problemas como úlceras o irritación se vean
disminuidos. Pero si a pesar de las anteriores recomendaciones el problema
persiste, será mejor acudir al médico por si se llegara a tratar de una infección en
las vías urinarias.
Incontinencia fecal
Es la incapacidad en el control de la salida de gases y materia
fecal que puede traer como consecuencia aislamiento social y
deterioro en la calidad de vida.
Algunos datos que indican incontinencia fecal son:

 Con frecuencia su ropa interior aparece manchada.


 Modificación en los hábitos alimenticios (hay una reducción
en el consumo de alimentos).
 Uso de pañales
 Refieren urgencia y hablan de una diarrea que no pueden controlar.

Para corregir esta clase de incontinencia debe tenerse presente lo siguiente:

 Evitar los alimentos que produzcan diarrea o aceleren la urgencia de obrar


(papaya, excesos de grasa, lácteos enteros, etc.).
 Aumentar el porcentaje en el consumo de fibra
 Establecer un horario para ir al baño
 Establecer un horario para la ingesta de alimentos (mientras más comidas
sean, mejor).
 Limpieza continua de la región perianal
 Uso de pañales cuando todo lo anterior sea insuficiente.
 Uso de cremas para evitar irritación alrededor del ano (óxido de zinc)

Ahora bien, en caso de que estas medidas no logren una mejoría o el cuadro
empeore, acudir con un gastroenterólogo para que se establezca el tratamiento
farmacológico específico o para descartar enfermedades o alteraciones
anatómicas que pudieran estar provocando la incontinencia.
Inmovilidad
La inmovilidad se define como la imposibilidad de realizar las
acciones diarias debido a un deterioro en las funciones
relacionadas con el sistema neuro-musculoesquelético.
Algunas causas del deterioro de la movilidad son las
reacciones a los fármacos, la nutrición deficiente, la
depresión, la falta de motivación y el temor a las caídas
después de un rato de reposo prolongado. Como
consecuencia de la inmovilidad puede presentarse fracturas, limitación del flujo
aéreo pulmonar, disminución de la presión arterial, enfermedad arterial coronaria,
úlceras en la piel, infección de vías urinarias, desnutrición, etc.
A continuación, presentamos algunos puntos útiles para la prevención de
este mal:

 Establecer un programa de actividad física y rehabilitación con el fin de


fortalecer huesos, músculos y capacidades motrices.
 Evitar posiciones que produzcan deformidades.
 Uso de bastones y muletas adecuados
 Uso de andadores con el fin de propiciar una circulación más segura.
 Uso de silla de ruedas siempre y cuando el adulto mayor esté inmovilizado
en un grado que ésta sea indispensable y sólo para trasladarle, nunca para
permanecer sentado más de media hora.
 Aceptar la limitación tomando en cuenta que no es un impedimento para
continuar con la mayor parte de los aspectos de la vida.
Trastornos del equilibrio y mareos
El mareo es un síntoma subjetivo difícil de medir que se
concreta en sensaciones que varían de una persona a otra. Hay
que tomar en cuenta que el mareo aumenta en las personas que
han pasado de los 75 años. En general, los adultos mayores
que sienten mareo lo describen como una desorientación en
relación con los movimientos y las posiciones del cuerpo en
el espacio. Aunque el mareo por sí mismo no compromete la vida del adulto
mayor, puede provocar serias secuelas funcionales adversas que
pueden desembocar en disminución de la actividad física e incluso
depresión y aislamiento.
Para obtener una mejora en la calidad de vida en relación
con los mareos proponemos lo siguiente:
 Acudir al médico.
 Identificar cuándo y cómo se presenta el mareo.
 Utilizar bastón al salir y optar por el uso de andadores si no se va
acompañado.
 No permanecer por mucho tiempo en lugares incómodos, cerrados y sin
ventilación.
 Instalar medios de sujeción o apoyo en baños y pasillos para evitar caídas.
 Aprender a controlar el estrés que produce un mareo (esto sólo se puede
lograr con ayuda especializada).
Caídas
Las caídas y los traumatismos por accidentes físicos son frecuentes y se asocian
con una alta frecuencia de mortalidad, de ahí la importancia de su prevención.
También, en ocasiones, son indicadores de una posible enfermedad e incluso
llegan a marcar una falta de autonomía, por lo que pueden conducir a la
depresión.
Para reducir los problemas de caídas se recomienda lo siguiente:

 Acudir al oftalmólogo una vez al año por lo


menos para resolver todo lo necesario en
cuanto a cataratas y otros problemas
visuales.
 Usar luces nocturnas y otras fuentes de luz
auxiliares.
 No mirar directamente hacia las luces brillantes.
 Utilizar colores que contrasten dentro del hogar para que puedan
distinguirse unos objetos de otros.
 Mantener los lentes siempre limpios y a la mano
 No mirar hacia una luz recién prendida para que la adaptación a ésta sea
paulatina.
 Relatar al equipo de salud (si es el caso) caídas anteriores y medicamentos
prescritos.
 Informarse sobre los efectos secundarios de los medicamentos que el
adulto mayor en cuestión ingiere.
 Facilitar el desplazamiento dentro de la casa
 Usar zapatos, zapatillas con suela de goma y vestuarios holgados.

Depresión
La característica esencial de un adulto mayor deprimido es la
pérdida de interés y emoción en la realización de las actividades y
pasatiempos habituales. Los síntomas depresivos, hay que decirlo, se acentúan
en una edad avanzada; sin embargo, hay que remarcar también que la depresión
es un estado de ánimo tratable, por ello se desprende de las demás fluctuaciones
anímicas.
El adulto mayor deprimido puede presentar su depresión de formas muy distintas
entre sí, es por esto por lo que habrá enormes diferencias de un caso a otro. En el
aspecto funcional se pueden presentar abatimiento, tristeza, miedo, llanto,
irritabilidad, aislamiento propio, etc. En cuanto al aspecto cognoscitivo se pueden
presentar alucinaciones, falta de autoestima, pesimismo, ideas delirantes e incluso
tentativas suicidas.
La depresión es uno de los factores más peligrosos que afectan a los adultos
mayores. Asimismo, está claro que su aparición obedece a múltiples causas, por
lo cual en el tratamiento orientado a combatirla deben intervenir todas aquellas
personas, profesionales o no, que estén en contacto con el adulto mayor. La
terapia, por tanto, debe tener una fuerza de acción multidisciplinaria.
A continuación, en listamos las terapias posibles más recomendables:

 Psicoterapia
 Terapia ocupacional
 Terapia familiar y comunitaria
 Ejercicio físico
 Alimentación y nutrición
 Terapia farmacológica

Higiene y cuidados generales


“Úlceras por presión”
Las úlceras por presión o escaras son
lesiones producidas por la presión
continua sobre un área específica del
cuerpo. Los sitios más frecuentes
corresponden a salientes óseas como
hombros, codos, talones, tobillos,
espalda (región torácica y sacra), espinas
iliacas, nalgas, talones, etc. Los signos
más tempranos de las
úlceras por presión consisten en un
enrojecimiento de la piel que no desaparece al ejercer presión con los dedos.
Para prevenir la aparición de esta clase de úlceras se recomienda:
 Inspección de la piel diariamente
 Movilización continua del adulto mayor, cada 2 o 3 horas. Si están en cama,
sin poder moverse, cambios de posición 2 horas boca arriba, 2 horas sobre
el lado izquierdo, 2 horas sobre su
lado derecho, así como flexión y
extensión de extremidades. De ser
posible que deambule, se siente y
camine, pero que permanezca en
cama el menor tiempo posible.
 No elevar mucho la cabecera de la
cama (no más de 30).
 Mantener seca, limpia y sin arrugas
la ropa de cama.
 Si va a estar en cama o sentado, que use almohadas en la espalda (tórax y
región sacra), en talones, entre los tobillos, en los codos y en la cabeza.
 Uso de colchones de aire de presión alterna
 Evitar el uso de agua muy caliente o fría para su aseo
 Uso de jabones neutros para su aseo
 Adecuada nutrición
 Secar bien zonas de riesgo de aparición de úlceras, sin tallar la piel.
 Preferentemente que la ropa de cama sea de algodón; evitar uso de
prendas hechas a base de fibras sintéticas.
 Uso y cambio continuo de pañales en caso de incontinencia urinaria y/o
fecal.
 En todo caso, si llegaran a aparecer úlceras de mayor magnitud y
gravedad, acudir inmediatamente al médico para que establezca un
tratamiento a base de antibióticos para revertir cualquier clase de infección.
Asimismo, sólo el médico podrá tratar heridas abiertas, las cuales
posteriormente se irán cicatrizando con los cuidados arriba descritos.
 No se debe usar nunca en esta clase de heridas antisépticos tópicos ni
fricción directa.
 El cuidado de los pies

Para la higiene de los pies de un adulto mayor se debe tomar en cuenta todo
lo siguiente:

 Uso de jabones neutros y agua tibia.


 Duchas semanales
 Lavado y secado minucioso entre los
pliegues cutáneos.
 Uso de cremas hidratantes
 Uso de vestidos y calzado cómodos y confortables
 Llevar a cabo controles periódicos del estado de la piel.
 Arreglo de las uñas

De tal suerte, en el cuidado diario de los pies se debe prestar especial atención a
los casos de pie diabético debido a los trastornos circulatorios que trae consigo
esta enfermedad. En cuanto al cuidado de las uñas, será necesario sumergirlas en
agua caliente para que se ablanden antes de ser cortadas de forma recta, ya que
si se hace de forma curveada estarán propensas a encarnarse.
Por otra parte, los zapatos adecuados para los adultos mayores son aquellos que
pueden calzarse de manera sencilla y suave, que no terminan en punta y nunca
abiertos. Los calcetines siempre deben estar limpios y secos, gruesos si es que
hace frío. No es recomendable usar medias con costuras.
Vacunación
La vacunación es muy importante en los adultos mayores para prevenir
enfermedades graves como la neumonía y el tétanos. El esquema de vacunación
del adulto mayor cuenta con tres vacunas: la neumocócica polisacárida, la de
tétanos-difteria, así como la de influenza estacional.
Vacuna neumocócica polisacárida
Esta vacuna evita la neumonía por una bacteria
conocida como neumococo, que es una infección
aguda y capaz de causar la muerte en el adulto
mayor. La vacuna se debe aplicar a partir de los 65
años de edad en adultos sanos que no se han
vacunado, con una revacunación a los 5 años por
única vez. La vacuna también se puede aplicar desde
los 60 años de edad, siempre y cuando sea indicada por el médico especialista en
personas con factores de riesgo.
Toxoide tetánico diftérico (Td)
Esta vacuna protege contra el tétanos y la difteria. El tétanos
es una infección causada por una bacteria que penetra a
través de las heridas y la difteria es una enfermedad aguda
que afecta al sistema respiratorio, provocando dificultad para
respirar; ambas enfermedades pueden causar la muerte,
gracias a la vacunación, cada vez es menos frecuente.

Debe acudir a aplicarse la vacuna si:

 Es un adulto mayor sano y ya han pasado 10


años de que recibió la última dosis
 Sufre una herida
 Es trabajador del campo en actividades
relacionadas con la agricultura y la ganadería
Vive en zona de riesgo, que son los lugares en
los que han ocurrido muertes por tétanos
El esquema consta de tres dosis. La
primera se aplica a partir de los 60 años.
La segunda cuatro semanas después y
la tercera al año de la primera. La dosis
de refuerzo cada diez años

Vacuna de influenza estacional


La vacuna antiinfluenza se debe aplicar
a partir de los 60 años de edad.
Previene la influenza, que es una enfermedad viral que se conoce también como
gripa, se diferencia del catarro común porque tiene síntomas más graves, como
fiebre mayor de 38° C, tos, dolor de cabeza, secreción nasal, dolor muscular, dolor
de articulaciones, cansancio extremo y puede complicarse cuando se presenta
dificultad para respirar produciendo neumonía e incluso la muerte. La influenza se
presenta con mayor frecuencia durante la temporada invernal, por ello la vacuna
se fabrica cada año y su aplicación es anual, preferentemente durante los meses
de octubre a diciembre.
Por el riesgo mayor que tienen para enfermar de neumonía, se deben vacunar
principalmente los adultos que egresan de un hospital, los que viven en una casa
hogar y los enfermos de: Diabetes mellitus Asma, bronquitis y otras enfermedades
pulmonares. Angina de pecho o insuficiencia cardiaca Insuficiencia renal crónica
Padecimientos que disminuyen las defensas
TERAPIA
OCUPACIONAL PARA
ADULTOS MAYORES

ANDREA E EMILIANO

La terapia ocupacional puede definirse como la ciencia orientada a analizar e


instrumentar las ocupaciones del hombre con el fin de tratar su salud. Debe
entenderse que esta disciplina busca el bienestar biopsicosocial a plenitud y no
sólo la ausencia de enfermedades: el terapista ocupacional aborda los déficits en
los componentes motores, cognitivos, sensoperceptivos y psicosociales que
afectan el desempeño funcional de un individuo en las áreas de independencia,
productividad y esparcimiento.
Las metas del tratamiento se dirigen a ayudar a los individuos a lograr una actitud
positiva en relación con sus capacidades, así como modificar gradualmente su
habilidad disminuida con vistas a una mayor independencia en sus actividades. De
ahí que la terapia ocupacional ayude a que una persona mantenga una vida lo
más normal e independiente posible a pesar de sus limitaciones y valorando el
potencial que cada uno tiene para el logro de nuevas destrezas.
Así, pues, la terapia ocupacional evalúa:

 Habilidades diarias
 Habilidades dentro de la cotidianeidad
 Destreza gráfica (adaptaciones
para la escritura)
 Destrezas finas (coordinación y
movimiento)
 Transferencias funcionales
(cama, tocador, tina)
 Habilidades en silla de ruedas
 Simplificación del trabajo
 Educación paciente / familia
 Evaluación / tratamiento
domiciliario
 Entrenamiento cognitivo y del
desarrollo motor
 Ejercicio para realizar en el hogar
 Entrenamiento visual
 Desarrollo de la fuerza y la resistencia
 Estimulación sensorial

En específico, el tratamiento de la terapia ocupacional en rehabilitación de adultos


mayores se puede aplicar en cualquier estadio de discapacidad. Cabe aclarar aquí
que cuanto más pronto se lleve a cabo resultará mucho más efectivo. De tal
suerte, el concepto de envejecimiento activo, según la Organización Mundial de la
Salud, se refiere al proceso de optimización de las oportunidades de salud,
participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las
personas envejecen. Es por ello por lo que la terapia ocupacional toma como
propio este objetivo y plantea que los adultos mayores pueden desplegar su
potencial en áreas como el bienestar físico, social y mental
a lo largo de todo su ciclo vital y participar en la sociedad de acuerdo con sus
necesidades, deseos y capacidades. Todo lo anterior sólo será posible mientras
se les proporcione protección, seguridad y cuidados adecuados en el momento en
que necesiten asistencia.
Desde el envejecimiento activo se busca:

 Compensar las pérdidas con


ganancias con tal de descubrir que hay
posibilidades según las destrezas de
cada persona sin importar su
condición.
 Desencadenar la aparición del
recuerdo reminiscente en lugar de vivir
en la nostalgia.
 Construir redes sociales de sostén:
participación en deberes y derechos
sociales y cívicos.
 Generar conductas responsables hacia el cuidado de la propia salud.
 Desencadenar relaciones intergeneracionales que permitan transmitir su
vivencia y no estancarse.

Tiempo libre en la vejez


Antes de la vejez, el eje estructurador de la vida de todo sujeto es la actividad
concebida como trabajo. Sin embargo, con la llegada de la edad madura, este eje
cede su lugar al tiempo libre. Se puede decir que en los adultos mayores la vida
gira en torno al tiempo libre, a la falta de trabajo; este tiempo sustituye al tiempo
productivo y por lo tanto se convierte en lo que brinda sentido a la existencia. Por
otra parte, la jubilación es uno de los factores sociales que puede ocasionar una
interrupción en el desempeño ocupacional del adulto mayor, por lo cual, desde un
enfoque preventivo, la terapia ocupacional
interviene en la exploración de intereses (tanto en el
repaso de los pasados como en la adquisición de
nuevos) para promover la ejecución de actividades
que sean significativas y que logren constituir un
desempeño ocupacional equilibrado. Por tanto, en
la vejez todo el tiempo que una persona dedicaba
al área productiva se verá perdido y se convertirá
en tiempo libre.
Es por esto por lo que los adultos mayores deben prepararse para el incremento
del tiempo libre cuando llegue el momento de su jubilación. Si el adulto mayor no
consigue este pasaje es posible que el sujeto caiga en una desorganización, la
cual puede llevar a una crisis en relación con la pérdida de identidad, ya que todas
las estructuras fundamentales de la vida pierden sentido, caducan, dejando al
sujeto en un estado de desorientación, en una etapa en la cual se le dificulta
volver a empezar.
Para la terapia ocupacional el tiempo libre es una de las tres áreas que conforman
el desempeño ocupacional. Las otras dos son la productividad y el
automantenimiento. Cabe aclarar que ninguna se destaca más que la otra, ya que
un equilibrio a nivel cualitativo y cuantitativo entre ellas será lo que refleja el grado
de salud óptimo.
En la niñez, el juego permite crear, aprender, construirse
como personas para lograr afrontar las etapas futuras del
curso vital. Por medio de la exploración en el juego el niño
se adueña de su ambiente, lo domina. En la adultez y en
la vejez el tiempo libre se basa en la recreación; se trata
de transformar las estructuras, de darles un nuevo
significado. El juego permite prepararnos para las etapas
siguientes, permite mantener o reconstruir la identidad,
afrontar las diversas situaciones desde un lugar en el
que se está permitido errar porque así es como se continúa aprendiendo. De todo
lo anterior se desprende la importancia de las dinámicas del juego dentro de la
terapia ocupacional y aquello que se conoce como grupos de pertenencia.

Grupos pertenecientes
Los grupos de pertenencia, como bien lo indica su nombre, son espacios que
unifican y legitiman a los individuos que los integran. En este caso, el vínculo
radica en la vejez. Se dice que las personas recurren a un grupo por una
determinada temática, por una propuesta interesante, ya sea para mantener una
pasión o para cumplir con un anhelo nunca satisfecho.
Es por esto que las actividades deben ser significativas para el adulto mayor que
recién se integra, ya que de otra manera no se lograría un real compromiso y sólo
estaríamos ante una manera más de mantener a alguien ocupado; dicho de otro
modo, se seguirá siendo pasivo creyendo que se es activo, No obstante, con el
tiempo, parece no ser tan Importante la actividad o la razón por la que se origina el
grupo, sino más bien el hecho de sentirse apoyado a la vez que es posible brindar
apoyo a gente en la misma condición. En otras palabras, se pasa a ser parte de un
espacio continente y a su vez contenedor. Las actividades del grupo no se
reducen a sólo matar el tiempo libre.
Por el contrario, tienen como fin primordial crear nuevos lazos humanos entre las
personas con el fin de reactivar la capacidad creativa de los adultos mayores.
Por esta razón, cualquier espacio de tiempo libre debe habilitar un espacio de
reflexión en el cual los participantes puedan poner en palabras las vivencias que
se manifiestan en estos espacios y en la vida cotidiana. Este espacio debe ser
manejado con riguroso cuidado, teniendo en cuenta la individualidad y la historia
de vida de cada participante. Todas las experiencias vividas se ven desde una
perspectiva diferente, se piensan y se sienten de otra manera. Es como releer un
libro luego de veinte años. Esto es lo que posibilita un grupo de reflexión: habilita,
apoya, sostiene el trabajo de reelaborar vivencias desde otra perspectiva. y esto, a
su vez, permite prepararse mejor, posicionarse mejor, para afrontar vivencias
novedosas y específicas que se suscitan únicamente en la vejez.
El modelo teórico de la ocupación humana posee dos premisas fundamentales:
primero, plantea que para mantener y restaurar la salud es esencial participar en
actividades (ocupaciones); segundo, afirma que la persona tiene la necesidad de
explorar, dominar el medio y ser competente.
Por ello, el coordinador de un espacio de reflexión debe poseer la habilidad de
facilitar esta exploración, para que el adulto mayor logre dominar el ambiente y así
se generen sentimientos de competencia y se promueva la autonomía, teniendo
siempre en cuenta las capacidades de los integrantes. Por medio de las
actividades de tiempo libre que se efectúan en grupo, como por ejemplo los
grupos de reflexión o los talleres de memoria, literatura, cuentos, plástica, entre
otros, se fomenta el mantenimiento de la autonomía de los participantes, objetivo
primordial de la terapia ocupacional gerontológica.
Desde el enfoque de la psicogerontología, por
medio del grupo se fomentan los valores y las
convicciones que es necesario que los mayores
aprendan para poder enfrentar las vicisitudes
inherentes al periodo de la vejez. Por todo lo
anterior, pertenecer a un grupo de pares ayuda a
compartir las pérdidas y a pensar colectivamente
las alternativas o soluciones a conflictos
cotidianos.
En los espacios terapéuticos surge la memoria
como un tema para debatir. En estos casos, el rol del coordinador es explicar el
funcionamiento normal de la memoria, para luego escuchar las experiencias
cotidianas de los participantes y reflexionar sobre las mismas. De esta manera el
grupo posibilita poner las angustias en palabras, permitiendo no cargar con todo
solo y compartir aquello que se hace muy difícil de sobrellevar. Al mismo tiempo,
cuando cualquier dispositivo actúa como un disparador para amplificar el contexto
en que se moviliza el individuo, para conectarse y relacionarse con los otros, con
otros dispositivos y con acciones saludables, se pasa a utilizar el tiempo libre
como un espacio de prevención del envejecimiento patológico.

Por último, se requiere de una comunicación


efectiva y de un abordaje holístico que permita
visualizar la totalidad del ser humano que es el
adulto mayor y no sólo aspectos aislados.
Asimismo, se debe contar con las habilidades
para generar cambios en las conductas o
acciones que perjudican la salud de los adultos
mayores. El coordinador debe posicionarse desde
un lugar de orientador, de facilitador, pero no
desde el saber, no desde la autoridad, con el fin
de fomentar la adopción de recursos necesarios
para transitar esta etapa del curso vital.
CONCLUSIÓN
Llegando a la conclusión de que el envejecimiento es un proceso absolutamente
natural e irremediable por el que atraviesa toda persona con el paso del tiempo,
frecuentemente se cree que los padecimientos de la tercera edad son originados
por la vejez en sí misma, pero hay que considerar que el envejecimiento del
organismo no es uniforme, sino que algunos órganos envejecen más rápido que
otros, algunas de las actividades cotidianas que el adulto mayor encuentra
dificultad para realizar son subir y bajar escaleras, su aseo personal, vestirse, salir
de la casa, apego a un tratamiento terapéutico, usar el teléfono, cocinar, limpiar la
casa, moverse dentro de su domicilio, lavar la ropa y comer.
En general el adulto mayor puede necesitar ayuda para acostarse o
levantarse de la cama, para el aseo y limpieza personal, incluso a algunos hay que
darles de comer y apoyarles con la toma de medicamentos y el monitoreo de su
salud.
La cuidadora o el cuidador, es, en no pocas ocasiones, el recurso,
instrumento y medio, por el cual se proveen atenciones específicas y muchas
veces especializadas a los enfermos crónicos. Es decir, en ellos se deposita o
descansa el compromiso de preservar la vida de otro. Por ello, una persona
cuidadora cumple la función de facilitar y/o proporcionar cuidados para las
actividades básicas e instrumentales de la vida cotidiana que una persona mayor
no pueda realizar o en la que requiera algún tipo de apoyo, debido a una
incapacidad física o mental.
Las principales tareas que le dan sentido al rol de la persona cuidadora,
dependiendo de la funcionalidad y necesidades de la persona cuidada, son:

• Movilización y transferencias
• Higiene personal y vestido
• Alimentación
• Funcionalidad a nivel físico
• Inteligencia emocional
• Técnicas para manejo de estrés
• Terapia y estimulación cognitiva
• Atención de emergencias
• Acompañamiento y apoyo emocional
• Técnicas de relajación

Otros aspectos que deben considerarse en este campo son: el por qué se cuida, a
quién se cuida, la relación previa con la persona cuidada, la causa y el grado de
dependencia del familiar, la ayuda que prestan otros miembros de la familia, las
autoexigencias que se imponen los cuidadores, la importancia del autocuidado del
cuidador, los factores económicos, así como las perspectivas del cuidado que la
población demandará en los próximos años.

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