Carlos Brandão: Resumen
Carlos Brandão: Resumen
Carlos Brandão: Resumen
abstract | There is a wide range and diverse accumulated intellectual heritage that seeks
to decipher and interpret socio-spatial configurations. That rich scientific legacy has been
guided and developed by various currents and theoretical paradigms. Not ignoring that
legacy, this article proposes a critical and alternative approach that seeks to challenge that
important inherited knowledge with some problematizations, formulating some categories
of analysis. Such an approach, based on different analytical planes and levels of abstrac-
tion, tries to contribute to the apprehension of the various spatial dimensions of the pro-
cesses of reproduction of social life. The proposal focuses on the challenges of the theoretical
construction, and historical mediations pertinent to urban and regional studies, and which
engage in a dialogue between the Latin American historical-structural thinking, and the
social production of space of the interpretations of the North. It suggests a stimulating frame
of critical debate, enunciated from the South.
Introducción
1 A lo largo de todo ese artículo, cada vez que utilizamos la expresión “países periféricos” para
caracterizar la situación de América Latina, preferiríamos retomar una concepción más completa,
una que definiese la naturaleza simultáneamente cuádrupla de esa situación, según la formulación
más precisa de Florestan Fernandes (1972), que afirma que son en verdad “países periféricos,
subdesarrollados, dependientes e imperializados”.
Brandão | El campo de los estudios urbanos y regionales desde el Sur: anotaciones... | ©EURE 3
encontramos también un cierto diálogo más directo con la dimensión espacial, que
precisa ser valorizado y ampliado.
Ahora bien, estos dos grandes campos del pensamiento no deben ser olvidados,
necesitamos retomarlos y reactualizarlos. Debemos avanzar en el diálogo entre esas
formulaciones situadas desde el Sur, y las concepciones de producción social del
espacio elaboradas desde el Norte, buscando articular ambos campos y mirando, al
mismo tiempo, las transformaciones geopolíticas, geoeconómicas y geoculturales al
calor de la crisis del capitalismo del siglo xxi.
El legado de estos dos marcos intelectuales críticos nos enseña cómo el rescate
de la problemática de la reproducción de las clases sociales, el rol del Estado y de
los encuadramientos históricos se vuelven cruciales para el entendimiento de las
dimensiones urbanas y regionales del proceso de desarrollo desigual capitalista. De
igual manera, vale aclarar que no desconocemos los enormes desafíos que existen
para recolocar en el centro del debate de las ciencias sociales y humanas la cuestión
de las relaciones entre espacio, capital, trabajo, clases sociales y Estado.
Más allá de ese reposicionamiento necesario, es preciso construir robustas y
más definidas mediaciones históricas y teóricas que interpelen simultáneamente
las transformaciones del capitalismo contemporáneo, junto con las especificidades
de sus espacios periféricos, a fin de pensar la producción social del espacio y su
transformación.
Sería deseable en esa empresa procurar un cuadro de referencia lo suficientemente
amplio como para permitir la formulación de preguntas pertinentes sobre estos
procesos, abarcando desde los más generales hasta los más específicos, para así poder
avanzar en investigaciones empíricas específicas en los espacios urbano-regionales.
Esta propuesta, de naturaleza ensayística y exploratoria, plantea el objetivo de
ofrecer un panorama general de los desafíos teóricos y analíticos en el campo del
planeamiento regional y urbano, apuntando, muy sucintamente, las posibilidades
de una reconstrucción teórico-metodológica crítica. Esta invitación, además, debe
ser tomada como una agenda amplia, que demanda incluir a las pesquisas en curso,
para que pueda ser desarrollada y robustecida en los próximos años. En este sentido,
se intenta contribuir en el planteamiento de un esquema analítico de orden general
que pueda ser enriquecido poco a poco por posteriores estudios específicos, concretos
y empíricos. Asimismo, realizamos un mapeo general de los autores más relevantes,
aunque, de igual manera, los límites naturales de este artículo impiden profundizar
en sus contribuciones específicas. Sin embargo, consideramos importante mencio-
narlos y puntuar su existencia, junto con demarcar las líneas más importantes, las
trayectorias y las tendencias de los debates de nuestro campo de conocimiento.
El artículo está dividido en cuatro partes, además de la introducción. Primero,
presentamos una muy sintética memoria genealógica de las principales formulaciones
teóricas acerca de la organización del espacio. En seguida, discutimos sucintamente
las cuatro corrientes teóricas que estudian el espacio. Presentamos en la tercera parte
un esquema teórico, que se estructura en tres categorías de análisis, cada una de
ellas con cuatro elementos constituyentes. Estas tres categorías de análisis son: i) las
cuatro dimensiones espaciales de la división social del trabajo (interramificaciones,
interregionalidades, interurbanidades, interacciones rivales interpersonales); ii) los
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cuatro poderes transformadores del espacio social (privado, público, fuerzas contra-
hegemónicas, micropoderes); y iii) los cuatro planos o niveles de análisis (escalas
espaciales, niveles de gobierno, ámbitos y arenas de poder, prácticas espaciales de la
vida cotidiana).
Finalmente, en el cuarto y último apartado, presentamos las conclusiones.
Allí puntuamos algunos interrogantes y apuntamos una agenda para futuras
investigaciones.
Cualquier tentativa de rescatar del olvido y puntear las cuestiones clave en torno a
las reflexiones del pensamiento social que hayan conseguido establecer relaciones
entre la organización social y sus dimensiones espaciales, es muy arriesgada y cier-
tamente quien lo intente paga su precio. Sin embargo, son innúmeros los autores
y las corrientes teóricas que en los últimos doscientos años buscaron investigar el
papel del espacio en el contexto general de la estructura y de la dinámica social. Ese
patrimonio intelectual acumulado por tan largo periodo no puede ser ignorado o
despreciado cuando se busca pensar las cuestiones socioespaciales contemporáneas.
La preocupación por la dimensión espacial del proceso de desarrollo capita-
lista aparece ya en algunos de los clásicos del pensamiento social, entre los cuales
destacan las obras de Willian Petty (1623-1687), Élienne Condillac (1714-1780),
Adam Smith (1723-1790), Simonde de Sismondi (1773-1842), junto a muchos
otros. Con todo, es el libro The Isolated State, de 1826, de Johann Von Thünen
(1783-1850), el que se suele utilizar para señalar el inicio de este campo especiali-
zado del conocimiento.
En este trabajo, lamentablemente, no tenemos espacio para realizar una genea-
logía más profunda de ese rico y complejo marco de pensamiento. Sin embargo,
disponemos de amplias y profundas sistematizaciones de esa vasta literatura, por
ejemplo en Capel (1981), Castro et al. (1995), Furió (1996), Gottdiener (1997),
Méndez (1997), Lencioni (1999), Moraes (2000), Riffo (2013), Paasi et al. (2018)
y Haesbaert (2019).
Son muy variadas y amplias las contribuciones de los clásicos que formularon
o institucionalizaron en las ciencias sociales el diálogo con las problemáticas espa-
ciales. Para comenzar, empezamos por destacar, por un lado, los aportes de Paul
Vidal de la Blache (1845-1918) y Friedrich Ratzel (1844-1904); y por el otro, los
de la Escuela de Chicago. En este punto es necesario exponer que somos conscientes
de que existe una gran controversia en torno a los planteamientos de tales pioneros.
No obstante, asumimos esa responsabilidad y arriesgamos un intento de síntesis,
tal vez excesivamente concisa, como la que aquí exponemos. Sin duda, claro está,
quedarán muchas lagunas y deficiencias; de ahí que solamente se enfaticen algunos
puntos que consideramos imprescindibles para el desarrollo de las argumentaciones
más generales de este ensayo.
Los dos primeros, La Blache y Ratzel, plantearon cuestiones fundantes de la
geografía humana, como las relaciones humano-naturaleza, y el rol de la política,
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del Estado, de la región y del territorio. Son autores que son fuente de grandes
polémicas y diversas lecturas, algunas veces restrictivas y simplificadoras. Estos cien-
tíficos inclusive quedaron rotulados respectivamente como padres de las escuelas
“francesa” o “posibilista/voluntarista”, y “alemana” o “determinista”.
Paul Vidal de la Blache estructura la agenda de lo que se constituirá en las princi-
pales temáticas de las discusiones espaciales, tales como paisaje, región y población
asentada. En la concepción de este autor, los seres humanos aparecen ocupando
espacios específicos, actuando e interactuado con la naturaleza, movilizando técnicas
y tomando decisiones, envueltos en particulares contextos históricos y geográficos y
abiertos a un abanico amplio de posibilidades. De ahí la insignia de “posibilismo”,
nombre con el que quedó rotulada su obra.
Por su lado, Friedrich Ratzel llama la atención sobre las cuestiones económicas
y políticas, buscando generalidades y regularidades en formulaciones teóricas más
abstractas y especulativas que las de Vidal de la Blache. Ratzel procura investigar las
influencias de la naturaleza sobre las personas, defiende que tales influjos son ejer-
cidos de forma mediada a través de las condiciones económicas y sociales, siendo,
para él, el medioambiente el soporte material de la vida; al mismo tiempo propone
un análisis complejo y mediado por las interrelaciones entre sociedad, economía,
territorio y Estado. Sin embargo, fue infelizmente rotulado como “determinista”
(“environmentalist”). Es también uno de los principales autores que instituciona-
lizaron la ciencia geográfica y es considerado fundador de la geopolítica, con sus
discusiones sobre el territorio y el espacio vital.
Ambos investigadores contribuyeron así, con pionerismo y originalidad, en la
búsqueda de un método de análisis adecuado a la complejidad de su objeto. Tanto
La Blache como Ratzel son, además, proclives a los estudios empírico-inductivos,
basados en la observación directa. Asimismo, buscaron la descripción y la catalo-
gación, establecieron comparaciones y construyeron tipologías para sus investiga-
ciones. Tuvieron también una mirada muy avanzada de los procesos sociales en
torno a la producción y a la reproducción material de la vida, junto a una osada
línea general de pensamiento que asume la idea de libertad de acción humana para
moldar el espacio.
Por otra parte, sus propuestas también presentan muchas limitaciones, como,
por ejemplo, cuando conciben el mundo de manera no interrelacionada o no inter-
conectada; es decir, como un “paisaje” recipiente, perspectiva en la cual los objetos
se vienen a localizar atomizados, en condiciones de existencia independientes o
apartados entre sí. De forma semejante, la corriente teórica de la localización adop-
tará ese mismo enfoque, conforme veremos más adelante.
Otra línea de investigación obligatoria que debe ser recordada, aunque sea
brevemente, es la denominada Escuela de Chicago. A partir del liderazgo intelec-
tual de Robert Park, esta corriente elaboró una estructura teórica y empírica según
una perspectiva que abordaba el fenómeno urbano conceptualizándolo como una
comunidad ecológica. La ciudad era asumida como un laboratorio para la inves-
tigación de la complejidad de la vida social, a partir de la acción y del compor-
tamiento individual. Se trató de una suerte de interpretación espacializada de la
relación individuo-comunidad, generadora de un ordenamiento social según ciertos
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y reproducción social del espacio y del ambiente construido pusieron énfasis en las
relaciones sociales, en las luchas de clases y en las articulaciones entre Estado y las
distintas fracciones de capital interactuando en el espacio, como también en los
procesos a través de los cuales los sujetos sociales en pugna producen socialmente
el espacio y el ambiente construido. Es decir, el espacio es interpretado como una
construcción disputada y contradictoria, y se procura analizar y revelar los con-
flictos de intereses que lo estructuran.
En esta visión, ningún recorte espacial puede ser concebido como un ente pasivo,
fijo o como mero receptáculo, sin un contexto institucional y sin una moldura
histórica. Se trata, entonces, de reflexiones sobre los procesos de estructuración del
espacio, que es disputado entre actores, agentes y sujetos que forjan y transforman
estructuras, que crean estrategias en determinados campos espaciales y arenas de
lucha y de conflictividad.
En los últimos años podemos contar, entre los aportes más significativos, los de
Bob Jessop, Neil Brenner, Jamie Peck, Erik Swyngedouw, Georges Benko, Allen
J. Scott, Ash Amin, Michael Storper, junto con los de muchos otros autores que
elaboran y polemizan sobre el papel complejo de la dimensión espacial en el capi-
talismo contemporáneo.
Por último, mencionamos también que el pensamiento de la geografía crítica,
por cierto muy dinámico y básicamente anglosajón, prestó poca atención a las
formaciones subdesarrolladas y dependientes del sistema capitalista en su periferia.
Por lo tanto, es preciso estimular un diálogo entre los abordajes de producción
social del espacio y el pensamiento crítico histórico-estructural latinoamericano.
Después de identificar las corrientes teóricas que procuraron interpretar las cues-
tiones referidas a la dimensión espacial de los procesos sociales, sería importante
reflexionar, desde una perspectiva crítica, respecto de aquellas con las cuales se debe-
rían establecer diálogos prometedores.
Este ensayo argumenta que la primera corriente (localización) y la segunda
(neoinstitucionalismos) no presentan mayores contribuciones para los análisis de
las cuestiones de la elaboración conflictiva y relacional del espacio construido en la
sociedad capitalista. No posibilitan investigaciones sobre las relaciones sociales de
clase, intereses, poder, acción estatal, disputas y contradicciones que se producen en
el espacio, capaces de posicionar las contiendas interclases (fracciones sociales) en el
centro de sus abordajes. En cambio, la reconstrucción de las mediaciones teóricas e
históricas y la adecuada articulación entre las dos últimas interpretaciones –produc-
ción social del espacio y pensamiento crítico latinoamericano– pueden representar
una muy fructífera posibilidad de reposicionamiento teórico crítico y espacializado
desde el Sur.
Este recurso dialógico que proponemos también se justifica a partir de las dos
últimas corrientes señaladas, porque son las que presentan las mayores carencias,
conceptualizables como “enlaces ausentes” y “puentes virtuales”. Estos vacíos
pueden ser solucionados, sin embargo, en un mutuo refuerzo y articulación entre
el funcionamiento específico del capitalismo y la “organización espacial”; es decir,
construyendo o calibrando las viejas y eternas conexiones necesarias de nuestra área.
A continuación, presentamos algunos intentos que buscan identificar y
“completar” teóricamente algunos ejes de análisis, como también enlaces y puentes
frágiles o ausentes de esta agenda crítica que se mueve entre la economía política y
la geografía crítica elaboradas desde el Sur. De esta manera, volvemos a las proble-
máticas más generales, que se encuentran en un nivel de mayor abstracción, a fin de
resaltar algunos puntos fundamentales para esta construcción.
Encontramos en el presente amplias posibilidades para realizar una reconstruc-
ción teórico-metodológica crítica. Esta propuesta podría informar y estructurar las
disputas políticas hacia las acciones sociales en el ambiente construido, fortaleciendo
los movimientos contestatarios, además de colaborar en la orientación de políticas
públicas democráticas.
Enseguida, como parte de la propuesta de este artículo, presentamos el esquema
teórico contenido en la Tabla 1, donde se despliegan tres categorías –división social
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2 Con el fin de aunar criterios y resaltar la idea de lo “inter”, nos remitimos a estos cuatro conceptos
del siguiente modo: interramificaciones; interregionalidades; interurbanidades e interacciones.
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3 Hay una vasta literatura sobre interacciones rivales, prácticas espaciales de la vida cotidiana y
micropoderes en América Latina, destacando la disponible en el sitio del Consejo Latinoamericano
de Ciencias Sociales (clacso) (www.clacso.org).
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3. El plano de los ámbitos y arenas de poder: para concebir las diversas instan-
cias, ámbitos y arenas por donde se estructuran y fluyen los poderes, compren-
diendo sus agendas, sus arreglos institucionales, sus acuerdos, etcétera, ubicados
según compartimentos muy diversificados en sus naturalezas propias y lógicas
internas, examinando sus especificidades en las formaciones dependientes.
Agradecimientos
El autor agradece las lecturas atentas, provocativas y las precisas sugerencias de los
evaluadores, que aportaron mejoras substantivas a la versión previa de este artí-
culo. Estoy en deuda con Martin Scarpacci por las interlocuciones, traducción y
revisión de las distintas versiones y las discusiones de varias ideas y mejor forma de
exponerlas. El presente trabajo recibe beca de Productividad en Pesquisa (pq) del
Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Brasil (cnpq).
Referencias bibliográficas