Texto Claudia Broitman - Didáctica e Ideología
Texto Claudia Broitman - Didáctica e Ideología
Texto Claudia Broitman - Didáctica e Ideología
¿Qué? ¿Cómo?
Contenidos Dialógica
del área Didáctica
ROL Docente
Les propongo recuperar las respuestas elaboradas por ustedes en el encuentro anterior en
relación… ¿qué es la matemática? Y ¿Cuál es el sentido de estudiar matemática en la escuela?
¿Didáctica e Ideología?
Y luego escuchamos la voz de Patricia Sadovsky, que reflexiona sobre el sentido actual de las matemáticas
en la escuela:
la escuela es una oportunidad privilegiada de acceder a los productos de la cultura que la sociedad
considera valiosos para la formación de los jóvenes y, aunque esto no suponga mejoras-ni de
inmediato ni remotas- en la escala social, puede implicar una transformación subjetiva atravesada por
el trabajo intelectual de los alumnos, que sin duda lo posicionará en la sociedad con más y mejores
herramientas. La escuela puede ser un ámbito en el que los alumnos aprendan a disfrutar de la cultura
(Sadovsky, 2005).
Repensar la enseñanza de esta disciplina involucra mucho más qué transformar contenidos o métodos. Pero
los cambios no son lineales ni siempre van hacia una mejora en las maneras en las que las matemáticas
vivirán en las escuelas. El asunto no es solo el paso del tiempo o el avance de las nuevas tecnologías. De
alguna manera subyace a los debates didácticos una pregunta más amplia, cada vez más amplia: ¿qué clases
de mujeres y hombres queremos formar?, ¿cuál es el lugar de la matemática en esa formación?, ¿de qué
manera las matemáticas escolares pueden abonar a transformar las sociedades en más justas o más
democráticas? Quienes escribimos esta obra compartimos las ideas tan citadas de Brousseau:
No se trata solo de enseñar los rudimentos de una técnica, ni siquiera los fundamentos de una cultura
científica; las matemáticas en este nivel son el primer dominio-y el más importante-en que los niños pueden
aprender los rudimentos de la gestión individual y social de la verdad. Aprender en él- o deberían aprender
en él- no solo los fundamentos de su actividad cognitiva, sino también las reglas sociales del debate y de la
toma de decisiones pertinentes: cómo convencer respetando al interlocutor; como dejarse convencer contra
su deseo o su interés; cómo renunciar a la autoridad, a la seducción, a la retórica, a la forma, para compartir
lo que será una verdad común. […]. Soy de los que piensa que la educación matemática, y en particular la
educación matemática de la que acabo de hablar, es necesaria para la cultura de una sociedad que quiere ser
una democracia. La enseñanza de la matemática no tiene el monopolio ni del pensamiento racional ni de la
lógica ni de ninguna verdad intelectual, pero es un lugar privilegiado para su desarrollo precoz (Brousseau,
1990).
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Didáctica de la Matemática I/ II Profesorado de Educación Primaria y Especial - 2°año
Chevallard también reflexiona sobre las relaciones entre las matemáticas y la cultura al analizar las razones
por las cuales se enseña matemática en la escuela:
Se cree a la escuela alejada del mundo; se la denuncia como tal. No hay peor error. La escuela es el
lugar por excelencia donde se explora el mundo, donde se aprende a conocer el mundo, para estar en
relación con él. Esta exploración tiene sus formas. Para explorar este mundo se explora sobre los
saberes. Los saberes son las botas de las siete leguas de la exploración a la cual la escuela nos invita.
Los saberes no están allá para satisfacer de entrada nuestras necesidades personales, sino para
revelarnos necesidades sociales, y nos permite, más tarde, actor o espectador, contribuir a responder
a esas necesidades (Chevallard).
Asimismo Bernard Charlot y Veleida Anahí de Silva en su artículo reflexionan sobre el sentido de las
matemáticas escolares:
No negamos que la matemática sea, también, un instrumento. Pero el sentido de la matemática es
más profundo.[…]. La matemática es una expresión de la humanidad: cada generación hereda
problemas, soluciona otros, se imagina nuevos, en donde el espíritu humano es el lugar del debate, ya
que el único criterio de verdad es la coherencia del sistema. Matemática, Poesía, filosofía, arte son
creaciones locales y magníficas de la especie humana, y ese es su sentido profundo, a ser transmitido
a los alumnos. Con toda razón, ellos están en la búsqueda de un sentido para la matemática: no vale
aprender aquello que no tiene sentido, menos aun cuando es algo difícil. Eligen, sin embargo, el
sentido que está a su alcance. Así, lo que es una aventura colectiva de la especie humana pasa a ser
solo un instrumento para dar el vuelto o medir la cantidad de leche en la mamadera. ¡Cuán triste la
escuela y el aula que solo entendieran eso de la matemática!
Con estas voces tan diversas no intentamos un análisis riguroso de los posibles sentidos de las matemáticas
escolares. Simplemente traemos opiniones que problematizan qué son las matemáticas, cuál es su función
para el sujeto que aprende, su lugar en la escuela, en la sociedad, en la cultura y en los proyectos políticos.
Los autores mencionados nos ayudan a tomar distancia de las perspectivas estrictamente utilitarias que
suelen dominar el sentido común.
Los autores de esta obra ponen de manifiesto, una y otra vez, una concepción de matemática como producto
social, colectivo, en permanente construcción y reorganización. Subyace a muchos capítulos una posición
asumida acerca de que las matemáticas no son solamente un edificio de saberes ya producidos a conservar y
trasmitir, sino también una inclusión en ciertas maneras de pensar y de producir. Así es como desde algunas
décadas empezó a hablarse de la enseñanza de las prácticas matemáticas, o de las prácticas sociales
matemáticas.