Qué Es Más Ecológico
Qué Es Más Ecológico
Qué Es Más Ecológico
Mientras envuelves tu compra semanal de alimentos y entras a la fila del supermercado es tiempo
de tomar otra decisión difícil. El cajero mecánicamente pregunta, “¿Papel o plástico?”, en referencia
a qué tipo de bolsa prefieres a la hora de guardar tus compras. Para algunas personas, esta es una
decisión estresante. La conveniencia te impulsa hacía el plástico, pero una conciencia ecológica
puede que automáticamente te impulse hacía el papel. De cualquier forma, está lloviendo y si tu
bolsa de papel se rompiera podría arruinar tus compras. Por otro lado, ¿es egoísta decidir de
acuerdo a tu conveniencia inmediata sobre los miles de años que se podría demorar en degradarse
una bolsa de plástico en un vertedero? Pero, al mismo tiempo – ¿no se nos anima a salvar árboles y
evitar el uso excesivo de papel?
Las conciencias de los consumidores no son las únicas molestadas por la pregunta de “papel o
plástico”. Supermercados pagan menos por bolsas de plástico, pero, a su vez, se ven presionados
por grupos ambientalistas para dejar de ofrecerlas. Así, vendedores minoristas y hasta ciudades
enteras están decidiendo dejar de preguntar esta pregunta familiar. En cambio, están tomando la
decisión por nosotros. Un ejemplo de esto es la cadena de supermercados Whole Foods que,
pregonando preocupaciones ecológicas, dejó de entregar bolsas de plástico en el año 2008. En la
misma línea, ciudades enteras como San Francisco y Oakland, han tomado medidas restringiendo –
o hasta prohibiendo – el uso de bolsas de plástico en supermercados.
Entonces, que va a ser: ¿papel o plástico? Ambas vienen con desventajas distintivas para el
ambiente, que expondremos a continuación.
Ahora cuando tengas que escoger entre papel y plástico, no dejes que la culpabilidad ecológica te
impulse automáticamente hacia el papel. Considera que ambos materiales tienen inconvenientes
para el medio ambiente.
Antes de escoger papel, considera estas desventajas ambientales que trae:
2. Consume energía: A pesar que el proceso de producción de bolsas de plástico involucra petróleo,
resulta que la producción de bolsas de papel consume cuatro veces más energía que una bolsa de
plástico. Lo que significa que la producción de bolsas de papel consume una buena porción de
combustible también (Fuente: reusablebags.com).
3. Consume agua: La producción de bolsas de papel usa tres veces la cantidad de agua de la que se
requiere para hacer bolsas de plástico (Fuente: Lilienfield).
4. Reciclaje ineficiente: El proceso de reciclaje de papel puede ser ineficiente – con frecuencia
consume más combustible que el requerido para hacer una nueva bolsa de papel (Fuente: Milstein).
En adición, toma alrededor de un 91% más de energía reciclar una libra de papel que una de plástico
(Fuente: reusablebags.com)
5. Produce desperdicio: De acuerdo a algunas medidas las bolsas de papel generan un 80% más de
desperdicios sólidos (Fuente: Lilienfield).
Sin embargo, el plástico no obtuvo una mala reputación por nada. A continuación, algunas
desventajas ambientales del plástico:
1. Genera basura: Bolsas de plástico inutilizadas se ven por todas partes hoy en día – volando en las
calles, atrapadas en cercos y árboles – y, dejando de lado su ocasional uso en alguna película artística
(por ejemplo, Belleza Americana), suelen ser principalmente un desagrado a la vista.
2. Pone en peligro a la vida salvaje: El desperdicio plástico es engañoso para las aves y otras formas
de vida salvaje que lo confunden con comida y, te puedes imaginar cómo estropea los intestinos de
un animal comer plástico. Como resultado de esto, animales pueden morir de hambre (Fuente:
Spivey). Para prevenir esto, tal vez el papel sea una mejor opción. Especialmente si vives cerca de la
costa, ya que tu desperdicio plástico es más probable que llegue hasta la vida en el mar y las aves
marinas (Fuente: Thompson).
3. Requiere un largo periodo para degradarse: Las luces descomponen el plástico así que en
realidad no se biodegrada. Estimaciones dicen que este proceso demora desde 500 o hasta 1000
años en descomponerse en vertederos (Fuente: Lapidos). Desafortunadamente no se sabe con
exactitud ya que el plástico es un invento relativamente nuevo.
3. Dificultades de Reciclaje: Aunque, en gran parte, el plástico ocupa una menor cantidad de
energía para reciclarse que el papel, las bolsas de plástico son un dilema frustrante de reciclaje. El
reciclaje en muchas comunidades no está hecho para bolsas de plástico porque pueden arruinar las
máquinas de las plantas (Fuente: Milstein). En vez, algunas tiendas ofrecen contenedores en los
cuales se puede reciclar apropiadamente las bolsas de plástico.
Estos factores han hecho que la pregunta sobre cuál de las dos opciones es más ecológica se
complique. La EPA ha admitido no solo que esta pregunta está sin resolver, sino que además no
considera el uso de bolsas de plástico un problema mayor (Fuente: Spivey). La mayoría de los grupos
ecológicos dice que es mejor evitar la elección del todo y, en su lugar, se debiera diligentemente
reusar bolsas.
¿Papel o plástico?*
Las bolsas de plástico que nos dan en las tiendas se están prohibiendo en muchos lugares del
mundo, pero, ¿se reduce el impacto ambiental sustituyéndolas por bolsas de papel?
En marzo de 2009 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó modificaciones a la Ley de
Residuos Sólidos para prohibir que se sigan regalando bolsas de plástico a los consumidores en los
establecimientos comerciales. Las modificaciones a esta ley entraron en vigor el 19 de agosto de ese
año. Se previó un plazo de un año de adaptación para los comercios y a partir de agosto de 2010 se
empezarán a aplicar sanciones a los infractores. Se supone que se trata de una medida encaminada
a evitar la contaminación por plásticos, pero vale la pena analizarla un poco más, porque plantea
varias cuestiones que no han sido resueltas adecuadamente.
Las bolsas de plástico se están prohibiendo en muchos lugares del mundo, como el estado de
California, en Estados Unidos; la ciudad de Toronto, en Canadá; el Reino Unido, China, Sudáfrica y
algunas ciudades de Australia y la India. A diferencia de México, en estos lugares el éxito de la
prohibición se mide en función del petróleo que se ahorra, no de la contaminación que se evita. La
ONU está buscando una prohibición global, pero no va a ser fácil. En México esta medida sólo se ha
tomado en el Distrito Federal.
"¿Papel o plástico?";, nos preguntan en las panaderías al ofrecernos bolsas para guardar nuestro
pan. Hay que elegir, pero para eso habría que tomar en cuenta, por ejemplo, cuánto tardan en
degradarse estos materiales. Resulta que el plástico tarda bastante más que el papel en
descomponerse, pero los efectos sobre el ambiente de producir uno y otro no son iguales. Por eso
es necesario examinarlos. El papel se hace con la celulosa del tronco de los árboles, un compuesto
polimérico hecho de unidades de glucosa que forman fibras de distintos tamaños, las cuales se
mantienen unidas por la lignina. Esta sustancia da firmeza y dureza a la estructura de las fibras.
El papel se puede doblar porque las fibras son flexibles. Su resistencia mecánica a la tensión y a la
deformación permite usar bolsas de papel para soportar cargas. Además, las fibras no se disuelven
en el agua y, por ser químicamente estables, se pueden mezclar con aditivos; por ejemplo,
colorantes.
La celulosa también se puede obtener a partir de papel reciclado y desechos de tela de fibras
naturales como el algodón, el cáñamo, el lino y la seda. Pero estas fuentes de celulosa no bastan
para satisfacer la gran demanda de papel de nuestra sociedad. Así, para fabricarlo no queda más
remedio que cortar árboles. Por si fuera poco, preparar y trasladar los troncos requiere maquinaria
especializada de gran tamaño que consume combustibles fósiles.
Los troncos cortados para producir papel se dejan secar un mínimo de tres años. Después se les
quita la corteza con maquinaria especial y se cortan en pedazos muy pequeños, que se introducen
en agua y se someten a altas temperaturas. A estos trozos se les añaden diversos productos
químicos para eliminar sustancias como la lignina o las resinas, que pueden afectar la calidad del
papel. Luego se vuelven a lavar para eliminar los residuos químicos y, si es necesario, se les somete
a un proceso de blanqueo. Así se produce la pulpa para papel, a la que se le puede añadir algo de
pulpa reciclada. Si en la fabricación se emplea material reciclado, la calidad del papel baja porque
las fibras van perdiendo flexibilidad y resistencia cada vez que se reciclan. El papel se puede reciclar
seis u ocho veces, según su calidad inicial. La pulpa es una suspensión de fibras de celulosa en agua
que debe secarse antes de convertirse en papel. Para eso, primero se extiende la pulpa sobre una
malla fina y se exprime con rodillos. Luego se seca con aire caliente o calor directo y vuelve a ser
presionada con otros rodillos, que forman rollos enormes de papel cuyo grosor dependerá del uso
al que está destinado. También los aditivos empleados definen el tipo de papel que se obtiene.
La nueva ley
Las modificaciones a la Ley de Residuos Sólidos que prohíben a los comercios empacar las
mercancías en bolsas de plástico para entregarlas a los consumidores se publicaron en la Gaceta
Oficial del Distrito Federal el 18 de agosto de 2009 (cinco meses después de ser aprobadas por la
Asamblea Legislativa). En el decreto correspondiente se establece que el Instituto de Ciencia y
Tecnología del D.F. debe crear un programa de sustitución de plásticos en un término máximo de
seis meses a partir de la entrada en vigor del decreto, plazo que terminó el 19 de febrero de 2010 y
el programa todavía no se ha dado a conocer.
Fabricar papel causa deforestación, contaminación por combustibles fósiles y gasto de agua.
Producir plástico es aproximadamente igual de contaminante para la atmósfera, pero la
contaminación de agua y suelo es mayor en la producción de papel.
El plástico se elabora, principalmente, con productos derivados del petróleo. Para extraer petróleo
hay que perforar pozos, lo que implica consumo de combustibles fósiles para la maquinaria y
alteración de los ecosistemas donde esté ubicado el pozo. Además, hay que construir caminos para
llevar y traer la maquinaria de perforación y el producto extraído, o bien construir un oleoducto
para conducirlo. El petróleo se debe transportar a una planta de refinación o fraccionamiento,
donde se destila para separarlo en sus componentes. Los productos no se separan de manera
individual, sino que están agrupados según su punto de ebullición, es decir, la temperatura a la cual
pasan de líquido a vapor. Los vapores obtenidos se vuelven a condensar y se separan así las distintas
fracciones del petróleo. A partir de éstas se purifican los productos petroquímicos útiles para las
distintas actividades industriales. Uno de éstos es el etileno, que se usa para obtener diversos
productos como el etilenglicol, el cloruro de vinilo y el plástico conocido como polietileno, con el
que se fabrican la mayoría de las bolsas empleadas en mercados y tiendas. Otra sustancia
petroquímica que sirve para fabricar bolsas es el polipropileno.
Para fabricar las bolsas y otros artículos, el etileno que se transforma en polímero y se conserva en
pequeñas lentejas, se calienta hasta que se derrite. Así se producen con él, mediante unos rodillos
de prensa, una especie de cilindros con películas del grosor adecuado. El cilindro se corta a la
longitud deseada y se sella el fondo. Se le puede cortar un agujero para que la bolsa tenga asas.
Aunque el costo energético y el impacto ambiental de fabricar plástico son menores que en el caso
del papel, también son significativos.
Destinos manifiestos
Una vez utilizado, el papel se puede reciclar o desechar como basura. Si se va a la basura, puede
terminar en un relleno sanitario, donde se va degradando lentamente. Un buen relleno sanitario
hace más lento el proceso de degradación por ser mezcla de muchos materiales distintos, los cuales
se encuentran muy compactados. Se calcula que el 14% de los residuos de un relleno sanitario están
compuestos de cartón y papel.
Para reciclar el papel hay que convertirlo nuevamente en pulpa, para lo cual se emplearán productos
químicos que separan las tintas. Además, hay que volverlo a blanquear. Esto requiere grandes
cantidades de agua. La pulpa obtenida se usa para fabricar nuevos productos de papel 100%
reciclado, o para incorporarse a otros procesos de productos parcialmente reciclados. En la industria
del papel sanitario (pañuelos y papel de baño) se reciclan grandes cantidades de papel.
El plástico tiene los mismos destinos que el papel: reciclaje o basura. Se calcula que en los rellenos
sanitarios los materiales plásticos representan aproximadamente el 10% del peso y más del 20% del
volumen. Una vez en el relleno, el plástico tarda mucho más que el papel en degradarse. Si su
destino es el reciclaje, se acumula, se limpia y se vuelve a fundir para elaborar nuevos productos
plásticos. Los plásticos se pueden reciclar más veces que el papel y pueden estar solos o mezclados
con otros plásticos (por ejemplo, polietileno con polipropileno) para formar nuevos productos de
consumo final, como tubos y mangueras en lugar de nuevas bolsas (aunque sí es posible elaborar
nuevamente bolsas). Si bien se dice que los plásticos tardan entre 400 y 1 000 años en degradarse,
no podemos afirmarlo porque los polímeros sintéticos se fabrican desde hace apenas un siglo, más
o menos.
• Fabricar plástico consume 40% menos energía que fabricar papel, por lo que es menos
contaminante.
• El plástico genera 80% menos residuos sólidos que el papel, por lo que ocupa menos espacio
en los rellenos sanitarios.
• El papel se puede reciclar, para lo que se requiere agua limpia, productos químicos para
blanqueo y manejo de fibras, energía para calentar y volver a obtener pulpa y papel. El papel
se puede reciclar en promedio ocho veces antes de que las fibras se vuelvan demasiado
cortas.
• El plástico se puede reciclar empleando energía para fundirlo y volver a formar materia
prima o productos terminados. El consumo de agua y de productos químicos en este
proceso es mínimo. El plástico se puede reciclar más de 20 veces antes de volverse débil y
quebradizo.
El reciclaje
Mientras más papel se recicla, menor es el volumen de los rellenos sanitarios, lo que ayuda al
ambiente. Empero, la contaminación asociada a la manufactura de papel es muy importante, ya que
se se usa mucha agua que se contamina, dependiendo de los productos químicos que se hayan
empleado en el proceso. Si estas aguas contaminadas se vierten en mares, ríos y lagos, tienen
efectos muy graves. Si consideramos, además, que el proceso implica un gasto muy alto de energía
eléctrica, calorífica y mecánica, aunque el papel resultante se usara como combustible, la energía
que se obtendría sería mucho menor que la que se invirtió en fabricarlo.
Que el impacto ambiental del plástico sea alto, y muchas veces astronómico en nuestro país, se
debe a que reciclamos poco (aunque el índice de reciclaje en México no dista demasiado de las
tendencias mundiales). Reciclar plástico consume mucha menos agua que reciclar papel. También
es menor el consumo de energía asociado a su manufactura y transformación. Además, muchos
plásticos pueden quemarse en calderas —por ejemplo, en plantas termoeléctricas— para generar
energía eléctrica, con lo cual aumenta el beneficio que se obtiene de ellos. Puede ser que quemar
plásticos sea altamente contaminante, pero solemos olvidar que son derivados del petróleo al igual
que las gasolinas y otros combustibles fósiles, cuya extracción y refinación contamina también si no
se toman medidas.
Desde luego, no todos los plásticos son combustibles, pero los que se usan para fabricar bolsas sí lo
son (pero cuidado: el PVC —policloruro de vinilo— nunca debe quemarse, porque produce
sustancias sumamente tóxicas y dañinas). Además, las bolsas de plástico usadas nos pueden servir,
al menos, para clasificar y separar la basura y así entregar al servicio de recolección paquetes de
basura orgánica y basura inorgánica, cada uno en su propia bolsa.
Hay plásticos en los luga r es m á s insólitos, desde el fondo de los mares hasta el estómago de peces
que no pudieron digerirlos. Sin embargo, eso no es culpa del plástico, sino de quienes no
depositamos la basura en su lugar. El papel llega a los mismos lugares, pero se deshace más
rápidamente. Los peces que lo ingieren y no lo digieren lo desechan con mayor facilidad. Hoy en día
se desarrollan plásticos más amigables con el ambiente. La investigación anda en pos de polímeros
biodegradables, que se descompongan más rápidamente y que no generen nuevos contaminantes
(véase "Plásticos biodegradables", ¿Cómo ves?, No. 79).
¿Entonces?
Los plásticos no sirven sólo para fabricar bolsas y artículos como peines, cepillos y botellas, sino
también para fabricar prótesis, válvulas cardiacas, lentes intraoculares y un sinfín de objetos que no
solamente hacen la vida más fácil, sino larga y llevadera. No hay que satanizar al plástico
simplemente porque los seres humanos no nos comportamos como es debido.
Tratándose de contaminación, los seres humanos debemos ser más conscientes y responsables. El
dilema de la panadería, "¿plástico o papel?", se resuelve mucho mejor si en vez de utilizar artículos
desechables empleamos bolsas, canastas o cualquier contenedor reutilizable.