Glosario de Términos de Osteología (Autoguardado)

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 149

Glosario de términos de Osteología:

Transcripción:
La osteología es la parte del aparato locomotor que se dedica al estudio de los huesos. Estos huesos que
se pueden estudiar de forma aislada o bien ensamblados, formando un conjunto que se denomina
esqueleto. En el esqueleto conviene identificar una serie de regiones para poder situar los huesos.

Existe una gran región central que se forma el esqueleto axial. Es el esqueleto del eje corporal
longitudinal del cuadrúpedo.

Ese esqueleto axial comprende la columna vertebral con todas las vértebras desde más craneales a las
más caudales.

Comprende también la calavera, el esqueleto de la cabeza y también se incluyen en el esqueleto axial, las


costillas y el esternón.

Además del esqueleto axial, tenemos el esqueleto apendicular, el que forman los huesos que integran o
que son la base ósea de los miembros o extremidades. Ese esqueleto apendicular incluye el esqueleto de
los miembros torácicos,

los miembros anteriores, y el esqueleto de los miembros del pelvianos, miembros posteriores.

Esqueleto:
Armazón que sostiene los tejidos blandos de los animales vertebrados y
protege muchos de sus órganos internos. Los esqueletos de los vertebrados
están hechos de hueso y cartílago.

Huesos largos:
  

Son huesos duros y densos que brindan resistencia, estructura y movilidad. El hueso del
muslo (fémur) es un ejemplo de hueso largo. Los huesos largos tienen una diáfisis y dos
extremos.

Algunos huesos en los dedos de las manos se clasifican como huesos largos, aunque sean
cortos. Esto se debe a la forma de los huesos y no a su tamaño.
Los huesos largos contienen médula ósea amarilla y médula ósea roja, las cuales producen
las células sanguíneas.

 Huesos largos son los que se encuentran en las extremidades,


por ejemplo; fémur, húmero, metacarpo, metatarso y falanges.
En su interior poseen un conducto que contiene la cavidad
medular, que está llena de médula ósea.

 Huesos planos tienen una capa externa de hueso compacto


con una capa de hueso esponjoso adentro, además, no presenta
cavidad medular. Por ejemplo el cráneo, escápula y costillas.

 Huesos cortos compuestos de dos capas, una externa de


hueso compacto y otra interna de hueso esponjoso. No presenta
cavidad medular. Por ejemplo, los huesos carpales y tarsales.

 Huesos irregulares tienen una estructura similar a la de los


huesos cortos, pero menos uniforme. Yacen en la línea media
del sistema esquelético y son impares. Por ejemplo, las
vértebras.
Huesos planos:
 
Los huesos planos están compuestos de una capa de hueso esponjoso entre dos capas
delgadas de hueso compacto. Tienen una forma plana, no redondeada. Los ejemplos incluyen
el cráneo y los huesos de las costillas. Los huesos planos tienen médula, pero no tienen una
cavidad de médula ósea.

Imágenes

Huesos cortos

     

Resúmenes
Los huesos cortos tienen la forma aproximada de un cubo, contienen en su mayoría hueso
esponjoso y están localizados en las manos y en los pies. La superficie exterior de estos
huesos está conformada por una capa delgada de hueso compacto. La rótula también se
considera un hueso corto.
La muñeca posee ocho huesos pequeños (huesos carpianos) y dos huesos largos
en el antebrazo (radio y cúbito). Cada dedo consiste en un hueso de la mano
(metacarpo) y tres huesos de los dedos (falanges), mientras que el pulgar consiste
en un metacarpo y dos falanges.

El tarso es un macizo óseo ubicado en la mitad posterior del pie (retro-pie). Está


formado por siete huesos cortos agrupados en dos filas, una anterior y otra posterior. La
fila posterior constituida por astrágalo y calcáneo, y la fila anterior formada por navicular,
cuboides y tres cuñas.

DEFINICIÓN - QUÉ ES HUESOS


IRREGULARES
Los huesos irregulares son estructuras compuestas de tejido óseo compacto y
esponjoso, que aunque no pertenecen a la principal clasificación (planos, largos y
cortos), también forman parte del esqueleto y son importantes para el desarrollo
de las articulaciones móviles y no tan móviles del cuerpo.
Los huesos del cuerpo se pueden clasificar principalmente de acuerdo a
su forma y tamaño en tres tipos, denominados planos, cortos y largos.
Pero además existen otras estructuras óseas, llamados irregulares,
debido a que no entran en las características de los mencionados
anteriormente.
"Son huesos que no presentan una forma regular"

¿Qué significa huesos irregulares?


La palabra hueso se refiere a los elementos del cuerpo que forman parte
del sistema óseo, y en conjunto con el término irregular, ambos significan
y refieren a aquellas estructuras que no presentan una forma
característica, es decir, no son largos, ni pequeños ni tampoco son
planos.

¿Dónde están los huesos irregulares?


El hueso con forma irregular que más está presente en el esqueleto, son
las vértebras, pero también existen otros como el lagrimal, hioides y
el temporal que son parte de esta clasificación.
Entonces, los huesos que tienen estas formas se ubican en la columna
vertebral, cráneo, cuello y en la cara
 Huesos irregulares. Por último, nos encontramos con el grupo de
los huesos irregulares. Este grupo es un "cajón desastre" en el que
se incluyen todos los huesos que no engloban el resto de grupos,
es decir, aquellos que tienen "formas raras". Un ejemplo típico de
huesos irregulares son las costillas, pero más adelante veremos
una lista de huesos irregulares repartidos a lo largo de todo el
cuerpo.
4. Osteogénesis

La osteogénesis es el proceso de formación del hueso. Hay que


distinguir entre el origen celular de las células óseas y el modo de
formación del hueso. Hay tres linajes celulares embrionarios que
pueden producir células óseas: desde el mesodermo paraxial se
producen las vértebras y parte de los huesos del cráneo y la cara,
desde el mesodermo lateral se forman los huesos de las
extremidades, y a partir de las crestas neurales, derivadas del
ectodermo, se forman algunos huesos del cráneo y la cara. Por otro
lado hay dos formas de producir hueso a partir de
células mesenquimáticas (procedentes de alguno de las tres linajes
embrionarias anteriores): intramembranosa y endocondral. La
osificación intramembranosa consiste en la formación de hueso
directamente desde las células mesenquimáticas, mientras que la
osificación endocondral supone la diferenciación de células
mesenquimáticas en cartílago y posteriormente la sustitución de
cartílago por tejido óseo. Como se puede ver el hueso se forma por
sustitución de otro preexistente y en los dos casos el primer indicio de
la formación de hueso es la aparición de una red de trabéculas óseas
que se irán remodelando posteriormente.
Introducción
La osteogénesis es el proceso a través del cual ocurre la formación
del tejido óseo; inicia a partir de la octava semana, la clavícula es el
primer hueso en comenzar este proceso. Se lleva cabo a través de
dos mecanismos de osificación: intramembranosa y
endocondral. Algunos huesos requieren ambos procesos, por lo que
se les considera de osificación mixta, tal es el caso del occipital y el
temporal, cuyas escamas son de osificación intramembranosa,
mientras que el resto es endocondral. Otro de los huesos que presenta
osificación mixta es la mandíbula, ya que la mayor parte es de tipo
intramembranosa, pero la sínfisis y los cóndilos son de osificación
endocondral.

Al margen del tipo de osificación, el aspecto histológico es igual para


todos los huesos una vez que ésta ha terminado. Existen dos tipos de
tejido embrionario que participan en la osteogénesis: el mesodermo
que forma la mayor parte de los huesos, y la cresta neural que forma
los huesos del viscerocráneo (maxilares, nasales, malares, mandíbula,
etc.).
La osteogénesis es el proceso de formación de tejido óseo producto de la activación de
las células con capacidad de generar tejido óseo (osteoblastos).

El esqueleto es un conjunto de órganos duros y resistentes,


llamado huesos, que unidos entre sí por las articulaciones y soportados
por los ligamentos forman cavidades que sostienen y protegen los
órganos internos del cuerpo y en otras ocasiones actúan como punto de
apoyo de los músculos. Sus lesiones a nivel óseo como
las fracturas son regeneradas mediante el proceso de osteogénesis.
"La osteogénesis es el proceso de formación de tejido óseo
producto de la activación de las células con capacidad de generar
tejido óseo."
Este mecanismo se produce durante el desarrollo embrionario, en la
reparación de las fracturas y durante el crecimiento.
paleontología
Cómo se pronuncia
1. nombre femenino
Ciencia que estudia los seres orgánicos que habitaron la Tierra en épocas pasadas y cuyos
restos se encuentran fósiles.

DEFINICIÓN DE PALEONTOLOGÍA
La paleontología es la ciencia que se encarga de estudiar a los seres
orgánicos desaparecidos, a través del análisis de sus restos fósiles. El
término tiene origen griego: palaios (“antiguo”), onto (“ser”)
y logos (“ciencia”).
La paleontología forma parte de las ciencias naturales y comparte
distintos métodos con la biología y la geología. Sus principales objetos
de estudio son la reconstrucción de los seres vivos ya extintos y el
conocimiento del origen y la evolución de estos, las relaciones entre ellos
y su entorno, sus migraciones, los procesos de extinción y la fosilización
de sus restos.

Significado de Paleontología
Qué es Paleontología:
La paleontología es la ciencia natural a través de la cual se estudia y
reconstruye el pasado de la vida en la Tierra.
Es una ciencia que expone cómo era la vida en la Tierra antes de la aparición de
los seres humanos. Los científicos obtienen información a partir de la recolección
de los rastros fósiles de seres vivos como, plantas, insectos y animales, incluso,
tomando en cuenta muestras del suelo.

La palabra paleontología deriva del griego palaios que significa ‘antiguo’, onto que


se traduce como ‘ser’, y logía que significa ‘ciencia’.

La paleontología es compatible con otros estudios científicos y naturales,


principalmente con la geología y la biología, que se encargan de obtener
información importante acerca de los cambios físicos del planeta y sus efectos en
los seres vivos.

El objetivo de estudio de la paleontología es recolectar todos los datos posibles


acerca de cómo era la Tierra en el pasado, a fin de reconstruir el origen,
evolución y relación que existí entre los seres vivos extintos.
En este sentido, la paleontología se divide en diferentes ramas de estudio como la
paleobiología, paleobiogeografía, tafonomía, biocronología, entre otras.

Estos estudios exponen el origen de los seres vivos, sus cambios evolutivos, la
filogenia o relaciones de parentesco, su distribución territorial, las causas de
muerte o extinción y los procesos de fosilización de los restos de animales, plantas
y vegetales.

De esta manera, la importancia de la paleontología se debe a que es una ciencia


que hace posible comprender la biodiversidad que existe en la actualidad, cómo
ha sido la distribución de los seres vivos y su continua evolución, la formación de
los continentes, entre otros.

Cabe mencionar que, la paleontología se remonta desde la Antigua Grecia hasta


nuestros días, por lo que se han desarrollado diversas técnicas de estudio que
complementan la información recabada a lo largo de la historia sobre el origen de
la vida en la Tierra.

Entre los paleontólogos más destacados se pueden mencionar a Georges Cuvier,


Charles Darwin, Joseph Leidy, Jack Horner, Iván Efremov, Lucas Mallada, Mary
Anning, Paul Sereno, entre otros.

Calcificación
Es un proceso en el cual el calcio se acumula en el tejido corporal, haciendo que dicho tejido
se endurezca. Esto puede ser un proceso normal o anormal.
f. Proceso fisiológico que se produce en el curso de la osificación. || Depósito de calcio en
diversos tejidos orgánicos, como los ligamentos, los tendones, etc., a consecuencia de un
proceso degenerativo o inflamatorio de los mismos: del cartílago de la rodilla
(condrocalcinosis) o gota cálcica; de las estructuras periarticulares del hombro; del ligamento
de la rodilla (pelegrini-stieda), etc.

esclerosis
Cómo se pronuncia

nombre femenino
1. 1.
Endurecimiento patológico de un tejido u organismo que es debido al aumento anormal y
progresivo de células de tejido conjuntivo que forman su estructura; principalmente se aplica a
los vasos sanguíneos y al sistema nervioso.
"el colesterol provoca la esclerosis de los vasos sanguíneos"
o
2. 2.
Falta de evolución y adaptación de un colectivo de personas a una nueva situación o
planteamiento.
"los años en el poder provocaron una esclerosis en el partido"

Esclerosis múltiple
La esclerosis multiple (EM) es una enfermedad autoinmunitaria que afecta el cerebro y la
médula espinal (sistema nervioso central).

La esclerosis múltiple es una enfermedad del cerebro y la médula espinal (sistema


nervioso central) que puede provocar discapacidad.

Con la esclerosis múltiple, el sistema inmunitario ataca la vaina protectora


(mielina) que recubre las fibras nerviosas y causa problemas de comunicación
entre el cerebro y el resto del cuerpo. Con el tiempo, la enfermedad puede causar
el deterioro o daño permanente de los nervios.

La esclerosis múltiple no tiene cura. No obstante, algunos tratamientos ayudan a acelerar


la recuperación de los ataques, cambiar el curso de la enfermedad y controlar los
síntomas.
En cambio, el tipo laminillar está presente en los huesos ya desarrollados y adopta
dos formas de organización ósea macroscópica, el hueso compacto y el hueso
esponjoso.

El hueso de tipo compacto (imagen 2) se ubica en la superficie de ellos, pudiendo


ser de mayor o menor grosor, según la funcionalidad y plasticidad del órgano lo
requiera. Es así como el tejido compacto presente en huesos sometidos a gran
presión, tracción, compresión, tensión está más desarrollado que otros huesos
sometidos a menor energía.

Por otro lado, el hueso esponjoso (imagen 2), que se dispone en forma de


trabéculas óseas, se ubica en la profundidad de los huesos y se encuentra aislado
siempre del medio externo por una cutícula más o menos gruesa de hueso
compacto.

Tejido óseo esponjoso[editar]


El hueso esponjoso constituye la mayor parte del tejido óseo de los huesos cortos, planos, de
forma irregular y de la epífisis de los huesos largos. El tejido esponjoso de los huesos de la
pelvis, las costillas, el esternón, las vértebras, el cráneo y los extremos de algunos huesos
largos es el único reservorio de médula ósea roja y por lo tanto, de hematopoyesis en los
adultos. El hueso esponjoso no contiene verdaderas osteonas. Está formado por laminillas
dispuestas en un encaje irregular de finas placas de hueso llamadas trabéculas. Los espacios
entre las trabéculas de algunos huesos están ocupados por la médula ósea roja productora de
células sanguíneas. En el interior de las trabéculas existen osteocitos, situados en lagunas de
las que parten conductillos radiales. Los vasos sanguíneos del periostio penetran a través del
hueso esponjoso. Los osteocitos de las trabéculas reciben su nutrición directamente de la
sangre que circula por las cavidades medulares.

Tejido compacto o denso[editar]


Se puede localizar en la capa externa de los huesos largos formando la diáfisis, en el exterior
y en el interior de los huesos planos y en distintas zonas en los huesos cortos, según cada
hueso en concreto. Es un tejido duro, denso y frágil. Al observarlo con un microscopio
destacan estructuras cilíndricas, denominadas osteonas, formadas por capas concéntricas de
laminillas óseas, donde se encuentran insertados los osteocitos. En el interior de la osteona
hay un canal, el conducto de Havers, por donde circulan vasos sanguíneos, linfáticos y
nervios. Los vasos sanguíneos aportan los nutrientes necesarios a las células de los huesos y
conducen las hormonas que controlan el aporte de calcio. También aparecen canales que
conectan unos conductos de Havers con otros. Estos conductos se denominan conductos de
Volkmann. El tejido óseo compacto es el Sistema de Adversar u osteona.
El hueso está formado por tejido compacto (capa externa dura) y tejido esponjoso o
trabecular (capa interna esponjosa que contiene médula roja).

2. Hueso esponjoso o trabecular

Hueso trabecular.
El hueso esponjoso o trabecular (Figura 2) posee grandes
espacios denominados cavidades vasculares, ocupados por vasos
sanguíneos y elementos hematopoyéticos. Estas cavidades están
delimitadas por trabéculas óseas en las cuales las fibras de colágeno
pueden estar dispuestas en laminillas óseas (hueso trabecular laminar)
o más raramente en de manera entrecruzada (hueso trabecular no
laminar).
Figu
ra 2. Imagen de hueso trabecular, hioides de rata.

3. Hueso compacto o cortical

Osteona de hueso compacto.


El hueso compacto o cortical no posee cavidades vasculares y su
matriz extracelular se ordena en laminillas óseas, las cuales se pueden
disponer de manera más o menos rectas y paralelas (hueso compacto
laminar) o de manera concéntrica alrededor de un canal (hueso
compacto de tipo osteónico) (Figuras 3 y 4). En el hueso osteónico, los
vasos sanguíneos y nervios viajan por un canal denominado canal de
Havers. Las laminillas óseas concéntricas y los osteocitos, dispuestos
entre las laminillas se disponen alrededor del canal de Havers, forman
un conjunto denominado osteona o sistema de Havers. Los canales de
Havers de osteonas cercanas están conectados mediante canales
transversales denominados canales de Volkmann. Del orden de 4 a 20
laminillas óseas se disponen alrededor de un canal de Havers (Figura
4). Los osteocitos se encuentran en unos huecos localizados en las
laminillas óseas denominados lagunas. De estas lagunas salen
pequeños conductos, denominados canalículos, por donde los
osteocitos emiten prolongaciones celulares. Los canalículos se abren a
los canales de Havers por donde viajan los vasos sanguíneos, y desde
donde los osteocitos obtienen los nutrientes.

4. Osteogénesis

La osteogénesis es el proceso de formación del hueso. Hay que


distinguir entre el origen celular de las células óseas y el modo de
formación del hueso. Hay tres linajes celulares embrionarios que
pueden producir células óseas: desde el mesodermo paraaxial se
producen las vértebras y parte de los huesos del cráneo y la cara,
desde el mesodermo lateral se forman los huesos de las
extremidades, y a partir de las crestas neurales, derivadas del
ectodermo, se forman algunos huesos del cráneo y la cara. Por otro
lado hay dos formas de producir hueso a partir de
células mesenquimáticas (procedentes de alguno de las tres linajes
embrionarias anteriores): intramembranosa y endocondral. La
osificación intramembranosa consiste en la formación de hueso
directamente desde las células mesenquimáticas, mientras que la
osificación endocondral supone la diferenciación de células
mesenquimáticas en cartílago y posteriormente la sustitución de
cartílago por tejido óseo. Como se puede ver el hueso se forma por
sustitución de otro preexistente y en los dos casos el primer indicio de
la formación de hueso es la aparición de una red de trabéculas óseas
que se irán remodelando posteriormente.

1. ORGANIZACIÓN DEL TEJIDO ÓSEO 1. SUSTANCIA COMPACTA: Masa compacta


en la periferia de cada hueso y atravesada por conductos vasculares. Ej.: diáfisis de
los huesos largos. 1
2. 14. Osteología Dra. Emérita Abreu García HUESOS NEUMÁTICOS AIRE en el interior
de la sustancia SENO compacta.

3. 15. Osteología Dra. Emérita Abreu García 2. SUSTANCIA ESPONJOSA a Finas


laminillas y espículas que se entrecruzan en distintas direcciones. Ej.: a. Extremos de
los huesos largos. b. Huesos cortos. c. Huesos planos. b c

Los huesos están compuestos por dos tipos de tejido óseo:

1. El hueso compacto (o hueso cortical) es la parte sólida, dura y más


externa del hueso. Tiene el aspecto del marfil y es sumamente
resistente. Su interior está lleno de orificios y canales, atravesados
por vasos sanguíneos y nervios.
2. El hueso esponjoso, que, como indica su nombre, se parece a una
esponja, y se encuentra dentro del hueso compacto. Está formado por
un entramado en forma de malla compuesto por pequeños trozos de
hueso llamados trabéculas óseas. Aquí es donde se encuentra la
médula ósea.

DEFINICIÓN - QUÉ ES HUESO ESPONJOSO


El hueso esponjoso, también conocido como trabecular, es un tejido de los
huesos que está conformado internamente por una variedad de láminas o
trabéculas que se encargan de brindar resistencia al hueso, y en especial a la
parte ósea (epífisis) donde se encuentran.

Estructura de los huesos. Los huesos se clasifican en diversos tipos según su forma. Un hueso largo
(como el fémur o el húmero) consta de las siguientes partes: 1- Diáfisis: es el cuerpo o porción
cilíndrica principal del hueso. 2- Epífisis: son los extremos proximal y distal del hueso. 3- Metáfisis:
es el sitio de unión de la diáfisis con la epífisis; su espesor va disminuyendo con la edad. 4-
Cartílago articular: es una capa delgada de cartílago hialino que cubre la parte de la epífisis de un
hueso que se articula con otro hueso. 5- Periostio: es una capa resistente de tejido conectivo
denso que rodea la superficie ósea que no tiene cartílago articular. Protege al hueso, participa en
la reparación de fracturas, colabora en la nutrición del hueso, y sirve como punto de inserción de
tendones y ligamentos. 6- Cavidad medular: es el espacio interno de la diáfisis que contiene a la
médula ósea amarilla grasa. 7- Endostio: es la capa que recubre la cavidad medular, y contiene
células formadoras de hueso.

Definición
La cavidad medular, también llamado canal medular, es una de las muchas
cavidades naturales del organismo. De forma cilíndrica, se encuentra en el interior
de todos los huesos largos (a excepción de la clavícula) y en la columna vertebral.
La cavidad medular encierra y protege la médula ósea (o la médula espinal en el
caso de la columna vertebral). La médula ósea es un tejido orgánico que produce
la mayoría de las células de la sangre (por ejemplo,los glóbulos rojos). Nota:
un traumatismo medular (a nivel de la columna vertebral) causa numerosos
trastornos graves como la parálisis.

TERMINOLOGÍA
Entre los términos que se emplean al hablar de los huesos, sobre todo de los largos, figuran los siguientes:

Hueso compacto (denso o cortical) es la capa dura de tejido óseo que cubre la mayoría de los huesos y forma
casi toda la diáfisis de los huesos largos.
Hueso esponjoso es el compuesto por placas (espículas) dispuestas en forma de una red porosa.  Los espacios
suelen estar llenos de médula ósea.

Corteza es la parte del hueso compacto que forma la diáfisis.

Cavidad medular es el espacio rodeado de hueso compacto en los huesos largos.  En los animales jóvenes está
llena de médula ósea roja, la cual se transforma gradualmente en médula adiposa amarillenta (grasa) al
envejecer el animal.

Epífisis se llaman las extremidades de un hueso largo.  La más próxima al cuerpo se llama epífisis proximal y
la más alejada, epífisis distal.

Diáfisis es el tronco cilíndrico de un hueso largo, situado entre las dos epífisis.

Cartílago epifisiario (disco cartilaginoso) es la capa de cartílago hialino que separa la diáfisis de la epífisis
dentro de la metáfisis de un hueso inmaduro.  Esta zona es el único lugar donde el hueso puede crecer en
longitud.

La metáfisis de un hueso maduro es la zona ensanchada vecina a la epífisis.

Cartílago articular es una capa tenue de cartílago hialino que recubre la superficie articular de un hueso.

Periostio es la membrana fibrosa que cubre toda la superficie de un hueso, excepto donde se localiza el
cartílago articular.  Es el responsable del aumento del diámetro de los huesos y participa en la reparación de
las fracturas.

Endostio es la membrana fibrosa que tapiza la cavidad medular y los canales de Havers de un hueso.

Entre las proyecciones articulares se incluyen las siguientes:

Cabeza se llama a un extremo más o menos esférico, como la cabeza del fémur.

Cóndilo es una masa articular más o menos cilíndrica, como ocurre con los cóndilos del occipital.

Tróclea es una porción articular en forma de polea, como la del fémur, sobre la cual se desliza la rótula.

Faceta es la superficie articular relativamente plana, como las que  presentan los huesos adyacentes del carpo.

Entre las proyecciones no articulares están las siguientes:

Apófisis es un término general para toda proyección ósea, como las apófisis espinosas y transversales de las
vértebras.

Tuberosidad es la proyección relativamente grande, como la lateral de la epífisis proximal del húmero.

Un tubérculo es una pequeña proyección.  A veces se emplean los términos tubérculo y tuberosidad
indistintamente.

Espina puede ser una proyección aguda, como la presente en el extremo proximal de la tibia, o referirse a un
borde, como la espina de la clavícula.

Cresta es el término para una espina de borde agudo.


Cuello es la porción cilíndrica de un hueso a la cual se junta la cabeza, como el cuello del fémur a
continuación de la cabeza

Línea es una pequeña prominencia alargada, a veces una simple señal causada por la tracción de un músculo,
como las líneas glúteas del coxal.

Entre las depresiones articulares se encuentran:

Cavidad glenoidea es una concavidad poco profunda (depresión), como la superficie articular de la escápula.

Cavidad cotiloidea es una concavidad más profunda, como el acetábulo de la cadera.

Hendidura o muesca puede ser una entalladura como la semilunar del cúbito.

Entre las depresiones no articulares están comprendidas las siguientes:

Fosa es una gran depresión no articular, como la fosa situada en la parte central del ala del atlas.

Fóvea es una depresión más pequeña, como la situada en la cabeza del fémur.

Foramen es un agujero circunscrito en un hueso, como el agujero magno de la base del cráneo.

Conducto es un túnel que atraviesa uno o más huesos, como el vertebral, por donde pasa la médula espinal.

CLASIFICACIÓN DE LOS HUESOS


SEGÚN SU FORMA Y FUNCIÓN
Huesos largos: Donde predomina una sola dimensión, la longitud.  Su función más importante es servir de
palancas.

Huesos planos: Donde predominan dos dimensiones, largo y ancho.  Su función más importante es la
protección de órganos.

Huesos cortos: No predomina en ellos ninguna dimensión.  Su función más importante es la amortiguación

Huesos irregulares: Tienen muchas formas y ninguna función definida porque cumplen muchas funciones.

Huesos neumáticos: Contiene cavidades llenas de aire.  También se conocen como huesos sinodales.

Huesos sesamoideos: Pueden clasificarse dentro de los huesos cortos.  Su función más importante es darle
dirección a tendones y ligamentos.
¿Qué es la matriz ósea?
La matriz ósea es el componente característico del hueso, ya que le
otorga sus cualidades anatómicas y fisiológicas. Está compuesta en
un 65-70% por sales inorgánicas (minerales) y en un 30-35% por
sustancias orgánicas. 
La matriz ósea proporciona las características y propiedades específicas al
hueso. Está compuesta en un 35 % por material orgánico, sobre todo
fibras colágenas, proteínas óseas y proteoglucanos, y en un 65 % por minerales
(sales inorgánicas). Gracias a esta composición es posible un esfuerzo de torsión
y flexión considerables.1

La matriz ósea
La matriz ósea hace parte de como se conforman los huesos en las
diferentes especies de los reinos que poseen este complejo sistema
esquelético.

Matriz ósea

El componente más característico del hueso es una matriz


extracelular mineralizada que contiene cristales de hidroxiapatita
(fosfato cálcico cristalizado que representa hasta el 65 % de la matriz).
El resto de la matriz extracelular lo forma la parte orgánica que está
compuesta por una gran abundancia de fibras de colágeno y por
glicosaminoglicanos en menor cantidad. Esta composición confiere al
tejido óseo una gran consistencia, dureza, resistencia a la compresión
y cierta elasticidad. Al contrario que el cartílago, el hueso es un tejido
fuertemente irrigado por el sistema sanguíneo.

Matriz ósea
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Se observan: en el centro matriz ósea, con fibras de colágeno orientadas de forma vertical; a la derecha,
arriba y abajo, se observan núcleos celulares de osteocitos.

La matriz ósea proporciona las características y propiedades específicas al


hueso. Está compuesta en un 35 % por material orgánico, sobre todo
fibras colágenas, proteínas óseas y proteoglucanos, y en un 65 % por minerales
(sales inorgánicas). Gracias a esta composición es posible un esfuerzo de torsión
y flexión considerables.1
Osteocitos
Son las células propias del tejido óseo formado. Su citoplasma presenta
ergastoplasma, aparato de Golgi y puede presentar lisosomas.
Son capaces de sintetizar y de reabsorber, en forma limitada, a componentes
de la matriz ósea ("osteolisis osteocítica"), procesos que tienen importancia en
la regulación de la calcemia.

Osteocito
Osteocito es el nombre que recibe una célula ósea, que forma parte del tejido óseo, es
decir que son parte intrínseca de los huesos, que justamente está alojada en la matriz, en la
región de mayor importancia para el hueso. Para ser un poco más específicos, los osteocitos
se localizan en una pequeña cavidad y diseminan prolongaciones que se contactan con otros
osteocitos dando paso a la formación de un complejo sistema.

Es importante señalar que la comunicación que entablan los diversos


osteocitos es muy importante para tener un control respecto a la
cantidad de hueso que se está formando o que se destruye, en pocas
palabras, sirve para mantener controlado el equilibrio dinámico de esta
célula de gran relevancia para el cuerpo. Las funciones de esta célula
son muy variadas, entre las principales se pueden destacar a su
capacidad de sintetizar y de reabsorber los componentes de la matriz,
esto se debe a que los mismos cuentan con una gran relevancia en lo
que es la regulación del calcio.

Osteocito
Publicado 29 de abril de 2013, 16:22
Son las células maduras que conforman el hueso. Se generan a partir de los
osteoblastos y junto con los osteoclastos son las células que conforman el tejido
óseo. Su función es la de mantener las actividades celulares de nutrición y
productos de desecho. Estas células están separadas por una distancia
importante de matriz. Sin embargo permanecen en contacto a través de pequeños
canales que hay a lo largo del hueso. La comunicación de los osteocitos es
importante para controlar la cantidad de hueso que se forma y deteriora.

El osteocito es la célula más abundante del tejido óseo, constituyendo cerca del 95% del
componente celular de este tejido.1,2 Deriva de osteoblastos que han detenido la producción de
matriz ósea y han quedado incorporados dentro de lagunas en el interior del hueso recientemente
formado.1,2 Esta transformación lleva aproximadamente tres días, en los cuales la célula sintetiza
un volumen de matriz extracelular tres veces mayor a su propio volumen celular. 3 Normalmente
cerca del 29% de los osteoblastos del hueso trabecular se diferencia en osteocitos, un 6% a células
de revestimiento (lining cells) y el 65% restante mueren por apoptosis.4 En el proceso de
incorporación dentro de la matriz, el osteocito se mantiene en contacto con las células de la
superficie, osteoblastos y lining cells, y con generaciones previas de osteocitos a través de largos
procesos citoplasmáticos que se conectan por uniones estrechas haciendo del hueso un sincicio
funcional.1

Los osteocitos son el tipo de celular óseo más abundante en el hueso maduro. Se


localizan en unas cavidades de la matriz ósea que se denominan lagunas óseas. Tienen
aspecto de arañas con largas patas. Esas patas corresponden a canales que discurren
por la matriz extracelular denominados canalículos óseos, en los cuales se extienden las
prolongaciones de los propios osteocitos. Los osteocitos mantienen la matriz ósea,
reabsorben y producen matriz ósea. También intervienen en la homeostasis del calcio en
el cuerpo mediante su liberación desde la matriz ósea.

• Osteocitos: son las células maduras principales del tejido óseo; derivan de los osteoblastos que
quedan atrapados en la matriz; intercambian nutrientes con la sangre. (sufijo cito indica células
constituyentes de los tejidos)

Sistema de Havers es la unidad anatómica y funcional del tejido óseo. Está constituido por un
canal de Havers, alrededor del cual se agrupan laminillas con lagunas que contienen células
óseas, ya sean osteocitos u osteoblastos. Este sistema es característico del hueso compacto.
El epónimo proviene del anatomista Clopton Havers.
Constituye el exterior de la masa sólida (un hueso compacto) de los huesos ya maduros.
Estas unidades estructurales también se denominan Osteonas

¿Qué es la osteona o sistema de


Havers?
El sistema de Havers, también llamado osteona u osteon, es la
unidad funcional fundamental del tejido óseo compacto. Ha
sido observado en la mayoría de mamíferos y también en
algunas aves, reptiles y anfibios.

El sistema de Havers es básicamente una estructura cilíndrica


con un canal central rodeado de matriz ósea. Tiene una
longitud de varios milímetros y un diámetro generalmente
inferior a 0,2 mm.

Debe su nombre a Clopton Havers, anatomista inglés que lo


describió a nivel microscópico a finales del siglo XVII, aunque
había sido observado anteriormente por Anton von
Leeuwenhoek.
Conducto de Volkmann
(Redirigido desde «Canal de Volkmann»)

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Conducto de Volkmann

1) Canal de Volkmann
2) Canal de Haversian
3) Laguna
4) Sistema de Havers

Información anatómica

Estudiado (a) por Richard Volkmann

 Aviso médico

[editar datos en Wikidata]

Los conductos de Volkmann son una serie de canales encontrados en el sistema


estructuralmente complejo del tejido óseo compacto. 1
La matriz dura, que es una de las partes que componen el sistema de Havers, se
caracteriza por la disposición de los osteocitos de forma concéntrica -en torno a un
eje- dejando en su centro unos huecos verticales en los que discurren vasos
sanguíneos y algunas terminaciones nerviosas: son los llamados "conductos de
Havers".
En este contexto se conoce como conducto de Volkmann al que recorre el hueso
de forma transversal, atravesando unas laminillas óseas y comunicando entre sí
los conductos de Havers antes referidos, con la cavidad medular y la superficie
externa del hueso.
Por ellos también discurren vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas.

Canal de Volkmann: es un tipo de canal presente en las osteonas dell tejido óseo
compacto de algunas especies animales que conecta los canales de Havers de osteonas
próximas, permitiendo conexiones laterales de los vasos sanguíneos que viajan por los
canales de Havers. De esta manera se puede irrigar la zona entre canales de Havers.

Sistema de Havers es la unidad anatómica y funcional del tejido óseo. Está constituido por
un canal de Havers, alrededor del cual se agrupan laminillas con lagunas que contienen
células óseas, ya sean osteocitos u osteoblastos. Este sistema es característico del hueso
compacto. El epónimo proviene del anatomista Clopton Havers.

Constituye el exterior de la masa sólida de los huesos ya maduros. Estas unidades


estructurales también se denominan Osteonas. Las osteonas mejor configuradas son las
que se encuentran en la diáfisis de los huesos largos, donde forman cilindros que recorren
la longitud de la misma. Cada osteona consta de 4 a 20 laminillas concéntricas dispuestas
alrededor de un grupo de vasos sanguíneos, albergados en el interior de un canal central
llamado Conducto de Havers, con su eje longitudinal paralelo al eje longitudinal del hueso.
En el interior de este conducto existen además terminaciones nerviosas amielínicas. Los
conductos de Havers se comunican entre sí, con el periostio y también con la cavidad
medular.
La matriz ósea calcificada está organizada en laminillas. En cada laminilla hay fibras de
colágeno y osteocitos en lagunas dispuestas regularmente.

El Sistema de Havers
23 de marzo de 2011 Publicado por Pablo Morales

Se le llama sistema de Havers a la unidad fisiológica y anatómica del


tejido óseo compacto. Un sistema de Havers está formado por un canal
central y por varias laminillas de tejido óseo a su alrededor, las cuales
contienen lagunas con osteocitos, o también pueden ser osteoblastos.
Se puede observar un alto grado de organización de estas unidades
estructurales del tejido óseo (sistema de Havers, también llamadas
osteonas) en la diáfisis de los huesos largos maduros, como por ejemplo
el húmero o el fémur.  Por el conducto central, llamado conducto de
Havers, corren vasos sanguíneos y nervios, encargados de irrigar y
enervar las células del tejido óseo compacto, osteocitos o también
osteoblastos. Esto se logra a través de canalículos, (llamados canalículos
calcóforos) que surgen del conducto de Havers y que se dirigen
radialmente hacia las lagunas más cercanas del tejido, donde se
encuentran las células.  Cada osteocito introduce sus prolongaciones
citoplasmáticas en dichos canalículos, para contactarse con otros
osteocitos y con el conducto de Havers.

Las laminillas de tejido óseo mineralizado rodean cada conducto de


Havers. Para cada sistema de Havers, puede haber de cuatro a veinte
laminillas. Las laminillas están compuestas por fibras de colágeno y
lagunas con osteocitos.  Si bien cada laminilla tiene sus fibras de
colágeno ordenadas paralelamente, la orientación de las fibras va
variando de una laminilla a otra, para brindar mayor fuerza y resistencia a
la matriz ósea.

En la diáfisis de los huesos largos, los sistemas de Havers se organizan


en cilindros verticales, a lo largo del hueso, por lo tanto los conductos de
Havers también están dispuestos de esta manera, paralelos a la cavidad
medular. Los conductos de Havers se comunican entre sí y también con
el periostio y la cavidad medular.

Los sistemas de Havers u osteonas  se comunican con osteonas


cercanas, a través de  unos conductos llamados “conductos de
Volkmann”, que van de un conducto de Havers a otro.

La organización de las laminillas está en relación directa con las fuerzas


mecánicas a las que es sometida la matriz ósea. Cuando estas fuerzas
cambian, el tejido óseo se “reforma”, de acuerdo a las mismas. Para la
renovación del tejido óseo, los osteoclastos se encargan de la resorción
ósea, es decir, de retirar la mineralización del tejido para que las
laminillas se puedan reorganizar. Entonces, los osteocitos se transforman
nuevamente en osteoblastos, células activas, que sintetizan fibras de
colágeno para las nuevas laminillas. Luego estas laminillas  se
mineralizan nuevamente.

El hueso está reformándose permanentemente, es un proceso dinámico,


ya que las fuerzas a las que es sometido el hueso siempre están
cambiando siempre. Esto sucede sobre todo en las personas que
realizan ejercicios físicos regularmente. Los músculos son los que
ejercen fuerzas mecánicas sobre el tejido óseo, y a mayor actividad
muscular, el tejido óseo adquiere mayor grosor y resistencia. La actividad
física regular ayuda a que los depósitos minerales (calcio y fósforo) del
tejido óseo aumenten y de esta manera se puede prevenir la
osteoporosis y  las fracturas óseas.

Conducto de Volkmann








Conducto de Volkmann
Los conductos de Volkmann son una serie de canales microscópicos encontrados en
el sistema estructuralmente complejo del tejido óseo compacto.
La matriz dura, que es una de las partes que componen el sistema de Havers, se
caracteriza por la disposición de los osteocitos de forma concéntrica -en torno a un
eje- dejando en su centro unos huecos verticales en los que discurren vasos
sanguíneos y algunas terminaciones nerviosas: son los llamados "conductos de
Havers".
En este contexto se conoce como "conducto de Volkmann" al conducto que recorre el
hueso de forma transversal, atravesando unas laminillas óseas y comunicando entre sí
los conductos de Havers antes referidos, con la cavidad medular y la superficie
externa del hueso.

Por ellos también discurren vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas.

Los canales de Volkmann, también conocidos como agujeros o canales perforantes, son arreglos
anatómicos en los huesos corticales. Los canales de Volkmann están dentro de los osteones .
Interconectan los canales de Havers entre sí y con el periostio . Por lo general, corren en ángulos
obtusos con respecto a los canales de Havers y contienen vasos anastomosantes entre los
capilares de Havers. Fueron nombrados en honor al fisiólogo alemán Alfred Volkmann (1800-
1878). Los canales de Volkmann son cualquiera de los pequeños canales en el hueso que
transmiten los vasos sanguíneos del periostio al hueso y que se comunican con los canales de
Havers. Los canales de perforación proporcionan energía y elementos nutritivos para las osteonas.

Definición médica de canal de Volkmann


: cualquiera de los pequeños canales en el hueso que transmiten los
vasos sanguíneos del periostio al hueso y que se encuentran
perpendiculares y se comunican con los canales de Havers

Canal de Volkmann: es un tipo de canal presente en las osteonas del tejido óseo
compacto de algunas especies animales que conecta los canales de Havers de osteonas
próximas, permitiendo conexiones laterales de los vasos sanguíneos que viajan por los
canales de Havers.

Los canales de Volkmann, también conocidos como canales de perforación,


son ramas transversales de los canales de Havers. Por tanto, estos canales
muestran una orientación transversal dentro del hueso. Son pequeños
canales que interconectan los canales de Havers entre sí. Además, estos
canales conectan los canales de Havers con el periostio y transmiten los
vasos sanguíneos del periostio al hueso.
Además, los canales de Volkmann conectan osteonas adyacentes del
hueso compacto. Al igual que los canales de Havers, los canales de
Volkmann también proporcionan energía y nutrición a los osteones

Qué es el canal de Havers?


El canal de Havers es el canal central de un osteón. Permite que los vasos
sanguíneos, linfáticos y nervios viajen a través de él. En un canal de
Havers, se pueden ver uno o dos capilares y fibras nerviosas.
Generalmente, un hueso compacto tiene muchos canales de Havers que
atraviesan cada osteón. En realidad, son tubos microscópicos.

Los vasos sanguíneos del canal de Havers nutren a los osteocitos. Por lo
tanto, los capilares de los canales de Havers llevan oxígeno y nutrientes a
los huesos y eliminan los desechos. Además, el canal de Havers se
extiende a lo largo de un sistema de Havers. Por tanto, en una sección
transversal de un hueso, aparece como un agujero dentro de laminillas
concéntricas.

¿Qué es el canal de
Volkmann?
.

Los huesos neumáticos tienen en su estructura formaciones huecas destinadas a la


circulación del aire que ingresa por la cavidad nasal. Estos huesos sólo se ubican en la
cabeza y se relacionan directamente con la vía aérea en su mayoría y con el oído medio.
Estas cavidades aéreas tienen diferente configuración, razón por la cual reciben distintas
denominaciones como seno, antro, celdas y celdillas

OJO :::::: los senos son Las cavidades neumáticas de los huesos, cuyas paredes
están revestidas de mucosa, la cual puede inflamarse provocando las sinusitis.
Huesos neumáticos
Los huesos neumáticos se distinguen por presentar cavidades en su interior, que
contienen aire. Tienen formas diversas constituidas por varias caras y generalmente
son pequeños. Están situados en regiones próximos a la cavidad nasal, protegiendo a
otros órganos (etmoides y maxilares). Las cavidades neumáticas de los huesos se
denominan los senos, cuyas paredes están revestidas de mucosa, la cual puede
inflamarse provocando las sinusitis. Por lo general la forma de los huesos es muy
irregular y por tanto, muy difícil de precisar, presentando formas diferentes que son
propias de cada uno, dependiendo de la función que realizan. Por este motivo en
algunos huesos se pueden considerar formas mixtas de los tipos antes mencionados,
que se clasifican como irregulares. Estos huesos se localizan en el esqueleto axil, o
sea, en la cabeza (esfenoides y temporal) y columna vertebral (vértebras).

Huesos Neumáticos
Los huesos neumáticos se distinguen por presentar cavidades en su interior, que contienen aire. Tienen forma
constituidas por varias caras y generalmente son pequeños. Están situados en regiones próximos a la cavidad
otros órganos (etmoides y maxilares). Las cavidades neumáticas de los huesos se denominan senos, cuyas pa
de mucosa, la cual puede inflamarse provocando las sinusitis. Por lo general la forma de los huesos es muy ir
muy difícil de precisar, presentando formas diferentes que son propias de cada uno, dependiendo de la funció
este motivo en algunos huesos se pueden considerar formas mixtas de los tipos antes mencionados, que se cl
irregulares. Estos huesos se localizan en el esqueleto axil, o sea, en la cabeza (esfenoides y temporal) y colum
(vértebras).

¿Qué son los huesos


neumáticos?
Por
 Katherine Briceño
Los huesos neumáticos son aquellos que tienen cavidades llenas
de aire, lo cual los hace más ligeros que los huesos que son
completamente sólidos. La palabra “neumático” hace referencia al
aire contenido bajo presión, se deriva del griego y está relacionado
con el viento y la respiración.

En biología, el término “neumático” se refiere a la respiración, por


lo que a estos huesos también se les conoce como “huesos que
respiran” o “huesos huecos”. En las aves, este tipo de huesos
ofrecen una ventaja evolutiva que les ha permitido volar gracias a
su ligereza.

Los huesos faciales humanos son neumáticos, se encuentran


alrededor de la ceja interna, debajo de los ojos, alrededor de la
nariz y de las mejillas inferiores, son los llamados senos
paranasales.

Estas cavidades de los huesos neumáticos están normalmente


tapizados en su interior por una capa celular llamada epitelio y
está cubierto por mucosa.

Además de hacer al cráneo más ligero, también contribuye a la


resonancia del sonido y se ha sugerido que, junto a la mucosa,
sirve para acondicionar el aire inspirado antes de que llegue a los
pulmones.
El proceso de neumatización de los huesos se ha descrito en
cráneos de mamíferos, aves y cocodrilos, pero también se ha
documentado en animales extintos como los dinosaurios y los
pterosaurios.

Funciones de los huesos neumáticos


No se ha definido únicamente una función para estos huesos
huecos en la naturaleza. Sin embargo, se han descrito algunas
hipótesis sobre el papel que cumplen estos huesos en los
organismos que los poseen:

Reducción de la masa corporal


En los huesos neumáticos las cavidades han sido modificadas para
contener aire en vez de material medular, y en consecuencia se ha
reducido la masa corporal.

Esto facilitó el vuelo en aves y pterosaurios, ya que hay menos


masa pero la misma cantidad de músculo que impulsa el vuelo.

Alteración de la densidad ósea


La neumatización de los huesos permite la redistribución de la
masa ósea dentro del cuerpo. Por ejemplo, un ave y un mamífero
de tamaño similar tienen aproximadamente la misma masa ósea.

Sin embargo, los huesos de las aves pueden ser más densos
debido a que la masa ósea debe distribuirse en un espacio menor.

Lo anterior sugiere que la neumatización de los huesos de las aves


no afecta la masa general, pero promueve una mejor distribución
del peso dentro del cuerpo del animal y, en consecuencia, mayor
equilibrio, agilidad y facilidad de vuelo.

Equilibrio
En los terópodos (un suborden de dinosaurios), el sistema óseo del
cráneo y del cuello estaba muy neumatizado, y los antebrazos
eran reducidos. Estas adaptaciones ayudaron a disminuir la masa
lejos del centro de gravedad.

Este ajuste al centro de masa permitió a estos animales reducir la


inercia rotacional, aumentando así su agilidad y equilibrio.

Adaptación a las alturas


Las aves que vuelan a grandes alturas tienen adaptaciones
anatómicas que les han permitido colonizar estos hábitats. Una de
estas adaptaciones ha sido precisamente la neumatización
extrema de su esqueleto.

 Huesos neumáticos que contienen espacios llenos de aire,


conocidos como senos, que tienen el efecto de reducir el peso
del hueso. Por ejemplo, los huesos maxilares y los frontales.

Se denominan senos paranasales a cavidades llenas de aire, localizados en espacios que forman los
huesos faciales del cráneo (Aspinall y O´reilly, 2004) y que están comunicados con la cavidad nasal
directa o indirectamente (Climent et al., 2004). Como las aberturas son en general estrechas,
tienen lugar un intercambio relativamente lento de aire que las hacen propensas a bloquearse
cuando la mucosa se engruesa por inflamación o congestión (Dyce et al., 2007). Al ser muy
complejos son susceptibles de padecer procesos inflamatorios o infecciosos que si llegan a hacerse
crónicos solo se podrán tratar con procedimientos quirúrgicos (Climent et al., 2005).

1. SENOS PARANASALES  Divertículos que contienen aire ubicados en la cavidad


nasal.  Están recubiertos por mucosa.
2. 27. Los senos paranasales son : -Seno frontal -Seno maxilar -Seno esfenoidal -Seno
palatino -Seno lacrimal *En algunas especies también se consideran al: Seno del
cornete ventral , seno del cornete dorsal y a las celdillas etmoidales. Presentes en
todas las especies domésticas.

Los huesos de la cara alrededor de la nariz contienen unos espacios huecos (cavidades)
denominados senos paranasales. Existen cuatro grupos de senos paranasales: maxilar,
etmoidal, frontal y esfenoidal (véase la figura Localización de los senos paranasales ). Los
senos paranasales reducen el peso de los huesos faciales y del cráneo, al tiempo que
mantienen su fortaleza y forma. Los espacios llenos de aire de la nariz y de los senos
paranasales también añaden resonancia a la voz.

OJO :::::: los senos son Las cavidades neumáticas de los huesos, cuyas paredes
están revestidas de mucosa, la cual puede inflamarse provocando las sinusitis.

Se denominan senos paranasales a cavidades llenas de aire, localizados en espacios que forman los
huesos faciales del cráneo (Aspinall y O´reilly, 2004) y que están comunicados con la cavidad nasal
directa o indirectamente (Climent et al., 2004). Como las aberturas son en general estrechas,
tienen lugar un intercambio relativamente lento de aire que las hacen propensas a bloquearse
cuando la mucosa se engruesa por inflamación o congestión

Las fibras musculares lisas están rodeadas por una lámina basal (lámina externa)
comparable a la lámina basal de los epitelios (Fig 9). Por fuera de la lámina externa, se
dispone una trama de fibras reticulares.

Es el sitio de adhesión estructural para las células epiteliales y el tejido conjuntivo subyacente, en
células no epiteliales recibe el nombre de lámina externa.

Por convención, la lámina rara vecina al endotelio se le denomina lámina rara


interna y la cercana al epitelio lámina rara externa.

periostio
Cómo se pronuncia
1. nombre masculino
ANATOMÍA
Membrana de tejido conjuntivo, adherida exteriormente a los huesos, que sirve para su
nutrición y regeneración.
"del periostio parten los vasos sanguíneos que penetran en el interior del hueso"

Periostio
Es la vaina fibrosa que cubre los huesos. Contiene los vasos sanguíneos y nervios que le
proporcionan nutrición y sensibilidad al hueso. El periostio tiende a ser más grueso en los
jóvenes. El espesor disminuye a medida que los huesos maduran. El periostio también
permite que el hueso crezca y se remodele después de una fractura.

DEFINICIÓN - QUÉ ES MEMBRANA


PERIOSTIO
El periostio es una membrana que forma parte de la constitución de los huesos,
y que se sitúa en toda la extensión del cuerpo óseo, con excepción de la zona que
esta destinada para la superficie articular. Es decir, que no se localiza en la parte
del hueso donde se forma la articulación.

Los huesos además de estar constituidos por tejido esponjoso y


compacto, también poseen células, un espacio destinado para la médula
ósea, y unas capas conocidas como periostio y endostio. Por eso es
que el sistema óseo, tiene un metabolismo que se realiza  de manera
compleja y lenta.
"Se refiere a la capa fibrosa que recorre la superficie del cuerpo
óseo"

Recubriendo al hueso externamente se encuentra el periostio, formado por una capa


externa de tejido conectivo fibroso y por otra capa más próxima al hueso que contiene
material osteogénico, donde se encuentran los osteoblastos. 

Periostio
  Se conoce como periostio (peri = alrededor, y osteo = hueso) a una membrana de tejido conectivo muy
vascularizada, fibrosa y resistente, que cubre al hueso por su superficie externa excepto en lugares de
inserción de ligamentos, tendones, y superficies articulares (la superficie externa del hueso a nivel de las
articulaciones está cubierta por cartílago hialino, llamado cartílago articular).

Periostio

  Se conoce como periostio (peri = alrededor, y osteo = hueso) a una membrana de tejido conectivo muy


vascularizada, fibrosa y resistente, que cubre al hueso por su superficie externa excepto en lugares de
inserción de ligamentos, tendones, y superficies articulares (la superficie externa del hueso a nivel de las
articulaciones está cubierta por cartílago hialino, llamado cartílago articular).

Conocimientos adicionales recomendados

Procedimientos normalizados de trabajo (PNT) para la comprobación de balanzas

8 pasos para limpiar una balanza y 5 soluciones para mantenerla limpia

 
Guía de técnicas básicas de medición en el laboratorio

El periostio posee terminaciones nerviosas nociceptivas, haciéndolo muy sensible a la manipulación. Además
mediante la irrigación sanguínea provee nutrición al hueso. Se encuentra unido al hueso por fuertes fibras de
colágeno llamadas fibras de Sharpey, las que se extienden a las lamelas circunferenciales externas e
instersticiales.

El periostio está formado por una capa externa fibrosa y una capa interna de recambio. La capa fibrosa
contiene fibroblastos, mientras que la capa de recambio contiene células progenitoras que se transforman
en osteoblastos que son responsables del aumento de grosor del hueso. Después de una fractura ósea las
células progenitoras se transforman en osteoblastos y condroblastos los cuales son esenciales en el proceso
de sanación.

El periostio que cubre la superficie externa del cráneo es conocido como pericráneo.

DEFINICIÓN DE PERIOSTIO
En la palabra latina “periosteum” se encuentra el origen del término
periostio. No obstante, aquella, a su vez, deriva del griego “periosteon”
que está conformada por dos partes claramente delimitadas:
-El prefijo “peri-”, que puede traducirse como “alrededor”.
-El sustantivo “osteon”, que es equivalente a “hueso”.

El término se emplea en el ámbito de la anatomía para nombrar a


una membrana compuesta por fibras que permite nutrir a los
componentes óseos del organismo.
El periostio recubre la parte externa de los
huesos, salvo en aquellos espacios donde se
insertan los tendones, ligamentos o articulaciones. El vínculo con
cada hueso está dado a través de fibras de colágeno de gran
resistencia.
La irrigación de sangre permite que el periostio aporte nutrientes a los
elementos óseos. La membrana está formada por dos capas (una
interna y otra externa): la interna alberga células que, en caso de
producirse una fractura, resultan vitales para la recuperación del hueso.
Puede decirse, por lo tanto, que el periostio es necesario para alimentar
al hueso y para permitir su desarrollo y recuperación.
Los deportistas en general son las personas que sufren más problemas
en cuanto al periostio se refiere, en concreto, aquellos que realizan una
disciplina de alto impacto que les lleve a tener que correr o a saltar.

Cuando sufren problemas relacionados con esa membrana, suele ser


debido a varias causas, entre las que destacaríamos las siguientes:
-Han realizado demasiado ejercicio. Por eso, para evitar que se produzca
por este motivo se les recomienda que a la semana no aumenten aquel
en más del 10%, tanto en lo que se refiere a duración como a intensidad
o frecuencia.
-Una insuficiencia de calcio.
-Debilidad de los huesos, por causas genéticas o de otro tipo.
-Una mala mecánica corporal, debido al estilo que tienen al correr o a la
fuerza muscular de la cadera.

Sea cual sea la causa del problema del periostio se requiere que la
persona acuda a su médico para que le realice distintas pruebas y pueda
comprobar el estado en el que se encuentra así como si realmente esa
es la dolencia que se sufre. De esta manera, en caso afirmativo,
establecerá un tratamiento que, por regla general, consistirá en un
tiempo de reposo absoluto.

Es posible que una persona sufra diversos inconvenientes debido a


trastornos en el periostio. Se conoce como periostitis tibial a una
hinchazón de la membrana que cubre la tibia. Dicha lesión es frecuente
entre los atletas que se dedican a correr ya que el pie impacta de manera
casi constante contra el terreno, provocando vibraciones en músculos y
huesos que llevan a la inflamación del periostio.
El síntoma más común de la periostitis tibial es un pinchazo en la pierna
que dificulta los movimientos normales. Para prevenir la periostitis se
recomienda estirar los músculos antes de iniciar la actividad física y
utilizar un calzado que logre absorber el impacto del pie contra el piso.
Una vez decretado el trastorno, un médico debe ser el encargado de
sugerir un tratamiento, que suele incluir la aplicación de frío en la zona y
el uso de antiinflamatorios.

Endostio
DICCIONARIO MÉDICO 
m. Membrana fina de tejido conectivo que tapiza la superficie de la cavidad medular del
hueso.
Endostio
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Endostio

Estructura de la diáfisis. Corte transversal de un hueso largo.

TA A02.0.00.038

TH H2.00.03.7.00022

TH H2.00.03.7.00022

 Aviso médico

[editar datos en Wikidata]

En anatomía, el endostio es una membrana vascular delgada del tejido


conjuntivo que bordea la superficie interior del tejido óseo que forma la cavidad
medular de los huesos largos.12
Esta superficie es normalmente reabsorbida durante periodos largos de
desnutrición, resultando en menor espesor cortical.
La superficie exterior de un hueso está cubierta de una capa delgada de tejido
conjuntivo que es muy similar en morfología y función al endostio que se
llama periostio. Durante el crecimiento de un hueso, su anchura aumenta gracias a
los osteoblastos que añaden nuevo tejido óseo en el periostio.
Para impedir que el hueso se convierta innecesariamente grueso,
los osteoclastos reabsorben el hueso desde el costado endosteal.

El endostio (endostea plural) es una fina membrana vascular de tejido conectivo que recubre la


superficie interna del tejido óseo que forma la cavidad medular de los huesos largos . [1] [2]

Endostio

El endostio cubre el interior de los huesos y


rodea la cavidad medular .
Identificadores

TA98 A02.0.00.0
38
TA2 387
TH H2.00.03.7.
00022
FMA 32692
Terminología anatómica
[ editar en Wikidata ]
Esta superficie endóstica generalmente se reabsorbe durante largos períodos de desnutrición , lo
que resulta en un menor grosor cortical .

La superficie externa de un hueso está revestida por una fina capa de tejido conectivo que es muy
similar en morfología y función al endostio. Se llama periostio o superficie perióstica. Durante el
crecimiento óseo , el ancho del hueso aumenta a medida que los osteoblastos depositan tejido
óseo nuevo en el periostio. Para evitar que el hueso se vuelva innecesariamente grueso,
los osteoclastos reabsorben el hueso desde el lado endóseo.
¿Qué es el endostio?
Características, Funciones y
Tipos
Por
 Tatiana Mejia Jervis

El endostio es la membrana estructurada que tapiza las paredes


de la cavidad medular de la trabécula ósea (la parte esponjosa del
hueso), los canales haversianos y las paredes internas de los
huesos largos compactos.

Puede ser definida como la capa delgada de tejido conectivo que


cubre tanto la parte interna compacta del hueso, como la parte
interna esponjosa del hueso.

Esta membrana se encuentra compuesta de tejido conectivo óseo


y una capa de células osteoprogenitoras que le permiten participar
del proceso de osteogénesis o regeneración del tejido óseo.
Estas células son conocidas como preosteoblastos, y se dividen en
dos tipos principales, los osteoblastos y las células de
revestimiento óseo (Glossary, 2017).

A los osteoblastos localizados en el endostio se les conoce muchas


veces como células endostiales, y su principal función es la de
formar células óseas que contribuyen con el proceso de
crecimiento y regeneración de los huesos en caso de que se
presente algún trauma o fractura en los mismos.

Por otro lado, el endostio junto con el periostio, es responsable de


estimular el crecimiento de los huesos.

Se cree que el endostio también tiene propiedades


hematopoyéticas. Esto quiere decir que puede estimular la
producción de células hematopoyéticas.

Estas células son aquellas que pueden transformar cualquier tipo


de célula del cuerpo en células sanguíneas como glóbulos blancos,
rojos o plaquetas (Fixit, 2014).

Endostio - Definición
Última actualización: 2 de marzo de 2015 a las 13:02 por Jean-François Pillou .
 Definición

Definición
En anatomía el endostio designa la membrana que tapiza la cara interna del hueso así como
las trabéculas del hueso esponjoso. El endostio no se debe confundir con el periostio, la
membrana que recubre la cara externa del hueso. Está formado por una capa de células que
permiten la resorción del tejido óseo (los osteoclastos) y de las células osteoprogenitoras.
Estas células se convierten en otras células, los osteoblastos, responsables de secretar
el colágeno y otras proteínas.

medula, p. us.
Del lat. medulla.

1. f. Sustancia blanda del interior de los huesos.

médula,  o medula ósea
1. f. Anat. Materia orgánica blanda que rellena las cavidades de los huesos y se pr
esenta en dos formas, la médula amarilla o tuétano, y la roja, productora de las cé
lulas sanguíneas.

Médula
Parte profunda de un órgano. Sustancia grasa, blanquecina o amarillenta que se halla
dentro de algunos huesos de los animales. Parte interior de las raíces y tallos de las plantas
fanerógamas, constituida principalmente por tejido parenquimatoso y rodeada por haces
de vasos leñosos y cribosos. Sustancia principal de una cosa no material.
La médula espinal es la porción del sistema nervioso central alojada en el canal vertebral.
Se extiende desde el agujero occipital hasta el nivel donde la primera vértebra lumbar se
articula con la segunda. Tiene sustancia gris en el centro y sustancia blanca en la periferia.

médula o medula

1. f. Sustancia blanda y grasa del interior de algunos huesos:

Osificación intramembranosa
La osificación intramembranosa es el proceso mediante el cual se
forman los huesos de membrana como los parietales, frontales, las
escamas del occipital y temporal, así como los huesos del
viscerocráneo entre los cuales se encuentran la mandíbula, maxilar
superior, etc. Durante este proceso se expresa el factor de
transcripción CBFA1, así como las proteínas morfogénicas BMP2,
BMP4 y BMP7.

La osificación intramembranosa se lleva a cabo directamente en el


mesénquima, donde se va a formar el hueso; el primer indicio de este
proceso es el aumento de la vascularización en el tejido y la
disposición de las células mesenquimáticas alrededor de los vasos
sanguíneos, constituyendo el centro primario de osificación (figura 13-
1).

Osificación
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

El hueso es roto por los osteoclastos, y reconstruido por los osteoblastos. Ambos tipos celulares se
comunican mediante citoquinas (TGF-β, IGF).

Osificación es el proceso de creación de un nuevo material óseo por las células


llamadas osteoblastos. Es sinónimo de formación de tejido óseo. Hay dos
procesos para formar tejido óseo normal:1 La osificación intramembranosa es la
formación directa de hueso a partir del tejido conjuntivo primitivo (mesénquima),
mientras que la osificación endocondral involucra cartílago como precursor.
En una fractura que se cura, la osteogénesis endocondral es el proceso mucho
más frecuente, como por ejemplo en fracturas de huesos largos tratadas con yeso,
mientras que en las fracturas tratadas con reducción abierta y estabilización con
placas y tornillos metálicos puede haber osteogénesis intramembranosa.
La osificación heterotópica es un proceso que resulta en la formación de tejido
óseo atípico, en un lugar extraesquelético. La calcificación a menudo se confunde
con la osificación. La calcificación es sinónimo de formación de sales a base de
calcio y cristales dentro de las células y tejidos. Es un proceso que ocurre durante
la osificación, pero no viceversa.
Los mecanismos exactos por los que se desencadena el desarrollo del hueso aún
no están claros, pero está de cierta forma relacionado con factores de
crecimiento y citoquinas.

Osificación intramembranosa
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Osificación intramembranosa1 es uno de los dos procesos esenciales durante el


desarrollo fetal del esqueleto de mamíferos para formar tejido óseo, y en particular
huesos planos.2 A diferencia de la osificación endocondral, que es el otro proceso,
el cartílago no está presente durante la osificación intramembranosa, sino que
ocurre dentro de una membrana de tejido conjuntivo.2
También es un proceso esencial durante la curación natural de
las fracturas óseas3 y la formación rudimentaria de huesos de la cabeza humana.4

Osificación endocondral
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación
acreditada.
Este aviso fue puesto el 6 de agosto de 2014.
Sección de un hueso fetal de Gato.

La osificación endocondral es uno de los procesos en el desarrollo del sistema


esquelético en los fetos, y que concluye con la producción del tejido óseo a partir
del tejido cartilaginoso. Los huesos, durante el desarrollo embrionario, son un
molde de cartílago hialino que va siendo progresivamente reemplazado por tejido
óseo. El término "endocondral" significa que el proceso se realiza desde el interior
hacia el exterior. El proceso inverso, en el que la osificación se produce desde el
exterior del cartílago (pericondrio) se denomina pericondral. La osificación
endocondral también es esencial en la formación y crecimiento longitudinal de
huesos largos, concretamente el esqueleto apendicular, axial y la mandíbula.
Existe otro proceso del desarrollo de los huesos distinto, que no implica cartílago y
se denomina osificación intramembranosa. En ella no hay tejido calcificado, y la
osificación se produce a partir de una membrana, que forma hueso (periostio). El
periostio no solo genera hueso sino que también lo reabsorbe, permitiendo la
remodelación.

DEFINICIÓN DE OSIFICACIÓN
La osificación es el proceso y el
resultado de osificar, un verbo que
refiere al proceso que lleva a un elemento
orgánico a transformarse en un hueso o a
obtener una apariencia similar a él.
A través de la osificación, por lo tanto,
puede crearse un nuevo componente óseo. Los osteoblastos son los
encargados de desarrollar este procedimiento, que puede concretarse de
diversas maneras.
Se cree que los huesos surgieron a partir de la evolución de
ciertos cartílagos, que comenzaron como una reserva de calcio y de
otros minerales y finalmente evolucionaron para proteger los órganos. A
partir de la evolución ósea, los vertebrados pudieron adaptarse a la
superficie terrestre y desplazarse de una manera diferente.
Uno de los tipos de osificación conocidos se denomina endocondral, y
se trata de un desarrollo que consiste en el reemplazo progresivo del
cartílago hialino por tejido óseo, en un proceso que tiene lugar desde
adentro hacia fuera. Cuando el desarrollo se concreta al revés (es decir,
desde el exterior hacia adentro), se habla de osificación pericondral.
La osificación intramembranosa, por su parte, tiene lugar en el interior
de una membrana que forma parte del tejido conjuntivo. Los cartílagos,
por lo tanto, no están involucrados en esta clase de osificación. Cuando
una persona sufre una fractura, la osificación intramembranosa suele ser
el mecanismo más habitual para revertir la lesión y lograr que el individuo
se cure.
OSIFICACIÓN

El proceso mediante el cual se forma el hueso se denomina osificación. En el embrión, existe un precursor del
esqueleto formado por tejido cartilaginoso hialino y mesénquina embrionario que ya tiene una forma característica a
partir de las seis semanas (*). La formación de hueso sigue dos procesos diferentes:

Osificación intermembranosa:

La osificación intramembranosa es la que produce preferentemente huesos planos y, como su nombre indica tiene
lugar dentro de una membrana de tejido conjuntivo. En este proceso, algunas de las células mesenquimatosas que
forman las membranas de tejido conjuntivo son transformadas en osteoblastos constituyendo un centro de
osificación alrededor del cual se va formando hueso.

Osificación endocondral
La osificación endocondral es uno de los procesos en el desarrollo del sistema
esquelético en los fetos, y que concluye con la producción del tejido óseo a partir del
tejido cartilaginoso. Los huesos, durante el desarrollo embrionario, son un molde de
cartílago hialino que va siendo progresivamente reemplazado por tejido óseo. El
término "endocondral" significa que el proceso se realiza desde el interior hacia el
exterior. El proceso inverso, en el que la osificación se produce desde el exterior del
cartílago se denomina pericondral. La osificación endocondral también es esencial en
la formación y crecimiento longitudinal de huesos largos, concretamente el esqueleto
apendicular, axial y la mandíbula.

Existe otro proceso del desarrollo de los huesos distinto, que no implica cartílago y se
denomina osificación intramembranosa. En ella no hay tejido calcificado, y la osificación
se produce a partir de una membrana, que forma hueso. El periostio no solo genera
hueso sino que también lo reabsorbe, permitiendo la remodelación.

Mostrar menos

diáfisis
Cómo se pronuncia
1. nombre femenino
ANATOMÍA
Parte tubular de un hueso largo, comprendida entre los dos extremos o epífisis.
"algunos huesos, como los planos (omóplato) o los alargados (costillas) carecen de la diáfisis
hueca de los huesos largos"
La diáfisis es la porción central o cuerpo de los huesos largos.1

Descripción[editar]
La diáfisis tiene forma cilíndrica y alargada. Está localizada entre los dos extremos del hueso
o epífisis. Las epífisis se corresponden con los extremos de los huesos largos y es donde se
sitúan las articulaciones. La zona de unión entre diáfisis y epífisis se llama metáfisis.

Los principales huesos que poseen diáfisis son los huesos largos de las extremidades. En el
ser humano tiene diáfisis el fémur, la tibia, y fíbula (peroné), los metatarsianos y las falanges
en las extremidades inferiores, y el húmero, la ulna (cúbito), el radio, los metacarpianos y las
falanges en las extremidades superiores. Otros huesos largos que poseen diáfisis pero no
están en las extremidades son la clavícula y las costillas.2
La diáfisis se encuentra recubierta en su porción externa por un tejido que se llama periostio y
en su parte interior posee una cavidad denominada canal medular, el cual contiene médula
ósea amarilla (el cual reemplaza a la medula ósea roja que se nota en los primeros estados de
desarrollo del hueso) que tiene gran cantidad de grasa. El hueso que la forma está constituido
por tejido óseo compacto.2
Por el contrario la epífisis tiene en su interior la llamada médula ósea roja y el hueso que la
forma no es tejido óseo compacto en su totalidad, sino tejido óseo esponjoso recubierto de
hueso cortical compacto.

DEFINICIÓN - QUÉ ES DIÁFISIS O CUERPO


DEL HUESO
La diáfisis es definida en anatomía, como aquella parte de los huesos tipo
largos, que se localiza en el medio y que generalmente tiene una forma
prominente y triangular. Los huesos largos son los que se localizan en los
brazos, piernas, parte distal de manos y pies, y uno que pertenece al tórax. Esta
región a diferencia de la mayoría de las epífisis, posee una capa externa conocida
como periostio.

¿Qué significa diáfisis?


El término diáfisis es utilizado en anatomía y medicina para describir
aquella parte de los huesos, que contiene una cavidad destinada para
la médula ósea.

Diáfisis
DICCIONARIO MÉDICO 
f. Porción cilíndrica intermedia de los huesos largos comprendida entre los dos extremos o
epífisis. Suele tener forma triangular a la sección y está formada por una capa de tejido
óseo compacto, que rodea el canal medular ocupado por médula ósea grasa. || Parte de un
hueso largo formado a partir de un centro primario de osificación.

diáfisis
Del gr. διάφυσις diáphysis.

1. f. Anat. Cuerpo o parte media de los huesos largos, que en los individuos que n
o han terminado su crecimiento está separado de las epífisis por sendos cartílagos
.

DEFINICIÓN DE DIÁFISIS
El término diáfisis proviene de diáphysis, un vocablo de la lengua griega.
Así se denomina al sector medio de un hueso largo.
Mientras el sujeto está
en crecimiento,
existen cartílagos que
separan a la diáfisis de
las epífisis (los
extremos del hueso). Por lo tanto, en una primera etapa hay una región
cartilaginosa que establece el distanciamiento entre las epífisis y la
diáfisis.
Esa zona, a medida que el cuerpo se va desarrollando, comienza
a osificarse de forma progresiva. En este proceso el hueso se extiende
hasta alcanzar su máxima longitud.
Puede decirse, en definitiva, que la diáfisis se encuentra entre los
extremos del hueso largo. A la sección donde la diáfisis se une con
cada epífisis se la conoce como metáfisis.
La forma de la diáfisis es cilíndrica. El peroné, la tibia, el fémur y
el húmero son algunos de los huesos largos del ser humano, los cuales
tienen diáfisis. Mientras que la diáfisis en su interior alberga médula
ósea amarilla, las epífisis cuentan con médula ósea roja.
Cuando se registra una inflamación de la diáfisis, se produce
una diafisitis. Este trastorno suele deberse a una infección. La diafisitis
tuberculosa, por ejemplo, es causada por la tuberculosis (que es una
infección bacteriana).
Al procedimiento médico que consiste en extraer un tramo de la diáfisis
se lo denomina diafisectomía. Esta técnica implica extirpar, a través de
una intervención quirúrgica, una parte de la diáfisis como parte del
tratamiento de una enfermedad. Un cáncer óseo, en este marco, puede
derivar en el desarrollo de una diafisectomía.
epífisis
Cómo se pronuncia

nombre femenino
1. 1.
ANATOMÍA
Cada uno de los extremos ensanchados de los huesos largos, situados a ambos lados de la
parte larga central o diáfisis.
2. 2.
ANATOMÍA
Órgano nervioso pequeño y rudimentario situado en el encéfalo, entre los hemisferios
cerebrales y el cerebelo, que segrega la melatonina.

Epífisis
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Para la glándula pineal, también llamada epífisis, véase Glándula pineal.

Epífisis
Partes de un hueso largo.

Nombre y clasificación

Latín [TA]: epiphysis

TA A02.0.00.018

Gray pág.79

 Aviso médico

[editar datos en Wikidata]

Se llama epífisis a cada uno de los extremos de un hueso largo. Es la zona en la


que se sitúan las articulaciones. La epífisis suele ser más ancha que
la diáfisis (porción central del hueso).

Descripción[editar]
La epífisis está formada por un tejido esponjoso en el centro y por una capa delgada de tejido
compacto en su periferia y se encuentra separada de la parte central del hueso por una región
llamada metáfisis que es donde se encuentra el cartílago de crecimiento.2
Está cubierta en su parte externa por el periostio y en su parte interna se encuentra la médula
ósea roja que es donde se forman los glóbulos rojos y otras células sanguíneas. En la zona
que forma la articulación la recubre un tejido cartilaginoso que se llama cartílago articular.
Los principales huesos que poseen epífisis son los huesos largos de las extremidades. En el
ser humano tienen epífisis el fémur, la tibia, el peroné, los metatarsianos y las falanges en las
extremidades inferiores, y el húmero, el cúbito, el radio, los metacarpianos y las falanges en
las extremidades superiores.
Los huesos largos de las extremidades tienen dos epífisis, la que está más próxima a la raíz
del miembro se llama epífisis proximal y la que está más alejada epífisis distal.

DEFINICIÓN - QUÉ ES EPÍFISIS O


EXTREMOS DEL HUESO
La epífisis es la parte de los huesos largos que se localiza en cada extremo. Por
lo cual, son las regiones que se conectan con otras estructuras y que contienen
parte de la médula ósea.

Los huesos dependiendo de la función y de la estructura de cada uno,


se pueden clasificar en planos, irregulares, largos y cortos. En el caso de
los huesos de mayor longitud, estos se dividen en tres partes: epífisis,
metáfisis y diáfisis.
"El hueso en su parte central posee tejido esponjoso mientras que
alrededor tiene tejido más resistente"

¿Qué significa epífisis?


La palabra epífisis es utilizada desde la antigua Grecia, para designar a
aquellas partes de las estructuras óseas que se sitúan en cada extremo.

DICCIONARIO MÉDICO

Epífisis
DICCIONARIO MÉDICO 
f. Porción distal de los huesos largos, generalmente más ancha que la diáfisis, desarrollada
a partir de un centro secundario de osificación durante el periodo de crecimiento, o bien
formada por completo de cartílago, o bien separada de la diáfisis por el cartílago de
crecimiento o fisis.

Se divide en proximal y distal, y está formada por tejido óseo esponjoso, con médula ósea
roja entre sus trabéculas. También se suele dar el nombre de epífisis a la glándula pineal.

Una epífisis es una zona en el extremo de un hueso largo. Está separada de la parte principal
del hueso por una placa de crecimiento.

metáfisis
Cómo se pronuncia
1. nombre femenino
Parte pequeña de un hueso largo comprendida entre la diáfisis y la epífisis

Metáfisis
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Metáfisis

Partes de un hueso largo.

Nombre y clasificación

Latín [TA]: metaphysis


TA A02.0.00.022

 Aviso médico

[editar datos en Wikidata]

En anatomía la metáfisis es la pequeña parte de los huesos largos que se


encuentra situada entre la diáfisis y la epífisis.

Descripción[editar]
La zona de la metáfisis está ocupada por un tejido cartilaginoso que se
llama cartílago de crecimiento, gracias al cual el hueso puede aumentar su
longitud de forma progresiva, contando con inflamación y dolores alrededor de
ella.

QUÉ ES METÁFISIS
La metáfisis es la región de los huesos clasificados como largo, que se localiza
entre la epífisis o extremos y el cuerpo o diáfisis. En cuanto a su importancia,
esta es la zona en la cual se encuentra el cartílago de crecimiento, es decir que
es importante para el desarrollo óseo.

¿Qué significa metáfisis?


El origen etimológico del término metáfisis, indica que es una palabra
que fue utilizada por los griegos para nombrar aquellas partes de los
huesos que tienen la función principal de ser parte del crecimiento óseo y
que además contienen parte de la médula ósea. 

DICCIONARIO MÉDICO

Metáfisis
DICCIONARIO MÉDICO 
f. Zona de unión de la diáfisis con las epífisis de los huesos largos. Durante la época de
crecimiento óseo está ocupada por el cartílago de crecimiento.
El cartílago articular, de variedad llamada hialina (del griego hialos = espejo), es el tejido que
recubre las superficies óseas que forman parte de las articulaciones.

Es el encargado de soportar y distribuir las cargas que se transmiten entre las superficies, y


proporcionar un movimiento suave de deslizamiento prácticamente libre de fricción debido a su bajo
coeficiente de rozamiento1 .

El cartílago articular es un tejido de características elásticas, sin nervios, vasos


sanguíneos o linfáticos. Localizado en las articulaciones, varía su grosor según las
diferentes localizaciones. Se encuentra recubriendo la superficie de la articulación, donde
se juntan los 2 huesos para moverse (pe. La rodilla entre fémur y tibia). El cartílago
articular reduce la fricción, transfiere y distribuye las cargas mecánicas en distintas
posiciones articulares y ofrece una superficie articular lubricada, que permite que los
huesos se deslicen y giren unos sobre otros sin apenas desgaste.

Cartílago articular
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en
una publicación acreditada.
Este aviso fue puesto el 26 de octubre de 2012.

Cartílago articular
Corte esquemático de una articulación sinovial.

Nombre y clasificación

Latín cartilago articularis

Gray pág.282

 Aviso médico

[editar datos en Wikidata]

El cartílago es un tipo de cartílago hialino, aunque carece de pericondrio. Está formado por
unas células que se llaman condrocitos. Las funciones de este cartílago son
fundamentalmente:

 Amortiguar la sobrecarga de las superficies en contacto (por su elasticidad).


 Permitir el desplazamiento de las superficies óseas durante el movimiento.
Para llevar a cabo estas dos funciones, el cartílago articular tiene una estructura
característica: el cartílago articular es avascular (no tiene vasos sanguíneos ni linfáticos), se
nutre por difusión pasiva desde el líquido sinovial y el hueso subcondral (este último
mecanismo solo en cartílago joven), no tiene inervación (la percepción del dolor se realiza por
las terminaciones nerviosas de la membrana sinovial, hueso subcondral, cápsula articular
y músculo).
El cartílago está compuesto por una red de fibras de colágeno tipo II y proteoglucanos
producidos por los condrocitos. Las fibras de colágeno forman más del 50 % del peso seco y
se encargan del mantenimiento de la integridad del tejido. Los proteoglucanos son muy
viscosos e hidrófilos, lo que produce una gran resistencia a la compresión.
Es una delgada capa de tejido elástico y resistente que recubre los extremos óseos e impide
su roce directo para evitar el desgaste.

El cartílago articular se encuentra en las articulaciones sinoviales, carece de pericondrio


y su principal misión es servir de almohadilla para las presiones mecánicas y proporcionar
una superficie lisa y lubricada que contrarresta el rozamiento entre los huesos durante el
movimiento. Como cualquier cartílago hialino carece de irrigación sanguínea, linfática o
inervación nerviosa. Además, tiene poca capacidad de regeneración. El cartílago articular
suele tener de 1 a 2 mm de grosor, aunque depende de la articulación y la especie
animal.
El cartílago epifisario es un tipo de cartílago que se encuentra en
cada extremo de un hueso largo relacionado con el alargamiento o
crecimiento óseo. El cartílago es un tejido conectivo que proporciona
un soporte flexible que une los huesos del esqueleto. Hecho de una
matriz de fibras proteicas elásticas en una base de proteína
gelatinosa llamada condroitina, este tejido carece de vasos
sanguíneos y capacidades regenerativas. Con el tiempo, el cartílago
se convierte en hueso a través de un proceso de endurecimiento
conocido como osificación. Las placas epifisarias, o placas de
crecimiento que sujetan los huesos, se encuentran en niños y
adolescentes; Después de alcanzar la maduración adulta, las placas
epifisarias alcanzan su límite de crecimiento y se convierten en líneas
epifisarias.

 El cartílago epifisario es un cartílago hialino. Compuesto


principalmente de colágeno, es el tipo de tejido que se encuentra en
la nariz y la caja de voz, así como el cartílago epifisario de los huesos
largos. Cuando ocupa las articulaciones sinoviales, o membranosas,
entre los huesos, este cartílago articular ayuda a proporcionar
soporte, absorción de impactos y reducir la fricción entre estas
estructuras esqueléticas.

Cartílago epifisiario (disco cartilaginoso) es la capa de cartílago hialino que separa la diáfisis de la epífisis
dentro de la metáfisis de un hueso inmaduro.  Esta zona es el único lugar donde el hueso puede crecer en
longitud.

OSIFICACIÓN
En cualquier lugar del organismo, la secuencia de fenómenos en la formación de hueso se funda en los
osteoblastos formadores de tejido osteoide, que luego es calcificado por la presencia de la fosfatasa.  La zona
reducida, específica de formación ósea, se llama centro de osificación.  El medio en el cual el hueso se forma
decide si el tipo de osificación será heteroplástico intramembranoso endocondral.

OSIFICACIÓN ENDOCONDRAL (INTRACARTILAGINOSA)  En este caso el hueso es preformado en


los cartílagos del feto.  Muchos huesos largos evolucionan según este procedimiento, el cual consiste
esencialmente en que el cartílago se mineraliza y luego es sustituido poco a poco por tejido óseo.

Los huesos largos pueden seguir creciendo mientras el cartílago epifisiario se encuentre presente.  Una vez
que el cartílago ha sido cambiado por hueso, el crecimiento en longitud ya no es posible.

Los huesos largos aumentan de diámetro al formarse nuevas capas de hueso a partir del periostio que rodea la
corteza ósea.  Al tiempo que se forma hueso nuevo por fuera, las porciones más internas se eliminan, con
aumento de tamaño de la cavidad medular.

En el curso de la evolución fetal, la mayor parte de los huesos del esqueleto aparecen preformados en
porciones cartilaginosas que poco a poco se va transformando en hueso, proceso que se conoce como
osificación endocondral, con tres zonas diferentes:

1.    Zona de crecimiento

2.    Zona de transformación del cartílago.

3.    Zona de osificación.

La multiplicación de células cartilaginosas en la zona de crecimiento desplaza la epífisis de su proximidad


con la diáfisis, con el resultado de engrosamiento de la placa epifisiaria.  La sucesiva eliminación del
cartílago  y depósito de hueso en la zona de osificación a su vez alarga la diáfisis.

El aumento de diámetro del hueso es consecuencia de la actividad de la capa osteógena del periostio.

OSIFICACIÓN INTRAMEMBRANOSA.  La mayor parte de los huesos  están preformados como


membrana fibrosa o matriz, la cual se infiltra de tejido osteoide que, al calcificarse, forma hueso verdadero y
definitivo.  Se forma hueso adicional al osificarse las capas del periostio a cada lado del hueso.

Estructura de los huesos


Los huesos son mucho más que simples estructuras de soporte del cuerpo.
Los huesos están compuestos por tres porciones, llamadas diáfisis (porción
central del cuerpo del hueso), epífisis (extremos de los huesos largos) y metáfisis
(porción intermedia del hueso). De manera similar, desde adentro hacia afuera,
están compuestos por:

 Cavidad medular. La región “hueca” del hueso en donde se alberga la médula


ósea, ubicada generalmente en la diáfisis.
 Endostio. Es una membrana delgada de tejido conjuntivo que tapiza el interior
de la cavidad medular de los huesos largos.
 Arteria nutricia. La arteria que surte de sangre al hueso, a través de sus
agujeros nutricios y que luego se distribuye por el hueso a través de capilares
cada vez más delgados.
 Tejido óseo. El componente principal del hueso, conformado por células
óseas (osteocitos, osteoblastos, osteoclastos y células madre) en un 2% del
tejido, y por un 70% de sustancia extracelular resistente (hidroxiapatita)
segregada por ellos, a partir de calcio y fósforo, además de alrededor de un
30% de colágeno.
 Periosto. La membrana de tejido conectivo fibroso y resistente que cubre los
huesos en su región externa.

Fuente: https://concepto.de/huesos/#ixzz7QOyTWLBb
Huesos: Estructura y Tipos
El hueso es un tipo compacto de tejido conectivo endurecido compuesto por células
óseas, membranas, una matriz mineralizada extracelular y médula ósea central. Los
dos tipos principales de hueso son el compacto y el esponjoso. Como la matriz está
mineralizada (en lugar de acuosa), los nutrientes y los residuos no pueden difundirse
a través de la matriz. El hueso ha desarrollado una estructura única para permitir que
se produzcan estas funciones. La estructura del hueso permite que este sea duro,
pero no demasiado frágil, y le da la fuerza necesaria para resistir las fuerzas de
compresión y flexión. Por ello, el hueso es ideal para las funciones de soporte,
protección de los órganos vitales y movimiento. Además, el hueso produce células
sanguíneas en la médula y es el principal lugar de almacenamiento de calcio del
organismo.

Última actualización:

 diciembre 16, 2021


 8:12 am

Responsabilidad editorial: Stanley Oiseth, Lindsay Jones, Evelin Maza

Índice de contenidos
 Descripción General

 Estructura Ósea
 Células Óseas y Matriz
 Estructura Microscópica
 Tejidos Hematopoyéticos en los Huesos
 Relevancia Clínica
 Referencias
Comparte este concepto:
Compartir en facebook
 
Compartir en twitter
 
Compartir en linkedin
 
Compartir en reddit
 
Compartir en email
 
Compartir en whatsapp


Descripción General

Definición
El hueso, como órgano, está formado por:
 Tejido óseo: tipo de tejido conectivo endurecido por la deposición de
minerales (principalmente calcio y fosfato)
 Sangre
 Médula ósea
 Cartílago y tejido conectivo fibroso
 Tejido adiposo
 Tejido nervioso
Hueso puede referirse a:
 Todo el órgano
 El tejido óseo dentro del órgano solo

Función de los huesos


 Protección (e.g., el cráneo protege el cerebro, las costillas protegen el corazón
y los pulmones)
 Soporte
 Movimiento
 Formación de células sanguíneas
 Almacenamiento:
o Minerales
o Fosfato
Clasificación de los huesos según su localización
Huesos axiales:
 Cráneo
 Columna vertebral y sacro
 Caja torácica: costillas y esternón
Huesos apendiculares:
 Clavícula
 Escápula
 Brazos y manos
 Huesos de la pelvis
 Piernas y pies


Clasificación de los huesos por su forma
 Huesos largos: longitud mayor que la anchura:
o Extremidad superior: húmero, radio, cúbito, metacarpianos y falanges
o Extremidad inferior: fémur, tibia, peroné, metatarsos y falanges
 Huesos cortos: la longitud es aproximadamente igual a la anchura:
o Huesos del carpo (muñeca)
o Huesos tarsianos (tobillo)
 Huesos planos: encierran y protegen los órganos blandos:
o La mayoría de los huesos del cráneo
o Costillas
o Esternón
o Escápula
 Huesos irregulares: huesos que no encajan en otras categorías:
o Vértebras
o Algunos huesos del cráneo (e.g., el esfenoides, los huesos faciales)
Ilustración que representa la clasificación de los huesos por su forma
Imagen: “Classification of Bones By Shape” por BruceBlaus. Licencia: CC BY 3.0, recortada por Lecturio.

Videos relevantes
4:19
Structure of Bones

11:02
Different Types of Bone

Estructura Ósea

Tipos de tejido óseo


Hueso compacto:
 Una capa exterior lisa y sólida de tejido óseo
 Localizaciones:
o Presente en todos los huesos del cuerpo
o En el hueso largo: forma un cilindro, encierra una cavidad medular
 Función: resistencia a las fuerzas de compresión
Hueso esponjoso:
 Tejido óseo de capa interna poco organizado
 Consiste en un entramado de pequeñas y finas piezas de tejido óseo
llamadas trabéculas o espículas óseas:
o Transfiere la fuerza sobre el hueso al hueso compacto exterior
o Se reforman constantemente para satisfacer las necesidades del cuerpo
(e.g., el ejercicio aumenta las trabéculas; la ingravidez prolongada en
el espacio reduce las trabéculas)
 Localizaciones: interna al hueso compacto:
o En los extremos de los huesos largos
o En medio de huesos cortos, planos e irregulares
Imagen de la estructura interna de una cabeza de fémur: Obsérvese el hueso compacto a lo largo del
exterior y el hueso esponjoso/cancelloso en el centro.
Imagen por Lecturio.

Membranas óseas
Dos membranas primarias rodean el tejido óseo: el periostio (externamente) y
el endostio (internamente).
El periostio:
 Capa externa que rodea al hueso en la superficie externa (excepto en las
articulaciones, que están cubiertas de cartílago articular)
 Vascularizado e inervado
 Consta de dos capas:
o Capa fibrosa
o Capa osteogénica
 Capa fibrosa del periostio:
o Capa exterior de colágeno resistente
o Fibras de Sharpey: fibras de colágeno de la capa fibrosa del
periostio:
 Continúa con los tendones del músculo en la parte superior del
hueso
 Penetran profundamente en la matriz ósea para fijar el periostio
y el músculo suprayacente al hueso
 Capa osteogénica del periostio:
o Contiene células formadoras de hueso:
 Osteoblastos
 Osteoclastos
 Células osteogénicas
o Es fundamental para el crecimiento y la curación de los huesos
después de una lesión
Endostio:
 Alinea las superficies internas del hueso:
o Recubre la cavidad medular en los huesos largos
o Cubre las trabéculas del hueso esponjoso
 Contiene las mismas células formadoras de hueso que la capa osteogénica del
periostio
Membranas del hueso, periostio y endostio:
El periostio recubre la superficie externa del hueso y el endostio recubre la superficie interna del hueso.
Imagen: “Figure 6.8 Periosteum and Endosteum” por OpenStax College. Licencia: CC BY 4.0

Estructura de los huesos largos


Las 3 regiones anatómicas principales de los huesos largos:
 Diáfisis:
o El eje
o Forma el eje longitudinal de los huesos largos
o Consiste en una gruesa capa de hueso compacto, que rodea
una cavidad medular central que contiene médula ósea
 Epífisis:
o Extremos de los huesos (en las articulaciones)
o Más ancho que la diáfisis:
 Fortalece la articulación
 ↑ Superficie de fijación de tendones y ligamentos
o Compuesto principalmente por hueso esponjoso
o Capa externa de hueso compacto
o Cubierto de cartílago articular:
 Un tipo de cartílago hialino
 Cartílago articular + líquido lubricante → ↓ fricción →
movimiento articular significativamente más fácil.
 Actúa como amortiguador
 Metáfisis:
o Entre la epífisis y la diáfisis
o Restos de la placa o línea placa: el cartílago hialino permitió el
alargamiento del hueso en la infancia
Médula ósea en el interior del fémur
Imagen: “603 Anatomy of Long Bone” por OpenStax College. Licencia: CC BY 4.0

Estructura de los huesos cortos, irregulares y planos


 Capas externas: finas placas de hueso compacto recubiertas de periostio
 Capa interna: hueso esponjoso cubierto de endostio
 En los huesos planos, el hueso esponjoso interior es:
o Conocido como diploe
o Intercalado entre dos capas de hueso compacto

Estructura de un hueso plano


Imagen: “Cross-section of a flat bone showing the spongy bone (diploë) lined on either side by a layer of compact bone” por OpenStax College.

Licencia: CC BY 4.0

Marcas óseas
Las marcas óseas son zonas del hueso donde se unen los tendones, los ligamentos y
la fascia, incluidas las articulaciones, los salientes y los agujeros.
 Marcas articulares:
o Cóndilo: superficie redondeada en una zona articular
o Epicóndilo: eminencia superior a un cóndilo
o Caras articulares: superficie plana donde se articulan los huesos
 Proyecciones:
o Cresta: cresta de un hueso
o Proceso: característica de prominencia
o Protuberancia: proyección del hueso
o Espina: un proceso agudo
o Tubérculo: proceso redondeado más pequeño
o Tuberosidad: superficie rugosa
 Agujeros:
o Canal: agujero que atraviesa el hueso
o Foramen: paso a través de un hueso
o Fosa: zona hueca o deprimida
o Ranura o surco: depresión o surco alargado
o Seno: área cavernosa de forma irregular


Células Óseas y Matriz

Los dos componentes principales del hueso son las células y la matriz.

Células óseas
El hueso contiene un número relativamente pequeño de células en comparación con
la cantidad de matriz. Además de otras funciones, las células sintetizan y
descomponen el hueso. Existen cuatro tipos principales de células óseas:
 Células osteogénicas:
o Células madre procedentes de fibroblastos embrionarios
o Puede diferenciarse en osteoblastos → estimulados por el estrés (e.g.,
por el ejercicio) y las fracturas
o Se encuentra en el endostio y en el periostio osteogénico
 Osteoblastos:
o Sintetizar la matriz de colágeno (parte orgánica del hueso)
o Depositar sales de calcio en la matriz (mineralización)
o Incapaz de dividirse → todos los nuevos osteoblastos deben proceder
de células osteogénicas
o Se encuentra en el endostio y en el periostio osteogénico
 Osteocitos:
o Osteoblastos atrapados en el hueso que los osteoblastos crearon
o Ubicados en espacios dentro de la matriz mineralizada conocida
como lagunas
o No desempeñan ningún papel significativo en la síntesis o resorción
ósea
o Función principal: detectar la tensión y comunicar el mensaje a los
osteoblastos de superficie
 Osteoclastos:
o Disolver/reabsorber el hueso
o Objetivo de la resorción ósea:
 Extirpación de hueso viejo, lesionado o innecesario
 Liberación del calcio almacenado (para mantener los niveles de
calcio fuertemente regulados)
o Se desarrollan a partir de la fusión de monocitos en la médula ósea →
da lugar a células grandes y multinucleadas con un “borde erizado”
(pliegues profundos en la membrana plasmática para aumentar la
superficie)

Matriz ósea
El hueso tiene una matriz mineralizada (a diferencia de la matriz acuosa de la
mayoría de los demás tejidos, a través de la cual los nutrientes pueden difundirse
fácilmente). El hueso tiene componentes orgánicos e inorgánicos:
 Componente orgánico (⅓ de la matriz en peso):
o Fibras de colágeno
o Proteoglicanos
o Glicoproteínas
 Componente inorgánico (⅔ de la matriz en peso):
o Cristales de hidroxiapatita: sales de fosfato de calcio (85% del
componente inorgánico en peso)
o Carbonato de calcio (10% del componente inorgánico en peso)
o Otros iones: magnesio, sodio, potasio, fluoruro, sulfato e hidróxido
(5% del componente inorgánico en peso)
 La combinación de componentes orgánicos (proteínas) e inorgánicos
(minerales) permite que los huesos sean fuertes y sólidos, pero no demasiado
frágiles.

Estructura Microscópica

Estructura microscópica del hueso compacto


En los huesos largos, la mayor parte de las células y la matriz están dispuestas en
unidades funcionales conocidas como osteones.
Osteones:
Un osteón (también conocido como sistema de Havers) es un cilindro de células y
matriz que discurre longitudinalmente dentro del hueso compacto. Un osteón está
formado por un canal central longitudinal, que está rodeado por anillos concéntricos
de osteocitos, y por la matriz ósea conocida como láminas.
 Canal central de Osteon (canal de Havers):
o Canal longitudinal en el núcleo de cada osteón
o Contiene:
 Vasos sanguíneos
 Vasos linfáticos
 Nervios
o Revestido de endostio
o Aporta nutrientes y elimina los residuos de los osteocitos
inmediatamente adyacentes al canal central
 Canales perforantes:
o Contienen irrigación e inervación
o Corren perpendiculares a los canales centrales, conectando los canales
a:
 Nervios y vasos externos
 Unos a otros
 Láminas:
o Anillos concéntricos de matriz calcificada
o Los osteocitos se sitúan entre las láminas en espacios conocidos
como lagunas.
o Los canalículos (canales diminutos en la matriz) permiten que las
proyecciones finas, en forma de dedos, de los osteocitos se conecten
entre sí a través de las uniones en hueco:
 Permiten el suministro de nutrientes y la eliminación de
residuos de los osteocitos en los anillos exteriores, sin estar
inmediatamente adyacentes a la vasculatura
 Permiten la comunicación de señales de tensión
 Colágeno:
o Las fibras se “enroscan” en la matriz en una determinada lámina
o Hay diferentes disposiciones helicoidales en las láminas adyacentes:
 Enroscamiento hacia la derecha vs. enroscamiento hacia la
izquierda
 Variación de la tensión del enroscamiento de las fibras
o Crea una red “entrecruzada” de colágeno → significativamente ↑
fuerza para resistir la flexión y la compresión


Láminas circunferenciales:
 Láminas paralelas a la superficie ósea alrededor de toda la circunferencia del
hueso
 No forman parte de una unidad funcional de osteón
 Localizaciones:
o Inmediatamente dentro de la capa osteogénica del periostio
o Revestimiento de la cavidad medular interna
Láminas intersticiales:
 Regiones irregulares de tejido óseo entre los osteones
 Restos de osteones antiguos parcialmente descompuestos durante la
remodelación ósea
Estructura microscópica del hueso compacto
Imagen: “Cross-sectional view of compact bone showing the basic structural unit, the osteon” por OpenStax College. Licencia: CC BY 4.0
Estructura microscópica del hueso esponjoso
En el hueso esponjoso, en lugar de formar anillos concéntricos dentro de los
osteones, las láminas forman anillos concéntricos, que crean las trabéculas.
Similitudes entre el hueso esponjoso y el compacto:
 Las láminas forman anillos concéntricos
 Los osteocitos viven dentro de la laguna entre las láminas
 Los osteocitos están conectados entre sí a través de canalículos
Diferencias entre el hueso esponjoso y el compacto:
 Las trabéculas se disponen a lo largo de las líneas de fuerza (los osteones son
paralelos entre sí en el hueso compacto).
 Las trabéculas forman una red en forma de celosía, creando un espacio dentro
del hueso lleno de médula ósea.
 No hay canales centrales → no son necesarios porque no hay osteocitos lejos
del suministro de sangre (médula circundante)
Estructura microscópica del hueso esponjoso
Imagen: “Spongy bone is composed of trabeculae containing the osteocytes. Red marrow fills the spaces in some bones.” por OpenStax College.

Licencia: CC BY 4.0

Videos relevantes
10:54
Osteon

Tejidos Hematopoyéticos en los Huesos

Definiciones
Médula ósea: término general para designar el tejido blando hematopoyético que
ocupa los espacios dentro del hueso.
 Médula roja: tejido mieloide (puede producir células sanguíneas)
 Médula amarilla: médula grasa (ya no produce células sanguíneas)

Localización de la médula ósea


 Las cavidades medulares de los huesos largos
 Diploe de huesos planos
 Cavidades trabeculares del hueso esponjoso

Cambios en la médula durante la vida


 En bebés y niños: Casi todas las cavidades óseas contienen médula roja.
 En adultos jóvenes y de mediana edad:
o La mayor parte de la médula roja se ha convertido en médula amarilla
o La médula roja existe en:
 Vértebras
 Costillas
 Esternón
 Partes de la cintura pélvica
 Cabeza proximal del húmero y del fémur
o La médula amarilla puede convertirse en médula roja en caso de
anemia grave o crónica.
Relevancia Clínica

 Osteoporosis: disminución de la masa y la densidad óseas que conlleva un


mayor número de fracturas. La osteoporosis suele estar causada por la
pérdida de estrógenos y/o testosterona protectores en etapas posteriores de la
vida, la inmovilización, los trastornos médicos subyacentes o el uso
prolongado de ciertos medicamentos. La osteoporosis suele presentarse
clínicamente con fracturas frecuentes y pérdida de los espacios
intervertebrales. El diagnóstico se establece midiendo la densidad mineral
ósea. El tratamiento incluye modificaciones en el estilo de vida, el
mantenimiento de niveles adecuados de calcio y vitamina D y el uso de
bifosfonatos.
 Osteomalacia y raquitismo: trastornos de la disminución de la
mineralización ósea. El raquitismo afecta al cartílago de los cartílagos de
crecimiento epifisarios de los niños. La osteomalacia afecta a los lugares de
recambio óseo en niños y adultos. Ambos trastornos están causados en la
mayoría de los casos por la carencia de vitamina D. El raquitismo suele
presentarse con deformidades esqueléticas y anomalías de crecimiento. La
osteomalacia puede presentarse con dolor óseo, dificultad para deambular y
fracturas patológicas. El tratamiento incluye la administración de
suplementos de vitamina D, calcio y fósforo.
 Enfermedad ósea de Paget: trastorno focal del metabolismo óseo que suele
afectar al cráneo, la columna vertebral, la pelvis y los huesos largos de las
extremidades inferiores. Las principales manifestaciones clínicas de la
enfermedad de Paget son el dolor óseo y las consecuencias de las
deformidades óseas (e.g., fracturas, artrosis, pinzamiento de nervios). El
tratamiento de la enfermedad de Paget incluye bifosfonatos, calcitonina y
cirugía para tratar las fracturas, las deformidades o las complicaciones.
 Hiperparatiroidismo: Enfermedad asociada a niveles elevados de la
hormona paratiroidea en la sangre. El hiperparatiroidismo puede deberse a
una enfermedad inherente a la glándula paratiroidea o a anomalías del
metabolismo del calcio. Los individuos presentan clásicamente “cálculos
(nefrolitiasis), huesos (↓ densidad mineral ósea), gemidos abdominales (dolor
abdominal inespecífico) y matices psiquiátricos (síntomas
neuropsiquiátricos)”. El diagnóstico se basa en la evaluación de laboratorio
de la hormona paratiroidea sérica, los niveles de calcio y fosfato, y el calcio
urinario. El tratamiento es típicamente quirúrgico y el tratamiento de
cualquier condición subyacente.
 Fracturas óseas: interrupción parcial o completa de la continuidad de un
hueso (periostio y/o corteza) como consecuencia de una tensión mecánica
(normalmente lesiones o trastornos metabólicos del hueso). La presentación
clínica varía según la causa y la localización de la lesión. La presentación
generalmente incluye deformidad, dolor, edema e inflamación. El diagnóstico
se realiza clínicamente y se confirma con imagenología. El tratamiento puede
consistir en una férula o en una intervención quirúrgica.

Partes anatómicas de los huesos


Los huesos son las estructuras óseas encargadas del sostén del cuerpo además
de funcionar como protectores de los órganos internos y constituir una reserva de
minerales.
El tejido óseo está formado por una sustancia que contiene gran cantidad de
sales, las cuales le proporcionan gran dureza y resistencia.

Vídeo sobre la estructura y funcionamiento de los huesos


En este video el fisioterapeuta Iñigo junquera nos desarrolla más información
sobre los huesos, su estructura y tipos:

¿Cómo están formados internamente los huesos?


A nivel microscópico la estructura del sistema óseo comprende:

Células
Estas reciben el nombre de osteocitos y están alojadas en unas cavidades
especiales formadas en la sustancia ósea llamadas lagunas óseas. Las células
óseas poseen unas prolongaciones que se entrecruzan con las de las células
vecinas.

Sustancia intercelular
La sustancia intercelular está formada por fibras y un componente cargado de
sales minerales. Las fibras del tejido óseo tienen una disposición laminar y se
encuentran completamente unidas entre sí. En oportunidades estas laminillas de
los estratos superficiales óseos se superponen según radios de curvatura, que en
el caso de los huesos largos es muy amplio y en los huesos planos y cortos se
disponen en estratos concéntricos de radio pequeños. En las epífisis de los
huesos largos, y en el cuerpo de los huesos planos y cortos existe una sustancia
esponjosa, cuyos pequeños trazos denominados trabéculas, quedan unidos por
una sustancia rica en calcio.

Periostio
La estructura del esqueleto se complementa con el periostio, que es la membrana
fibrosa y vascularizada que rodea totalmente al hueso y que tiene la propiedad de
poder formar nuevo tejido óseo en caso de ser necesario además de nutrir el
hueso.

Endostio
El endostia es la membrana de tejido conjuntivo que recubre la cavidad medular,
en ella se encuentran las células formadoras de hueso.

Sustancia Ósea
A nivel interno el hueso se posee dos clases de tejido óseo:

 Hueso esponjoso: está formado por una red tridimensional de trabéculas


óseas que delimitan un laberinto de espacios intercomunicantes ocupados
por médula ósea.
 Hueso compacto: es una masa sólida, en los espacios solo se pueden
apreciar con el microscopio.

Médula Ósea
La médula òsea es una sustancia blanca que rellena las cavidades del tejido
esponjoso y que en los huesos largos está contenida en una cavidad central
denominada cavidad medular. Se puede distinguir la médula ósea roja, activa y
encargada de fabricar las células sanguíneas (glóbulos rojos, glóbulos blancos y
plaquetas) y la amarilla inactiva y formada por grasa.

¿Cuáles son las partes o estructuras de los


huesos?
Los huesos poseen una estructura básica que comprende:

 Epífisis: se refiere a las zonas más extremas de los huesos largos, están
formadas por tejido óseo esponjoso (médula roja) donde se fabrican las
células sanguíneas. Son las zonas donde se une la articulación con el
hueso.
 Diáfisis: es la zona alargada del hueso y está formada por tejido óseo
compacto generando características de rigidez al hueso. en su parte central
se encuentra la cavidad medular rica en tejido graso (médula amarilla).
 Metáfisis: es el sitio de unión entre la epífisis y la diáfisis. El cartílago de
crecimiento se encuentra ubicado en esta zona, luego de complir su funcion
es remplazado por tejido oseo.
 Apófisis: son las estructuras sobresalientes del hueso, en ellas se insertan
los músculos, tendones y ligamentos.
 Cartílago articular: el cartílago lo encontramos en los extremos de los
huesos, está localizado en las articulaciones y su función es la de reducir la
fricción y ofrecer una superficie articular lubricada para reducir el desgaste
articular.

Los huesos están compuestos por tres porciones, llamadas diáfisis (porción
central del cuerpo del hueso), epífisis (extremos de los huesos largos) y metáfisis
(porción intermedia del hueso). De manera similar, desde adentro hacia afuera,
están compuestos por:

 Cavidad medular. La región “hueca” del hueso en donde se alberga la médula


ósea, ubicada generalmente en la diáfisis.
 Endostio. Es una membrana delgada de tejido conjuntivo que tapiza el interior
de la cavidad medular de los huesos largos.
 Arteria nutricia. La arteria que surte de sangre al hueso, a través de sus
agujeros nutricios y que luego se distribuye por el hueso a través de capilares
cada vez más delgados.
 Tejido óseo. El componente principal del hueso, conformado por células
óseas (osteocitos, osteoblastos, osteoclastos y células madre) en un 2% del
tejido, y por un 70% de sustancia extracelular resistente (hidroxiapatita)
segregada por ellos, a partir de calcio y fósforo, además de alrededor de un
30% de colágeno.
 Periosto. La membrana de tejido conectivo fibroso y resistente que cubre los
huesos en su región externa.
Hueso
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Hueso

Cráneo de Cercopithecus mona de frente

Visión lateral

Nombre y clasificación

Latín Ossa
TA A02.0.00.000

TH H3.01.00.0.00001

TH H3.01.00.0.00001

 Aviso médico

[editar datos en Wikidata]

Los huesos son órganos rígidos que forman el endoesqueleto de muchos


animales, como los seres humanos. Poseen varias funciones: forman una
estructura sólida para el sostenimiento del cuerpo, protegen órganos muy
sensibles como el cerebro, hacen posible el movimiento al servir como lugar de
inserción a los músculos y producen las células que forman parte de la sangre
(hematopoyesis). El conjunto organizado de las piezas óseas (huesos) forma
el esqueleto o sistema esquelético. Cada pieza cumple una función en particular y
de conjunto en relación con las piezas próximas a las que está articulada.
En el hueso existen diferentes variedades de tejido. El principal es el tejido óseo,
un tipo especializado de tejido conectivo firme, duro y resistente que está
compuesto por células (osteocitos) y componentes extracelulares calcificados que
le proporciona gran dureza. Los huesos poseen una cubierta superficial de tejido
conectivo fibroso llamado periostio y presentan superficies articulares que están
revestidas por tejido cartilaginoso. En el interior de los huesos se encuentra
la médula ósea, formada por tejidos blandos que incluyen el tejido
hematopoyético que produce las células de la sangre y tejido adiposo (grasa).
Cuenta además con vasos sanguíneos y nervios que irrigan e inervan su
estructura.1
El hueso es un órgano vivo que contiene células y vasos sanguíneos que le
aportan oxígeno y nutrientes. Se encuentra en constante proceso de
remodelación, aumenta de tamaño tanto en longitud como en grosor durante la
infancia y la adolescencia, y es capaz de autoregenerarse después de sufrir una
fractura, proceso que se conoce como consolidación ósea. Responde a la acción
de diferentes hormonas circulantes, como la calcitonina, la parathormona y
la hormona del crecimiento.
La presencia de cristales de fosfato cálcico en la matriz extracelular y su
disposición espacial otorgan al tejido óseo unas propiedades físicas especiales de
dureza, resistencia, ligereza y cierta flexibilidad que lo hacen idóneo para cumplir
su función estructural como sostén. Sin embargo el hueso no es la sustancia de
mayor dureza del organismo pues es superada por el esmalte dental.
La idea de considerar al hueso como una estructura mineral inerte es errónea y
está condicionada por el hecho de que después de la muerte la matriz intercelular
mineralizada perdura, conservándose durante largo tiempo. Sin embargo estos
restos óseos no son verdaderos huesos aunque conserven la forma, pues han
perdido los vasos sanguíneos, los nervios, la médula ósea, todas las células vivas
y carecen de capacidad de crecimiento y regeneración.1

Índice

 1Estructura
 2Tejido óseo
o 2.1Células
 3Funciones
o 3.1Funciones mecánicas
o 3.2Hematopoyesis
o 3.3Funciones metabólicas
 4Formación de los huesos
 5Remodelación ósea
 6Factores hormonales
 7Clasificación
o 7.1Huesos largos
o 7.2Huesos cortos
o 7.3Huesos planos
o 7.4Huesos irregulares
o 7.5Huesos sesamoideos
 8Tipos de tejido óseo
o 8.1Hueso compacto (cortical)
o 8.2Hueso esponjoso (trabecular)
 9Médula ósea
 10Alteraciones de los huesos
o 10.1Osteocondrodisplasias
o 10.2Fracturas
o 10.3Osteomielitis
o 10.4Osteitis deformante
o 10.5Osteoporosis
o 10.6Dolor óseo
 11Usos prácticos del hueso
 12Otros usos del término
 13Véase también
 14Bibliografía
 15Referencias
 16Enlaces externos

Estructura[editar]
Fémur humano

Los huesos que forman el esqueleto constan de varias partes:2

 Diáfisis. Se llama diáfisis a la porción central o cuerpo de los huesos largos.3


 Epífisis. Se llama epífisis a cada uno de los extremos de los huesos largos.
 Metáfisis. Se llama metáfisis a una zona intermedia de los huesos largos que
está situada entre la zona central (diáfisis) y los extremos (epífisis).
 Cartílago articular. Es una estructura formada por tejido cartilaginoso que se
interpone entre los extremos de dos huesos adyacentes, permitiendo el
deslizamiento de las superficies en contacto gracias a que presenta un
coeficiente de fricción muy bajo. No tiene vasos sanguíneos y se nutre a través
de las moléculas del líquido sinovial que penetran en su superficie. Está
formado por células especializadas llamadas condrocitos y una matriz
extracelular compuesta por fibras de colágeno tipo II.4
 Periostio. Membrana de tejido conectivo fibrosa y resistente que cubre los
huesos por su superficie externa.
 Cavidad medular. Es un espacio sin tejido óseo ubicado en la zona central de
la diáfisis de los huesos largos. La cavidad medular esta rellena por médula
ósea amarilla, tejido formado por células adiposas que almacenan importantes
cantidades de triglicéridos que suponen una reserva energética. No debe
confundirse la médula ósea amarilla con la médula ósea roja, también presente
en los huesos, que tiene la función de producir las células sanguíneas.
 Endostio. Membrana delgada del tejido conjuntivo que tapiza la superficie
interior de la cavidad medular de los huesos largos.56
 Arteria nutricia. El hueso necesita sangre que le aporte a sus células oxígeno y
nutrientes. Por ello cada hueso esta irrigado por una arteria nutricia que
penetra en su estructura a través de un pequeño orificio llamado agujero
nutricio, una vez en el interior se divide en ramas progresivamente más
pequeñas que se distribuyen por todas las áreas del hueso.

Los huesos están compuestos por tres porciones, llamadas diáfisis (porción
central del cuerpo del hueso), epífisis (extremos de los huesos largos) y metáfisis
(porción intermedia del hueso). De manera similar, desde adentro hacia afuera,
están compuestos por:

 Cavidad medular. La región “hueca” del hueso en donde se alberga la médula


ósea, ubicada generalmente en la diáfisis.
 Endostio. Es una membrana delgada de tejido conjuntivo que tapiza el interior
de la cavidad medular de los huesos largos.
 Arteria nutricia. La arteria que surte de sangre al hueso, a través de sus
agujeros nutricios y que luego se distribuye por el hueso a través de capilares
cada vez más delgados.
 Tejido óseo. El componente principal del hueso, conformado por células
óseas (osteocitos, osteoblastos, osteoclastos y células madre) en un 2% del
tejido, y por un 70% de sustancia extracelular resistente (hidroxiapatita)
segregada por ellos, a partir de calcio y fósforo, además de alrededor de un
30% de colágeno.
 Periosto. La membrana de tejido conectivo fibroso y resistente que cubre los
huesos en su región externa.

Tejido óseo[editar]

Artículo principal: Tejido óseo


El tejido óseo es el componente principal del hueso, está formado por células y
sustancia extracelular, también llamada matriz ósea. Las células representan
únicamente el 2 % del tejido, mientras que la matriz extracelular es el 98 %.

 Células: Las células pueden ser de varios tipos: células osteoprogenitoras


(células madre), osteocitos, osteoblastos y osteoclastos.
 Matriz extracelular: Está formada en un 70 % por sustancia inorgánica rica en
calcio y fósforo (hidroxiapatita) y en un 30 % por materia orgánica,
principalmente fibras de colágeno. Los cristales de hidroxiapatita se disponen
alrededor de las fibras de colágeno formando un armazón con excepcionales
propiedades mecánicas que le da al hueso su gran resistencia.7
Células[editar]

Células óseas

En el tejido óseo maduro y en desarrollo, se pueden diferenciar cuatro tipos


de células: osteoprogenitoras, osteoblastos, osteocitos y osteoclastos. Los tres
primeros son estadios funcionales de un único tipo celular.8

 Células osteoprogenitoras u osteógenas. Son células madre derivadas del


tejido mesenquimal, se dividen activamente y dan origen a los osteoblastos.
 Osteoblastos. Son células formadoras de matriz ósea. Son células muy
voluminosas que se localizan en la superficie ósea, contienen fosfatasa
alcalina y producen colágeno de tipo I.
 Osteocitos. Representan más del 90 % de las células del tejido óseo.
Proceden de los osteoblastos y su función principal es mantener y renovar la
matriz ósea. Son residentes fijos del hueso y su vida media es de alrededor de
25 años.9
 Osteoclastos. Tienen como función la resorción ósea. Se localizan en
el endostio, donde liberan enzimas lisosómicas y ácido que actúan sobre la
matriz ósea digiriéndola.

Funciones[editar]

Ilustración de las células hematopoyéticas en la médula ósea roja


La cadena de huesecillos situada en el oído medio tiene gran importancia en el proceso de audición

Los huesos poseen varias funciones, entre ellas mecánicas, metabólicas y de


síntesis de las células sanguíneas.
Funciones mecánicas[editar]
 Protección: Los huesos forman diversas cavidades que protegen a los órganos
vitales de posibles traumatismos. Por ejemplo, el cráneo o calota protege al
cerebro de traumatismos que pueden dañarlo, y la caja torácica (costillas y
el esternón), protege los pulmones y el corazón.2
 Sostén: Los huesos forman una estructura rígida, que se encarga del sostén
de los órganos y tejidos blandos.2
 Movimiento: Los músculos para generar los movimientos voluntarios se unen
mediante los tendones a la superficie de los huesos.2
 Transducción de sonido: Los huesos son importantes en el aspecto mecánico
de la audición en la que interviene la cadena de huesecillos situada en el oído
medio formada por el martillo, el yunque y el estribo.
Hematopoyesis[editar]
 Hematopoyesis: La médula ósea roja, que se encuentra en el tejido
esponjoso de los huesos largos encargada de la formación de las células
sanguíneas.

Funciones metabólicas[editar]
 Almacenamiento de minerales: Los huesos actúan como centros de
almacenamiento de las reservas minerales más importantes del cuerpo, sobre
todo de calcio y fósforo, acumulando el 99 % de calcio del organismo.
Dependiendo de las necesidades, pueden liberar minerales a la circulación
sanguínea para distribuirlos a otros órganos que los necesitan para diversas
funciones.2
 Almacenamiento de grasa: La médula ósea amarilla actúa como reservorio de
ácidos grasos, importantes para la homeostasis energética.
 Función endocrina: Los osteocitos y osteoblastos secretan varias sustancias
implicadas en diferentes funciones metabólicas, por lo que actualmente se
considera al hueso como un órgano con función endocrina. Entre ellas el factor
de crecimiento fibroblástico 23 (FGF-23), que actúa sobre los riñones para
reducir la reabsorción de fosfato y la osteocalcina que aumenta la secreción
de insulina por el páncreas, disminuye el nivel de glucosa plasmática y
aumenta la sensibilidad a la insulina.1011

Formación de los huesos[editar]

Radiografía del extremo inferior de la tibia y el peroné. La flecha roja indica la situación del cartílago de
crecimiento de la tibia.

En el periodo embrionario no existen huesos, las estructuras equivalentes están


formadas por un molde de tejido mesenquimal o por cartílago hialino. A medida
que se produce el crecimiento, tiene lugar de forma progresiva el proceso de
osteogénesis (formación de hueso) y osificación. Este se inicia en los puntos de
osificación que son en realidad cúmulos de células formadoras de hueso
u osteoblastos.12
Existen dos tipos de osificación:

 Osificación intramembranosa (alostasis o directa). La osificación tiene lugar a


partir de un molde mesenquimatoso que se transforma en hueso. Es típica de
los huesos planos que constituyen el cráneo.
 Osificación endocondral (autostosis o indirecta). El molde mesenquimatoso se
transforma en primer lugar en tejido cartilaginoso y posteriormente a través de
puntos de osificación en tejido óseo maduro. Es típica de los huesos largos
como los que forman las extremidades. Se forma un punto de osificación en
la diáfisis que avanza en dirección a las epífisis, posteriormente aparecen
centros secundarios en las epífisis. Mientras persiste el periodo de crecimiento
en longitud de los huesos, existe una estructura denominada cartílago de
crecimiento que se sitúa entre las epífisis y la diáfisis de los huesos largos.
Cuando los huesos alcanzan su longitud máxima este cartílago desaparece.1314

Remodelación ósea[editar]
El hueso es un tejido dinámico que se encuentra en un proceso continuo de
renovación. Se ha calculado que en un año se reemplaza alrededor del 5 % del
hueso cortical y un 20 % del trabecular, por lo que esqueleto se renueva
totalmente cada 10 años por término medio. La renovación del hueso es necesaria
entre otros motivos para la reparación del daño tisular.15
El proceso se inicia por la actividad de los osteoclastos que destruyen el hueso en
pequeñas áreas localizadas, a continuación los osteoblastos lo reparan creando
nueva matriz intercelular y facilitando la mineralización. El balance entre la
reabsorción y la formación óseas es un proceso complejo que está determinado
en parte genéticamente y en el que influyen factores nutricionales y hormonales.
El remodelado óseo tiene lugar durante toda la vida de un individuo, pero solo es
positivo hasta los 30 años en la especie humana, edad en la que se alcanza el
máximo de masa ósea, la cual se mantiene bastante estable hasta los 50,
momento en que empieza a disminuir, lo que condiciona mayor tendencia a las
fracturas.15

Factores hormonales[editar]
Las hormonas son mensajeros químicos que actúan en un lugar del organismo
diferente al sitio en que se producen. Existen varias hormonas que desempeñan
importantes funciones en la fisiología ósea. Algunas de las más importantes son
las siguientes:15

 Parathormona. Es producida por las glándulas paratiroides, produce


reabsorción del hueso y aumento del nivel de calcio en sangre.
 Calcitonina. Es producida por las células C del tiroides. Tiene un efecto
contrario a la parathormona, inhibe la reabsorción ósea y disminuye el nivel de
calcio en sangre.
 Vitamina D. Favorece la absorción de calcio y fosfato por el intestino y la
mineralización del hueso.
 Hormonas tiroideas. Estimula la producción de hueso y su mineralización. La
deficiencia de hormona tiroidea durante el periodo de crecimiento conduce
al cretinismo que se caracteriza por talla baja y diferentes alteraciones en los
huesos.
 Hormona del crecimiento. Estimula la acción de los osteoblastos aumentando
la producción de hueso
 Andrógenos. Son las hormonas masculinas, producen incremento de la
densidad ósea.
 Estrógenos. Son las principales hormonas femeninas, favorecen la formación
de hueso nuevo por activación de los osteoblastos e inhibición de los
osteoclastos. La deficiencia de estrógenos en la mujer favorece la aparición de
osteoporosis.
 Insulina. Estimula la síntesis de matriz ósea.
 Glucocorticoides. Favorecen la desmineralización del hueso e inhiben la acción
de los osteoblastos.

Clasificación[editar]

Radiografía de la mano izquierda normal de un adulto. La flecha indica la ubicación de un hueso


sesamoideo claramente visible junto a la articulación metacarpofalángica del pulgar.

Huesos largos[editar]
Los huesos largos presentan una forma cilíndrica, donde predomina la longitud
sobre el ancho y grosor. Se dividen en tres porciones: un cuerpo (diáfisis) y dos
extremos (epífisis), generalmente se encuentran en los miembros locomotores.
Ejemplos: húmero, fémur, etc.
Huesos cortos[editar]
Los huesos cortos presentan una forma cuboide, no predomina ninguna de sus
dimensiones, su función es de amortiguamiento. Ejemplos: huesos
del carpo y tarso. Estas tienen aproximadamente la misma longitud que ancho.
Los huesos cortos se ubican en las articulaciones de la muñeca y el tobillo y
proporcionan estabilidad y permiten algunos movimientos.
Huesos planos[editar]
Su principal característica es que son más anchos y largos que gruesos, su
función es la de proteger tejidos blandos e inserción de grandes masas
musculares. Ejemplos: escápula u omóplato, huesos del cráneo y coxal.
Huesos irregulares[editar]
No presentan forma o división predominante para su agrupación, son impares y se
localizan en la línea media, sus funciones son variables aunque la de mayor
importancia es la protección del sistema nervioso central. Ejemplo: vértebras.
Huesos sesamoideos[editar]
Son pequeñas estructuras de tejido óseo con forma más o menos ovaladas y
número inconstante que se localizan en las proximidades de los tendones. Su
función es la de disminuir la fricción y alteran la dirección en que se realiza la
tracción muscular. Los más importantes se localizan junto a la articulación
metatarsofalángica del primer dedo del pie. La rótula, aunque se estudia de forma
independiente, está considerada un hueso sesamoideo de gran tamaño. Pueden
sufrir fracturas y presentar procesos inflamatorios que se conocen
como sesamoiditis.16

Estructura de un hueso plano

Tipos de tejido óseo[editar]


Existen dos tipos de tejido óseo que se diferencian macroscópicamente y
microscópicamente y se llaman hueso compacto o cortical y hueso esponjoso o
trabecular. Sin embargo no hay un límite perfectamente marcado entre las dos
áreas existiendo una pequeña zona de transición.
Sección transversal del fémur en la que puede observarse el hueso cortical o compacto y el esponjoso o
trabecular

Hueso compacto (cortical)[editar]

Estructura del tejido óseo compacto

Sección de una osteona

Osteocitos incluidos en la matriz ósea

La capa exterior dura de los huesos está compuesta de hueso cortical, que
también se llama hueso compacto, ya que es mucho más denso que el hueso
esponjoso, su apariencia es suave, blanca y sólida, el tejido óseo compacto o
hueso cortical representa el 80 % de la masa ósea del esqueleto. Se encuentra en
la diáfisis o porción central de los huesos largos, en la región exterior e interior de
los huesos planos y en distintas zonas del resto de los huesos. Está constituido
por capas concéntricas de laminillas óseas que forman estructuras cilíndricas
llamadas osteonas,.
Facilita las funciones principales de los huesos: dar apoyo a todo el cuerpo,
proteger los órganos, proporcionar palancas para el movimiento y almacenar y
liberar elementos químicos, principalmente calcio. Consiste en múltiples columnas
microscópicas, cada una de las cuales se llama osteón o sistema de Havers.
En el centro de los osteonas se encuentran los conductos de Havers por donde
transitan los vasos sanguíneos. Los conductos de Volkmann transversales sirven
para conectar varios conductos de Havers entre sí. La estructura resultante podría
considerarse como un conjunto de columnas unidas por lo que presenta gran
resistencia a las fuerzas de compresión.7
En las laminillas se ubican lagunas embutidas en el matriz mineralizada que
contienen osteocitos (célula principal del tejido óseo), desde cada laguna irradian
pequeños canalículos ramificados que las comunican entre sí y hacen posible la
nutrición de las células.7
Hueso esponjoso (trabecular)[editar]
El hueso esponjoso o trabecular no contiene osteonas, sino que las láminas
intersticiales se disponen de forma irregular formando unas placas llamadas
trabéculas. Estas placas forman una estructura esponjosa en la que se intercalan
huecos llenos de médula ósea roja.
Dentro de las trabéculas se encuentran los osteocitos. Los vasos sanguíneos
penetran directamente en el hueso esponjoso y permiten el intercambio de
nutrientes y oxígeno entre la sangre y los osteocitos.
El hueso esponjoso representa el 20 % de la masa ósea total y se encuentra en
los extremos o epífisis de los huesos largos y el interior de otros huesos.
El hueso esponjoso, también llamado hueso trabecular o esponjoso,  es el tejido
interno del hueso esquelético y es una red porosa de células abiertas, el hueso
esponjoso tiene una relación superficie-volumen más alta que el hueso cortical y
es menos denso . Esto lo hace más débil y flexible. La mayor superficie también lo
hace adecuado para actividades metabólicas como el intercambio de iones calcio.
El hueso esponjoso se encuentra típicamente en los extremos de los huesos
largos, cerca de las articulaciones y en el interior de las vértebras. El hueso
esponjoso es muy vascular y a menudo contiene médula ósea roja donde la
hematopoyesis, se produce la producción de células sanguíneas.
La unidad anatómica y funcional primaria del hueso esponjoso es la trabécula, las
trabéculas están alineadas hacia la distribución de la carga mecánica que
experimenta un hueso dentro de huesos largos como el fémur .
En cuanto a los huesos cortos, se ha estudiado la alineación trabecular en el
pedículo vertebral, las formaciones delgadas de osteoblastos cubiertos de
endostio crean una red irregular de espacios,  conocidos como trabéculas, dentro
de estos espacios se encuentran la médula ósea y las células madre
hematopoyéticas que dan lugar a plaquetas, glóbulos rojos y glóbulos blancos .  
La médula trabecular está compuesta por una red de elementos en forma de
varillas y placas que hacen que el órgano en general sea más liviano y dejan
espacio para los vasos sanguíneos y la médula, el hueso trabecular representa el
20% restante de la masa ósea total, pero tiene casi diez veces la superficie del
hueso compacto.
Las palabras esponjoso y trabecular se refieren a las diminutas unidades en forma
de celosía (trabéculas) que forman el tejido, primero se ilustró con precisión en los
grabados de Crisóstomo Martínez.

Micrografía de hueso esponjoso


 

Estructura del hueso esponjoso


 

Hueso compacto:
a. Conductos de Havers,
b. Lagunas con osteocitos
 

Hueso compacto. Corte transversal


 

Sección de hueso compacto

Médula ósea[editar]

Médula ósea roja

Sección de un hueso largo. Puede observarse en su interior la cavidad medular repleta de médula ósea
amarilla.

Se llama médula ósea a un tipo de tejido blando que se encuentra en el interior de


los huesos. Por término medio, representa alrededor del 4 % del peso total de un
adulto humano, por lo tanto una persona de 65 kg cuenta con 2.6 kg de este
tejido.17 Pueden diferenciarse dos tipos: médula ósea roja y médula ósea amarilla.

 Médula ósea roja. En ella se fabrican las células que pasan a formar parte de
la sangre, por lo que recibe el nombre de tejido hematopoyético. En un adulto
humano se localiza principalmente en el esternón, costillas, cráneo, columna
vertebral, pelvis, escápula y los extremos o epífisis de los huesos largos. Tiene
una función crucial pues genera los hematíes que transportan el oxígeno a las
células, los glóbulos blancos o leucocitos que permiten combatir los procesos
infecciosos y las plaquetas que hacen que se coagule la sangre cuando se
produce la rotura de algún vaso sanguíneo. Si la médula ósea roja no cumple
su función se produce una situación muy grave que hace peligrar la vida.21
Está constituida por un 60 % de células hematopoyéticas y un 40 % de
adipocitos. Su composición aproximada es 40 % de grasa, 40 % de agua y
20 % de proteínas. Produce cientos de millones de células por día que se
incorporan a la sangre mediante los vasos capilares que la atraviesan.18

 Médula ósea amarilla. Está formada principalmente por grasa y no participa


apenas en la hematopoyesis. Se localiza en la cavidad medular situada en la
porción central o diáfisis de los huesos largos.21 El 95 % de su peso son
adipocitos y solo un 5 % son células hematopoyéticas. La composición
aproximada es 80 % de grasa, 15 % de agua y 5 % de proteínas.

Alteraciones de los huesos[editar]


El sistema esquelético está expuesto a patologías de naturaleza
circulatoria, inflamatoria, neoplásica, metabólica y congénita, tal como los otros
órganos del cuerpo. Los trastornos de los huesos son numerosos y variados.
Osteocondrodisplasias[editar]
El bufón don Sebastián de Morra, un paciente afecto de acondroplasia, pintado por Velázquez.

Las osteocondrodisplasias, también llamadas displasias óseas, son un conjunto de


enfermedades de origen congénito que producen una alteración en el tamaño
forma o resistencia de los huesos, sobre todo de las extremidades y la columna
vertebral, provocando con frecuencia talla baja o enanismo. Se han descrito más
de 300 displasias óseas, la mayor parte de las cuales son trastornos de origen
genético que se heredan según un patrón autosómico dominante, aunque lo más
habitual es que se presenten casos esporádicos por mutaciones nuevas. Algunas
de las entidades más conocida del grupo son la acondroplasia que provoca
enanismo y la osteogénesis imperfecta, enfermedad congénita causada por la falta
o insuficiencia del colágeno que se caracteriza porque los huesos de fracturan
muy fácilmente, con frecuencia tras un pequeño traumatismo o a veces sin razón
aparente.1920
Fracturas[editar]
Artículo principal: Fractura (medicina)
La flecha indica una fractura de radio en un antebrazo humano

Se entiende por fractura una solución de continuidad en algún punto del hueso.


Generalmente está causada por un traumatismo que provoca una tensión que
supera la resistencia del hueso, causando su rotura. Tienen tendencia a consolidar
gracias a los mecanismos naturales de autorregeneración que se inician con la
formación de un callo de fractura. En muchas ocasiones el tratamiento consiste en
realizar una inmovilización del área mediante vendaje de yeso para facilitar la
curación natural y evitar el desplazamiento de los fragmentos.
Osteomielitis[editar]
La osteomielitis es un proceso infeccioso que afecta a la estructura del hueso y
puede provocar su destrucción (osteonecrosis). Se debe a la existencia de
microorganismos patógenos, generalmente bacterias, que llegan el hueso por
contigüidad a través de los tejidos próximos o heridas abiertas, pero también por
vía hematógena, es decir a través de la sangre. Puede diferenciarse osteomielitis
aguda y crónica.21
Osteitis deformante[editar]
También llamada enfermedad de Paget, es un padecimiento crónico de causa no
bien conocida. Origina agrandamiento y deformación de los huesos que debilita su
estructura y provoca dolor y tendencia a las fracturas. Suele afectar a un área
determinada del esqueleto.22
Osteoporosis[editar]
Artículo principal: Osteoporosis

La osteoporosis es el término general para definir la porosidad del esqueleto


causada por una reducción de la densidad ósea. En esta enfermedad existe una
disminución de la resistencia del hueso, debido a una alteración en la
remodelación ósea, por ello hay un descenso de la masa ósea, además de
presentarse conductos amplios de reabsorción; en tanto que la concentración de
calcio en la matriz es normal.
La osteoporosis secundaria es la más frecuente y suele aparecer asociada con
la tercera edad y la menopausia. En homeostasis la unión del estrógeno con los
osteoblastos a través de receptores específicos, estimula a los osteoblastos para
producir y secretar matriz ósea. Con el decremento de la secreción de estrógeno
por la menopausia, la actividad osteoclástica (reabsorción) se vuelve mayor que la
osteoblástica (formación de tejido óseo nuevo), teniendo como consecuencia la
reducción de la masa ósea, volviendo frágil al hueso, por incapacidad para el
soporte de las fuerzas de tensión.
No obstante, hay un número considerable de causas secundarias de osteoporosis
a cualquier edad que no suelen ser reconocidas ni valoradas, pero que se pueden
identificar si se somete al paciente a una evaluación apropiada. Entre ellas
destacan la deficiencia de calcio y vitamina D, la actividad física reducida,
la enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten no celíaca no diagnosticadas ni
tratadas, la diabetes mellitus, la insuficiencia renal, la acidosis tubular renal y los
tratamientos con corticoides de larga duración.23242526 En las personas con
enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten no celíaca con enfermedad activa,
causa la osteoporosis y no se limitan a posibles carencias nutricionales, sino
también a procesos inflamatorios o autoinmunes, en los que el consumo
de gluten provoca el desarrollo de autoanticuerpos que atacan a los huesos.2527
Dolor óseo[editar]
Diferentes enfermedades puede causar dolor de huesos, entre ellas las siguientes:
 Endocrinológicas, tales como el hiperparatiroidismo, la osteoporosis y
la insuficiencia renal.28
 Gastroenterológicas o sistémicas, tales como la enfermedad celíaca y
la sensibilidad al gluten no celíaca (que cursan con frecuencia sin ningún
síntoma digestivo), la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.272829
 Hematológicas, como el síndrome de Cushing, el mieloma múltiple, la anemia
de células falciformes.28
 Infecciosas, como la enfermedad de Lyme y la osteomielitis.28
 Neurológicas, como los las lesiones de la médula espinal y la
degeneración vertebral.28
 Oncológicas, como las metástasis óseas y la leucemia.28
 Ortopédicas, como las fracturas, la artrosis y la osteítis deformante (también
llamada enfermedad de Paget).28
 Pediátricas, como el raquitismo y la artritis juvenil idiopática.28
 Reumatológicas, como la espondilitis anquilosante, la artritis reumatoide y
la gota.28

Usos prácticos del hueso[editar]

Dado antiguo fabricado con hueso

En el paleolítico superior se utilizó el hueso como materia prima para fabricar


diversos utensilios o herramientas.30Entre los objetos artísticos más antiguos
fabricados con hueso, se encuentra la hebilla del cinturón de san Césaire, obispo
de Arlés, datada en el siglo VI, que representa a soldados romanos dormidos al
lado de la tumba de Cristo.31 En la actualidad existen artesanos que utilizan el
hueso como materia prima en diversas artes, por ejemplo los lauderos utilizan el
hueso para las clavijas de distintos instrumentos de cuerda.

Otros usos del término[editar]


La palabra hueso también puede denotar:

 El endocarpio duro y leñoso de las drupas, llamado también carozo.


 Figurativamente:
o En Colombia, un espectáculo o chiste de muy mala calidad.
o En Ecuador, una persona avara, mezquina o tacaña.
o En Venezuela, un artículo que es imposible de vender por no tener utilidad
práctica, no tener demanda en el mercado, tener demasiada competencia o
estar pasado de moda.

¿Cómo crecen los huesos?

Los huesos son estructuras duras. Así que, ¿cómo crecen? Bueno, los
huesos son tejidos vivientes. Reciben un suministro de sangre.
Constantemente, estás creando nuevos huesos. De hecho, el esqueleto
humano es remplazado cada 7 a 10 años. Pero, ¿cómo crecen los
huesos? Desde los extremos, donde povean cartílago.

Crecimiento y Desarrollo de los Huesos

Tempranamente en el desarrollo del feto humano, el esqueleto se


compone totalmente de cartílago . El cartílago relativamente blando
gradualmente se transforma en hueso duro a través de la osificación .
Este es un proceso en el cual los depósitos minerales remplazan al
cartílago. Como se muestra en la Imagen siguiente , la osificación de
huesos largos, que se encuentran en los brazos y piernas, comienza en
el centro de los huesos y continúa hacia los extremos. En el nacimiento,
varias áreas de cartílago se mantienen en el esqueleto, lo que incluye a
las placas de crecimiento en los extremos de los huesos largos. Este
cartílago crece a medida que lo hacen los huesos largos, así que los
huesos pueden seguir aumentando su longitud durante la niñez.

[Figure 2]

Imagen 14.14

Los huesos largos se osifican y se vuelven más largos a medida que crecen y desarrollan.

A finales de la adolescencia o cerca de los 20 años, una persona alcanza


la madurez esquelética. Para entonces, todo el cartílago ha sido
remplazado por hueso, así que no es posible un mayor crecimiento en la
longitud del hueso. Sin embargo, los huesos aún pueden aumentar su
grueso. Esto podría ocurrir en respuesta a actividad muscular
aumentada, como el entrenamiento con pesas.

Resumen

 Los huesos se osifican cada vez más y aumentan su longitud durante


el desarrollo fetal, la niñez y la adolescencia.
 Cuando se alcanza la madurez esquelética cerca de los 20 años, no
puede haber un aumento adicional en la longitud del hueso.
INTRODUCCIÓN

Los huesos se desarrollan a partir de condensaciones del mesénquima. A partir de


estas condensaciones, los huesos largos se transforman en un modelo de cartílago
hialino rodeado de pericondrio que se reemplaza gradualmente por hueso mediante un
proceso denominado osificación endocondral.1-8 El sitio del hueso donde comienza la
osificación se denomina núcleo o centro de osificación.4 El primer signo de osificación
que se presenta en el molde cartilaginoso es el centro de osificación primario, ubicado
en la mitad de la futura diáfisis.5,9 Después de la formación del centro primario, el
espacio medular primitivo comienza a expandirse hacia la epífisis, y los condrocitos en
la metáfisis comienzan a organizarse en columnas, y forman la placa de crecimiento
metafisario (PC-metafisario).10 La función primordial de esta placa es el crecimiento
longitudinal del hueso.

Luego, durante el período perinatal, aparecen los centros secundarios de osificación


(CSO) en las epífisis del hueso.8 Durante la formación del CSO existe una interacción
entre la invasión vascular, flujo intersticial de fluidos, la degradación de la matriz, la
maduración e hipertrofia de condrocitos y la mineralización.8 La estructura
cartilaginosa que permite el crecimiento del CSO se conoce como placa de crecimiento
del centro secundario de osificación (PC-CSO).8,11 El cartílago de la placa de
crecimiento metafisario se diferencia del PC-CSO en la organización espacial de
condrocitos.7 Es decir, la estructura de la placa de crecimiento del centro secundario de
osificación es similar a la de la placa de crecimiento metafisario, pero su crecimiento se
produce en forma radial.11,12 La función principal del CSO, delimitado por su PC-CSO, es
el crecimiento transversal y esférico de los extremos de los huesos largos.11

Hasta el momento, la mayoría de los estudios del desarrollo óseo se han enfocado,
principalmente, en el centro primario de osificación.5,11 De este modo, el conocimiento
sobre los procesos biológicos involucrados en el desarrollo del CSO es limitado.11 Por
tanto, en este artículo se realiza una revisión bibliográfica referente a la biología
involucrada en la aparición y formación del CSO. El objeto del artículo es entender,
recopilar y sintetizar el conocimiento existente sobre el desarrollo biológico de la
epífisis de los huesos largos y de esta manera, crear una base para trabajos futuros de
modelado matemático del proceso de crecimiento epifisario. Para cumplir con este
objetivo, el artículo comienza mencionando las diversas etapas histológicas del
desarrollo epifisario para luego describir detalladamente los procesos biológicos
ocurridos en cada una de dichas etapas. Además, ocurre un proceso de osificación
endocondral dentro de la condroepífisis, el cambio de orientación del PC-CSO, la
formación del plato óseo epifisario y del hueso subcondral. Finalmente, la fusión
epifisaria que es el evento que cierra el proceso de osificación en la epífisis de los
huesos largos.

niversidad de los Andes > Macroscópico > Osteología


La osteología es la rama de la morfología que estudia la forma y estructura de los huesos.

Perteneciente al phylum de los cordados y al subphylum de los vertebrados, la subespecie


homo sapiens sapiens está conformada por un esqueleto osteocartilaginoso, entendiendo
por tal al conjunto de huesos y articulaciones que constituyen el sistema
esquelético (imagen 1).

Los huesos, como órganos que son, están constituidos por varios tejidos fundamentales, de
los cuáles predominan el conectivo propiamente tal y los conectivos especiales,
cartilaginoso y óseo.

El tejido óseo, siendo el principal tejido que forma los huesos, presenta dos disposiciones,
laminillar y no laminillar, atendiendo a la disposición que adopta la sustancia fundamental
en sus componentes fibrilar y de sales de depósito. El tejido no laminillar predomina en
estados de formación ósea o de reparación, por tanto, puede ser considerado como un tipo
de tejido inmaduro.

En cambio, el tipo laminillar está presente en los huesos ya desarrollados y adopta dos
formas de organización ósea macroscópica, el hueso compacto y el hueso esponjoso.

El hueso de tipo compacto (imagen 2) se ubica en la superficie de ellos, pudiendo ser de


mayor o menor grosor, según la funcionalidad y plasticidad del órgano lo requiera. Es así
como el tejido compacto presente en huesos sometidos a gran presión, tracción,
compresión, tensión está más desarrollado que otros huesos sometidos a menor energía.

Por otro lado, el hueso esponjoso (imagen 2), que se dispone en forma de trabéculas óseas,
se ubica en la profundidad de los huesos y se encuentra aislado siempre del medio externo
por una cutícula más o menos gruesa de hueso compacto.

Estas trabéculas óseas cumplen una función muy importante, ya que, además de significar
un ahorro de masa ósea y de peso corporal, su ductilidad permite la configuración de líneas
direccionales de tensión que permiten la derivación de la energía en la forma adecuada al
segmento corporal. Además, esta disposición de la trama ósea crea espacios internos que
permiten el alojamiento de tejido hematopoyético en su variedad de médula ósea. Su
disposición espacial sufre cambios permanentes que responden a influencias hormonales,
etarias de la persona y funcionales de la postura, lo que revela la capacidad de
remodelación contínua de los huesos.

El esqueleto humano adulto está conformado por aproximadamente 204 a 206 huesos,
explicado por la presencia huesos supernumerarios que constituyen variación anatómica.
El esqueleto fetal (imagen 3) está constituido por mayor número de huesos, dado que
numerosos de ellos aún no concluyen su proceso de osificación y, por tanto, su
desarticulación arroja una aparente mayor cantidad de ellos.
En el esqueleto humano se describe una parte axial (imagen 4) y otra apendicular (imagen
5) . La primera comprende la cabeza ósea-incluyendo cráneo y huesos de la cara-, columna
vertebral-en sus porciones cervical, torácica, lumbar, sacra y coccígea, huesos del tórax-
esternón, costillas y cartílagos costales- y finalmente, el hueso hioides. Corresponde al
esqueleto de los segmentos corporales de cabeza, cuello y tronco. El esqueleto apendicular,
por otro lado, corresponde al esqueleto de los miembros superiores e inferiores. Incluye los
cíngulos (cinturas) torácico (escapular) y pelviano, -que unen los miembros al tronco- y, los
huesos de las porciones libres de los mismos.

Según la forma que adoptan los huesos, se distinguen los siguientes tipos: largos, breves o
cortos, planos o anchos e irregulares. Otros criterios estructurales permiten diferenciar
variedades de éstos.

Los huesos largos se caracterizan por el predominio del eje longitudinal respecto de los
otros dos ejes. Por su forma, se reconocen en ellos una porción central
denominada diáfisis o cuerpo y dos extremos denominados epífisis (imagen 6). Las epífisis
se caracterizan por presentar distintas formas y corresponden a las porciones de los huesos
que articulan con otro hueso adyacente. En el hueso adulto, epífisis y diáfisis se encuentran
unidas formando una unidad. La zona intermedia que las une se
denomina metáfisis (imagen 7) y representa la osificación que experimenta el cartílago
hialino que permite su crecimiento en edades previas. La diáfisis de los huesos largos
presenta una gruesa formación de hueso compacto conocida como cortical y ausencia de
tejido esponjoso. En el interior del hueso y adyacente a la cortical ósea se presenta un
espacio que se extiende a través del eje longitudinal de la diáfisis denominado canal
medular (imagen 8), el cuál, siendo muy neto en la región central de la diáfisis comienza a
ser reemplazado progresivamente por tejido óseo esponjoso hacia los extremos, de manera
tal que en las epífisis ya no existe canal medular y la sustancia ósea está representada sólo
por tejido esponjoso con una delgada cubierta de tejido compacto.

La estructura ósea se haya revestida por una cubierta de tejido conectivo denso a manera de
vaina denominado periostio (imagen 9), que se interrumpe y suspende sólo al llegar a los
márgenes de las superficies articulares a las cuáles respeta. Este componente fibroso del
hueso se adhiere íntimamente al tejido compacto y es el tejido que aporta la circulación
sanguínea y la inervación del órgano. Se reconocen en el periostio una disposición tisular
superficial que es más fibrosa, con riqueza de fibras colágenas que se anclan en el tejido
compacto proporcionándole gran firmeza a esta forma de fijación periostal y una capa más
profunda que es más celular y tiene la importancia que posee función osteoprogenitora ,
con la presencia de células productoras de tejido óseo que promueven el crecimiento
aposicional y permiten el crecimiento en grosor.

Los huesos largos suelen presentar orificios nutricios (imagen 10) para el ingreso y egreso
de vasos sanguíneos, uno habitualmente cercano al punto central de la diáfisis y sendos
orificios para las epífisis.

Los huesos largos se localizan en el esqueleto de los miembros (imagen 11).


El canal medular y los espacios intertrabeculares del hueso esponjoso son ocupados por
médula ósea, tejido conectivo de función hematopoyética, presente en todos los tipos de
hueso pero en diferentes proporciones. Dada su función de producción de células
sanguíneas es que el aspecto de este tejido es rojizo. La médula ósea sufre modificaciones
fisiológicas a través de la vida, disminuyendo progresivamente su función hematógena y
siendo reemplazada por tejido adiposo. De allí que en los huesos de personas adultas la
médula ósea adquiere un aspecto amarillento. En el adulto persiste médula ósea roja de
significación sólo en algunos huesos.

La superficie de las trabéculas del tejido esponjoso y de los canalículos óseos que
atraviesan el tejido compacto están tapizados por una variedad especial de tejido conectivo
laxo, vascularizado y con una población de células osteoprogenitoras denominado endostio.

Tanto el periostio como el endostio participan activamente en la remodelación ósea, sea en


condiciones normales de crecimiento como en situaciones patológicas. Los huesos
breves o cortos se caracterizan porque presentan un equilibrio entre las tres dimensiones
sin predominio de ninguna de ellas y por tanto ofrecen un aspecto poliédrico y
macizo (imagen 12). Este tipo de hueso está conformado casi en su totalidad por tejido
esponjoso recubierto por una muy delgada lámina de tejido compacto, de manera que su
aspecto macizo contrasta con su peso liviano (imagen 13). Las trabéculas óseas están
rodeadas de abundante médula ósea.

Se ubican de preferencia en el esqueleto apendicular, específicamente en las regiones


del carpo en la mano (imagen 14) y del tarso en el pie.

Suelen presentar numerosas y amplias superficies o carillas articulares, revestidas por una
cutícula de cartílago hialino de superficie, dejando entre ellas superficies variables de hueso
recubiertas por periostio. Generalmente presentan pocos vasos nutricios que hacen su
ingreso por la zona central del hueso.

Los huesos de tipo planos o anchos, tal como lo indica su denominación, tienen aspecto


aplanado, con predominio de dos dimensiones, largo y ancho, respecto a una tercera,
espesor (imagen 15). Condición para ser catalogados como tal es la ausencia de canal
medular.

Están constituidos también por hueso compacto y esponjoso en proporciones variables. Su


localización más característica es en el cráneo, donde conforman la calvaria (bóveda o
calota), estructura ósea a manera de cúpula que limita la cavidad que contiene el
encéfalo (imagen 16). Además, se los encuentra en el esqueleto del tórax, correspondiendo
a las costillas (imagen 17) y esternón (imagen 18). Estos últimos, aún cuando son huesos de
aspecto alargado, carecen de canal medular; su espesor está representado por hueso
esponjoso y médula ósea, cubiertos por una lámina de grosor variable. Especialmente en el
esternón, persiste la presencia de médula ósea roja en edades avanzadas y constituye uno de
los sitios preferenciales para efectuar extracción de tejido hematopoyético para estudio.
Los huesos de la calvaria constituyen verdaderas tablas óseas de forma rectangular.
Presentan superficies amplias y relativamente lisas, con caras externas (exocraneales) e
internas (endocraneales), constituidas por tejido compacto, denominadas láminas externa e
interna respectivamente. Intermedio entre ambas láminas se ubica tejido esponjoso, que en
estos huesos del cráneo tienen un comportamiento más trabecular y vascular que el común
del tejido esponjoso y se denomina diploe (imagen 19). Ambas caras óseas están revestidas
por periostio, siendo el periostio propiamente tal el que cubre la cara externa, en cambio, la
hoja periostal de la cara interna corresponde a duramadre que se adhiere firmemente en
dicha superficie y remeda el periostio propiamente tal. Debido a la amplia superficie que
presentan, estos huesos se originan a partir de varios centros de osificación mediante un
proceso de osificación directa o fibrosa. Algunos de estos huesos planos conforman
también parte de la base de cráneo, en cuya región habitualmente presentan osificación
indirecta o cartilaginosa.

Los huesos irregulares, que no cumplen los requisitos morfológicos de los anteriores,


están dotados de variadas irregularidades, solevantamientos, depresiones, aristas, que
configuran una estructura ósea anfractuosa que justifica su denominación.

Se ubican en el esqueleto de la cara (imagen 20), en la columna vertebral (imagen 21) y el


cíngulo pélvico (imagen 22).

Presentan importante desarrollo del tejido óseo esponjoso con escaso tejido compacto en la
superficie. En especial, los huesos de la cara son muy delgados y laminados, su espesor es
mínimo e incluso pueden transparentarse, determinando zonas de gran fragilidad, de
aspecto papiráceo.

Además de la descripción precedente, existen características morfológicas que se presentan


sólo en algunos tipos de huesos.

Los huesos neumáticos tienen en su estructura formaciones huecas destinadas a la


circulación del aire que ingresa por la cavidad nasal. Estos huesos sólo se ubican en la
cabeza y se relacionan directamente con la vía aérea en su mayoría y con el oído medio.
Estas cavidades aéreas tienen diferente configuración, razón por la cual reciben distintas
denominaciones como seno, antro, celdas y celdillas (imagen 23). Las cavidades que se
relacionan con la cavidad nasal están tapizadas por mucosa respiratoria y la que se
relaciona con el oído se tapiza por la mucosa que reviste la cavidad timpánica. Por tanto,
estas formaciones aéreas no contienen trabéculas, médula ósea, periostio ni endostio. Las
funciones de estas cavidades son variadas pero tienen un papel fundamental en la emisión
normal de sonidos por su acción de caja de resonancia nasal, en la audición, por la
transmisión de las ondas sonoras y en la optimización del aire inspirado en su tránsito por la
vía faríngo-tráqueo-bronquial.

Los huesos accesorios, variedad de hueso supernumerario, son variaciones anatómicas que


expresan la separación de un centro de osificación normal del conjunto de centros que
originarán un hueso, de tal manera que, dicho centro se independiza y crece a manera de un
hueso individual. Se presentan preferentemente a nivel del cráneo, siendo especialmente
frecuentes respecto al hueso occipital (imagen 24). Estudios antropológicos determinaron
que este tipo de hueso accesorio occipital era notoriamente frecuente en la etnia inca,
aunque también se presenta en la población general.

Los huesos suturales (imagen 25), otra variedad de hueso supernumerario, se originan a


partir de un centro de osificación extraordinario, que aparece entre huesos planos del cráneo
e interpuesto entre articulaciones del subtipo suturas, de ahí su denominación.

Los huesos accesorios y suturales son además, huesos planos.

Los huesos sesamoídeos son huesos breves o cortos cuya característica es que se originan


mediante un centro de osificación que aparece en el espesor de un tendón o ligamento que
lo incluyen. Su presencia radica en una adaptación funcional que busca proteger al tendón o
ligamento de roce permanente o excesivo. El más característico, de mayor tamaño y
constante en su presentación corresponde a la patela (imagen 26), relacionada con el tendón
patelar del músculo cuadriceps del miembro inferior. También son constantes, aunque
pueden ocasionalmente estar ausentes, pequeños huesos sesamoídeos ubicados en relación
a tendones que transcurren por los dedos pulgar del miembro superior y hallux del miembro
inferior. Existen otros pero que son inconstantes.

Se denomina hueso heterotópico a la formación de tejido óseo ectópico, en regiones donde


habitualmente no existe. En general, este tipo de presentación es una metaplasia o
transformación de tejido que se adapta para responder más eficientemente a un estímulo o
noxa. Se puede encontrar en músculos sometidos a traumas continuos, secuelas de
hematomas en tejidos blandos musculares, conectivos fibrosos o adiposos. No constituyen
hueso propiamente tal como órgano.

El tejido óseo se origina, en general, a partir del mesoderma y de ectomesénquima. La


formación de los huesos planos del cráneo e irregulares de la cara se desarrollan del
ectomesénquima, proveniente de las crestas neurales. Su osificación es directa,
membranosa o primaria (imagen 27), ya que de este ectomesénquima se forma tejido
óseo sin pasar por etapa intermedia de cartílago. Esta forma de desarrollo óseo se presenta
en la mayoría de los huesos del esqueleto de la cabeza ósea.

En cambio, el resto de los huesos del esqueleto cumple un proceso de osificación indirecta,


endocondral o secundaria, porque en su desarrollo el tejido mesenquimático se diferencia
hacia cartílago el cuál, posteriormente se osifica. De manera que, a partir de una matriz, sea
membranosa o cartilaginosa, se desarrolla tejido óseo que se inicia desde sitios
ontogénicamente previstos, denominados centros de osificación, desde donde se expande el
proceso al resto de la matriz.
Existen característicos centros de osificación que presenta cada hueso, en cuanto a número
y fecha de desarrollo en que aparecen. Son diferentes tratándose de huesos largos, planos,
breves o irregulares.

Se denomina centro de osificación primario aquel que aparece antes del nacimiento


y secundarios aquellos que se inician en el período postnatal. Casi la totalidad de los
huesos presentan centros primarios de osificación, siendo la excepción la mayoría de los
huesos breves o cortos (imagen 28).

Respecto de los huesos largos, suelen presentar uno o dos centros primarios que aparecen
en todas las diáfisis. Las epífisis, en cambio, salvo precisas excepciones, tienen centros
secundarios de osificación. Estas excepciones corresponden a la epífisis distal del fémur y
proximal de la tibia (imagen 29).

Los huesos breves presentan uno o varios centros de osificación que son, en su inmensa
mayoría, secundarios. Los huesos calcáneo y talus presentan habitualmente centros
primarios.

La osificación de los huesos del cráneo y de la cara es compleja, en el sentido que su


osificación, en muchos de ellos, es mixta, membranosa y cartilaginosa. Además, cada hueso
presenta particulares centros de osificación, con número y edad de aparición característicos
y su origen proviene de diferentes estructuras embrionarias.

La forma y estructura de los huesos está determinada en gran medida por la energía que
soportan. De allí que los orígenes e inserciones musculares, los propios órganos, los
elementos vasculares y nerviosos, ligamentos, fuerza de gravedad, etc.van determinando
formas propias en cada hueso.

En sentido general, se distinguen (accidentes óseos) de muy variada forma, pero pueden


agruparse como superficies solevantadas y excavadas.

Entre las primeras se describen borde o márgen, cabeza, cóndilo, cabecita (capitulum),
epicóndilo, tróclea, proceso, trocánter, tuberosidad, tubérculo, protuberancia, eminencia,
espina, cresta, línea.

Entre las superficies excavadas se reconocen a fisura (hendidura), surco, canal, fóvea,
fosita, fosa, seno, antro, celda, celdilla, agujero (foramen), foramina, agujero nutricio,
incisura (escotadura), poro, meato.

La osteogénesis es el proceso biológico de formación y crecimiento de los huesos.

Se inicia en la octava semana del desarrollo embrionario y tambié n es el proceso


del que depende la reparació n de las fracturas. Hay que tener en cuenta que los

huesos del esqueleto humano derivan de tres estructuras embrionarias:


 El mesodermo.
 Los somitas.
 La cresta neural.
Este proceso de osteogé nesis, tambié n llamado de osificació n, consiste en la

transformació n del tejido preexistente en tejido ó seo. Para llevar a cabo esta

transformación existen dos mecanismos:


 Osificación endocondral: es un proceso más complejo que se lleva a cabo en
dos etapas. En primer lugar, el tejido inicial se sustituye por cartílagos  y
posteriormente se osifica.
 Osificación intramembranosa: se trata de la transformación directa del tejido
original por tejido óseo.

Fisiología de la formación y
crecimiento de los huesos
Estructuras embrionarias
El mesodermo es una de las tres capas celulares a partir de las que se desarrolla la

totalidad del embrió n. En un principio existen tres capas de células: una exterior,

una intermedia y una interna. El mesodermo es la capa intermedia y da lugar a los

huesos de las extremidades.

Los somitas son estructuras embrionarias transitorias fundamentales para el


desarrollo del patró n de estructuras segmentadas propias de los vertebrados. Es

má s, de los somitas derivan los huesos que forman parte del eje central del cuerpo

o esqueleto axial. Se trata del hioides, las costillas, la columna, el esternó n y los

huesos del crá neo y auditivos.


Por ú ltimo, la cresta neural es una formación celular transitoria, propia de las

primeras etapas del desarrollo. Su característica fundamental es la

pluripotencialidad de sus cé lulas.

En otras palabras, las cé lulas de la cresta neural pueden dar lugar a prá ctimantete

cualquier tipo de estructura definitiva del cuerpo. Por ejemplo, dan lugar a los

huesos craneofaciales y al cartílago.

Lee también: ¿Qué es la metástasis en los huesos?

Osificación endocondral
El proceso de osificación endocondral se caracteriza por la formación del
cartílago a partir del tejido embrionario y la posterior osificació n del mismo, que

da lugar al crecimiento de los huesos. Podemos dividir este proceso en 5 etapas:


 Primero, las células expresan dos factores de transcripción: PAX 1 y
Scleraxix, que son fundamentales para la activación de los genes que
convertirán las células originales en cartílago. Esto es posible gracias a que
unas células inducen a las células vecinas a ello de manera paracrina.
 A continuación, las células que han expresado los genes necesarios, se
agrupan y se convierten en condrocitos.
 Estos condrocitos se multiplican de manera muy rápida, por lo que forman
una especie de “molde” para el futuro hueso.
 Posteriormente, la multiplicación se detiene y los condrocitos aumentan de
tamaño. Asimismo, estos condrocitos modifican los componentes que liberan
para la formación de la matriz que puede calcificarse gracias al carbonato
cálcico.
 Por último, el molde del cartílago  es recorrido por los vasos sanguíneos en
formación. Los condrocitos mueren de manera progresiva, siendo sustituidos
por osteoblastos.
Los osteoclastos son células encargadas de la destrucción ósea cuya actividad debe

mantenerse siempre en equilibrio con la actividad de los osteoblastos. Esto se

debe a que la correcta formació n y crecimiento de los huesos depende de dicho

equilibrio.

Osificación intramembranosa
Mediante el proceso de osificación intramembranosa se da la formación y

crecimiento los huesos planos del cráneo. Esta osificació n se produce en el interior

de una membrana de tejido conjuntivo.

De las cé lulas de esta membrana, algunas se convertirá n en osteoblastos, las

cé lulas formadoras de la matriz ó sea. Mientras que otras se convierten en cé lulas

que forman parte de los pequeñ os vasos saguíneos que irrigan los huesos.
Los osteoblastos se agrupan formando lo que se conoce como centro de osificación,

alrededor del que se irá formando de manera progresiva el hueso. Esto se debe a

que estas cé lulas sintetizan y segregan componentes que son necesarios para

crear una matriz capaz de captar sales de calcio.

Ver también: Claves para no perder calcio de tus huesos

¿Qué ocurre cuando se produce un


fallo en la osteogénesis?
Osteogénesis imperfecta

Si el proceso de la osteogé nesis no se realiza correctamente, nos encontramos con

la osteogé nesis imperfecta , tambié n conocida como la enfermedad de los huesos

de cristal, es una enfermedad genética, caracterizada por una excesiva fragilidad

de los huesos.
Las personas que la padecen, sufren fracturas de manera constante ademá s de

otros síntomas. Por ejemplo: una dentinogé nesis imperfecta o la presencia de

escleró ticas azules.


La enfermedad se produce como consecuencia de mutaciones que alternan

el colá geno, un componente esencial en la matriz ó sea. La falta de esta sustancia es

la responsable de la excesiva fragilidad de los huesos afectados.

Se trata de una enfermedad rara debido al escaso número de personas afectadas.

Tiene un pronó stico muy variable, ya que hay distintos tipos  de gravedad.

Ademá s, la evolució n de la propia enfermedad tambié n varía mucho entre

pacientes y depende de un gran nú mero de factores.

No existe un método concreto de diagnóstico. La enfermedad suele diagnosticarse


a travé s de la historia clínica y de los exá menes físicos. Se podría detectar má s

concretamente con un aná lisis del colá geno de la piel o con mé todos gené ticos.

Tampoco existe un tratamiento, má s que el control de los síntomas. Los

especialistas recomiendan la realización de ejercicio físico, fisioterapia, uso de

analgé sicos y, en algunos casos, cirugía.


El crecimiento de un hueso tiene que ver principalmente que en ellos existen unas zonas llamadas
placas o cartílagos de crecimiento, también denominadas simplemente fisis.

La placa de crecimiento
La placa de crecimiento hace parte de los elementos base en el
crecimiento de los huesos en el animal.
facultad de veterinaria · traumatología y ortopedia en veterinaria
 inicio artículos la placa de crecimiento
lun. 30 de ago. 2021
 0
 0
Ubicada entre el núcleo primario y el secundario se encontrará la denominada
placa de crecimiento, es una delgada capa que será la responsable
del crecimiento en longitud del hueso. Del mismo modo, entre estos dos núcleos
secundarios, también quedan restos de cartílago que se mantienen activos
durante cierto tiempo, conformando correctamente la epífisis correspondiente.

El proceso por el cual el cartílago se transforma en hueso es conocido como


osificación endocondral. Es muy semejante al que produce los procesos de
cicatrización ósea para transformar el callo de fractura inicial en hueso maduro. En
el momento del nacimiento los huesos están formados por tejido cartilaginoso que,
de forma progresiva, se va sustituyendo por tejido óseo.
Dicha sustitución se va produciendo a partir de una serie de puntos inmersos en el
tejido cartilaginoso que se activan transformándolo en hueso. Estos puntos se
denominan núcleos de osificación. Normalmente, cada hueso posee un núcleo
central situado en la zona media de la diáfisis. Este núcleo se activa antes del
nacimiento y se denomina núcleo de osificación primario. Siendo el responsable
de la transformación de la parte central del hueso que formará la diáfisis.

La osificación se produce desde este punto de forma centrífuga. En los extremos


de cada hueso se encuentran los núcleos de osificación secundarios. Estos son
los responsables de la transformación en la epífisis, además, estos núcleos se
activan después del nacimiento. El número de núcleos de osificación secundarios
es variable y depende de cada hueso. Se debe tener en cuenta que existen
huesos largos que no tienen núcleo de osificación secundario en alguna de sus
epífisis como, por ejemplo, los huesos metacarpianos solo poseen un núcleo de
osificación secundario en su epífisis proximal.

Sobre crecimiento
Así se produce el crecimiento
El crecimiento es un proceso complejo. La mayoría de las veces se debe a un aumento de la
longitud del hueso. Esto ocurre cuando ciertas sustancias (por ejemplo, las hormonas)
estimulan los huesos del cuerpo, provocando que se alarguen. En este apartado explicaremos
cómo y cuándo sucede esto.

Desarrollo de los huesos


Cuando un niño nace, la mayor parte de sus huesos son cartílago, que no es más que un
hueso blando y flexible. En los adultos el cartílago sigue presente en la nariz y las orejas,
mientras que en el resto del cuerpo se ha convertido en hueso.

Al crecer, los huesos se alargan y el cartílago se convierte en hueso propiamente dicho,


mucho más resistente y duradero. El crecimiento del hueso se produce desde el extremo del
mismo, en un lugar llamado placa epifisaria.

Las placas epifisarias se encuentran en los huesos largos, como el fémur o la tibia. Se trata de
trozos de cartílago en forma de disco que, a medida que van madurando, estimulan el
desarrollo de unas células denominadas osteoblastos. Los osteoblastos contribuyen a la
producción de hueso nuevo, lo que alarga el hueso.

Una vez finalizada la fase de crecimiento (por lo general, en los últimos años de la
adolescencia), la placa epifisaria se calcifica, con lo cual se va haciendo más delgada y acaba
por cerrarse. A partir de entonces el crecimiento del hueso de forma natural es imposible.

Factores que inciden en el crecimiento


Existen determinadas sustancias que tienen incidencia sobre la actividad de la placa epifisaria,
como por ejemplo:
Factores de crecimiento

Los factores de crecimiento son sustancias que se producen de forma natural. En concreto, el


hígado es un gran productor de factores de crecimiento que se transportan a través del flujo
sanguíneo hasta donde son necesarios.

Los factores de crecimiento contribuyen al crecimiento y la maduración de las células,


procesos denominados proliferación y diferenciación celular. Los tejidos conjuntivos y los
huesos los liberan allí donde son necesarios para el crecimiento de los huesos.

Hormonas

Las hormonas son mensajeros químicos cuyos efectos sobre el cuerpo se producen
generalmente de manera lenta y gradual. Las hormonas están producidas por los órganos
denominados glándulas y controlan muchos procesos corporales diferentes, como por ejemplo
el crecimiento.

Algunas hormonas actúan directamente sobre la misma placa epifisaria, mientras que otras
estimulan la producción de factores de crecimiento, que a su vez actúan sobre la placa
epifisaria. Algunos ejemplos de hormonas son:

 Tiroxina: producida por la glándula tiroides, esta hormona  regula el metabolismo de


las proteínas, la grasa y los carbohidratos, así como la actividad de la hormona del
crecimiento. Cuanta menos tiroxina presente en la sangre, más lento será el proceso de
crecimiento.
 Hormona del crecimiento (o somatotropina): esta hormona es fundamental para el
crecimiento. A partir del sexto mes de edad y hasta la pubertad, la hormona del
crecimiento tiene un papel fundamental en éste. La produce una glándula del cerebro
denominada hipófisis, y su función es estimular las células que producen factores de
crecimiento, de manera que las células del cartílago se multiplican y el cartílago más
antiguo se convierte en hueso. Asimismo contribuye a quemar grasas, estimular el
desarrollo de los músculos y fortalecer la función cardíaca, y puede tener incidencia en el
bienestar emocional.
 Hormonas sexuales: estas hormonas tienen un papel fundamental durante la pubertad, y
pueden producir los llamados “estirones". Las hormonas sexuales estimulan la
producción de más hormona del crecimiento aumentando así la actividad en las placas
epifisarias, y también ayudan a que el cartílago se convierta en hueso y estimulan la
maduración ósea.
El crecimiento es un proceso complejo que implica la interacción de distintos factores de
crecimiento y hormonas. Éstos actúan juntos, estimulando al principio el crecimiento de los
huesos y más tarde la maduración de los mismos y el posterior cierre de las placas epifisarias
una vez finalizada la fase de crecimiento.
ESTRUCTURA Y FUNCION DEL HUESO NORMAL
Dr. Sergio Serrano

[Índice] [Introducción] [Matriz] [Osteoblasto] [Osteoclasto] [Biomecanica] [Dinamica] [Bibliografía]

3 DINAMICA DEL HUESO

El esqueleto , a pesar de estar constituido en su mayor parte


por matriz extracelular, es uno de los sistemas más dinámicos
del organismo y presenta fenómenos de crecimiento, modelado,
remodelado y reparación.

3.1 Crecimiento óseo

El crecimiento óseo se inicia en la vida embrionaria y sigue


hasta la pubertad. El crecimiento en longitud se efectúa
mediante la adición de hueso nuevo a la cara diafisaria de
la placa de crecimiento o fisis2.

La placa de crecimiento es una estructura con forma de disco


que se halla intercalada entre la epífisis y la diáfisis. En la placa
de crecimiento se distinguen dos regiones, una central y otra
periférica. La región central está constituida por cartílago hialino
en el que se distinguen, desde la epífisis a la diáfisis, cuatro
zonas: zona germinal, zona proliferativa, zona de cartílago
hipertrófico y zona de cartílago calcificado2.

Zona germinal (capa de reserva o de reposo): Es la zona más


cercana a la epífisis. Está constituida por células cartilaginosas
aisladas de forma oval. En esta capa se observan mitosis y
existe una intensa síntesis de matriz extracelular
 

Zona proliferativa: Se halla constituida por células


cartilaginosas en forma de cuña cuyo eje mayor es
perpendicular al del hueso. Estas células se disponen en
columnas paralelas al eje longitudinal del hueso. En esta zona
también se observan mitosis y existe una intensa síntesis de
matriz extracelular. Las células de cada columna parecen
dividirse al unísono pero de manera asicrónica con respecto a
las de las columnas restantes.

Zona de cartílago hipertrófico: Los condrocitos de esta zona


maduran, adquieren forma redondeada y su tamaño aumenta a
medida que se alejan de la epífisis.

Zona de cartílago calcificado: En esta zona la matriz


cartilaginosa se mineraliza. El núcleo de los condrocitos pierde
cromatina (cariolisis) y su citoplasma se vacuoliza. Finalmente
estas células mueren y desaparecen por lo que en el extremo de
cada columna se observa un espacio vacio rodeado por matriz
cartilaginosa calcificada que corresponde al que anteriormente
ocupaba un condrocito. Sobre esta matriz calcificada los
osteoblastos del estroma de la medula diafisaria depositarán
hueso plexiforme (osificación de tipo endocondral). En el curso
del modelado óseo este hueso inmaduro será sustituido por
hueso laminar.

La región periférica de la placa de crecimiento se


denomina zona de Ranvier. Esta zona es un anillo de sección
triangular y base externa que rodea la región central de la fisis.
La zona de Ranvier se halla constituida por células inmaduras
con diferenciación condroblástica y osteoblástica. Las primeras
podrían contribuir al crecimiento circunferencial de la placa de
crecimiento y las segundas podrían contribuir al crecimiento en
longitud de la cortical diafisaria.
El crecimiento en espesor del hueso se logra mediante la
aposición concéntrica subperióstica de tejido óseo. Las células
de la capa mas interna del periostio se diferencian en
osteoblastos que depositan hueso directamente sobre la
superficie externa de la cortical diafisaria (osificación de tipo
intramembranoso).

El crecimiento oseo22 depende de factores genéticos y se halla


influido por factores sistémicos (hormonas) y locales. Las
hormonas que intervienen en el control del crecimiento óseo se
pueden dividir en cuatro grupos:

- Hormonas necesarias para el crecimiento: hormona de


crecimiento, hormona tiroidea, insulina.

- Hormonas inhibidoras del crecimiento: cortisol

- Hormonas activadoras de la maduración: hormonas sexuales

- Vitamina D y Hormona paratiroidea

Los factores locales que pueden influir sobre el crecimiento son


de tipo nervioso y de tipo mecánico. Se desconoce el
mecanismo por el que el sistema nervioso interviene sobre el
crecimiento óseo. Se ha sugerido que podría intervenir de
manera indirecta a través del control del flujo sanguineo. El
resultado de la acción de las fuerzas mecánicas depende de su
intensidad así como de su dirección y sentido. Las fuerzas de
compresión paralelas a la dirección del crecimiento disminuyen
la actividad de la fisis. Las fuerzas de tracción paralelas a la
dirección del crecimiento si son de pequeña intensidad pueden
incrementar ligeramente el crecimiento pero si son de gran
magnitud pueden causar epifisiolisis ó fusión prematura. Las
fuerzas perpendiculares a la dirección del crecimiento producen
un efecto deformante que es directamente proporcional a la
fuerza aplicada e inversamente proporcional al diámetro del
hueso.

 
3.2 Modelado óseo

En las metáfisis22, el crecimiento óseo se asocia a fenómenos de


reabsorción en la superficie externa y de formación en la
interna, mientras que, en las diáfisis, ocurre lo contrario. Este
proceso se denomina modelado óseo y permite que los distintos
huesos conserven su forma durante el proceso de crecimiento.
Asimismo el modelado óseo es el mecanismo que permite una
renovación constante del esqueleto antes de que cese el
crecimiento Las alteraciones del modelado pueden causar
deformidades óseas.

El modelado esta programado geneticamente pero es probable


que existan factores mecánicos de carácter local que pueden
influir sobre el mismo. En este sentido existen datos
experimentales que sugieren que la tensión que ejerce el
manguito perióstico sobre ambos extremos óseos es un factor
que contribuye a que aparezcan osteoclastos sobre la superficie
externa del cono metafisario23.

3.3 Remodelado óseo

En el adulto, cerca de un 8% del tejido óseo es renovado


anualmente. Esta cifra es superior en el joven e inferior en el
anciano24. El remodelado óseo se lleva a cabo mediante la
acción sucesiva (acoplamiento) de osteoclastos y osteoblastos
sobre una misma superficie ósea. Cada ciclo de
remodelado consta de tres fases: reabsorción, reposo o
inversión y formación. En la fase de reabsorción, un grupo de
osteoclastos se diferencia a partir de sus precursores y erosiona
una superficie ósea dando lugar a imágenes en sacabocados
conocidas como lagunas de Howship (John Howship, 1781-
1841)24. Una vez finalizada la reabsorción los osteoclastos son
eliminados por apoptosis. La fase de reposo o inversión es un
periodo de aparente inactividad. Durante la fase de formación
un grupo de osteoblastos se diferencia a partir de sus
precursores y rellena con hueso nuevo la zona excavada por los
osteoclastos. Los osteoblastos depositan en primer lugar matriz
ósea no mineralizada que forma una capa de unas 10 micras de
espesor denominada ribete de osteoide (Fig.3). Entre el
deposito de osteoide y su mineralización existe un tiempo de
demora de unos 10 a 20 días (Mineral Lag Time)24. Durante
este periodo la matriz ósea sufre cambios en su composición y
estructura que la hacen apta para el deposito de mineral
(maduración de la matriz). La mineralización se inicia en la
interfase entre el osteoide y el hueso mineralizado preexistente
y avanza hacia la superficie a lo largo de un plano de barrido de
2 a 3 micras de espesor. Este plano, integrado en parte por
mineral amorfo, se denomina frente de
mineralización24 (Fig.11). A medida que este frente se
desplaza va dejando tras de sí matriz ósea mineralizada en
forma de cristales de hidroxiapatita (fig.3). Una vez completado
el depósito de hueso los osteoblastos que no se han incorporado
a la matriz se aplanan y pasan a formar parte del endostio
(lining cells).

Fig.11: El frente de mineralización aparece como una linea fluorescente de


color amarillo (Marcaje in vivo con tetraciclinas x 400).

El conjunto de osteoclastos y osteoblastos que de manera


coordinada actúan en una superficie ósea durante un ciclo de
remodelado recibe el nombre de Unidad Multicelular
Básica (Basic Multicellular Unit: BMU)25. Las BMU se activan de
manera asincrónica, por lo que mientras unos ciclos de
remodelado se hallan en fase de reabsorción, otros se
encuentran en fase de reposo o de formación. El nuevo
segmento de tejido óseo que resulta de la acción de cada BMU
se denomina Unidad Estructural Osea (Bone Structural
Unit: BSU). El límite entre el hueso preexistente y la nueva BSU
es identificable morfológicamente como una línea ondulada y
recibe el nombre de superficie de inversión o de
cemento2 (Fig.12). En la remodelación del hueso compacto los
osteoclastos, partiendo de un canal de Havers o de Volkmann,
excavan un túnel de sección circular. Por esta razón las BSU
corticales, llamadas también osteonas2, tienen forma cilíndrica
(Fig.12). En la remodelación del hueso esponjoso los
osteoclastos labran, en la superficie de las trabéculas,
excavaciones poco profundas y de base ancha (Fig.12). Por esta
razón las BSU trabeculares llamadas también paquetes
trabeculares tienen forma de lente plano-convexa.

 
Fig.12: Unidades
estructurales óseas
corticales (izquierda) y
trabeculares (derecha).
Observese que las unidades
estructurales se hallan
separadas por lineas
ligeramente onduladas
(superficie de cementación)
(Azul de Toluidina x 125).

Se denomina recambio óseo (bone turnover) al volumen total


de hueso que es renovado por unidad de tiempo mediante el
remodelado24. El recambio óseo es directamente proporcional al
número de ciclos de remodelado en curso o, lo que es lo mismo,
al número de BMU activas. La diferencia entre el volumen de
hueso formado y el de hueso reabsorbido, por unidad de
tiempo, se denomina balance óseo24. Si la reabsorción y la
formación son idénticas, el balance es igual a cero y el volumen
total de hueso (masa ósea) no variará en función del tiempo. Si
la formación y la reabsorción no son iguales, la masa ósea se
modificará en sentido positivo o negativo. El balance óseo
corresponde a la suma aritmética del hueso ganado o perdido en
cada ciclo de remodelado. Así pues, una vez instaurado un
balance positivo o negativo la velocidad a la que se perderá o
ganará masa ósea será directamente proporcional al número de
BMU activas. La máxima masa ósea se alcanza a los 30 años de
edad y depende de factores genéticos (gen del receptor de la
vitamina D) y ambientales (ingesta de calcio, ejercicio físico).
De los 30 a los 40 años el balance óseo es igual a cero y la
masa ósea permanece estable. A partir de los 40 años se
instaura un balance negativo y la masa ósea disminuye de
manera progresiva. En el hombre, la pérdida se realiza a una
velocidad constante (un 0,5% anual) mientras que en la mujer
se acelera durante los años de la menopausia. Esta pérdida
"fisiológica" de masa ósea determina que al inicio de la octava
década los hombres hayan disminuido su masa ósea en un 20%
y las mujeres en un 30%.

El remodelado óseo está sometido a un control sistémico


(hormonas) y a un control local (factores locales). Los
mecanismos de control de acción sistémica regulan el ritmo de
activación de las BMU y la actividad funcional de las células que
las integran. Son especialmente importantes la hormona
paratiroidea y la vitamina D pero intervienen también las
hormonas tiroideas, los esteroides sexuales, los
glucocorticoides, la insulina y la hormona del crecimiento. La
calcitonina aunque in vitro es capaz de modular la función de las
células óseas parece que in vivo carece de importancia
fisiológica. Algunas de estas hormonas tienen una acción directa
sobre las células óseas; otras actúan de manera indirecta
modulando la síntesis o la actividad de factores locales26. El
control local del remodelado óseo se lleva a cabo a través de
una serie de factores de crecimiento (insulina-like,
transformantes de la familia ß, fibroblásticos, derivados de las
plaquetas ) y citocinas (IL-1, IL-6, IL-11, factor de necrosis
tumoral, factores estimuladores de colonias) de acción autocrina
o paracrina10,11,14,15,26. Estos factores locales son producidos por
las células óseas y las células medulares adyacentes (células
hematopoyéticas, linfocitos, macrófagos). Los factores locales
intervienen en el control de la actividad funcional de las células
de las BMU y son clave para el acoplamiento entre osteoclastos
y osteoblastos. Los células de linaje osteoblástico (lining cells) a
través de la producción de factores locales (IL-6, IL-11) son
capaces de activar a los osteoclastos y de esta manera
contribuir al inicio de los ciclos de remodelado10,11. A su vez,
ciertos factores liberados por los osteoclastos o por la matriz
ósea bajo la acción de estas células son capaces de activar a los
osteoblastos. Es probable que este fenómeno constituya el
sustrato molecular para el acoplamiento entre la reabsorción y
la formación dentro de los ciclos de remodelado. La mayoría de
los datos que poseemos sobre la acción de los factores locales
proceden de estudios in-vitro por lo que la importancia relativa
de cada uno de estos factores in vivo se desconoce.

3.4 Reparación ósea (Fracturas)

El tejido óseo es el único capaz de repararse a sí mismo de


manera completa a través de reactivar los procesos que tienen
lugar durante su embriogénesis. Cuando de manera brusca, un
hueso es sometido a fuerzas que superan su resistencia
mecánica aparece una linea de fractura. En primer lugar, en
esta zona, se produce un hematoma que es reabsorbido por
macrófagos. A continuación, aparecen células formadoras de
hueso, procedentes de ambos lados de la linea de fractura.
Estas células establecen puentes de tejido óseo inmaduro, sin
orientación espacial definida (callo de fractura), que unen entre
si los extremos del hueso fracturado. En una fase posterior este
hueso, a través de un proceso de modelado, es sustituido por
otro, de tipo laminar, orientado según las líneas de fuerza que
actuan sobre la zona4.

La fatiga mecánica puede causar microfracturas trabeculares


que no modifican la morfología externa del hueso. Estas
fracturas microscópicas se reparan a través de microcallos de
fractura que muestran una dinámica similar a la de los grandes
callos4.
Composición
  La constitución general del hueso es la del tejido óseo. Si bien no todos los huesos son iguales en tamaño y
consistencia, en promedio, su composición química es de un 25% de agua, 45%
de minerales como fosfato y carbonato de calcio y 30% de materia orgánica, principalmente colágeno y otras
proteínas. Así, los componentes inorgánicos alcanzan aproximadamente 2/3 del peso óseo (y tan sólo un 35%
es orgánico).

Los minerales de los huesos no son componentes inertes ni permanecen fijos sino que son constantemente
intercambiados y reemplazados junto con los componentes orgánicos en un proceso que se conoce
como remodelación ósea.

Su formación y mantenimiento está regulada por las hormonas y los alimentos ingeridos, que
aportan vitaminas de vital importancia para su correcto funcionamiento.

Sin embargo, no todas las partes del cuerpo tienen este tipo de tejido, como el pene, orejas, senos y nariz.

Es un tejido muy consistente, resistente a los golpes y presiones pero también elástico, protege órganos
vitales como el corazón, pulmones, cerebro, etc., asimismo permite el movimiento en partes del cuerpo para la
realización de trabajo o actividades estableciendo el desplazamiento de la persona. Forma el aparato
locomotor originando la estructura ósea o esqueleto.Es también un depósito de almacenamiento de calcio y
fósforo del cuerpo.

Formación del tejido óseo


Artículo principal: Osificación endocondral

El hueso se forma por sustitución de un tejido conjuntivo preexistente (el cartílago). Dos tipos de
osificación: intramembranosa (o directa) y endocondral (o indirecta).

Osificación intramembranosa (o directa). Tiene lugar directamente en el tejido conjuntivo. Por este proceso
se forman los huesos planos de la bóveda del cráneo: hueso frontal, hueso occipital, hueso parietal y hueso
temporal. El mensénquima se condensa en conjuntivo vascularizado en el cuál las células están unidas por
largas prolongaciones y en los espacios intercelulares se depositan haces de colágeno orientados al azar que
quedan incluidos en la matriz (gel poco denso). La primera señal de formación ósea es la aparición de bandas
de matriz eosinófila más densas que se depositan equidistantemente de los vasos sanguíneos que forman la
red. Las células se agrandan y se reúnen sobre las trabéculas, adquieren forma cuboidea o cilíndrica y
permanecen unidas por prolongaciones cortas, se hacen más basófilas transformándose en osteoblastos que
depositan matriz osteoide no calcificada. Las trabéculas se hacen más gruesas, se secreta colágeno que
forma fibras orientadas al azar formando hueso reticular (colágeno corre en todas las direcciones). Se
depositan sales de calcio sobre la matriz (calcificación). Debido al engrosamiento trabecular los osteoblastos
quedan atrapados en lagunas y se convierten en osteocitos que se conectan con los osteoblastos de la
superficie por medio de los canalículos. El número de osteoblastos se mantiene por la diferenciación de
células primitivas del tejido conjuntivo laxo. En las áreas de esponjosa que debe convertirse en hueso
compacto las trabéculas siguen engrosandose hasta que desaparecen los espacios que rodean los vasos
sanguíneos. Las fibras de colágeno se vuelven mas ordenadas y llegan a parecerse al hueso laminar pero no
lo son. Donde persiste el esponjoso termina el engrosamiento trabecular y el tejido vascular interpuestos se
transforma en tejido hematopoyético. El tejido conjuntivo se transforma en el periostio. Los osteoblastos
superficiales se transforman en células de aspecto fibroblástico que persisten como elementos
osteoprogenitores en reposo ubicados en el endostio o el periostio pudiéndose transformar de vuelta en
osteoblastos si son provocados.

Osificación endocondral (o indirecta). La sustitución de cartílago por hueso se denomina osificación


endocondral. Aunque la mayoría de los huesos del cuerpo se forman de esta manera, el proceso se puede
apreciar mejor en los huesos más largos, lo que se lleva a cabo de la manera siguiente:
1.- Desarrollo del modelo cartilaginoso

En el sitio donde se formará el hueso, las células mesenquimatosas se agrupan según la forma que tendrá el
futuro hueso. Dichas células se diferencian en condroblastos, que producen una matriz cartilaginosa, de tal
suerte que el modelo se compone de cartílago hialino. Además se desarrolla una membrana llamada
pericondrio, alrededor del modelo cartilaginoso.

2.- Crecimiento del modelo cartilaginoso

Cuando los condroblastos quedan ubicados en las capas profundas de la matriz cartilaginosa, se les llama
condrocitos. El modelo cartilaginoso crece en sentido longitudinal por división celular continua de los
condrocitos, acompañada de secreción adicional de matriz cartilaginosa. este proceso genera un aumento de
longitud que se llama crecimiento intersticial (o sea, desde dentro). En contraste, el incremento en el grosor
del cartílago se debe principalmente a la adición de matriz en la periferia del modelo por nuevos
condroblastos, los cuales evolucionan a partir del pericondrio. A este tipo de desarrollo por depósito de matriz
sobre la superficie cartilaginosa se le llama desarrollo por aposición. Al continuar el crecimiento del modelo
cartilaginoso, se hipertrofian los condrocitos de su región central, probablemente en virtud de que acumulan
glucógeno para la producción de ATP y de que sintetizan enzimas que catalizarán las reacciones químicas.
Algunas de las células hipertróficas explotan y liberan su contenido, lo que modifica el pH de la matriz, este
cambio activa la calcificación. Otros condrocitosdel cartílago en calcificación mueren porque la matriz ya no
difunde los nutrientes con rapidez suficiente. Al ocurrir esto, se forman lagunas que tarde o temprano se
fusionan para formar cavidades pequeñas.

3.- Desarrollo del centro de osificación primario

Una arteria nutricia penetra en el pericondrio y en el modelo cartilaginoso en calcificación a través de un


agujero nutricio en la región central del modelo cartilaginoso, los cual estimula que las células osteógenas del
pericondro se diferencien en osteoblastos. Estas células secretan, bajo el pericondrio, una lámina delgada de
huso compacto, llamada collar de matriz ósea. cuando el pericondrio empieza a formar tejido óseo, se le
conoce como periostio. cerca del centro del modelo crecen capilares periósticos en el cartílago calcificado en
desintegración. el conjunto de estos vasos y sus correspondientes osteoblastos, osteoclastos y células de la
médula ósea roja recibe el nombre de yema perióstica. al crecer en el modelo cartilaginoso, los capilares
inducen el crecimiento de un centro de osificación primario, región en que el tejido óseo sustituye la mayor
parte del cartílago. Luego los osteoblastos comienzan a depositar matriz ósea sobre los residuos del cartílago
calcificado, con lo que se forman las trabéculas del hueso esponjoso. A medida que el centro de osificación se
alarga hacia los extremos del hueso, los osteoclastos destruyen las trabéculas recién formadas. De este modo
se forma la cavida medular, en el centro del modelo, la cual se llena después con médula ósea roja. La
osificación primaria principia en la superficie exterior del hueso y avanza hacia el interior.

4.- Desarrollo de los centros de osificación secundarios

La diáfisis, que al principio era una masa sólida de cartílago hialino, es reeplazada por hueso compacto, cuyo
centro contiene la cavidad llena de médula ósea roja. Cuando los vasos sanguíneos penetran la epífisis, se
forman los centros de osificación secundarios, por lo regular hacia el momento del nacimiento. La formación
de hueso es similar a la que tiene lugar en los centros de osificación primarios; sin embargo, se diferencia en
que el tejido esponjoso permanece en el interior de la epífisis (no se forma la cavidad medular). La osificación
secundaria se inicia en el centro de la epífisis y prosigue hacia el exterior, en dirección a la superficie externa
del hueso.

5.- Formación del cartílago articular y de la placa epifisiaria

El cartílago hialino que cubre las epífisis se convierte en cartílago articular. durante la niñez y la adolescencia
se conserva cartílago hialino entre la diáfisis y las epífisis, el cual se conoce como placa epifisiaria y es la que
permite el crecimiento longitudinal de los huesos largos.
Composicion Quimica De Los Huesos
3072 palabras 13 páginas
Ver más
INTRODUCCIÓN
El hueso está formado por una mezcla química de sales
inorgánicas (65 a 70%) y varias sustancias orgánicas (30 a 35%) y
está dotado de dureza y elasticidad. Su dureza procede de sus
componentes inorgánicos, siendo los principales el fosfato de
calcio y el carbonato de calcio, junto a pequeñas cantidades de
fluoruros, sulfatos y cloruros. Su elasticidad deriva de sustancias
orgánicas como colágeno y pequeñas cantidades de elastina,
material celular y grasas. El hueso compacto aparece como una
masa sólida dispuesta en láminas. Contiene cavidades dispersas
que albergan, cada una, un osteolito o célula ósea.

Composición
  La constitución general del hueso es la del tejido óseo. Si bien no todos los huesos son iguales en tamaño y
consistencia, en promedio, su composición química es de un 25% de agua, 45%
de minerales como fosfato y carbonato de calcio y 30% de materia orgánica, principalmente colágeno y otras
proteínas. Así, los componentes inorgánicos alcanzan aproximadamente 2/3 del peso óseo (y tan sólo un 35%
es orgánico).

Los minerales de los huesos no son componentes inertes ni permanecen fijos sino que son constantemente
intercambiados y reemplazados junto con los componentes orgánicos en un proceso que se conoce
como remodelación ósea.

Su formación y mantenimiento está regulada por las hormonas y los alimentos ingeridos, que
aportan vitaminas de vital importancia para su correcto funcionamiento.

Sin embargo, no todas las partes del cuerpo tienen este tipo de tejido, como el pene, orejas, senos y nariz.

Es un tejido muy consistente, resistente a los golpes y presiones pero también elástico, protege órganos
vitales como el corazón, pulmones, cerebro, etc., asimismo permite el movimiento en partes del cuerpo para la
realización de trabajo o actividades estableciendo el desplazamiento de la persona. Forma el aparato
locomotor originando la estructura ósea o esqueleto. Es también un depósito de almacenamiento de calcio y
fósforo del cuerpo.
1.1. EL HUESO El hueso es un tejido vivo compuesto por minerales, proteínas, agua, células y otras
macromoléculas. Aunque las propiedades del hueso varían punto a punto y la proporción de
las diversas sustancias varía de acuerdo a las diferentes partes del esqueleto, edad del
individuo o presencia de alguna enfermedad, el tejido óseo contiene en forma general dos
tercios de sustancias inorgánicas y un tercio de sustancias orgánicas. La fase inorgánica o
mineral representa entre un 60 y un 70% en peso del tejido óseo, contiene además entre un 5
y un 8% de agua y el resto está constituido por la matriz orgánica la cual está compuesta en un
90% por colágeno y un 5-8% por otras proteínas (2).

La presencia de cristales de fosfato cálcico en la matriz extracelular y su disposición espacial


otorgan al tejido óseo unas propiedades físicas especiales de dureza, resistencia, ligereza y
cierta flexibilidad que lo hacen idóneo para cumplir su función estructural como sostén. 

Fisiología del hueso

Las propiedades físicas y físico-químicas de las sustancias orgánicas e inorgánicas que forman el
hueso, juegan un rol considerable en su funcionamiento. Sin embargo, su distribución y arreglos
estructurales están en continua evolución y sujetos a ser reestructurados por las células que
conforman el tejido óseo. Los principales tipos de células que conforman el tejido óseo son los
osteoblastos, osteocitos y osteoclastos, de los cuales se hablará con más detalle a continuación.

Osteoblastos Los osteoblastos son las células responsables de la formación de tejido óseo. Un
osteoblasto se define como una célula capaz de producir osteoide o matriz ósea. Este tipo de
células produce colágeno de tipo I, osteocalcina y sialoproteína, además de proteínas constitutivas
de la matriz extracelular ósea. Los osteoblastos son sensibles a las hormonas paratiroideas (PTH).
Los osteoblastos se caracterizan por ser células polarizadas, es decir, su núcleo se encuentra en el
extremo de la célula. Su alta capacidad de síntesis protéica se observa por la presencia de un
retículo endoplasmático bien desarrollado, uniforme y granular lo cual es común en aquellas
células que sintetizan proteínas para su exportación. Otro de los rasgos que caracterizan a los
osteoblastos es la considerable actividad de la fosfatasa que en ellos se encuentra, tanto la ácida
como la alcalina. Estudios histoquímicos han demostrado que la fosfatasa alcalina está distribuida
sobre la superficie externa de la membrana celular. La morfología de un osteoblasto está sujeta a
variaciones, dependiendo de su estado funcional. Por ejemplo, en áreas donde está presente un
cuerpo extraño, la superficie del hueso está limitada por células achatadas, las cuales
corresponden quizás a osteoblastos inactivos (4). Los osteoblastos están localizados
particularmente en el periosteo, una membrana que envuelve la parte externa de los huesos
medianos y grandes (excepto en zonas particulares) y en la membrana endosteal, la cual se
desarrolla sobre la pared interna del canal medular. Osteocitos Los osteoblastos rodeados por
osteoide (matriz ósea demineralizada), una vez que han alcanzado el final de su actividad y la
matriz ósea se mineraliza, se convierten en osteocitos. Estas células se caracterizan por tener una
relación núcleo/citoplasma mucho mayor que los osteoblastos, es decir, contienen menos
orgánulos que los osteoblastos. Los osteocitos representan la población de células vivientes
estables y tienen la tarea de mantener al hueso como un tejido vivo. Están orientados
uniformemente con respecto a los ejes longitudinal y radial de las laminillas que lo conforman. Son
alimentados por vía linfática con los líquidos fisiológicos presentes dentro del hueso y establecen
la comunicación entre los osteocitos adyacentes y los canales centrales de osteonas por medio de
uniones comunicantes. Una de las funciones más importantes de los osteocitos es mantener
constante el equilibrio entre la fracción mineral y la orgánica. Se supone que los osteocitos
favorecen, por medio de sus canales, el cambio de materiales entre fluidos, tejidos y la matriz del
hueso, para que esta última se mantenga viva y tenga cierta consistencia en su parte mineral.
Osteoclastos Son los principales causantes de la reabsorción ósea. Se caracterizan por ser células
de gran tamaño (20 a 100 mm de diámetro) y su multiplicidad de núcleos. Los osteoclastos se
derivan de células pluripotenciales de la médula ósea, las cuales son precursoras hematopoyéticas
que también dan origen a los monocitos y macrófagos. La capacidad de reabsorción ósea y la
expresión de ciertos marcadores superficiales celulares, así como la actividad de la fosfatasa
alcalina que presentan los osteoclastos, son las principales características que los diferencian de
los macrófagos. Los osteoclastos se encuentran en regiones de reabsorción ósea llamadas lagunas
de Howship. Estas células se unen a la superficie del hueso mediante proteínas encargadas de la
unión celular llamadas integrinas. Aislan una zona del hueso a la cual se han unido y bajan el pH
localmente mediante la producción de protones a través del sistema de anhidrasa carbónica. El
bajo pH incrementa la solubilidad de los cristales de hidroxiapatita, y una vez que la fase mineral
ha sido eliminada, los componentes orgánicos de la matriz son hidrolizados por medio de la
digestión de ácidos proteolíticos.

También podría gustarte