El Envejecimiento Saludable

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1.

Envejecimiento y dependencia
Según la forma en la cual se lleve a cabo la vejez, va a repercutir en nuestra calidad de vida
de forma positiva o negativa. Una buena capacidad funcional constituye un alto nivel de
autonomía personal e independencia, lo cual favorece la calidad de vida.
En países occidentales existe una falta de competencia para realizar las actividades de la
vida diaria en los adultos mayores, esto desencadena en que los adultos mayores necesiten
ayuda domiciliaria y que sean institucionalizados. Esta última no es más que un fiel reflejo de
la existencia de un desequilibrio entre la falta de capacidad funcional del individuo y los recursos,
fundamentalmente sociales, disponibles en su entorno (Hébert, 1997)
Según diversos estudios realizados se ha logrado evidenciar una baja en base a las capacidades
funcionales del adulto mayor, todo esto evaluado a través del desempeño en actividades de la vida
diaria, el cual se ve afectado con el paso de la edad. Investigaciones realizadas nos dicen que este
problema afecta a casi el 12% de la población canadiense de 75 o más años de edad.
En Zaragoza se analizaron los niveles de autonomía personal y los resultados arrojaron que la
prevalencia de la dependencia en los adultos mayores rondaba el 40%, en donde los adultos
mayores de 85 años de edad presentaban mayor dependencia. Además, fue comprobado que las
mujeres doblaban el porcentaje de los hombres.
Es por esto que es conveniente tener en cuenta que la edad avanzada suele estar asociada a un alto
riesgo de enfermedades y discapacidad, no obstante, un mal estado de salud no debería ser una
consecuencia inevitable del envejecimiento.
La Encuesta sobre Condiciones de Vida de los Mayores (ECVM), realizada por el IMSERSO en
2004, nos dice que la incidencia máxima de la discapacidad se produce entre los 70 y 74 años,
mientras que la dependencia suele aparecer una década más tarde. Los resultados obtenidos en este
estudio no necesariamente deben ser siempre así, ya que la incidencia entre hombres y mujeres es
distinta.

2. El envejecimiento saludable
Un envejecimiento satisfactorio es caracterizado por la capacidad de funcionar con
autonomía en un contexto determinado. La persona mayor se considera sana siempre que
sea social y que se mantenga como una persona activa en diferentes ámbitos. Aun en el
caso de padecer una enfermedad crónica.
Un envejecimiento satisfactorio debe incluir un envejecimiento saludable. Los problemas de salud
no siempre deben ser un obstáculo determinante para una percepción de calidad de vida elevada
Pero si es posible tener consecuencias ligadas a ellos, por ejemplo, las restricciones en la movilidad,
la forma de llevar las relaciones sociales y las oportunidades que el entorno nos presenta en base al
ocio y tiempo libre. Son los trastornos funcionales los que ocasionan percepciones negativas sobre
su estado de salud.
Apoyado en el concepto de capacidad funcional, este trasciende al de la salud. La relevancia de
este concepto toma medida a trasvés del tiempo, cuando comienza a aumentar el número de
personas mayores y discapacitados. Este concepto fue ratificado por la OMS, la cual lo desarrolla
desde una base científica para su medición.
Las actividades de la vida diaria y variables psicológicas en el adulto mayor fueron claves. Cuando
hablamos de capacidad funcional podemos decir que se caracteriza por ser la capacidad para llevar
a cabo las actividades para su bienestar y autonomía. La competencia funcional se caracteriza por
ser el grado de facilidad con el que una persona piensa, siente y se comporta con su entorno. De
igual manera la salud funcional se relaciona con el nivel en que una persona se mantiene a sí
misma, la calidad de vida y su papel en la sociedad.
Podemos decir que la capacidad funcional es vital para la calidad de vida en la sociedad, una buena
calidad de vida nos invita a participar en las actividades de la sociedad y nos permite hacerlo de
forma activa, lo cual es enriquecedor para nuestra salud. La autonomía y la independencia son la
clave para un bienestar en el adulto mayor.
Finalmente, podemos decir que el envejecimiento con una buena calidad de vida no solo depende de
las enfermedades, sino que en el cómo llevamos nuestra vida y cómo influye el contexto en
nosotros mismos. Para un envejecimiento saludable es necesario desarrollar estilos de vida que
permitan desarrollar el bienestar de las personas.
Para este envejecimiento saludable es fundamental desarrollar estilos de vida saludables que
permitan la mejora de las condiciones de vida y el bienestar de las personas.

3. Los estilos de vida


Cuando hablamos de estilos de vida, estos son un conjunto de comportamiento que llevan a
cabo las personas en su vida diaria, los cuales tienen directa relación con un concepto
sociocultural muy amplio, e donde podemos incluir comportamientos, actitudes o filosofías
de vida. Esta relación sociocultural se traduce a nuestra forma de vivir y actuar en la
sociedad.
Pero no todo tiene que ver con las demás personas, sino que también abarca factores
individuales y el sistema ecológico.
El estilo de vida que mantenga una persona tendrá un impacto directo en la calidad de vida
que posea. Aquellos estilos asociados a la inactividad y/o el pensamiento negativo son el
camino directo a una baja calidad de vida. Desde esta perspectiva podemos decir que el
estilo de vida determina nuestra calidad de vida, aunque lo queramos o no.
Podemos decir que los estilos de vida están en relación con el bienestar subjetivo y con los
niveles de calidad de vida auto percibida.
En base a la búsqueda de un envejecimiento saludable, son muy importantes las estrategias
de salud, ya que estas van a permitir una mejor calidad de vida y bienestar en las personas.
La promoción de la salud tiene como objetivos generales los siguientes:
- Promover la salud general.
- Promover el bienestar
- Mantener un comportamiento saludable.
La promoción de salud debe trabajarse dentro de la educación para la salud, esta se apoya en la
globalidad dinámica de bienestar físico, psicológico y social. Una visión biopsicosocial para generar
estilos de vida saludables.

4. La actividad física
La actividad física es definida como una gama amplia de actividades y movimientos que incluyen
actividades de la vida diaria, tales como caminar, jardinería, tareas domésticas, etc. Lo cual incluye
el ejercicio físico, el cual se define como una actividad regular que sigue un patrón especifico, el
cual lograr resultados deseables en base a un mejor nivel de salud.
En consecuencia, si actuamos por el contrario y llevamos un estilo de vida sedentario será un factor
de riesgo de mala salud, reduciendo además nuestra capacidad funcional, lo cual aumentará nuestro
grado de independencia, reduciendo nuestra autonomía.
Al contrario de lo mencionado anteriormente, el ejercicio físico tengo un impacto positivo en
nuestro organismo, ayuda a mejorar la resistencia, velocidad de la marcha, el equilibrio, nuestra
fuerza y coordinación, entre otros. Además, reduce las probabilidades de contraer peso, regula la
presión sanguínea y reduce el riesgo de padecer enfermedades.
Los estudios de gerontología han puesto relieve en que la actividad y el ejercicio físico favorecen y
mejoran la capacidad funcional, la salud física y mental.
Si bien la mayoría de las investigaciones realizadas se centran en los cambios fisiológicos que
experimenta el cuerpo humano al tener actividad física, también existen estudios que demuestran el
impacto a nivel mental, dejando en evidencia el bienestar que trae a la persona y la mejora de la
autoestima. El ejercicio físico trae consigo una mayor distención psicológica y un bienestar
generado dentro de la práctica, esto se relaciona con una percepción positiva de la autoeficacia.
Los estados subjetivos se logran evidenciar a lo largo del desarrollo de la actividad física y posterior
a esta, estos estados se relacionan con la adecuación de la actividad propia y del bienestar
conseguido.
Hay que destacar que la actividad física no solo tiene impactos a nivel muscular y de salud mental,
sino que también trae consigo beneficios en base a la memoria, la atención y el razonamiento.
4.1. ¿Qué tipo de actividad física?
En relación a la actividad física las recomendaciones son las siguientes:
- Todas las personas, independientemente de su edad y estado de salud, deben tener la
oportunidad de participar en actividades físicas.
- La actividad física debe adaptarse a las capacidades y condiciones de cada
individuo.
- La actividad física debe ser acompañada con una buena nutrición e hidratación para
un desarrollo satisfactorio.

Cualquier forma de ejercicio físico es apropiada para todas las edades, pero esta no debe ser
excesiva en términos de carga de tensión general o local. La edad no significa un obstáculo.
La actividad física siempre será beneficiosa para los adultos mayores, aumentando su
calidad de vida. La actividad física necesita cubrir las necesidades de la persona en el
momento que las realiza, destacando sus beneficios y en como los aporta. El objetivo de la
actividad física es generar estilos de vida más saludables.
Las actividades de resistencia buscan aumentar la frecuencia cardiaca y respiratoria. La
práctica de estas actividades ayuda a prevenir enfermedades, mejorando la salud del
corazón y la capacidad respiratorio. Se recomienda practicar estas actividades 30 minutos al
día. Algunas de ella pueden ser, caminar, correr, nadar, andar en bicicleta. Se recomienda
realizar un calentamiento previo y estirar los músculos al finalizar.
Las actividades de fortalecimiento buscan aumentar el desarrollo de los músculos y los
huesos para una mejor calidad de vida. Se recomienda que sean realizadas dos veces por
semana. Se deben desarrollar en la medida de lo posible y buscar un equilibrio entre esta
actividad y las demás actividades de la vida diaria. Es necesario practicarlo en ambientes
seguros para prevenir accidentes.
Desde la coordinación/lateralidad:
- Hay que entrenar desde los movimientos en espiral y diagonal básicos
- Es necesaria la coordinación para movimientos en cadena y repetitivos.
- No se debe forzar ante movimientos que generen dolor.
- Se debe tener cuidado con la posición de los miembros del cuerpo para no tener
mareos.
- Se debe practicar de forma lenta y controlada.
Desde la flexibilidad (estiramiento):
- Son actividades que mejoran la flexibilidad del cuerpo, tales como flexiones y
extensiones.
- Se recomienda realizarlas al menos 3 días a la semana.
- Se deben realizar los movimientos con lentitud.
- Realizar estiramiento con moderación.

5. Dieta y alimentación
Entre los principios básicos de la alimentación, podemos encontrar los siguientes:
- Comer de todo: Dieta variada y equilibrada
- Beber agua en abundancia: necesaria para la hidratación y buena salud.
- Dosificar la ingesta de alimentos: Ayuda a prevenir el sobrepeso y enfermedades.

Recomendación de nutrición de que realiza la SEEN (Sociedad Española de


Endocrinología y Nutrición) para prevenir la obesidad, sobrepeso y favorecer la salud
en los adultos mayores:
1) No saltarse los horarios de comida: Los adultos mayores comienzan a omitir
comidas principales cambiándolas por alguna infusión, esto puede traer desnutrición
y mala salud.
2) Comer con moderación y variedad: Es necesario comer de todo un poco y no solo
de un tipo de alimento.
3) Comer poca grasa y de buena calidad: reemplazar los lácteos enteros por lácteos
desnatados, seleccionar carnes con menor contenido graso, comer con frecuencia
pescado de todas las variedades, limitar el consumo de grasas saturadas.
4) Consumir abundantes líquidos, frutas y verduras para evitar el estreñimiento.
5) Evitar el azúcar si se padece de diabetes o se mantienen problemas de glucosa.
6) Consumir sal con moderación
7) Siempre que no esté contraindicado se puede consumir un vaso de vino o cerveza.
8) Realizar actividad física constantemente.

A continuación, se señalan diferentes factores que influyen en la nutrición del adulto


mayor:
- Una menor sensibilidad a los estímulos de los sentidos (vista, gusto, olfato).
- Presencia de dificultades en la masticación y salivación.
- Digestiones más pesadas. Estreñimiento más frecuente.
- Dificultades físicas y económicas para conseguir alimentos.
- Ignorancia y hábitos dietéticos deficientes.
- Mayor frecuencia de enfermedades y de ingesta de medicamentos.
- Soledad e institucionalización.
- Dietas monótonas por regímenes dietéticos.
- Hábitos dietéticos muy arraigados.
Algunos consejos prácticos que pueden ser útiles en relación con la alimentación de las
personas mayores son los siguientes:
- Realizar cuatro o cinco comidas al día.
- Es mejor preparar los alimentos hervidos, a la plancha o asados.
- Presentar los platos de forma atractiva.
- Cortar las ensaladas en porciones pequeñas.
- Consumir frutas con pulpa blanda.
- Consumir productos lácteos de forma abundante.
- Comer en compañía hará que la hora de la comida sea más agradable

6. El uso de medicamentos
Cuando s envejece el organismo sufre cambios que modifican su fisiología y los fármacos
influyen de forma diferente cuando se tiene una edad avanzada. Esto ocurre ya que, debido
a los cambios en el organismo, ocurre una disminución del agua y aumenta la grasa
corporal.
El riñón de una persona de edad avanzada se modifica de tal forma que la eliminación renal
se vuelve más lenta por lo lo cual los medicamentos duran más tiempo del debido en el
cuerpo, este puede ser motivo de intoxicación principal en adultos mayores.
El hígado es el órgano donde se metabolizan las sustancias exógenas y los medicamentos.
Al pasar el tiempo existe un déficit de enzimas en el hígado, dado que el flujo hepático es
menos los medicamentos se eliminan más lentamente.
En el caso de sufrir una carencia grave de proteínas, la acción de los medicamentos será
más intensa, lo cual afectará a la vida de la persona de forma negativa.
Las personas de edad avanzada suelen sufrir muchas enfermedades, es por esto que reciben
medicamentos diferentes de forma progresiva. En estos casos existe un riesgo de aparición
no deseada de los principios activos de los fármacos. La persona mayor está expuesta a un
mayor riesgo de interacciones toxicas a causa de esto.

Es por esto que en la administración de los medicamentos prescritos es preciso seguir


una serie de recomendaciones:

- Seguir las indicaciones que figuran en el prospecto del medicamento y/o las
indicadas por el especialista (dosis, conservación, contraindicaciones, etc.).
- Acostumbrarse a tomar la medicación a la misma hora cada día, la dosis
indicada y la frecuencia de tomas marcada.
- No permitir que otras personas tomen la medicación del mismo envase,
aunque sea el mismo medicamento.
- Si la medicación es líquida, se utilizará la cuchara que trae el envase o, en
su defecto, la medida indicada en él.
- Comprobar siempre antes de empezar a tomar la medicación la fecha de
caducidad del envase.
- Conocer sus características de conservación (temperatura ambiente,
humedad, nevera...).
- Conocer el nombre del medicamento y para qué sirve.
- Respetar las indicaciones y precauciones generales a adoptar, como no
conducir, no ingerir alcohol, no tomar el sol, etc.
- Saber si la medicación puede producir efectos secundarios como mareos,
vértigos, somnolencias....

Los 5 criterios “fundamentales” que deben cumplirse en la administración de


un fármaco son los siguientes:
- Comprobar que el fármaco es el indicado.
- Comprobar que la dosis es la prescrita.
- Que se administra en el momento que corresponde.
- Que se administra por la vía correcta.
- Que se administra a la persona correcta.

Previamente a la administración de la medicación por vía oral es necesario:


- Comprobar que la persona tiene capacidad para tragar.
- Verificar el nombre de la persona y de la medicación a tomar para
comprobar que son correctos.
- Comunicar al paciente el fármaco que se le va a administrar y para qué se
ha prescrito, siempre que esto no esté desaconsejado. Informar siempre a la
persona cuando se produzcan cambios en la medicación que ha de tomar, la
dosis, la forma terapéutica, etc.
- Animar al paciente a que comunique cualquier cambio en su estado tras la
administración del fármaco.
- Se debe colocar a la persona sentada o en decúbito lateral, si tiene que
permanecer tumbada.
- Las medicinas tienen que estar guardadas en lugar seguro, fuera del
alcance de los niños y de los adultos y personas mayores que no tengan
control de sus actos.
- Todos los medicamentos tienen una fecha de caducidad en su envase, que
ha de ser clara y legible.

Hay dos tipos de interacciones farmacológicas:


- Favorables para el paciente
- Desfavorables para el paciente. (Efectos indeseados de los fármacos).
Se debe tener un especial cuidado con la interacción entre el alcohol y los fármacos, ya que
este puede actuar aumentando o disminuyendo el efecto de estos, alterando su
funcionamiento de forma negativa. Los medicamentos que son somníferos y de sedación
son los que presentan mayor alteración siendo expuestos al alcohol, lo cual puede llevar
incluso a un estado de coma.
Otro problema que se podría generar con el consumo de fármacos son los efectos
secundarios, que estos efectos existan no quiere decir que esté presente en todas las
personas. Algunos pacientes pueden presentar reacciones alérgicas que se pueden
manifestar de forma leve o de forma grave, para este último caso se necesita atención
médica inmediata. Estas reacciones son imprevisibles, pero cuando se producen vuelven a
ocurrir si se reitera el consumo del medicamento.
El Instituto para el Uso Seguro de Medicamentos (ISMP) y la Organización de
Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un díptico que recoge pautas de
conducta y la prevención en errores de medicación:
- Guardar los medicamentos en los envases originales.
- No auto medicarse.
- Asegurarse de que se toma el medicamento correcto.
- Tomar los medicamentos líquidos con la cuchara o dosificador incluidos en
el envase.
- No conservar medicinas en la cocina, baño o lugares expuestos a la luz.
Es imprescindible cuidar los horarios de la toma de medicamentos, si nos olvidamos de
tomarlos no podemos ingerirlos cuando queramos, deberemos esperar a la siguiente toma.
Tampoco se debe tomar dosis dobles. Tomar los medicamentos de forma incorrecta puede
causar problemas graves, incluso hasta la muerte.

El consumo de alcohol y el tabaco es un problema de salud pobremente reconocido en


el adulto mayor, destacan dos grupos relacionados:
- Trastornos por consumo de sustancias.
- Trastornos inducidos por sustancias.
Debemos tener en cuenta que distinguir entre la dependencia de la sustancia y el abuso es
algo bastante complejo. Esto se relaciona con la importancia que se le da al consumo de
sustancias en relación a la mortalidad o el empeoramiento de enfermedades crónicas. Por
esta razón es muy importante incidir en el propio tratamiento del individuo.
La prevalencia del consumo de alcohol y el abuso se relaciona con el deterioro cognitivo,
por lo cual se considera un factor de riesgo. Además, causa enfermedades como la cirrosis
y determinados tipos de cáncer.
Cuando hablamos de tabaco tenemos que tener en cuenta que este es muy nocivo para el
organismo y genera dependencia, ya que este contiene sustancias nocivas para la salud.
Esta droga es la causa principal de muertes en el mundo, pero aun así su venta sigue
expandiéndose de forma legal en todos los países del mundo.

En base a lo anterior podemos decir que:


En relación con el tabaco:
Riesgos asociados:
- La muerte.
- Cáncer de Pulmón.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
- Enfermedad cardiovascular.
Recomendaciones:
- No fumar.
- Asistir al médico de cabecera.
- En caso de fumar, reducir el consumo diario.
- Emplear el cigarrillo eléctrico, con el objetivo de engañar al “organismo”.
- Mantener la boca ocupada (Por ejemplo: Masticando chicle)
- Practicar deporte día a día, en función de nuestras posibilidades.

En relación con el alcohol:


Riesgos asociados:
- La muerte.
- Cáncer de hígado.
- Coma etílico.
- Situaciones peligrosas.
- Problemas en las relaciones sociales.
- Aumento o disminución considerable del peso.

Recomendaciones:
- No consumir bebidas alcohólicas.
- Asistir al médico de cabecera.
- Asistir a un grupo de Alcohólicos Anónimos.
- Reducir el consumo diario.
- Reducir el tipo de bebidas alcohólicas.

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