La Espiritualidad en El Final de La Vida
La Espiritualidad en El Final de La Vida
La Espiritualidad en El Final de La Vida
en el final de la vida
I os u Ca b od evilla
Desclée de Brouwer
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL
DE LA VIDA
Una inmersión en las fronteras de la ciencia
Iosu Cabodevilla Eraso
125
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL
DE LA VIDA
Una inmersión en las fronteras de la ciencia
Crecimiento personal
C O L E C C I Ó N
© Iosu Cabodevilla Eraso, 2007
Breve historia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
2. Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
3. Fuentes de inspiración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
4. Dimensión espiritual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
6. Hermana muerte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
10
PRÓLOGO
por Eladi Freixa i Casas
11
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
que nos parece que somos nosotros los artífices de nuestra vida, el
mismo entramado, es la Vida, la que se nos desenvuelve indicándo-
nos el camino.
Cada acontecimiento de nuestra existencia, cada situación de
sufrimiento y dolor tienen un propósito. Para vivir en armonía con
la Vida, uno sin más pretensión debe ofrecer lo que uno es para com-
pletar lo que los otros no pueden ser.
12
PRÓLOGO
13
BREVE HISTORIA
15
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
16
1
PREPÁRATE PARA LA INMERSIÓN
17
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
«Sin aferrarse
a la mente
y sin dejarla ir.
Dejarla ser
sin tratar
de agarrarla
ni de librarse
de ella».
Cántico del Mahamudra
18
PREPÁRATE PARA LA INMERSIÓN
«Quizás, la razón por la que apreciamos una puesta de sol sea que
no la podemos controlar. Cuando observo una puesta de sol no me
encuentro a mí mismo diciendo: –Suaviza el naranja de la esquina
derecha, pon un poco más de violeta en la base, y usa más rosa en
el color de las nubes–, no hago esto. No intento controlar ninguna
puesta de sol. (…) creo que esto es una actitud oriental; para mí es
una de las más satisfactorias».
19
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
20
PREPÁRATE PARA LA INMERSIÓN
siente cómo fluye el aire dentro y fuera, cómo entra el aire a tus pul-
mones que se llenan como si fuera un globo, una breve pausa y vuel-
ve a salir. Siente la energía de vida dentro de tu cuerpo. Permite que
todo sea, tanto dentro como fuera. Entra profundamente en el aho-
ra. ¿Estás preparado?, ¿estás preparada? Adelante.
Ten en cuenta que el progreso no siempre es lineal. Puede que
hayas avanzado mucho en cuanto a solidaridad y compasión, pero
que te quede mucho por hacer en relación con la ira, o la envidia, o
quizá con la vinculación o la paciencia.
Profundizar es llegar al fondo y a la vez abrirse hacia fuera. Vivir
cada momento con todo el alma, como si fuese el último momento
de nuestras vidas, pero sin ansiedad. Profundizar es estar siempre
dispuesto, abierto a lo que sea.
Una vez que te inicies en estas inmersiones, aprenderás a abor-
dar con más paciencia y tranquilidad los obstáculos y frustraciones
de la vida. Te sentirás cada vez más realizado y dejarás de estar des-
concertado y perdido. Aprenderás que el dolor, la ansiedad o el mie-
do son algo inevitable, e invertirás tu energía no a liberarte de ellos
ciegamente, sino a comprender su sentido y a atravesarlos. Vivirás
tu vida más intensamente en el presente y disfrutarás de sus place-
res también con más intensidad. Pero sobre todo, como dice Brian
Weiss6, comprenderás lo que todos tenemos en común: estamos más
allá de la vida y de la muerte, más allá del espacio y del tiempo.
Todos somos inmortales y existimos por toda la eternidad.
21
2
PRESENTACIÓN
23
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
24
PRESENTACIÓN
«Si podemos ver la vida que precede a la muerte como una época
positiva con un sentido que hay que descubrir, entonces los pacien-
tes y sus familias encontrarán más fácil hacer lo mismo».
25
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
26
3
FUENTES DE INSPIRACIÓN
27
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
28
FUENTES DE INSPIRACIÓN
1. SMALL, J., Hacernos naturalmente terapéuticos, Los libros del comienzo, Madrid
2004.
29
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
30
FUENTES DE INSPIRACIÓN
31
4
DIMENSIÓN ESPIRITUAL
«Semillas de pera
se transforman en perales;
semillas de nuez
en nogales;
y semillas de Dios
en Dios».
Eckhart1.
33
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
34
DIMENSIÓN ESPIRITUAL
35
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
36
DIMENSIÓN ESPIRITUAL
37
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
Aquí quiero traer esa parte fundamental (espiritual) del ser hu-
mano que se vuelve nítida cuando nos enfrentamos a nuestro final.
Quiero que sepas, amigo lector, amiga lectora, que siento que
Dios es la dimensión más profunda de toda realidad.
El teólogo Karl Rahner llamaba a Dios el horizonte de toda expe-
riencia, es como el telón de fondo. Nuestros interrogantes se dirigen
a ese horizonte.
Donde tocamos profundidad, tocamos a Dios. Y la profundidad
está en las cosas sencillas y cotidianas que, desgraciadamente, muchas
veces pasan desapercibidas. Esta mañana Juan, un hombre de 75
años que se muere con un cáncer de Vejiga, me hablaba de su afición
a recoger setas y hongos, una de mis pasiones. ¿Es esto profundo?,
¿está Dios también en esta afición?
Carlos, hace ya algunos años, me interrogaba pocos días antes
de morir: “¿Te has fijado Iosu en el verde de la hierba?”. Hace unos
días subía en bicicleta el Tourmalet (puerto de montaña de los piri-
neos franceses), dejándome impregnar por la montaña, por el paisa-
je otoñal y por la dureza de sus rampas. ¿Tendrá Dios forma de
montaña o estará en el verde de la hierba? Josetxo vibraba con la
música, con ella encontraba la paz, ¿sonará la voz de Dios como una
sinfonía de Beethowen, o una sonata de Mozart, o quizás como un
nocturno de Chopin?
El hombre se alimenta de interrogantes. Lo mejor que tiene el
hombre, decía Octavio Paz, es la capacidad de hacerse preguntas.
Creer es fácil y sencillo, pero hacer realidad cualquier creencia
dentro del yo como una forma de conferir sentido a la vida es un
proceso largo, dificultoso y en ocasiones doloroso.
A la totalidad, a la persona entera, pertenece también lo espiri-
tual y le pertenece incluso como lo más propiamente suyo, señala
Víctor Frankl9.
38
DIMENSIÓN ESPIRITUAL
39
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
40
DIMENSIÓN ESPIRITUAL
12. GÓMEZ SANCHO, M., “La dimensión espiritual del hombre”, en GÓMEZ SAN-
CHO, M., Medicina Paliativa, Aran, Madrid 1998.
13. HENNEZEL, M. y Jean y LELOUP, Jean-Yves, El arte de morir, Helios, Barcelona
1998.
41
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
42
DIMENSIÓN ESPIRITUAL
43
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
«Cuentan que una olita iba saltando por el mar pasándolo muy bien,
disfrutando del viento y del aire libre, hasta que ve que las demás olas que
tiene delante rompen contra la costa.
–“Dios mío, esto es terrible– dice la ola.
¡Mira lo que me va a pasar!”.
Entonces llega otra ola. Ve a la primera que parecía afligida, y le dice:
“¿Por qué estás tan triste?”.
La primera ola le contesta: “¿Es que no lo entiendes? ¡Todas vamos a
rompernos! ¡Todas las olas vamos a deshacernos! ¿No es terrible?”.
La segunda ola le señaló: “No. Eres tú la que no lo entiendes. Tú no eres
una ola; formas parte del mar”».
44
5
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
45
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
46
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
47
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
48
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
49
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
50
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
– A los pocos días fui a visitar a una amiga a otro pueblo, continúa Idoia,
y sin ser muy consciente de ello cogí una carretera por la que no suelo ir nun-
ca y reparé en el desvío del pueblecito donde había nacido mi padre, un pue-
blo muy pequeño de apenas 8 o 10 casas. Pasé de largo, pero me propuse a la
vuelta de estar con mi amiga entrar a verlo. Así lo hice. Entré en el pueblo,
jamás había estado en él, y me entretuve viendo las casas con la idea de con-
társelo a mi padre el siguiente fin de semana. Reparé en unas lilas, mi flor
preferida, cogí dos, y me fui a mi casa. No tuve oportunidad de contarle a mi
padre la visita a su pueblo. Antes del fin de semana mi hermano me llamó
por teléfono para decirme que mi padre había muerto.
51
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
52
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
rado del resto, una especie de ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión
es para nosotros como una presión que nos confina a nuestros deseos per-
sonales y a sentir afecto por unas cuantas personas, las más próximas a
nosotros. Nuestra tarea debe ser liberarnos nosotros mismos de esta presión
ensanchando nuestro círculo de compasión para abrazar a todas las criatu-
ras vivientes y a la naturaleza entera en toda su belleza».
Aunque el término transpersonal, que vamos a utilizar con cier-
ta frecuencia, signifique literalmente, más allá de lo personal, eso no
invalida la importancia de nuestra singularidad individual. La psi-
cología transpersonal se ocupa de las experiencias y aspiraciones
que impulsan a los seres humanos a buscar la trascendencia.
La práctica de la desidentificación que nos permite despertar el
Yo transpersonal, sólo es adecuada a partir de la identidad Yoica
existencial. Para ello6 debemos tomar conciencia de que tenemos
pensamientos, sentimientos y sensaciones pero que no somos nues-
tros pensamientos, nuestros sentimientos, ni nuestras sensaciones.
Cuando somos capaces de diferenciar nuestras emociones, experi-
mentarlas plenamente y desidentificarnos de ellas podemos operar
con ellas del modo adecuado, decidiendo conscientemente expre-
sarlas o suprimirlas, atenderlas o ignorarlas.
La desidentificación es una práctica transpersonal que nos per-
mite expandir el Yo a través de lo personal y trascenderlo. El Yo
transpersonal es, pues, un puente entre la autoconciencia existen-
cial y la conciencia de unidad trascendente en la que no hay Yo se-
parado.
Hoy se está avanzando hacia una visión orgánica, en la que el
cosmos aparece como una totalidad indivisible y dinámica, interco-
nectada en todas sus partes. Numerosas evidencias experimentales
han llevado a abandonar el paradigma mecanicista newtoniano; hoy
53
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
54
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
55
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
56
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
57
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
58
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
59
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
60
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
– Fíjese que ayer se creía que estábamos en Sevilla, cuando hace más de
cincuenta años que salimos de allí.
61
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
62
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
63
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
64
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
65
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
66
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
llos o por los jardines del hospital, acompañada de sus seres queri-
dos. Incluso, algunos días sueltos, fue a pasarlos en su casa, con un
permiso que ofrecemos en la Unidad si las circunstancias lo permi-
ten. Sin embargo hoy, a finales del mes de agosto, la situación ha
empeorado y nos encontramos muy al final de su vida. Ayer me
comentaba una de sus hijas que les pedía repetidamente que se que-
ría morir ya, y que no hacía más que nombrar y llamar a su madre
(muerta hace más de 50 años). ¿Nos esperarán nuestros seres queri-
dos? Lidia murió antes de terminar este libro.
Mi padre (una de las personas más influyentes de mi vida)
murió en abril de 2005. Fue el primero de sus once hermanos que
murió, algo que él mismo había predicho dos años antes, cuando le
informaron de su diagnóstico de cáncer de pulmón. El asunto que
traigo ahora y que comparto contigo, amable lector o lectora, es que
un mes más tarde de la muerte de mi padre murió una hermana
suya, religiosa carmelita, y pocos días antes de morir, al no superar
una delicada operación de corazón, señalaba con una serenidad
admirable, “siento que mi hermano Corpus (era el nombre de mi padre)
me está llamando”.
En la habitación 101 está ingresada Fátima. Se trata de una mujer
joven, de 37 años, aquejada de un cáncer ginecológico. Su existencia
no ha sido fácil y tuvo que emigrar de América del sur a España
para trabajar. Sin pareja, es madre de 3 hijos que se quedaron en su
país de origen. Las entrevistas con ella son intensas, de una sinceri-
dad desgarradora. En una de ellas recuerda con dolor la muerte de
un hermano, –sé que si muero, él me espera–.
Comparto con Katheleen Dowling Sigh19 cuando señala que le
resulta difícil separar su trabajo de su vida, que ambos están entre-
lazados, generalmente de manera positiva y saludable.
67
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
68
EN LAS FRONTERAS DE LA CIENCIA
69
6
HERMANA MUERTE
71
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
72
HERMANA MUERTE
73
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
74
HERMANA MUERTE
5. CABODEVILLA, I., “En el umbral del morir todavía hay tiempo para crecer”,
en ALEMANY, C., Relatos para el crecimiento personal, Desclée De Brouwer, Bilbao
1998.
75
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
76
HERMANA MUERTE
77
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
78
HERMANA MUERTE
79
7
PSICOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD
EN EL FINAL DE LA VIDA
1. KÜBLER-ROSS, E., Sobre la muerte y los moribundos, Ed. Grijalbo, Barcelona 1993.
2. DIE TRILL, M., Abordaje de los problemas psicológicos durante la enfermedad ter-
minal, en medicina Paliativa. Bases para una mejor terminalidad. Sociedad Vas-
ca de Cuidados Paliativos. San Sebastián 1997. 189-209.
81
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
82
PSICOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
83
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
84
PSICOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
85
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
86
PSICOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
Ahora quizás ya tienes alguna pista sobre por dónde debes enfo-
car tu vida. Sigue los dictados de tu corazón. Cuando un psicotera-
peuta humanista ayuda a sus clientes para que encuentren solución
a sus problemas personales, su objetivo no es generar ningún tipo de
dependencia, sino capacitarles para que ellos mismos resuelvan sus
propios conflictos y prosigan el camino de crecimiento y realización
para el que han sido llamados. Del mismo modo los auténticos
maestros espirituales recuerdan continuamente a sus discípulos que
la verdadera sabiduría está en su interior.
Los místicos religiosos de todas las épocas y confesiones han
afirmado desde siempre que Dios mora en nuestro interior y que si
queremos crecer, evolucionar y avanzar en el camino espiritual,
debemos encontrar nuestro propio maestro interno, ese aliento de
verdad que puede conducirnos hacia la totalidad.
Somos amor. El amor es la energía que llena todos los átomos,
todas las moléculas, todos los tejidos que configuran los órganos de
tu ser, y no hay nada que temer.
Para los profesionales sanitarios resulta imprescindible, y una tarea
fundamental de la atención a la persona en el final de su vida, el ayu-
dar a construir un sentido y elaborar esperanza pese al deterioro físico.
87
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
5. GENDLIN, E.T., Focusing. Proceso y técnica del enfoque corporal, Mensajero, Bil-
bao 1997.
88
PSICOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
6. CABARRÚS, C.R., Crecer bebiendo del propio pozo, Desclée De Brouwer, Bilbao
1998.
7. MAY, G., Sencillamente cuerdo, Desclée De Brouwer, Bilbao 1997.
89
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
90
PSICOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
– Soñaba con que una camioneta estaba con el motor encendido, dis-
puesta a emprender un viaje. Como se ha dedicado a repartir en camioneta,
pues ahora sueña con ello. Señala el yerno delante de Ramón.
91
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
92
PSICOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
93
8
SANAR ES ALGO MÁS QUE CURAR
95
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
96
SANAR ES ALGO MÁS QUE CURAR
97
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
98
SANAR ES ALGO MÁS QUE CURAR
99
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
100
SANAR ES ALGO MÁS QUE CURAR
101
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
8. JAMPOLSKY, G., Adiós a la culpa, Los libros del comienzo, Madrid 1999.
9. CABARRÚS, C. R., Crecer bebiendo del propio pozo, Desclée De Brouwer, Bilbao
1998.
10. CABARRÚS, C. R., Crecer bebiendo del propio pozo, Desclée De Brouwer, Bilbao
1998.
102
SANAR ES ALGO MÁS QUE CURAR
11. CABODEVILLA, I., En vísperas del morir, Desclée De Brouwer, Bilbao, 2001.
12. CABARRÚS, C. R., Crecer bebiendo del propio pozo, Desclée De Brouwer, Bilbao
1998.
103
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
tros mismos y no olvidar que nadie está en este mundo para satisfa-
cer nuestras expectativas, que a lo más somos compañeros de viaje
que nos encontramos en un momento y hacemos un trecho juntos,
pero que quizás nuestros caminos se separen, y sentirnos ofendidos
por ello es una oportunidad para explorar nuestro orgullo, o nues-
tra dependencia emocional, o nuestra soledad.
Regresa una y otra vez al fondo fértil de nuestra esencia, regre-
sa al silencio y a la soledad unificadora y nutriente del océano inte-
rior.
No en pocas ocasiones el moribundo aparece enganchado, con
gran sufrimiento, a situaciones pasadas que el tiempo trascurrido y
la elaboración mental de la persona no han hecho más que contami-
nar y distorsionar, creando en ocasiones vivencias patológicas de
culpabilidades que reclaman ser aclaradas y serenadas.
104
SANAR ES ALGO MÁS QUE CURAR
105
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
106
SANAR ES ALGO MÁS QUE CURAR
107
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
«También el alma,
si se quiere reconocer,
tendrá que aprender
a mirarse
en otra alma».
Platón.
16. GARRIDO, J., Una espiritualidad para hoy, San Pablo, Madrid, 1988.
108
SANAR ES ALGO MÁS QUE CURAR
17. CABODEVILLA, I., En vísperas del morir, Desclée De Brouwer, Bilbao 2001.
109
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
18. GRAD, Marcia, La princesa que creía en los cuentos de hadas, Obelisco, Barcelo-
na 2002.
110
SANAR ES ALGO MÁS QUE CURAR
111
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
20. JOHNSON, Spencer, M.D., ¿Quién se ha llevado mi queso?, Ediciones Urano, Bar-
celona 2000.
112
SANAR ES ALGO MÁS QUE CURAR
113
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
señala que sólo los seres que están separados pueden relacionarse
de manera auténtica. Si no es así aparece un estado de identificación
mutua que bloquea el desarrollo psicológico de ambas partes.
Caminar hacia la realización personal implica, como seres socia-
les que somos, relacionarse íntimamente con los otros, con una aper-
tura total y generosa. Son las relaciones con los demás las que con-
tribuyen a la sanación.
114
SANAR ES ALGO MÁS QUE CURAR
Silencio Espeso
115
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
116
SANAR ES ALGO MÁS QUE CURAR
117
9
VISUALIZACIONES PARA EL ESPÍRITU
119
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
120
VISUALIZACIONES PARA EL ESPÍRITU
1. LEVINE, S., Sanar en la vida y en la muerte, Los libros del comienzo, Madrid
1995.
2. PROGOFF, I., The Well and the Cathedral.
121
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
122
VISUALIZACIONES PARA EL ESPÍRITU
123
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
ción. Siente cómo entra el aire y cómo sale. Este es un sistema muy
antiguo de interiorización, hay quien lo llama respiración yóguica.
Entra el aire y sale, no trates de cambiar, ni variar tu respiración,
simplemente date cuenta de cómo es.
Imagínate que al espirar expulsas de verdad la tensión y el estrés
del cuerpo, y al inspirar recoges la hermosa energía que te rodea...
Espiras estrés y tensión, e inspiras una hermosa energía.
Podrás concentrarte en mi voz y dejar que también ella te lleve
a un lugar más profundo. Y que los ruidos de fondo de esta habita-
ción, de este lugar en que nos encontramos, y las demás distraccio-
nes sirvan para hacer aún más profundo tu nivel de relajación. No
van a interferir, sino que van a colaborar en conseguir ese fin de paz
y profunda tranquilidad.
Hoy vas a poder llegar a un nivel lo bastante profundo como
para tener experiencias maravillosas.
Ponte lo más cómoda que puedas, lo más cómodo. Muévete
siempre que quieras. Si notas alguna parte del cuerpo incómoda,
muévela hasta que esté lo más cómoda posible. Relaja los músculos
de la cara y de la mandíbula; siente como se relajan totalmente. Des-
hazte de toda la tensión y la rigidez de todos esos músculos. Relaja
los del cuello que quedan muy blandos, sueltos. Siente cómo se rela-
ja totalmente el cuello. Y los músculos de los hombros tan blandos y
tan distendidos. Deshazte de toda la tensión y de la rigidez. Los
músculos de los brazos… ya los tienes muy relajados apoyándose
por su propio peso en el sofá o en la silla.
Y ahora los músculos de la espalda, totalmente relajados, tanto
la parte de arriba como la de abajo, mientras vas profundizando más
y más en ese hermoso estado de paz. A cada respiración profundi-
zas más aún. Ahora relaja los músculos del estómago y del abdo-
men, para que la respiración siga sosegada. Por último relaja total-
mente los músculos de las piernas. Sientes todo tu cuerpo relajado y
124
VISUALIZACIONES PARA EL ESPÍRITU
vas entrando más y más en ese hermoso estado de paz. Bien, muy
bien. Vas a concentrarte en mi voz y dejar que te siga llevando a un
estado cada vez más profundo (esto sólo si es leído por alguien). Los
ruidos exteriores o las distracciones no son ningún inconveniente, al
contrario, nos van a servir también para que ese nivel sea aún más
profundo.
Y ahora imagínate una hermosa luz encima de tu cabeza. Imagí-
nate que es una luz curativa maravillosa, una luz de hermosa ener-
gía, una luz que te sumerge, que te hace descender a un nivel de paz
y serenidad, cada vez más profundo. Se trata de una luz que te rela-
ja completamente. Es una luz espiritual, conectada a la que hay enci-
ma de ti y a tu alrededor. Permite que entre en tu cuerpo por la par-
te superior de la cabeza, y que ilumine el cerebro y la médula espi-
nal… Va fluyendo de arriba hacia abajo, como una hermosa ola de
luz, y pasa por todas y cada una de las células, los tejidos, las fibras,
y los órganos de tu cuerpo con paz, con amor y poder sanador (cura-
tivo), mientras tú vas profundizando más y más.
Vas profundizando más y más a medida que la luz te llene el
corazón, te lo cure y siga fluyendo hacia abajo. Una luz que se detie-
ne de forma muy potente, muy fuerte, en cualquier zona en que la
necesites, como poder sanador. El resto de la luz baja por las piernas
hasta llegar a los pies y llena el cuerpo de luminosidad, expandién-
dose este hermoso estado de paz y relajación. Imagínate ahora que
la luz también rodea completamente el exterior de tu cuerpo, como
si te envolviera una hermosa burbuja o capullo de luz. Te protege, te
abraza.
Y ahora voy a contar hacia atrás, del diez al uno, y tu mente va
a profundizar todavía más y más, y tu mente ya no estará limitada
por la habituales barreras del espacio y el tiempo. Es posible que
aparezcan imágenes o vivencias anteriores. No hay nada que temer,
tú estás en paz flotando sobre ellas.
125
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
126
VISUALIZACIONES PARA EL ESPÍRITU
127
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
128
VISUALIZACIONES PARA EL ESPÍRITU
129
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
130
VISUALIZACIONES PARA EL ESPÍRITU
131
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
132
VISUALIZACIONES PARA EL ESPÍRITU
133
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
134
VISUALIZACIONES PARA EL ESPÍRITU
135
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
– ¡Eh, doña Rana! –dijo en voz baja un zorrillo. ¿Qué le pasa a don
Oso? ¿Por qué mi aita dice que se va a morir?
– Vamos txikis –dijo la Rana–, vamos hasta el río, yo les voy a contar.
Y un montón de cervatillos, corzos, zorrillos, jabatos y otros animali-
llos lo siguieron hasta la orilla del río, para que la rana les dijera qué era eso
de la muerte.
Y les contó que todos los animales viven y mueren. Que eso pasaba siem-
pre, y que la muerte, cuando llega a su debido tiempo, no era una cosa mala.
– Pero doña Rana –preguntó un gardatxo–, ¿entonces no vamos a
jugar más con don Oso?
– No. No vamos a jugar más.
– ¿Y él no está triste?
– Para nada. ¿Y saben por qué?
– No, doña Rana, no sabemos.
– No está triste porque en su larga vida jugó mucho, porque jugó a
muchos juegos, a las cartas, al ajedrez, a las damas, a la pelota en su juven-
tud, a la rana... por eso se va contento.
– Claro –dijo la cardelina– ¡Cómo jugaba!
– Pero tampoco irá a la tienda, ni preparará unos esquís, ni devolverá
a fábrica algo defectuoso, ni preparará leña para la chimenea.
– No, pero ya trabajó mucho. También por eso se va contento.
– Ni les dará más veces la paga a sus nietos, ni de comer a los perros
Asti y Larra, ni cuidará los rosales, ni...
– ¡Cierto!, pero ya lo hizo muchas veces, ¿y saben?, lo hacía por amor.
También es muy importante, para morirse bien, el querer mucho.
– Y no le oiremos más esas frases tan sabias, ni sus bromas.
– ¡Él sí que se divertía con ellas!, dijo el cangrejo.
– Y ya no verá los partidos de pelota que tanto le gustaban, ni anotará
más cosas en sus cuadernos.
– No, ya no anotará más cosas, ni verá más partidos de pelota.
136
VISUALIZACIONES PARA EL ESPÍRITU
137
10
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
1. REICH, Warren T., “El arte de cuidar a los moribundos”, en Morir con digni-
dad. Dilemas Éticos en el final de vida, Ediciones Doce Calles, Madrid 1996.
139
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
2. LELOUP, Jean-Yves y BOFF, L., Terapeutas del desierto, Sal Terrae, Santander
1999.
140
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
3. SMALL, J., Hacernos naturalmente terapéuticos, Los libros del comienzo, Madrid
2004.
4. RICHO, D., Cómo llegar a ser un adulto, Desclée De Brouwer, Bilbao 2000.
141
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
5. WILBER, K., Breve historia de todas las cosas, Kairós, Barcelona 1996.
6. RICHO, D., Cómo llegar a ser un adulto, Desclée De Brouwer, Bilbao 2000.
7. GALVE, M., “Claves psicológicas para una vivencia del sufrimiento en la
enfermedad”, en Revista Labor Hospitalaria nº: 235, 1995, 67-75.
142
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
143
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
144
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
145
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
13. CABODEVILLA, I., En vísperas del morir, Desclée De Brouwer, Bilbao 2001.
146
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
14. DE MELLO, A., Sadhana, Un camino de oración, Sal Terrae, Santander 1990.
147
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
148
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
149
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
16. BONET, J.V., El diario íntimo: buceando hacia el yo profundo, Desclée De Brouwer,
Bilbao 2001.
150
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
151
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
152
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
153
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
19. KÜBLER-ROSS, E., Sobre la muerte y los moribundos, Grijalbo, Barcelona 1993.
20. ALVAREZ, F., “Claves Biblico-teológicas para vivir cristianamente el sufri-
miento”, en Revista Labor Hospitalaria nº 225-226, Barcelona 1992.
154
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
21. BARBERO J., “El apoyo espiritual en cuidados paliativos”, en Rev. Labor Hos-
pitalaria nº 263, enero-marzo 2002. 5-24.
155
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
aquello que desee . Éste es un tema que suele generar muchos escrú-
pulos en los familiares, dados los abusos que se han cometido y se
cometen por personas más interesadas en adquirir bienes que en
permitir que el enfermo realice un acto de amor en lo testamental.
10.6. La esperanza
156
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
157
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
158
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
159
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
160
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
27. BERMEJO, J.C., “Aportación Pastoral”, en Revista Labor Hospitalaria nº: 225-
226. Barcelona 1992. 214-221.
161
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
162
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
163
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
Escucha
164
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
¡Escúchame!
Todo lo que te pido es que me escuches, no que hables o que hagas.
Sólo que me escuches.
Aconsejar es fácil. Pero yo no soy un incapaz.
Quizás esté desanimado o en dificultad, pero no soy un inútil.
Cuando tú haces por mí lo que yo mismo podría hacer y no necesito, no
haces más que contribuir a mi inseguridad.
Pero cuando aceptas, simplemente, que lo que siento me pertenece, aun-
que sea irracional, entonces no tengo que intentar hacértelo entender, sino
empezar a descubrir lo que hay dentro de mí».
32. FROMM, E., Ética y Psicoanalisis, Fondo de Cultura Económica, México 1978.
165
11
LA MUERTE, EL ÚLTIMO REGALO
167
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
168
LA MUERTE, EL ÚLTIMO REGALO
«En aquel día les dijo, llegada ya la tarde: Pasemos al otro lado del
lago. Cuando hubo subido a la nave, le siguieron sus discípulos. Y
se dieron a la mar. Mientras navegaban se durmió. Vino sobre el
lago una tormenta tal, que las olas cubrían la nave, y acercándose
le despertaron, diciendo: Señor, sálvanos, que perecemos. Él les
dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces se levantó,
mandó al viento y dijo al mar: Calla, enmudece. Y se aquietó el
viento y se hizo completa calma». Mateo 8, 23-28.
169
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
170
LA MUERTE, EL ÚLTIMO REGALO
171
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
172
LA MUERTE, EL ÚLTIMO REGALO
173
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
174
LA MUERTE, EL ÚLTIMO REGALO
4. ROSELLÓ, E., Así está bien, Los libros del comienzo. Madrid 2006.
175
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
176
LA MUERTE, EL ÚLTIMO REGALO
177
BIBLIOGRAFÍA
179
LA ESPIRITUALIDAD EN EL FINAL DE LA VIDA
DIE TRILL, M., Abordaje de los problemas psicológicos durante la enfermedad terminal, en
medicina Paliativa. Bases para una mejor terminalidad. Sociedad Vasca de
Cuidados Paliativos. San Sebastián 1997. 189-209.
DOWLING SIGH, K., The Grace in Dying.
DÜRCKHEIM, K.G., El centro del ser, Luciérnaga, Barcelona 1997.
ECKHART, T., El silencio habla, Gaia Ediciones, Barcelona 2006.
ECKHART, T., El poder del ahora, Gaia, Madrid 2001.
EDITORIAL, “¿Necesidades espirituales?”, Revista Labor Hospitalaria nº: 263, enero-
febrero-marzo 2002, 3-5.
ELIZONDO, F., “Aportación antropológica”, en Revista Labor Hospitalaria nº 225-226.
Barcelona 1992. 194-198.
ESQUIROL, J.M., “Reflexiones filosóficas sobre el dolor y el sufrimiento”, en Cuader-
nos gerontológico 96, Sociedad Navarra de geriatria y gerontología, año 3, nº 2,
49-60.
FRANKL, V., Ante el vacío existencial, Herder, Barcelona 1982.
FRANKL, V., El hombre en busca de sentido, Herder, Barcelona 1980.
FRANKL, V., La presencia ignorada de Dios, Herder, Barcelona 1984.
FRANKL, V., La voluntad de sentido, Herder, Barcelona 1988.
FREUD, S., La interpretación de los sueños, Alianza, Madrid 1967.
FROMM, E., Ética y Psicoanalisis, Fondo de Cultura Económica, México 1978.
GALVE, M., “Claves psicológicas para una vivencia del sufrimiento en la enfer-
medad”, en Revista Labor Hospitalaria nº: 235, 1995, 67-75.
GARRIDO, J., Una espiritualidad para hoy, San Pablo, Madrid 1988.
GENDLIN, E.T., Focusing. Proceso y técnica del enfoque corporal, Mensajero, Bilbao
1997.
GÓMEZ SANCHO, M., “La dimensión espiritual del hombre”, en GÓMEZ SANCHO, M.,
Medicina Paliativa, Aran, Madrid 1998.
GRAD, Marcia, La princesa que creía en los cuentos de hadas, Obelisco, Barcelona 2002.
GROF, S., Psicología transpersonal, Kairós, Barcelona 1988.
HENNEZEL, M. y LELOUP, J.Y., El arte de morir, Helios, Barcelona 1998.
JAMPOLSKY, G., Adiós a la culpa, Los libros del comienzo, Madrid 1999.
JOHNSON, Spencer, M.D., ¿Quién se ha llevado mi queso?, Ediciones Urano, Barcelona
2000.
JUNG, C.G., Sincronicidad, Sirio, Málaga 1989.
JUNG, El secreto de la flor de oro, Paidós, Barcelona 1969.
KAVAFIS, Konstantinos, Poesía completa, Alianza Editorial, Madrid 1982.
KÜBLER-ROSS, E., Sobre la muerte y los moribundos, Ed. Grijalbo, Barcelona 1993.
LAIN ENTRALGO, P., Cautela y Coraje.
LELOUP, Jean-Yves y BOFF, L., Terapeutas del desierto, Sal Terrae, Santander 1999.
LELOUP, Jean-Yves, Desierto, desiertos, PPC, Madrid 1996.
LEVINE, S., Sanar en la vida y en la muerte, Los libros de comienzo, Madrid 1995.
MARTI, M., Palabras de un maestro. Blay en síntesis, Ediciones Índigo, Barcelona 1990.
180
BIBLIOGRAFÍA
181