Cómo Se Hace Un Sombrero de Saraguro
Cómo Se Hace Un Sombrero de Saraguro
Cómo Se Hace Un Sombrero de Saraguro
Fuente: El Mercurio
Fecha: Martes 3 de enero del 2017
Página: 4B
Año: 92
Edición: 34.950
Descriptor: SARAGURO, SOMBRERO DE LANA, FRANCISCO SARANGO, BATANADO.
Lana de borrego sacha bien lavada y escarmenada es la materia prima para lograr un buen
sombrero blanco-negro propio de la cultura Saraguro, así lo dice un experto en la confección
de éstas prendas.
De una funda plástica Francisco saca la lana de borrego, materia prima para hacer sombreros
propios de la cultura Saraguro. El secreto para obtener un buen producto parte de la selección
de la lana; por eso, Albino, el maestro de Francisco le decía que, la lana del borrego pequeño
de raza criolla es la mejor.
Para esta prenda, la lana del borrego merino no es la adecuada; puede usarse, pero el resultado
es un sombrero medio esponjoso, además en el proceso de elaboración se necesita más tiempo
para prensar; cosa que no sucede con la lana del borrego común o “sacha”, como ellos lo
conocen, porque encaja muy bien y deja como resultado un buen sombrero.
Para empezar con la fabricación de la prenda, el primer paso es lavar la lana con agua
hirviendo; eso permite eliminar la grasa que por naturaleza tiene el borrego. Para acelerar el
trabajo, Francisco optó por pagar a terceros esta tarea. La materia prima puede lavarse incluso
con detergente; porque es indispensable eliminar toda la grasa de la lana y no se afecta
cuando se pone a secar.
Una vez que la lana se ha secado completamente viene el escarmenado. Para empezar con eso
es importante cortar las motas o filos amarillos apretados; en caso de mantenerlas, el resultado
será un sombrero con fallas, ese fue otro de los consejos de Albino, ese hombre que por
experiencia sabía que los filos amarillos de los mechones de lana dañan la producción.
La lana puede escarmenarse con los manos o con cardones. Espigar una libra de lana con los
dedos demora un día; y una libra de lana se emplea en un sombrero, dependiendo del tamaño
de la prenda por cierto; si el sombrero es grande, a veces entra más de una libra, si es pequeño
puede ser menos.
“Con eso se escarmena rápido. Esto hacía mi esposa, ahora yo concesiono porque es una
forma de generar trabajo. Hay gente que quiere hacer esta obra, hombres y mujeres se apuntan
para tener una fuente de ingresos” dice.
Igual sucede con otras tareas, por ejemplo, Francisco enseñó a un oficial oriundo de Urdaneta
a poner las cintas. Una vez que aprendió, el joven decidió trabajar en su casa y por día cobra
12 dólares para cumplir con ese proceso. Es más, ha solicitado un incremento al precio de su
trabajo, porque en un día no hace todo.; “Le dije que para el 2017 le subo el sueldo y así
seguimos trabajando”, asevera Francisco.
Picar la lana
La lana escarmenada se guarda en una funda plástica. Para empezar a usarla hay que picarla
con una tijera grande de sastre, la lana picada se pone hecho hileras, no hay otra forma de
tender y lo importante es siempre tender hacia adelante. Una vez que la mesa se llena, se
procede a picar una vez más hasta lograr hileras bastantes finas. La lana de borrego no es muy
dura, por ende ese trabajo es rápido.
Cuando aprendía el oficio, uno de los profesores del sombrero le advirtió que la lana se pica
de manera tan fina similar a la harina; consejo que no resultó ser verdad. La lana hecho polvo
deja una membrana que se rompe; por lo tanto este paso exige solo dos picadas, nada más.
“Eché a perder tantos sombreros, luego de tanto pelear experimentando de mil formas salió
bien. Ahora ya sé al revés y derecho como se hace el sombrero”, ese es un recuerdo de
fracasos que significaron un paso al éxito, que está vivito en la memoria del sombrero.
Francisco es uno de los artesanos más jóvenes en esto de hacer sombreros de Saraguro.
Muchos maestros que antaño cumplían con esta labor están ancianos. El proceso que ellos
siguieron tiene cosas diferentes a los que aplica el artesano de hoy; por ejemplo, otrora el
proceso golpeado se hacían en planchas caliente; las herramientas de ahora son diferentes, se
usan utensilios caseros adecuados para uso artesanal; eso ayuda a prevenir enfermedades a
futuro.
El floreado
Una vez que la lana se ha picado viene el floreado. Dos fórmulas aplica Francisco en este
paso: el primero, con el arco de florear, que es el tradicional, y que consiste en esparcir la lana
a través de un aparato elaborado con un madero delgado proveniente de la flor del
chaguarquero o penco, al cual se sujeta una cuerda delgada de beta o cuero de venado. Y el
segundo, a través de unos rodillos que transforman a la lana en láminas.
El arco de florear es liviano. Los maestros antiguos tienen un arco de florear hecho de
romerillo, es una herramienta muy pesada. Tener un arco liviano posibilita manejar el mismo
incluso con una sola mano. Lo difícil de este arco es obtener la membrana hecha de cuero de
venado. Para florear la lana se coge el aparato, se pone la lana y se empieza a esparcir.
El trabajo en los rodillos es más rápido. Adecuar ese sistema implicó habilitar a unos rodillos
con pequeños pupos la manivela de una máquina casera de moler. Entonces, se coloca la lana
escarmenada en el rodillo, se da la vuelta suavemente y poco a poco unas delgadas planchas
toman forma.
Este sistema es más rápido y confiable. El artesano decide el grosor que debe tener la lámina
porque luego hay que juntar todas las planchas, envolverlas en una tela dando la forma de una
campana, para de ahí meterlas en la prensadora. Si no se florea la lana, se corre el riesgo que
en la misma vuelvan a formarse motas o granillos. El floreado es la base para pasar al
prensado.
Una vez que la lana ha sido floreada, ya sea con el rodillo o el arco; viene el proceso del
vaporizado en agua caliente y el golpeardo. Para cumplir este paso, Francisco acondicionó
una tostadora de carnes, sobre las parrillas colocó una lámina de aluminio que es el soporte de
la lana envuelta en el lienzo.
Vaporizado y batanado
Cuando el agua está fuerte se pone a vaporizar la lana. En este paso hay que tener cuidado de
no afectarse el abdomen. El lienzo es indispensable para que las láminas no se aflojen al
momento que el artesano da golpes con los mazos.
Así mismo, Francisco advierte que los artesanos mayores hicieron este paso a mano porque
había que dar la vuelta a ese lienzo con la lana por dentro. “Ellos trabajaban con humo,
muchos están ciegos. Yo en cambio hago de esta manera”, afirma.
Cuando la masa está lista se pone el betún, la cera negra, la pez griega para compactar la lana.
Superado este paso hay que llevar el sombrero al prensado; es decir a esa enorme máquina.
Para prensar se cogen de las puntas y se meten en ese coloso aparato.
Saliendo de ese paso el futuro sombrero se va a la lavadora adecuada con la máquina de una
vieja imprenta donde se aplica el batanado. Ese lavado tiene que ser suave, de lo contrario
puede romperse el sombrero.
Hacer sombreros por tantos años, le han convertido a Francisco en un maestro. Él sabe que la
cola de carpintero se usa para el batanado, que no es otra cosa que terminar de darle la forma
del sombrero y hacerlo secar, luego de eso queda listo para meterlo en la horma según la talla
del sombrero.
La horma sirve para señalar desde donde empezar a plasmar las figuras negras, en la parte
interior de la falda del sombrero; recordemos que la parte externa del sombrero es blanca
total, o blanco y negro es hacia adentro solo en la ala circular que cubre el rostro.
Un sombrero blanco-negro de Saraguro, hoy en día cuesta 70 dólares y elaborarlo toma más
de dos días. “No hay como subir mucho el precio porque la gente tampoco paga, ellos incluso
dicen que rebaje, a veces si se rebaja”, eso dice elaborador de prendas de sombreros que los
Saraguro usan de preferencia en actividades religiosas, matrimonios, bautizo, cuando son
priostes, juramento de la bandera, desfile cívicos, etc.
El sombrero bien hecho dura más de 200 años, muchos hombres y mujeres heredan. Cuando
la prenda está bien protegida no entra ningún bicho o plaga que lo dañe. El aroma del anís de
estrella ahuyenta a la polilla. “El sombrero dura dependiendo el cuidado, si compran y
arruman o botan sin protección de seguro que en poco tiempo se hará pedazos”, advierte
Francisco.
Detalles
– Francisco se fue a la fábrica Vicuña para observar cómo funciona, la industria textil, su
objetivo era encontrar un maestro que haga una herramienta como de ellos, pero el resultado
fue infructuoso.
-En el 2011 hubo muchas obras que francisco no pudo cumplir. Solicitó a señor de Otavalo
elaborar una máquina, pero hasta hoy esa petición no se hace realidad; mas solicitó la
devolución del anticipo de seis mil dólares.
– Recientemente los artesanos participaron de un curso de propiedad intelectual. En el curso
dijeron que los artesanos tienen que patentar y dejaron un correo electrónico para cumplir con
este paso.