El Malvado Cupido - Bella Hayes
El Malvado Cupido - Bella Hayes
El Malvado Cupido - Bella Hayes
Bella Hayes
Quizás solo se trate de encontrar
A quien te sigue mirando cuando tú cierras los ojos
Elvira Sastre Sanz.
Poeta y escritora española
Gracias por leer este libro
Copyright 2021 Bella Hayes
Todos los derechos reservados
Diseño de la portada: Luce Monzant y Bookdesing LT
Corrección: Kaera Nox
Primera Edición: Febrero 2021
―No eres tú, nena, soy yo ―dijo Paco con suavidad―. Eres
demasiado perfecta para mí.
―Claro, soy tan perfecta que te enamoraste de otra ―respondió
Bella con furia.
―Mírate eres preciosa, con un negocio próspero y una personalidad
agradable. Eres una buena persona, Bella, pero no eres para mí ―dijo su
ahora exnovio―. Estarás bien, estoy seguro de que pronto encontrarás un
nuevo amor.
Paco le dio un beso en la mejilla y se marchó. Bella se quedó
preguntándose por qué siempre la dejaban los hombres. No era un bellezón
pero era bonita; bajita, con una figura de reloj de arena, buen trasero y
piernas torneadas. Para ella su largo cabello era su mejor rasgo, rubio con
suaves ondas que le llegaban a media espalda. Sus ojos marrones se
llenaron de lágrimas cuando recordó que Paco la dejó por una compañera
de trabajo que era tan fea como él.
Decían que el amor era ciego, pero el de ella era como un topo, no
veía de físicos. Los últimos cinco novios que tuvo eran tan feos que le daba
un poco de vergüenza cuando se los presentaba a sus amigas.
Pensó que de todos Paco era el menos feo, solo tenía la cara un poco
agujereada por el acné que sufrió en su juventud. Su pelo negro siempre
estaba peinado y engominado con una raya al lado, un mechón rebelde se
levantaba en la coronilla, lo que le daba el aspecto de un chico malo. Sus
ojos verdes eran muy bonitos, se veían grandes a través del cristal de los
anteojos que debía usar por su miopía. Su nariz perfilada y los labios finos,
que rara vez sonreían porque estaba un poco acomplejado de sus dientes
torcidos. Tenía que reconocer que estaba medio feíto, pero ella lo amaba por
su carácter dulce y cariñoso.
Bella recogió sus cosas, pidió la cuenta de los cafés que Paco ordenó,
y que de nuevo olvidó pagar, y se marchó cabizbaja a su pequeño
apartamento. No quería llorar en la calle, le daba vergüenza que la vieran,
por lo que sacó unos anteojos de sol para ocultar sus ojos y apresuró el
paso. Había dejado su coche en un estacionamiento a tres manzanas de allí.
A pesar de lo mal que se sentía, una brizna de rabia surgió de su
interior y maldijo a su exnovio por haberla citado en ese café en vez de ir
hasta su casa para cortar con ella. El muy cabrón no solo la dejó por otra,
sino que lo hizo en un sitio donde sabía que ella no armaría una escena
porque ese café era cliente de su propio negocio. Paco la conocía bien, era
explosiva e impulsiva cuando se enfurecía y en ese momento en verdad
tenía ganas de armar un berrinche. Al llegar al estacionamiento pagó el
peaje correspondiente y caminó hasta su coche.
A medida que se acercaba a su destino las lágrimas pugnaban por
salir, al final no pudo más, se arrebató los anteojos y las dejó correr libre
por su rostro. Le dolía el corazón y la opresión que sentía en el pecho no la
dejaba respirar con normalidad. Un hombre estaba recostado en su coche, al
ver que se acercaba abrió los brazos y ella se refugió en los mismos dejando
escapar unos grandes y lastimeros sollozos.
―Tranquila, ya pasó, todo estará bien ―dijo JL, su mejor amigo.
―No, no lo estará, JL, Paco me dejó ―explicó Bella.
Su voz sonaba entrecortada mientras ponía a su mejor amigo al tanto
de lo sucedido. Hipaba sin control, las palabras salían atropelladas de su
boca en un torrente poco entendible, sin embargo, no era necesario ser un
genio para saber qué había pasado. Una vez que dejó de hablar, su amigo la
separó de su cuerpo para mirarla a la cara.
―Vamos, te llevaré a casa ―informó JL.
El hombre extendió la mano para quitar de la suya las llaves del
coche, abrió la puerta del copiloto e hizo que Bella subiera, después se
acomodó en el asiento del chófer y se marcharon ante la curiosa mirada del
guardia de seguridad del estacionamiento.
Ambos hacían una bonita pareja. Él, alto, guapo, de hermosos ojos
negros y una preciosa sonrisa de comercial de pasta dentífrica; ella, bajita,
rubia y delicada, del tipo de mujer que provocaba abrirle la puerta del coche
y consentirla para que no hiciera ningún trabajo pesado. Sin embargo, eran
solo amigos, no había entre ellos la más mínima atracción, química o como
lo quieran llamar. Para Bella, JL era su mejor amigo y confidente, su paño
de lágrimas y la persona en quien siempre podría confiar.
―¿Cómo supiste que te necesitaba? ―preguntó la joven con
curiosidad.
―Me dijiste que Paco te había citado en el café que tanto te gusta
porque quería hablar contigo, así que asumí que algo andaba mal. Hoy es
viernes y si quería salir contigo no te citaría en un café después del trabajo,
habría ido hasta tu casa a buscarte. El hecho de que llevaras tu propio coche
era indicativo de que se marcharían por separado, así que vine para verificar
que todo estuviese bien.
―Gracias, JL, no sé qué haría sin ti ―dijo Bella y tomó su mano en
un suave apretón.
Al llegar a su casa, fueron recibidos por Eros, el schnauzer sal y
pimienta de Bella. La joven se sentó en el sofá para recibir la euforia y los
besos perrunos de su bebé. Culminada la bienvenida, JL la mandó a tomar
un relajante baño de tina y le aseguró que él sacaría a Eros al parque y
prepararía la cena. Su amigo tomó la correa y el perro comenzó a dar saltos
de la emoción. Bella sonrió al ver la escena. Su perro era un bebé con ella,
pero no soportaba que nadie lo tocara; gruñía y tendía a tratar de morder a
quien osara acariciarlo, sin embargo, con JL era un cachorro juguetón.
JL aprovechó la salida para llamar al «comando borracho» como se
hacía llamar el grupo de amigas de la universidad. Después rebuscó entre
los menús que Bella tenía en la cocina y pidió pizzas. Si iban a beber era
preferible que lo hicieran con el estómago lleno.
Bella estaba un poco más tranquila tras el baño, se puso su pijama
rosado de donas y sus zapatillas de felpa de conejito y salió a buscar a su
amigo. JL la esperaba en el salón con la TV encendida, su película favorita
en la pantalla y un gran tazón de helado de chocolate. Las lágrimas
acudieron de nuevo a sus ojos al ver el gesto de su amigo y se lanzó a sus
brazos, otra vez. Un par de minutos después JL la separó de su cuerpo,
tomó el tazón y puso la primera cucharada de helado en sus labios. Su sabor
favorito explotó en su boca y de verdad se sintió un poco mejor. Se sentaron
a ver la película con Eros entre ellos hasta que el timbre sonó. Las
esperanzas se avivaron en el interior de la joven al pensar que quizás Paco
se hubiese arrepentido de su decisión y volviera por ella, pero cuando JL
abrió la puerta y sus amigas ingresaron a la sala, se dio cuenta de que su
quinta fiesta de despecho estaba por comenzar.
Capítulo 2
El «comando borracho»
Una colitis. Eros tenía la mala costumbre de comerse todo menos sus
croquetas, sentía fascinación por masticar lo que encontrara de plástico.
Además, Bella tuvo que confesarle a Héctor que le daba de su comida, pero
es que no podía negarse a los ojitos que su bebé le ponía para pedirle cada
vez que se sentaba a la mesa.
Después de que el veterinario le dijera que su perro se pondría bien,
la rubia soltó la respiración que estaba conteniendo y lo miró con alivio y
agradecimiento reflejado en la cara. El veterinario sonrió.
Cuando salió a ver qué pasaba, Bella estaba al borde del llanto, sin
embargo, a él le pareció lo más bonito que había visto en la semana. Se
decía que era un tonto por torturarse de esa manera sabiendo que era la
novia de JL, durante mucho tiempo se había mantenido distante por respeto
a su amigo. Hasta la última vez que la vio y ella lo miró con algo que le
pareció, ¿deseo?, ¿anhelo? No estaba seguro. Entonces, no pudo resistir la
tentación de estar cerca, aunque fuera como amigo, pero necesitaba saber
qué pasaba por la cabeza de Bella cuando lo miraba de esa manera.
―Vete a casa, Bella, no te preocupes por Eros. Se pondrá bien, lo
hidrataremos y lo dejaremos en observación hasta mañana. Si quieres
puedes venir a verlo un rato cuando regreses del trabajo ―dijo Héctor con
la esperanza de verla en la tarde.
Bella quería abrazarlo en agradecimiento, pero lo único que hizo fue
sonreír; era una persona cariñosa y era probable que con otra persona lo
hubiese hecho, pero no con Héctor. Temía delatar esa absurda atracción que
sentía, ella tenía un novio al que amaba. La culpa la carcomía, consideraba
que sentir lo que sentía al mirar a Héctor era una traición hacía Mike, dentro
de su sistema de valores estaba mal, no era correcto. Así que pensó que era
mejor mantenerse lejos de la tentación. Si Héctor hubiese sido el hombre
destinado para ella, lo hubiese descubierto hacía mucho tiempo y no se
habría enamorado de otros hombres. Cuando estaba cerca de Héctor se
sentía confundida, y eso no era bueno. Se consideraba una persona fiel y
sentir esa atracción tan fuerte la hacía dudar de sus principios.
―¿Hasta qué hora estarán abiertos? Me quedé dormida y voy con
retraso a la pastelería, no creo poder salir temprano.
―No te preocupes la clínica estará abierta, trabajamos las
veinticuatro horas al día, ya que aquí se atienden emergencias. Para la
próxima no dudes en llamarme que iré a tu casa a verlo, no tienes que
cargarlo hasta acá.
―¡Oh! No se me ocurrió llamarte, gracias ―dijo la rubia antes de
despedirse.
Al llegar a su casa, Bella gimió en su interior al verse reflejada en el
espejo de su dormitorio, estaba horrible y Héctor la había visto de esa
manera. ¡Qué vergüenza! Ella que no salía de su casa sin la raya del ojo y
los labios pintados. Su lema favorito y que se repetía como un mantra era:
antes muerta que sencilla.
Encima de eso tuvo que limpiar el desastre que Eros dejó en su
habitación. ¡Puaj!
Su móvil sonó con un mensaje de Mike para preguntarle por qué no
le había llevado el desayuno al aeropuerto. Bella le envió una nota de voz
contándole lo que le había sucedido con Eros y que aún estaba en su casa,
por lo que no podría llevarle su café con pasteles. La dejó en visto sin darle
una respuesta. La rubia frunció el ceño un poco preocupada y se dijo que lo
llamaría más tarde.
El día fue peor de lo que se esperaba. Una de sus ayudantes se reportó
enferma y la novia quería hacer cambios de última hora en las flores del
pastel. Tuvo que explicarle que hacer cientos de flores de fondant[4] y
pintarlas de dorado no se hacía de un día para otro, y que las de su pastel ya
estaban terminadas. Aun si estuviera dispuesta a pagar el costo que implica
hacer el cambio, no las terminarían así trabajaran toda la noche. Apenas
tuvo tiempo de llamar a Héctor para saber cómo seguía Eros, pero no pudo
hablar con Mike. Al salir de la pastelería le envió un mensaje, pero él no le
respondió a pesar de que recibió la notificación de que lo había leído.
Cuando se dirigió a la clínica veterinaria era de noche. Héctor la
estaba esperando. A pesar de que había otro veterinario de guardia para
encargarse de las emergencias nocturnas, se había quedado para verla. Eros
se levantó al verla y le movió la cola. Héctor le abrió la jaula y Bella, con lo
pequeña que era, se metió dentro. Efusivo, Eros se lanzó encima de ella, la
rubia se sentó en el piso y abrazó a su perro, calmándolo. Al rato le dio un
beso en la cabeza y hundió la cara en su cuello.
Héctor vio la ternura con la que trataba a su perro y sonrió, se veía
muy cansada y aun así fue a ver a Eros y, sin importarle su ropa, se lanzó a
darle amor.
―Esto ha sido lo mejor de mi día ―dijo Bella.
―Los perros tienen ese efecto ―dijo Héctor―. Tómate tu tiempo,
te espero en mi consultorio; hablaremos del tratamiento y la dieta de Eros y
después te acompañaré hasta la puerta de tu casa.
Bella asintió con la cabeza. El ver a Eros mucho mejor la terminó de
tranquilizar. En la mañana vendría para pagar la cuenta y llevárselo a casa.
Caminaron en un silencio cómodo hasta llegar a la puerta de su
edificio, Bella se giró hacia Héctor le dio las gracias y huyó hacia la
seguridad del interior. Con un suspiro resignado el hombre se marchó a
casa.
Esa noche, al meterse en la cama, pensó que al día siguiente sería un
buen día, Eros volvería a casa y en la noche tenía una cita especial con
Mike, si se le pasaba el berrinche, claro. Por más que trató de no pensar en
Héctor la imagen de sus ojos no la dejó conciliar muy bien el sueño.
Capítulo 8
El príncipe azul era un sapo
El Malvado Cupido
Un abrazo.
Bella.
Cancionero
3. Comando borracho
Artista: Mermelada Bunch
Álbum: Pum-Pum
Fecha de lanzamiento: 2001
Género: Rock
4. Despido a Cupido
Artista: Gera MX
Artista invitado: Jay Romero
Álbum: El vicio y la Fama
Fecha de lanzamiento: 2019
Género: Hip-hop/rap
4. Se acabó
Artista: María Jiménez
Álbum: María Jiménez
Fecha de lanzamiento: 1978
Género: Flamenco
Agradecimientos
Como siempre mi primer agradecimiento es para Dios, gracias a las
adversidades que me ha puesto en el camino cada día soy más fuerte,
tolerante y empática. Y sé que dentro de todas las vivencias no me ha
desamparado al poner en mi camino ángeles que me tendieron la mano.
También le agradezco poder volver a escribir, algo que se me dificultó
mucho en el último año.
A mi esposo por ser el hombre bueno y honorable que siempre ha
sido, pero que en este año sobrepasó mis expectativas ante adversidad,
gracias por amarme y apoyarme.
A mis hijas María Virginia y Valentina Isabel, por ser tan buenas
como cualquier padre desearía y por demostrarme su amor en todos los
besos, abrazos y te amo con que salpican cada día de mi vida.
A mis hermanas que han sido mi soporte durante todo lo que me tocó
vivir.
A mi amiga Yoalhys Noguera por su apoyo cariño y constante.
A Luce Monzant por la portada de este libro y a Tina Monzant por su
ayuda constante y por ser tan buenas amigas. Gracias por soportar todas mis
preguntas.
A Kaera Nox por la corrección de este manuscrito, siempre cuento
contigo y cada día me enseñas más.
A mis amigas escritoras de quienes recibo apoyo, consejos y risas.
A Salo, Amanda, María, quienes han sido un apoyo constante.
A mis chicas del Club de las letras, siempre a un mensaje de
distancia.
Y por último pero no menos importante, a la razón de que hoy pueda
llamarme escritora, a ustedes mis queridos y fieles lectores que desde un
inicio le han dado una oportunidad a mis libros, que me comentan y me
apoyan, un abrazo grandote.
Bella
Sobre la Autora
Nací en Venezuela, el 13 de mayo de 1970, comencé a leer en mi niñez,
pero fue en mi adolescencia cuando la lectura pasó a ser mi mayor
entretenimiento. Descubrí la novela romántica a través de las historias de
Bárbara Cartland y las novelas de bolsillo de Harlequin.
Tenía diecisiete años cuando conocí a quien sería mi esposo, nos hicimos
novios y ocho años después nos casamos, en julio celebraremos nuestras
bodas de plata. Tenemos dos hijas, una joven de veinte años y una chica de
diecisiete, ellas son el centro de nuestras vidas.
Me gradué en la universidad de Economista y después hice una maestría en
Gerencia de Recursos Humanos.
Aunque siempre he imaginado historias en mi cabeza, no fue hasta el año
2017 cuando deprimida por la crisis que vive mi país me decidí y comencé
a escribir. Eso me salvó, a recuperé mi buen ánimo y me permitió respirar
económicamente. A mis 47 años encontré mi verdadera vocación y me
siento muy afortunada por ello.
Los libros que he publicado hasta la fecha son los siguientes:
Mis novelas árabes.
SAGA HERMANAS SFEIR.
Tres hermanas víctimas de la ambición de su padre, novelas que tratan
sobre el difícil mundo de los matrimonios concertados.
Jake es sorprendido con la noticia de que es padre, sin saberlo tiene una
familia, ahora que la ha descubierto está decidido a conservarla, hasta que
el pasado de Nahla vuelve para reclamarla y llevarla a ella y a su hija de
regreso a Arabia Saudí.
http://1xe.me/3RCWKC
2- LA HISTORIA DE JAMEELA: Sueños Rotos
http://1xe.me/77NNFF
2,5- DE CUANDO JADE SE ENAMORÓ DE NASSER
https://rxe.me/BDRYJY
3- LA HISTORIA DE ZAHIRA: Seducción y Venganza
Galal, recuerda a su prometida como una chica fea, gorda y con acné, así
que le es imposible reconocerla en la sirena que lo sedujo. Ahora deberá
casarse con ella. Él espera la típica esposa islámica: dulce, sumisa y
amorosa. Sorprendentemente, se encuentra con una prometida que suelta
tacos cual marinero cuando se encabrona, es una fiera en la cama, y tiene
como deporte ponerlo en su lugar.
¿Cómo podrá llegar a amarla?
https://rxe.me/BF1S5F
Halim: Reencuentro con el pasado.
Halim Al-Husayni es sexy y rico. Él sabe que gusta a las mujeres y quiere
disfrutar de ellas. Lo que más anhela es vivir la vida de soltero que vivieron
sus hermanos mayores, y que su padre le negó al obligarlo a contraer
matrimonio muy joven.
Sara, su esposa, es caprichosa y apasionada, o lo era la última vez que la vio
doce años atrás; por lo que encontrarla en Londres siendo casi una indigente
le produce asombro, ira y muchos sentimientos más, al descubrir todos los
secretos que ella se empeña en ocultar.
https://rxe.me/WC7763
Un árabe para Navidad.
El Castigo
En el futuro, los crímenes son pagados con sangre, sudor y lágrimas, impera
el principio del ojo por ojo. El castigo para las narcotraficantes es la
violación.
https://rxe.me/R7H2GN
Trabajo Involuntario
https://rxe.me/7R96T6
[1]
El tequeño corresponde a la gastronomía venezolana y consiste en un dedito de queso fresco
rodeado de una masa de harina de trigo. Pueden ser fritos u horneados, pero los más populares son
los fritos.
[2]
Frase muy usada en Venezuela para indicar que es un bocadillo que nunca debe faltar en una
reunión, ya sea un encuentro entre amigos o algún evento formal.
[3]
Amor platónico e inalcanzable.
[4]
Se llama fondant o pasta de azúcar a una preparación elaborada en base de azúcar principalmente
que se utiliza en repostería para cubrir pasteles y realizar decoraciones.
[5]
Según la m itología romana Alma era la esposa de Cupido, el dios del amor; para los griegos, este
se llamaba Eros y su esposa Psique.