Las Cuotas de Género y La Representación Política Femenina en México y América Latina. ANNA MARÍA FERNÁNDEZ PONCELA
Las Cuotas de Género y La Representación Política Femenina en México y América Latina. ANNA MARÍA FERNÁNDEZ PONCELA
Las Cuotas de Género y La Representación Política Femenina en México y América Latina. ANNA MARÍA FERNÁNDEZ PONCELA
El tema de las cuotas hoy en día se considera importante. En este artículo presentamos algunas
definiciones y reflexiones al respecto, toda vez que mostramos información y datos de estudios
de caso, como por ejemplo México, para ver su concepción, aplicación y resultados.
Palabras clave: cuotas, mujeres, México, América Latina.
abstract
The quotas topic today is considered important. In this text, we present some definitions and
reflections about this, every time we show information and studies case, such as Mexico, to
view their design, implementation and results.
Key words: Quotas, women, Mexico, Latin America.
Introducción
En fecha reciente Johanna Sigurdardóttir llegó a ser jefa de gobierno de su país Islandia,
lo cual se explica, entre otras cosas, como parte de un proceso de avance de las mujeres
en puestos políticos en todos los países nórdicos y de una voluntad de estrechar la brecha
de género en varios ámbitos de la vida social en esta región del planeta. Recordemos
La historia y la reflexión es larga, sin embargo, conviene iniciarla con algunas interrogantes:
¿por qué tendrían las mujeres que tener paridad?, ¿las mujeres necesitan a mujeres para que las
representen? Algunas autoras como Ann Phillips3 e Iris M.Young4 piensan que lo que se dice se
puede separar de quien lo dice. Pese a lo cual, también se considera que la paridad significaría
un cambio en la política. “La creciente presencia de mujeres traería consigo cambios sustanciales
en las instituciones, las prioridades y en la cultura política”.5
Se puede partir de una mirada a la teoría de la representación política.6 Ésta se basa
en que un representante supuestamente actúa en nombre del representado. En las
1
De entre las estrategias de acción política existen las retóricas –en el discurso–, de acción positiva
–por ejemplo la capacitación– y de discriminación positiva –las cuotas. Anna M. Fernández Poncela,
Mujeres en la élite política. Testimonio y cifras, UAM-Xochimilco, México, 1999, y La sociedad, la
política y las mujeres, Inmujeres/UAM, México, 2003.
2
“Los datos del último Índice de Disparidad entre los Géneros, publicado por el Foro Económico
Mundial, son contundentes: Islandia es el país con menor desigualdad entre hombres y mujeres
[...] 43% de los escaños parlamentarios están ocupados por mujeres”. Se considera que “detrás del
éxito nórdico hay factores históricos, culturales, un fuerte movimiento socialista, una estructura
relativamente homogénea y un desarrollo económico remarcable [...] También son países pequeños,
con un fuerte movimiento feminista que ha colocado el tema en lo más alto de la agenda nacional”.
En el parlamento Europeo hay 48% de presencia femenina y tres mujeres están en la actualidad
al frente de sus países: Islandia, Finlandia y Alemania. Inder Bugarin, “Donde la mujer también
manda”, Reforma, 6 de diciembre, México, 2009, p. 15.
3
Ann Phillips, Género y teoría democrática, PUEG/UNAM, México, 1995.
4
Iris Marion Young, “Vida política y diferencia de grupo: una crítica del ideal de ciudadanía universal”,
en Carme Castells (comp.), Perspectivas feministas en teoría política, Barcelona, Paidós, 1996.
5
Joni Lovenduski, “Cambio en la representación política de las mujeres”, en Mariagrazia Rossilli,
(coord.), Políticas de género en la Unión Europea, Narcea, Madrid, 2001, p. 120.
6
Hanna Fenichel Pitkin, El concepto de representación, Centro de Estudios Constitucionales,
Madrid, 1985.
democracias representativas los electores y electoras son representados/as por las personas
elegidas. Supuestamente estos políticos y políticas llevan las voces y miradas de los
electores/as con cargo a las cámaras, a las reformas jurídicas y las política públicas.
Entre los tipos de representación destacamos aquí la descriptiva, conformada
por grupos de representantes que son más o menos proporcionales numéricamente
a la población a la cual representan. También está la sustantiva, esto es, lo que
cualitativamente se aborda y trabaja por los y las representantes. Supuestamente lo
primero, esto es, el número va a tener incidencia en la agenda política y en la sociedad.
Si bien es cierto que no tiene por qué darse siempre ni de forma automática.
Como definición básica diremos que
Las cuotas de género, más conocidas como cuotas de participación por sexo o cuotas de
participación de mujeres, son una forma de acción positiva cuyo objetivo es garantizar la
efectiva integración de mujeres en cargos electivos de decisión de los partidos políticos
y del Estado. Es una medida de carácter compulsivo, que obliga a incorporar mujeres
en listas de candidaturas o en listas de resultados electorales, y transitorio, puesto que
supone una vigencia sujeta a la superación de los obstáculos que impiden una adecuada
representación de mujeres en los espacios de poder y representación política.7
[Por su parte] La idea central de los sistemas de cuotas es seleccionar mujeres para puestos
en las instituciones de gobierno y garantizar que éstas no queden marginadas de la vida
política o tengan una presencia meramente decorativa [...] Hoy en día, los sistemas de
cuotas buscan asegurar que las mujeres constituyan al menos una “minoría decisiva” del
30 al 40%. Las cuotas se pueden aplicar como una medida temporal, es decir, hasta que
las barreras que impiden el acceso de las mujeres a la política sean eliminadas.8
Hay toda una polémica a favor y en contra de esta medida discriminatoria, correctora
de una escasez, temporal y justificada en cada contexto social y en nuestros días.9 Si
bien es cierto que se trata de discriminación en positivo, es discriminación al fin y
al cabo, y el debate se centra en la justicia, equidad y carácter democrático de dicha
medida. Pero por otro lado, otro tanto podríamos decir sobre la no presencia o reducida
participación de las mujeres en los espacios de poder político. Por todo lo cual, llegar a
7
Line Barreiro y Clyde Soto, “Cuota de género”, 2000 [http://iidh.ed.cr 10/11/09], p. 1.
8
Drude Dahlerup, “El uso de cuotas para incrementar la representación política femenina”, en
Mujeres en el parlamento: más allá de los números, Internacional Institute for Democracy and Electoral
Asistanse [www.idea.int/publications], 2002, p. 160.
9
José García Añón, “Representación política de las mujeres y las cuotas”, en Derechos y libertades:
revista del Instituto Bartolomé de las Casas, núm. 11, Universidad Carlos III, Madrid, 2002.
una conclusión sobre el tema es poco menos que imposible, y sólo desde una posición
político ideológica o jurídica se podría arribar. Aquí nos interesan los diferentes puntos
de vista y la discusión, más que una respuesta o conclusión que por otra parte no parece
tener visos de poner punto final a la polémica en nuestros días.
A favor de las cuotas se puede argumentar grosso modo que:
10
Drude Dahlerup, “El uso de cuotas para incrementar la representación política femenina”, op.
cit.; Jacqueline Peschard, “El sistema de cuotas en América Latina. Panorama general”, en Mujeres
en el parlamento: más allá de los números, op. cit.
Para proseguir, su efectividad depende de varios factores, tales como las normas de
las propias cuotas, y observar cómo donde éstas existen y se cumplen ha tenido lugar
un aumento del número de mujeres en puestos políticos, esto es, la incidencia ha sido
cuantitativamente positiva en general, como mostraremos en su momento. En cuanto
a las normas varios son los factores a tener en cuenta:
Una disposición adicional que sirve para reforzar la eficacia de las cuotas consiste en fijar
una distribución obligatoria de las candidaturas de mujeres y sanciones precisas en caso
de incumplimiento, tales como el rechazo de parte de la autoridad electoral para registrar
las listas de candidatos presentadas.11
Luego para las candidaturas en las cuotas legislativas también cuentan los sistemas
de elección interna de los partidos políticos y la voluntad política de los mismos:
Los partidos políticos son los que controlan el acceso y el avance de las mujeres en
las estructuras de poder político. A fin de alcanzar liderazgo, la mujer debe ascender
dentro de los partidos, los cuales tienen la capacidad exclusiva de nominar a los y las
candidatas a cargos públicos. Los partidos políticos históricamente se han caracterizado
por ser estructuras sexistas que no incorporaban a sus filas a las mujeres en igualdad de
condiciones que a los varones, impidiéndoles el acceso a puestos de dirigencia.12
11
Jacqueline Peschard, “El sistema de cuotas en América Latina. Panorama general”, op. cit., p. 178.
12
Mala N. Htun, “Mujeres y poder político en Latinoamérica”, en Mujeres en el parlamento: más
allá de los números, op. cit., pp. 26-27.
13
Ibid., p. 30.
[...] cabe señalar que la efectiva aplicación de las cuotas depende también de otros
elementos, tales como la disposición de los dirigentes partidarios para abrir los espacios
de decisión y candidaturas al género femenino. En este contexto, si la decisión sobre la
ubicación de las candidatas en las listas está sujeta a la correlación de los grupos dentro
de los partidos, las cuotas sólo prosperarán cuando las mujeres hayan logrado penetrar
las estructuras de los partidos y colocarse en los niveles de mando intermedio y superior.
Es decir, cuando su presencia en las decisiones internas sea regular y significativa.16
14
Magdalena Huerta García y Eric Magar Meurs, Mujeres legisladoras en México. Avances, obstáculos,
consecuencias y propuestas, México, Inmujeres/ITAM/Friederich Ebert, 2006, pp. 275-276.
15
Manuel Antonio Garretón, “Espacio público, mundo político y participación de la mujer en Chile”,
Ponencia Seminario Participa ¿Existe la vocación política de la mujer?, Santiago de Chile, 1990.
16
Jacqueline Peschard, “El sistema de cuotas en América Latina. Panorama general”, op. cit., p. 179.
cantidad o porcentaje en candidaturas del mismo partido, a partir del supuesto de que
al aumentar lo primero también aumentaría la segunda, concluyó que esto no siempre
era así. Por ejemplo, en el caso del Partido Acción Nacional cuando hubo más mujeres
en el Comité Ejecutivo Nacional también aumentó el número de mujeres candidatas.
Sin embargo, en el Partido Revolucionario Institucional en los momentos que hubo
más mujeres en sus órganos directivos no hubo repercusión alguna en el crecimiento de
la presencia femenina en las candidaturas, ni siquiera cuando el CEN estuvo presidido
por una mujer –que fue en dos ocasiones en los últimos años. Para el Partido de la
Revolución Democrática hubo un periodo en que sí se probó la suposición y otro en el
cual se refutó, ya que antes del 2003 esto era correcto con más mujeres en el CEN que
coincidieron también más candidatas mujeres, pero a partir de 2006 esta correlación
no tuvo importancia ni significado alguno.17
Nos detenernos un momento en este punto con objeto de subrayar el papel
fundamental de los partidos, probado por autores/as y estudios para varios países como
el principal obstáculo de la participación política de las mujeres sin lugar a dudas.18
Mientras y al parecer en nuestros días la sociedad cada vez parece ser más favorable al
tema de la participación política femenina y de las mujeres en cargos políticos en las
democracias occidentales como muestran diversos ejercicios estadísticos.19 Aquí hay hoy
17
Magdalena Huerta García y Eric Magar Meurs, Mujeres legisladoras en México. Avances, obstáculos,
consecuencias y propuestas, op. cit.
18
Mala N. Htun, “Mujeres y poder político en Latinoamérica”, op. cit. Mala Htun y Mark
Jones, “Engendering the Right to Participate in Decision-Making: Electoral Quotas and Women’s
Leadership in Latin America”, en Nikki Crake and Maxine Molineux (eds.), Gender and the Politics
of Rights and Democracy in Latin America, Palgrave, Basingstoke, 2002. Jacqueline Peschard, “El
sistema de cuotas en América Latina. Panorama general”, op. cit. Richard E. Matland, “Estrategias
para ampliar la participación femenina en el Parlamento. El proceso de selección de candidatos
legislativos y los sistemas electorales”, en Mujeres en el parlamento: más allá de los números, op. cit.
IDEA, “Encuesta de opinión pública: Opinión, percepción y evaluación pública de las mujeres políticas
en Uruguay”, 2008 [www.idea.int]. Adolfo Garcés, “Mujer y política. La visión de los dirigentes
políticos”, Presentación en Power Point, Universidad de la República, Montevideo, 2008.
19
Gallup, “Latin American Women Leadership Stud”, Estudio encargado por el Banco
Interamericano de Desarrollo, en colaboración con el Diálogo Interamericano, Nueva Jersey,
Princeton, 2001. Mala N. Htun , “Mujeres y poder político en Latinoamérica”, op. cit. Jacqueline
Peschard, “El sistema de cuotas en América Latina. Panorama general”, op. cit. Anna M. Fernández
Poncela, “Las mujeres y su relación con la política”, Sociológica, núm. 66, UAM-Azcapotzalco, México,
2008. IDEA, “Encuesta de opinión pública: opinión, percepción y evaluación pública de las mujeres
políticas en Uruguay”, op. cit. Eurobarómetro 2009 [http://ec.europa.eu/public_opinion/archives/
eb_special_en.htm], 12 de julio de 2009.
una evidente contradicción entre las percepciones y deseos sociales y las prácticas de los
partidos políticos. Quizás el nudo más importante sobre el tema en la actualidad.
Las cuotas legislativas se encuentran insertas en sistemas electorales determinados,
algunos más favorables que otros a la eficacia de las mismas.
“Diversos estudios demuestran que la normativa electoral es de importancia crítica en
términos de las posibilidades de las mujeres de resultar elegidas. Los países con sistemas
de Representación Proporcional tienden a elegir a más mujeres que aquellos cuyo sistema
es mayoritario”.20 Y es que en todo el mundo:
El papel del sistema electoral es muy importante para determinar el nivel de representación
política femenina en la Unión Europea (así como a escala mundial). No es una mera
coincidencia que aquellos Estados miembros con niveles más altos de diputadas mujeres
(Suecia, Finlandia, Dinamarca y los Países Bajos) tengan todos sistema electorales
proporcionales, y que aquellos países con los niveles más bajos (Italia, Reino Unido,
Francia y Grecia) tengan sistemas proporcionales debilitados o mayoritarios.21
Parece claro también en América Latina que
El buen funcionamiento de las cuotas tiene que ver con el tipo de sistema electoral
vigente. A pesar de que los sistemas electorales no son los únicos elementos determinantes
de la disparidad en la representación política de hombres y mujeres, sí pueden ayudar
a hacer más eficaces las cuotas. Por lo general, las cuotas tienden a funcionar mejor en
sistemas de representación proporcional que en los de mayoría en los cuales solamente
hay un candidato por circunscripción. En países donde las listas de candidatos para
ocupar escaños parlamentarios son abiertas como en Perú, Ecuador, Panamá y Brasil, la
promoción de las candidaturas femeninas se deja en manos de los electores, es decir, son
los votantes quienes determinan, según sus preferencias, la colocación de los victoriosos,
y eventualmente, de las mujeres como parlamentarias. A pesar de esto, generalmente
se reproduce la cultura política dominante, es decir, se favorece a las candidaturas
masculinas. En cambio, en el resto de los países de la región la lista de candidatos es
cerrada y bloqueada, dejando a la decisión de los cuadros partidarios y de la competencia
interna la posibilidad de favorecer a las candidatas mujeres, lo que tampoco ofrece
garantía de equidad, dado el predominio tradicional de los hombres en los cuadros de
los partidos. De tal suerte, si no existe una disposición expresa para la colocación de las
candidaturas femeninas, el objetivo de las cuotas tiende a diluirse al dejarse en manos
20
Mala N. Htun , “Mujeres y poder político en Latinoamérica”, op. cit., p. 30.
21
Parlamento Europeo, “Impacto diferencial de los sistemas electorales en la representación
política femenina”, 1997 [http://www.europarl.europa.edu/workingpapers], 27 de noviembre de
2009, p. 37.
[Por lo tanto] cuanto más grande sea la magnitud del distrito, mayor es la probabilidad
de que se incluyan candidatas mujeres en las listas partidarias en la medida que hay más
bancas en juego. En consecuencia, mayores son las posibilidades de que éstas resulten
electas siempre y cuando los partidos políticos tengan un buen rendimiento electoral y
22
Jacqueline Peschard, “El sistema de cuotas en América Latina. Panorama general”, op. cit., p. 179.
23
Idem.
24
Mala N. Htun, “Mujeres y poder político en Latinoamérica”, op. cit. Mala Htun y Mark
Jones, “Engendering the Right to Participate in Decision-Making: Electoral Quotas and Women’s
Leadership in Latin America”, op. cit.
25
Richard E. Matland, “Estrategias para ampliar la participación femenina en el Parlamento. El
proceso de selección de candidatos legislativos y los sistemas electorales”, op. cit., p. 124.
26
Ibid., p. 125.
Se considera que el sistema mayoritario es injusto con las mujeres porque [...] el éxito de
un partido depende en gran medida del candidato único que seleccione. Este candidato
ha tenido que ser elegido con base en criterios muy estrictos, como parte de lo que
constituye un candidato “de éxito”; este proceso de selección ha sido criticado por el
énfasis que da a las características “masculinas”.28
En cuanto a las listas abiertas el electorado incide en la selección de la persona, se vota
por candidatos individuales. En las listas cerradas el partido ordena los candidatos/as.
Matland se pregunta:
[...] si resulta más fácil convencer al electorado que vote activamente por las mujeres de
la candidatura, o convencer a los dirigentes del partido de que incluir más mujeres en la
papeleta en puestos destacados es justo y, lo que es más importante, inteligente desde el
punto de vista estratégico.29 [...] algunos académicos argumentan que los sistemas de lista
abierta aumentan las posibilidades de que las candidatas resulten elegidas, al permitirle
al votante que elija independientemente de la posición en que sean colocadas por los
dirigentes dentro de la lista.30
27
Nélida Archenti y María Inés Tula, “Selección de candidatos y género. Análisis de las listas
partidarias en distritos subnacionales de la República Argentina en los comicios de 2007”, ponencia
Congreso SOMEE, noviembre, Salamanca, 2009, p. 4.
28
Parlamento Europeo, “Impacto diferencial de los sistemas electorales en la representación
política femenina”, op. cit., p. 34.
29
Richard E. Matland, “Estrategias para ampliar la participación femenina en el Parlamento. El
proceso de selección de candidatos legislativos y los sistemas electorales”, op. cit., p. 26.
30
Mala N. Htun , “Mujeres y poder político en Latinoamérica”, op. cit., p. 31.
considera que las listas cerradas y bloqueadas “tienen un mayor impacto positivo en la
efectividad de las cuotas de género en tanto impiden la alteración posterior del orden
de los candidatos, evitando así que se anule –en caso de existir– el mandato de posición
preestablecido por la ley de cuotas.31
Hay países con representación proporcional con listas cerradas: Argentina, Costa
Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay.
Los hay con representación proporcional con lista cerrada fraccional: Uruguay. Con
lista personalizada: Colombia. Y con lista abierta: Brasil, Chile, Ecuador, Panamá, Perú.
Y también los hay con sistema mixto de representación proporcional con lista cerrada
además de los distritos uninominales: Bolivia, México, Venezuela.32 En los últimos
tiempos se detecta cómo la representación proporcional es más favorable a la presencia
femenina en las candidaturas que la mayoría relativa por las razones ya expuestas.
[Se considera importante] el efecto positivo que tienen las leyes de cuotas para incrementar
rápidamente la representación política de las mujeres en los órganos legislativos [...] en
varios países de América Latina [...] Cabe destacar que la combinación de las cuotas
de género con distintos arreglos institucionales, tales como los sistemas electorales con
listas plurinominales y fórmulas electorales proporcionales junto con un mandato de
posición preciso contemplado por la legislación electoral, resulta determinante a la hora
de evaluar el éxito de esta acción afirmativa en aumentar cuantitativamente la presencia
de las mujeres en las legislaturas.33
31
Nélida Archenti y María Inés Tula, “Selección de candidatos y género...”, op. cit., p. 5.
32
Mala N. Htun, “Mujeres y poder político en Latinoamérica”, op. cit.
33
Nélida Archenti, y María Inés Tula, “Selección de candidatos y género...”, op. cit., pp.19-20.
34
Anna M. Fernández Poncela, “Las mujeres y su relación con la política”, op. cit.
35
Mala N. Htun, “Mujeres y poder político en Latinoamérica”, op. cit., pp. 37-38.
poder realmente hacen una diferencia en la representación de temas que son de mayor
interés para la mujer.36
36
Mayra Buvinic y Vivien Roza, “La mujer, la política y el futuro democrático de América Latina”
Informe del Banco Interamericano de Desarrollo, Departamento de Desarrollo Sostenible, Serie de
informes técnicos, Washington D.C., 2004, p. 12.
37
Marta Lamas, “Seminario del BID/PROLID Liderazgo de la mujer: teoría y práctica”, texto
mecanografiado, Cancún, agosto, 2000.
38
Mark Jones, “Legislator Gender and Legislator Policy Priorities in the Argentine Chamber of
Deputies and the United States House of Representatives”, Policy Studies Journal, núm. 25, 1997.
Mala N. Htun, “Mujeres y poder político en Latinoamérica”, op. cit.
39
Sue Thomas, How Women Legislate, Oxford University Press, Nueva York, 1994. Linda
Stevenson, “Gender Politics in the Mexican Democratisation Process: Electing Women and
Legislating Sex Crimes and Affirmative Action 1988-1997”, en Jorge Domínguez y Alejandro Poiré
(eds.), Toward Mexico’s Democratisation: Parties, Campaigns, Elections and Public Opinion, Nueva
York, Routledge, 1999.
40
Jane Mansbridge, “Should Blacks Represent Blacks and Women Represent Women? A
Contingent ‘Yes’”, The Journal of Politics, núm. 61, 1999. Ann Phillips, Género y teoría democrática,
op. cit. Joni Lovenduski, “Cambio en la representación política de las mujeres”, op. cit.
En cuanto a la breve historia de las cuotas, podemos decir que ésta se inició en los
partidos socialdemócratas en el norte de Europa, desde la década de 1970 el Partido
Socialista Noruego aprobó 40% de un sexo como mínimo y para toda instancia de
decisión política. Luego le siguieron otros partidos y gobiernos nórdicos: Dinamarca,
Suecia y Finlandia. Para finales de la década de 1990, Francia aprobó el principio de
paridad con una normativa nacional de las cuotas, esto es, listas electorales con un
hombre y una mujer de forma alternativa o lo que se ha dado en llamar el “sistema
cremallera”. En medio varios estados del mundo han puesto en práctica estas medidas
de discriminación positiva tanto en partidos, legislativos, como en otros órdenes de
gobierno. Se trata hoy de algo que parece estarse generalizando en el ámbito de las
democracias occidentales como puede leerse en los periódicos o en los medios de
comunicación que cubren el tema.
Para América Latina, entre 1991 y 2008 doce países instituyeron legislaciones con
cuotas en el legislativo, éstas van del 20 al 40%.41 Argentina fue el país pionero con
la “Ley de cupos” en 1991 que señaló 30%. En México recientemente se aumentó de
30 a 40% (2008). Se considera que la Plataforma de Acción de Beijing que apoyaba
el derecho femenino a participar en las estructuras de poder y la toma de decisiones,
y la posibilidad de adoptar acciones afirmativas para equilibrar los sexos en dichos
espacios –de hasta 50%– y que tuvo lugar en la IV Conferencia sobre la Mujer, fue un
hito importante que apoyó discursiva y legalmente el avance de las cuotas en América
Latina, entre otras cuestiones, como lo fue también el quehacer social y político de las
mujeres y grupos feministas.
Como decíamos, los países que han aplicado las cuotas han visto aumentar la
presencia y porcentaje de mujeres en los cargos de elección popular en los legislativos.
Casos notables son los de Argentina con 40% en la Cámara de Diputados y 38.9% en
el Senado y de Costa Rica con 36.8% en su legislativo. Si bien, es correcto reconocer
que países como Cuba que no tienen cuotas también presentan un alto porcentaje en
su órgano equivalente a un legislativo (43.2%).42
41
Encuentro de Mujeres Parlamentarias, “Algunos datos sobre el estado de la región en materia
de género”, 15 y 16 junio, Fondo España-PNUD, AECI, UNIFEM, Madrid, 2009.
42
[www.ipu.org], 29 de marzo de 2009. De lo cual se deriva una significativa reflexión, ya que
no siempre los países con tradiciones democráticas son favorables a las cuotas como sería el caso
de Chile y Uruguay, por ejemplo, con viejas democracias a pesar de los sobresaltos, y en donde el
tema es más que polémico.
Cuadro 1
Leyes de cuotas en América Latina
Año % Ubicac. % Mujeres
Reforma País Mín Lista Enmienda Antes Después
1991/2001* Argentina 30** Sí 1993 6 28
1997 Bolivia 25/30*** Sí 2001 11/4 12/4
1997 Brasil 30 No 7 6
1999 Colombia 30 No 2001
1996 Costa Rica 40 No 1999 14 19
1997 Ecuador 20/30 Sí 2000 4 17
2000 Honduras 30 No
1996 México 30 No 2002 14/13 17/15
1997 Panamá 30 No 8 11
1996 Paraguay 20 Sí 3/11 3/20
1997 Perú 25/30 No 2001 11 18
1997 Rep. Dominicana 25 No 2000 12 16
1991 Venezuela 30 No 2000 6 13
* Esta segunda fecha para el Senado
** Cámara de Diputados.
*** Datos Cámara de Diputados y Senado.
Fuente: reelaboración con base en los cuadros y datos de varias fuentes: Mala Htun y Mark
Jones, “Engendering the Right to Participate in Decision-Making: Electoral Quotas and Women’s
Leadership in Latin America”, op. cit.; Jacqueline Peschard, “El sistema de cuotas en América
Latina. Panorama general”, op. cit. Mayra Buvinic y Vivien Roza, “La mujer, la política y el futuro
democrático de América Latina”, op. cit.; Viginica Gumán y Claudia Moreno, “Hacia un horizonte
paritario en América Latina: representación política de las mujeres”, Documento CEPAL para la
Décima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, 6-9 agosto 2007.
45
Edurne Uriarte, “Las mujeres en las élites políticas”, en Edurne Uriarte y Arantxa Elizondo
(coords.), Mujeres en política, Ariel, Barcelona, 1997.
46
Lourdes C. Pacheco Ladrón de Guevara, “Sistema de cuotas y agendas de género en Baja California
Sur, Coahuila, Colima, Durango, Guerrero, Jalisco y Nayarit”, en Lourdes C. Pacheco Ladrón de
Guevara (coord.), Cuando la democracia nos alcance. Sistemas de cuotas y agendas de género en Baja
California Sur, Coahuila, Colima, Durango, Guerrero, Jalisco y Nayarit, Juan Pablos, México, 2007.
47
Encuentro de Mujeres Parlamentarias, “Algunos datos sobre el estado de la Región en materia
de género”, op. cit.
País Partido %
Argentina P.Justicialista 35
Unión Cívica Radical 30
Frente País Solidario 30
Bolivia MIR-ADN-PDC 30
EJE/P 10
Brasil P. del Trabajo 30
Costa Rica Liberación Nacional 40
Unión Social Cristiana 40
Chile P. Socialista 30
P. de la Democracia 40
P. Demócrata Cristiano 20
Ecuador APRE 50
P. Rodolsista 25
Izquierda Democrática 25
DP 10
El Salvador Frente Farabundo Martí 35
México PRD 50
PRI 50
Nicaragua Frente Sandinista 30
Paraguay Asociación Nacional Republicana 20
República Dominicana P. Revolucionario Dominicano 25
Uruguay P. Socialista 38
Venezuela P. Acción Democrática 30
Movimieto al Socialismo 30
Fuente: Mala N. Htun, “Mujeres y poder político en Latinoamérica”, op. cit.; UIP
citado por José Ángel Aquino, “Cuota femenina, circunscripciones electorales y listas de
candidaturas”, 2005 [www.pciudadana.com/publicaciones], 11 de marzo de 2006.
a.M. fernández Las cuotas de género y la representación política femenina...
En cuanto a México y respecto de los tres principales partidos políticos, el PAN según
sus estatutos y documentos internos promueve 50% de presencia femenina y señala la
alternancia en las listas plurinominales, sin embargo no hay una disposición obligatoria
ni cuotas, por lo que no se ha adoptado formalmente medida alguna para regular esta
declaración de intenciones. Los estatutos (2009) dicen al respecto en el “artículo 36
ter. La selección de candidatos a cargos de elección popular de carácter federal, estatal
y municipal se realizará conforme a las siguientes bases: [...] K) Se procurará la paridad
de géneros en la selección de candidatos a cargos de elección popular”.48
El PRI tiene cuota recomendada del 50% en la elección de candidaturas de mayoría
relativa –excepto si hay coalición o si se eligen en elecciones internas– en los lugares
de propietario y suplente. En representación proporcional es obligatoria la cuota y
las listas es de una de cada tres la alternancia de un sexo. Este instituto político tiene
en sus Estatutos un apartado o Sección 4 titulada “De las mujeres” donde se explaya
“Artículo 37. Los cargos de dirigencia de los comités Nacional, Estatales, del Distrito
Federal, municipales y delegacionales, no incluirán una proporción mayor al 50% de
militantes de un mismo sexo”. Asimismo, afirma:
El PRD tenía cuota primero del 20, luego del 30 que subió al 50% –en el congreso de
2007– en puestos de propiedad y suplencia, con frecuencia en las listas de representación
proporcional. Para mayoría relativa no hay cuotas. Sus estatutos dicen a la letra:
48
[www.pan.org.mx/XStatic/pan/docs/espan], 11 de noviembre de 2009.
49
[www.pri.org.mx/PriistasTrabajando/pri/documentosbasicos/estatutos.aspx], 11 de noviembre
de 2009.
garantizará, mediante acciones afirmativas, que cada género cuente con 50% de repre-
sentación. Este mismo principio se aplicará en el caso de alianzas electorales y de can-
didaturas externas.50
Cuadro 3
Cuotas en los partidos mexicanos
Partido Año Cuota
PRD 1991 20
1993 30
2007 50
PRI 2001 50
PAN (recomienda la paridad)
Cuadro 4
Presidentas partidos políticos
Por otra parte y por dar algunos datos sobre la presencia política de las mujeres en
los órganos directivos de los partidos políticos, diremos que en relación con los comités
ejecutivos nacionales en 1994 el PRI contaba con 13% de presencia femenina, el PAN
11% y el PRD 23.8%. Para 1999 el PRI tenía 16.8% de presencia femenina en dicho
órgano, el PAN 20.9% y el PRD 6.8%.51 Diez años después (2009) el PRI tiene 25%, el
50
[www.prd.org.mx/portal/documentos/estatutos.pdf ], 11 de noviembre de 2009.
51
Anna M. Fernández Poncela, Mujeres en la élite política. Testimonio y cifras, op. cit.
PAN tiene 27.5% de presencia femenina en dicho órgano y el PRD cuenta con 33.33%
de mujeres participando en su Comité Ejecutivo Nacional.52
Cuadro 5
Mujeres en comités ejecutivos partidos políticos
Partido 1990 1994 1999 2004 2009
Los partidos políticos promoverán y garantizarán en los términos del presente orde-
namiento, la igualdad de oportunidades y procurarán la paridad de género en la vida
política del país, a través de postulaciones a cargos de elección popular en el Congreso
de la Unión, tanto de mayoría relativa como de representación proporcional.
Y en el 219 inciso 1:
52
[http://anterior.prd.org.mx] [www.pan.org.mx] [www.pri.org.mx], 17 de julio de 2009.
Cuadro 6
Candidatas a puestos en el Legislativo Federal Mexicano
Candidatas Cámara de Diputados (totales) %
1991 1994 1997 2000 2003 2006 2009
MR* RP** MR RP MR RP MR RP MR RP MR RP MR RP
19.4 32.1 26.1 29.3 20.3 32.1 22.7 44 34.19 44.66 38.5 42.2 31.31 38.86
25 27 26 33 39 40 35
* Mayoría relativa.
** Representación proporcional.
Fuente: elaboración propia con base en la consulta de los listados publicados e impresos en el Diario
Oficial de la Federación, 2000, 2003 y en la página del IFE [www.ife.org.mx, op. cit.], para 2006 y 2009.
Recordar que el principio de mayoría relativa puede quedar sin vigencia la normativa del IFE de la cuota
del 40%, ya que se respeta la elección democrática interna de cada partido.
Cuadro 7
Candidatas Senado (totales) %
1991 1994 1997 2000 2006
MR MR RP MR RP MR RP
15 20 27.9 25.75 29 37.1 47.8
27 42
Fuente: elaboración propia con base en la consulta de los listados
publicados en el Diario Oficial de la Federación 2000, 2003 y en página
del IFE 2006 [www.ife.org.mx].
53
Cofipe, 2009 [www.ife.org.mx/portal/site/ifev2/COFIPE], 5 de mayo de 2009.
54
Anna M. Fernández Poncela, “Las mujeres y su relación con la política”, op. cit.
55
Consejo Ciudadano 2009 [http://consejociudadanomujeres.blogspot.com], 12 de julio de 2009. Se
debe mencionar que el PT y el PVEM tuvieron llamadas de atención por parte del órgano electoral corres-
pondiente, el IFE, para rectificar sus listas y cumplir con el Cofipe en cuanto a las cuotas de género.
Cuadro 8
Mujeres en el legislativo federal (1952-2009)
Cámara Diputados Senado
total mujeres total mujeres
Legislatura núm. núm. % núm. núm. %
1952-55 (XLII) 161 1 0.62 64 - -
1964-67 (XLVI) 210 13 6.19 64 2 3.12
1982-85 (LII) 400 46 11.5 64 6 9.37
1988-91 (LIV) 500 60 12.0 64 10 15.62
1991-94 (LV) 500 42 8.4 64 3 4.68
1994-97 (LVI) 496 70 14.11 128 16 12.5
1997-00 (LVII) 500 84 16.8 128 19 14.84
2000-03 (LVIII) 500 79 15.8 128 19 14.84
2003-06 (LIX) 500 111 22.37 128 19 14.84
2006-09 (LX) 500 106 21.2 128 22 17.18
2009-12 (LXI) 500 140* 28.0 128 22 17.18
* Son 52, esto es, 17% por el principio de mayoría relativa y 88 (44%) por
representación proporcional. Número todavía no seguro debido a las renuncias que
se están presentando, en principio son 10, y 8 de ellas son de mujeres a favor de un
hombre. Y otro caso más que se presentó recientemente, según informa la prensa.
Fuente: Anna M. Fernández Poncela, “Las mujeres y su relación con la política”,
op. cit.; información actualizada con los datos de los resultados electorales del 2009;
“Participación social y política de las mujeres en México: un estado de la cuestión”,
en Anna M. Fernández Poncela (comp.), Participación política: las mujeres en México
al final del milenio, Colmex, México, 1995; La sociedad, la política y las mujeres, op.
cit.; “Las mujeres y su relación con la política”, op. cit.
Conclusiones
Sobre las cuotas en México es posible realizar propuestas concretas: promover el 50%
en el Cofipe, un buen lugar en las listas plurinominales, elección interna de los partidos
56
Peña Molina, Blanca Olivia, “Paridad y disparidad de género. Legislación electoral, masa crítica
y sistemas de cuota en los congresos estatales de México”, ponencia Congreso SOMEE, noviembre,
Salamanca, 2009, pp. 16-17.
para mayoría relativa con reglas claras, participación en comisiones. En el caso de los
partidos se recomienda: capacitar a las mujeres, cursos de liderazgo en general, fortalecer
liderazgos de mujeres elegidas, capacitación obligatoria para hombres y mujeres de
sensibilización de género, que en los estatutos aparezca la igualdad en todos los órganos
del partido y su cumplimiento.57 Y es que, como se vio, las cuotas parecen ser condición
necesaria, pero no suficiente para la participación política femenina y su presencia en
lo más alto del organigrama político institucional.
Pero además parece importante el mejorar o perfeccionar la legislación vigente. Ya
en concreto, por ejemplo, en las elecciones del 2006 se detectó la renuncia de algunas
mujeres que tras ganar una curul fueron sustituidas por hombres. Tras las elecciones y
el rendir protesta en la Cámara de Diputados en septiembre de 2009, 10 personas, 2
hombres y 8 mujeres solicitaron licencia.58 Las mujeres serán sustituidas por los suplentes
hombres y los hombres por mujeres. Se las denominó las “Juanitas” de San Lázaro.59
Podemos concluir de manera general que las cuotas han sido y son positivas entre
otras cosas porque
[...] son actualmente el mecanismo por excelencia para promover una participación
equitativa de las mujeres y hombres en las instancias de los partidos políticos y del Estado,
a las cuales se accede por elecciones. La principal causa de ello es que ha demostrado
efectividad para el aumento de la participación femenina en cargos electivos, como no
habían tenido otras maneras de fortalecimiento de la igualdad y equidad de género
como la capacitación, la militancia política y las apelaciones a la buena voluntad o
a la conciencia de la igualdad. Su carácter de mecanismo obligatorio y transitorio ha
57
Alejandra Arroyo et al., “Hacia una alternativa para la equidad de los géneros en la práctica
política de los partidos políticos”, en María Luisa González y Patricia Rodríguez (coords.), Límites y
desigualdades en el empoderamiento de las mujeres en el PAN, PRI y PRD, UAM/UNAM/Miguel Ángel
Porrúa México, 2008.
58
Con posterioridad otra mujer dejó su puesto aduciendo problemas de salud.
59
Cuatro mujeres y dos hombres pertenecen al PVEM, dos mujeres al PRI, una al PRD y otra al PT.
Una de ellas deja la curul a su esposo, otra a su hermano, y las otras a personas con ciertas relaciones
familiares, de trabajo o amistad con líderes de sus respectivos partidos. Ya se habla de modificar la ley
en el sentido de que las suplencias sean del mismo sexo. Así las cosas, es esta una prueba de los arreglos
cupulares de los partidos políticos en detrimento de la presencia femenina en puestos políticos, pero
como se dijo, varias voces de mujeres políticas y de representantes de instituciones tales como el Inmujeres
y el IFE ya han declarado que se debe reformular o clarificar la ley para que esto no vuelva a suceder.
Guadalupe Iríazar, “Piden a mujeres no dejar curules”, Reforma, 11 de agosto, México, 2009, p. 2. Jonás
López, “Apoyan legislar cuota de género”, Reforma, 5 de septiembre, México, 2009, p. 5.
permitido por una parte hacer visible la discriminación de género, ya que generalmente
se debe demostrar esa extendida situación antes de lograr su aprobación en las leyes
electorales y estatutos partidarios. Por otra parte, exige que sus efectos sean evaluados
manteniendo de esa manera en la agenda el tema de la participación femenina”.60
Pero y también tienen, más allá de la polémica sobre el rompimiento del principio
de igualdad y de si son o no democráticas como mencionábamos en un inicio, sus
“limitaciones, entre las cuales, la más importante es que solamente garantiza cantidad
y no calidad. Justamente por ello es preciso considerar que las cuotas son necesarias
pero que solas no bastan”.61 Además se las piensa como techo máximo y no como piso
mínimo y las candidaturas no siempre redundan en la composición final de la Cámara,
como hemos visto en estas páginas.
No obstante, con sus problemas y críticas, las cuotas apuntan a un aumento de las
mujeres, en cantidad y en los temas, esto es la representación descriptiva y la sustancial.
Toda vez que a una democratización de la democracia. Porque en paralelo a la importancia
de la participación política de las mujeres y la aportación de sus miradas y experiencias,
así como, el cumplimiento de sus necesidades e intereses, está la salud y la calidad de la
democracia que no puede ser si no tiene en cuenta a ambos sexos.
Pensando en la sociedad y la política en general, las percepciones ciudadanas nada
favorables en nuestros días, el fenómeno de la subpolítica,62 la política del consumo,63
el ciudadano/a consumidor/a o el teatro de la política,64 sería bueno replantearse varias
cuestiones, entre éstas y por supuesto, la presencia y participación política femenina,
para tener una democracia, como decíamos, más justa y equitativa, representativa y
saludable.
60
Line Barreiro y Clyde Soto, “Cuota de género”, op. cit., p. 5.
61
Idem.
62
Ulrich Beck y Elisabeth Beck-Gernsheim, La individuación. El individuo institucionalizado y
sus consecuencias sociales y políticas, Paidós, Barcelona, 2003.
63
Zygmunt Bauman, Vida líquida, Paidós, Barcelona, 2006.
64
Richard Sennet, La cultura del nuevo capitalismo, Anagrama, Barcelona, 2006.
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