Acortamientos en El Castellano de Madrid

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LOS ACORTAMIENTOS EN EL CASTELLANO DE

MADRID: UNA APROXIMACIÓN DESDE LA


TEORÍA DE LA OPTIMIDAD
SHORTENING IN THE CASTILIAN OF MADRID:
AN APPROACH FROM OPTIMALITY
THEORY

Juan Bernardo Estrada Hernández


Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]

Resumen

El truncamiento de nombres comunes y propios en Madrid ha sido visto


como un fenóme no restrictivo. Se ha considerado que en dicha ciudad
sólo se forman los hipocorísticos a partir de las dos primeras sílabas del
nombre base; sin embargo, en mi trabajo he encontra do que, a pesar de
ser una tendencia actual, no es la única forma de crear acortamientos en
Madrid. Por medio de la Teoría de la Optimidad, pretendo mostrar cuáles
son las restriccio nes que operan en el español madrileño para truncar
nombres, además, propongo algunas otras restricciones presentes en la
diversidad de mecanismos utilizados en la creación de acortamientos en
el español de la capital española.

Palabras clave: hipocorístico, Madrid, restricciones, truncamiento,


Teoría de la Opti midad, acortamiento, Teoría de la Correspondencia

Abstract

The truncation of common and proper names in Madrid has been seen
as a restrictive phe nomenon. It has been considered that in this city the
hypocoristics are only formed from the first two syllables of the base
name. However, in my work I have found that, despite being a current
trend, it is not the only way to create shortenings in Madrid. By means of
the Theory of Optimality, I would like to show what are the restrictions
that operate in Spanish in Madrid to truncate names. In addition, I
propose some other restrictions in the diversity of mechanisms used in
the creation of shortenings in Spanish in that city.

Keywords: hypocoristics, Madrid, constraints, truncation, Optimality


Theory, shorte ning, Correspondence Theory

Fecha de recepción: 08/01/2018


Fecha de aceptación: 14/03/2018

[5]
Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación

1. Introducción

El acortamiento es un fenómeno común en la mayoría de


las lenguas. Debido quizá a la economía del lenguaje y
a cuestio nes pragmáticas, así como prosódicas, es muy
común que los hablantes de lenguas tan diferentes
como el castellano (Boyd Bowman [1955], Wijk [1964],
Casado [1984] y [1999], Urawa [1985], Báez [2002] y
[2004], Gutiérrez [2009] y Estrada [2012]), el alemán (Itô
y Mester [1997] y Wiese [2001]), el árabe (Davis y
Zawaydeh 2001), el italiano (Thornton [1996], Halicki
[2008] y Alber [2010]), el portugués (Gonçalves [2006],
Lucini [2010] y Martini [2010]) o el japonés (Itô [1990] y
Labrune [2002]) re curran a dicho fenómeno en su
lenguaje cotidiano. Buesa consi dera que los
hipocorísticos al formarse: “responden a principios
fónicos de economía lingüística de medios, que son tan
regula
res como cualesquiera otros de la lengua general”
(1988:1618). Debido a la particularidad de ser un hecho
común, ha sido bien documentado por diversos autores.
Sin embargo, la mayo ría de ellos se dedican a hacer
una recopilación de acortamien tos y una descripción de
los mecanismos que los originan, como los trabajos de
Boullón (2007), Boyd-Bowman (1955) y Buesa (1988).
En mi tesis de maestría (Estrada, 2012) recopilé única
mente hipocorísticos en México y los clasifiqué de
acuerdo con los mecanismos que se utilizan en su
construcción, así como con la frecuencia de aparición y
realicé un análisis estadístico con Goldvarb en el
que confronté dichos mecanismos con variables de tipo
sociolingüístico.
En este artículo trabajaré con hipocorísticos y
nombres co munes truncos1 (como
presi, dire y secre) del castellano madrile
ño. Los trabajos de Prieto (1992), Colina (1996), Piñeros
(1998), Felíu (2001), entre otros, han descrito los
principales mecanis mos que originan los acortamientos
en general y se han cen trado en la Teoría de la
Optimidad (TO) (Prince y Smolensky, 1993) para
demostrar qué restricciones operan sobre dicho
fenómeno. Descartando el trabajo de Felíu, que trata de
acorta

1
Este término lo utilicé por primera vez en mi tesis de maestría (Estrada,
2012).

6 Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Juan Bernardo Estrada Hernández

mientos trisílabos en nombres comunes, los demás


consideran que el truncamiento en el castellano
madrileño se da única mente a partir de la sílaba inicial.
Incluso Piñeros comenta: “Las Formas
Acortadas Tipo-A, que corresponden a un
trocaico, se forman con los segmentos tomados de las
dos primeras sílabas de la Forma Base. Este tipo de
truncamiento es típico del espa ñol peninsular” 2 (1998:
172), al mismo tiempo que señala: “Las Formas
Acortadas Tipo-B […] son típicas de los
dialectos latino americanos” 3 (1998: 176).
Mostraré que el español madrileño no se restringe
única mente al truncamiento a partir de la sílaba inicial y
que, aunque se considera mayoritariamente bisilábico,
en algunos casos —so bre todo en los hipocorísticos—
pueden darse acortamientos monosílabos. También,
mediante la TO, explicaré cuáles son las restricciones
imperantes en la creación de las Formas
Acortadas Tipo-A (se trata de formas
acortadas a partir de la sílaba inicial) y de las
Formas Acortadas Tipo-B (formas
acortadas a partir de la sílaba tónica). 4
Este trabajo está dividido de la siguiente manera:
además de la presente introducción, en el apartado 2
daré una breve ex plicación de la Teoría de la
Correspondencia; en el apartado 2.1. analizaré las
Formas Acortadas Tipo-A5 y los
mecanismos que

2
“Type-A Truncated Forms (TF), which correspond to a syllabic trochee
formed with segments from the first two syllables of the Source Form (SF).
This type of trun cation is typical of Peninsular Spanish”.
3
“Type-B Truncated Forms […] is typical of Latin American dialects”. 4 El
uso de este término está basado en Piñeros. Se trata de una traducción
adaptada para este trabajo de lo que este autor denomina Type-A
hypocoristics,y Type-B hypo coristics.
5
El corpus de nombres propios se obtuvo de la siguiente manera: se
extrajeron los 500 nombres más comunes en hombres y los 500 más
comunes en mujeres, tomados de la página del INE (Instituto Nacional de
Estadística) de España: http://www.ine.
es/tnombres/formGeneral.do?vista=1. Se eliminaron los nombres
compuestos como Ana María, Miguel Ángel, etc. y los
sobrantes se clasificaron de manera prosódica, atendiendo a la cantidad
silábica y la acentuación aguda, grave o esdrújula. A partir de esa
clasificación se eligieron 100 nombres femeninos y 100 masculinos
tratando de lograr un corpus prosódico variado: con nombres agudos,
graves y esdrújulos de dos o más sílabas. Se incluyeron también algunos
monosílabos para observar la reacción de los informantes ante un nombre
más corto de lo normal. En el caso de

7
Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación

operan para crear formas monosílabas o bisílabas; en el


aparta do 2.2. hablaré sobre las Formas
Acortadas Tipo-B y propondré, además de
los mecanismos del primer apartado, otros diferentes
que permiten el truncamiento a partir de la sílaba tónica.
Al fi nal, se expondrán algunas de las conclusiones
obtenidas.

2. Teoría de la Correspondencia
En el castellano se han hecho análisis del fenómeno del
acor tamiento aplicándose la TO. Entre otros, pueden
mencionarse los de Colina (1996), Piñeros (1998) y
Felíu (2001). Colina, de manera más evidente que los
otros dos autores, aplica la Teoría de la
Correspondencia (Teoría-OO).
En esta teoría, desarrollada a partir de la misma TO, se
tra ta de confrontar un output con un output,
no un input con un output como se hace
normalmente en la TO. En el esquema 1, tomado de
Kager (1999: 263) muestra cómo en la Teoría-OO existe
un input, y este tiene como output una base; a
su vez, di cha base tiene su propio output, que es
la forma acortada:

BT-Identity
Base ⇔ Truncated form
IO-Faithfulness

Input
Esquema 1. Modelo de truncamiento con Teoría-OO

En el esquema 2, tomando el modelo de Kager,


apliqué un ejemplo de mis datos para poder mostrar
cada uno de los ele mentos:

los nombres comunes, la selección se hizo a partir de sustantivos comunes


frecuen tes según la RAE: http://corpus.rae.es/frec/1000_formas.TXT. Se
seleccionaron los primeros 500 sustantivos y se hizo una clasificación
prosódica como la mencionada en el caso de los nombres propios.
Finalmente, se seleccionaron solamente cien sus tantivos comunes que
fueron los presentados a los informantes.

8 Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Juan Bernardo Estrada s

Hernández

BT-Identity
Base ⇔ Truncated form
IO-Faithfulnes
[ma.rí.a] [má.ri]

Input

/maria/
Esquema 2. Ejemplo de relación Base-Forma acortada

La relación con la que se trabajará se da entre la


base (out put) y la forma acortada (output).
Por ello se considera que se trata de una relación
output-output. Las restricciones que se uti
lizarán harán referencia a la relación que existe entre la
base (B) y la forma acortada (TF). En los siguientes
subapartados, se ex pondrá detalladamente cómo se
aplica la TO a los acortamien tos recabados en el
español madrileño.

2.1 Formas Acortadas Tipo-A

El truncamiento implica la elisión de una parte del


nombre base, sin especificarse qué tanto material fónico
es necesario. Por esa razón, la primera restricción
obligatoria es una de antifideli dad
(anti-faithfulness) como la que ha
propuesto Alderete: “La antifidelidad exige un cambio
fonológico en cadenas rela cionadas donde la fidelidad
requiere inactividad fonológica”6 (1999: 112). McCarthy
explica, brevemente, a qué se refieren di chas
restricciones: “En efecto, las restricciones de antifidelidad
dicen: ‘¡Sé diferente!’[…]”.7 (2006). Por tanto, una
restricción de este tipo evita que el input y el
output sean iguales (o en este caso, el nombre
base y la forma acortada):
anti-max-bt: Debe eliminarse al menos un elemento
silábico al ha cer un mapeo entre el nombre base y la forma
acortada (Tr.Ad.Pr.).8

6
“Anti-Faithfulness demands a phonological change in related strings
where Faithful ness requires phonological inertness”.
7
“In effect, antifaithfulness constraints say, ‘Be different!’ […]”.
8
Muchas de las restricciones originalmente se encontraban en inglés, en
cuyo caso utilizaré las siguientes abreviaturas:

9
Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación

Input: /almudena/ ANTI-MAX-BT


Base: [(al.mu.’δe.na)]

a. [(al.mu.’δe.n)]
e
b. [(al.mu.’δe.na)] *!

Cuadro 1

El candidato b viola la restricción de antifidelidad


porque no elimina algún elemento en el mapeo. El otro
candidato, a, al eliminar un elemento de la base, se
convierte en ganador. Sin embargo, hay candidatos que
pierden más de un elemento fóni
co, aunque en este cuadro no se han mostrado. Ello
implica que pueden darse candidatos como los
siguientes: (al.mu.’δe), (‘δe. na), (‘al.mu), (‘a), etc. En
estos candidatos se cumple la restric ción de antifidelidad
pero se incumple la de fidelidad:
max-bt: Cada elemento en la base tiene un correspondiente
en la forma acortada (Tr.Pr.).

Puesto que en los acortamientos es preciso que se


elida cierta cantidad de material fónico, es evidente que
se prefiere un candidato que haya perdido elementos a
uno que no los haya perdido. Por esta razón, la
restricción de antifidelidad debe estar en la primera
posición, mientras que podría ponerse la de fideli
dad en una jerarquía más baja. Esto puede verse en el
cuadro 2:
Input: /almudena/ ANTI-MAX-BT MAX-BT
Base: [(al.mu.’δe.na)]

a. [(al.mu.’δe.n)] A

b. [(al.mu.’δe.na)] *!

c. [(al.mu.’δe)] na!

d. [(‘al.mu)] δe!na

e. [(‘a)] lm!uδena

Cuadro 2

Puede verse en este cuadro que hay dos


restricciones: la que está en la jerarquía más alta opera
de forma categórica,

1. Tr.Pr. Traducción de la restricción hecha por mí.


2. Tr.Ad.Pr. Traducción y adaptación de la restricción hecha por
mí.

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Juan Bernardo Estrada Hernández

mientras que la que ocupa la segunda lo hace de manera


gra dual. El candidato b viola la restricción de
antifidelidad mientras que los candidatos a, c, d y e
violan la de fidelidad. Pero, como es evidente, el
candidato que la viola el menor número de veces es el
ganador. De allí que el a sea el candidato óptimo para
este cuadro.
Los acortamientos normalmente no son los candidatos
óp timos de estos cuadros. Se trata de formaciones
bisílabas con acentuación llana, es decir, pies trocaicos.
Por esta razón, se han de mostrar todas las
restricciones que están operando en el cas tellano para
lograr la forma óptima de un nombre acortado.
En primer lugar, es preciso recordar dos
restricciones que abogan por la formación de pies
trocaicos:

foot-bin: Los pies son binarios en un análisis silábico o


moraico (Felíu, 2001: 879) (Tr.Ad.Pr.).
ft-troc: Debe alinearse el extremo izquierdo de un pie con el
extremo izquierdo de su núcleo (una sílaba acentuada).
(Piñeros, 1998: 190) (Tr.Ad.Pr.).

Puesto que se prioriza un candidato que sea un pie


trocaico sobre uno que sea más fiel, estas restricciones
deben estar do minando a la de max-bt. Del mismo
modo, puede decirse que las restricciones sobre el pie
implican una pérdida de más de un elemento fónico.
Esto quiere decir que, al formarse los pies, evi
dentemente se está eliminando material de la base. Por
ello estas restricciones pueden colocarse en la misma
jerarquía que la de antifidelidad, de lo que se obtendría
la siguiente:

anti-max-bt, foot-bin, foot-troc>>max-bt

Además de las restricciones anteriores, existen otras


que ayudan a la formación de los pies. Las dos primeras
que se han mencionado se refieren a la cantidad de
sílabas y a la acentua ción de éstos; es decir, a la
preferencia por los pies trocaicos. Las siguientes hacen
hincapié en la pertinencia de que en el acorta miento no
se permitan sílabas que estén fuera del pie o que haya
más de un pie dentro de una forma acortada:

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Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación

all-ft-r: Cada pie permanece en la posición final en la


palabra prosódica (Felíu, 2001: 879) (Tr.Ad.Pr.).
*footless: No deben quedar sílabas sin analizar en pies
(Felíu, 2001: 879) (Tr.Ad.Pr.).

Estas restricciones pueden entrar en la misma


jerarquía que las dos anteriores, puesto que no hay
necesidad de domina ción entre ellas. Descontando
anti-max-bt, las demás restric ciones abogan por la
buena formación de los pies, por lo que es más factible
que estén en el mismo nivel. Incluso Piñeros eng loba
tres de estas restricciones como
Restricciones de la Palabra
Prosódica9 (1998: 186). Por lo tanto, se
obtendría una jerarquía como la siguiente:

anti-max-bt, all-ft-r, foot-bin, foot-troc, *footless>>max-bt

Tal jerarquía permitiría la buena formación de los


pies. Sin embargo, ninguna de las restricciones
mencionadas hace alu sión a los lindes de la palabra de
donde se toma la porción que forma el acortamiento.
Hasta el momento, se podría formar un pie a partir de la
sílaba inicial, de la segunda sílaba, de la final, de la
tónica, etc.
Para lograr que una forma acortada se tome a partir
de la sílaba inicial es preciso introducir una restricción
de anclaje que se refiere a la parte izquierda de la
palabra:

anchor-(b-t)-l: Todo elemento de la orilla izquierda de la


base tiene un correspondiente en la orilla izquierda de la
forma acortada (Piñeros, 1998: 190) (Tr.Ad.Pr.).

Dicha restricción obliga a que la forma acortada


inicie en el linde izquierdo del nombre base. Al igual que
las restricciones anteriores, debe estar dominando a la
de fidelidad, por lo que la jerarquía queda de la siguiente
manera:

anti-max-bt, anc-(b-t)-l, all-ft-r, ft-bin, ft-troc, *ft-less>>max-bt

9
Prosodic-Word Restrictor Constraints.

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En el cuadro 3 puede verse cómo trabaja esta


jerarquía:
Input: /puɾifikaθion/ A AN AL FT FT *FO MAX
Base: NT C- L BI TRO OT BT
[(ˈpu.ɾi).(ˈfi.ka).(‘θjon)] I (BT FT- N C LES
M )L R S
AX
BT

fikaθj
e a. [(‘pu.ɾi)] on

b. [(‘fi.ka)] *! puɾi,
θjon

c. [(‘pu.ɾi)P1 (fi.ka)P2] P1:* θjon


*!

d. [(pu.’ɾi)] *! fikaθj
on

e. [pu.ɾi.fi.ka] *!*** θjon

f. [pu.ɾi.(‘fi.ka).θjon] *! P1:*

g. [pu.ɾi.fi.ka.’θjon] *! *****

h. [(pu.ɾi.’fi.ka)] *!

Cuadro 3

Aquí se observa cómo los candidatos f y g, por ser


los más fieles, pierden ante la restricción de
antifidelidad. El candidato b está anclado a
partir de una sílaba diferente de la inicial, por eso es el
siguiente en perder. A su vez, el candidato c posee dos
pies dentro del mismo acortamiento (marcados como P1
y P2). P2 no viola la restricción que exige que los pies
se encuentren a la derecha porque ésa es la posición en
la que está; no obstan te, P1 se encuentra del lado
izquierdo, en una clara violación a la petición de pies
alineados a la derecha. El candidato h viola la
restricción sobre la binariedad de los pies ya que posee
cuatro sílabas. El candidato d no es trocaico,
incumpliendo así la res
tricción sobre la colocación del acento en los pies. El
candidato e viola la restricción que penaliza la no
inclusión de sílabas dentro de un pie ya que ninguna de
las sílabas que lo componen está analizada dentro de
uno. El candidato a viola más de una vez la restricción
de fidelidad. Sin embargo, como es la de menor
jerarquía, resulta ganador.

2.1.1 Formas Acortadas Tipo-A:


mecanismos silábicos La mayoría de los truncamientos
busca la forma CV.CV, no sólo en castellano, sino en las
lenguas en general. En el caso del nom bre anterior, las
primeras dos sílabas, que son las que se toman para
crear el acortamiento, ya tienen esta forma. Pero hay nu-

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merosos casos en los que un nombre tiene que recurrir a


otros mecanismos para lograr una forma CV.CV.
Tal es el caso de Magdalena à Mada en el
que se elide una coda. Para ello, es preciso recordar
una de las restricciones refe rentes a la buena formación
silábica: aquélla que evita las codas:

*coda: Las sílabas no deben tener codas.

Dicha restricción penaliza cualquier forma que tenga


una coda. Sin embargo, podría darse, hipotéticamente,
el caso Mag dalena à Maga que estaría
evitando que una de sus sílabas tenga coda, pero al
hacerlo violaría otras dos restricciones. La primera de
ellas especifica que un segmento silábico10 no puede
cambiar su rol (Colina, 1996: 1208):

st-role: Un segmento en la forma acortada y su


correspondiente en la base deben tener idénticos roles
silábicos (Tr.Pr.).

La segunda penaliza la elisión de segmentos


interiores de la forma acortada (Piñeros, 1998: 191):

i-contiguity: La porción de la forma truncada (TF), que está


en correspondencia, forma una cadena contigua
(Tr.Pr.).

Es decir, que una forma como Maga, derivada de


Magda lena, viola la restricción de rol silábico
porque permite que una coda tome el rol de inicio con la
sílaba siguiente; asimismo, la parte que se toma del
nombre es Magda, pero se elide la con sonante g y
queda Mada, lo que constituye una violación a la
restricción de contigüidad.
Es evidente que la forma Mada cumple con la
restricción que penaliza las codas, pero, al mismo
tiempo, viola la de con tigüidad al eliminar un elemento
interior. Esto indica que la restricción que evita las codas
debe estar dominando a la de

10
En este caso, el término silábico corresponde a una posición en la
estructura silábica, no a un rasgo como puede ser [+/- silábico].

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contigüidad. Puesto que st-role evita que surja un


candidato como Maga, dicha restricción debe tener
una posición alta en la jerarquía. Considero entonces
que la jerarquía quedaría de la siguiente manera:

st-role>>*coda>>i-contiguity
Input: /maɡdalena/ ST-ROL *CODA I-CONT
Base: [(ˈmaɣ.da).(‘le.na)] E

a. [(‘maɣ.da)] *!

b. [(‘ma.da)] *
e
c. [(‘ma.ɣa)] *! *

Cuadro 4

Si la restricción de contigüidad sube en la jerarquía,


al mis mo nivel que la de st-role, implica la preservación
de las co das interiores. *coda se encuentra dominada
por las anteriores, dando preferencia a un candidato con
coda. Esto puede verse en el cuadro 5:
Input: /maɡdalena/ ST-ROL I-CONT *CODA
Base: [(ˈmaɣ.da).(‘le.na)] E

a. [(‘maɣ.da)] *
e
b. [(‘ma.da)] *!

c. [(‘ma.ɣa)] *! *

Cuadro 5

El candidato c elimina la coda, pero a costa de


violar la res tricción que penaliza el cambio de rol
silábico. El candidato b elimina la coda por lo que viola
la restricción de contigüidad que en este cuadro está en
la jerarquía más alta. El candidato a conserva la coda
que tiene sin violar la restricción de contigüi dad, por lo
que resulta ganador.
Además de la elisión de las codas, puede darse el
caso de la simplificación de un núcleo complejo. Existe
una restricción que penaliza la complejidad en el núcleo
silábico. No obstante, considero pertinente mostrar un
cuadro en el que se ve que no siempre se elimina dicha
complejidad:

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Sílaba tónica con diptongo Sílaba átona con diptongo

Laureano🡪[(‘law.ɾe)] Daniel🡪*[(‘da.nje)]🡪[(‘da.ni)]
Guadalupe🡪[(‘ɡwa.δa)] Antonio🡪*[(‘to.njo)]🡪[(‘to.ni)]
Bienvenido🡪[(‘bjem.be)] Manuel🡪*[(‘ma.nwe)]🡪[(‘ma.n
u)]

Sílabas tónicas y átonas con diptongo

Cuando el núcleo complejo se encuentra en la sílaba tóni


ca, no sufre modificaciones. En cambio, al encontrarse
en una sílaba átona, se busca la simplificación de tal
núcleo. Por ello, la restricción de variación contextual
que propongo es la siguiente:

*nucleo complejo en sílaba átona: Se prohíbe núcleo com


plejo en sílaba átona.

Evitar el núcleo complejo puede lograrse de dos


maneras: elidiendo la vocal interior como Daniel à
Dane —lo que conlle varía una violación a la
restricción de contigüidad— o supri miendo la vocal
exterior como Daniel à Dani en donde la forma
acortada se quedaría con una deslizada. Pero las
deslizadas no pueden ser elementos nucleares en una
sílaba, por lo que podría proponerse una restricción para
evitar esto:

núcleo (+sil): En el núcleo sólo puede haber elementos con


el rasgo silábico (+SIL).

De acuerdo con Piñeros: “es posible simplificar un


diptongo cambiando el rol silábico de una semivocal
alta: [i] < [j], [u] < [w]”11 (1998: 196). Estoy de acuerdo
con la forma propuesta para sim plificar el diptongo. Lo
que no me parece correcto es consid erar que el cambio
de deslizada a vocal alta es un cambio de rol porque
siguen siendo parte del núcleo. Desde mi perspectiva, se
trata de un cambio de sonoridad.12 En este caso, podría
propon erse una restricción que penalice estos cambios:

11
“it is possible to simplify a diphthong by changing the syllabic role of a
high vocoid: [i] < [j], [u] < [w]”.
12
El cambio de deslizada a vocal implica un cambio de sonoridad en los
segmentos silábicos, no en el rol silábico en sí. Dineen y Miller (1998: 22)
retoman la jerarquía de sonoridad de Clemens (1990):

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*variar sonoridad segmento silábico: Los segmentos


silábi cos no deben aumentar o disminuir su sonoridad.

Esto significa que cualquier elemento que varíe su


sonori dad estaría violando esta restricción. Sin embargo,
la elisión de un elemento del diptongo permite
obligatoriamente que el ele mento restante cambie su
sonoridad, por lo que esta restricción estará en la
posición más baja de la jerarquía. Por otra parte, en las
formas acortadas en las que hay una simplificación de
dip tongo, es evidente que un candidato con diptongo u
otro con deslizada como núcleo, serán penalizados
fuertemente. Por esta razón, las restricciones *nucleo
complejo en silaba átona y núcleo (+sil) deben estar
dominando la jerarquía sin domina ción entre ellas:

*nuc-comp/sil átona, núc


(+sil)>>i-cont>>max-bt>>*var-son/seg-sil
Input: /daniel/ *NUC NÚC T *VAR-S
Base: [da.(‘njel)] COMP (+SI T ON/
/ L) SEG-SI
SÍL-AT L
a. *! jl
[(‘da.ne)]

b. *! el
[(‘da.nj)]

c. *! * l
[(‘da.nje)]

d. el *
e [(‘da.ni)]

Cuadro 6

En este cuadro, el candidato c conserva el núcleo


comple jo, violando de esta manera la restricción
*nuc-comp/síl-at, mientras que el candidato b, al
eliminar la vocal del diptongo, preserva la deslizada, con
lo que viola núc (+sil). Puede verse, además, que el
hecho de eliminar la deslizada también conlleva
consecuencias negativas puesto que ello constituye una
viola ción a la restricción de contigüidad, como sucede
con el can

obstruents>nasals>liquids>glides>vowels
En dicha jerarquía se observa que deslizadas y vocales poseen una
sonoridad diferente. Por lo que cualquier cambio de una a otra conlleva
una variación de sonoridad. Esta también puede darse en el cambio
consonántico, que se verá un poco más adelante.

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Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación

didato c. El candidato ganador es d, aunque viola la


restricción que penaliza las variaciones en la sonoridad,
pero se localiza en la parte más baja de la jerarquía.

2.1.2 Formas Acortadas Tipo-A:


monosílabos
En los trabajos de Piñeros (1998), Colina (1996) o Prieto
(1992) no se han discutido los hipocorísticos formados
por una sola sí laba puesto que para ellos este fenómeno
conlleva siempre una forma bisílaba. Los nombres como
Francisco, Fernando, Cristina,
Alberto y Francisca (trisílabos graves)
pueden truncarse de dos maneras distintas, a partir de
la sílaba inicial y a partir de la tónica:

Truncamiento Tipo-A monosílabo Truncamiento Tipo-B


bisílabo Francisco 🡪 Fran Francisco 🡪 Quico Fernando 🡪 Fer
Fernando 🡪 Nando Cristina 🡪 Cris1 Cristina 🡪 Tina Alberto 🡪 Al
Alberto 🡪 Berto Francisca 🡪 Fran Francisca 🡪 Quica

Estos nombres tienen en común que la primera


sílaba tiene una coda silábica, lo que en castellano se
considera bimoraico. Probablemente esta peculiaridad
es lo que les permite truncarse de esta manera. De
acuerdo con una de las restricciones mane
jadas en este trabajo, los pies tienen que ser binarios, ya
sea de manera silábica o moraica. En este caso, en
particular, se trata de binariedad moraica, sin tomar en
cuenta la silábica. En otras palabras, la bisilabicidad se
deja de lado. En su tesis doctoral, Arellanes (2009: 344)
propone la siguiente restricción, a partir de *estructura
(Prince y Smolensky, 1993: 25, 213):

*σ: Se prohíben las sílabas.

Esta prohíbe la sílaba en general. Es una restricción


que todos los candidatos incumplirán, aunque en
diferente cantidad. Los primeros candidatos en
descartarse serán aquellos que ten gan más de una
sílaba. Sin embargo, para evitar que gane algún
candidato que no tenga estatus silábico, esta restricción
debe lo calizarse en la segunda posición jerárquica:

18 Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Juan Bernardo Estrada Hernández

[…]anc-(b-t)l, ft-bin[…]>>*σ>>max-bt
Input: /alberto/ ANC- FT-BIN *σ MAX-BT
Base: [al.(‘βer.to)] (B-T)L

a. [(‘βer)] *! * al, to

b. [(‘to)] *! * * Alβer

c. [(‘βer.to)] *! ** Al

e d. [(‘al)] * Βerto

e. [(‘a)] *! * Lβerto

Cuadro 7

En el cuadro 7 puede verse cómo opera la restricción


que prohíbe las sílabas. Todos los candidatos violan
dicha restric ción, aunque con diferente grado. Los
candidatos a, b y c vio lan la restricción de anclaje
izquierdo, por eso son los primeros en ser eliminados. A
su vez, e incumple la restricción que exige binariedad
en los pies. Por esta razón, el candidato ganador re sulta
d: una forma acortada monosilábica, pero bimoraica
que, al igual que todos los demás, viola la restricción de
las sílabas.
Para finalizar este subapartado, me gustaría hacer
un lista do de las jerarquizaciones propuestas, con sus
respectivas for maciones:

1) anti-max-bt, anc-(b-t)-l , all-ft-r, ft-bin, ft-troc, *ft


less>>max-bt
(Formas Acortadas Tipo-A bisílabas sin
mecanismos silábicos, seg mentales o morfológicos)
2) anti-max-bt, anc-(b-t)l, […], st-role>>*coda>>i
cont>>max-bt
(Formas Acortadas Tipo-A bisílabas con
elisión de coda interior) 3) anti-max-bt, anc-(b-t)l, […],
i-cont, st-role>>max bt>>*coda
(Formas Acortadas Tipo-A bisílabas sin
elisión de coda interior) 4) *nuc-comp/sil áto, núc
(+sil)>>[…], i-cont, […]>>max bt>>*var-son/seg-sil
(Formas Acortadas Tipo-A bisílabas con
simplificación de núcleo complejo eliminando segundo
elemento)

19
Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación

5) anti-max-bt, anc-(b-t)l, ft-bin, […]>>*σ>>max-bt


(Formas Acortadas Tipo-A
monosílabas bimoraicas)

2.2 Formas Acortadas Tipo-B

Existe un segundo tipo de truncamientos en el


castellano, for mado a partir del pie principal del nombre
original o nombre base. No obstante, estos
acortamientos pueden llegar a presentar algún tipo de
cambio segmental —además de los cambios silá bicos
que se habían visto en el subapartado anterior— o
pueden añadir algún morfema. Se dividirá en seis
subapartados, cuyo eje común es el pie principal del
nombre base.

2.2.1 Formas Acortadas Tipo-B en


castellano peninsular: núcleo prosódico sin cambios
Debido a que se trata de truncamientos a partir del
Núcleo Pro sódico (NP), es preciso recordar una de sus
restricciones (Piñe ros, 1998: 203):

head-max (b-t): Cada segmento contenido en el núcleo


prosódi co de la base, debe tener un correspondiente en la
forma acortada (Tr.Ad.Pr.).

Esta restricción penaliza todo elemento del NP que


se encuentre en el nombre base y que no aparezca en
la forma truncada. Pero también puede suceder que
algún elemento que aparece como parte del NP en la
forma truncada no pertenez
ca a aquél en el nombre base. O incluso puede ocurrir
que el acento original en el nombre base pueda moverse
a una sílaba diferente. Para evitar lo anterior, consideré
una reelaboración de la restricción antes propuesta, que
abarque las posibilidades ya mencionadas:

max-head-ft (b-t): Los segmentos del pie principal de la


base deben corresponderse con los del pie del
truncamiento —y vicever sa— y la sílaba prominente debe
seguir siendo prominente.

20 Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Juan Bernardo Estrada Hernández

Puesto que en estos casos se copia íntegro el NP,


es evidente que dicha restricción no debe estar
dominada. Además, la res tricción de anc-(b-t)l deja de
ser operativa puesto que se pri vilegia el NP sobre el
anclaje izquierdo. Por lo tanto, la jerarquía debe quedar
de la siguiente manera:

max-head-ft(b-t)>>anti-max-bt,[…],ft-bin>>max-bt>>anc-(b-t)l
Input: /ipolito/ MAX AN FT MAX-BT ANC-
Base: HEAD- TI BIN (B-T)
[i.(‘po.li).to] FT MA L
(B-T) X
BT

a. *!
[i(‘po.li).to]

b. [(‘po.li)] i,to *
e
c. *! * to
[(i.’po.li)]

d. [(‘i.po.)] li! lito

e. [(po’li)] *! i, to *
f. [(‘po.to)] li! i, li

g. [(‘i.to)] po!li poli

Cuadro 8

En este cuadro, los candidatos d, f y g pierden


más de un elemento fónico del NP al truncarse y al
violar la restricción de fidelidad del NP; a su vez, el
candidato c conserva todos los ele mentos pero mueve
de lugar el acento, lo cual está penalizado por la misma
restricción; e, por su parte, a pesar de conservar los
elementos del NP y preservar el acento en la misma
sílaba en el nombre base y la forma acortada, añade un
elemento extra al NP, por eso también viola la misma
restricción. El candidato a viola la restricción de
antifidelidad al no truncarse de ninguna
manera. Por ello resulta ganador el candidato b, ya que
este con serva íntegro el NP.
También en el castellano de Madrid recopilé formas
acorta das monosílabas bimoraicas que, tal como lo
exige la restricción que he propuesto, conservan el NP.
Esto puede comprobarse en el cuadro 9:

21
Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación
Input: /maɾisol/ MAX-HE ANTI FT-TRO *FOOT MAX
Base: [ma.ɾi.(‘sol)] AD FT MAX-BT C LESS BT
(B-T)

a. [ma.ɾi.(‘sol)] *! **

b. [(‘so)] l! maɾi,
l

maɾi
e c. [(‘sol)]
d. [(‘ɾi.sol)] (*!*)* ma
e. [(ɾi.’sol)] (*!*) * ma

Cuadro 9

En el cuadro 9, el candidato b pierde un elemento


per teneciente al NP lo que incumple la restricción de
fidelidad del NP, mientras que el candidato e añade dos
elementos no contemplados como NP en el nombre
base; algo similar ocu rre con el candidato d, cuya
violación implica además el movi miento del acento a
otra sílaba, por lo que en ambos casos se presenta una
falta a la fidelidad del NP. El candidato a viola la
restricción de antifidelidad por no truncar ningún
elemento fónico del nombre base. Por esta razón, el
candidato c resulta el ganador.

2.2.2 Formas Acortadas Tipo-B en


castellano peninsular: elisión en el núcleo prosódico
Además del caso anterior, se da otra forma acortada
monosí laba. Sin embargo, esta implica una elisión en el
núcleo prosó dico. Se trata de formas monosílabas que
han sido truncadas a partir de nombres bisílabos que,
por su forma originalmente bisílaba llana, constituyen
por sí mismos un NP. Cuando esto sucede, entra
nuevamente la restricción que prohíbe sílabas y que, por
el hecho de privilegiar candidatos con pocas sílabas,
debe dominar sobre las demás. En consecuencia, la
restricción de fidelidad en el NP debe estar en la
jerarquía más baja, pues to que la monosilabicidad de la
forma truncada conlleva una violación al NP. La
jerarquía debe quedar de la siguiente ma nera:

*σ>>anti-max-bt, […], st-role, ft-bin, […]>>head-max-ft (b-t)

22 Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Juan Bernardo Estrada Hernández

Input: /lawɾa/ *σ ANTI ST-ROL FT-BIN HEAD-M


Base: [(‘law.ɾa)] MAX-BT E AX FT
(B-T)

a. **! *
[(‘law.ɾa)]

b. [(‘law)] * ɾa
e
c. * *! a
[(‘lawɾ)]

d. [(‘la.u)] **! ɾa

Cuadro 10

Todos los candidatos del cuadro anterior violan la


restric ción que prohíbe sílabas, pero el a y d lo hacen
dos veces, por eso pierden ante los demás. El candidato
c tiene una consonante que ha pasado de ataque a
coda, violando la restricción de rol silábico. El candidato
ganador es b.

2.2.3 Formas Acortadas Tipo-B en


castellano peninsular: modifi caciones en el núcleo
silábico
Aunque se trata en este caso de una forma acortada
bisílaba, puede relacionarse con el subapartado anterior
debido a que también permite modificaciones en el NP.
Esto indica, en pri mer lugar, que la restricción referente
al NP nuevamente debe verse dominada por las demás.
Y, como el nombre del subapar tado lo dice, hay
modificaciones en el núcleo silábico que obli
gatoriamente remiten a las restricciones operantes en el
núcleo silábico que ya se habían mostrado en este
trabajo: *nuc-comp/ síl-at, núcleo (+sil) y *var-son/seg-sil.
Las dos primeras deben estar dominando a las demás
por el hecho de que evitan la complejidad en el núcleo
silábico y la presencia de deslizadas. La jerarquía queda
de la siguiente forma:
*nuc-comp/síl-at, núcleo (+sil)>>[…], i-cont, […]>>head-max
ft (b-t)>>max-bt>>*var-son/seg-sil

23
Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación

Input: *NUC NÚC I-CONT HEAD M *VAR


/antonio/ CO (+SI MAX- AX SON/
Base: MP/ L) FT BT SEG
[an.(‘to.njo)] SÍL- (B-T) SIL
AT

a. *! an
[(‘to.njo)]

b. *! o an,
[(‘to.nj)] o

c. *! j an, j
[(‘to.no)]

d. o an, *
e [(‘to.ni)] o

e. nj!o njo
[(‘an.to)]

Cuadro 11

El candidato a posee un núcleo complejo en la


sílaba áto na por eso viola la restricción que penaliza tal
característica. El candidato b elimina la complejidad en
el núcleo silábico, pero conserva la deslizada, por lo que
incumple la restricción que exige que todo núcleo sea
+silábico. El candidato c elimina pre cisamente la
deslizada, pero al hacerlo, viola la restricción de
contigüidad. Por su parte, el candidato e se trunca a
partir de la sílaba inicial, no toma el NP del nombre
base, por ello viola la restricción de fidelidad del NP. El
candidato d viola, por una parte, la restricción de
fidelidad del NP, y también la que pro híbe variación de
sonoridad, pero, como ambas están en una jerarquía
muy baja, resulta ganador.

2.2.4 Formas Acortadas Tipo-B en


castellano peninsular: modifi caciones segmentales en
el NP
En el castellano de Madrid se dieron tres tipos de
modificacio nes segmentales: la palatalización (njàɲ),
asimilaciones conso nánticas y la fortificación de los
inicios silábicos sordos.
El primer caso se trata de nombres como el de
Antonio à Toño, en el que una consonante y
una vocal se combinan y dan origen a una consonante
que posee características de ambas. Esto puede
entenderse mejor con el siguiente esquema:

24 Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Juan Bernardo Estrada Hernández ACORTADA

Ejemplo A
Esquema 3. Fusión
(Sin fusión)

BASE
Ejemplo B (Con fusión)

F.
En el Ejemplo A cada elemento de la base tiene un
corres pondiente en la forma acortada por lo que no hay
violación a la fidelidad. En el Ejemplo B tampoco hay
violación a la fidelidad puesto que los elementos de la
base poseen una parte corres pondiente en la forma
acortada. De la misma manera, no puede considerarse
que haya una violación a la contigüidad puesto que los
elementos siguen allí. La restricción que sí se viola es la
de uniformidad (Kager, 1999: 63):

uniformity (b-t): Ningún elemento de la forma acortada


tiene múltiples correspondientes en la base (Tr.Pr.).

En el Ejemplo B un solo elemento tiene dos


correspondien tes en la base, lo que sería una clara
violación a dicha restricción. Por esta razón, debe estar
en la parte más baja de la jerarquía como puede verse
en el cuadro 12:
Input: /antonio/ MAX ST *NUC MAX UN
Base: HEAD- ROL CO BT IF
[an.(‘to.njo)] FT E MP/ (B-
(B-T) SÍL- T)
AT

a. [(‘ton)] j!o * an, jo

b. *! an
[(‘to.njo)]

c. an *
e [(‘to.ɲo)]
d. j! an, j
[(‘to.no)]

e. *!* an
[(‘ton.jo)]

Cuadro 12

25
Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación

Tanto a como d eliminan algún elemento del NP,


por eso pierden en primer lugar. A su vez, e permite el
cambio de rol de dos elementos: un ataque que se
vuelve coda y un elemento nuclear que toma posición de
ataque. El candidato b posee un núcleo bisegmental,
incumpliendo la restricción que penaliza la complejidad
que ello implica. Y, como ya había comentado, c no
viola ninguna restricción de fidelidad pero, al tener un
elemen to con múltiples correspondientes, incumple la de
uniformidad. Sin embargo, esta se encuentra en la
jerarquía más baja, por lo que resulta ganador.
La segunda modificación segmental es la que
permite una asimilación regresiva consonántica a
distancia como en el caso de Enrique à
Quique o Francisco à Quico. Para ello
es preciso proponer una restricción como la siguiente:

asimilación regresiva (b-t): El ataque de la primera sílaba


del NP se asimila a la segunda sílaba del NP de la forma
acortada.

Tal restricción podría esquematizarse de la


siguiente ma nera:


(‘ri.ke) à (‘ki.ke)
Una asimilación progresiva como la que se muestra
a con tinuación sería penalizada por la misma
restricción:

(‘ri.ke) à (‘ri.re)

Puesto que en estos casos dicha restricción se


vuelve obli gatoria, debe dominar a todas las demás,
como se ve en el si guiente cuadro:

26 Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Juan Bernardo Estrada Hernández

Input: /enrike/ ASI-R MAX ST MAX-B


Base: [en.(‘ri.ke)] EG HEAD-FT ROL T
(B-T) (B-T) E

a. [(‘ri.ke)] *! en

b. [(‘ri.re)] *! en

c. [(‘ki.ke)] en
e
d. [(‘rik)] e! * en, e

Cuadro 13

El candidato a no aplica la asimilación, mientras


que el candidato b la aplica en el sentido inverso al que
exige la restric ción, y por esto mismo, la violan. El
candidato d no tiene más que una sílaba por lo que
dicha restricción no aplica; además de que elimina un
elemento del NP, lo que representa una violación a la
restricción de fidelidad.
El último tipo de modificación segmental se refiere a
los casos de θ🡪ʧ, s🡪ʧ. De acuerdo con Prince y
Smolensky: “La jerarquía universal de margen dice que
los segmentos menos sonoros funcionan como ataques
más armónicos”13 (2004: 152). Baertschi también
comenta: “los segmentos de baja sonoridad
(obstruyentes) son los segmentos preferidos en el
ataque”.14 (2012: 9). La siguiente escala indica la
sonoridad de cada uno de los segmentos consonánticos:
segmento

[-cons] [+cons]

[+bajo] [-bajo] [+reson] [-reson] [-alto] [+alto] [-nasal]

[+nasal][+cont] [-cont] [+son][-son][+son][-son]

9 > 8 > 7 > 6 > 5 > 4 > 3 > 2 > 1Figura 1. Escala de sonoridad
de Blevins [1995] (Arellanes, 2009: 317)

13
“The universal Margin Hierarchy says that less sonorous segments make
more har monic onsets”.
14
“low sonority segments (obstruents) are the most preferred onset
segments”.

27
Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación

Por tanto, las oclusivas serán mejores inicios que las


fri cativas. Además, deben tomarse en cuenta otros dos
aspectos importantes:

1) De acuerdo con Lass (1984: 178), citado en Chávez


Peón (2001: 35) la apertura consonántica es
importante y va de la mano con la sonoridad. Es
decir, se prefiere un ataque menos sonoro y menos
abierto. Chávez Peón considera que la apertura va
en el siguiente orden, de menor a mayor:

oclusiva🡪africada🡪fricativa
🡪aproximante
Se entiende entonces que la oclusiva es la
menos so nora y la más cerrada y, puesto que se
prefiere un ataque menos sonoro, ello implica uno
más cerrado.
2) Arellanes (2009: 45) reconoce tres articuladores para
lenguas que se restringen a la cavidad oral (como el
caste llano): i) con articulador labial (necesariamente
anterio res); ii) con articulador coronal (anteriores y
no anterio res) y iii) dorsales (necesariamente no
anteriores). En las formas acortadas, en caso de
que se busque una consonan te menos sonora y
menos abierta, es común que se haga dentro del
mismo articulador.

De acuerdo con lo anterior pueden proponerse tres


restric ciones:

ataque (-son): Se prefiere que el ataque (sordo) posea


menor so noridad.

Esta restricción exige que los candidatos sean


consonantes con la sonoridad más baja posible. Los
candidatos con mayor sonoridad violarían esta
restricción. Sin embargo, al trocarse las consonantes por
una con menos sonoridad, es necesario to
marse en cuenta los otros dos aspectos ya mencionados.
Aquí es donde entra la segunda restricción:

ataque (apert): El ataque (sordo) no debe variar su apertura.

28 Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Juan Bernardo Estrada Hernández

Con lo anterior se busca que el cambio de la consonante


que se encuentra en el ataque no sea demasiado brusco
en cuan to a la apertura. Por tanto, se espera que pase a
la consonante siguiente con menor apertura. Si se trata
de una fricativa, debe pasar a una africada. A menos
que no exista en el mismo articu lador una africada,
tendría que pasar directamente a una oclu siva. Un
candidato que pase directamente de fricativa a oclusiva
violaría dos veces esta restricción; uno que pase de
fricativa a africada sólo lo haría una vez, siempre que se
mantengan dentro del mismo articulador. Esto compete
a la tercera restricción:

max b-t (artic)/ataque: El ataque no debe cambiar su


articu lador.

Esto indica que cuando haya un cambio de


sonoridad y de apertura, este debe mantenerse dentro
del mismo articula dor: labiales y labiodentales sólo
dentro de labial; interden tales, alveolares, dentales y
palatales sólo dentro de coronal, y velares y uvulares
sólo dentro de dorsal. Un candidato que cambia de
articulador violaría esta restricción.
La restricción ataque (-son) debe estar en una
posición alta de la jerarquía (sólo superada por la de
head-max-ft (b t)), puesto que se prioriza un ataque
menos sonoro. Entre las restricciones de max b-t
(artic)/ons y ataque (apert) debe haber una dominación
puesto que la primera de ellas penaliza cualquier
violación, mientras que la segunda sí permite viola
ciones. Entre las dos primeras restricciones no hay
necesidad de dominación como puede verse en el
siguiente cuadro:
Input: /xesus/ HEAD ATAQ MAX B-T ATAQ M
Base: MAX- UE (artic)/ON UE A
[xe.(‘sus)] FT (-son) S (apert X
(B-T) ) BT

a. [(‘su)] s! σ1=2 σ1=0 σ1=0 xe, s

b. [(‘sus)] σ1=2! σ1=0 σ1=0 xe

c. [(‘tus)] σ1=0 σ1=0 σ1=2! xe

d. [(‘pus)] σ1=0 σ1=*! σ1=2 xe

e. [(‘kus)] σ1=0 σ1=*! σ1=2 xe

xe
e f. [(‘ʧus)] σ1=0 σ1=0 σ1=1
Cuadro 14

29
Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación

El candidato a elimina un elemento fónico del NP,


violan do la restricción más alta: la de fidelidad en el NP.
El candidato b posee un ataque con una sonoridad alta,
lo que incumple la exi gencia de un ataque con menor
sonoridad. Los candidatos d y e cambian de articulador:
el primero de coronal a labial y el
segundo de coronal a dorsal. El candidato c pierde
frente a f debido a que la apertura de una fricativa a una
oclusiva es mayor que la de una fricativa a una africada.
Por esa razón f resulta el candidato ganador.

2.2.5 Formas Acortadas Tipo-B en


castellano peninsular: sufijos En el castellano madrileño
sucedió un tipo de mecanismo mor fológico: la adición de
un sufijo -i con una fuerte carga afectiva.
Tal sufijo implica otras restricciones, de tipo morfológico,
que están operando (Felíu, 2001: 883):

max (dim): Cada elemento en el sufijo tiene un


correspondiente en la forma acortada (Tr.Pr.).

Esta es una restricción de fidelidad respecto al


sufijo, lo cual significa que este debe aparecer en la
forma acortada. Un candidato que no tenga el sufijo
estaría violando esta restricción.
Otra restricción, que es preciso recordar aquí, se
refiere a la posición en la que el sufijo debe encontrarse
(Felíu, 2001: 883):

rightmostness: Un sufijo se localiza en el linde derecho de


una palabra (Tr.Pr.).

Esto quiere decir que el sufijo siempre debe estar en la


po sición final de la palabra.15 Debido a que ambas
restricciones se consideran necesarias en este tipo de
formas acortadas, de

15
La posición de este sufijo, como cualquier otro, se da en una palabra
eliminando la vocal temática. Normalmente se le denomina sufijo de
género a una -a o una -o aunque no siempre se correspondan con el
género al que supuestamente representan (por ejemplo mano y
modelo son femeninas mientras que tema y pugilista son
masculinas). Para evitar estas cuestiones, preferí el término vocal
temática o marca de clase, ya que con ello se evita
hacer referencia únicamente al género.

30 Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Juan Bernardo Estrada Hernández

ben estar en la parte alta de la jerarquía, aunque no se


considera que deba haber dominación entre ellas. Por lo
tanto, la jerarquía debe quedar de la siguiente manera:

max (dim), right-most>>…*nuc-comp/síl-at…>>head-max-ft


(b-t)>>max-bt
Input: MAX RIG *NUC HEAD MAX-B
/alfonso/+dim (dim HT COMP/ MAX- T
Base: ) MO SÍL-AT FT
[al.(‘fon.so)]+-i ST (B-T)

a. *! * al
[(‘fon.sio)]

b. *! al
[(‘fon.soi)]

c. [(‘fon.si)] o al, o
e
d. *! al
[(‘fon.so)]

e. [(‘fo.ni)] s!o al, so

Cuadro 15
En este cuadro puede verse que el morfema no
aparece en el candidato d, por ello es el primero en
perder, mientras que en el caso de a, no aparece
totalmente a la derecha, como exige la segunda
restricción. El candidato b sí tiene el morfema a la
derecha pero no eliminó la última vocal y eso forma un
núcleo complejo en una sílaba átona, violando la
restricción de *nuc
comp/síl-at. En el caso de c y e sí se elimina la vocal;
sin em bargo, el segundo candidato elide además una
consonante, por ello pierde ante c. El candidato
ganador, c, ha eliminado la vocal final, ha añadido el
morfema y lo colocó en la parte final, por esta razón
resulta ganador.

2.2.6 Formas Acortadas Tipo-B en


castellano peninsular: trunca miento a partir de sufijación
El último caso se refiere al truncamiento de un
diminutivo. Este proceso consta de dos partes:

Nombre base Diminutivo


Truncamiento Alberto Albertito Tito
Manuel Manuelito Lito

31
Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación

Se ha subrayado la sílaba tónica sólo para


demostrar cómo al diminutivizarse un nombre cambia su
acentuación puesto que el morfema diminutivo lo atrae y
es a partir de este donde se trunca el nombre. Es por
esta causa que se han contemplado estos nombres
dentro de las Formas acortadas
Tipo-B. El trun
camiento toma como base el nombre ya diminutivizado y
no sufre ningún cambio. Por lo tanto, la jerarquía es la
misma que se utilizó en el subapartado 2.2.1.
Input: /albert<it>o/ HEAD ANTI ST MAX-B
Base: [(ˈal.βer).(‘ti.to)] MAX- MAX ROL T
FT BT E
(B-T)

a. [(ˈal.βer).(‘ti.to)] *!

b. [(ˈal.βe).(‘ɾi.to)] t! * t

c. [al.(‘βi.to)] t! ert

e d. [(‘ti.to)] alβer

Cuadro 16

Los candidatos b y c eliminan un elemento fónico


del NP que está penalizado por la restricción más alta
de la jerarquía. El candidato a no elimina ningún
elemento, violando la de antifi delidad. El candidato d
elimina elementos fónicos del nombre base, pero
ninguno del NP, por eso resulta el mejor. También aquí
considero necesario enlistar las jerarquizaciones propues
tas y sus creaciones:

1) max-head-ft (b-t)>>anti-max-bt, […], ft-bin>>max


bt>>anc-(b-t)l
(Formas Acortadas Tipo-B monosílabas
y bisílabas sin elisión en el NP ni otros mecanismos)
2) *σ>>anti-max-bt, […], st-role, ft-bin, […]>>head-max ft
(b-t)
(Formas Acortadas Tipo-B monosílabas
con elisión en el NP) 3) *nuc-comp/síl-at, núcleo
(+sil)>>[…], i-cont, […]>>head-max-ft
(b-t)>>max-bt>>*var-son/seg-sil (Formas
Acortadas Tipo-B bisílabas con elisión en el
NP y simplifi cación de núcleo silábico al eliminar el segundo
elemento)
32 Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Juan Bernardo Estrada Hernández

4) asi-reg (b-t) >> head-max-ft (b-t) >> anti-max-bt, […],


st-role, […] >> max-bt
(Formas Acortadas Tipo-B bisílabas con
asimilación consonántica regresiva a distancia)
5) head-max-ft >> (b-t) >> ataque(-son), max b-t (artic)/
ons >> ataque(apert) >> antimax, […] >> max-bt
(Formas Acortadas Tipo-B bisílabas con
reforzamiento de conso nante inicial sorda)
6) max (dim), right-most>>[…] *nuc-comp/síl-at,
[…]>>head-max-ft (b-t)>>max-bt
(Formas Acortadas Tipo-B

bisílabas con adición de morfema) 3. Conclusiones

Los trabajos de Colina (1996), Piñeros (1998) y Prieto


(1992) son básicos en el tema del acortamiento, al igual
que el de Boyd Bowman (1955). Sin embargo, esto no
impide que puedan tener imprecisiones o diferencias
significativas con mi trabajo, debido, quizá, a la distancia
temporal en que se realizaron aquéllos y este.
En la actualidad, se considera que existe una
tendencia a crear formas truncadas partiendo de la
sílaba inicial. Y esto lo pude comprobar en mi trabajo de
maestría (Estrada, 2012: 110): las personas de 30 años
truncan a partir de la sílaba inicial, mientras que las de
60 años lo hacen a partir de la sílaba tónica.
Como lo señalé al inicio, los truncamientos en
Madrid pue den darse a partir de sílaba inicial, sílaba
tónica y sílaba inicial y tónica. Además, no se restringen
a un solo tipo silábico ya que pueden ser monosílabos o
bisílabos. Incluso pueden recurrir a mecanismos
morfológicos para añadir un elemento afectivo a la forma
truncada (aunque esta en sí ya se considera afectiva).
Hay que recordar que para Colina (1996) y Prieto (1992)
los hipoco rísticos españoles sólo son formas bisilábicas
que toman las dos primeras sílabas del nombre base,
ignorando por completo las demás formaciones. Por su
parte, Piñeros (1998) reconoce for maciones a partir del
NP, pero sólo como formas americanas. Él, al igual que
las otras dos autoras, no toma en cuenta las formas
monosilábicas bimoraicas.

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Anuario de Letras. Lingüística y Filología, vol. VI, sem. 2, año 2018: 5-37
Los acortamientos en el castellano de Madrid: una aproximación

La Teoría de la Correspondencia —derivada de la


Teoría de la Optimidad— me ayudó a mostrar cuáles
son las restricciones que están operando en el sistema
del truncamiento castellano madrileño. Como puede
verse, son muchas las restricciones que se encuentran y
algunas veces cambian de posición para permi
tir un determinado tipo de forma acortada.
Muchas de las restricciones propuestas por los
autores fueron retomadas por mí, lo que demuestra que
estas siguen operando y que es válido el sistema que
ellos propusieron en su momento. Sin embargo, tuve
que proponer otras, como las que operaron en las
formaciones con asimilaciones regresivas y las de
reforzamiento consonántico inicial, pues en esos puntos,
más que en cualesquiera otros, considero que las
propuestas de los autores no satisfacen plenamente la
creación de los hipoco rísticos.

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Juan Bernardo Estrada Hernández. Estudió la


licenciatu ra en Letras Españolas en la Universidad de
Guanajuato. Es doctor en Lingüística por la UNAM y
ha asistido a congre sos nacionales como los de AMLA
(2017, 2015, 2013 y 2009), ENAH (2012), UNAM
(2011) e internacionales como el Con greso
Internacional de Lingüística General en Alcalá de He
nares (2016). Ha expuesto su trabajo, además, en el
Instituto da Lingua Galega en Santiago de Compostela
(2014) y en el Foro Espiral (2014 y 2015) organizado
por la Universidad de Guanajuato.
Ha trabajado en la Licenciatura de Enseñanza del
Espa ñol como Segunda Lengua de la Universidad de
Guanajuato y en la Licenciatura de Lenguas Modernas
e Interculturalidad del Colegio Lasalle. Actualmente se
desempeña como docente en la ENMSL en León
Guanajuato.

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