TEMA 2 Formación para Catequistas
TEMA 2 Formación para Catequistas
TEMA 2 Formación para Catequistas
SECRETARIADO DE CATEQUESIS
LARA-VENEZUELA
TEMA 2
EL CATEQUISTA
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I. EL CATEQUISTA: IDENTIDAD Y VOCACIÓN.
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3.) Fidelidad al ser humano. Es decir, asumir y purificar los valores de la cultura,
de la religiosidad popular (CEC 1674-1676.1679). Hay que saber descubrir la
ausencia o presencia de Dios en lo cotidiano (trabajo, estudio, familia,
religiosidad).
4.) Conversión y crecimiento. Es el proceso de seguimiento de Jesús, de su
imitación, y del crecimiento en la santidad personal. El cristianismo es una
Persona, y esa Persona es Jesús. Más que normas, preceptos y mandamientos,
que pueden servirnos como un guía para ir hacia Cristo, el cristianismo es Jesús y
su seguimiento. Decía un santo doctor de la Iglesia: Si amas a Jesús, cumplirás
preceptos, mandamiento y normas y mucho más, sin necesidad de que te las
impongan ni que te las digan, porque Él mismo te enseñará en tu interior (Jer. 31,
31-34), te dará un corazón y un espíritu nuevo (Ez. 36), y vendrá a tí para cenar
juntos como enamorados (Ap 3,20), sin desmerecer por ello a alguien que, en el
nombre de Jesús, te las recuerde.
5.) La catequesis tiene que ser integradora, es decir, conocer la Palabra de Dios y
saber anunciarla. Celebrarla en la liturgia, principalmente en la Eucaristía, los
demás sacramentos, y la Liturgia de las Horas, fundamentalmente en Laudes y
Vísperas. Y Testimoniarla en la vida a través de las virtudes, en el trabajo, la
familia, la escuela o universidad, el barrio, la oficina, el club, etc.
6.) Y todo esto dentro de una metodología ordenada (Puebla 1009). Pablo VI
pedía con acierto la memorización de ciertos pasajes bíblicos, litúrgicos y de
oraciones, para irlos rumiando durante el día y saberlos proclamar en el momento
oportuno. También es muy acertada la utilización, en la catequesis, de audios,
dibujos y fotos cristianas. Audiovisuales (Foto-palabra), pequeños medios de
comunicación social, como videos, dramatizaciones, representaciones, cantos. El
uso de Internet, que según Juan Pablo II es el nuevo foro (lugar) de
evangelización, de cuyas páginas virtuales debe aparecer también el rostro
adorable de Jesús, sabiendo buscar y navegar por páginas de edificación
cristiana, y sabiendo hacer también aportes a las mismas. También la utilización
de grandes medios de comunicación social, como son el cine, el teatro, la radio, la
televisión.
7.) Y todo esto en forma permanente, es decir, desde la infancia hasta la
ancianidad. Ya que el proceso de crecimiento y de unión con Dios es ilimitado.
La catequesis es lo que es el catequista. Es fruto de lo que el catequista vive y
siente, de lo que cree y de lo que ama, de lo que busca y de lo que en su
actuación encuentra. La catequesis es lo que bulle en la mente y en el corazón del
catequista:
- Si vive ilusionado con su fe, la catequesis es cauce de fe.
- Si ha descubierto el amor de Dios, es plataforma de amor.
- Si vive el mensaje de Cristo, es comunicación de un anuncio de salvación.
- Si sabe que es miembro de una comunidad de fe, construye la comunidad.
- Si se siente portador del amor de Dios, es un regalo de amor del Señor.
- Si sabe vivir la esperanza, es un camino hacia el encuentro con Dios.
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- Si se halla dentro del Reino de Dios, la catequesis es ya el Reino de Dios.
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El catequista no sólo realiza su tarea en nombre de Dios y ofrece sus servicios a
los hombres movidos por su amor al Señor y por la inspiración que siente en lo
profundo de su mente y de su corazón. Se siente y se sabe miembro de la
Comunidad de Jesús. El catequista:
- No sólo actúa, sino que anuncia el mensaje en nombre de la Iglesia. Está inserto
en la comunidad cristiana y se convierte en portavoz de la misma. Su palabra es
eco del mensaje que las Iglesia debe llevar a todos los hombres
- Se siente enviado por una comunidad de hermanos para hacer a los demás
participantes de la riqueza de familia, que proviene de Jesús. Por eso mira con
amor fraterno a todos los hombres, en especial a quienes con el comparten la
búsqueda y la clarificación. Y mira con amor crítico a los pastores de la Iglesia y a
los demás ministros ya que actúa en la comunidad de los elegidos de Jesús.
- Se sabe servidor de los hombres creyentes, que deben clarificar su fe y su amor
y para ellos actúa como estímulo e intermediario, como ayuda y colaboración,
como camino y como aliento.
- Está abierto a los problemas del hombre de nuestro tiempo y de nuestra
sociedad, así como a la persona del catequizando a quien sirve, se siente con
entusiasmo al servicio de la Palabra de Dios, que es palabra de vida y de
esperanza, de fe y de salvación, de gracia y de fraternidad.
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En esta misma línea es fundamental que el catequista conozca no sólo el presente
del cristiano sino también su pasado, para poder integrarlo en el proceso de la
catequización.
Este conocimiento de los destinatarios llevará al catequista a establecer un diálogo
con cada uno de ellos, no dudando en ser generoso en el tiempo que les dedique.
El catequista ha de conocer la dinámica concreta de su grupo, las tensiones que
surgen, cómo va madurando, los momentos dinamizadores, la situación de cada
miembro en la dinámica grupal. Su función como catequista es facilitar que esa
vivencia comunitaria vaya creciendo y madurando, movida por ese motor
vitalizador que es el amor fraterno.
Para reflexionar (actividad para el grupo):
¿Dónde radica la importancia del catequista en la tarea y misión evangelizadora
que desempeña la Iglesia?
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que no sea la de transmitir a otro la propia experiencia de fe?» (EN 46). En el
fondo del catequizado late la pregunta acerca de la autenticidad de la fe del
catequista. «Tácita o a grandes gritos, pero siempre con fuerza, se nos pregunta:
¿Crees verdaderamente en lo que anuncias? ¿Vives lo que crees? ¿Predicas
verdaderamente lo que vives? (para reflexionar).
Hoy más que nunca el testimonio de vida se ha convertido en una condición
esencial con vistas a una eficacia real de la evangelización» (EN 76).
¿Cómo se ve configurada la espiritualidad del catequista para el desempeño
de la tarea de catequizar?
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En la obediencia a la Palabra, inspirado en el testimonio de María, realización
perfecta de humanidad y de santidad (DP 282), “hambriento de oír la Palabra del
Señor” (Am 8, 11), es que su ministerio engendrará frutos, pues no es su esfuerzo
solamente, o menos aún la comunicación de sus palabras, sino la Palabra del
Señor la que debe de procurar transmitir para que como una “semilla sembrada en
buena tierra dé una cosecha abundante”
2.- Alimentarse de la Eucaristía:
La oración por excelencia en la vida del catequista sobre la cual funda su
catequesis debe ser la Eucaristía. En ella de manera especial la vida se confronta
con la Palabra de Dios, convirtiéndose en Palabra que da y transforma la vida; en
ella se expresa de modo sacramental la vocación de discípulos y misioneros. (DA
250)
La Eucaristía es la cima de la unión con Dios, es el lugar privilegiado del encuentro
del discípulo con Jesucristo, es la más fuerte expresión de los esponsales de Dios
con su pueblo, es el acto de amor más grande jamás igualado “dar la vida por sus
amigos”, es el lugar privilegiado para el encuentro con Cristo vivo10. Solo desde la
comunión con Jesús Eucaristía brota el auténtico amor que hace al catequista
ofrecerse en Cristo a los demás. El secreto de la acción apostólica está en ese
contacto vivo y constante que el catequista tiene con Jesús Maestro. Sin la
intimidad con Cristo, la palabra que se desea comunicar pierde su eficacia, su
contenido, el servir se transforma en simple inquietud, de aquí es necesario
aceptar la invitación que hace el Señor a sus discípulos “Vengan ustedes solos a
un lugar desierto para descansar un poco…
La vida de todo catequista se fortalece especialmente en su identidad de discípulo
por medio del alimento eucarístico, que lo conduce a una vida espiritual a través
de su vida eclesial. La mejor forma de poder alimentar la vida espiritual es la vida
sacramental, especialmente con la Eucaristía, fuente y cumbre de su vida y de la
vida de la Iglesia y, lugar privilegiado para el encuentro con Cristo vivo. Para una
participación genuina de los sacramentos, también ha de frecuentar el sacramento
de la penitencia, experiencia singular del encuentro con Jesucristo misericordioso
(DA 254), que se torna en vuelta a la alegría, entusiasmo y recuperación de la
libertad perdida. Recobrar la vida de la gracia solamente se podrá mantener en la
medida que se tenga constancia en la vida de oración personal diaria, al estilo de
un itinerario de discipulado misionero. Todo ello le ayudará a lograr el grado de
madurez espiritual que su cometido exige. La participación devota de la Santa
Eucaristía hace que la vida de oración conduzca al catequista a estar unido a
Cristo, así puede hablarle, escucharlo y seguirlo dócilmente, de este modo se
convierte en modelo de oración y de perfección espiritual, no en un simple
animador de la comunidad, sino en un promotor del Evangelio en los ambientes en
que vive y trabaja.
3.- Evangelizado por Cristo en el rostro de los necesitados:
La presencia del Señor se manifiesta también de modo particular en los pobres,
afligidos y enfermos (cf. Mt 25, 37-40). En el ejercicio de la caridad para con ellos
el catequista descubre el rostro vivo de Jesucristo, se encuentra con el Dios
viviente, que camina a su lado, y que incluso desde la necesidad alimenta la vida
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de quien sabe creer en el misterio de su cruz y adherirse a Él. Por tener la
experiencia de la salvación en su vida, todo catequista puede ofrecer un verdadero
testimonio, reflejando con la coherencia de sus actos la virtud de la caridad. La
vivencia del amor de Dios sobre sí, le capacita para cultivar la caridad, el servicio y
entrega especialmente por los últimos, por los más necesitados, afligidos y
marginados. (DA 257, DP 979-982, SD 200) Todo catequista participa de la misión
profética de la Iglesia, y debe asumir algunas actitudes para desempeñar con
fidelidad la evangelización, entre ellas: una vida de comunión, respeto a la cultura
de cada pueblo, diálogo misionero, discernimiento, la puesta en práctica de la
Palabra, el ser creador de comunidad, el amor y la solicitud por los pobres y
necesitados. En fin, una vida que, por medio de la misericordia, la firmeza, la
paciencia en las tribulaciones y en donde a pesar de las persecuciones, se viva la
alegría de reconocerse mensajero del Evangelio, desembocando así en lo que
cristianamente denominamos santidad. (DP 377-384)
¿Qué es Ministerio?
Es un servicio siempre determinado e importante para la vida de la comunidad,
que supone una preparación y capacitación especiales por parte del sujeto, unidas
a una permanencia mayor en el compromiso, y por parte de la comunidad una
elección y encomienda especial, unida a una significación ritual o litúrgica
diferenciada según se trate de ministerios laicales o ministerios ordenados.
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Los ministerios son una condición de posibilidad de existencia y persistencia de la
Iglesia en el espacio y el tiempo y, la adecuada estructuración ministerial de la
Iglesia, es una condición de posibilidad del cumplimiento de su misión en el
mundo.
Cualidades del Catequista
- Estar Bautizado y Confirmado.
- Estar preparado y cualificado convenientemente.
- Estar dispuesto a ejercer el servicio en coordinación con otros servicios o
ministerios de la comunidad.
- Tener eficacia de testimonio y adaptación al mundo.
Perfil Madurez en la fe (equilibrio humano y cristiano)
- Conocimiento de los contenidos catequéticos.
- Integración en las diversas dimensiones de la misión.
- Capacidad de sintonizar con los catequizandos.
- Actitud de apertura y acogida.
- Encarnación y pertenencia a la comunidad.
- Testimonio de conversión.
- Disposición a contar con los demás.
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- Significaría la valoración no sólo de los ministerios cultuales laicales (lector
y acólito) sino también de los ministerios laicales de la palabra.
- Se recuperaría un ministerio que tuvo una trascendencia fundamental en la
Iglesia primitiva.
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8.- La vida sacramental, de oración y celebración ayuda a descubrir todo el significado
de su vida religiosa, y del ministerio en el que sirve, con esta práctica su conversión
se realiza, teniendo una conducta de vida según el Evangelio, tratando de asegurar la
fidelidad a la vocación cristiana en el mundo, siendo reflejo de su vida profesional y
social.
9.- Todo catequista encuentre en María Santísima, ejemplo de sacrificio, amor y
servicio, a la Madre y Maestra cercana que camina junto a él, para confortarlo y
conducirlo hasta la plenitud de Aquel que es “camino, verdad y vida”.
SIGLAS:
DA: Documento de Aparecida
DP: Documento de Puebla
LG: Lumem Gentium
CIC: Código de Derecho Canónico
CEC: Catecismo de la Iglesia Católica (también CDIC)
CT: Exhortación Apostólica, Catechesi Tradendae, S.S. Juan Pablo II
NDC: Nuevo Directorio para la Catequesis
EN: Exhortación Apostólica, Evangelii Nuntiandi, S.S. Pablo VI
SD: Celam, Documento de Santo Domingo
BIBLIOGRAFÍA:
1.- Nuevo directorio para la catequesis. 23 de marzo 2020
2.- La identidad y vocación del catequista. Comisión Episcopal de Enseñanza y
Catequesis: El catequista y su formación. Orientaciones pastorales, 47. España
3.- https://pedrochico.sallep.net - Identidad del Catequista. EL CATEQUISTA:
VOCACIÓN Y MISIÓN
4.- https://es.catholic.net - LA VOCACIÓN DEL CATEQUISTA.
5.- http://www.celam.org - La espiritualidad del Catequista se alimenta en la
Palabra, la Eucaristía y los necesitados. (DA 246-257)
5.- https://slideplayer.es/slide/2345993 - Presentación sobre catequesis. Escuela
básica de formación cristiana.
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