Historia Del Grabado en México

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EL GRABADO EN MÉXICO

La historia del grabado en México se remonta al año 1826, cuando el conde italiano Claudio
Linati introdujo al país la técnica de la litografía, donde se separaría y distinguiría de lo hecho
hasta entonces y comenzaría a vivir una vida propia como el país mismo.

Los primeros ejemplos de grabadores desarrollados en México tenían caricaturas que


ilustraban artículos del Gallo Pitagórico, el cual fue publicado por entregas parciales como una
columna de crítica política y de costumbres hacia el régimen de Antonio López de Santa-Anna
en el periódico “El Siglo Diez y Nueve” de 1842 a 1844. Debido a su éxito, los artículos fueron
compilados y publicados en forma de libro en 1845 con litografías de Plácido Blanco, Joaquín
Heredia, y Casimiro Castro en la imprenta de Ignacio Cumplido.

En el México de finales del siglo XIX, la crítica social se logró realizar gracias a las estampas
satíricas que generaron un enorme potencial de imágenes donde resaltaba la gráfica como
medio de denuncia que manifestaba en una realidad mordaz, sarcástica y punzante, por lo que
el uso del “cartel callejero” dio la voz al pueblo y trastocó la palabra mediante el grito.

En ese entonces se empieza a producir grabado en madera, que no se había producido en más
de medio siglo, y litografía con un propósito de producción artística. El grabado pretende
mostrar quiénes son los mexicanos, y hay una búsqueda de los artistas de la identidad, esta
nueva identidad industrial, progresista, pero también con la realidad de la pobreza y del atraso
del cual se veían sus contrastes.

Un poco más tarde, en 1895 José Guadalupe Posada hizo del grabado en zinc un arte, debido a
que este medio se prestaba a una mayor rapidez de ejecución, técnica en el que trabajó
prácticamente el resto de su vida como consecuencia de su habilidad y arte. Su obra la
“soldadera maderista” de la Colección Blaisten es un claro ejemplo del uso de dicha técnica.

José Guadalupe Posada, La soldadera maderista, dibujo en zinc, papel: 35x23.8 cm, s/f

El grabado quería mostrar en realidad la gráfica producida después de la Revolución y fue


Posadas quien en la época configuró toda una estética en todo el país. Fue la Revolución
Mexicana donde se impuso un estilo diferente, así como un nuevo contenido ideológico. Esta
nueva visión artística se caracterizó por una militancia activa y la formación de una conciencia
política y nacionalista, tal como lo vemos en la obra de Ángel Zamarripa, donde retrata a uno
de los líderes del movimiento armado: Emiliano Zapata, que conforma parte del acervo de la
Colección Blaisten.

Ángel Zamarripa, Emiliano Zapata, grabado, madera al hilo, Papel: 34x25.4 cm, s/f

En 1921 llegó a México, el artista francés Jean Charlot, cuya obra impulsó a un gran número de
artistas mexicanos en el arte del grabado; durante ese mismo año, surgió la revista “El
Sembrador”, revista de la Secretaría de Educación Pública dedicada a los campesinos. Donde
colaboraron con sus grabados artistas como Ramón Alva de la Canal, Ezequiel Negrete,
Leopoldo Méndez, Gabriel Fernández Ledesma y Fernando Díaz de León.

Leopoldo Méndez, Portada El Sembrador, Grabado, madera de hilo, Papel: 35x23.3 cm, 1931
Por iniciativa de José Vasconcelos en 1924, se organizó la Feria del Libro en el Palacio de
Minería, donde se mostraron por primera vez grabados en madera hechos por Gabriel
Fernández Ledesma y grabados en linóleo de Francisco Díaz de León.

Gabriel Fernández Ledesma, Atrio de Amecameca, grabado, madera de hilo, cedro rojo, Papel:
43.6x34 cm, 1925

Más tarde, en 1928 inició el movimiento ¡30-30!, teniendo alrededor de 30 miembros, del cual
resaltan sus manifiestos y revista “¡30-30!” que fue Órgano de los Pintores de México y fueron
ilustrados por grabados, ya que tanto los directores de las Escuelas al Aire Libre y de los
Centros Populares pertenecían a este grupo., teniendo entre sus miembros a:

 Gabriel Fernández Ledesma


 Fernando Leal
 Fermín Revueltas
 Rafael Vera de Córdova
 Martí Casanovas
 Erasto Cortéz Juarez
Francisco Díaz de León, 30-30 órgano de los pintores de México, grabado en madera de pie,
Papel: 16.6x13.6 cm, s/f Ramón Alva de la Canal (1892–1985)

En el año de 1934 vio el surgimiento de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR),


en medio de un clima de intenso nacionalismo y gran interés de las ideas socialistas. Editaron
la revista “Frente a Frente” que contenía artículos literarios, traducciones y entrevistas,
ilustrados con grabados de gran calidad donde se advierte la alianza entre los artistas y las
organizaciones de masas.

Pablo O'Higgings, Madre indígena, litografía, Papel: 17.8x13.5, s/f

Una corporación fundamental en el desarrollo de la gráfica en México fue el Taller de Gráfica


Popular, creado en 1937 por iniciativa de Leopoldo Méndez, Pablo O´Higgins y Luis Arenal. La
idea principal del taller fue introducir en las artes gráficas un contenido popular y hacerlas de
nuevo asequibles a las masas. Por otro lado, brindó la oportunidad a los artistas de imprimir
sus propios trabajos, único método que consideraban idóneo para conservar íntegramente su
idiosincrasia artística.
Ignacio Aguirre, Tren Revolucionario, Offset, Papel: 21.3x27.4, s/f

En el Taller de Gráfica Popular, prevalecía una filosofía de apoyo a los movimientos obreros y
campesinos, enfatizando la importancia de conseguir mejores salarios, la expansión de la
educación entre el pueblo, así como terminar con la guerra y el fascismo.

Luis Arenal, Alfabetización, Offset, Papel: 27.3x21.3, s/f

Los principios de dicha corporación establecían que éste era “un centro de trabajo colectivo
para la producción funcional y del estudio de las diferentes ramas del grabado y la pintura […]
para que su producción beneficie los intereses progresistas y democráticos del pueblo
mexicano, principalmente en su lucha contra la reacción fascista. (Enrique Martínez Pérez,
“Leopoldo Méndez. Grabador mexicano” en Revista Trabajadores, enero-febrero 2011, p.37)

Javier Iñiguez, Juárez, Offset, Papel: 21.3x27.3, s/f


En la Escuela de Artes del libro, fundada por el artista Francisco Díaz de León en 1938, el
grabador checoslovaco Koloman Sokol inició un taller de experimentación. Dentro de esta
escuela Díaz de León impulsó el cartel por considerarlo uno de los medios de propaganda más
activos.

Koloman Sokol, Al ataque, grabado, madera de pie sobre papel japonés, Papel: 38x32.5 cm, s/f

En 1947 el grabado recibió un fuerte estímulo con la fundación de la Sociedad Mexicana de


Grabadores, cuyo propósito principal era difundir más ampliamente este tipo de arte. Esta
forma de expresión ha permanecido vigente hasta nuestros días, incluso ha recibido nuevos
impulsos, especialmente en el año de 1967 cuando se creó el grupo “Nuevos Grabadores”
como una necesidad de darle al grabado una característica más acorde con las condiciones del
momento.

Hoy en día, como en el siglo XIX, el grabado en México sigue siendo una mano izquierda
levantada y empuñada con indignación, y un símbolo de las luchas sociales. El grabado sigue
denunciando a la burguesía representada con el buen vestir y las cenas de gala, el entorno de
la industrialización y el progreso, las luchas sindicales, los movimientos sociales, la
modernización de la ciudad, su suntuosidad y cómo se convierte en una capital de nivel
mundial, están los vicios y las perdiciones que conlleva esta misma suntuosidad a la que están
expuestas las personas.

Fuentes consultadas

Bolaño, Sara (coordinadora), Gráfica mexicana contemporánea, México, secretaria de


Relaciones Exteriores, 2000.
García Bustos, Arturo, [et.al], La gráfica en México, México, Academia de Artes, 1999.
Gutiérrez Juana, “La época de oro del grabado en México”, México, Salvat, t.10.
“Los inicios del grabado”, en Historia del Arte Mexicano, México, Salvat, t.11.
Fernández Justino, Arte moderno y contemporáneo de México, t.1. “El Arte del siglo XIX”,
México, UNAM, 2001.
Martínez Jesús, José Julio Rodríguez, grabador, México, Ediciones la Rana, 2002.
Un breve recorrido por el grabado en México, México, Academia de Artes, 1994.
Reyes Palma, Francisco, Leopoldo Méndez, el oficio de grabar, México, CONACULTA, 1994.
Westheim Paul, “El grabado mexicano del siglo XX”, en México en el Arte, No. 10-11, México,
INBA/SEP, s/f.
Breve historia cultural del grabado y sus protagonistas en México (mxcity.mx)
Breve historia del grabado en México | Museo Colección Blaisten
(museocoleccionblaisten.blogspot.com)

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