BORRADOR EL HUERTO J.G.

Ferreira

EL HUERTO
AFLICCIONES

¡Bienvenidos al Huerto!

Bienvenidos a este espacio ideado para tomarnos un

tiempo en secreto ante la Presencia del Padre y orar
usando como base las Sagradas Escrituras, acompañados
por ahora con el libro de Isaías, recordando ese lugar tan
particular usado en más de una ocasión por Jesús llamado
el huerto de Getsemaní, un rincón especial del Señor
ubicado en el Monte de los Olivos al otro lado del torrente
de Cedrón. Para eso estamos aquí temprano antes del
amanecer, para tener tiempo de intimidad con el Señor.

En las Escrituras el Señor nos dice: “Muchas son las

aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová”,
Salmos 34:19 y “Me gozaré y alegraré en tu misericordia,
porque has visto mi aflicción; has conocido mi alma en las
angustias”, Salmos 31:7.

Su palabra nos dice que el Señor vio y escuchó la aflicción

de Agar, de Lea, vio la aflicción y trabajo de Jacob, vio la
aflicción de José que llamó a sus dos hijos: Manasés
porque el Señor le hizo olvidar su pesar y Efraín porque
Dios le hizo fructificar en la tierra de su aflicción. Vio

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también la aflicción de su pueblo Israel bajo la opresión de

Egipto.

El conoce, ve y escucha de nuestras aflicciones, y si les

respondió, también nos responderá a nosotros, hoy
estaremos orando e intercediendo por las aflicciones.
Leamos lo dicho por el Señor en boca de Isaías en Isaías
43:1-4 que dice:

“1 Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh

Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2 Cuando
pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán.
Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. 3 Porque
yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado
por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. 4 Porque a mis ojos fuiste de gran
estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones
por tu vida”.

Y en Isaías 43:25 nos afirma:

“Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me

acordaré de tus pecados.” A lo que agregamos Isaías 48:10: “He aquí te he
purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción”.

Tiempo de oración:
1. Pongámonos al día con el Señor, aquietemos nuestra
alma y espíritu, sometamos nuestros pensamientos
bajo la poderosa mano del Señor. Aquietémonos a
pesar de todo lo que esté aconteciendo a nuestro
derredor y sometamos al Señor toda ansiedad, afán,
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angustia, temor, miedo, zozobra, congoja,

incertidumbre, preocupación, agitación, estrés,
desasosiego, toda aflicción de espíritu, del alma,
emocional, sentimental, toda aflicción que está
afectando el buen funcionamiento de nuestro cuero.
2. Te adoramos con todo nuestro corazón; Jesús, en esta
hora temprana nos postramos ante ti. Alabamos tu
nombre por tu misericordia y tu fidelidad; porque has
engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todos
nosotros. Desde el momento que abrimos nuestras
bocas para clamar a ti, respondes para fortalecer con
tu vigor nuestro ser.
3. Aun en nuestras angustias, tú nos vivificarás. Tú Señor,
cumplirás tu propósito en cada uno de nosotros; tu
misericordia, oh Dios, es para siempre, nunca dejas
solos a tus pequeños.
4. Señor, tu conoces como bien dices en tu palabra que
muchas son las aflicciones del justo, aquello que aflige
el alma, el espíritu y afecta el cuerpo, desconsuelos,
congojas y angustias, desolaciones complejas de
nuestro interior. Tú nos prometes Dios, que de todas
ellas nos librarás, para poder sentir tu gozo y alegrarnos
en tu misericordia, pues has visto nuestras aflicciones
y has conocido nuestra alma en angustia.
5. Que cosas afligen nuestro espíritu Señor, las faltas que
cometemos ante ti, nuestro pecado y transgresiones,
las manchas en nuestros ágapes. Los obstáculos que
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enfrentamos, las trampas y los engaños, pero tú Señor,

eres quien borra nuestras rebeliones por amor de ti
mismo y no te acuerdas de nuestros pecados. Tú nos
purificas, nos has escogido y nos tomas de en medio
de nuestro horno particular de aflicción a cada uno de
nosotros.
6. Tu conoces las aflicciones que sobrepasan el alma de
cada una de tus ovejas, aquellas que se producen por
los pensamientos constantes y las voces que retumban
en la mente de cada quien, pensamientos de soledad y
abandono, pensamientos perfeccionismo y
autoexigencia, voces internas en la memoria de cada
quien irracionales, catastróficos, tu ves aquellos hijos e
hijas que son desbordados en su voluntad, emociones
y sentimientos con ideas que magnifican lo negativo y
no ven lo bueno que haces.
7. Tu estas al tanto de quienes son afligidos con
pensamientos anticipatorios de mal, acompañados de
tristezas extremas, desamparados en sus mentes, con
frustración, estrés e indefensión. Aún nuestros cuerpos
son afectados por tales angustias, ahogan el alma,
afectan nuestro sistema nervioso, endocrino e
inmunológico, atacando nuestro aparato digestivo.
8. Pero aquí estamos ante ti, en este tu huerto para ser
impactados por tu presencia, tu poder y autoridad, tu
gracia y misericordia. Postrados ante ti Jesús quien por
tu palabra nos creaste, nos formaste, quita nuestros
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temores y angustias, pues tú nos has redimido, somos

tuyos, somos tuyos, somos tuyos.
9. Sea de convicción para nuestros oídos y mentes tu
palabra, que, aunque pasemos por las aguas, tú estás
con nosotros, mientras pasamos por los ríos internos,
éstos no nos anegarán porque tú estás con nosotros.
Que a pesar por el fuego en el que transitamos, éste no
nos quema ni sus llamas arderán en nosotros, ni olor a
quemado nos quedará ni olor de humo tendremos,
porque tú estás con cada una de tus pequeñas ovejas.
10. Tu Señor eres nuestro dios, nuestra firmeza y
estabilidad espiritual, emocional y física, tu fortaleces
nuestras manos y nuestras rodillas, enderezas
nuestra columna, sanas nuestra cervical y nos haces
mirar tu persona, firmes hacia adelante, sin titubear.
Pagaste con precio de sangre por nuestras vidas, y
estamos agradecidos por tu gran obra de misericordia
para con nosotros.
11. Somos todos y cada uno de gran estima ante tus ojos,
nos amas, nos amas. Ayúdanos a buscar
constantemente tu presencia en medio de las
circunstancias críticas. Te pedimos que acudas a todo
necesitado en nuestras familias, vecinos, amigos y
compañeros, en nuestros conocidos, todos aquellos
que también cabecean en sus aflicciones, que tengan
un encuentro impactante con tu Espíritu Santo, que
los rescates del hoyo profundo en que muchos han
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caído, que alumbres sus ojos para que te vean a ti al

único dador de consuelo y quien calma el alma
angustiada. No nos dejes, no nos abandones, aunque
otros se separen y se alejen de nuestra vida, no nos
desampares.
12. Tú eres nuestro Dios de salvación, tú siempre nos
recoges, nos limpias, sanas nuestras heridas, unges
nuestros corazones quebrantados. Enséñanos Dios
tu camino, y guíanos por senda de rectitud. Aunque
desmayemos, que veamos tu bondad, en ti siempre
aguardamos, imparte de tu aliento, esfuérzanos en ti,
alienta nuestro corazón, en ti esperamos.
13. Intercedemos Señor por todos esos hombres y
mujeres, niños, jóvenes, adolescentes, adultos y
ancianos que sus corazones son como pedregales
reunidos, aquellos que oyen tu palabra, pero no tienen
raíz en ti, intercedemos por todos aquellos que creen
en ti por pura emoción y no saben como afrontar la
vida en ti, aquellos que ven la aflicción causada por
mantenerse en ti, y se secan en sus propias
emociones.
14. Te pedimos por aquellas aflicciones producidas por la
manipulación, abuso, orgullo, vanagloria, prepotencia,
jactancia, altanería, vanidad, soberbia, presunción,
petulancia o aire de superioridad física, mental o y
que, espiritual. En tu nombre Señor, te pedimos que
impactes nuestra vida, sopla de tu aliento sobre
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nuestra existencia. Señor, escucha nuestra oración, y

llegue a ti nuestro clamor. No escondas de nosotros
tu rostro ante la ansiedad; inclina a cada hijo tuyo tu
oído; apresúrate a responder hoy en este huerto que
te invocamos.
15. Mira oh Dios, como muchos sienten que se disipan
como neblina sus fuerzas, se consumen como humo.
Corazones heridos, y secos de ánimo como la hierba,
sin ganas de comer. Con sus cuerpos estremecidos.
Mira a los que en esta hora se sienten solitarios
volando en sus pensamientos, en desvelos por las
noches como el búho, siendo perseguidos por sus
ansiedades y pesares. El lamento es continuo en sus
corazones, con lágrimas constantes y con espanto del
sueño, álzalos Dios, levántalos Señor.
16. Levántate Señor y ten misericordia de tus ovejas,
edifícanos Dios, muestra tu gloria, toma en cuenta la
oración de todo desvalido, no rechaces ningún ruego.
Míranos desde lo alto de tu trono, escucha nuestro
gemir, libera al oprimido, suelta al cautivo, aumenta
nuestras fuerzas en ti, esfuérzanos en tu camino, tú
Señor, que fundaste desde el principio la tierra y
cuyos cielos son obras de tus manos. A ti acudimos,
miramos tu grandeza, extendemos nuestras manos
hacia ti, alumbra nuestro entendimiento, danos
dirección, dirige nuestro camino, y nuestras
decisiones.
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17. Alzamos a ti nuestros ojos Jesús, límpianos,

purifícanos, restáuranos con tu gracia. Aviva nuestra
fe y confianza. Auméntanos la fe. Incrementa la fe en
tus hijos. Que creamos, que creamos, que creamos,
que obremos con fe y confianza. Que crezca nuestra
certeza en cuanto a lo que esperamos, que aumente
nuestra convicción de lo que no vemos. Esfuércense
nuestros ánimos, que no desmayemos, que creamos
con firmeza, danos ánimo, mucho ánimo, sopla tu
aliento en cada vida.
18. Echa fuera toda duda. Quita toda carga. Quema el
pecado y quita la culpa con tu Espíritu, limpia con tu
sangre. Límpianos desde la cabeza hasta los pies.
19. Enjuga los ojos gastados de sufrir, reaviva el espíritu
del que se ha envejecido a causa de la angustia y la
ansiedad. Aparta de la mente las voces angustiantes,
escucha Señor el llanto, oye el ruego, recibe nuestra
oración.
20. Libera la mente cautiva, desata las ligaduras de
aflicción, sean sueltas las cargas que oprimen, libera
al quebrantado de corazón, trayendo paz a su espíritu
acongojado. Rompemos todo yugo de sometimiento,
físico, mental y espiritual. Te rogamos Señor que
sanes el corazón herido, lleno de angustia, ansiedad,
intranquilidad.
21. Muéstranos tu bien, alza sobre nosotros oh Señor, la
luz de tu rostro, que tengamos paz y vivamos en ti
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confiados. Ve las necesidades aquí presentes en esta

hora. Reverdece sus vidas como los pastos en el
desierto. Trae paz para todos aquellos que han sufrido
pérdidas. Sostennos en tu mano.
22. Guárdanos en integridad que no seamos
quebrantados por lo malo. Redime oh Jesús el alma
de tus siervos, afirma nuestra confianza en ti.
Sorpréndenos con tu presencia y con tus respuestas
firmes y certeras, atiende toda necesidad puesta ante
ti en este clamor.
23. Del hoyo has rescatado nuestra vida, evitaste que
nuestros pies resbalasen. Nos libraste de las redes de
maldad, rompiste nuestros yugos, cortaste las cargas
pesadas de nuestros lomos, soltaste nuestras cargas,
pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste a
abundancia. Por eso y mucho más te adoramos,
alzamos a ti nuestra voz, pues nos alzaste sobre la
angustia. A ti clamamos con nuestra boca, te
exaltamos con nuestra lengua.
24. Mete tu mano en cada una de estas situaciones, mete
tu mano en la historia de cada persona de cada
individuo, de cada nombre pronunciado, para que
todos vean y conozcan, adviertan y entiendan que es
tu mano oh Señor, la que atiende necesidades y
resuelve situaciones, tú el Santo, el autor de la vida y
el dador de todo consuelo.

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25. Señor atiende al que te pide en esta hora del

amanecer, dale conforme a tu gracia y bondad, al que
busca que encuentre lo que necesita Señor, y al que
llama invocando tu nombre ábrele grande y espaciosa
ventana del cielo.
26. Todos nosotros que a esta hora nos postramos en tu
presencia Jesús, te estamos agradecidos por el
privilegio de estar juntos a la distancia, agradecidos
por tu provisión, por todo lo que pones en nuestras
manos y mesa, por la salud y la vida que nos otorgas,
te agradecemos por la libertad de disfrutar todo esto,
por cada promesa cumplida en nosotros, por cada
bendición recibida.
27. Te ruego Señor que seas como un oasis para cada
uno de nosotros, Señor cuida de tu rebaño porque
somos pueblo tuyo y ovejas de tu prado. Cuida a las
débiles, obra por tu Espíritu Santo en cada corazón,
trae compromiso sincero a cada uno de estar en tu
presencia todos los días buscando tu rostro por medio
de la oración, trae pasión por tu palabra a cada uno,
en el nombre de Jesucristo te lo pedimos para tu gloria
y honra. Gracias Señor, porque tu oyes la oración de
los que te buscan y con tremendas cosas nos
responderás en tu justicia Dios de nuestra Salvación.
28. Transfórmanos Dios, que evidenciemos tu fruto de
amor, tu gozo, paz y paciencia, sea sobre nuestra vida
y nuestro corazón el mover de tu presencia con
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benignidad, bondad, mansedumbre, templanza y

fidelidad.
29. Muchas son las dificultades y retos que se asoman en
la ventana de nuestra vida, muchos sentimientos
grises que emergen desde las aflicciones y cuestan
ser contenidas. Sea tu fuerza y apoyo, ilumina cada
rincón del pensamiento, la razón y la mente, da
claridad para toda acción y combatir los momentos
difíciles.
30. Tu Señor eres quien todo lo puede, eres el Señor de
las bendiciones y ninguna situación, por muy
complicada que sea, se escapa de tu control.
Cualquier cosa es posible para ti, aún los imposibles
del ser humano. Nada se te resiste y nada es
demasiado complejo y dificil que tu no puedas
resolver. En ti confiamos que nos llevarás a cada uno
a buen puerto seguro.

El Señor te bendiga y te guarde y extienda su amor sobre

ti, te muestre su favor, te mire con agrado y te de paz.

Dios mediante, nos volvemos a ver este viernes a las

5:00am en El Huerto estaremos orando por los presentes.

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