0% encontró este documento útil (0 votos)
69 vistas17 páginas

Muñoz 1986

Este documento presenta antecedentes sobre tres asentamientos aldeanos prehispánicos en el Valle de Azapa, correspondientes a los períodos Alto Ramírez, Tiwanaku y Desarrollo Regional. Describe la ubicación y metodología de excavación de tres sitios arqueológicos: el cementerio AZ-12, el asentamiento AZ-29 y el sitio Atoca-1. El objetivo es reunir información sobre estos tres asentamientos para sugerir hipótesis sobre el desarrollo social y ritual de las poblaciones que los

Cargado por

Paloma Arellano
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
69 vistas17 páginas

Muñoz 1986

Este documento presenta antecedentes sobre tres asentamientos aldeanos prehispánicos en el Valle de Azapa, correspondientes a los períodos Alto Ramírez, Tiwanaku y Desarrollo Regional. Describe la ubicación y metodología de excavación de tres sitios arqueológicos: el cementerio AZ-12, el asentamiento AZ-29 y el sitio Atoca-1. El objetivo es reunir información sobre estos tres asentamientos para sugerir hipótesis sobre el desarrollo social y ritual de las poblaciones que los

Cargado por

Paloma Arellano
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 17

Universidad de Tarapaca

Aportes a la reconstitución histórica del poblamiento aldeano en el Valle de Azapa (Arica-


Chile)
Author(s): IVAN MUÑOZ OVALLE
Source: Chungara: Revista de Antropología Chilena, No. 16/17, ACTAS X CONGRESO
NACIONAL DE ARQUEOLOGIA CHILENA (OCTUBER 1986), pp. 307-322
Published by: Universidad de Tarapaca
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/27801889
Accessed: 08-06-2022 15:56 UTC

JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide
range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and
facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected].

Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at
https://about.jstor.org/terms

Universidad de Tarapaca is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access
to Chungara: Revista de Antropología Chilena

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Revista Chungar?, 21617, Octubre, 1986, 307-322
Universidad de Tarapac?, Arica-Chile.

Aportes a la reconstituci?n hist?rica del poblamiento aldeano en


el Valle de Azapa (Arica-Chile)*

IVAN MU?OZ OVALLE


Instituto Antropolog?a y Arqueolog?a, Universidad de Tarapac?

RESUMEN

Nuestro estudio entrega antecedentes sobre tres asentamientos aldeanos, prehisp?nicos, correspon
dientes a los per?odos: Alto Ram?rez (500 a.C.-100 d.C), Tiwanaku (500 d.C.) y Desarrollo Re
gional o Cultura Arica (1000 d.C.)
El prop?sito de nuestro trabajo es reunir informaci?n para hacer un diagn?stico de estos tres
asentamientos como primer paso, para luego sugerir algunas hip?tesis de desarrollo que se relacio
nan con la estructura social y ritual, especialmente en lo que se refiere a la interacci?n social y
patrones de entierro.

I. S?ntesis hist?rica del poblamiento aldeano precolombino en el


Valle de Azapa

La literatura arqueol?gica nos se?ala que los primeros nucleamientos aldeanos, se sit?an en el
valle alrededor de 1000 a.C. Los pobladores viven en peque?as aldeas, trabajan la tierra con una
tecnolog?a simple, cultivan calabazas, porotos y aj?. Elaboran entre otros artefactos cer?mica
simple sin decoraci?n, tejidos de lana a telar, a los cuales les dise?an motivos geom?tricos;
funden minerales como el cobre y la plata para elaborar figuras de ofidios y l?minas circulares.
Entierran a sus muertos cerca de lugares residenciales; y los cuerpos son depositados en fosas,
acompa?ados de un determinado ajuar.
Es posible que el surgimiento de la agricultura y el enriquecimiento tecnol?gico se deba a
una experiencia local, apoyada por contactos que se habr?an producido con las poblaciones for
mativas del ?rea circumtiticaca, entre ellos: Pukar?, Chiripa, Wankarani. Esta influencia se ve
reflejada, especialmente, en los textiles, en donde, las figuras ajedrezadas y escaleradas nos recuer
dan los motivos que son frecuentes en la cer?mica de dichas poblaciones altipl?nicas. La cer?
mica, a trav?s de sus formas y antipl?stico, corroborar?a ese contacto, asimismo el traslado al
valle de algunos productos del agro como la qu?noa y la papa1.
Las relaciones entre costa y altiplano permiti? extender contacto hasta la vertiente oriental
andina, a juzgar por las semillas de mucuma elliptica, encontradas en cuentas de collar, las plu
mas de aves tropicales y vegetales como la mandioca. En resumen, estos antecedentes hablan en
favor del inicio de un proceso de m?ltiples relaciones regionales cuya matriz estar?a en el alti
plano, influenciando las modalidades propias de los patrones culturales desarrollados localmente
en las distintas ?reas ecol?gicas.
Sobre ese desarrollo cultural se asent? Tiwanaku2 alrededor del 300 d.C, estableciendo con
nuestro valle un creciente grado de relaci?n social e influencia cultural; ?sta se refleja en el orden
econ?mico con el aumento de la ganader?a y d? productos agr?colas como la papa, coca y sobre
todo, ma?z; en el orden social, aumentaron las aldeas en el valle con una clara planificaci?n del
espacio3; en el aspecto pol?tico-religioso se acrecent? la estructura ideol?gica altipl?nica, expre

*Este estudio fue financiado por la Direcci?n de Investigaci?n y Desarrollo Cient?fico de la Universidad de Tara
pac?.
Excavaciones en t?mulos han sido hechas por Focacci-Erices (1971) y Mu?oz (1980).
2La informaci?n m?s abundante de Tiwanaku en el valle de Azapa proviene de sitios funerarios como AZ-1, AZ
6 y AZ-75, excavados por el Instituto de Antropolog?a de la Universidad de Tarapac?.
3E1 estudio de los patrones habitacionales en los valles de Arica ha determinado que durante el per?odo aldeano
el sistema de construcci?n correspond?a a habitaciones rectangulares con paredes de ca?a y techo de totora,
construcciones que a?n se hacen en los valles (Mu?oz, 1982).

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
308 IVAN MU?OZ .

sada en contextos ceremoniales como las vestimentas, cer?mica, cucharas, keros, y el culto a la
llama y la figura del sacrificador.
Como consecuencia de la desintegraci?n de Tiwanaku, al igual que en otros ?mbitos del
?rea centro sur andina, este valle fue asiento de una extensa unidad poblacional con caracte
r?sticas regionales, a la que se ha denominado Cultura Arica. Sus vestigios indican ocupaci?n y
explotaci?n de valles, costa y sierra, lo que sumado a una organizada estructura social y pol?tica,
les permiti? aumentar en poblaci?n. Estos datos se reflejan en una gran cantidad de cementerios
y poblados de la ?poca.
Diagn?stico de este per?odo cultural son los tejidos que presentan una gran uniformidad en
los dise?os y la cer?mica, que se caracteriza por los estilos San Miguel y Gentilar presentando
diversidad de colorido en su engobe y motivos zoomorfos y geom?tricos.
Es posible que a fines de este per?odo de Desarrollo Regional o Cultura Arica, 1400 d.C,
las poblaciones azape?as coexistieran con las poblaciones Lupacas y Pacajes, representados en
los restos arqueol?gicos por la cer?mica negro sobre rojo en estilo Chilpe y Saxamar. Estos
se?or?os altipl?nicos al insertarse en la organizaci?n del Tawantinsuyu, siguieron explotando las
tierras bajas, pero bajo el mecanismo de la dominaci?n Inca; ya sea, a trav?s, de la integraci?n
con las poblaciones locales dentro de un mecanismo de dependencia obligada (conquistas), o
bien, a trav?s, de grupos Incas altipl?nicos (mitimaes) que no se integraron con las poblaciones
locales4.

II. Desarrollo de la investigaci?n

Ubicaci?n de los sitios en el valle: Los yacimientos arqueol?gicos se ubican en la ladera sur de
valle de Azapa. El asentamiento AZ-29 se localiza a 4 kms. de la ciudad de Arica, en los faldeos
de los cerros conocidos con el nombre "Pan de Az?car". En este lugar encontramos varias
parcelas que colindan con el r?o San Jos?. El sitio, fue detectado en la parcela NQ 1 a la cual
hemos denominado Olivares-Puntilla.
El sitio Atoca-1, se ubica m?s al interior del valle, a 7 kms. de la ciudad de Arica, en una
amplia terraza plana de 5 kms. de extensi?n denominada pampa Alto Ram?rez. Esta pampa esta
delimitada en los costados norte, noreste, y noroeste por campos de cultivos los que se hayan
cercanos al lecho del r?o San Jos?. Hacia el costado sur y suroeste, se ubica un cord?n de cerros
bajos, en cuyas laderas se visualizan algunos geoglifos con figuras antropomorfas y zoomorfas.
En una de las c?rcavas producidas por los cerros se emplaza el cementerio Atoca-1, el cual
se detect? por la gran cantidad de piedras dispersas en el terreno.
Finalmente el sitio AZ-12, se ubica a 12 kms. de la ciudad de Arica, en los cerros llamados
San Lorenzo. El hallazgo de este sitio fue consecuencia de un corte hecho al yacimiento por ra
zones viales.
Climatol?gicamente, este sector es un lugar seco, ?rido frecuentemente erosionado por el
viento que en ocasiones adquiere velocidades considerables de direcci?n este y noreste prin
cipalmente con cargas marinas y desde el oeste, con las heladas cordilleranas5. Las condiciones
de escasa humedad y ambiente aireado hicieron que el ?rea fuera considerada ideal para habitar, al
estar lejos de las charcas y ci?nagas, infectadas de insectos y zancudos transmisores del palu
dismo, que se hallaban junto al r?o.

Descripci?n de los sitios y metodolog?a de excavaci?n

1. Cementerio AZ-12
El primer sitio de estudio correspondi? a un cementerio de formaci?n tumular denominado con

^Antecedentes arqueol?gicos que permiten plantear esta hip?tesis ser?a el cementerio PL. M-6 que presenta
evidencias de asociaci?n de cer?micas Incas y Gentilar (Hidalgo, Focacci, en este volumen). Por otro lado evi
dencias que hablan a favor de mitimaes ser?an los hallazgos en la aldea y cementerio AZ-15, cuyos restos
identifican una poblaci?n Inca altipl?nica sin ingredientes regionales.
^Keller (1946) hace referencia a las caracter?sticas edafol?gicas en valle de A/apa, al realizar un estudio de geo
graf?a econ?mica del Departamento de Arica.

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
APORTES A LA RECONSTITUCION HISTORICA DEL POB LA MIENTO ALDEANO EN VALLE... 309

la sigla AZ-12. Presenta ocho capas intercaladas de fibra vegetal y sedimentos. Las capas de
fibra vegetal se encuentran constituidas por flora silvestre a manera de delgados lentes que se
entrecruzan para formar una gruesa capa de 10 cm., aproximadamente. La flora que compone
estas capas se conoce como yerba de platero (Equisitum sp.), Sorona (Tessaria absinthiode),
Paico (Chenopodium), Molle (Schinus molle), Sauce (Salix sp.), Totora (Typha angustifolia).
Estas capas de fibra vegetal fueron depositadas en el t?mulo sobre una base de troncos de Pacae
(Inga feullet).
Las capas de sedimentos, a su vez, est?n constituidas por tierra arcillosa, cantos rodados y
algunos restos org?nicos como desperdicios de alimentaci?n y vegetales. Los hallazgos fune
rarios como las evidencias econ?micas y culturales que se describen en la tabla 1 fueron
encontrados en estas capas.
Este yacimiento tiene una extensi?n de 16 mts, y una altura m?xima de 2,00 mts. Como
consecuencia de la construcci?n de una carretera, el t?mulo fue cortado en direcci?n noreste
suroeste, lo cual hizo que quedara un perfil expuesto; al limpiarlo en su totalidad, qued? al
descubierto la composici?n estructural del t?mulo. Teniendo como referencia este corte, se hizo
una trinchera de 6 mts. perpendicular al perfil expuesto.
La excavaci?n se hizo siguiendo niveles artificiales de 10 cms. algunos de los cuales
coincidieron con las capas que conforman el t?mulo.
Descripci?n de la tumba del cementerio AZ-12: En la capa uno fue encontrado un entierro
disturbado que presentaba la ausencia del cr?neo. Los restos humanos estaban envueltos en una
manta y consist?an en tres vertebras lumbares, un coxal, dos tibias, dos peron?s, dos c?bitos,
un radio, un f?mur, dos v?rtebras cervicales, seis costillas y dos metatarsos. El an?lisis f?sico
antropol?gico de los f?mures determin? que este entierro correspond?a a un individuo adulto,
depositado en el t?mulo a trav?s de un entierro secundario (Tabla I).

Comparaci?n con otros hallazgos de los valles

El patr?n tumular de AZ-12, es similar a otros cementerios excavados en Azapa por Focacci
Erices (1971), Mu?oz (1980), en Camarones (Niemeyer, Schiappacasse, 1964), en la desem
bocadura de r?o Loa, N??ez (1971) y en Cobija, Moragas (1982). El enterratorio aparece muy
disturbado y presenta caracter?sticas similares a otras tumbas halladas en los cementerios AZ-70
y AZ-122 del valle de Azapa.
De acuerdo con los rasgos culturales encontrados, estos se pueden clasificar en:
a) Elementos representativos de las poblaciones agr?colas tales como: Alto Ram?rez,
Laucho y Tiwanaku. Entre estos elementos resalta la cer?mica y los tejidos, en los que se refleja
el estilo y manufactura de las poblaciones aldeanas tempranas.
b) Elementos que tienen una larga tradidi?n cultural en la costa en especial referente a las
poblaciones Chinchorro, tales como collares, l?ricos, fibras vegetales.
La cer?mica corresponde a dos per?odos culturales. Los hallados en las dos primeras capas
tanto por el pulido como por el bru?ido, se relacionan con la influencia Tiwanaku en el valle, a
trav?s del estilo Cabuza o Tiwanaku cl?sico, la presencia de esta cer?mica se debe a que en los
alrededores del t?mulo hay restos de un cementerio con influencia Tiwanaku. (Ver Focacci,
1983).
Otro tipo de cer?mica que aparece en las capas es la representativa del per?odo agr?cola
inicial, (Mu?oz, 1980) con forma globular, ausencia de asas y antipl?stico arenoso cuyos
ingredientes lo constituyen el cuarzo, la mica y los restos vegetales, otorg?ndole a la pasta una
estructura semicompacta.
Los textiles son escasos, los restos hallados tienen forma similar a la vestimenta del
per?odo agr?cola inicial, como las mantas afelpadas y las camisas de lana con escasa tintura
decorativa.
Otras manufacturas, como la industria litica, el uso de fibras vegetales, la cordeler?a de
algod?n y los adornos en collares, responden a t?cnicas ampliamente conocidas en los tem
pranos pescadores Chinchorro asentados en la costa de Arica. La presencia en el tiempo de estos
artefactos demuestra lo importante que fue el mar y los recursos de vegetaci?n silvestre para el
mantenimiento de estas tempranas adaptaciones agr?colas en proceso de experimentaci?n.

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
310 IVAN MU?OZ O.

Tabla I

EVIDENCIAS CULTURALES Y ECONOMICAS

N?mero de capas

Capa Capa Capa Capa Capa Capa Capa


1 2 3 4 5 6 7

Fragmentos de cer?mica: Ollas y jarras


sin asa con labios evertidos
Cara exterior caf? claro anaranjado, pulida
imperfectamente, cara interior caf? claro;
antipl?stico compacto: arena, cuarzo y mica 11
Cara exterior rojo-anaranjado, pulida
imperfectamente, cara interior anaranjada
rojizo; antipl?stico semicompacto: arena,
cuarzo y restos de vegetales.
Cara exterior negro-plomo y cara interior
negro, ambas caras con restos de holl?n
antipl?stico arenoso, semicompacto
Cara exterior caf? oscuro, cara interior caf?
claro, antipl?stico semicompacto, con arena y
cuarzo
Cara exterior bru?ida de color rojo, cara
interior pulida de color anaranjado,
antipl?stico compacto con arena, cuarzo y mica
Ambas caras son rojo pulido con un antipl?stico
compacto de arena, mica y cuarzo

Fragmentos de tejidos a telar


Camisa de lana color natural (caf?) sin listas
Mantas de lana de hebra retorcida, color natural
Cintillo de lana color caf? oscuro

industria Uticos y artefactos de molienda


Punta pedunculada
Lascas y l?minas retocadas en algunos bordes
Percutores
Mortero de base c?nica

Artefactos en fibra vegetal


Cesto en forma de plato, tejido con finos
enlaces y espirales
Totora torcida en forma de S

Cordeler?a
Hilados finos de algod?n
Hilados de pelo humano trenzado
Collares
Cuentas de hueso de forma cilindrica

Econom?a agr?cola
Mazorcas y semillas de ma?z (zea mays)
Vainas y semilas de porotos
(Phaseulos vulgaris y Ph. lunatus)
Frutos de calabazas (Lagenaria sp.)
Rizoma de camotes (Hipomoeba batata)
Tallos y hojas de vegetaci?n silvestre
sin identificar

Econom?a mar?tima y terrestre


Restos de vertebras de pescado
Restos de conchas de moluscos y crust?ceos
Huesos de cam?lidos, aves y roedores
sin identificar

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
APORTES A LA RECONSTITUCION HISTORICA DEL POBLAMIENTO ALDEANO EN VALLE... 311

La econom?a de estos pobladores se fundamenta en la fauna marina en la recolecci?n de


gastr?podos, crust?ceos y pelecipodos, adem?s, de la fauna terrestre, especialmente cam?lidos.
Hallazgos similares a estos han sido descritos por Berwick (1985) para el sitio AZ-83, perte
neciente a la fase Alto Ram?rez.
Otro aporte, fue la recolecci?n silvestre de algarrobo, algod?n, calabazas, pacae, pallar,
ma?z y camote. Evidencias similares a estas fueron analizadas por Erices, en PLM-7, cementerio
contempor?neo a los t?mulos y por Mu?oz (1980) en el cementerio tumular de AZ-122.

2. Cementerio Atoca-1
El segundo sitio estudiado corespondi? a Atoca-1, cementerio localizado debajo de un corral
colonial6. Este yacimiento funerario lo conformaban varias tumbas cistas destruidas, los cuerpos
depositados hab?an sido altamente disturbados al igual que el ajuar que los acompa?aba. En dos
cr?neos hallados se identific? individuos de sexo masculino.
La excavaci?n se realiz? en cuatro tumbas, las que presentaban mayor grado de conser
vaci?n en relaci?n con otras altamente destruidas. El di?metro de estas cistas alcanza un pro
medio 1.20 mts., y el nivel de profundidad en el que fueron depositados los cuerpos fue de 80
cms.
En los sectores laterales, de este cementerio se hicieron varios pozos para delimitar la
tensi?n del sitio encontr?ndose restos de dos cam?lidos que presentaban la ausencia del cr?neo,
lo cual nos sugiere posibles ofrendas. (Tabla II).

Comparaci?n con otros hallazgos del valle

A pesar de haber sido haber sido altamente disturbado este cementerio, las evidencias culturale
y econ?micas encontradas nos permiten sugerir ideas en torno al aparato tecnol?gico y econ?
mico de dichas poblaciones.
En la cer?mica decorada sobresale el estilo Cabuza, que se define como una cer?mica c
l?neas negras sobre engobe rojo. Este estilo est? emparentado con la influencia Tiwanaku en el
valle de Azapa. Por otro lado, hay fragmentos que por los motivos que presentan asemejan
estilo propio del Tiwanaku cl?sico, semejante a la tipolog?a presentada por Bennett (1956),
cual hace suponer que estos tiestos fueron tra?dos o confeccionados en el valle por artesan
muy especializados. Un motivo grabado en un fragmento de Kero de madera se asemeja a
Kero de cer?mica decorada que ilustra Bennett (Fig. 16), y que atribuye a Tiwanaku Cl?sico.
La cer?mica no decorada mantiene formas similares a la cer?mica decorada, si bien, n
muestran restos de holl?n para identificarla como recipientes de cocina, por su pasta por
semicompacta evidencian una manufactura local.
El uso de cuentas de collar de hueso, como el trabajo en fibras vegetales, ya sea, en cester?
o carnadas son elementos que se conocen desde periodos muy tempranos en los valles y costa d
Arica. (Uhle, 1919; Bird, 1943), estando tal vez, integrados al acervo cultural de estas poblacio
nes agroganaderas por motivos est?ticos y funcionales.
Los fragmentos de tejido son finos y presentan una decoraci?n listada con colores verde,
rojo. Hallazgos de vestimentas similares a estos han sido descritos por Liliana Ulloa (1982),
ra la fase Cabuza, poblaciones que muestran una influencia Tiwanaku.
La econom?a de estas poblaciones es agroganadera, a juzgar por las evidencias que aco
pa?an las tumbas como parte del ajuar funerario, y por los entierros de llamos sacrificados en
los alrededores de las tumbas. Algunos restos de huesos de roedores, conchas de mariscos
v?rtebras de pescado, nos sugieren que estos recursos fueron apetecidos por las poblaciones de
Atoca-1.

6La presencia de cer?mica Tiwanaku, en los alrededores de este yacimiento, nos hizo excavar este corral. L
hallazgos de guano de equino y cer?mica torneada nos permite sugerir que, esta ocupaci?n se vincular?a a
?poca colonial. Al excavar esta capa, quedaron al descubierto varias tumbas en forma muy alterada, ?s
fueron trabajadas en niveles artificiales apoy?ndose con un buen registro fotogr?fico y gr?fico debido a
caracter?sticas del sitio.

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
312 IVAN MU?OZ O.

Tabla

ATOCA 1. EVIDENCIAS CULTURALES Y ECONOMICAS

Cistas

Fragmentos de cer?mica decorada


Engobe rojo, con decoraci?n de l?neas negras7
Blanco, crema; marr?n y caf? sobre engobe rojo
Fragmentos de cer?mica no decorada
Pasta semicompacta
Ollas con asas 2 2
Escudillas 1
Jarras de base plana 2 1 3
Keros 2 11 11
Fragmentos sin identificar 103 98 62 121
Tejidos de lana
Fragmentos de camisas con listados verticales de
color rojo
Fragmentos de bolsas de color rojo y verde
Fragmentos de fajas con color caf?
Collar
Cuentas de hueso de forma circular
Maderas
Fragmentos de kero con dise?os antropomorfos
y geom?tricos
Fragmentos de mango de cuchara
Fibras vegetales
Carnadas de totora trenzada
Fragmentos de cesto con forma de plato
Econom?a agraria y recoleci?n vegetal silvestre
Ma?z (Zea mays)
Calabazas (Lagenaria sp.)
Papas (Solanum sp.)
Pallar (Phaseolus lunatus)
Qu?noa (Chenopodium quinoa)
Restos de vegetales sin identificar
Econom?a de caza y domesticaci?n de animales
Huesos de roedores
Huesso de cam?lidos
Huesos de aves sin identificar

Econom?a mar?tima (Caza, pesca y recolecci?n)


Conchas de crust?ceos y moluscos
Vertebras de pescado sin identificar

7La cer?mica de engobe rojo, con decoraci?n de l?neas y figuras negra corresponde al estilo Cabuza, primera ce
r?mica decorada que aparece en los valles del extremo norte de Chile.

3. Asentamiento poblacional AZ-29


El tercer sitio estudiado fue la aldea AZ-29, yacimiento localizado en la parcela NQ1 y 2 del
Cerro Sombrero. Se excavaron cuatro viviendas cuyos tabiques son de ca?a con planta
rectangular de 25 mts. cuadrados aprox. Las ca?as fueron colocadas en posici?n vertical, al
canzando el muro un espesor de 15 cms. Los muros can amarrados en ambos lados por dos
ca?as horizontales a las cuales, cada 30 cms., se les hace un amarre con totora para darle solidez
al muro.

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
100

+11

- raro

NmN

Ostansmomscanuscuna2
- .. -Chufto

Arii -.-C0 SAC+ TVMA

m l- - -. ... .

Exc#wcidn del Tumulo AZ 12 - 1

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
314 IVAN MUN OZ O.

Cre : -.

-. -" - I - - - . -[ : .

.Q n

- - - J-f. .f - -- - -r

-. . . . --- L wr . - - - '

-u CAA -- - '

/ .. .
a -- -. g--"--, 3p

- - - - - - -- - - - - - - a

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
APORTES A LA RECONSTITUCION HISTORICA DEL POBLAMIENTO ALDEANO EN VALLE... 315

CMQUS SITIO ? 29
_Camino intifluoalWlt di toy

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
316 rVANMU?OZO.

Entre cada vivienda hay un espacio de 60 cms. sugiriendo posibles pasadizos. La exca
vaci?n arqueol?gica, permiti? conocer algunos aspectos interiores de las viviendas previa extrac
ci?n de un denso estrato arenoso de 15 cms. que tapaba las viviendas. En el interior de una
vivienda se hallaron dos hileras de postes que fueron utilizados, al parecer, como soportes de
techo. Adem?s, se reconoci? un sector de cocina, que se caracteriza por una depresi?n revestida
con piedras que conten?a restos de alimentos y una vasija de cer?mica con holl?n. Se hallaron
adem?s, peque?os hoyos que conten?an restos de alimentos, sugiriendo posibles pozos de
almacenaje. Finalmente, fueron encontrados restos de totora tejida en gruesos cordones los que
unidos con cordelillos de fibra vegetal, es posible, que estas evidencias corresponda a techos o
bien hayan sido esteras utilizadas para dormir. (Tabla III).

Tabla

AZ-29 EVIDENCIAS CULTURALES Y ECONOMICAS

Viviendas
1 2 3 4 5
Cer?mica decorada. Formas de jarros, ollas, pucos, k
Antipl?stico: mica, arena, cuarzo, pasta compacta. P
decoraci?n se identifican 4 estilos*
Fragmentos con engobe blanco, decoraci?n de voluta
negro y l?neas rojas. 11
Fragmentos con engobe rojo, decoraci?n de l?neas de
medallones y peque?os ganchos
Fragmentos con engobe rojo, decorada con figuras as
de color negro. Algunas de estas figuras est?n deline
con puntos blancos
Fragmentos con engobe fojo, decoraci?n en negro, am
anaranjado. Llevan motivos geom?tricos
Cer?mica no decorada y utilitaria, antipl?stico semic
arenoso
Fragmentos ollas con asas en la cintura, varios fragmentos
presentan holl?n 16 6 15 2
Fragmentos de pucos 2 3 6 5 2
Fragmentos de keros 4 3 4 4
Fragmentos de base plana 4 6 2 3 2
Asas verticales 5 2 5 6 7
Fragmentos sin identificar 105 87 98 118 66
Vestimenta tejida a telar, hilados a dos cabos con torsi?n
AS con colores naturales (caf? claro y caf? oscuro)
Restos de gorros tejidos con t?cnica de malla
Restos de camisa de color caf?, lleva listas de color rojo
Restos de mantas con listas de color caf? oscuro
Cobertor pubico de color caf? oscuro
Restos de bolsas de color caf? claro y oscuro
Fragmentos sin identificar
Lana
Ovillones de lana color caf? y rojo
Cester?a
Fragmentos de platos y pucos de tejido grueso
Collares
Cuentas de hueso y concha
Ornamentos
Plumas de colores con restos de lanas

Peinetas
Ca?a embarrillada con lana con dientes de espinas de cactus 1

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
APORTES A LA RECONSTITUCION HISTORICA DEL POBLAMENTO ALDEANO EN VALLE... 317

Evidencias
1 2 3 4 5
Instrumentos musicales
Fragmentos de tubo de zampo?as
Complejo alucin?geno
Tubo para inhalar narc?tico
Industria litica y artefactos de molienda
Peque?as puntas triangulares de base pedunculada
con astiles
Grandes puntas triangulares de base pedunculada
para arpones
Morteros y manos de moler
Econom?a
a) Restos de producci?n agr?cola
Ma?z (Zea mays)
Mandioca (Manihot utilissima)
Poroto (Phaseolus vulgaris)
Calabaza (Fagenaria sp.)
Aj? (Capsicum sp.)
Papas (Solanum sp.)
Camote (Hipomoeba bat aba)
Restos de vegetaci?n silvestre sin identificar
Econom?a mar?tima
b) Pesca, caza y recolecci?n
Restos de huesos de pescado sin identificar
Otolitos de corvina (Cilus monti delf?n) y jurel
(Trachirus murpil)
Cuero de lobo (Otaria jubata)
Conchas de mariscos y crust?ceos
Econom?a av?cola
Huesos de aves
Plumas de aves
Caza terrestre y domesticaci?n
Huesos de roedores
Huesos de cam?lidos
Cuy (Cavia sp.)

8Estos 4 estilos fueron definidos por Dauelsberg en 1972 denomin?ndolas San Miguel, Gent?ar, Maitas y Lore
to Viejo, los dos primeros representan el estilo de la cultura Arica y los dos restantes a la influencia
Tiwanaku.

Comparaci?n con otros hallazgos del valle

El patr?n arquitect?nico de las viviendas de AZ-29, es similar a otros hallazgos de habitaciones


en el ?rea Centro Sur Andina en el periodo tard?o. As? por ejemplo, construcciones de ca?as han
sido encontradas en lio, en el sitio de Chiribaya (Ravines, 1980), en los valles de Lluta y
Azapa; este ?ltimo en los sitios AZ-6, AZ-8, AZ-10, AZ-11, (Mu?oz, 1982) y en la costa sur
de Arica en el sitio PL-M-6, y en los conchales de Caleta Vitor.
De acuerdo con los estudios realizados por Mu?oz (op. cit.) las viviendas tanto en su forma
como material constructivo, se mantienen sin alteraci?n desde el per?odo medio o de influencia
Tiwanaku en el valle de Azapa hasta el, per?odo Inca incluso este sistema constructivo a?n
permanece, especialmente en los sectores de vertiente donde crece abundante la ca?a.
La cer?mica decorada presenta varios estilos; Maitas, Loreto Viejo, San Miguel y Gentilar.
La mayor cantidad de piezas corresponde a los dos ?ltimos. Todos estos estilos ceramol?gicos
fueron definidos por Dauelsberg (1972), a trav?s, del estudio de la cer?micas de varios ce

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
318 IVAN MU?OZ O.

menterios de valle de Azapa. Curiosamente, es importante se?alar que el antipl?stico de todos


estos fragmentos decorados es similar, no encotr?ndose variaciones entre los que se supone es
una cer?mica altipl?nica como Loreto viejo y una cer?mica local como San Miguel y Gentilar.
La cer?mica no decorada presenta formas similares a la decorada, especialmente las ollas
globulares con asas en la cintura, el antipl?stico tambi?n presenta ingredientes similares a pesar
que la pasta es menos compacta y porosa. Los tejidos no presentan una gran decoraci?n, los
restos de vestimentas encontradas presentan remendaduras de pelo humano y lana. Una vesti
menta similar en cuanto a forma y tejedur?a ha sido hallada en otros sitios habitacionales en el
valle de Azapa, como en la aldea de Cerro Sombrero (Mu?oz, 1982), y San Lorenzo (Mu?oz,
1983). Otras formas como gorros camisas, bolsas y mantas se hayan con frecuencia en los
cementerios contempor?neos con AZ-29 en el valle de Azapa, tales como: AZ-6, AZ-71 y en la
costa de Arica; P.L. M-4, P.L. M-9, (Focacci, com. pers. Bird, 1943).
La cester?a presenta formas de platos y pucos, las piezas est?n tejidas con un sistema de es
pirales y enlaces gruesos, lo cual, hace que la pieza tenga un aspecto tosco a diferencia de la
cester?a del per?odo de agricultores tempranos en donde el sistema de tejedur?a es mas fino.
Los artefactos l?ticos indican que las poblaciones de AZ-29, se dedicaban entre otras acti
vidades complementarias a la caza de aves, por las peque?as puntas pedunculadas. Adem?s, la
presencia de puntas para arpones indicar?a un cierto tipo de caza de mam?feros marinos.
Las plumas coloreadas y las cuentas para collares suponemos que fueron utilizadas con
fines decorativos. Las plumas posiblemente fueron para adornar gorros tal como lo hemos visto
en cementerios del per?odo del Desarrollo Regional, en donde van adosadas en la cara superior de
los gorros a manera de decoraci?n.
Otras expresiones culturales que aparecen en las habitaciones son la zampo?a, instrumento
musical de viento, que aparece reiteradamente en los cementerios y habitaciones del per?odo tar
d?o. La presencia de tubo para inhalar narc?tico indica el uso de este elemento probablemente en
ceremonias rituales.
La econom?a se fundament? en los recursos mar?timos, agr?colas y ganaderos, aunque no
desaprovecharon los recursos vegetales ni de caza terrestre. Es interesante resaltar las actividades
de molienda, documentada por la presencia de morteros con sus manos de moler.

Discusi?n

Varias son las interrogantes, m?s que conclusiones, que se desprenden del an?lisis de los sitios
anteriormente mencionados.
1. ?Cu?l es el patr?n de entierro de los t?mulos y con qu? influencia cultural se podr?an
relacionar?
Curiosamente, el patr?n de entierros en t?mulos responde a un car?cter secundario, argu
mentamos este planteamiento por el hecho de que varios cuerpos fueron depositados en el
t?mulo, despu?s que sufrieron el proceso natural de descomposici?n. As? por ej. los textiles que
envuelven los cuerpos no muestran restos de material graso, proceso de una descomposici?n in
situ, adem?s, muchos de estos enterratorios aparecen disturbados, con ausencia de algunos
?rganos como la cabeza, brazos y piernas. Otros entierros se caracterizan por estar constituidos
por una gran cantidad de huesos que corresponden a varios individuos. Tambi?n se encuentran
varios enterratorios de cr?neos envueltos en bolsas tejidas con punto de red, provistas de asas9.
Esta forma de enterrar a los muertos, sumada a una forma especial de cementerio, a manera de
"B?vedas colectivas", difiere del patr?n funerario de la costa, en donde a los cuerpos se les hizo
un tratamiento artificial de conservaci?n, i.e. Chinchorro. Por tal motivo, es probable que esta
relaci?n se hubiese dado con las poblaciones altipl?nicas entre ellas Wankarani, Chiripa o
Tiwanaku-I debido a las relaciones culturales y econ?micas que manten?an (v.gr. textiles, ce
r?micas). Por esta raz?n analizaremos comparativamente los rasgos funerarios m?s resaltantes.

9Sobre el valor simb?lico de estos cr?neos pensamos que es posible que est?n vinculados a un pensamiento m?
gico-religioso, relacionado con el culto a la cabeza humana, tal como se vislumbra en la cultura Nazca, del
sur de Per? (Fresco, 1976).

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
APORTES A LA RECONSTITUCION HISTORICA DEL POBLAMEENTO ALDEANO EN VALLE... 319

TIWANAKU, CHIRIPA, WANKARANI ALTO RAMIREZ


Circumtiticaca, BOLIVIA Valles Bajos Arica
Patr?n funerario:
Cistas burdas con lajas Cistas burdas con cantos rodados
Posici?n de cubito lateral Idem
con las piernas flexionadas
Posici?n flectada o sentada Idem
Urnas No hay
Ofrendas:
Alimentos: Qu?noa y papa en Alimentos (ma?z, aj?, qu?noa, camote)
escasos registros
Metales: Oro y cobre Plata y cobre
Utensilio: recipientes de cer?mica Cer?mica utilitaria
utilitaria y ceremonial pintada y sin
pintura, principalmente fragmentada
Funci?n del t?mulo:
T?mulos habitacionales, con T?mulos funerarios con espacios
estructura de adobe, para fines ceremoniales (v.gr.
ocasionalmente funerarios y ofrendas de gorros, orejeras de plata).
ceremoniales con espacios
(v.gr. cer?mica).
Deformaci?n craneana:
Tabular erecta Tabular erecta, oblicua,
pseudocircular
Cronolog?a:
1200-600 a.C. 500 a.C.

A pesar de que los datos que disponemos para enfrentar el an?lisis fueron m?nimos, como
consecuencias de la reducida informaci?n, nuestra hip?tesis es que responsable de este nuevo
patr?n funerario tumular fueron las poblaciones alto andinas en combinaci?n con la experiencia
funeraria de las poblaciones de los valles.
Por otro lado, como consecuencia de esta forma de entierro tumular se desprende otra
interrogante en torno a ?Cu?l fue el tipo de relaci?n que pudo haber existido entre los individuos
all? enterrados? Consideramos hipot?ticamente que esta relaci?n pudo darse a nivel de parentesco
de una generaci?n, en caso que los t?mulos hayan sido construidos en un solo momento, o
bien, por distintas generaciones en caso que su construcci?n haya sido a trav?s de un largo
per?odo. Este nivel de parentesco a su vez, pudo haber agrupado a poblaciones solamente de
altura, o bien, a una agrupaci?n de poblaciones con influencia altipl?nica y grupos de pobla
ciones locales del valle. Pensamos que esta interrelaci?n grupal pudo haberse dado como
consecuencia de las relaciones sociales y econ?micas establecidas entre ellos10. Posiblemente la
econom?a y tecnolog?a agromaritima y ganadera que aparece formando parte del ajuar de los
entierros tumulares sea testimonio de esta interacci?n cultural1

10Estas relaciones sociales a?n permanecen en los Andes y son consecuencia de las necesidades econ?micas
(intercambio y ocupaci?n de territorio) que tiene cada comunidad. Observaciones hechas por Inamure (1981)
se?ala que pastores altoandinos del sur del P?r? aprovechan cualquiera ocasi?n para ampliar redes sociales
con los agricultores de valles llegando a fortalecer lazos a nivel de compadrazgo e incluso de matrimonio.
nEn la costa de Arica, Focacci (1974) excav? el cementerio PLM-7; correspondiente a poblaciones de
pescadores de aproximadamente 500 a.C. En este cementerio, encontr? adem?s, tumbas similares a las ha
lladas en los t?mulos (p?g. 43). Estas evidencias posiblemente sean consecuencia de una interacci?n po
blacional durante el per?odo de agriculturaci?n. Para avalar esta interacci?n grupal entre ambas poblaciones
es interesante acotar lo que dice Rothhammer, et al. (1982) en base al estudio de la variaci?n craneom?trica.
Se?ala, que las poblaciones Laucho y Alto Ram?rez, "...no difieren significativamente una de otra. Incluso
a?ade, que, esta semejanza es mayor para las mujeres que para los hombres lo cual sugiere que podr?a haber
existido un sistema de emparentamiento que favorec?a el intercambio de mujeres entre ambos grupos..." (p?g.
280).

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
320 IVAN MU?OZ O.

2. En cuanto al cementerio de Atoca-1, es claro suponer por las evidencias culturales y


econ?micas de las poblaciones all? depositadas, que se vinculan a una poblaci?n ganadera, in
fluenciaba a su vez por Tiwanaku en lo que corrresponde a la etapa cl?sica. Deducimos esta
hip?tesis por el hecho de encontrar representada la iconograf?a de dicha cultura en madera y
fundamentalmente en cer?mica.
Sobre la destrucci?n del sitio, desconocemos el momento en que se hizo y cuales fueron las
razones, sin embargo queda como interrogante, el hecho de que en Azapa, los cementerios en
donde aparece representado el estilo Tiwanaku Cl?sico, en general, las tumbas aparecen en un
alto porcentaje disturbadas12. Si consideramos la variable que esta destrucci?n fue hecha por los
mismos pobladores habr?a una cierta relaci?n con los enterramientos en t?mulos, en el sentido
que, en ambos cementerios habr?a una cierta tendencia de remover las tumbas como
consecuencias de ceremonias postmortem13.
Esta expresi?n ritual en ambos cementerios se ve corroborada por el hecho que en varios
cementerios en Azapa en donde aparecen poblaciones con cer?mica Cabuza (estilo influenciado
por Tiwanaku), ?stas eligieron los mismos espacios para enterrar a sus muertos que las po
blaciones tumulares, lo cual nos sugiere que estos grupos retomaron de las poblaciones
anteriores los lugares c?lticos y ceremoniales, lo que denota al parecer una participaci?n y
asimilaci?n de creencias, entre las que posiblemente estuvo la de alterar los cuerpos.
Es importante se?alar que entre los elementos que forman parte de la parafernalia ritualista
de estas poblaciones figura la llama, elemento que esta ligado intr?nsecamente a la cosmovisi?n
m?gico-religiosa de los pastores altoandinos.
3. ?A qu? responde la presencia de varios estilos decorativos de cer?mica en la aldea AZ-29?
Para entender esta situaci?n habr?a dos hip?tesis. La primera, se?alar?a que todos estos esti
los fueron manufacturados por los mismos pobladores que ocuparon la aldea, incluyendo el
estilo Loreto Viejo que se ha definido como de procedencia altipl?nica. Para sustentar esta hip?
tesis habr?a que s.e?alar que la pasta de los fragmentos es muy similar, lo cual indicar?a el
abastecimiento de un solo tipo de arcilla logrado tal vez en el mismo valle. La segunda, es que
por haber, una cantidad menor de cer?mica altipl?nica. Loreto Viejo, en relaci?n con los otros
estilos hallados, la sugerencia ser?a que estos tiestos fueron intrusivos en la aldea, a trav?s, de
las relaciones establecidas entre las poblaciones del valle y las altipl?nicas que ten?an el acceso a
estas tierras, ya sea por el control de ?stas, o bien, por el manejo de tr?fico de ganado que
realizaban hacia los valles bajos. Esta ?ltima suposici?n es interesante, pues nos ha permitido
desarrollar en otros trabajos (Mu?oz, 1983), la hip?tesis sobre el modelo de complementariedad
ecologia propuesto por Murra (1972), considerando que a partir del 1000 d.C. habr?an habido en
el valle de Azapa varias ocupaciones coexistiendo.

Agradecimientos

Agradezco a la Srta. Julia Cordova por la revisi?n del manuscrito, a Ra?l Rocha por el dibujo
de las l?minas y a la Sra. Laura Droguett por la mecanograf?a del texto.

l^Focacci (1983) ha hecho menci?n a cementerios como: AZ-115, AZ-75 diciendo que las tumbas aparecen
altamente disturbadas.
presencia de estos cuerpos removidos probablemente se relacionen con ceremonias de reenterramientos,
tal como lo describe Guarnan Poma de Ayala "...sacan los difuntos de sus b?vedas que llaman pucullo y le
dan de comer y beber y le visten de sus vestidos ricos y le ponen plumas en la cabeza y cantan y danzan
con ellos y le ponen unas andas y andan con ellas de casa en casa y por las calles y por la plaza y despu?s
retoman a sus pucullos.... " (En Casassas, 1977).

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
APORTES A LA RECONSTITUCION HISTORICA DEL POBLAMIENTO ALDEANO EN VALLE... 321

BIBLIOGRAFIA

BENETT, WendeU
Excavaciones en Tiahuanaco. Biblioteca Pace?a. La Paz, Bolivia.
BERWICK, David
An?lisis preliminar de los restos de fauna de Alto Ram?rez AZ-83. Valle de
Azapa, Arica, Chile. Rev. Di?logo Andino - 3, Depto. de Historia y
Geograf?a. Univ. de Tarapac?, Arica-Chile.

BIRD, J?nius
1943 Excavations in Northern Chile, Anthropological papers, Vol. 38. American 337
Museum of Natural History, New York.
CASASSAS, Jos? M.
1977 Las poblaciones prehisp?nicas del altiplano Per?-Boliviano, Puna vertiente
oriental Andina. Aproximaci?n a la etnohistoria del norte de Chile y tierras
adyacentes. Universidad del Norte, Antofagasta, Chile.

DAUELSBERG, Percy
1972 La cer?mica de Arica y su situaci?n cronol?gica. En Chungar? NQ 1. Depto.
Antropolog?a. Universidad del Norte, Arica.
ERICES, Sergio
1975 Evidencias vegetales en tres cementerios prehisp?nicos, Arica, Chile. Rev.
Chungar? Ne 5, Depto. de Antropolog?a, U. del Norte Arica.
FOCACCI, G.; ERICES, S
1971 Excavaciones en t?mulos de San Miguel de Azapa (Arica, Chile). Actas del
VI Congreso Nacional de Arqueolog?a Chilena. Santiago.

FOCACCI, Guillermo
1974 Excavaciones en Playa Miller-7. Arica (Chile). En Rev. Chungar? NQ 3,
Depto. de Antropolog?a, Univ, del Norte, Arica.

1983 El Tiwanaku Cl?sico en el valle de Azapa. Doc. de trabajo NQ 3. Inst. de An


tropolog?a, Univ. de Tarapac?, Arica, Chile.

FRESCO, Antonio
1976 La cabeza trofeo en la cer?mica Nazca. En Actas del XLI, Congreso Inter
nacional de Americanistas. M?xico, 1974.

INAMURA, Tetsuya
1981 Adaptaci?n ambiental de los pastores altoandinos en el sur del Per?. En Es
tudios Etnogr?ficos del Per? Meridional. Universidad de Tokio, Jap?n.
KELLER, Carlos
1946 El Departamento de Arica, Censo Economico Nacional. Vol. I, Santiago.

MORAGAS, Cora
1982 T?mulos funerarios en la costa sur de Tocopilla (Cobija). Regi?n. En
Chungar? N- 9. Depto de Antropolog?a. Universidad del Norte, Arica.
MU?OZ, Iv?n
1980 T?mulos funerarios: Evidencias del proceso de agriculturaci?n en los valles
bajos de Arica. Memoria para optar al t?tulo de Arqueolog?a, Univ. de Norte,
Antofagasta.

1982 Din?mica de las estructuras habitacionales del extremo norte de Chile. En


Chungar? NQ 8. Departamento de Antropolog?a, Universidad del Norte,
Arica.

1983 El poblamiento aldeano en el valle de Azapa y su vinculaci?n con el Ti


wanaku. Doc. de trabajo 9 3. Inst. Antropolog?a y Arqueolog?a. Univ. Ta
rapac?. Arica, Chile.
MURRA, John
1972 El control vertical de un m?ximo de pisos ecol?gicos en la econom?a de las
sociedades andinas. Univ. H. Valdizan. Visita de la provincia de Le?n de
Hu?nuco (1562) Por I?igo Ortiz de Zu?iga. Hu?nuco, Per?.

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
322_IVAN MU?OZ O._

NIEMEYER, H.; SHIAPPACASSE, V.


1964 Investigaciones arqueol?gicas en las terrazas de Conanoxa, Valle de Ca
marones, Prov. de Tarapac?. Rev. Universitaria Anales de la Academia Chile
na de Ciencias Naturales. Pub. - 26. Santiago.
NU?EZ, Lautaro
1971 Secuencia y cambio de los asentamientos humanos de la Desembocadura del
r?o Loa, en el norte de Chile. Bolet?n de la Universidad de Chile. Apart. 112
Edit. Univ. Santiago.
PONCE, Carlos
1970 Las culturas Wankarani y Chiripa y su relaci?n con Tiwanaku. Academia de
Ciencias de Bolivia. Pub. N? 25. La Paz.

RAVINES, Rogger
1980 Historia del Per?. Tomo IV Cap. Los se?or?os Locales. Edit. Juan Mej?a
Baca. Lima.
RIVERA, Mario
1976 Nuevos aportes sobre el Desarrollo cultural altipl?nicos entre los valles
bajos del extremo norte de Chile, durante el per?odo intermedio temprano.
Anales de la Universidad del Norte. Homenaje al Rev. Padre Gustavo Le
Paige, Santiago.
ROTHHAMMER, F. et al.
1981 Microevoluci?n en las poblaciones prehist?ricas del ?rea andina. Variaci?n
craneom?trica cronol?gica en los valles de Arica. En Chungar? N- 8. Depto.
de Antropolog?a. Universidad del Norte. Arica.
SANTORO, Calogero
1982 Formativo temprano en el extremo norte de Chile. En Chungar? NQ 8 Depto.
de Antropolog?a. Univ. del Norte. Arica.
UHLE, Max
1919 La Arqueolog?a de Arica y Tacna. Bolet?n de la Sociedad Ecuatoriana de Es
tudios Hist?ricos Americanos. Quito.
ULLOA, L?iana
1982 Evoluci?n de la industria textil prehisp?nica en la zona de Arica. En
Chungar? NQ 8. Depto. de Antropolog?a, Univ. del Norte, Arica.

This content downloaded from 146.83.108.177 on Wed, 08 Jun 2022 15:56:30 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms

También podría gustarte