Max Weber

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¿Quién es Stefano Guzzini?


Es un académico constructivista y teórico del poder en el ámbito de las Relaciones
Internacionales. Las áreas donde se centra sus investigaciones son teoría internacional, los
estudios de seguridad (seguridad ontológica), los enfoques de análisis de la política exterior
(principalmente aplicados a Francia, Alemania e Italia), así como el análisis conceptual y las
teorías del poder.
Datos personales:
Nombre: GUZZINI Stefano
Nacionalidad: Alemán e italiano
Fecha de nacimiento: 24.08.63 en Saarbrücken (!G"
Introducción principal del articulo
La base es la introduccion de la ciência social empírica y una concepción causal del poder como
en la tradición de Dahl, cuya interpretación basadas en la ciencia y en la política infiriendo una
corriente filosófica a través del análisis de la condición humana. Principalmente como un
precursor de una ciencia social empírica y una concepción causal del poder. Esta interpretación
de la relación entre ciencia y política conduce a una determinada filosofía, y la inevitable lucha
por el poder en la política dirijida en la “ética de la responsabilidad” una necesidad
científica de aportar una ciencia no normativa y de eliminar los distintos conceptos para el
análisis, el papel del
gobierno para producir el orden social o, más generalmente, los orígenes del orden mismo.
Así, el poder pasa a ser reducido a un asunto técnico para la ingeniería institucional.
Weber nunca abandonó el ámbito de la teoría política desde el que partimos

El poder:
El poder significa la “esfera” del gobierno, llevando una relación con nosotros mismos sobre el
entendimiento de que somos seres de acción política imponiendo la lógica y la razón,
comonegándose a la práctica de los valores tradicionales para conseguir que un actor haga algo
que por sí mismo no habría hecho. Es aquí donde el poder significa “gobierno” o “gobernanza”5
y orden político, y también “autonomía” personal. Definiendo como “cualquier
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oportunidad en una relación social para imponer la voluntad de uno frente a la resistencia
de otros, independientemente de qué de origen a esa oportunidad”

TEORIA:
El objetivo del conocimiento es teórico-filosófico y constitutivo. La lógica en el ámbito de
la teoría explicativa es pensar el poder principalmente en términos de teoría de acción y,
consecuentemente, como una teoría de dominación. Aquí se busca el poder para explicar
el comportamiento y los resultados de la acción social. Es en este caso cuando el poder
es entendido en clave de agencia, influencia o prevalencia, si no de causa. El objetivo del
conocimiento es explicativo y empírico.
Teoría se focalice en la violencia, y por tanto, en la lucha y la selección o estratificación
en los órdenes sociales. Independientemente de cuáles fueran sus preferencias personales o
filosóficas, o cuál su visión personal de un buen gobierno

Es mientras que la iniciativa política es la lucha tanto por “tomar el poder”

PENSAMIENTOS:
Jouvenel observa el papel del poder como una representación para entender el orden en
nuestra sociedad, Dahl utiliza el poder en una teoría de acción individualista.
Mientras Jouvenel veía el poder como
el explanandum del análisis político en el ámbito de la teoría política, Dahl lo utiliza como
la
variable principal en el ámbito de la teoría explicativa

..................................................
-. La lucha (Kampf)
se define de una manera muy parecida al poder: “Una relación social será calificada como
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‘lucha’ si la acción es perseguida con el propósito de imponer la propia voluntad de uno


sobre la resistencia de un compañero/s social/es”

.
Poder y la ontología política de la lucha existencial de Weber:
La referencia para la Teoría Política, reflexiona sobre estrategias de acción “de los actores
políticos que actúan sin ideas, sin conceptos, sin valores, ni sin doctrinas” , El análisis sociológico
tratara de definir en el centro de la política es una posibilidad en la violencia física que situa esa
parte de la relaciones sociales donde los temas centrales involucran la lucha-poder-política.
Ahora la Ontología puede definirse como una lucha existencial. Donde Weber adopta una
posición relativamente nominalista en su elección de conceptos, distingiendo las “rivalidades”
(violencia vs luchas pacificas). Dandonos a entender de que el poder es la lucha que relaciona la
violencia en la definición política de ella. Donde Weber coloca la oposición legal o normativa en la
interpretación, a la acción social, para explicarla causalmente en su desarrollo y efectos, que no
sólo están ahí para dar o atrapar un significado.

2. Causalidad y Herrschaft: la sociología política de Weber


En este caso weber para valoración del estado moderno proporciona una definición donde por
ejemplo él no está muy interesado en el “poder” en sí mismo cuando pasa a el hecho de que “una
voluntad expresada” ―“una orden”― de los actores dominantes pretenda influir la acción de los
subordinados y que realmente [lo haga] en estos hasta tal punto, en el sentido de último acto.
Herrschaft intenta convertir la teoría política del poder en una teoría de la acción, donde la
dominación juega un importante papel como causa. La lógica del dominio de la teoría explicativa
“toma el mando”. Reconociendo que esta teoría de la dominación que esté guiada por una visión
estructural de la sociedad enfocando a sólo a una teoría causal de la acción.
el poder es parte de un gran movimiento de definiciones que empieza desde:
1) la conceptualización de la acción social como relación humana, después; 2) los orígenes
de las acciones sociales que siguen ciertos patrones -costumbres, hábito, convención y normas-;
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3) la inevitable lucha (Kampf) y la diferenciación jerárquica en la competencia por las


oportunidades vitales en las relaciones sociales; 4) la emergencia de la sociedad frente a la
comunidad (Gesellschaft und Gemeinschaft) con las que 5) el poder y la dominación son cruciales
para definir el momento político específico: 6) en un estado moderno, la política está definida
por su relación con el constreñimiento físico y la violencia como ultima ratio, una violencia que,
en la medida en que sea consentida -sea legítima- ha sido crecientemente monopolizada por el
sistema político legitimado racionalmente22

El giro a la causalidad y una teoría de la acción en la definición de Herrschaft

Weber piensa que donde haya una relación de intercambio, está hecha sobre la base del interés
y, por consiguiente, son voluntarios el concepto de poder. Por el contrario, las relaciones de
autoridad son aquellas en las que el
cambio de comportamiento se debe en última instancia a la orden de obedecer en sí mismo,
independientemente de cualquier preocupación por los intereses de cualquiera de las partes de
la relación de poder. Weber admite que las relaciones de mercado pueden convertirse en
relaciones de autoridad, pero son una forma de Herrschaft solo cuando hay una relación
ordenobediencia,
preferiblemente una que esté formalizada e institucionalizada ―la cual, dado cómo
entendía él el mercado, parece casi una contradicción en sus términos―. Evidentemente,
tal y como él dice, dicho Herrschaft basado en los intercambios puede ser percibido como mucho
más opresivo, precisamente por su carácter irregular ―y se podría añadir que también por su
carácter horizontal y difuso―. No obstante, por razones de claridad conceptual, esto será
descartado en el análisis actual del Herrschaft. Weber se queda sólo con esas relaciones sociales
donde se puede contar con que la orden sea obedecida. He aquí un caso que está en los orígenes
del programa de investigación de Dahl.

2.2. Las asunciones subyacentes de la definición de Weber de Herrschaft


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Weber es conocido por su relación amor-odio con la organización burocrática moderna,


sea ésta administración pública o una moderna empresa capitalista. No hay duda de que Weber
pensaba que éste era un componente fundamental para comprender la manera en que
las sociedades modernas se desarrollan y para comprender la superioridad política del
mundo occidental en la era del imperialismo. Y sin embargo, este poder sin precedentes es aún
más peligroso si se deja en las malas manos. Weber claramente cree que el conocimiento técnico
es insuficiente para el gobierno moderno.
Weber distingue entre dos tipos de agentes en el gobierno o la empresa moderna.
Una es la mayoría del funcionariado. Aquí, es una ventaja la especialización y el bajo perfil
del burócrata o contable necesario para un buen funcionamiento de la organización. Los
empleados subordinados por rangos se suponen que no contradicen. Si están en desacuerdo, lo
expresan, pero en última instancia es su deber, de hecho es una cuestión de honor, obedecer a
su superior. Pero esto no se aplica a los líderes de esas organizaciones. Ahí, este tipo de
comportamiento sería, en el mejor de los casos, inútil y, con la existencia de tal
concentración de poder, una crisis latente. El político es definido por Weber como una persona
que tiene que acceder al poder a través de una competición por el poder, no por sus especiales
conocimientos. Mientras el servidor público (Beamte) tiene que estar fuera de la política, los
políticos tienen que
enfrentarse a la política como una lucha por el poder en la que ellos quieren ganar y si lo
hacen quieren ser responsables de sí mismos y de sus actos. Esconderse detrás de los
procedimientos burocráticos sólo produce un comportamiento político irresponsable y, en
última instancia, inapropiado. Esto permite a los políticos aferrarse a su silla: a ññ le
gusta citar la expresión de Bismarck “Kleber” (pegamento), “gente encolada a la silla”.
Más
por inferencia que explícitamente, Weber también separa el riesgo de la responsabilidad
personal y, por tanto, socava también el sentido de moderación y prudencia tan fundamental en
la diplomacia ―un argumento que Weber utiliza contra los monarcas en otro lugar―.
Son “los específicos medios de la ‘legítima posibilidad de la violencia física’ (legitime
Gewaltsamkeit) en las manos de asociaciones humanas (Verbände) para sí mismas, lo que causa
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las particularidades de todos los problemas éticos en política”40. Si el poder es el inevitable


medio de la política y la ambición de poder es la fuerza motora de la política, si la violencia física
es la última ratio de la política, entonces los políticos no pueden ser juzgados en virtud del mismo
criterio con que juzgaríamos moralmente a las personas en sus acciones cotidianas. El instinto de
poder es una parte necesaria y una cualidad del buen político41. Weber defiende
vehementemente una “ética de la responsabilidad” basada en
el compromiso y la prudencia sobre una “ética de las puras convicciones” que no puede
realmente comprometerse y que está feliz de culpar al mundo por consecuencias ni
previstas

4.1. La teoría de relaciones internacionales de Weber


su visión de las relaciones internacionales , la definición de Weber del estado moderno
ha sido el criterio de demarcación de toda la disciplina contemporánea de Relaciones
Internacionales. Si el estado moderno ostenta el monopolio de los medios de violencia legítimos,
ninguna cosa puede existir por encima de esto y, por tanto, la política hacia dentro y la política
hacia fuera no pueden ser lo mismo. Las relaciones internacionales siguen atrapadas en un estado
de naturaleza y la teoría de las Relaciones Internacionales dejaría de existir si esa diferencia fuera
superada45. Habiendo definido el criterio para diferenciar las relaciones internacionales, Aron
no está convencido de la teoría social de Weber
su “teoría de la política del poder”, como Aron la apoda, es en última instancia un
fracaso46. ¿Qué tipo de teoría es? Un estudioso de las Relaciones Internacionales esperaría que
Weber hubiera desarrollado su teoría de “power politics” simplemente fuera del particular
escenario de lo internacional, sin una autoridad dominante, sobre o por encima de los estados,
lo opuesto al monopolio de la violencia legítima dentro del estado. Uno sólo necesita un poco de
Hobbes, o así sigue la historia, y entonces la “lucha” política nos llevará inevitablemente al
permanente estado de guerra ―potencial―. Sin embargo, el esquema de Weber es mucho más
complicado. las clases sociales y su vinculación con el gobierno y una serie de factores subjetivos
—que esas clases dirigentes pueden compartir—, que están relacionadas, aunque no son
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reducibles, a posiciones y percepciones de poder. Su visión es “dentro-fuera” y claramente no ve


la política internacional como diferente de la política doméstica.
Weber no se plantea las relaciones internacionales desde la anarquía, la ausencia de un
gobierno mundial. Weber intenta ver las guerras como una última ratio, pero su estallido real
como una consecuencia de la “estructura de la sociedad”47. Esta sociedad no solo está definida
en lo que llamaríamos términos kantianos, principalmente a través de instituciones domésticas.
Para Weber, hay una clara relación entre la necesidad de defender las unidades políticas,
la creciente monopolización de los medios de violencia y la racionalización de ambas
organizaciones y su legitimidad. Con la expansión paralela del mercado, las clásicas estructuras
de clase están socavadas, su competición por la legitimidad para conservar los medios de
violencia está reducida y el estado reforzado.
El enfoque de Weber en Relaciones Internacionales es, por tanto, una sociología histórica
mercantilista. Pero la maximización del poder ―interna y externa― no se desprende de ello
necesariamente. Hay algunos pasos en su enfoque por los que un estado debe pasar.
Aunque Weber empieza su sección diciendo que todas las unidades políticas son unidades
de violencia, añade inmediatamente que esa violencia no tiene que convertirse necesariamente
en “expansionista” y puede permanecer como “autonomista”. Argumenta que cuanto más
estatista sea la producción interna, más empoderados estarán los grupos sociales que pudieran
sacar réditos de una expansión territorial Weber construye el puente conceptual al incorporar
otros dos fenómenos intersubjetivos: el “prestigio” y la “nación” que están, por el contrario,
adheridos a clases particulares dentro de la sociedad. El “prestigio” está conectado con el grupo
social que domina políticamente o, El prestigio significa que el poder es utilizado dentro de un
código de honor. En cierto sentido, las clases dominantes simplemente transfieren las reglas
aristocráticas de comportamiento a las relaciones entre estado.
El segundo elemento es la “nación”, o más precisamente, “la idea de una nación”. Para
Weber, una nación no es una categoría física, sino que está basada en un sentimiento de
solidaridad dentro de un grupo, El grupo social que carga con este tipo de condición subjetiva
con cierta propensión a la guerra son los intelectuales a los que Weber considera predestinados
a propagar la idea nacional
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4.2. Filosofía existencia


El análisis empezó con la ontología política de la lucha existencial que se invisibiliza cuanto más
seguimos la sociología de Weber aparece en la lógica de la razón de estado. Y por tanto, esto produce
diferentes inferencias en el análisis. La reaparición de la lucha existencial es el efecto de dos ideas
subyacentes. Una tiene que ver con la “lucha de los dioses” o el irreductible “politeísmo” de la
modernidad.
La definición de Weber de politeísmo es ambivalente. En un famoso pasaje, el politeísmo resulta
de la modernización, esto es, la diferenciación de la sociedad en esferas sociales que siguen diferentes
leyes
su crítica a la aplicación de la ética pura de la convicción a la esfera política y, por tanto, a su
praxeología. Weber deriva implícitamente esto de los diferentes tipos de esferas de la acción humana.
Refiriéndose a Nietzsche y a Baudelaire, escribe que es de “sentido común que algo puede ser verdad, a
pesar o precisamente debido a que no es bonito, ni sagrado, ni bueno”57. Aquí las cuatro categorías se
corresponden muy bien con los cuatro tipos de acción social en los que la verdad está relacionada con la
racionalidad instrumental,
lo bueno con la racionalidad de valores,
lo sagrado con la acción social tradicional y la belleza,
aunque sólo con cierta buena voluntad conceptual,
con la acción social afectiva.
Esto significa que la discusión puede conectarse fácilmente con la teoría liberal, como Weber
declara no saber cómo uno podría juzgar el valor de la cultura alemana en comparación con la francesa.
Esto es simplemente para mostrar la categoría del error de aplicar declaraciones de verdad a bienes
culturales. Y además, adquiere un sentido diferente cuando se sitúa en el contexto del pasaje donde
Weber habla sobre los “órdenes de valores del mundo que están en una irresoluble lucha entre ellos”
Weber incluso afirma que una organización hacia un Machtstaat puede socavar la propia cultura
de la nación. Esta es su aleccionadora y en verdad profundamente realista conclusión, de que el fervor
misionero está injustificado debido a sus consecuencias y que, por lo tanto, la política tiene realmente
una responsabilidad de evitarlo. La guerra no es una necesidad. E incluso si la lucha es perenne, el cómo
se desarrolle esa lucha supone una enorme diferencia, tal y como Aron remarca acertadamente. Solo
combinando el darwinismo de algunos escritos tempranos y la idea del politeísmo en sus escritos pos-
1918 puede Aron alcanzar una teoría weberiana de Machtpolitik. Weber es fundamentalmente un realista
en teoría política, pero no en la teoría explicativa de Relaciones Internacionales.

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