11 Unidad 6 Fluidos

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Unidad 6

Fluidos
Densidad
Presión en un fluido

Presión atmosférica
Relación entre la profundidad y la presión
Flotación o Empuje
Ejemplo de Aplicación

Sobre el trozo de corcho actúan tres fuerzas: su propio peso, la que ejerce el
dinamómetro y el empuje. Las dos primeras equilibran el efecto de la última, como se
indica en la siguiente imagen:
Fuerzas que actúan sobre el corcho

Podemos entonces escribir:

𝐸 = 𝑃 + 𝐹𝑑𝑖𝑛𝑎𝑚ó𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜 → 𝐸 = 1,14𝑁
El empuje puede calcularse como el producto entre el volumen sumergido y el peso
específico del fluido. En nuestro caso, el trozo de corcho está totalmente sumergido en
el agua, de modo que:
𝐸
𝐸 = 𝑉𝑜𝑙. 𝜌𝑎𝑔𝑢𝑎 . 𝑔 → 𝑉𝑜𝑙 = (1)
𝜌𝑎𝑔𝑢𝑎 .𝑔

Siendo el peso igual al producto de la masa del cuerpo por la aceleración de la gravedad,
tenemos que:

𝑃
𝑃 = 𝑚. 𝑔 → 𝑚 = (2)
𝑔

Finalmente, como la densidad es igual al cociente entre la masa del cuerpo y su volumen,
teniendo en cuenta las expresiones (1) y (2) podemos escribir:

𝑃
𝑚 𝑔 𝑃.𝜌𝑎𝑔𝑢𝑎 𝐾𝑔
𝜌𝑐𝑜𝑟𝑐ℎ𝑜 = → 𝜌𝑐𝑜𝑟𝑐ℎ𝑜 = 𝐸 → 𝜌𝑐𝑜𝑟𝑐ℎ𝑜 = = 250
𝑉𝑜𝑙 𝐸 𝑚3
𝜌𝑎𝑔𝑢𝑎 .𝑔

Fin del Ejemplo de Aplicación


Al pesar a un cuerpo sumergido en un fluido, la lectura del dinamómetro (o cualquiera que
fuese el instrumento de medición empleado) resultará menor que la que se obtendría
pesando normalmente al cuerpo. En efecto, el instrumento registraría el peso del cuerpo
menos su empuje. A este valor se lo conoce como peso aparente del cuerpo.
Ejemplo de Aplicación

Para comenzar, tengamos en cuenta que lo que pide el enunciado es justamente el peso
aparente de la pieza de cobre. Pero, además, se brinda como dato la densidad
específica del material, que es el cociente entre la densidad de dicho material y la del
agua. Teniendo en cuanta que ésta ultima vale aproximadamente 1000 kilogramos sobre
metro cúbico, ello significa que la del cobre será nueve veces mayor.

Como vimos en el ejemplo anterior, para calcular el empuje del agua sobre la pieza de
cobre necesitamos conocer el volumen de la misma, y dicho valor se calculará a partir de
la definición de densidad:

𝑚 𝑚 0,5𝐾𝑔
𝜌𝐶𝑢 = → 𝑉𝑜𝑙 = → 𝑉𝑜𝑙 = = 0,000055𝑚3
𝑉𝑜𝑙 𝜌𝐶𝑢 𝐾𝑔
9000 3
𝑚

Entonces, a partir de la definición de peso aparente que ofrecimos oportunamente,


escribimos:

𝑃𝑎𝑝𝑎𝑟𝑒𝑛𝑡𝑒 = 𝑃 − 𝐸 → 𝑃𝑎𝑝𝑎𝑟𝑒𝑛𝑡𝑒 = 𝑚. 𝑔 − 𝜌𝑎𝑔𝑢𝑎 . 𝑔. 𝑉𝑜𝑙 →

𝑚 𝐾𝑔 𝑚
→ 𝑃𝑎𝑝𝑎𝑟𝑒𝑛𝑡𝑒 = 0,5𝐾𝑔. 10 − 1000 3 10 2 0,000055𝑚3 = 4,44𝑁
𝑠2 𝑚 𝑠

Fin del Ejemplo de Aplicación


Actividad Sugerida

Fin de Actividad Sugerida


Ejemplo de Aplicación

La imagen de la izquierda representa la situación original, en tanto que la de la izquierda


muestra lo que sucedió al colocar en una de las ramas un líquido de menor densidad
específica que la del agua.

En la imagen de la derecha observamos que la rama que contiene al líquido de menor densidad es más
alta que la que contiene al agua (que en ambas imágenes aparece coloreada)
Analicemos entonces lo que sucede en cada una de las ramas del tubo en U al introducir
el líquido cuya densidad específica es inferior a la del agua:

Además:

Así, todo se reduce a plantear:

𝜌𝑎𝑔𝑢𝑎 ℎ𝑎𝑔𝑢𝑎 𝑔
𝜌𝑎𝑔𝑢𝑎 ℎ𝑎𝑔𝑢𝑎 𝑔 = 𝜌𝑙í𝑞𝑢𝑖𝑑𝑜 ℎ𝑙í𝑞𝑢𝑖𝑑𝑜 𝑔 → ℎ𝑙í𝑞𝑢𝑖𝑑𝑜 = →
𝜌𝑙í𝑞𝑢𝑖𝑑𝑜 . 𝑔
ℎ𝑎𝑔𝑢𝑎 ℎ𝑎𝑔𝑢𝑎 12𝑐𝑚𝑠
→ ℎ𝑙í𝑞𝑢𝑖𝑑𝑜 = 𝜌 → ℎ𝑙í𝑞𝑢𝑖𝑑𝑜 = = = 15,38 𝑐𝑚𝑠
𝑙í𝑞𝑢𝑖𝑑𝑜 𝜌𝑒𝑠𝑝𝑒𝑐í𝑓𝑖𝑐𝑜 0,78
𝜌𝑎𝑔𝑢𝑎
Donde llamamos densidad específica el líquido a su relación con la densidad del agua.

𝜌𝑙í𝑞𝑢𝑖𝑑𝑜
𝜌𝑒𝑠𝑝𝑒𝑐í𝑓𝑖𝑐𝑜 =
𝜌𝑎𝑔𝑢𝑎

Fin de Ejemplo de Aplicación


Actividad Sugerida

Fin de Actividad Sugerida

Dinámica de fluidos
Aplicación de la dinámica de fluidos
El flujo laminar suele “modelarse” como “capas” de líquido que se deslizan unas sobre las otras. La
fuerte atracción de la capa límite (la capa sólida que contiene al fluido) es uno de los factores que
definen el patrón parabólico característico.
En la imagen, un cuerpo esférico (a la izquierda) es sometido a un ensayo. Una corriente circula de
izquierda a derecha, y se observa como las capas de fluido más alejadas del mismo mantienen un
comportamiento laminar, en tanto que las que más próximas terminan adoptando un comportamiento
turbulento.

En lo que sigue nos detendremos a estudiar lo que sucede en flujos de tipo laminar, es
decir, aquellos en los cuales el número de Reynolds es pequeño.

Dos expresiones matemáticas nos permitirán interpretar mejor el comportamiento del


fluido en éstas condiciones: la ecuación de continuidad y la de Bernoulli.
Ecuación de continuidad
Ecuación de Bernoulli
Nota histórica
Daniel Bernoulli (1700, 1782) fue el autor del «principio de Bernoulli». Fue el segundo
hijo de Johann Bernoulli, sobrino de Jacob Bernoulli (a quien seguramente conocen los
alumnos por sus contribuciones en el campo de la estadística), dos investigadores que
hicieron importantes aportes al primitivo desarrollo del cálculo.

En el año 1725, Daniel y su hermano Nicolás fueron invitados a trabajar en la Academia


de Ciencias de San Petersburgo (en esa época, capital de Rusia). Daniel trabajó como
profesor de matemática, llegando a colaborar nada menos que con Leonhard Euler.

Los Bernoulli son conocidos como la familia de científicos más famosa que jamás haya
existido, extendiéndose por tres generaciones.

Fin de la Nota histórica


Seguidamente nos detendremos en el estudio de diversos instrumentos para medir la
velocidad de un fluido en régimen laminar.
Medidor Pitot
Tal vez la forma más sencilla de medir la velocidad de un líquido que se mueve en
régimen laminar sea empleando un medidor de tipo Pitot, como el que se ilustra bajo
estas líneas (a la derecha se observa el equipo tal como se comercializa para su empleo
industrial)

En la imagen se representa un flujo laminar que se desplaza de izquierda a derecha. Un


tubo en L impide que parte del líquido siga desplazándose libremente. Dado que P1 y P2
se encuentran a la misma altura, no existe variación en el valor de la energía potencial
gravitatoria, y la ecuación de Bernoulli para la situación planteada podrá expresarse
como:

1 1
𝑝1 + 𝜌𝐿 𝑣12 = 𝑝2 + 𝜌𝐿 𝑣22 (3)
2 2

En dicha expresión, 𝑝1 y 𝑝2 representan a las presiones hidrostáticas.

Como la partícula se detiene en el punto 2, la (3) deberá escribirse como:

1
𝑝1 + 𝜌𝐿 𝑣12 = 𝑝2 (4)
2

Dado que el propio fluido es el que habrá de permitirnos calcular la presión hidrostática, la
(4) podrá escribirse de la siguiente manera:

1
𝜌𝐿 . 𝑔. ℎ1 + 𝜌𝐿 𝑣12 = 𝜌𝐿 . 𝑔. ℎ2 (5)
2

Operamos entonces para despejar la velocidad del fluido:


1 2
𝜌𝐿 𝑣12 = 𝜌𝐿 . 𝑔. ℎ2 − 𝜌𝐿 . 𝑔. ℎ1 → 𝑣12 = 𝜌𝐿 . 𝑔. (ℎ2 − ℎ1 ) →
2 𝜌𝐿

𝑣1 = √2. 𝑔. (ℎ2 − ℎ1 ) (6)


Es decir, la velocidad del líquido en el conducto habrá de calcularse simplemente
midiendo la altura de la columna manométrica.

Tubos Pitot para gases


Una situación un tanto más compleja se produce cuando nos proponemos medir la
velocidad de gases (como, por ejemplo, la velocidad relativa de un avión respecto del aire
que lo rodea, abajo, izquierda y derecha).

El principio empleado es básicamente el mismo que el que acabamos de describir. Sin


embargo, dado que las velocidades son muy altas, y la densidad del fluido (es decir, el
aire) es muy pequeña, se emplea un fluido manométrico de alto peso específico, de tal
modo que la diferencia de altura entre las dos ramas del manómetro no sea muy grande.

En la parte superior de la siguiente página (izquierda) se observa la salida del tubo Pitot
en la parte inferior del ala de un avión, en tanto que en la imagen de la derecha
observamos un esquema del instrumento.

Dado que la diferencia de altura entre los puntos “a” y “b” no es grande (y que la densidad
del aire es muy pequeña), despreciamos el efecto de la energía potencial gravitatoria.
Podemos entonces escribir:

1 1
𝑝𝑎 + 𝜌𝐿 𝑣𝑎2 = 𝑝𝑏 + 𝜌𝐿 𝑣𝑏2 (7)
2 2

En este caso, 𝑣𝑏 = 0, ya que (como sucedió en el caso del tubo Pitot descripto en la
sección anterior), el gas se detiene al introducirse por el tubo central.
Tal como lo anticipamos, la diferencia fundamental entre éste mecanismo y el descripto
anteriormente se basa en que la diferencia de presión habrá de medirse en un manómetro
que no utilice al propio fluido sino que emplee otra sustancia (como, por ejemplo, el
mercurio). Entonces, escribiremos:

1
𝜌𝐿𝑀 . 𝑔. ℎ1 + 𝜌𝐹 𝑣12 = 𝜌𝐿𝑀 . 𝑔. ℎ2 (8)
2

En este caso, 𝜌𝐹 representa la densidad del fluido, en tanto que 𝜌𝐿𝑀 corresponde a la
densidad del líquido manométrico empleado.

A partir de la (8) podemos escribir:

1 2
𝜌𝐹 𝑣12 = 𝜌𝐿𝑀 . 𝑔. ℎ2 − 𝜌𝐿𝑀 . 𝑔. ℎ1 → 𝑣12 = 𝜌𝐿𝑀 . 𝑔(ℎ2 − ℎ1 ) →
2 𝜌𝐹

𝜌𝐿𝑀
→ 𝑣1 = √2 𝑔(ℎ2 − ℎ1 ) (9)
𝜌𝐹

Si comparamos las expresiones (6) y (9), notaremos que la única diferencia entre ambas
𝜌𝐿𝑀
es que la última presenta un coeficiente, , que vincula las densidades del fluido con
𝜌𝐹
las del líquido manométrico.
Tubos Venturi
Otro instrumento mediante el cual podemos medir la velocidad de un fluido es el tubo
Venturi, cuyo principio de funcionamiento difiere del que estudiamos anteriormente. En
este caso, se diseña el conducto por el cual habrá de circular el fluido de tal modo que, en
una sección predeterminada, se reduce la sección, tal como se observa en la siguiente
imagen (abajo, izquierda)

Como sucedió en los casos anteriores, la componente de energía potencial gravitatoria de


la ecuación de Bernoulli se deja de lado, ya que las dos secciones se encontrarán a la
misma altura. Pero, a diferencia de lo que sucedía en los tubos Pitot, la velocidad del
fluido no se anula en ninguna de las dos secciones (de hecho, habrá de aumentar allí
donde la sección se reduce)

Aplicando nuevamente la ecuación de Bernoulli, podemos entonces escribir:

1 1
𝑝1 + 𝜌𝐿 𝑣12 = 𝑝2 + 𝜌𝐿 𝑣22 (10)
2 2

Dado que 𝑝1 > 𝑝2 , podríamos escribir:

1 1 1
𝑝1 − 𝑝2 = 𝜌𝐿 𝑣22 − 𝜌𝐿 𝑣12 → 𝜌𝐿𝑀 . 𝑔(ℎ2 − ℎ1 ) = 𝜌𝐿 (𝑣22 − 𝑣12 ) (11)
2 2 2

El problema es que, suponiendo conocidas las densidades del fluido, del líquido
manométrico y teniendo en cuenta que medimos la diferencia entre las alturas entre las
dos ramas del manómetro, la ecuación (11) presenta de todos modos dos incógnitas, las
velocidades en cada una de las dos secciones.

Pero puesto que consideramos que no hay pérdida de materia entre una sección y la otra,
podemos utilizar la ecuación de continuidad, escribiendo entonces:

𝐴1
𝐴1 𝑣1 = 𝐴2 𝑣2 → 𝑣2 = 𝑣 (12)
𝐴2 1

Si sustituimos la (12) en la (11), obtenemos:


2
1 𝐴1
𝜌𝐿𝑀 . 𝑔(ℎ2 − ℎ1 ) = 𝜌𝐿 (( 𝑣1 ) − 𝑣12 ) →
2 𝐴2

1 𝐴1 2 2
→ 𝜌𝐿𝑀 . 𝑔(ℎ2 − ℎ1 ) = 𝜌𝐿 (( ) 𝑣1 − 𝑣12 ) →
2 𝐴2

1 𝐴1 2
→ 𝜌𝐿𝑀 . 𝑔(ℎ2 − ℎ1 ) = 𝜌𝐿 (( ) − 1) 𝑣12 →
2 𝐴2

2. 𝜌𝐿𝑀 . 𝑔(ℎ2 − ℎ1 )
→ 𝑣1 = (13)
√ 𝐴1 2
𝜌𝐿 (( ) − 1)
𝐴2

Mediante la (13) podremos, entonces, calcular la velocidad del fluido dentro del conducto.

Observación
El hecho de que la velocidad del fluido aumente al reducirse la sección del conducto no
debería resultarnos sorprendente (¡lo experimentamos al lavar el auto o regar las plantas
del jardín!). Obsérvese que el miso efecto se aplica, inclusive, en las mangueras contra
incendio.

Fin de la Observación
Viscosidad

Observación

Fin de la Observación
Observación

Lo que acabamos de comentar se verifica, por ejemplo, en las siguientes circunstancias:

(a)

(b) Caída de presión entre dos secciones de un conducto por el que circula un
fluido

En la siguiente expresión, 𝑰𝑽 representa el caudal del fluido.

En la imagen se observa cómo la presión disminuye a medida que el fluido avanza por la cañería.
Actividad sugerida

Fin de Actividad sugerida


Actividad sugerida

Fin de Actividad sugerida


Actividad sugerida

Fin de Actividad sugerida


Velocidad límite
Un fenómeno interesante vinculado con el tema de dinámica de fluidos es el de la
fuerza resistente que se manifiesta en todo cuerpo que se despalza dentro de un fluído de
densidad 𝛿𝐹 y viscosidad 𝜂𝐹 . Estudiemos, entonces, el siguiente ejemplo:

Ejemplo de Aplicación
𝑔
Una burbuja de gas (𝛿𝑔𝑎𝑠 = 0,0014 ⁄ 3 ) comienza a ascender desde el fondo de un
𝑐𝑚
𝑔
vaso de gaseosa (𝛿𝑔𝑎𝑠𝑒𝑜𝑠𝑎 = 1 ⁄ 3 ). Si el radio de la burbuja es de 0,05 cm y la
𝑐𝑚
viscosidad del agua vale 0,0103 g⁄(cm.seg), escribir y resolver la ecuación diferencial que
permite obtener la velocidad de la burbuja en función del tiempo y graficarla. Interpretar
qué es lo que representa la asíntota horizontal de dicha función.

En la siguiente Imagen representamos esquemáticamente la situación. La


experiencia cotidiana confirma el hecho de que las burbujas de gas, de muy baja
densidad, ascienden en el seno de un líquido (en nuestro caso, dentro del vaso de
gaseosa). Sin embargo, solo cuando estudiamos detenidamente el fenómeno en Física
comprendemos el motivo: todo cuerpo sumergido en un fluido sufre una fuerza
ascendente, denominada empuje.

El vaso contiene una determinada gaseosa, y vemos cómo van subiendo las burbujas en el seno del
líquido. Más allá de una serie de factores fortuitos que definen de algún modo en qué momento cada
burbuja comienza a moverse, la experiencia habitual nos indica que no todas las burbujas lo hacen
con la misma aceleración. En teoría, ninguna de ellas debería alcanzar la velocidad límite.

Dicha fuerza se calcula como el producto entre el peso específico del fluido y el
volúmen del cuerpo. En nuestro caso:

4
𝐸 = 𝜌𝐿 𝜋𝑟 3 [9.16]
3

La letra 𝐸 representa al empuje, 𝜌𝐿 es el peso específico del fluido (en nuestro caso, la
4
gaseosa), y 3 𝜋𝑟 3 corresponde al volumen de una esfera de radio 𝑟 , es decir, la burbuja.

Como en el caso de cualquier otro cuerpo, debemos tener en cuenta al peso de la


burbuja, que habremos de expresar como:

4
𝑃 = 𝜌𝐺 𝜋𝑟 3 [9.17]
3
La [9.17] se dedujo a partir de la definición de peso específico, que el alumno ha
estudiado en Química, y en ella 𝜌𝐺 representa al peso específico del gas contenido en la
burbuja.

Al analizar en detalle el fenómeno, debemos tener en cuenta que hay una tercera
fuerza, que habrá de oponerse al movimiento, y que es proporcional a la velocidad de la
burbuja en cada instante. De acuerdo a la Ley de Stokes, para un cuerpo esférico, dicha
fuerza habrá de calcularse como:

𝐹𝑅 = 6𝜋𝜂𝐿 𝑟𝑣 [9.18]

Nuevamente expresamos con 𝑟 al radio de la esfera, 𝑣 es su velocidad en el instante


considerado, y 𝜂𝐿 representa la viscosidad del fluido.

La Segunda Ley de Newton de la Dinámica nos dice que la resultante de las fuerzas
actuantes sobre un cuerpo es igual al priducto de su masa por su aceleración ( es decir, la
derivada de su velocidad respecto del tiempo), de modo que en muestro caso podemos
escribir:

𝑑𝑣
𝐸 − 𝑃 − 𝐹𝑅 = 𝑚 [9.19]
𝑑𝑡

Finalmente, y a partir de la definición de densidad, la masa de la burbuja podrá


expresarse como:

4 𝜌𝐺
𝑚 = 𝜋𝑟 3 [9.20]
3 𝑔

Recordando que 𝑔 representa a la aceleración de la gravedad, reemplazamos [9.16],


[9.17], [9.18] y [9.20] en [9.20], ibteniendo así:

4 4 4 𝜌𝐺 𝑑𝑣
𝜌𝐿 𝜋𝑟 3 − 𝜌𝐺 𝜋𝑟 3 − 6𝜋𝜂𝐿 𝑟𝑣 = 𝜋𝑟 3 [9.21]
3 3 3 𝑔 𝑑𝑡
4 𝜌
Dividiendo ambos miembros de la [9.21] por 3
𝜋𝑟 3 𝑔𝐺 y operando convnientemente,
obtenemos la ecuación:

𝜌𝐿 − 𝜌𝐺 9 𝜂𝐿 𝑔 𝑑𝑣
𝑔( )− 2
𝑣= [9.22]
𝜌𝐺 2 𝜌𝐺 𝑟 𝑑𝑡

Para que la resolución de la ecuación diferencial sea más sencilla, definimos:

𝜌𝐿 − 𝜌𝐺
𝐴 = 𝑔( ) [9.23]
𝜌𝐺
y
9 𝜂𝐿 𝑔
𝐵= [9.24]
2 𝜌𝐺 𝑟 2

Si reemlazamos [9.23] y [9.24] en [9.22] , obtenemos:

𝑑𝑣 𝑑𝑣
𝐴 − 𝐵𝑣 = → = −𝐵𝑑𝑡 →
𝑑𝑡 (𝑣 − 𝐴 )
𝐵
𝑑𝑣 𝐴
→∫ = −𝐵 ∫ 𝑑𝑡 → 𝑙𝑛 (𝑣 − ) = −𝐵𝑡 + 𝐾 →
𝐴 𝐵
(𝑣 − 𝐵)

𝐴
→ 𝑣(𝑡) = + 𝐾𝑒 −𝐵𝑡 [9.25]
𝐵

La [9.25] es la solución general de la ecuación diferncial en variables separables.


Suponiendo que la velocidad inicial de la burbuja es cero, despejamos la constante de
integración 𝐾 y podemos escribir:

𝐴
𝑣(𝑡) = (1 − 𝑒 −𝐵𝑡 ) [9.26]
𝐵

Para que la expresión recobre su sentido físico, sustituimos en la [9.26] a los valores
de 𝐴 y 𝐵 por las expresiones [9.23] y [9.24] , obteniendo:
9𝜂 𝑔
2 𝑟2 − 𝐿 𝑡
𝑣(𝑡) = (𝜌𝐿 − 𝜌𝐺 ) (1 − 𝑒 2𝜌𝐺𝑟2 ) [9.27]
9 𝜂𝐿

Antes de continuar con las consignas del problema, nos detenemos en el siguiente
detalle: ¿el alumno ha observado que no todas las burbujas en un vaso de gaseosa
ascienden con la misma velocidad? Hemos avanzado lo suficiente en el tema como para
tratar de encontrar la causa de dicho fenómeno. A continuación, los pasos de un
programa de computadora que nos permite responder aquella pregunta.

t=1:51;v1=1:51;v2=1:51;v3=1:51;r=1:3;B=1:3;

g=980;dL=1;dB=0.0014;eta=0.0103;

A=g*((dL-dB)/dB);

disp(' ');

for i=1:3

r(i)=input('radio de la burbuja (en centímetros):');

disp(' ');

B(i)=(9/2)*(eta/(r(i)*r(i)*dB));
end

for i=1:51

t(i)=(i-1)*0.00001;

v1(i)=(A/B(1))*(1-(2.71821821^(-B(1)*t(i))));

v2(i)=(A/B(2))*(1-(2.71821821^(-B(2)*t(i))));

v3(i)=(A/B(3))*(1-(2.71821821^(-B(3)*t(i))));

end

plot(t,v1,t,v2,t,v3),xlabel('tiempo (en segundos)'),ylabel('velocidad (en


centímetros sobre segundo)')

Programa de computadora que nos permite comprar las curvas de velocidad en función del tiempo
para burbujas de distinto radio.

La [9.27] nos lleva a pensar que, en un vaso de gaseosa, lo único que realmente
diferencia entre sí a las burbujas es su radio. Por ese motivo, el programa que
desarrollamos nos permite comparar las curvas de velocidad de la burbuja en función del
tiempo para tres burbujas de distintos radios. Hemos corrido el programa, y la siguiente
imagen reproduce las curvas obtenidas para 0,01 , 0,03 y 0,05 centímetros de radio,
respectivamente.

Todas las curvas comienzan creciendo rápidamente, para luego hacerse asintóticas a
un valor que, como veremos, corresponde a la velocidad límite de la burbuja.
Si calculamos:

2 𝑟2 9𝜂 𝑔
− 𝐿 𝑡 2 𝑟2
lim 𝑣(𝑡) = lim (𝜌𝐿 − 𝜌𝐺 ) (1 − 𝑒 2𝜌𝐺 𝑟 2 ) = (𝜌 − 𝜌𝐺 ) [9.28]
𝑡→∞ 𝑡→∞ 9 𝜂𝐿 9 𝜂𝐿 𝐿

observamos que cuando la resultante de las fuerzas que actúan sobre la burbuja se
anula (por el aumento de la velocidad y, por ende, de la fuerza resistente), la burbuja no
se detiene sino que sigue suboendo con velocidad constante. Dicha velocidad es la que
denominamos velocidad límite.

Es evidente que dicha velocidad no es otra cosa que el valor de la ordenada de la


asíntota horizontal de cada una de las distintas curvas obtenidas. Por otro lado, el hecho
de que para obtener dicho valor hayamos calculado el límite tendiendo a infinito debe
interpretarse dentro del contexto del modelo matemático: no debemos pensar que la
velocidad límite habrá de alcanzarse en un tiempo infinitamente grande, sino que (tal
como lo muestran las tres curvas) a partir de un determinado instante la burbuja deja de
acelerar y sigue moviendose a dicha velocidad.

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