Historia Del Grabado en México
Historia Del Grabado en México
Historia Del Grabado en México
La historia del grabado en México se remonta al año 1826, cuando el conde italiano Claudio
Linati introdujo al país la técnica de la litografía, donde se separaría y distinguiría de lo hecho
hasta entonces y comenzaría a vivir una vida propia como el país mismo.
En el México de finales del siglo XIX, la crítica social se logró realizar gracias a las estampas
satíricas que generaron un enorme potencial de imágenes donde resaltaba la gráfica como
medio de denuncia que manifestaba en una realidad mordaz, sarcástica y punzante, por lo que
el uso del “cartel callejero” dio la voz al pueblo y trastocó la palabra mediante el grito.
En ese entonces se empieza a producir grabado en madera, que no se había producido en más
de medio siglo, y litografía con un propósito de producción artística. El grabado pretende
mostrar quiénes son los mexicanos, y hay una búsqueda de los artistas de la identidad, esta
nueva identidad industrial, progresista, pero también con la realidad de la pobreza y del atraso
del cual se veían sus contrastes.
Un poco más tarde, en 1895 José Guadalupe Posada hizo del grabado en zinc un arte, debido a
que este medio se prestaba a una mayor rapidez de ejecución, técnica en el que trabajó
prácticamente el resto de su vida como consecuencia de su habilidad y arte. Su obra la
“soldadera maderista” de la Colección Blaisten es un claro ejemplo del uso de dicha técnica.
José Guadalupe Posada, La soldadera maderista, dibujo en zinc, papel: 35x23.8 cm, s/f
Ángel Zamarripa, Emiliano Zapata, grabado, madera al hilo, Papel: 34x25.4 cm, s/f
En 1921 llegó a México, el artista francés Jean Charlot, cuya obra impulsó a un gran número de
artistas mexicanos en el arte del grabado; durante ese mismo año, surgió la revista “El
Sembrador”, revista de la Secretaría de Educación Pública dedicada a los campesinos. Donde
colaboraron con sus grabados artistas como Ramón Alva de la Canal, Ezequiel Negrete,
Leopoldo Méndez, Gabriel Fernández Ledesma y Fernando Díaz de León.
Leopoldo Méndez, Portada El Sembrador, Grabado, madera de hilo, Papel: 35x23.3 cm, 1931
Por iniciativa de José Vasconcelos en 1924, se organizó la Feria del Libro en el Palacio de
Minería, donde se mostraron por primera vez grabados en madera hechos por Gabriel
Fernández Ledesma y grabados en linóleo de Francisco Díaz de León.
Gabriel Fernández Ledesma, Atrio de Amecameca, grabado, madera de hilo, cedro rojo, Papel:
43.6x34 cm, 1925
Más tarde, en 1928 inició el movimiento ¡30-30!, teniendo alrededor de 30 miembros, del cual
resaltan sus manifiestos y revista “¡30-30!” que fue Órgano de los Pintores de México y fueron
ilustrados por grabados, ya que tanto los directores de las Escuelas al Aire Libre y de los
Centros Populares pertenecían a este grupo., teniendo entre sus miembros a:
En el Taller de Gráfica Popular, prevalecía una filosofía de apoyo a los movimientos obreros y
campesinos, enfatizando la importancia de conseguir mejores salarios, la expansión de la
educación entre el pueblo, así como terminar con la guerra y el fascismo.
Los principios de dicha corporación establecían que éste era “un centro de trabajo colectivo
para la producción funcional y del estudio de las diferentes ramas del grabado y la pintura […]
para que su producción beneficie los intereses progresistas y democráticos del pueblo
mexicano, principalmente en su lucha contra la reacción fascista. (Enrique Martínez Pérez,
“Leopoldo Méndez. Grabador mexicano” en Revista Trabajadores, enero-febrero 2011, p.37)
Koloman Sokol, Al ataque, grabado, madera de pie sobre papel japonés, Papel: 38x32.5 cm, s/f
Hoy en día, como en el siglo XIX, el grabado en México sigue siendo una mano izquierda
levantada y empuñada con indignación, y un símbolo de las luchas sociales. El grabado sigue
denunciando a la burguesía representada con el buen vestir y las cenas de gala, el entorno de
la industrialización y el progreso, las luchas sindicales, los movimientos sociales, la
modernización de la ciudad, su suntuosidad y cómo se convierte en una capital de nivel
mundial, están los vicios y las perdiciones que conlleva esta misma suntuosidad a la que están
expuestas las personas.
Fuentes consultadas