T-195-19 Sustentación Recurso de Apelación LEIDO
T-195-19 Sustentación Recurso de Apelación LEIDO
Magistrado ponente:
JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS
SENTENCIA
Dentro del trámite de revisión de los fallos dictados por las salas de Casación
Civil y Laboral de la Corte Suprema de Justicia, en primera y segunda instancia,
respectivamente, al interior de la acción de tutela presentada por el señor Arturo
Espinosa Giraldo contra la Sala Civil - Familia del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Ibagué.
I. ANTECEDENTES
Hechos relevantes
1
Fueron vinculados al proceso de la referencia el Juzgado Civil del Circuito del Líbano y los señores Juan
Carlos, Gloria Lucía, Martha Yaneth y José Wilson Casas Giraldo, así como al abogado Ramón H. Nivia Hoyos
como apoderado de las personas antes mencionadas, el curador ad litem de los herederos indeterminados de
Inés Giraldo Prieto (q.e.p.d.) y el señor Carlos Julio Casas Ruiz y su apoderado (en calidad de partes e
intervinientes del proceso ordinario).
2
Poder visible a folio 1 del cuaderno de primera instancia.
1. Informó el accionante que ante el Juzgado Civil del Circuito del Líbano,
promovió demanda ordinaria de declaración de existencia, disolución y
liquidación de sociedad de hecho contra los señores Juan Carlos, Gloria Lucía,
Martha Yaneth, José Wilson Casas Giraldo, Carlos Julio Casas Ruiz y los
herederos indeterminados de Inés Giraldo Prieto (q.e.p.d.), la cual fue decidida
de manera desfavorable por el Juzgado mencionado, mediante sentencia del 14
de septiembre de 2017.
3 Al respecto, el apoderado judicial del accionante precisó que debido a lo sucedido solicitó la certificación
médica correspondiente, la cual da cuenta que el 27 de abril de 2018 a las 7 y 30 de la mañana fue atendido por
el galeno Enrique Velandia Ravelo, médico particular que consignó la patología presentada, relacionada con
una gastroenteritis aguda.
4 Sostuvo que si bien los recursos fueron rechazados por extemporáneos, el Tribunal accionado precisó que
“aun admitiendo en vía de discusión que el prenotado recurso de reposición haya sido interpuesto en tiempo,
se aprecia igualmente que las causas que invoca el litigante no constituyen una circunstancia de fuerza mayor
o caso fortuito que le impidieron asistir a la audiencia. Luego si no se encontraba en óptimas condiciones de
salud, ha debido sustituirle el poder a otro apoderado para que se hiciera presente en la audiencia y sustentara
el recurso”.
2
6. Agregó que si bien el artículo 322 del Código General del Proceso obliga al
recurrente a sustentar la alzada en audiencia, no lo es menos que esa norma
contiene un vacío, “pues en parte alguna regula el caso cuya ocurrencia aquí
se demuestra o plantea, luego mal puede dársele aplicación literal como aquí
ocurre, ya que se debe acudir a la lógica y análisis jurídico y no a lo exegético”.
Trámite procesal
3
Luego de transcribir apartes del auto de 22 de junio de 2018, objeto de tutela,
el a quo concluyó que esa decisión fue debidamente motivada en atención a la
normativa y jurisprudencia7 que regula la materia, pues “la justificación
propuesta no era válida porque la situación alegada por el apoderado del
demandante no revestía trascendencia suficiente para configurar la «fuerza
mayor» aducida, al punto que el mandatario pudo sustituirle el poder a otro
abogado para que sustentara la alzada”.
Pruebas
ii) Copia del auto de 22 de junio de 2018, por medio del cual el Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Ibagué, Sala Civil-Familia rechazó por
extemporáneos los recursos interpuestos (folios 12 y 13, cuaderno de primera
instancia).
iii) Copia de la incapacidad médica por tres (3) días suscrita el 27 de abril de 2018
y otorgada al paciente David Martínez Lugo por gastroenteritis aguda (folio 4,
cuaderno de primera instancia).
7
Sobre lo relacionado con la justificación de los apoderados respecto de su inasistencia a la audiencia de
sustentación y fallo de que trata el artículo 327 del CGP referenció la sentencia de la Corte Suprema de Justicia,
Sala de Casación Civil No. STC18104-2017, 2 nov., rad. 2017-00222-01.
8
Folio 47 del cuaderno de primera instancia.
4
iv) Copia de los exámenes de laboratorio y fórmula médica (folios 5 a 7, cuaderno
de primera instancia).
II. CONSIDERACIONES
Competencia
9
La orden se profirió de la siguiente manera: “Primero.-. ORDENAR al Juzgado Civil del Circuito del Líbano
que, en el término de tres (3) días contados a partir de la comunicación de la presente decisión, remita el
expediente -o en su defecto copias del mismo-, contentivo del trámite ordinario de existencia, disolución y
liquidación de sociedad de hecho radicado con el número 73411-31-03-001-2015-00067-00, en cual es
demandante el señor Arturo Espinosa Giraldo y demandado el señor Carlos Julio Casas Ruiz y otros. En
especial, deberá remitir informe con sus respectivos soportes, donde conste la sentencia de primera instancia,
el recurso de apelación correspondiente y todas las actuaciones adelantadas con posterioridad por parte del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Ibagué, Sala Civil – Familia en segunda instancia, esto es: i) el auto
que admitió el recurso de apelación y el que fijó fecha y hora para la audiencia de sustentación y fallo de que
trata el artículo 327 del CGP, así como sus respectivas notificaciones a las partes, ii) la audiencia de
sustentación y fallo realizada el 27 de abril de 2018 en la cual fue declarado desierto el recurso de alzada por
inasistencia del apoderado del actor, iii) los recursos de reposición y apelación interpuestos contra esa
decisión y, iv) el auto de 22 de junio de 2018 que los rechazó por extemporáneos. En caso de que para este
momento el expediente no se encuentre en dicho Despacho deberá remitirse el requerimiento al competente.”
5
comoquiera que al no existir disposición que regule lo relacionado con la
inasistencia a la audiencia de sustentación y fallo prevista en el artículo 327 del
compendio normativo mencionado, era necesario que el operador judicial
efectuara una interpretación jurídica por analogía para superar ese vacío
normativo y, en consecuencia, reprogramar la diligencia por eventos
relacionados con fuerza mayor y caso fortuito.
10
La base argumentativa expuesta en este capítulo hace parte de las sentencias SU-917 de 2010, SU-195 de
2012, SU-515 de 2013, SU-769 de 2014 y SU-336 de 2017. Por tanto, mantiene la postura uniforme y reciente
de esta Corporación sobre la materia.
6
5. El artículo 86 de la Carta establece que a través de la acción de tutela puede
reclamarse la protección de los derechos fundamentales cuando resulten
amenazados o vulnerados por cualquier autoridad pública. Esta disposición no
realizó distinción alguna respecto de los ámbitos de la función pública en los
cuales tales derechos podrían resultar vulnerados, por lo que se entiende que
este mecanismo procede contra los actos o las decisiones proferidas en ejercicio
de la función jurisdiccional11.
11
Sentencia SU-769 de 2014.
12
Ver, sentencias T-792 de 2010, T-511 de 2011 y SU-773 de 2014.
13
Artículo 25. Aprobada mediante la Ley 16 de 1972.
14
Artículo 2. Aprobado mediante la Ley 74 de 1968.
15
Ver sentencia T-079 de 1993.
16
Ver sentencias T-231 de 1994, T-008 de 1998 y T-260 de 1999.
17
En esa ocasión, la Corte declaró inexequible la expresión “ni acción”, contenida en el artículo 185 de la Ley
906 de 2004, que impedía ejercer la acción de tutela contra decisiones de casación en materia penal.
18
Cfr. Sentencia SU-041 de 2018.
7
cuales se distinguen unos de carácter general y otros de carácter específico19.
Los primeros constituyen restricciones de índole procedimental o parámetros
imprescindibles para que el juez de tutela aborde el análisis de fondo y fueron
clasificados así:
c. Defecto fáctico, que surge cuando el juez carece del apoyo probatorio
que permita la aplicación del supuesto legal en el que se sustenta la
decisión.
19
Cfr. Sentencia SU-749 de 2014.
8
f. Error inducido, que se presenta cuando el juez o tribunal fue víctima
de un engaño por parte de terceros y ese engaño lo condujo a la toma de
una decisión que afecta derechos fundamentales.
Ahora bien, teniendo en cuenta los criterios específicos, la Sala precisará los
que interesan al asunto bajo estudio, es decir, defecto sustantivo y fáctico, por
cuanto son los vicios que se le endilgan a las providencias controvertidas.
20
La base argumentativa y jurisprudencial de este acápite se sustenta en las consideraciones expuestas en las
sentencias SU-035 de 2018 y T-451 de 2018.
21
Cfr. Sentencia T-543 de 2017.
22
Ibídem.
9
“(i) la decisión judicial se basa en una norma que no es aplicable, porque
a) no es pertinente, b) ha sido derogada y por tanto perdió vigencia, c) es
inexistente, d) ha sido declarada contraria a la Constitución, o e) a pesar
de que la norma cuestionada está vigente y es constitucional, no se adecúa
a la situación fáctica a la cual se aplicó, porque la norma utilizada, por
ejemplo, se le dan efectos distintos a los señalados expresamente por el
legislador;
La Corte ha sostenido que cuando el juez de tutela advierta que una providencia
incurre en alguna de las mencionadas situaciones deberá declarar la vulneración
del derecho fundamental al debido proceso24. Así mismo, ha establecido
que para que la interpretación o aplicación de la norma al caso concreto
constituya defecto sustantivo, se debe estar frente a una decisión judicial en la
que el funcionario en su labor hermenéutica desconozca o se aparte de forma
abierta de los parámetros constitucionales y legales, de tal manera que vulnere
o amenace derechos fundamentales de las partes25.
23
Sentencias SU-399 de 2012, fundamento jurídico nº 4; SU-400 de 2012, fundamento jurídico nº 6.1.; SU-416
de 2015, fundamento jurídico nº 5; y SU-050 de 2017, fundamento jurídico nº 4.2.
24
Sentencia T-741 de 2017. Reiterada en la sentencia T-259 de 2018.
25
Sentencia T-266 de 2012. Reiterada en la sentencia T-259 de 2018.
26
Sentencias T-453 y SU-050 de 2017, SU-427 de 2016, SU-432 y SU-241 de 2015.
10
mera inconformidad con el análisis efectuado por la autoridad judicial no
habilita la intervención del juez constitucional27. En todo caso, el juez de tutela,
en principio, no está llamado a definir la forma correcta de interpretación del
derecho; sin embargo, en aquellos eventos en los que la interpretación dada por
el juez ordinario carezca de razonabilidad y cuando se cumplen los requisitos
mencionados, se hace procedente la intervención excepcional del juez
constitucional.
Será positiva la dimensión, cuando se trata de acciones positivas del juez, por
tanto, se incurre en ella “(i) cuando se evalúa y resuelve con fundamento en
pruebas ilícitas, siempre que estas sean el fundamento de la providencia34; y
(ii) decidir con pruebas, que por disposición de la ley, no es demostrativa del
hecho objeto de la decisión”35.
27
Sentencia T-118A de 2013.
28
La base argumentativa y jurisprudencial de este acápite se sustenta en las consideraciones expuestas en las
sentencias SU-004 de 2018 y T-451 de 2018.
29
Sentencia T-587 de 2017.
30
Así, por ejemplo, en la Sentencia SU-159 de 2002, se define el defecto fáctico como “la aplicación del
derecho sin contar con el apoyo de los hechos determinantes del supuesto legal a partir de pruebas válidas”.
31
Cabe resaltar que si esta omisión obedece a una negativa injustificada de practicar una prueba solicitada por
una de las partes, se torna en un defecto procedimental, que recae en el ejercicio del derecho de contradicción.
32
Sentencia C-590 de 2005.
33
Sentencia SU-355 de 2017.
34
Sentencia SU-159 de 2000.
35
Sentencia SU-455 de 2017 y T-1082 de 2007, entre otras.
36
Sentencias T-442 de 1994.
11
En sentencia SU-768 de 2014 mantuvo esa línea al indicar: “entendiendo que
la autonomía judicial alcanza su máxima expresión en el análisis probatorio,
el defecto fáctico debe satisfacer los requisitos de irrazonabilidad y
trascendencia37: (i) El error denunciado debe ser ‘ostensible, flagrante y
manifiesto’38, y (ii) debe tener ‘incidencia directa’, ‘transcendencia
fundamental’ o ’repercusión sustancia” en la decisión judicial adoptada, lo que
quiere decir que, de no haberse presentado, la decisión hubiera sido distinta”39.
15. En principio, la estimación que de las pruebas hace el juez natural es libre y
autónoma, y no puede ser desautorizada por un criterio distinto emitido por el
juez constitucional. Al respecto, en sentencia SU-489 de 2016 expresó la Corte:
“La intervención del juez de tutela, frente al manejo dado por el juez natural
es, y debe ser, de carácter extremadamente reducido. El respeto por el
principio de autonomía judicial y el principio del juez natural, impiden que
en sede de tutela se lleve a cabo un examen exhaustivo del material
probatorio.
Al respecto, la intervención del juez de tutela frente al manejo dado por el juez
natural “es, y debe ser, de carácter extremadamente reducido”41. Las
diferencias de valoración que puedan surgir en la apreciación de una prueba no
pueden considerarse ni calificarse como errores fácticos, en tanto el juez del
proceso “no solo es autónomo sino que sus actuaciones están amparadas por
el principio de la buena fe, lo que le impone al juez de tutela la obligación de
asumir, en principio y salvo hechos que acrediten lo contrario, que la
valoración de las pruebas realizadas por aquel es razonable y legítima”42.
Bajo ese entendido, para que se configure este defecto, el error valorativo “debe
ser de tal entidad que sea ostensible, flagrante y manifiesto, y el mismo debe
tener una incidencia directa en la decisión, pues el juez de tutela no puede
37
Sentencia T-060 de 2012.
38
Sentencias T-064, T-456, T-217, T-067 y T-009 de 2010. En similar sentido, las sentencia T-505 de 2010 y
T-014 de 2011.
39
Sentencia T-067 de 2010. En igual sentido, sentencia T-009 de 2010 y T-466 de 2012.
40
Cfr. Sentencias T-314 de 2013 y T-214 de 2012.
41
Sentencia T-590 de 2009.
42
Ibídem.
12
convertirse en una instancia revisora de la actividad de evaluación probatoria
del juez que ordinariamente conoce de un asunto”43.
17. Ahora bien, teniendo en cuenta que una de las decisiones cuestionadas
corresponde a un auto interlocutorio, es preciso analizar este punto en el
siguiente orden:
43
Sentencia T-590 de 2009.
44
Al respecto, pueden consultarse las sentencias T-343 de 2012, T-599 de 2013 y T-324 de 2016.
45
LÓPEZ BLANCO, Hernán Fabio. “Código General del Proceso Parte General”, Bogotá, Dupré Editores,
2016, pág. 645.
46
Ibídem, pág. 693 a 696.
47
Ver sentencias T-125 de 2010 y SU-817 de 2010, entre otras.
13
21. En tal sentido, la acción de tutela procederá excepcionalmente: (i) cuando
se evidencie una vulneración o amenaza de los derechos fundamentales de las
partes que no puede ser reprochada mediante otros medios de defensa judicial
y, por tanto, la acción constitucional no será procedente cuando han vencido los
términos para interponer los recursos ordinarios y la parte afectada no hizo uso
de ellos, o cuando fueron utilizados pero en forma indebida; (ii) cuando a pesar
de que existen otros medios, éstos no resultan idóneos para proteger los
derechos afectados o amenazados; o (iii) cuando la protección constitucional es
urgente para evitar un perjuicio irremediable.48
23. El artículo 42 del precitado estatuto civil señala que el primer deber del juez
es el de “dirigir el proceso, velar por su rápida solución y adoptar las medidas
conducentes para impedir la paralización y procurar la mayor economía
procesal”. Teniendo en cuenta lo antedicho, el hecho de que el proceder de la
rama judicial sea considerado como una función pública, supone que el acceso
a ella sea de carácter fundamental, pues, los jueces de la República “son los
primeros llamados a ejercer una función directiva en la conducción de los
procesos a su cargo, para lo cual el Legislador les ha otorgado la potestad de
asegurar, por todos los medios legítimos a su alcance, que las diferentes
actuaciones se lleven a cabo”.52
Así pues, al juez se le han encomendado dos tareas claves: (i) la obtención del
derecho sustancial y (ii) la búsqueda de la verdad; las cuales consolidan el ideal
de la justicia material derivado de la interpretación de lo propuesto por el
constituyente en la Constitución Política de 1991.53
48
Ver al respecto la sentencia T-489 de 2006.
49
Capítulo adoptado de la sentencia T-272 de 2018.
50
En ejercicio de su poder soberano, representado por sus delegatarios a la Asamblea Nacional Constituyente,
invocando la protección de Dios, y con el fin de fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes
la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un
marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo, y
comprometido a impulsar la integración de la comunidad latinoamericana, (…). (subrayas fuera del texto).
51
Artículos 28, 29, 30, 92, 113,116, 130, 150, 152, 209, 247, 256 y 257.
52
Sentencia C-713 de 2008.
53
Sentencia SU-768 de 2014.
14
primero”54. Lo anterior admite lo dispuesto por la Carta Política la cual
establece que la justicia se consolida mediante la aplicación de la ley sustancial,
sin olvidar que “no se puede perder de vista que una sentencia justa solo se
alcanza si el juez parte de una base de conocimiento que pueda considerarse,
en cierta medida, verdadera, lo que le impone la obligación de hallar el
equilibrio perfecto entre la búsqueda del valor de la verdad y la efectividad del
derecho material”.55
25. En virtud de lo anterior, el juez como director del proceso está facultado
para tomar las decisiones que considere teniendo como soporte las realidades
de la situación fáctica que este estudie para abrir paso al derecho sustancial en
aras de materializar el mandato constitucional del orden justo establecido en la
Carta Política (preámbulo y artículo 2º superior). Sobre este tópico, la Corte ha
señalado que “[l]a implementación y cumplimiento de estos deberes deben
conducir a la concreción material y efectiva de principios fundantes del Estado
social de derecho que van encaminados a la implementación cada vez más
profunda e integral de la eficiencia y eficacia en la administración de justicia
para estar cada vez más cerca de la vigencia del orden justo, de acuerdo con
lo preceptuado en el artículo 2º de la Constitución.”56
Finalmente, estos deberes surgen del papel que la Carta Política otorga al juez
como parte de la administración de justicia, función fundamental en la
realización de los principios y valores dentro del Estado social de derecho, que
en el 2º Superior es descrito como un Estado que busca, como fin esencial, la
vigencia de un orden justo.
26. El artículo 320 del Código General del Proceso establece que el recurso de
apelación tiene como fin que el superior examine la cuestión decidida,
únicamente en relación con los reparos concretos formulados por el apelante,
para que de este modo se revoque o reforme la decisión.
Bajo ese contexto, el numeral 3º del artículo 322 ibídem preceptúa que
“[c]uando se apele una sentencia, el apelante, al momento de interponer el
54
Sentencia SU-768 de 2014.
55
Sentencia T-213 de 2012.
56
Sentencia T-1026 de 2010.
15
recurso en la audiencia, si hubiere sido proferida en ella, o dentro de los tres
(3) días siguientes a su finalización o a la notificación de la que hubiere sido
dictada por fuera de audiencia, deberá precisar, de manera breve, los reparos
concretos que le hace a la decisión, sobre los cuales versará la sustentación
que hará ante el superior (…)”.
28. De acuerdo a los mencionados artículos del Código General del Proceso es
preciso indicar que debido a la importancia que reviste la audiencia de
sustentación y fallo, el legislador contempló como sanción la deserción de la
apelación, quedando con ello clausurada la segunda instancia y terminado el
proceso, pues las normas procesales civiles no regulan el trámite a seguir
cuando alguna de las partes no concurre a la referida audiencia por motivos de
fuerza mayor o caso fortuito, ni el término en que deben presentarse las excusas.
30. En ese sentido, el CGP dispuso que los medios de impugnación procedentes
contra providencias dictadas en el marco de un proceso deben interponerse de
manera inmediata una vez las partes y demás intervinientes sean notificadas de
la decisión proferida por el fallador. En concordancia con ello, solo podrá darse
trámite al recurso que se invoque por el interesado si el mismo se presenta de
manera personal, verbal y se sustenta en debida forma ante la autoridad judicial
que esté conociendo del caso, so pena de que el mismo se declare desierto y, en
consecuencia, sea rechazado.
31. Como se observa, el artículo 322 del CGP tiene por finalidad que los
recursos presentados se sustenten en razones que resulten justificables para
evitar que los mismos sean utilizados con ánimo dilatorio por parte de los
apoderados o las partes del proceso. Así, lo pretendido es dotar de celeridad y
eficacia las decisiones judiciales que se toman en el curso de un proceso judicial
en procura de dar prevalencia al acceso a la administración de justicia.
57
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia STC11058-2016 de 11 de agosto de 2016,
radicado 1100102030002016-02143-00.
16
Para lograr la finalidad en comento es necesario que los términos previstos sean
preclusivos, pues, de lo contrario se estaría frente a disposiciones simplemente
formales que al no ser acatadas por los intervinientes del proceso permitirían
que los mismos actúen conforme a sus intereses en perjuicio de las demás partes
y terceros que participan de la litis. De ahí que, en principio, se considere que
los recursos no interpuestos y sustentados dentro de la oportunidad prevista sean
rechazados en perjuicio de la parte que ha dejado pasar su oportunidad de
intervención.
33. No obstante, sin perjuicio de lo hasta aquí expuesto, es deber del juez
interpretar las normas en su sentido más favorable con el fin de garantizar el
acceso a la administración de justicia, la tutela judicial efectiva y el derecho a
la doble instancia58 de los asociados. Sobre este punto, es preciso resaltar la
importancia y el impacto que ha tenido la justicia constitucional en los demás
ámbitos del derecho ordinario, lo cual ha generado un cambio en la
interpretación jurídica. Al respecto, la Corte Constitucional señala que“[u]na
de las principales implicaciones de la cláusula Estado Social de Derecho,
consagrada en la Constitución colombiana, es el carácter normativo que esta
reconoce a los derechos fundamentales, como principios jurídicamente
vinculantes para todas las esferas del Estado. Estos, por efecto de ese mismo
postulado, irradian todo el ordenamiento jurídico, y se erigen en la medida y
derrotero de las normas que lo componen en todos sus niveles. // Dicha
concepción ha marcado, durante los años de vigencia de la Constitución de
1991, un hito en materia de interpretación jurídica y del ejercicio de la
actividad jurisdiccional en Colombia, por lo menos, en tres aspectos: el
primero i) es la implementación y consolidación de una justicia constitucional
fuerte. El segundo, ii) es el particular efecto de irradiación que la Constitución
y los derechos fundamentales han tenido en el derecho ordinario; hoy por hoy,
todos los campos legales sobre los que es posible trabar un litigio judicial han
sufrido un creciente proceso de constitucionalización, y son susceptibles de ser
leídos en clave iusfundamental59. Correlativamente, iii) la aplicación de los
derechos fundamentales a todos estos ámbitos, incluido, por supuesto, el
derecho civil, supuso una transformación considerable del rol que está llamado
a desempeñar el juez ordinario en un Estado social y democrático de derecho,
al momento de interpretar las normas y principios que son del resorte de su
competencia.”60
58
Al respecto, la Corte en sentencia C-337 de 2016 dispuso que “ (…) Esta Corporación ha sostenido que la
finalidad del principio-derecho a la doble instancia es permitir que la decisión adoptada por una autoridad
judicial sea revisada por otro funcionario, independiente e imparcial de la misma naturaleza y más alta
jerarquía, con el fin de que decisiones contrarias a los intereses de las partes tengan una más amplia
deliberación con propósitos de corrección, permitiendo de esa forma enmendar la aplicación indebida que se
haga por parte de la autoridad de la Constitución o la ley . Es una garantía contra la arbitrariedad, y en un
mecanismo principal, idóneo y eficaz para la corrección de los yerros en que pueda incurrir una autoridad
pública.”
59
Sobre el particular, por ejemplo: Corte Constitucional, sentencia C-491 de 2000.
60
Sentencia T-269 de 2018.
17
34. En consideración a lo expuesto, es decir, al proceso de constitucionalización
que han sufrido las distintas ramas del derecho, el artículo 11 del CGP establece
que el juez al interpretar la ley procesal deberá tener en cuenta que el objeto de
los procedimientos es la efectividad de los derechos reconocidos por la ley
sustancial y, por tanto, “las dudas que surjan en la interpretación de las normas
del presente código deberán aclararse mediante la aplicación de los principios
constitucionales y generales del derecho procesal garantizando en todo caso
el debido proceso, el derecho de defensa, la igualdad de las partes y los demás
derechos constitucionales fundamentales. El juez se abstendrá de exigir y de
cumplir formalidades innecesarias.” (Resalta la Sala).
36. Bajo ese contexto, si bien es cierto, el artículo 327 del CGP no regula de
forma expresa el paso a seguir cuando alguna de las partes no asiste a la
audiencia de sustentación y fallo, ni contempla la posibilidad de allegar con
posterioridad a esa diligencia la justificación de su inasistencia por causas
derivadas de una fuerza mayor o caso fortuito, no lo es menos que de suceder
esta circunstancia sea posible presentar la excusa pertinente, la cual deberá ser
analizada por el juez quien en cada caso concreto adoptará los correctivos
respectivos a fin de permitirle al demandante o demandado ejercer sus
prerrogativas al interior del proceso, pues aceptarlo de otra forma implicaría ir
en contravía de los derechos a la igualdad, el acceso a la administración de
justicia, la tutela judicial efectiva y la doble instancia, entre otros.
37. Es por ello, que en este tipo de casos el juzgador debe hacer uso de la
integración normativa, máxime si es el mismo Código el que reconoce que
pueden existir vacíos o lagunas frente a actuaciones procesales. En este sentido,
de acuerdo con los artículos 11, 12 y 42, numeral sexto61 del estatuto procesal
civil el juez, en estos casos, debe ceñirse a las pautas previstas en el numeral 3º
del artículo 37262 ibídem, según el cual:
61
“Son deberes del juez: (…) 6. Decidir aunque no haya ley exactamente aplicable al caso controvertido, o
aquella sea oscura o incompleta, para lo cual aplicará las leyes que regulen situaciones o materias semejantes,
y en su defecto la doctrina constitucional, la jurisprudencia, la costumbre y los principios generales del derecho
sustancial y procesal.”
62
Audiencia Inicial.
18
audiencia deberá celebrarse dentro de los diez (10) días siguientes. En
ningún caso podrá haber otro aplazamiento.
La fuerza mayor y el caso fortuito como justa causa para no acudir a una
audiencia
38. Sobre este tópico, el artículo 64 del Código Civil define la figura jurídica de
la fuerza mayor y el caso fortuito como: “el imprevisto a que no es posible
resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los
autos de autoridad ejercidos por un funcionario público. etc.”.
39. La sentencia C-1186 de 2008 dijo que la definición de fuerza mayor y caso
fortuito establecida en el Código Civil, reúne los criterios de imprevisibilidad e
irresistibilidad, que en principio resultan admisibles para establecer cuando una
persona se enfrenta a estas circunstancias.
40. Con una orientación similar, la sentencia SU-449 de 2016 precisó que “la
fuerza mayor es causa extraña y externa al hecho demandado; se trata de un
hecho conocido, irresistible e imprevisible, que es ajeno y exterior a la
actividad o al servicio que causó el daño. El caso fortuito, por el contrario,
proviene de la estructura de la actividad de aquél, y puede ser desconocido
permanecer oculto, y en la forma que ha sido definido, no constituye una
verdadera causa extraña, con virtualidad para suprimir la imputabilidad del
daño.”
63
Cfr. sentencia del 29 abril de 2005, radicado. 0829. de la Sala de Casación Civil, de la Corte Suprema de
Justicia.
19
determinar si se presenta o no tal circunstancia exonerativa de responsabilidad.
Así, concluyó que se debe valorar cada caso concreto de forma independiente
para verificar si de ellas se desprende la existencia de una situación
imprevisible, irresistible y externa, pues como ha señalado la Corte Suprema de
Justicia, Sala de Casación Civil: “conviene proceder con relativo y cierto
empirismo, de modo que la imprevisibilidad e irresistibilidad, in casu,
ulteriormente se juzguen con miramiento en las circunstancias específicas en
que se presentó el hecho a calificar, no así necesariamente a partir de un frío
catálogo de eventos que, ex ante, pudiera ser elaborado en abstracto por el
legislador o por los jueces, en orden a precisar qué hechos, irrefragablemente,
pueden ser considerados como constitutivos de fuerza mayor o caso fortuito y
cuáles no.”64
43. Sobre la base de lo expuesto, el caso fortuito o la fuerza mayor deben ser
entendidos como condiciones lo suficientemente contundentes y determinantes
en la conducta de las partes para justificar su inasistencia e inactividad, a fin de
eliminar los efectos negativos o perjudiciales que esas circunstancias pueden
generar en el transcurso del proceso.
64
Ibídem.
65
Corte Suprema de Justicia, sentencia de 29 abril de 2005, radicado. 0829. Posición reiterada en sentencia de
7 de diciembre de 2016, Radicación n° 05001-3103-011-2006-00123-02.
20
solución jurídica”66; iii) la declaratoria de desierto del recurso surge como un
castigo al incumplir con una carga impuesta al apelante, lo que trae como
consecuencia no dar trámite al recurso vertical interpuesto impidiéndose el
conocimiento del asunto en segunda instancia y iv) el juez tiene amplia
capacidad de interpretación respecto de lo que puede constituir fuerza mayor o
caso fortuito, ello dependiendo de las particularidades de cada caso concreto.
45. Respecto de las excusas médicas como justa causa de inasistencia a una
audiencia, esta Corporación en sentencia T-824 de 2005 conoció un caso en que
la Sección Cuarta del Consejo de Estado negó el restablecimiento del término
para apelar, porque las certificaciones médicas allegadas no lograron establecer
el carácter grave de la enfermedad que el apoderado de los demandantes alegó
haber padecido. En esta oportunidad, la Corte precisó que el juez no puede
controvertir el dictamen de un profesional de la medicina, de manera que,
basados en el principio de buena fe, se debe dar validez a la excusa médica
presentada, sin que sea dable discutir sobre la calificación de grave de una
afección a la salud. En resumen concluyó “[a]hora bien, es cierto que la
autonomía e independencia de las autoridades judiciales comporta una amplia
facultad en la apreciación, dentro de las reglas de la sana crítica, de los
elementos de convicción allegados al proceso, al punto que bien podría un juez
no decretar la interrupción del asunto, así medie un certificado que dé cuenta
de la enfermedad grave del apoderado de una de las partes. Pero de ello no se
sigue que le esté dado al juez i) incursionar en los hechos penetrando en el
campo de la medicina hasta desconocer la gravedad del trastorno a que el
médico alude y ii) restar eficacia a los documentos que en sí mismos
considerados cumplen las exigencias, previamente establecidas en el
ordenamiento.”
46. En la sentencia T-1026 de 2010 la Corte advirtió que: i) una excusa médica
constituye justa causa de inasistencia cuando se informe de su existencia con
antelación a la diligencia a realizarse y ii) una incapacidad será justa causa de
inasistencia, incluso presentada con posterioridad a la realización de la
audiencia, en aquellos casos en que el sentido común y la lógica demuestren
que respecto del afectado existió absoluta incapacidad para informar sobre la
no comparecencia a dicha audiencia. En palabras de la Corte “esta
interpretación evita que cualquier inactividad injustificada de las partes pueda
ser subsanada simplemente con la presentación de una incapacidad médica a
la que, no siendo posible su valoración por el juez, fuera preceptivo reconocerle
de forma automática plenos efectos para reabrir términos procesales ya
fenecidos. Esta situación estaría, a todas luces, alejada de cualquier parámetro
de razonabilidad y, claramente, sería un elemento contraproducente al
cumplimiento de los fines propios de la administración de justicia.”
47. Este asunto, también ha sido desarrollado por la Sala de Casación Civil de
la Corte Suprema de Justicia en sede de tutela. Esa Corporación en sentencia
66
ROJAS GÓMEZ, Miguel Enrique, Código General del Proceso Comentado, Bogotá, Escuela de
Actualización Jurídica, 2017, pág. 55.
21
de 8 de agosto de 201867, al analizar las solicitudes de aplazamiento de las
audiencias que han de celebrarse en el sistema oral de que trata el CGP señaló
que no existe norma especial que regule los eventos en los cuales es procedente
acceder al aplazamiento de la audiencia de sustentación y fallo; no obstante, el
legislador estableció que frente a un vacío legal el juez está obligado a suplirlo
a partir de la interpretación de mandatos análogos, “(…) En este sentido, como
la prórroga de la audiencia de sustentación y fallo no está prevista en el
ordenamiento procesal vigente, resulta necesario acudir al numeral 3° del
artículo 372 ibídem, el cual reglamenta la inasistencia a la audiencia inicial en
los procesos verbales”.
En ese fallo esa Corporación reseñó varias decisiones que han resuelto casos
similares, dentro de la cuales destacó la sentencia CSJ STC951-2018 de 31 de
enero de 2018, radicado No. 2018-00018-01, en la que precisó: “en torno a
tópicos como el que aquí concita la atención, esta Corporación ha sido enfática
en señalar en asuntos que, mutatis mutandis, son análogos al ahora abordado,
que « […] téngase en cuenta que la actora contó con la oportunidad de
concurrir a la [audiencia] representada por otro abogado si es que, el de su
entera confianza, no podía asistir al adelantamiento de la misma. De hecho, el
mandatario judicial de la convocante tuvo la posibilidad de sustituir el poder
conferido, con observancia de las formalidades y presupuestos previstos en el
artículo 68 del Código de Procedimiento Civil [hoy día el canon 75 del Código
General del Proceso], con el propósito de procurar la defensa de los intereses
de su cliente […]; razón de más para desestimar el amparo» (véase; CSJ STC,
29 ene. 2013, rad. 2012-00312-01)”. Es decir, que en esos casos lo adecuado
es informar al juez la no concurrencia a la audiencia o de ser posible encargar
el asunto a otro profesional del derecho.
67
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia de 8 de agosto de 2018, Radicación n.° 11001-
02-03-000-2018-02107-00.
68
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia de 2 de noviembre de 2017, Radicación N°
52001-22-13-000-2017-00222-01. En esa decisión esa Corporación señaló: “Teniendo en cuenta lo manifestado
por el mencionado jurista en el reclamo cuya nugatoria se critica en esta sede, fue luego del almuerzo que
empezó a notar sus quebrantos, motivo por el cual “aproximadamente a la 1:30 p.m.” llegó al servicio de
urgencias en compañía de su esposa, siendo atendido entre las 2:20 y las 3 de la tarde, cuando, según su dicho,
“fue estabilizado”, posteriormente se dirigió al Juzgado Tercero Civil del Circuito, arribando a las “3:25
p.m.”, donde le informaron sobre la finalización de la audiencia. //De lo anterior, refulge que era posible para
ese abogado enterar de lo sucedido al estrado antes o durante la realización de la diligencia, bien fuera
mientras esperaba o recibía la asistencia médica correspondiente, directamente o por conducto de su cónyuge,
o, también, a las 3 en punto de la tarde, es decir, la hora de inicio del acto, cuando, conforme relató, salió de
la clínica, sobretodo si en ese momento emprendió camino a la sede judicial (…)”.
22
tutela interpuesta contra el Juzgado Tercero Civil del Circuito de Pasto por
haber declarado desierto el recurso de alzada sin tener en cuenta que el
apoderado sufrió un percance de salud que le impidió asistir a la audiencia de
sustentación señaló que “(…) si de una fuerza mayor se trataba, debió el
recurrente informar esta situación por un medio expedito en aras de poder, en
el transcurso de la diligencia, dejar constancia de dicho acontecimiento (…)”.
En ese sentido, concluyó que para que un asunto constituya fuerza mayor la
afectación a la salud debe ser grave, de forma tal que impida al abogado asistir
al acto, comunicar oportunamente esa circunstancia al despacho judicial e
imposibilitarlo de sustituir el poder.
Caso concreto
Así las cosas, el actor pretende que se dejen sin efectos las decisiones
cuestionadas y, en consecuencia, se acepte como excusa válida la incapacidad
médica presentada por el apoderado del accionante.
50. Encuentra la Sala que el presente asunto cumple los requisitos generales de
procedencia excepcional de la acción de tutela contra providencias judiciales
fijados por la jurisprudencia de esta Corte, lo que habilita, en sede de revisión,
un análisis de fondo de los hechos materia de controversia, en el siguiente
orden:
Relevancia constitucional
53. Bajo este contexto, el debido proceso debe ser entendido como un mandato
de optimización, esto es, un imperativo que reconoce en el sistema jurídico una
norma de vital importancia, para que la puesta en marcha del aparato judicial
no esté en contravía la labor recta y justa de impartir justicia, es por esto que el
debido proceso se constituye en un principio del mismo sistema en el que se
rige.71
69
Cfr. Sentencia C-214 de 1994.
70
Sentencia T-909 de 2006. Cfr. Sentencia T-778 de 2004.
71
CARRILLO DE LA ROSA, Yezid y BECHARA LLANOS, Abraham Zamir. “La balanza de los derechos”,
Bogotá, Grupo Editorial Ibáñez, 2019, pág. 194.
24
Además, porque también advierte la existencia de un vacío normativo debido a
que el CGP no prevé el trámite a seguir cuando alguna de las partes no concurre
a la diligencia tantas veces mencionada. La inasistencia a la audiencia pública
se produjo como consecuencia de unos quebrantos de salud y, por tanto, el
apoderado del demandante plantea que la excusa médica debe ser tenida en
cuenta como justa causa de inasistencia a una audiencia porque ello constituye
un evento de fuerza mayor y caso fortuito.
72
Sentencia T-313 de 2018, en la cual la Sala Primera de Revisión de esta Corporación estudió un caso en el
que la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Popayán rechazó de plano la tutela presentada
por Amanda Sinisterra Campaz, en calidad de representante legal del Consejo Comunitario Afrocolombiano
“El Futuro”, porque la actora no allegó la información solicitada por el Despacho. Es decir, analizó un asunto
procesal que impidió el acceso a la administración de justicia, poniendo de presente la necesidad de realizar el
análisis con enfoque constitucional al encontrarse comprometida la garantía de la tutela judicial efectiva, la cual
hace parte del debido proceso constitucional.
73
Sentencia T-154 de 2018.
74
Sentencia T-158 de 2012.
75
Sentencia T-268 de 2010.
25
Como se indicó en el capítulo de antecedentes, el apoderado del actor interpuso
contra la sentencia de primera instancia dictada por el Juzgado Civil del Circuito
del Líbano el recurso de apelación correspondiente, el cual una vez admitido y
fijada fecha y hora para llevar a cabo la audiencia de sustanciación y fallo fue
declarado desierto en auto de 27 de abril de 2018 por inasistencia del apoderado
del demandante. Inconforme con lo anterior, el profesional del derecho
arguyendo fuerza mayor y caso fortuito debido a los percances de salud que
sufrió de manera imprevista el día de la audiencia adjuntó al proceso la excusa
médica con el fin de que fuese reprogramada, para lo cual utilizó los
mecanismos de reposición y, en subsidio apelación.
76
Sentencias SU-037 de 2009, T-746 de 2013 y T-1043 de 2016, entre otras.
77
ROJAS GÓMEZ, Miguel Enrique, Código General del Proceso Comentado, Bogotá, Escuela de
Actualización Jurídica, 2017, pág. 504.
26
De acuerdo con lo establecido en el parágrafo del artículo 318 mencionado, el
juez debe adecuar el recurso de reposición cuando sea interpuesto de manera
inadecuada por alguna de las partes e impartir las reglas del recurso de súplica78.
Si bien ello no ocurrió en el presente caso, el Tribunal accionado despachó de
fondo la solicitud elevada por el apoderado del actor aunque hubiere sido como
reposición y, por tanto, se entienden agotados todos los mecanismos judiciales
dispuestos en el ordenamiento jurídico cuando de procesos verbales civiles se
trata.
56. La Sala considera pertinente recordar que si bien el Decreto Estatutario 2591
de 1991 señala que la acción de tutela puede ser interpuesta en cualquier tiempo,
ello debe suceder en un término razonable, contado desde que acaecieron los
hechos causantes de la trasgresión o desde que la persona sienta amenazados
sus derechos. La razonabilidad del plazo está determinada por la finalidad de la
tutela, que debe ser ponderada en cada caso concreto79.
78
Artículo 331: “PROCEDENCIA Y OPORTUNIDAD PARA PROPONERLA. El recurso de súplica procede
contra los autos que por su naturaleza serían apelables, dictados por el Magistrado sustanciador en el curso de
la segunda o única instancia, o durante el trámite de la apelación de un auto. También procede contra el auto
que resuelve sobre la admisión del recurso de apelación o casación y contra los autos que en el trámite de los
recursos extraordinarios de casación o revisión profiera el magistrado sustanciador y que por su naturaleza
hubieran sido susceptibles de apelación. No procede contra los autos mediante los cuales se resuelva la
apelación o queja.
La súplica deberá interponerse dentro de los tres (3) días siguientes a la notificación del auto, mediante escrito
dirigido al magistrado sustanciador, en el que se expresarán las razones de su inconformidad.”
79
Cfr. Sentencias SU-961 de 1999 y SU-339 de 2011.
80
Folio 2 del cuaderno de primera instancia.
27
Bajo ese contexto, se evidencia que los hechos que originaron la presunta
vulneración de los derechos fundamentales incidirían en el sentido de la
decisión que se acusa puesto que podría llegar a afectar el acceso a la
administración de justicia, particularmente frente al hecho a que se resuelva de
fondo el recurso de apelación interpuesto dentro del proceso judicial
mencionado.
60. En el asunto que se analiza, la Sala Civil – Familia del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Ibagué declaró desierto el recurso de apelación
interpuesto al interior del proceso civil de declaración de existencia, disolución
y liquidación de sociedad de hecho, porque el apoderado judicial del señor
Espinosa Giraldo no acudió a la audiencia programada para el 27 de abril de
2018 en la que debía sustentar la alzada.
64. Sin embargo, la anterior decisión fue recurrida por el apoderado del
accionante el 3 de mayo de 2018 porque para la fecha de realización de la
audiencia se encontraba incapacitado. Por esta razón, una vez presentada la
excusa médica, solicitó que la audiencia de sustentación fuera reprogramada
pues, en su sentir, se había configurado una situación de fuerza mayor o caso
fortuito que le impidió llegar a tiempo a la misma debido a los quebrantos de
salud que presentó, empero esa petición fue desatendida por el Tribunal
accionado por medio del auto de 22 de junio de 2018.
65. El actor cuestiona la validez del auto de 22 de junio de 2018 por cuanto el
Tribunal desestimó su petición de reprogramación de la audiencia de
sustentación y fallo sin tener en cuenta que su apoderado judicial se excusó
válidamente por su inasistencia a ese acto, arguyendo problemas de salud.
69. Sobre la base de lo expuesto, se observa que el artículo 372 del estatuto
procesal civil dispone que la inasistencia de las partes o de sus apoderados a la
audiencia, por hechos anteriores a la misma, solo podrá justificarse mediante
prueba siquiera sumaria de una justa causa. Seguidamente, la norma en comento
preceptúa que las justificaciones que presenten las partes o sus apoderados con
posterioridad a la audiencia, solo serán apreciadas si se aportan dentro de los
tres (3) días siguientes a la fecha de su realización y el juez solo admitirá
aquellas que se fundamenten en fuerza mayor o caso fortuito.
70. En el sub examine la parte actora alega que la gastroenteritis aguda que
afectó la salud del apoderado del demandante fue un suceso imprevisible e
81
Folios 12 y 13 del cuaderno de primera instancia.
82
Escrito de tutela, folio 17 del cuaderno de primera instancia.
83
“(…) Las justificaciones que presenten las partes o sus apoderados con posterioridad a la audiencia, solo
serán apreciadas si se aportan dentro de los tres (3) días siguientes a la fecha en que ella se verificó. El juez
solo admitirá aquellas que se fundamenten en fuerza mayor o caso fortuito y solo tendrán el efecto de exonerar
de las consecuencias procesales, probatorias y pecuniarias adversas que se hubieren derivado de la
inasistencia (…)”.
30
irresistible que le impidió asistir a la audiencia de sustentación y fallo
programada para el 27 de abril de 2018 a las nueve (9) de la mañana, por lo que
considera que el Tribunal accionado debió reprogramar esa diligencia.
Al respecto, observa la Sala que el suceso alegado por la parte actora no puede
ser catalogado como un evento de fuerza mayor o caso fortuito ya que no
cumple con los requisitos de imprevisibilidad, irresistibilidad y hecho externo,
desarrollados en la parte considerativa de esta providencia, pues el profesional
del derecho el mismo día de la audiencia, una hora después de que esta fue
evacuada hizo presencia ante la autoridad judicial accionada, lo que implica que
su enfermedad no generó una incapacidad absoluta para informar con antelación
lo sucedido.
72. Ahora bien, en el evento de aceptar que la enfermedad que afectó la salud
del profesional del derecho constituye una causa justificable para no acudir a la
audiencia de sustentación y fallo, observa la Sala que el apoderado judicial del
señor Espinosa Giraldo pudo el mismo día de la diligencia solicitarle al juez
colegiado su aplazamiento, pues según su propio dicho a pesar de la
gastroenteritis que padeció y la incapacidad médica otorgada por espacio de tres
(3) días, se dirigió del municipio del Líbano (lugar donde reside) a la ciudad de
Ibagué, arribando a las instalaciones del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Ibagué a las diez (10) de la mañana. No obstante, allegó la excusa dos (2)
días hábiles después, lo cual no es de recibo.
73. En suma, si la enfermedad del apoderado del accionante constituía una causa
justificable de inasistencia debió informar de manera oportuna esta situación
84
Al respecto, puede consultarse la sentencia T-1026 de 2010.
31
por un medio expedito85, en primer lugar, a su cliente86 y, luego a la autoridad
judicial accionada en aras de poder antes de la diligencia dejar constancia de lo
sucedido, pues contó con tiempo suficiente para informar la situación por la que
estaba atravesando.
III. DECISIÓN
RESUELVE:
85
Por ejemplo a través de una llamada telefónica, un fax o un correo electrónico.
86
Se observa que el señor Arturo espinosa Giraldo tampoco asistió a la audiencia ni justificó su ausencia.
32
Segundo. Por Secretaría General de la Corte Constitucional LÍBRESE la
comunicación prevista en el artículo 36 del Decreto 2591 de 1991, para los fines
allí contemplados.
33
ACLARACIÓN DE VOTO DEL MAGISTRADO
CARLOS BERNAL PULIDO
A LA SENTENCIA T-195/19
Magistrado Ponente:
JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS
87
Corte Constitucional. Sentencia C-590 de 2005.
88
Corte Constitucional. Sentencia T-967 de 2008.
34
desierto del recurso de apelación.
En esa medida, resulta claro que el asunto resuelto por la Sala no presentaba
una clara y marcada importancia constitucional, habida consideración de que
i) se trataba de un asunto meramente legal, ii) no era evidente la relación directa
de la decisión judicial cuestionada con la presunta vulneración o amenaza del
derecho al debido proceso u otro derecho fundamental del actor y por lo tanto
iii) convertía la acción de tutela en una instancia adicional del proceso ordinario.
Fecha ut supra,
35