Resumen de Todos Los Primeros Textos para El Primer Parcial de Psicoanálisis Delgado/mozzi

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Parálisis motrices orgánicas e histéricas: cada suceso, cada impresión psíquica,

están provistos de cierto valor afectivo (monto de afecto) del que el yo se libra por
vía de una reacción motriz o por un trabajo psíquico asociativo. Si la persona no
puede o no quiere tramitar el excedente, el recuerdo de esta impresión adquiere la
importancia de un trauma y deviene la causa de síntomas de histeria.

Sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos: existe un propósito de


expresar el estado psíquico mediante uno corporal, para lo cual el uso lingüístico
ofrece puentes. Si una persona experimenta una impresión psíquica, en su sistema
nervioso se acrecienta la suma de excitación. Para la conservación de su salud,
existe el afán de empequeñecer esa suma de excitación. (El psicoanálisis como
praxis: si no se produce esa descarga, el recuerdo conserva el afecto y se convierte
en trauma psíquico).

Condiciones bajo las cuales ciertos recuerdos devienen patógenos: 1) los


fenómenos histéricos se remontan a representaciones de índole tal que el trauma
fue demasiado grande y el sistema nervioso no tuvo poder para tramitarlo; 2) es
posible que la persona no quiera reaccionar frente a un trauma psíquico.

Mecanismo psíquico: anticipación del concepto de “defensa”.

“El histérico padece de unos traumas psíquicos incompletamente abreaccionados”


(un afecto incompletamente descargado)

Abreacciones: descarga de emociones ligadas a recuerdos.

La sexualidad en la etiología de las neurosis: la etiología de las psiconeurosis está


en las vivencias de la infancia y en impresiones que afectan la vida sexual. Las
vivencias sexuales de la infancia tendrán un efecto patógeno, pero sólo en mínima
medida despliegan su efecto en la época en que se producen. Este efecto
retardado arranca de las huellas psíquicas que las vivencias sexuales infantiles han
dejado, y de ellas sigue una reacción psíquica anormal: se generan formaciones
psicopatológicas.
1° teoría de la angustia: “la angustia es, en general, líbido desviada de su empleo
[normal]”

El psicoanálisis como praxis: la etiología del síntoma es un trauma entendido como


vivencia teñida de afecto. El afecto es el nexo causal entre el trauma psíquico y el
desencadenamiento del síntoma.

NEUROSIS ACTUALES PSICONEUROSIS


 Neurastenia: son  Histeria: aparición de la defensa (mecanismo
sustitutos del psíquico) que produce la división de la
orgasmo, por lo conciencia. El afecto irá al cuerpo.
cual no son
interpretables
porque no remiten
a una
representación
reprimida, no hay
significado psíquico
 Neurosis de  Fobias y representaciones obsesivas: hay
angustia: se genera mecanismo psíquico. El afecto permanecerá
por retención de la en lo psíquico.
excitación sexual
(ej: abstinencias).
 El monto de afecto  Los síntomas son sustitutos de
no es tramitado por representaciones reprimidas, por el cual son
las interpretables.
representaciones.
 Mecanismo
orgánico.
 Conflicto en lo  Mecanismo psíquico.
somático.
 Conflicto sexual  Conflicto en lo psíquico.
actual.
 Vivencia sexual prematura traumática.

Principio de inercia: mantener el nivel de tensión a 0.

Principio de constancia: mantener constante la cantidad de energía en el nivel más


bajo posible.

El aparato recibe estímulos y procura aliviarse de ellos. Ante los estímulos


exógenos es posible producir una descarga total y huir de los estímulos. Para las
excitaciones endógenas no sirve la huida; para su tramitación, la vía que se recorre
es la expresión de emociones, pero esas descargas no cancelan el estímulo, sólo
producen un aligeramiento. Los estímulos endógenos cesarán con la acumulación
de energía, y tiene que realizarse en el mundo exterior.

Esta vivencia deja una huella: el estado de deseo. El deseo busca volver a evocar
esa percepción primera pero sólo se encuentra con la huella.

Con la tensión de deseo, el aparato ya no puede mantener la constante de la


tensión ni estar exento de estímulos.

Vía la vivencia de satisfacción, Freud rompe con el principio de constancia para


pasar al principio de placer.

La nostalgia que deja la vivencia de satisfacción se llama deseo, el recuerdo que


deja la vivencia de dolor se llama afecto.

Doble conciencia/grupo psíquico separado: anticipo del inconciente.

Se presenta una representación inconciliable para el yo, que genera displacer y que
no puede tramitar. La persona “decide” olvidar, no confiando en que su yo pueda
resolver el conflicto. Es en el intento de defenderse de esa representación
inconciliable donde se produce la escisión de conciencia. El fracaso del olvido es lo
que produce lo patológico.

Fuerza constante en el aparato: anticipo de pulsión.


Se produce la defensa como respuesta a la fuerza constante que intenta tramitarla:
le quita a la representación inconciliable su afecto para convertirla en una
representación débil. En la histeria el afecto se traspone a lo corporal y en la
neurosis obsesiva permanece dentro del ámbito psíquico (se desplaza a otra
representación que no es inconciliable para el yo).

La defensa en la psicosis: el yo desestima la representación inconciliable junto con


su afecto y se comporta como si la representación nunca hubiera pasado. No hay
retorno de lo reprimido porque nada ha sido reprimido, sino que ha sido
expulsado, y su retorno pueden ser delirios o alucinaciones.

La defensa logra bajar la tensión del aparato en la histeria y en la psicosis, NO en la


neurosis obsesiva.

En la histeria no son las vivencias en sí las que poseen un efecto traumático, sino su
recuerdo en la pubertad. Primera escena sexual (que aún no tiene para el sujeto tal
sentido) -> período de latencia/amnesia -> segundo momento en la pubertad que
resignifica el primer acontecimiento y produce un displacer mayor. Estas huellas no
se descubren por el recordar consciente, sino a partir de los síntomas.

Neurosis obsesiva: vivencia sexual en la infancia vivida activamente. Primera


escena de pasividad sexual que será factor de la represión. Se trata de reproches
que retornan de la represión y están referidos a una acción sexual placentera en la
infancia. La deformación se produce por 2 vías: lo actual reemplaza a lo pasado y lo
sexual es sustituido por algo análogo no sexual.

Trayectoria de la neurosis obsesiva:

Primer momento: inmoralidad infantil: están los gérmenes de la neurosis obsesiva


posterior en el que hallamos la experiencia sexual infantil activa y vivida con placer
que dará lugar a los reproches.

Segundo momento: maduración sexual: al recuerdo de las acciones sexuales


placenteras se anuda un reproche y el nexo con la primera vivencia pasivamente, a
partir de lo cual esas representaciones son reprimidas. Surgen síntomas primarios
de la defensa (formaciones que consolidan la represión): escrúpulos de la
conciencia moral, vergüenza, etc.

Tercer momento: salud aparente/defensa lograda: fracaso de la defensa y retorno


de lo reprimido. Se recortan 3 momentos: 1) retorno de los recuerdos infantiles
reprimidos y reproches asociados: ingresan, retornan a la conciencia deformados,
irreconocibles; quieren hacerse conscientes y las represoras no lo permiten. 2)
defensa secundaria: aparecen síntomas secundarios contra las representaciones
obsesivas que dan como resultado la manía de duda, la compulsión de pensar,
ceremoniales, etc., que constituyen “medidas protectoras”, que se mudan en
acciones obsesivas.

La cuestión de la satisfacción:

Falso enlace: antecedente de desplazamiento y la transferencia motor.

No toda la suma de excitación se traspone en conversión en el cuerpo, una parte


permanece como talante (angustia, depresión melancólica, fobias), por lo tanto
fracaso de la defensa.

3 cuerpos: el orgánico, el afectado por ausencia de falso enlace (cuerpo recortado


por palabras), y el que padece de un falso enlace reprimido (satisfacción paradojal).

Zona histerógena: localización en una zona del cuerpo articulada a la satisfacción.

3 niveles de lectura:

Modo en que Freud introduce el caso: ruptura con el discurso médico.

Construcción del caso en tres períodos, basándose en el nivel descriptivo que


presenta el caso, el mecanismo de formación de síntomas, y el método
terapéutico: 1) decisión diagnóstica: necesita establecer un diagnóstico para saber
qué procedimiento terapéutico aplicar (¿enfermedad orgánica, neurastenia o
histeria?) 2) decisión técnica: va a renunciar a la hipnosis, la va a usar cuando sea
necesario (cuando falta un eslabón en la historia de padecimiento) 3) remoción del
material patógeno estrato por estrato: primer estrato: historia de padecimiento de
elisabeth (su padre enfermo, su madre con su problema ocular, su hermana que se
casa y se va); segundo estrato: resistencia a recordar o a poner en palabras
recuerdos (la resistencia va a quedar anudada al dolor y no a la simbolización)
(dolor despertado por el análisis y removido por la palabra); tercer estrato:
elisabeth mejora pero los dolores no se van por completo, cuando ella escucha la
voz de un hombre cerca, detiene la sesión y dice que es su cuñado quien la llama,
ante esta perturbación volvían los dolores.

Lo que el caso nos enseña.

3 momentos de la cura: “la confesión no consigue la curación”, abreacción y


esclarecimiento de la cura.
¿Qué nos enseña este caso?

-Camino de la hipnosis a la asociación libre.

-Relación que tiene el cuerpo de la histérica con la satisfacción.

-El empeoramiento de elisabeth como anticipo de la reacción terapéutica


negativa.

-La resistencia.

-La zona histerógena.

-El caso revela, mediante una simbolización, que pueden generarse síntomas
somáticos en la histeria.

-El cuidado del padre y su deseo por su cuñado entraman la trama simbólica.

Estudios sobre la histeria (Elisabeth Von R.):

Génesis de síntomas histéricos por conversión de una excitación psíquica a lo


corporal.

Formación de un grupo psíquico separado debido a la defensa: anticipo de


inconsciente.

La formación de síntomas histéricos puede producirse también a expensas de un


afecto recordado (efecto retardado).

El dolor originariamente reumático pasó a ser el símbolo mnémico de sus


excitaciones psíquicas dolientes.

La enferma creó o acrecentó la perturbación funcional por vía de simbolización


(halló una expresión somática de su falta de autonomía).

Mecanismo de la histeria: conversión.

Motivo de la histeria: defensa.

Sobre la psicoterapia de la histeria:


La histeria se genera por la represión, desde la fuerza motriz de la defensa, de una
representación inconciliable. La representación reprimida permanece como una
huella mnémica, y el afecto que se le arrancó es empleado para una inervación
somática.

El material psíquico patógeno no está a disposición del yo.

El material psíquico de una histeria está estratificado de manera concéntrica a un


núcleo. Los estratos más periféricos contienen recuerdos fáciles de rememorar y
los más cercanos al núcleo son difíciles de recordar.

El síntoma reaparece cuando se llega a la región patógena que contiene la etiología


del síntoma. La intensidad del síntoma se incrementa cuanto más hondo se entre
en los recuerdos patógenos.
Un mero esforzar podía hacer salir a la luz representaciones patógenas. Ese
esforzar consistía en superar una resistencia. Mediante el trabajo psíquico, el
paciente tenía que superar una fuerza que contraria al devenir-consciente
(recordar) de las representaciones patógenas. Podría ser la misma fuerza psíquica
que cooperó en la génesis del síntoma histérico y que impidió el devenir-
consciente de la representación patógena.

Hasta acá se hablaba del inconsciente de manera descriptiva. Con el concepto de


resistencia introdujo la idea de fuerza, de dinámica.

La organización patógena no se comporta como un cuerpo extraño sino como una


infiltración. La resistencia es lo que infiltra. La terapia no consiste en extirpar algo
sino en disolver la resistencia.

La transferencia como motor: transferencia implica identidades irrealistas que el


paciente atribuye inconscientemente al psicoanalista. Las reacciones del paciente a
estas representaciones derivan de experiencias anteriores; estas identidades
reflejan fantasías y recuerdos inconscientes, que el paciente vuelve a representar
en el psicoanalista. En última instancia, la transferencia se disipa.

El inconsciente se sostiene en la pérdida del objeto de la necesidad.


El niño hambriento llorará. Sólo habrá un cambio cuando se produzca el cuidado
ajeno y ahí se realiza la vivencia de satisfacción que va a cancelar el estímulo
interno.

La reaparición de la percepción es el cumplimiento del deseo. El camino más corto


es el que va desde la excitación producida por la necesidad hasta la percepción. La
huella produce al deseo como intento de investir de nuevo esa huella mnémica.

En la introducción de ese otro, ubicamos el movimiento que va de un organismo


viviente a un sistema de huellas mnémicas.

Desplazamiento: el traspaso de un elemento importante a otro nimio. Esa


producción del sujeto humano, en pérdida de necesidad, deja un sistema de
representantes psíquicos y una carga móvil. Esta transposición psíquica implica una
relación entre 2 representantes, no por contenido, sino por asociaciones
extrínsecas (homofonía y multivocidad de las palabras).

Transferencia: desplazamiento de las representaciones inconscientes hacia el


analista. El analista es un representante nimio.

El deseo que aparece revelado de los síntomas se trata de fantasías


preconscientes.

Transferencia: reediciones, recreaciones de mociones y fantasías.

La pulsión de muerte precipita al ser a morir lo antes posible, alcanzando así su


satisfacción, sosteniendo un regreso que no es el de lo inanimado sino el del
comiendo de la vida.

La pulsión de muerte aprehende lo nuevo para recorrer siempre los mismos


caminos, y en este recorrer los mismos caminos halla su satisfacción.

Proyecto de psicología:

(para neurólogos)

Neuronas pasaderas (percepción): la cantidad va a pasar por las neuronas sin dejar
huella.

Neuronas impasaderas (memoria): la cantidad va a investir esas neuronas y dejar


huellas.
Para cancelar los estímulos endógenos (que actúan como una fuerza continua) se
los cancela provisoriamente mediante una alteración del mundo exterior (acción
específica).

El aparato funciona con el principio de constancia: para mantener la salud el


aparato debe mantener lo más baja o constante la cantidad de excitación.

Primera vía que recorre la excitación: vía progrediente.

Vivencia de satisfacción: no se trata de la necesidad biológica, sino de una


añoranza. Particular de la especie humana, en un estado de desvalimiento. El
humano prematuro no es capaz de producir la acción para cancelar el estímulo por
sí mismo, necesita de un otro para que produzca esa acción -> fuente primordial de
todos los motivos morales.

Cualquier motivo moral posterior va a encontrar su fuente primordial en el


desvalimiento del ser humano (dependiente de un otro, que aporta lenguaje)

Este otro aporta alimento pero también un PLUS (otorga su deseo, libidiniza el
cuerpo del niño, va a dejar una huella en el aparato) -> este encuentro es la
Vivencia de Satisfacción.

El deseo es el resto de la vivencia de satisfacción.

Esa huella va a funcionar como polo de atracción cada vez que un estímulo
semejante se vuelva a presentar.

Cuando se presente un estímulo parecido, el camino de la excitación, en vez de ser


el camino de la motilidad (progrediente), va a recorrer el camino contrario
(regrediente). Va a tratar de recuperar la satisfacción primera (pero está perdida),
lo único que va a recuperar es la huella.

El deseo va a ser la tendencia que va a regir el aparato psíquico, una tendencia


añorante, motor del aparato. Permanentemente va a proponerle al aparato un
esfuerzo constante (ya que el deseo no puede ser cumplido)

Vivencia de dolor:

El dolor se produce por el ingreso al aparato de cantidades hipertróficas, que va a


provenir de un objeto hostil, generando displacer y dejando una huella en el
aparato.

Hay una tendencia a que la vivencia sea reinvestida.


Si la imagen mnémica del objeto hostil es investida de nuevo, se establece un
estado que no es dolor pero tiene semejanza con él, que contiene displacer y la
inclinación de descarga a la vivencia de dolor.

El displacer que se genera por la reanimación de esa huella es el AFECTO.

La consecuencia de la primera vivencia de dolor y de la reanimación de la huella es


la DEFENSA PRIMARIA. Necesidad de defenderse de esa cantidad endógena (con la
repulsión, para que no se vuelva a reinvestir la huella).

Resto de la vivencia de satisfacción: deseo.

Resto de la vivencia de dolor: afecto.

Estos restos generan motivos compulsivos. La búsqueda del deseo va a hacer la de


un objeto perdido, lo que va a encontrar es una huella que implica la realización de
deseo pero no su cumplimiento.

Reanimación de huella: identidad de percepción.

Esto rompe con el principio de constancia: la tendencia de la vivencia de


satisfacción que no funciona como descarga sino como tensión (que también va a
ser placentera).

Vivencia de satisfacción: afán de descarga: un esfuerzo que se aligera hacia un


camino motor. Ninguna de estas descargas tiene como resultado un aligeramiento,
pues la recepción del estímulo endógeno continúa y se restablece la tensión.

Vivencia de dolor: el dolor produce un acrecentamiento de nivel que es sentido


como displacer, una inclinación de descarga y una facilitación entre esta y una
imagen-recuerdo del objeto excitador del dolor. Si la imagen mnémica del objeto
hostil es investida de nuevo, se establece un estado que no es dolor pero que
contiene displacer y la inclinación de descarga a la vivencia de dolor.

Ambos contienen una elevación de la tensión. En el caso del deseo, por sumación;
en el caso del afecto, por desprendimiento repentino.

Del estado de deseo se sigue una atracción hacia el objeto de deseo, de la vivencia
de dolor resulta una repulsión (desinclinación a mantener investida la imagen
mnémica hostil). Son estas la atracción de deseo primaria y la defensa primaria.

Las neuropsicosis de defensa: la escisión de conciencia (anticipo de inconciente) es


la consecuencia de un acto voluntario del enfermo. No se propone producir la
escisión, su propósito es otro, pero no alcanza su meta, sino que genera una
escisión de conciencia.

Representación inconciliable -> se despierta un afecto penoso -> la persona decide


olvidarla -> el olvido no se logra -> reacción patológica (histeria/representación
obsesiva/psicosis alucinatoria).

El propósito es convertir la representación intensa en una débil, arrancarle el


afecto.

La representación debilitada queda segregada de la conciencia, pero su afecto,


liberado, se adhiere a otras representaciones no inconciliables (representaciones
obsesivas) (falso enlace). Se empiezan a crear medidas protectoras contra esas
representaciones que ahora son insoportables para el yo (ceremoniales).

Psicosis/confusión alucinatoria: la defensa es mucho más enérgica y exitosa. El yo


desestima la representación insoportable junto con su afecto y se comporta como
si la representación nunca hubiera existido. No hay retorno de lo reprimido porque
nada se reprime.

Hay conformación de grupo psíquico segundo en la histeria y en la neurosis


obsesiva (se separa la representación de su afecto, en la histeria en afecto se
traspone a lo corporal [conversión] y en la neurosis obsesiva queda en el aparato
psíquico [falso enlace]), pero en la psicosis no hay conformación del grupo psíquico
segundo (no se separa la representación de su afecto, ambos son expulsados de la
conciencia).

Hipótesis auxiliar (para hablar de defensa): el monto de afecto es una cantidad que
es susceptible de aumento, disminución, desplazamiento y descarga y se difunde
por las huellas mnémicas de las representaciones.

Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de denfesa: la histeria, la neurosis


obsesiva y la psicosis son neuropsicosis de defensa. Nacen del mecanismo psíquico
de la defensa (inconciente) a raíz del intento de reprimir una representación
inconciliable que había entrado en penosa oposición con el yo.

Etiología de la histeria: para la causación de la histeria no basta que en un


momento cualquiera se presente una vivencia que roce la vida sexual y devenga
patógena por el desprendimiento de un afecto penoso. Estos traumas sexuales
deben corresponder a la niñez temprana y su contenido tiene que consistir en una
irritación de los genitales. No son las vivencias la que poseen el efecto traumático,
sino su reanimación como recuerdo, cuando se llega a la madurez sexual. No hay
síntomas de defensa secundaria.

Naturaleza y mecanismo de la neurosis obsesiva: se trata de una actividad sexual


de la primera infancia ejecutada con placer. Las representaciones obsesivas son
reproches que retornan de la represión y están referidos a una acción sexual de la
infancia realizada con placer. Existe una escena de pasividad sexual anterior a la
placentera. Llegada la maduración sexual, al recuerdo de esas acciones placenteras
se anuda un reproche, y el nexo con la vivencia inicial de pasividad posibilita
reprimir ese reproche y sustituirlo por un síntoma defensivo primario
(desconfianza de sí mismo, escrúpulos de la conciencia moral, vergüenza). Los
recuerdos reprimidos retornan y la defensa fracasa. El yo procura defenderse del
recuerdo reprimido, y en esta lucha crea síntomas, medidas protectoras
(ceremoniales) (defensa secundaria). Si se consigue volver a reprimir los síntomas,
la compulsión se transfiere sobre las medias protectoras.

Paranoia: desconfianza, antipatía, persecución de otros. El reproche es reprimido


por la proyección y el síntoma defensivo es la desconfianza hacia otros. Falta
protección contra el retorno del reproche dentro de las ideas delirantes. Síntomas
de retorno/huellas de compromiso: alucinación visual mnémica paranoica
desconfigurada (una imagen moderna análoga reemplaza a la reprimida),
alucinaciones auditivas (los reproches retornan como pensamientos en voz alta).
No se hallan síntomas de defensa secundaria, hallamos ideas delirantes que llegan
a la conciencia a demandar pensamientos al yo hasta que se las pueda aceptar
exentas de contradicción. Como estas no son influibles, el yo se le adecúa
(alteración del yo).

Fórmula canónica:

1) Vivencia sexual prematura traumática (que aún no es traumática y ha de


reprimirse). Queda una huella mnémica.

2) 2da vivencia que despierta el recuerdo de la 1ra. El recuerdo desprende un


displacer mayor del que tuvo al principio esa vivencia. La 1ra vivencia se constituye
como traumática. Represión. Síntoma defensivo primario.

3) Estado de salud aparente salvo el síntoma defensivo primario.

4) Desencadenamiento de la enfermedad. Retorno de lo reprimido. Síntomas de


compromiso o de enfermedad.
Primeros desarrollos freudianos:

La operación de la defensa I:

La neurosis de angustia es un modo de padecimiento por ausencia de mecanismo


psíquico. Se produce cuando la tensión sexual orgánica no se articula con
representantes psíquicos; sino que esa tensión sexual orgánica, esa energía sexual,
se transforma en angustia. Las neurosis de angustia son un tipo de padecimiento
en que una tensión sexual somática no se descarga adecuadamente y no es
tramitada por vía de la transformación de esta energía sexual somática en libido.
Libido: registro psíquico, representacional, de la tensión sexual.

Neurosis de angustia≠estado de angustia (que es un momento; responde a un


golpe en un momento dado)

Neurosis de angustia: la excitación exógena actúa como un golpe único y la


endógena como una fuerza constante. La angustia es la imposibilidad del pasaje de
la excitación sexual somática a la psique para transformarse en líbido. Puede
coexistir con psiconeurosis de defensa. Las neurosis de defensa son una respuesta
a esa fuerza constante (hipótesis auxiliar: fuente independiente de
desprendimiento de displacer, que es independiente del aparato psíquico al
equilibrio) (antecedente de pulsión).

Campo de la neurosis: histeria y neurosis obsesiva.

Campo de la psicosis: paranoia.

La fuerza constante/fuente independiente de desprendimiento de displacer


perturba al equilibrio psíquico, y va a dar como respuesta la defensa. El inconciente
mismo es una respuesta a lo perturbador.

El psicótico se “auto cura” vía el delirio porque articula la fuente independiente de


desprendimiento de displacer con la cadena de representantes psíquicos.

La defensa es respuesta a lo perturbador de esa fuerza constante, un intento para


tratar lo perturbador.

Operación de la defensa II:

Defensa normal: el aparato psíquico se regula por la ley de constancia porque el


aparato siempre busca disminuir la carga que ingresó en él.

Defensa patológica: se produce un símbolo fijo y un desplazamiento.


Hay 2 tiempos del trauma: la vivencia que se pierde y una segunda que produce lo
traumático, pero entre una y otra hay un silencio, una amnesia psíquica (latencia).
Sin ese momento no se produciría ese enganche del segundo momento con el
primero. La representación se vuelve intolerable por ese salto temporal y por la
fuente independiente de desprendimiento de displacer.

La operación de la defensa V:

La fuerza de la resistencia es la misma que produjo el síntoma.

En la neurosis de angustia hay ausencia de mecanismo psíquico, por lo que no hay


defensa, no hay represión, no hay retorno de lo reprimido.

Núcleo patógeno: cantidad que no ingresa al representante psíquico.

Un recuerdo no es patógeno en sí, algo se vuelve patógeno: genera síntoma porque


es reprimido.

Construcción: algo que no retorna como recuerdo. El sujeto no recuerda pero la


construcción que realiza con el analista lo lleva a aceptar que eso ocurrió aunque
no lo recuerde.

Reacción terapéutica negativa: cuando nos acercamos al núcleo patógeno, el sujeto


se defiende.

Manuscrito K:

Neurosis de defensa: son aberraciones de estados afectivos psíquicos normales.

Neurosis obsesiva:

1) Síntoma primario de la defensa: escrupulosidad de la conciencia moral.

2) Síntomas de compromiso de la enfermedad: representaciones obsesivas.

3) Síntomas secundarios de la defensa: obsesión caviladora, obsesión de guardar,


dipsomanía, obsesión ceremonial.

La curación se obtiene deshaciendo las sustituciones y mudanzas de afecto hasta


que el reproche primario y su vivencia queden despejados y puedan serles
presentados al yo a fin de que los aprecie de nuevo.

Paranoia:

1) Síntomas defensivos primarios.

2) Síntomas de compromiso del retorno.

3) Síntomas defensivos secundarios.


4) Síntomas del avasallamiento del yo.

Histeria:

Primer estadio de terror. Síntoma primario: exteriorización de terror con lagunas


psíquicas.

En los albores, la defensa:

Defensa y neurosis: la defensa produce un inconciente con trauma. La etiología se


halla en la sexualidad infantil. Escisión del yo a partir de la defensa.

Defensa y psicosis: en el aparato psíquico hay una cantidad perturbante capaz de


desplazamiento, de subida y baja de la tensión.

En la neurosis obsesiva, la vivencia sexual prematura traumática deja como resto


un más de placer. En la histeria, deja como resto un menos de placer, una
insatisfacción.

Apuntes para la concepción del trauma: el sistema nervioso tiende a mantener


constante la suma de excitación, pero la reducción a cero no se produce, de manera
que siempre queda una cantidad mayor a cero, que se articula con un trauma
psíquico.

Teoría de la investidura:

Displacer se coordinaría con una elevación de la cantidad, y placer tendría la


sensación de descarga. Pero hay una ruptura: experiencia de satisfacción. El objeto
perdido como resto de la experiencia de satisfacción produce una tensión en el
aparato que es ineliminable.

Con el reafloramiento de la tensión, la investidura traspasa los dos recuerdos y los


anima. La acumulación de excitación es sentida como displacer y pone en actividad
al aparato para atraer nuevamente el suceso satisfactorio. La disminución de la
excitación es sentida como placer. Sólo un deseo puede ser susceptible de poner
en movimiento al aparato.

Acción específica: trae la satisfacción de necesidad y el cese del aumento de la


carga. Dicha acción exige en el humano, por ser prematuro, una ayuda externa a la
cual atrae mediante una descarga interna (gritos, llanto).

Inicialmente el trauma aparece como accidental porque da cuenta de la experiencia


sexual prematura traumática, e inasimilable porque la articulación que pone en
juego la defensa deja la escena como irrecuperable.
La angustia surge como reacción ante un peligro determinado por la ruptura de la
barrera protectora. El peligro es la perturbación económica, la tensión, producida
por un incremento de las magnitudes de estímulo.

La proton pseudos histérica (caso Emma):

La compulsión histérica proviene de un proceso primario y la fuerza que mueve


este proceso es la defensa del yo. Todo eso sucede en el ámbito sexual.

Emma está bajo la compulsión de no poder ir sola a una tienda. Recuerdo de


cuando tenía 12 años: fue a una tienda, vio a dos empleados reírse entre ellos y
salió corriendo por el afecto de terror. Pensó que se reían de su vestido y uno le
había gustado sexualmente. Segundo recuerdo de cuando tenía 8 años: fue dos
veces a la tienda de un pastelero, y éste le pellizcó los genitales a través del
vestido. Conexión asociativa entre ambas: la risa de los empleados le hizo acordar a
la risa del pastelero mientras cometía su atentado. La risa de los empleados le
evoca inconscientemente el recuerdo del pastelero. Otra semejanza: de nuevo está
sola en un negocio.

El recuerdo despierta un desprendimiento sexual que se traspone en angustia. Con


esta angustia, tiene miedo de que los empleados pudieran repetir el atentado. El
desprendimiento sexual llegó al devenir-conciente porque el empleado riente le ha
gustado.

El no permanecer sola en la tienda a causa del peligro de atentado se formó por


todos los fragmentos del proceso asociativo, pero sólo ha llegado a la conciencia el
fragmento “vestidos”, y ha plasmado dos enlaces falsos: que se le ríen a causa de
sus vestidos, y que uno de los empleados ha excitado su gusto sexual.

Es habitual que una asociación pase por eslabones intermedios inconscientes hasta
llegar a uno consciente e ingrese a la conciencia el eslabón que despierta un interés
particular. Acá lo notable es que no ingrese en la conciencia el eslabón que
despierta interés (atentado), sino otro, como símbolo (vestidos).

Es reprimido un recuerdo que sólo con efecto retardado ha devenido trauma.

Sobre la justificación de separar la neurastenia de la neurosis de angustia:

Síntomas de la neurosis de angustia: irritabilidad (acumulación de excitación,


incapacidad para tolerarla), expectativa angustiada, ataques de angustia con o sin
representación asociada.

Producción y etiología de la neurosis de angustia: nocividades que parten de la vida


sexual.
Angustia para el sexo femenino: angustia virginal, de las recién casadas, cuyo
marido presenta eyaculación precoz o coito interrumpido, de las viudas y
abstinentes voluntarias, en el climaterio (durante el acrecentamiento final de la
necesidad sexual).

Angustia para el sexo masculino: de los abstinentes voluntarios, de los que


practican coito interrumpido, con excitación frustránea, en la senescencia
(muestran climaterio y en la libido creciente muestran neurosis de angustia)

Para ambos casos: neurasténicos a consecuencia de la masturbación y neurosis de


angustia que se genera por trabajo excesivo.

Se genera neurastenia cuando el aligeramiento adecuado es sustituido por un


menos adecuado (cuando el coito normal es sustituido por la masturbación). La
neurosis de angustia se genera por todos los factores que estorban el
procesamiento psíquico de la excitación sexual somática.

Pueden existir neurosis mixtas (con síntomas de neurastenia, histeria, neurosis


obsesiva).

El método de la interpretación de los sueños: Freud toma a los sueños como


síntomas, como formaciones del inconciente. El sueño es un acto psíquico.

El contenido del sueño es un cumplimiento de deseo y su motivo es un deseo.

Cumplimiento=anhelo preconsciente (intereses de la vigilia: culpar a otros, liberarse


de la culpa, vengarse)

Deseo=motor y motivo del sueño y realización (alucinatoria) del deseo a través del
entramado. Deseo inconsciente.

Elementos formadores del sueño: resto diurno y deseo inconsciente como motor
del sueño.

Ombligo del sueño=límite al encadenamiento asociativo. Faltan representantes


psíquicos, falta trama. Anticipo de represión primaria.

Lo que es censura en el sueño va a aparecer como resistencia a la labor de la


interpretación.

Lo hipernítido=representaciones de una intensidad particular, hiperrelieve.


Antecedente del concepto de pulsión (energía que no se logra ligar en el aparato,
un empuje sobre lo psíquico cuya fuente es una zona del cuerpo que se conecta
con la experiencia primaria de satisfacción). Lo hipernítido es algo que representa
esa energía. Cantidad que no se logra ligar al aparato de representaciones.
Psicopatología de la vida cotidiana:

Recuerdos de infancia y recuerdos encubridores: los recuerdos indiferentes de la


infancia existen por un proceso de desplazamiento; son el sustituto de otras
impresiones de efectiva sustantividad cuyo recuerdo se puede desarrollar por
medio de un análisis psíquico, pero cuya reproducción directa está estorbada por
una resistencia. Puesto que su conservación se debe a un vínculo asociativo de su
contenido con otro, son recuerdos encubridores.

De esos recuerdos de infancia no poseemos la huella mnémica real y efectiva, sino


una elaboración posterior que experimentó los influjos de múltiples poderes
psíquicos posteriores.

Sueños: formaciones del inconciente, representaciones que aún estando


inconscientes producen efectos activos. La vía hacia el inconsciente. Formaciones
que tienen un sentido.

La represión es al síntoma lo que la censura es al sueño. Proceso de desfiguración.


El inconciente dinámico insiste por aparecer en la conciencia pero siempre lo hace
de forma desfigurada.

Recuerdos encubridores: contenidos insignificantes, nimias, pero son conservadas


con todo detalle, con hiperrelieve, con intensidad, con percepción sensorial. Estos
recuerdos sustituyen a otros recuerdos importantes. Lo importante es reprimido.
Hay una conexión entre el recuerdo nimio y el recuerdo olvidado.

Lo que se recuerda es una imagen mnémica desplazada, despojada del elemento


importante.

Se trata del mismo mecanismo de formación de síntomas, sólo que el síntoma


produce displacer y no así necesariamente los recuerdos encubridores.

El recuerdo encubridor es un modo de recordar y de que aparezca el contenido


olvidado desfigurado.

Hipernítido: antecedente de pulsión.

Recuerdos atrasadores: el recuerdo encubridor es ANTERIOR al recuerdo que va a


ser encubierto (ej: las flores amarillas en el sueño de Freud)

Recuerdos adelantadores: el recuerdo encubridor es POSTERIOR al recuerdo que


va a ser encubierto.

Recuerdos simultáneos: hay relación temporal entre el recuerdo encubridor y el


que va a ser encubierto, su conexión es por contigüidad y no por contenido (ej: el
sueño de la fuente de hielo sobre la mesa y la muerte de la abuela).
Sobre los recuerdos encubridores: el histérico generalmente no recuerda el total o
parte de las vivencias que llevaron al estallido de su afección. La escena quizá sólo
se conservó incompleta en el recuerdo, por eso parece no decir nada: en los
elementos desechados estaría todo lo que convertía a la impresión en digna de
nota.

Fuerzas psíquicas que participan en la producción de estos recuerdos: la que toma


como motivo la importancia de la vivencia para querer recordar, y la que se opone
a recordar como una resistencia. Resultado: en lugar de la imagen mnémica original
se produce otra que está desplazada dentro de la asociación. Como los
componentes importantes de la impresión fueron los que provocaron el choque, es
preciso que el recuerdo sustituyente esté despojado de ese elemento importante.
Solución de compromiso: una transacción entre las dos fuerzas, acá se produce el
desplazamiento y se ubica un sustituto.

Los recuerdos de la infancia no nos muestran cómo fueron nuestros primeros años
de vida, sino cómo han aparecido en tiempos posteriores. En estos tiempos
posteriores, los recuerdos de la infancia no afloran, sino que son formados, y hay
motivos que han influido sobre esa formación así como sobre la selección de
recuerdos.

No tenemos recuerdos DE la infancia, sino SOBRE la infancia. Se trata de


construcciones que hacemos sobre nuestra infancia.

Los recuerdos encubridores son permanentes.

Lecturas freudianas: De la experiencia de satisfacción a los sueños:

Deseo: resto de experiencia y formador del sueño:

La experiencia de satisfacción rompe con el principio de constancia y el principio


de placer. El principio de constancia es la tendencia del aparato a mantener lo más
bajo posible la excitación que ingresa, pero hay un fracaso, ya que la represión no
elimina la tensión. No sólo hay retorno de lo reprimido, sino que subsiste la
compulsión del síntoma como cantidad irreductible.

Hipótesis auxiliar: existe una fuente independiente de desprendimiento de


displacer.

Cuando una madre alimenta a su bebé no hay sólo satisfacción de una necesidad,
también hay un plus, ese plus deja una huella que será la primera experiencia de
satisfacción, y esa huella orientará el deseo de la vida.
Freud identifica en los sueños una realización de deseo que no es un cumplimiento
ni una satisfacción. La realización del deseo sólo es realización a través de
representantes psíquicos. El deseo sólo se realiza alucinatoriamente.

Para el principio de constancia, el objeto es el adecuado. Para el principio de placer,


hay una inadecuación; ese objeto en falta es el motor del deseo.

El sueño es el síntoma de las personas normales porque muestra la división entre


consciente e inconsciente. Al dormir, al haber una disminución yoica, los deseos
inconscientes se expresan pero desfiguradamente.

Los deseos se articulan respecto a lo prohibido. La interpretación de los sueños


muestra que su raíz es sexual e infantil. Contiene un elemento perturbador: el resto
diurno. Un elemento perturbador es algo no tramitado, traumático, pero que de a
poco se irá asimilando. El resto perturbador desencadena el deseo como defensa.
El resto diurno en una de sus caras es un elemento del día anterior, una palabra, un
dicho, un gesto aún no tramitado.

Del olvido al ombligo: hay que diferenciar contenido manifiesto y pensamientos


oníricos inconscientes (latente: lo genuino, lo oculto). Hay un falso enlace, por lo
que el contenido manifiesto no es genuino, es el sustituto de algo cuyo saber está
en el soñante pero le es inaccesible.

El sueño se compone de: el desplazamiento, la condensación, el cuidado por la


puesta en escena (figurabilidad en imágenes) y la elaboración secundaria.

Todo lo que aparezca como nimio adquiere valor relevante por el falso enlace,
efecto del desplazamiento.

La censura en el sueño es como la resistencia en el trabajo interpretativo.

La condensación se sirve de la censura, NO es un operador de ella.

Son los pensamientos alejados del núcleo del sueño los que establecen una relación
forzada y rebuscada entre contenido y pensamientos oníricos.

La interpretación de los sueños: Sobre la psicología de los procesos oníricos:

El olvido de los sueños: lo que recordamos del sueño está recortado por nuestra
memoria. Desfiguramos el sueño al intentar reproducirlo, pero tal desfiguración es
un fragmento de la elaboración de pensamientos oníricos a consecuencia de la
censura del sueño.

Si se le pide al paciente que relate el sueño, no va a hacerlo con idénticas palabras.


Al cambiar expresiones da a conocer puntos débiles del disfraz del sueño. En la
interpretación pueden surgir fragmentos olvidados/omitidos del sueño.
El olvido de un sueño es, en buena parte, obra de la resistencia.

En este momento Freud se despega completamente de sus contemporáneos y


marca el origen del psicoanálisis. Lo que venía anticipando empieza a tomar forma.
Ahora el inconciente no es descriptivo, es dinámico, es decir, implica no sólo
representaciones que tienen efectos activos, sino operaciones propias del
inconciente (tiene leyes, produce formaciones, desplazamiento y condensación).

El resto diurno es un resto indiferente de la vigilia, que por ser reciente no ha sido
incorporado a la trama psíquica. Perturba, y como no es tramitado se vuelve
traumático. Resto de la experiencia de dolor.

Deseo inconsciente indestructible infantil sexual prohibido: es el que va a realizar el


movimiento para incorporar el resto perturbador en la trama de los representantes
psíquicos. Resto de la experiencia de satisfacción.

Con estos 2 elementos se entrama un sueño.

El deseo es la defensa para tramar lo que perturba.

Al dormir, al haber disminución de la vigilancia yoica, los deseos se pueden


expresar en los sueños pero de forma desfigurada. Si el deseo aparece SIN
desfiguración, la persona se despierta.

El sueño es el sustituto desfigurado de algo inconsciente. Es el producto de la


transformación del contenido latente inconsciente al contenido manifiesto (el
relato del sueño).

El relato del sueño va a ser producto del trabajo del sueño.

Condensación: diferentes objetos de representación aparecen unificados en un


mismo lugar (ej: en una misma persona).

El relato del sueño va a ser como un resumen de los pensamientos latentes.

La función de la censura es omitir las representaciones que van a ser inconscientes


y no puede acceder a la conciencia. Es la censura la que actúa contra tendencias
repudiables, chocantes ética y socialmente. Donde hay olvido hay censura.

Ombligo≠olvido. El ombligo es un “agujero”, un límite. Los representantes se


espesan, van bordeando el ombligo en donde hay ausencia de trama. El sujeto se
encuentra con que ya no hay más nada para decir, no hay representantes psíquicos,
no se va a asociar más nada. No es un elemento reprimido, por lo tanto no se trata
de censura ni de resistencia. Es el límite a la interpretación.

7° conferencia: contenido manifiesto del sueño y pensamientos oníricos latentes:


Contenido onírico/manifiesto: no genuino, sustituto de algo cuyo saber está en el
inconsciente.

El sueño es el sustituto desfigurado de algo inconsciente y la tarea de la


interpretación del sueño es hallar eso inconsciente. En este recorrido tropezamos
con resistencias.

Contenido manifiesto: lo que el sueño cuenta.

Pensamientos latentes: lo oculto del sueño.

Proceso primario: desplazamiento, condensación y puesta en imágenes (o sea, el


sueño se presenta en imágenes)

Proceso secundario: elaboración secundaria (sistema preconciente-conciente), en


donde también aparece la censura pero dándole sentido a eso fragmentado.

Freud va a trabajar con las asociaciones extrínsecas, superficiales, que toman la


materialidad/literalidad de la palabra, la homofonía. Estas asociaciones son
producto del inconciente.

Más desfiguración=más resistencia.


De la parte al todo: del elemento onírico a formaciones sustitutivas.

Alusión: un elemento onírico refiere a otro elemento. Cada elemento tiene valor
respecto a otro elemento.

9° Conferencia: la censura onírica:

La desfiguración se vuelve mayor cuanto peores sean los deseos que han de
censurarse.

Sueños infantiles≠sueños sustitutos desfigurados de contenido desconocido.

11° Conferencia: el trabajo del sueño:

Trabajo del sueño: trabajo que traspone el sueño latente en el manifiesto.

Trabajo de interpretación: cuando el sueño manifiesto quiere alcanzar el latente.

El sueño manifiesto tiene menos contenido que el latente, nunca al revés.

Condensación, formas en las que se presenta: 1) ciertos elementos latentes se


omiten, 2) de muchos contenidos del sueño latente sólo una parte se traspasa al
manifiesto, 3) los elementos latentes que tienen algo en común se unen en el sueño
manifiesto.
Desplazamiento, formas en las que se presenta: un elemento latente no es
sustituido por un componente propio, sino por algo más alejado (una alusión) (el
sueño tiene cierta trama y aparece una persona/un objeto que sustituye algo de lo
latente). El acento psíquico se traspasa de un elemento importante a uno
inimportante (aparece dentro de lo manifiesto lo absurdo, extraño, como si no
tuviera ninguna explicación).

Lo que se manifiesta siempre es una desfiguración de lo latente.

La censura es la causal de que esa desfiguración opere. La censura onírica participa


de todas las modificaciones que el sueño presenta, es la maquinaria.

La desfiguración onírica es lo que nos hace incomprensible el sueño (raro, que no


tiene un sentido directo).

Elementos del sueño: el deseo sexual infantil indestructible (que es producto de la


vivencia de satisfacción). (Recordemos que la vivencia de satisfacción deja un resto
que es el deseo, y ese deseo se expresa en los sueños, pero desfigurado). El otro
elemento es el resto diurno, que es lo cotidiano del sujeto.

El resto diurno es lo que permite encarnar esa realización del deseo.

Los sueños son eliminaciones de estímulos psíquicos perturbadores del dormir, por
vía de la satisfacción alucinada. El sueño es una satisfacción alucinada. Es un
intento de cumplimiento de deseo (realización de deseo).

La realización de deseo no implica satisfacción y no hay cumplimiento.

La censura opera contra lo inconciliable para el yo. Se desfigura para que sea
soportable, pero igualmente pasa algo latente.

La figuración plástica pone en imágenes palabras (ej. de santo tomás de


aquino=aquí noto más)

La elaboración secundaria se concluye una vez terminado el sueño. Es el trabajo


por el cual el sueño se cuenta. La censura también opera en el relato del sueño. No
son accidentales las palabras que elijamos para contar un sueño.
Psicopatología de la vida cotidiana:

El olvido de los nombres propios:

Condiciones para el olvido de un nombre con recordar fallido: cierta predisposición


para su olvido, un proceso de sofocación transcurrido poco antes, y la posibilidad
de establecer una asociación extrínseca entre el nombre y el elemento sofocado.

Junto al olvido de nombres propios se presenta un olvido motivado por represión.

En el olvido, el sujeto sabe que el sustituto que se le viene a la mente es incorrecto.

No es un desplazamiento casual, es producto de leyes del inconciente. Estas leyes


mantienen un nexo pesquisable entre los nombres sustitutos y el nombre olvidado.
La idea es averiguar el nexo lógico entre los nombres sustitutos y el nombre
olvidado.

Los nombres sustitutos remiten a tanto lo que se quería recordar como lo que se
quería olvidar.

El olvido es producto de la represión, por lo tanto es una formación del


inconciente.

Olvido de palabras extranjeras:


En el ejemplo de Signorelli, la reproducción del nombre fue perturbada por una
ilación de pensamiento que se inició e interrumpió, pero su contenido no tenía un
nexo con el tema de Signorelli.

En el ejemplo de aliquis, la reproducción es perturbada por elevarse


inconscientemente una contradicción (“¿de verdad deseas tener descendencia?”)

Parecidos entre signorelli y aliquis: la contradicción proviene de fuentes reprimidas


y conforman asociaciones extrínsecas (o sea, no por contenido, sino por
homofonía)

El chiste y su relación con lo inconsciente:

La técnica del chiste:

Formación del chiste como una condensación con formación sustitutiva. En el


ejemplo “famillionarmente”, la formación sustitutiva consiste en producir una
palabra mixta.

El doble sentido es una condensación sin formación sustitutiva.

Para que algo sea una formación del inconciente, tiene que tener las leyes del
inconciente (desplazamiento y condensación).

El proceso que transportó el pensamiento fue una fuerza compresora.

El resultado de la condensación es la abreviación, y ahí encontramos la ganancia de


placer: en la condensación, NO en la abreviación. La abreviación fue un efecto de la
condensación.

Que haya condensación no siempre significa que tiene que haber una palabra
neoformada, a veces no hay y sí produce una condensación. Depende más de las
palabras que de la ilación de pensamientos.

En el chiste se busca una ganancia de placer y en el trabajo del sueño un ahorro de


displacer.
La risa del otro acredita el chiste.

Este texto anticipa la dimensión pulsional.

Chistes por desplazamiento: desviación del acento psíquico en una ilación de


pensamiento. Se produce una pregunta donde el acento psíquico está puesto en un
significante de la pregunta y la respuesta pone el acento psíquico en otra palabra y
valerse de la multivocidad para darle otro significado (sorprendente).

Todas las técnicas del chiste están gobernadas por la tendencia al ahorro. Hay algo
del ahorro que produce satisfacción y que es universal en el chiste. Es
indispensable para que haya un chiste.

Ganancia de placer a consecuencia del ahorro.

El mecanismo de placer y la psicogénesis del chiste:

En el chiste tendencioso, el placer es resultado de que una tendencia recibe una


satisfacción que de otro modo sería interceptada. Si la tendencia tropieza con un
obstáculo exterior que es sorteado por el chiste. En un obstáculo interior, la
resistencia interna es vencida con el chiste y se cancela la inhibición, se posibilita la
satisfacción de la tendencia, evitándose una sofocación y la estasis psíquicas.

Obstáculo externo: se cancela una inhibición preexistente.

Obstáculo interno: se evita el establecimiento de una nueva.

Tanto para establecer como para conservar una inhibición psíquica se precisa un
gasto psíquico. Si en el chiste tendencioso se obtiene placer, esa ganancia de placer
se corresponde a un gasto psíquico ahorrado.

Por ejemplo, en chistes de doble sentido, el placer que provoca es mayor cuanto
más ajenos sean entre sí los círculos de representaciones conectados por una
misma palabra.

Por ejemplo, en chistes de homofonía, uno redescubre algo consabido cuando


habría esperado algo nuevo. Este reencuentro de lo consabido es placentero.

Los niños, cuando aprenden a manejar el léxico de su lengua materna,


experimentan jugando con ese material para alcanzar el placer de la rima (chistes
inocentes).

¿Cómo es el mecanismo de la ganancia de satisfacción a partir de chistes


tendenciosos y chistes inocentes?

La satisfacción de los chistes tendenciosos son de otro orden que tienen que ver
con otra cara más pulsional.
Chistes tendenciosos: propósito hostil, sexual, y que corren el peligro de
encontrarse con gente que no quiere escucharlos. El placer se consuma cuando un
propósito alcanza una satisfacción que por algún obstáculo es interceptada ->
obstáculo interno (más satisfacción que los otros) (inhibición o resistencia interna) o
externo.

Cuando el chiste tendencioso logra alcanzar una satisfacción (obstáculo interno), se


va a producir una ganancia de satisfacción en el ahorro de la energía que estaba
destinada a sostener ese obstáculo interno (esa resistencia interna).

El secreto de los chistes tendenciosos es que el ahorro del gasto de inhibición es lo


que nos depara la satisfacción. Cuando hay una inhibición, una resistencia interna,
para sostenerla el aparato le gasta una energía.

Cuando el chiste tendencioso logra su meta, esa inhibición que se estaba


sosteniendo y estaba interceptando la satisfacción, ya no tiene por qué ser usada
esa energía en esa inhibición y tenemos acceso a la libre descarga de esa energía.
Esa libre descarga es la ganancia de satisfacción que aparece con la risa.

La ganancia de placer (en los chistes inocentes: juego de palabras, repetición) es


recuperar una satisfacción a la cual debimos renunciar por el ingreso a la cultura.

Chistes disparatados: en el sin sentido esconden un sentido, y convierten el sin


sentido en un chiste.

Carta 52: neuronas -> signos de percepción -> inconciente -> preconciente ->
conciencia

En las neuronas se generan percepciones que se anudan a la conciencia pero no


conservan huella de lo acontecido (memoria≠conciencia)

En los signos de percepción se realiza la primera transcripción de las percepciones,


insusceptible de conciencia.

Las huellas en el inconciente corresponden a recuerdos de conceptos que con


dificultad llegan a la conciencia.

La preconciencia está ligada a representaciones-palabra (ya no a representaciones-


concepto). Hay que pensar su temporalidad en los 2 tiempos del trauma. Hay
reanimación alucinatoria de representaciones-palabra.

Cada reescritura posterior inhibe a la anterior y desvía de ella el proceso


excitatorio. Cuando falta la reescritura posterior, la excitación es tramitada según
las leyes psicológicas que valían para el período psíquico anterior. Si hay un
detenimiento y no se produce la reescritura, la excitación es tramitada según leyes
del sistema anterior.
La denegación de la traducción es la represión. Hay un desprendimiento de
displacer que se generaría por una traducción, como si el displacer generara una
perturbación de pensar que no consintiera la traducción.

Una defensa normal actúa a causa de un desarrollo de displacer; una defensa


patológica sólo existe contra una huella mnémica todavía no traducida de una fase
anterior.

Si un suceso A despertó displacer cuando era actual, la transcripción-recuerdo


contiene un medio para inhibir el desprendimiento de displacer en caso de re-
despertar.

Si A, cuando era actual, desprendió cierto displacer, y al despertar desprende un


displacer nuevo, entonces no es inhibible.

No todas las vivencias sexuales desprenden displacer; en su mayoría desprenden


placer. Un placer no inhibible constituye una compulsión.

Si bien Freud utiliza términos de la neurología, ya no se trata de la localización


anatómica, se va a tratar de un proceso de escritura.

Este aparato va a dar cuenta de una distribución y un orden simbólico que permite
entender cómo está compuesta la historia del sujeto.

“En lo inconciente no existe signo de realidad, de suerte que no se puede distinguir


la verdad de la ficción investida con afecto”.

No está el acontecimiento pero quedan los restos y sobre estos restos se ordenan
las distintas capas psíquicas.

Anacronismo: aquello que se enlaza íntimamente al sentido de los síntomas y que


tiene su fundamento en el mecanismo psíquico. Es algo actual pero que viene de
otra época. Este es el estatuto que tienen los recuerdos que están conectados con
los síntomas.

La interpretación de los sueños: La regresión:

El sueño es un acto psíquico; su fuerza impulsora es un deseo por cumplir. Que el


deseo sea irreconocible se debe a la influencia de la censura. Cooperaron en su
formación la condensación del material psíquico, la figurabilidad en imágenes
sensibles y el querer darle un carácter racional e inteligible al producto onírico
(elaboración secundaria).

Pensamiento onírico: “veo un fulgor que viene de la cámara en que yace el muerto.
¡Quizá se ha caído una vela, y el niño se abrasa!”. Dentro de la forma en que se
manifiesta este sueño hay 2 caracteres casi independientes entre sí: la figuración
como situación presente, y la trasposición del pensamiento a imágenes visuales y
dichos.

Peculiaridad exclusiva del sueño que lo diferencia del sueño diurno: el contenido de
representaciones no se piensa, sino que se muda en imágenes sensibles y se cree
vivenciar.

La formación del sueño supone 2 instancias psíquicas: una somete la actividad de la


otra a una crítica cuya consecuencia es la exclusión de su devenir-consciente. La
instancia criticadora mantiene relaciones más estrechas con la conciencia que con
la criticada. El sistema criticador está en el extremo motor. El último de los sistemas
en el extremo motor es el preconciente; los procesos de excitación que hay en él
pueden alcanzar la conciencia (siempre que se cumplan ciertas condiciones, por ej:
que se alcance cierta intensidad, cierta distribución de atención, etc.)

El inconciente sólo tiene acceso a la conciencia por vía del preconciente.

El envión para la formación del sueño está en el inconciente. La formación del


sueño se anuda a pensamientos oníricos que pertenecen al preconciente.

Regresión: en el sueño, la representación vuelve a mudarse en la imagen sensorial


de la que alguna vez partió.

La corriente continua desde el sistema de percepciones hasta la motilidad cesa


durante la noche, por lo que puede ocurrir una contracorriente de la excitación.

Los sueños son los síntomas de las personas normales sin padecimiento
sintomático. También en los normales también está la división conciente-
inconciente. Esto revela que no hay una unidad unívoca en el psiquismo.

Que el sueño sea una formación del inconciente quiere decir que es una vía para
conocer el inconciente.

Inconciente dinámico: representaciones inconscientes, representaciones reprimidas


que tienen efectos activos.
El preconciente tiene la llave de la motilidad voluntaria.

A raíz de los procesos psíquicos, los sistemas son recorridos por la excitación por la
dirección progrediente.

La actividad psíquica parte de estímulos internos o externos y termina en la


descarga de energía. Por eso se va a ubicar en el aparato un extremo sensorial y un
extremo motor.

Polo perceptual: recibimos percepciones. Estas percepciones posteriormente se


inscriben como huellas mnémicas, marcas inconscientes. A medida que se
inscriben, se vacía el polo perceptual para poder alojar nuevas percepciones. Lo
que percibimos del mundo inmediatamente tendemos a olvidarlo. Hay una relación
entre percepción y olvido.

La primera huella mnémica tiene un estatuto diferente al conjunto de las otras


huellas.

Acá no opera la condensación ni el desplazamiento.

Las huellas mnémicas son representaciones inconscientes. El conjunto de huellas


va a ubicar el inconciente dinámico. Es decir, en las huellas mnémicas vamos a
encontrar el mundo de los deseos incestuosos, los deseos prohibidos (caso
elisabeth). Esto sólo puede manifestarse desfiguradamente (por ej la astasia-abasia
de elisabeth).

Está denegada la traducción directa. Las huellas mnémicas se conectan por nexos
causales.

El contenido del preconciente no está reprimido pero no está en la conciencia en


ese momento.

Para que los deseos inconscientes pueden expresarse en el sueño necesitan un


trabajo, el trabajo del sueño.
El trabajo del sueño implica 4 elementos que transforman los pensamientos
inconscientes en contenido manifiesto.

Desplazamiento (o falso enlace): cambio de acento psíquico. Es el traspaso de un


elemento importante a un elemento nimio. Lo importante del sueño se va a
expresar en un detalle nimio, y no nimio se va a expresar como lo importante de la
trama.

Condensación: concentración de caracteres en personas, objetos, situaciones.


Pueden haber distintos pensamientos latentes que se funden en uno y también
pueden haber elementos que se omiten. No es causada por la censura onírica, sino
que se sirve de ella.

Tanto el desplazamiento como la condensación están al servicio de la desfiguración


y de la censura. (Como diría Delgado, uno desfigura condensando y otro desfigura
desplazando).

La puesta/figurabilidad en imágenes es una característica del sueño que no la tiene


otra formación del inconsciente. Esto se produce por la regresión, que es el camino
del polo motor al polo perceptivo.

Regresión tópica: regresión de lo preconciente a la percepción. Como la energía


regresa al polo perceptual, los pensamientos latentes se transforman en imágenes.

Regresión temporal: a formas psíquicas más arcaicas, es la regresión a los estados


más tempranos de la vida.

Regresión formal: regresión a modos de expresión primitivos sustituyen a los


habituales.

Las 3 regresiones forman una sola.


La elaboración secundaria permite contar el sueño, darle una coherencia yoica,
coherencia que como tal el sueño no tiene. Está al servicio de la censura onírica. Es
otro modo para la desfiguración.

La censura se juega en el mismo momento de la desfiguración.

La interpretación va de la imagen al pensamiento inconsciente, al deseo


inconsciente que se expresa en ella. Desmonta la puesta en imágenes. Sigue el
camino inverso al trabajo del sueño.

La interpretación de los sueños: Sobre la psicología de los procesos oníricos:

Acerca del cumplimiento de deseo:

3 posibilidades para la génesis de un deseo: 1) puede haberse excitado durante el


día sin obtener satisfacción, así queda pendiente para la noche un deseo admitido y
no tramitado; 2) puede haber emergido de día, pero topándose con una
desestimación, entonces queda pendiente un deseo no tramitado pero que fue
sofocado; 3) puede carecer de relación con la vida diurna y contarse entre deseos
que sólo de noche se ponen en movimiento desde lo sofocado.

4) mociones de deseo actuales que se despiertan durante la noche.

El deseo consciente sólo deviene excitador de un sueño si se logra despertar otro


deseo paralelo, inconsciente, mediante el cual se refuerza. Estos deseos reprimidos
son de procedencia infantil: en el adulto proviene del inconciente; en el niño, en
quien la separación y la censura entre preconciente e inconciente todavía no
existen, es un deseo incumplido, no reprimido, de la vida de vigilia.

Mociones de pensamiento que se continúan mientras dormimos: 1) lo que durante


el día, a causa de una coartación contingente, no se llevó hasta el final; 2) lo que
por desfallecimiento de nuestra capacidad de pensar quedó sin tramitar, lo no
solucionado; 3) lo rechazado y sofocado durante el día; 4) lo que por el trabajo de
lo preconciente fue alertado durante el día en nuestro inconciente; 5) las
impresiones del día que nos resultaron indiferentes y por eso quedaron sin
tramitar.

Modos en que el sueño se comporta cuando se les ofrece un material que es todo
lo contrario de un cumplimiento de deseo (consideraciones dolorosas, penosas
intelecciones): 1) el trabajo del sueño consigue sustituir todas las representaciones
penosas por sus contrarias y sofocar los afectos displacenteros, esto da por
resultado un sueño de satisfacción puro, un “cumplimiento de deseo”; 2) las
representaciones penosas, modificadas pero reconocibles, alcanzan el contenido
manifiesto del sueño.
Los sueños de displacer pueden ser también sueños punitorios. Lo que se cumple
es un deseo inconsciente, el de un castigo del soñante a causa de un deseo
reprimido. El formador del sueño no es el deseo inconsciente reprimido, sino el
deseo punitorio que reacciona contra aquel.

La representación inconsciente no puede ingresar al preconciente, y sólo puede


exteriorizar ahí un efecto si se conecta con una representación inofensiva que
pertenezca al preconciente, transfiriéndole su intensidad y dejándose encubrir por
ella (transferencia). La transferencia puede dejar intacta esa representación del
preconciente o modificarla por obra del contenido de la representación que se le
transfiere.

De la experiencia de satisfacción a los sueños:

La cuestión de la satisfacción en los orígenes del psicoanálisis:

El caso de Elisabeth nos revela cómo mediante una simbolización pueden


generarse síntomas sintomáticos de la histeria. La soledad, el “no avanzar un paso”,
en su metáfora conversiva, sitúa un modo de satisfacción paradójica.

En el caso de Elisabeth aparece el concepto de resistencia, que es la introducción al


inconciente dinámico y el efecto retardado. Hay una irrupción en la conciencia de
un deseo en contradicción con el ser moral (que debe ser reprimido).

De la experiencia de satisfacción a los sueños: Estructura del sueño:

El sueño es la vía para conocer el inconciente y es un acto psíquico (como podría


ser un síntoma).

Elementos para formar un sueño: resto diurno (algo reciente e indiferente que aún
no entró en el sistema de huellas mnémicas y por eso es perturbador) y el deseo
inconsciente indestructible (porque es efecto de la primera experiencia de
satisfacción) sexual e infantil.

Al dormir, el polo motor se inhibe. Así, la censura rebaja su vigilia.

En el sueño se presentan los deseos realizándose.

Falso enlace/desplazamiento: es la carga separada de la representación que se


dirige a otra representación.

Al polo perceptivo llegan las impresiones de la vigilia que luego se inscriben como
huellas mnémicas.

2 caras del resto diurno: una está en el polo perceptivo, todavía no es huella
mnémica, una representación inconsciente; es un hecho nimio e indiferente. La otra
está en el preconciente porque sirve al desplazamiento, sirve para que pueda
expresarse el deseo sexual infantil indestructible gracias a estar suficientemente
desfigurado.

Objeto percibido y signo percibido no son idénticos. Hay una retranscripción del
signo perceptivo al inconciente, conformando el proceso primario, sede de la
representación-cosa. Y hay una retranscripción del signo perceptivo al
preconciente, conformando el proceso secundario, sede de la representación-
palabra.

No interpretamos los sueños, sino el relato de los sueños. El sueño como tal está
perdido, es irrecuperable.

El proceso primario se relaciona con las leyes del inconciente y el proceso


secundario con el contenido manifiesto del sueño.

Trabajo del sueño: pensamientos inconscientes expresados en imágenes.

Trabajo de interpretación: de la imagen al pensamiento inconsciente.

Es en el ombligo del sueño de donde todo surge. Tiene que ver con el lugar que
ocupa la primera experiencia de satisfacción como perdida.

Lo hipernítido refiere a la intensidad sensible que hay en el centro del sueño (ej.
flores amarillas y el olor al pan)

Los síntomas producen necesariamente padecimiento, las otras formaciones del


inconciente no.

Límites en la interpretación de los sueños: el ombligo y lo hipernítido.

Olvidar requiere una actividad para dejar fuera de la conciencia lo que entra en
conflicto con los intereses del yo. Eso va a ser obra de la resistencia.

Los restos diurnos quedan ligados al polo perceptual. Son restos que pugnan por
ser tramitados (aunque hayan parecido nimios) o el proceso de pensamiento quedó
interrumpido y la conciencia lo descartó.

El psicoanálisis va a interpretar los sueños, NO comprenderlos.

“Padre, ¿no ves que me abraso?” -> el deseo en este sueño es que el niño está vivo
(diciéndole un reproche)

La cancelación de un estímulo es por un momento, no para siempre.

El aparato ya no se va a sostener por un principio de constancia porque hay un


resto de perturbación (de la vivencia de satisfacción). Entonces Freud postula que
se sostiene por el principio de placer, que es la tendencia a la disminución de
energía psíquica, de la tensión.

El deseo es añorante porque buscar reencontrar esa primera huella de satisfacción


perdida.

El deseo no se cumple, se satisface en el recorrido.

El aparato psíquico alucina un reencuentro y a partir de ésta ya no se habla de


satisfacción de la necesidad, sino de la realización del deseo.

2 grupos de sueños: 1) hay uno que se presenta de manera franca; uno reconoce
que en ese sueño algo del deseo se cumple, 2) hay otros que son irreconocibles,
que aparecen disfrazados por la censura onírica. El anhelo es preconciente y se
cumple, el deseo es inconsciente y se realiza.

Freud en este tiempo va a ubicar que todo sueño es realización de deseo (se
sostiene hasta 1920).

El trabajo de interpretación va a ir del contenido manifiesto al contenido latente. El


trabajo del sueño va a ir del contenido latente al contenido manifiesto.

El trabajo del sueño se va a encontrar con la censura onírica y el trabajo de


interpretación con la resistencia.

Asociación extrínseca: externa al sentido.

El proceso secundario se relaciona con el contenido manifiesto. El proceso primario


opera por la condensación y el desplazamiento.

El desplazamiento es un efecto de la censura y la condensación se aprovecha de la


censura.

Resto diurno: 1) cara perturbante 2) cara al servicio del desplazamiento.

De la experiencia de satisfacción a los sueños:

El método para la interpretación de los sueños es el método paradigmático:

Sueño: “padre, no ves que me abraso?”

Los sueños están al servicio de la realización de deseo, pero este sueño anticipa
que los sueños pueden no ser una realización de deseo, que puede fracasar la
función del sueño (que es ser el guardián del dormir), la condensación, el
desplazamiento, la puesta en imágenes y entonces producir el despertar.

Lo que despierta al sujeto no es la vela caída, sino la voz de reproche del hijo. Se
despertó para evitar la frase de reproche del hijo.
El sueño no es un juego un juego de palabras sino un jugueteo de palabras. El juego
de palabras tiene una utilidad: se hace para obtener algo. El jugueteo de palabras
no tiene utilidad, es jugar con las palabras porque en ese jugar se adquiere
satisfacción.

Olvido≠olvidado. El olvido es efecto de la represión.

La interpretación de los sueños: Sobre la psicología de los procesos oníricos:

El proceso primario y secundario. La represión:

La fantasía no forma al sueño, sino que tiene participación mayor en su formación.

Desde una representación, la energía de investidura se desplaza por vías


asociativas (elegidas por ella). Una ilación de pensamiento descuidada no ha
recibido esa investidura; si ha sido sofocada o desestimada, es que se le volvió a
retirar la investidura; en cualquiera de los dos casos queda librada a su excitación
propia.

Una ilación de pensamiento del preconciente puede extinguirse: su energía se


difunde siguiendo todas las direcciones asociativas que parten de ella, la cadena de
pensamientos es puesta en un estado de excitación que dura un momento, pero
después decae porque la excitación se trasmuda en investidura quieta.

En el preconciente hay representaciones que provienen de deseos inconscientes.


Estas representaciones pueden apropiarse de la excitación de pensamientos
librados, establecen conexión entre el pensamiento librado y el deseo inconsciente,
le transfieren la energía que pertenece al deseo inconsciente y la ilación de
pensamiento descuidada o sofocada puede conservarse.

Una ilación de pensamiento preconciente puede estar conectada de antemano con


el deseo inconsciente y por eso choca con un rechazo de parte de la investidura.

Un deseo inconsciente pudo haber sido alterado y busca transferirse a los restos
psíquicos no investidos por el preconciente.

Dentro del preconciente se lleva a cabo un itinerario de pensamientos que,


abandonado por la investidura preconciente, encuentra investidura desde el deseo
inconsciente. A partir de ahí el itinerario sufre trasmudaciones que ya no son
procesos psíquicos normales (ej: pensamientos que se contradicen entre sí no se
cancelan mutuamente, sino que subsisten y se componen como productos de
condensación, como si no hubiera contradicción) -> el acento se pone en hacer que
la energía invistiente se vuelva móvil y susceptible de descarga.
En la formación del sueño participan dos procesos psíquicos: uno crea
pensamientos oníricos de perfecta corrección al igual que el pensamiento normal,
el otro procede de manera extraña/incorrecta.

Proceso primario: el trabajo del aparato psíquico es regulado evitando la


acumulación de excitación y manteniéndose sin excitación. La acumulación de
excitación es percibida como displacer y pone en actividad al aparato para producir
de nuevo satisfacción. El aminoramiento de la excitación es sentido como placer.

Deseo: es una corriente dentro del aparato que arranca del displacer y apunta al
placer. El decurso de la excitación es regulado por las percepciones de placer y
displacer.

El primer desear pudo haber sido investir alucinatoriamente al recuerdo de la


satisfacción. Pero esta alucinación, al no poder ser mantenida hasta el agotamiento,
resultó inapropiada para producir el cese de la necesidad y, por tanto, el placer
ligado con la satisfacción.

Proceso secundario: actividad que no permite que la investidura avance hasta la


percepción y ligue fuerzas psíquicas, sino que conduce a la excitación para que
modifique el mundo exterior para que pueda sobrevenir la percepción real del
objeto de satisfacción. Para poder transformar el mundo exterior mediante la
motilidad se requiere la acumulación de experiencias dentro de los sistemas
mnémicos.

El proceso secundario, que envía investiduras y vuelve a recogerlas, por una parte
necesita disponer libremente de todo el material mnémico, y por otra parte, sería
un gasto inútil si enviara por cada una de las vías de pensamiento grandes
cantidades de investidura que se dispersarían sin finalidad, reduciendo la cantidad
necesaria para la transformación del mundo exterior. Le es dado conservar en
estado quiescente (quieto) la mayoría de las investiduras energéticas y emplear en
el desplazamiento una pequeña parte.

La actividad del proceso primario está dirigida al libre desagote de las cantidades
de excitación y el proceso secundario produce, por las investiduras que de él
parten, una inhibición de este desagote.

El aparato primario abandona la imagen mnémica penosa tan pronto como se


evoque, porque el desborde de su excitación hacia la percepción primaria
provocaría displacer.

El recuerdo, a diferencia de la percepción, no puede excitar a la conciencia y atraer


una investidura nueva: represión psíquica. El proceso secundario inviste ese
recuerdo displacentero para que se evite el desprendimiento de displacer (sólo
puede investir una representación si está en condiciones de inhibir el desarrollo de
displacer que parta de ella).

El proceso primario aspira a la descarga de excitación para producir una identidad


perceptiva. El proceso secundario apunta a una identidad de pensamiento.

Los procesos primarios están dados desde el comienzo, y los secundarios se


constituyen en el curso de la vida, inhiben a los primarios, se les superponen.

Cuando los pensamientos reprimidos son investidos por la moción inconsciente de


deseo, pero son abandonados por la investidura preconciente, quedan a merced del
proceso primario, sólo apuntan a la descarga motriz.

Conseguimos un sobrante de energía que ha de descargarse por la risa cuando


dejamos penetrar en la conciencia estos modos de funcionamiento del pensar.

Es para no despertar al inconciente que el sujeto sueña.

Proceso primario: el único proceso psíquico que puede desarrollarse en el primer


sistema.

Proceso secundario: el que se desarrolla bajo la coerción del ser humano.

Núcleo -> identidad de percepción. La relación directa entre el deseo y la identidad


de percepción (el recuerdo de la satisfacción, el nacimiento traumático del sujeto
humano).

El encuentro alimentario del bebé pone en juego un plus de metáfora amorosa.


Esto deja una marca. En este punto, el cuerpo deja de ser cuerpo orgánico y se va a
constituir como cuerpo pulsional, traumatizado. Esta marca es la identidad de
percepción. El deseo es causado por esa pérdida y esa marca. El deseo inconsciente
está sostenido en esa falta/traumatismo estructural.

Deseo infantil en los sueños: deseos sexuales, prohibidos, incestuosos, y el deseo


como constituyente del sujeto humano. Sin este deseo no hay ser humano.

El sueño es una modalidad de satisfacción.

El deseo inconsciente se va jugando/deslizando entre los representantes psíquicos.

El inconciente siempre se expresa de forma desfigurada. Si se expresa sin ninguna


desfiguración no se despliega el deseo sino la angustia. Y si se trata del sueño: el
despertar del sueño.

El inconciente no tiene otro modo de expresarse que el desfigurado.

3 ensayos de teoría sexual:


Las aberraciones sexuales:

Objeto sexual: persona de la que parte la atracción sexual.

Meta sexual: acción hacia la cual esfuerza la pulsión.

Personas homosexuales: invertidos.

Relaciones homosexuales: inversión.

Gays/lesbianas: invertidos absolutos.

Bisexuales: invertidos anfígenos.

Con condiciones exteriores pueden tomar como objeto sexual a alguien del mismo
sexo y sentir satisfacción en el acto sexual: invertidos ocasionales.

Algunos toman la inversión como algo natural, otros se irritan y la sienten como
una compulsión patológica.

La inversión data desde siempre, o se le hace notable al individuo en una época,


antes o después de la pubertad. Puede estar toda la vida o desaparecer en algún
momento o exteriorizarse transcurrido un largo período de actividad sexual normal.

Hablamos de degeneración cuando coinciden varias desviaciones graves respecto a


la norma, y cuando la capacidad de rendimiento y supervivencia aparecen
gravemente deterioradas.

Hallamos la inversión en personas que no presentan ninguna otra desviación grave


respecto a la norma, su rendimiento no está deteriorado, poseen desarrollo
intelectual y cultura ética elevados.

Hechos que prohíben concebir la inversión como degeneración: 1) en pueblos


antiguos era frecuente 2) la hallamos en muchos pueblos salvajes y primitivos.

Carácter innato en invertidos absolutos, no así en invertidos anfígenos y


ocasionales.

Inversión adquirida de la pulsión sexual:

1) Impresión sexual que les afectó en una época temprana y cuya secuela fue la
inclinación homosexual.

2) Influencias externas favorecedoras e inhibidoras: trato exclusivo con el mismo


sexo, camaradería en la guerra, detención en prisiones, el celibato, etc)
En la inversión interviene una disposición bisexual, sólo que no sabemos en qué
consiste. Además, intervienen perturbaciones que afectan a la pulsión sexual en su
desarrollo.

La pulsión sexual en neuróticos:

Los síntomas son el sustituto de aspiraciones que toman su fuerza de la pulsión


sexual.

Los síntomas constituyen la expresión convertida de pulsiones que se designarían


perversas si pudieran exteriorizarse como fantasías y acciones.

La pulsión sexual de los psiconeuróticos permite distinguir las aberraciones como


variaciones respecto de la vida sexual normal y como manifestaciones de la
patológica.

En la vida anímica inconsciente de los neuróticos se encuentran mociones de


inversión.

En el inconciente de los psiconeuróticos pueden identificarse, como formadoras de


síntomas, todas las inclinaciones a la trasgresión (actuar en contra) anatómica.

También desempeñan un papel importante las pulsiones parciales como


promotoras de nuevas metas sexuales: la pulsión del placer de ver y de la
exhibición, y la pulsión de la crueldad. Por medio del enlace de la libido con la
crueldad se produce la mudanza de amor en odio.

Toda perversión activa es acompañada por su contraparte pasiva.

Pulsiones parciales y zonas erógenas:

La pulsión determina los límites de lo anímico de lo corporal.

Las pulsiones parciales no son algo primario porque admiten una posterior
descomposición.

Lo que distingue a las pulsiones es su relación con sus fuentes somáticas y con sus
metas.

La fuente de la pulsión es un proceso excitador en el interior de un órgano, y su


meta consiste en cancelar ese estímulo.

Los órganos brindan excitaciones de 2 clases: una sexual, y al órgano afectado


como la zona erógena de la pulsión parcial sexual que arranca de él.

Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las neurosis:


Las historias sexuales infantiles de personas normales no se distinguían de la vida
infantil de los neuróticos y el papel de la seducción era el mismo. No importan las
excitaciones sexuales que el individuo hubiera experimentado en su infancia, sino
su reacción frente a estas vivencias: si había respondido con la represión o no.

Como casi todas las pulsiones perversas infantiles eran fuerzas formadoras de
síntomas en la neurosis, pero estaban reprimidas, Freud caracterizó la neurosis
como el negativo de la perversión.

Pertenece a la etiología de las neurosis todo lo que puede dañar los procesos de la
función sexual.

Sueños: dimensión dinámica del aparato (realización).

Pulsiones: dimensión económica del aparato (satisfacción).

Estas 2 doctrinas se entrecruzan.

Los síntomas son la práctica sexual de los neuróticos.

Sexualidad perversa y polimorfa.

La pulsión la conceptualiza como fuerza constante. Es independiente de la defensa.


Es energía que está en el aparato que no es efecto de la defensa.

“Por pulsión podemos entender a la agencia representante psíquica de una fuente


de estímulos intrasomática en continuo fluir” -> agencia representante=la
marca/huella del estímulo intrasomático que se ubica en el sistema de las
inscripciones (Carta 52)

Pulsión: concepto del deslinde de lo anímico respecto de lo corporal (encuentra una


frontera, un límite, un borde). Es una exigencia/demanda de trabajo para la vida
anímica.
La pulsión parte de zonas erógenas (órganos del cuerpo en donde se produce
alguna satisfacción, que tiene estatuto de sexual). Su fuente es somática, proviene
de un proceso excitatorio, tiene una meta que es cancelar ese estímulo del órgano
(es decir, una satisfacción. Pero como es constante, no es realizable de modo
pleno). El objeto es parcial porque va a estar deducido de la satisfacción de la
pulsión de necesidad.

Las pulsiones sexuales se asientan/apoyan sobre las pulsiones de necesidad (por


ejemplo, la oral se asienta sobre la pulsión de nutrición)

(lo rojo son las anticipaciones)

(el objeto es distinto al objeto como es conocido generalmente, no se trata de


sujeto que conoce y objeto congnoscible)

El objeto de la vivencia de satisfacción, que es recuperado como el objeto sexual


infantil indestructible (perdido), es la pre-condición para pensar el objeto parcial de
la pulsión. El primer objeto pulsional parcial es deducido de esa experiencia (es eso
que resta como plus de esa experiencia) (ej: el chupeteo en la alimentación no sólo
sirve a la alimentación, sino que se deduce un placer, una satisfacción)

Desarrollo de la teoría del objeto: 4 momentos:

1) objeto añorante del deseo

2) el primer objeto parcial (que se deduce de esa experiencia)

3) objeto de amor

Estos tres van a ser resignificados a partir de 4) la teoría de castración y del falo
Perversión: no hay un único modo de satisfacción.

Condición innata de la pulsión sexual. La perversión, los desvíos respecto del


objeto y de la meta son innatos, son constitutivos de la pulsión misma. Muchas
veces, éstos son sofocados y esa sofocación es la que provoca el síntoma.

Incidencia de lo infantil sobre la sexualidad adulta: lo infantil -> amnesia de la


sexualidad infantil. Es la amnesia lo que convierte a la sexualidad infantil en la
prehistoria de la sexualidad adulta.

Bajo el primado de los genitales hay un reordenamiento, pero no es pleno, es


incompleto. Es una operación que deja restos, esos restos son las fijaciones.

Lo oral, anal, el placer de ver y la crueldad van a aparecer en la vida adulta como
fijaciones de la prehistoria del sujeto.

El objeto de la pulsión oral tiene 2 condiciones: el objeto es variable, la satisfacción


es fija. Si sobreviene la represión, el sujeto sentirá asco frente a la comida. La
represión invadirá la pulsión de nutrición.
Los síntomas de la vida adulta dan cuenta de un exceso de satisfacción en las
pulsiones sexuales y que son sometidas a la represión.

Es oral-canibalístico porque hay algo de apropiarse vía la incorporación del objeto.

En la fase sádico-anal, las heces son el objeto. Es una pulsión que permite articular
el binomio activo-pasivo. La pulsión siempre es activa en la búsqueda de
satisfacción, la meta puede ser activa o pasiva. La satisfacción del tracto anal, a
partir de la expulsión y retención de las heces, hay una voluptuosidad+dolor. Es
decir, satisfacción y dolor, un placer particular. Las heces permiten que en la
infancia después tomen otros significados. A diferencia del objeto de la fase oral,
las heces son un objeto que se puede dar a otro.

Previo a la reunificación de las pulsiones parciales está la pubertad, el tiempo de la


elección de objeto. Previo a ese tiempo hay una reunificación de las pulsiones en la
genitalidad (que está al servicio de la reproducción).

Ese reordenamiento bajo el primado de los genitales (como si se perdiera algo de la


parcialidad) es muy incompleto, siempre quedan restos. El resto persiste como
fijación de lo pre-genital, de lo prehistórico, en la vida sexual adulta y en los
síntomas.

Freud va a ubicar una disposición perversa polimorfa innata que el ser humano trae
como aptitud, no como defecto. Perversa respecto del ideal de la meta y el objeto
de esa época, y polimorfa porque toma las distintas formas de la satisfacción de la
pulsión parcial. Hay algo en esta satisfacción que opera como borde, esos bordes
van a ser los diques anímicos (vergüenza, asco, moral).

En la vida adulta, detrás de la vergüenza, el asco o la moral, hay una satisfacción


prehistórica.

Hay pulsiones que pueden envolver a otras personas en calidad de objeto (de la
pulsión parcial). Se manifiestan en la vida adulta pero que tienen en el fondo ese
nudo con el objeto parcial.

Si no está la barrera de la compasión (nombre que Freud le da a la represión), es


muy probable que la crueldad en la vida adulta tenga estatuto sexual.

Vuelvo a las fases de la organización sexual: es autoerótica (se sostiene en el placer


de órgano), aspira a conseguir placer por su propia cuenta, y lo deja a Freud frente
a la pregunta de “¿qué incidencia tiene su teoría de la seducción (teoría del
trauma)?” para concluir con que la influencia de la seducción no ayuda a descubrir
la condición inicial de la pulsión sexual”.
En “Tres Ensayos” tiene que hacer un giro en su teoría del trauma para poder poner
la seducción en otro estatuto que como la condición etiológica de los síntomas.

La influencia de la seducción: la influencia de su teoría de la seducción. Esa teoría


estaba imposibilitando que Freud pudiera descubrir la condición inicial de la pulsión
sexual.

Con el concepto de pulsión, en “Tres Ensayos” va a ***sernir?*** la especificidad de


la sexualidad. Es el deslinde entre lo anímico y lo corporal, concepto límite, huella
del psiquismo en lo corporal que funciona como una exigencia de medida de
trabajo.

Carta 69: motivos de descreimiento: 1) logros parciales de su práctica 2) según la


influencia de la seducción, en la causación de la neurosis, dejaría a todos los padres
siendo perversos (no se corresponde con la casuística, incluso el mío propio) 3)
[trauma a la fantasía] la evidencia cierta de que en lo inconsciente no existe un
signo de realidad de suerte que no se puede distinguir la verdad de la ficción
poblada con afecto.

No hay signo de realidad en el inconciente, por lo que vale como verdad cualquier
ficción investida de afecto.

A la sexualidad le va a dar el estatuto de ficción, de fantasía poblada con afecto.

Movimiento en su teoría: en el lugar en donde estaba el trauma (la vivencia sexual


prematura traumática), Freud va a poner a la fantasía inconsciente.

La influencia de la teoría del acontecimiento seductor no le permitía entender la


condición inicial de la pulsión sexual.

Consecuencia de este movimiento: pasa de la pregunta por la causa a la pregunta


por la naturaleza.
Es una caída de la teoría de la causa (de los síntomas), es más una pregunta y un
desarrollo de la naturaleza (de la sexualidad). Incidencia de la sexualidad en los
síntomas.

En el texto “mis tesis” Freud sitúa lo que antes pensaba (su inicial ordenamiento) y
lo que piensa a partir de la construcción del concepto de pulsión y de la caída de su
teoría del trauma.

“Ya no aparecen más como retoños directos de los recuerdos reprimidos de


vivencias sexuales infantiles, sino que, entre los síntomas y las impresiones
infantiles se intercalan las fantasías como ensambladura”.

Los traumas sexuales infantiles fueron sustituidos por el infantilismo de la


sexualidad (primera tesis=tesis del infantilismo)

Al caer la frecuencia de la seducción en la infancia, cae la idea de que había influjos


accidentales, en su lugar ubica la idea de constitución sexual.
IMPORTANTE= movimiento del trauma al infantilismo y movimiento de lo
accidental a lo constitutivo. Esto le permite a Freud repensar la eficacia patógena.

En la teoría anterior la eficacia patógena tenía que resultar porque algo era
intolerable para el yo y había un esfuerzo defensivo (arrojado al grupo psíquico
separado) que desplegaba eficacia y regresaba a la conciencia como síntoma.

En este momento Freud va a ubicar la represión sexual: la práctica sexual


espontánea (infantilismo, innato) en algún momento es interrumpido por un acto de
represión (amnesia, que constituye a la sexualidad infantil como prehistoria en la
sexualidad adulta). Este acto de represión lo llama represión sexual, es la condición
para que pueda producirse una reorganización a partir del primado de la zona
genital. Si no está dada esa represión sexual, no hay posibilidad de que las
pulsiones se reordenen en torno al primado de los genitales.

Última tesis: estatuto del síntoma: los síntomas figuran la práctica sexual de los
enfermos.

Movimiento= pensar el síntoma como el retoño de una vivencia a pensar el síntoma


como una práctica sexual del neurótico.

Las fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad:

El arquetipo de las creaciones de la fantasía son los sueños diurnos. Estas fantasías
son cumplimientos de deseo que tienen como raíz la privación y la añoranza.

Estas fantasías pueden ser conscientes e inconscientes, y las inconscientes pueden


volverse patógenas (expresarse en síntomas).

La fantasía inconsciente tiene vínculo con la vida sexual.

Un síntoma no corresponde a una única fantasía inconsciente sino a una multitud.

El síntoma histérico es el sustituto (producido por conversión) del retorno


asociativo de vivencias traumáticas. Es expresión de un cumplimiento de deseo.
Sirve a la satisfacción sexual. Corresponde al retorno de una satisfacción sexual
infantil que fue reprimida. Nace entre 2 mociones pulsionales opuestas, una que
quiere expresar una pulsión parcial y otra que quiere sofocarlos. Es la expresión de,
por una parte, una fantasía inconsciente masculina, y por otra, femenina.

El acto masturbatorio se compone de 2 fragmentos: la convocación de la fantasía y


la operación activa de autosatisfacción en la cima de ella.

La perturbación psicógena de la visión:

La representación de estar ciega en la histérica nace por autosugestión.


Los histéricos no están ciegos por la representación autosugestiva de que no ven,
sino por la disociación ente procesos inconscientes y conscientes en el acto de ver.

Perturbación psicógena de la visión: representaciones anudadas están divorciadas


de la conciencia. Esas representaciones entraron en oposición con otras más
intensas, y por eso cayeron en la represión.

Cada pulsión busca imponerse animando las representaciones adecuadas a su


meta.

Esquema:

Trauma

Fantasía

Síntoma

Síntomas: solución a lo perturbante pulsional.

La fantasía inconsciente va a volver por el retorno de lo reprimido. Vuelve algo


desfigurado (síntoma, como modo de satisfacción pulsional).

Algo tiene que hacer la persona para que el deseo prohibido, sexual y erótico, no lo
viva como mortificante. Choque entre fuerzas: representantes represores (yo) y las
pulsiones sexuales.

Primer dualismo pulsional: pulsiones del yo/autoconservación y pulsiones


sexuales.

Las fantasías inconscientes son la práctica sexual de todo neurótico. Práctica sexual
quiere decir que el sujeto está todo el tiempo preocupado por eso, no tiene nada
que ver con la genitalidad.

Las fantasías inconscientes van a anudar el pasado, el presente y el futuro.

Donde el niño juega (no tiene ningún problema con que lo observes), el adulto
fantasea.

El juego va a permitir la instalación de la fantasía. Es el precursor.

Las fantasías portan un carácter infantil, sexual y prohibido, y siempre van a


producir vergüenza. Es por esto que las fantasías no se comunican (caso contrario
son los síntomas que siempre se comunican)

Las fantasías entran en contradicción con el yo. El yo se va a oponer a esos deseos


sexuales y prohibidos. Las fantasías van a volver como retorno de lo reprimido
desfigurado en forma de síntoma, y el síntoma es una solución para el sujeto
(aunque sea un sufrimiento, porque en ese síntoma hay satisfacción [esto el sujeto
no lo sabe]).

Lucha entre las representaciones represoras y las reprimidas.

Satisfacción pulsional – deseo prohibido son diferentes, son heterogéneos

La satisfacción pulsional siempre va a querer satisfacerse, pero va a haber un


momento donde alguien le va a decir “no, ese deseo no lo podés ejecutar, tenés
que reprimirlo, ese deseo es prohibido”. El yo no te va a permitir que te satisfagas
con ese deseo.

Intersección entre satisfacción pulsional y deseo prohibido: fantasía (concepto de


soldadura). De esa fantasía deviene el síntoma. El síntoma tiene 2 caminos: 1)
pulsión, zona erógena y objeto parcial 2) texto a descifrar, inconciente y objeto
total.

La pulsión siempre va a ser una pulsión parcial, va a recorrer una zona erógena a
través de un objeto (se va a satisfacer) y ese objeto es parcial. Por ej. lo oral, lo anal.
En el caso del muchacho de la ceguera: la visión. Se trata de objetos parciales que
todavía no están unificados.

El deseo prohibido en el análisis va a ser un texto a descifrar. El objeto parcial pasa


a ser objeto total (objeto prohibido, amoroso e incestuoso, porque es infantil y
sexual, siempre tiene que ver con la historia infantil).

En el análisis llevamos nuestra neurosis infantil (neurosis vulgar) que se va a


transformar en una neurosis de transferencia.

Para que un síntoma sea un síntoma tiene que repetirse y que producir malestar.

Ej. de soldadura: masturbación. Se satisface una parte del cuerpo. Al principio surge
sin ninguna conexión con un fantaseo, recién posteriormente se soldarán el acto
masturbatorio y el fantaseo. La fantasía ocupa un lugar de representación.

FIN DEL PRIMER PARCIAL

Pulsiones y destinos de pulsión: la pulsión sería un estímulo para lo psíquico,


proviene del interior. Es una fuerza constante. Lo que cancela al estímulo pulsional
(que es como una necesidad) es la satisfacción.

Las pulsiones plantean exigencias al sistema nervioso que lo llevan a modificar el


mundo exterior para satisfacer a la fuente interior del estímulo.

Incremento del estímulo=displacer. Disminución del estímulo=placer.


La pulsión es un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un
representante psíquico de los estímulos del interior del cuerpo.

El esfuerzo de la pulsión es la fuerza de la exigencia de trabajo que ella representa.

La meta de una pulsión es la satisfacción que sólo puede alcanzarse cancelando la


estimulación en la fuente de la pulsión.

El objeto de la pulsión es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Puede


ocurrir que el mismo objeto sirva a la satisfacción de varias pulsiones.

La fuente de la pulsión es un proceso somático cuyo estímulo es representado en la


vida anímica por la pulsión.

2 pulsiones primordiales: pulsiones yoicas o de autoconservación y las pulsiones


sexuales.

En la raíz de la histeria y la neurosis obsesiva había un conflicto entre los reclamos


de la sexualidad y los del yo.

La meta a la que aspiran las pulsiones sexuales es el placer de órgano.

Destinos de las pulsiones: trastorno hacia lo contrario, vuelta hacia la persona


propia, represión y sublimación.

El trastorno hacia lo contrario se resuelve en 2 procesos: la vuelta de una pulsión


de la actividad a la pasividad (ej: sadismo-masoquismo y el placer de ver-exhibición:
la meta activa es reemplazada por la pasiva), y el trastorno en cuanto al contenido
(ej: mudanza del amor al odio).

Vuelta hacia la persona propia: el masoquismo es un sadismo vuelto hacia el yo


propio, y la exhibición incluye el mirarse el cuerpo propio. Lo esencial en este
proceso es el cambio de vía del objeto, manteniéndose inalterada la meta.

Procesos de sadismo-masoquismo: 1) el sadismo es una acción violenta, una


afirmación de poder dirigida a otra persona como objeto; 2) este objeto es
resignado o sustituido por la persona propia. Con la vuelta hacia la persona propia
también se ha consumado la mudanza de la meta pulsional activa en una pasiva; 3)
se busca como objeto, de nuevo, una persona ajena.

El sádico no se propone causar daño, pero una vez que se consumó la


transmudación al masoquismo los dolores proporcionan una meta masoquista.

En el sadismo y el masoquismo no se goza del dolor sino de la excitación sexual que


lo acompaña.
Gozar del dolor es una meta masoquista pero que sólo puede devenir como meta
pulsional en un sádico.

Procesos del ver-mostrarse: 1) ver a un objeto, 2) resignación del objeto, vuelta de


la pulsión de ver hacia una parte del cuerpo propio (trastorno de pasividad y nueva
meta: ser mirado), 3) inserción de un nuevo sujeto al que uno se muestra para ser
mirado.

Narcisismo: fase temprana del desarrollo del yo en el cual las pulsiones sexuales se
satisfacen de manera autoerótica.

La trasmudación del sadismo al masoquismo implica un retroceso al objeto


narcisista.

3 oposiciones del amar: 1) amar-odiar, 2) amar-ser amado, 3) amar y odiar-


indiferencia.

Meta activa: amar. Meta pasiva: ser amado (más próximo al narcisismo)

La vida anímica está gobernada por 3 oposiciones: sujeto (yo)-objeto (mundo


exterior), placer-displacer, activo-pasivo.

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