Qué Son Las Complicaciones en El Embarazo
Qué Son Las Complicaciones en El Embarazo
Qué Son Las Complicaciones en El Embarazo
Las complicaciones durante el embarazo son aquellos problemas de salud que suceden durante la etapa de
gestación, ya afecten a la madre i/o al bebé. Pueden ser causadas debido a una enfermedad previa de la
embarazada que haya empeorado debido a su estado o aparecer a causa de este.
Pueden afectar la salud de la madre, del bebé, o ambas. Algunas mujeres padecen problemas de salud antes
de quedar embarazadas, lo cual puede desencadenar complicaciones. Otros problemas surgen durante el
embarazo. Más allá de que una complicación sea común o extraña, siempre hay maneras de lidiar con los
problemas que se presentan durante el embarazo.
Preeclampsia
Es la presión arterial alta y signos de daño hepático o renal que ocurren en las mujeres después de la semana
20 de embarazo. Si bien es poco frecuente, la preeclampsia también se puede presentar en una mujer después
de dar a luz a su bebé, casi siempre dentro de las siguientes 48 horas. Esto se denomina preeclampsia
posparto.
Causas
La causa exacta de la preeclampsia se desconoce. Se presenta en alrededor de 3% a 7% de todos los
embarazos. Se piensa que la afección empieza en la placenta. Los factores que pueden llevar a que se
desarrolle preeclampsia incluyen:
Trastornos autoinmunitarios
Problemas vasculares
Su dieta
Sus genes
Primer embarazo
Antecedentes de preeclampsia
Obesidad
Ser afroamericana
Síntomas
Con frecuencia, una mujer que tiene preeclampsia no se siente enferma.
Nota: se considera normal que se presente algo de hinchazón en los pies y los tobillos durante el embarazo.
Dolor abdominal en el lado derecho, debajo de las costillas. El dolor también se puede sentir en el hombro
derecho y se puede confundir con acidez gástrica, dolor en la vesícula biliar, un virus estomacal o patadas del
bebé.
No orinar con mucha frecuencia.
Cambios en la visión, incluso pérdida temporal de la visión, ver puntos o luces centelleantes, sensibilidad a la
luz y visión borrosa.
Pruebas y exámenes
El proveedor de atención médica realizará un examen físico. Este puede mostrar:
Aumento de peso
Los resultados de un ultrasonido del embarazo, una cardiotocografía en reposo y otros exámenes ayudarán al
proveedor a decidir si es necesario hacer nacer al bebé de inmediato.
Las mujeres que comenzaron su embarazo con una presión arterial baja y luego presentaron una elevación
significativa de la presión arterial necesitan vigilancia cuidadosa en busca de otros signos de preeclampsia.
Tratamiento
La preeclampsia a menudo se cura después de que el bebé nace y sale la placenta. Sin embargo, puede
persistir o incluso empezar después del parto.
Casi siempre, a las 37 semanas su bebé está suficientemente desarrollado para nacer saludable.
Como resultado, el proveedor probablemente querrá que el bebé nazca para que la preeclampsia no
empeore. Se le pueden dar medicamentos para ayudar a inducir el parto o puede necesitar una cesárea.
Si el bebé no está totalmente desarrollado y usted tiene preeclampsia leve, la enfermedad a menudo
puede manejarse en casa hasta que su bebé haya madurado. El proveedor recomendará:
Visitas frecuentes al médico para verificar que usted y su bebé estén evolucionando bien.
La gravedad de la preeclampsia puede cambiar rápidamente, de manera que necesitará un seguimiento muy
cuidadoso.
Algunas veces, una mujer embarazada con preeclampsia es hospitalizada. Esto permite que el equipo de
atención médica vigile al bebé y a la madre más de cerca.
Inyecciones de esteroides para embarazos de menos de 34 semanas de gestación para ayudar a acelerar el
desarrollo de los pulmones del bebé
Usted y su proveedor continuarán hablando sobre el momento más seguro para dar a luz al bebé,
considerando:
La gravedad de la preeclampsia. Esta enfermedad tiene muchas complicaciones graves que pueden causarle
daño a la madre.
Exámenes que muestran que el bebé no está creciendo bien o no está recibiendo suficiente sangre y oxígeno.
El valor inferior de su presión arterial está por encima de 110 mm Hg o es mayor a 100 mm Hg de forma
constante durante un período de más de 24 horas.
Bajo gasto urinario, mucha proteína en la orina y otros signos de que los riñones no están funcionando
correctamente.
Expectativas (pronóstico)
Los signos y síntomas de preeclampsia casi siempre desaparecen 6 semanas después del parto. Sin embargo,
algunas veces, la presión arterial alta empeora en los primeros días posteriores al parto. Usted todavía está en
riesgo para preeclampsia hasta 6 semanas después del parto. Esta preeclampsia posparto involucra un riesgo
mayor de muerte. Si nota alguno de los síntomas de preeclampsia, comuníquese con su proveedor de
atención médica de inmediato.
Si usted ha tenido preeclampsia, es más propensa a desarrollarla de nuevo en otro embarazo. En la mayoría de
los casos, no será tan grave como la primera vez.
Si usted tiene presión arterial alta durante más de un embarazo, es más propensa a padecerla cuando
envejezca.
Posibles complicaciones
Las complicaciones graves inmediatas, si bien poco comunes, para la madre pueden incluir:
Problemas de sangrado
Convulsiones (eclampsia)
Accidente cerebrovascular
Muerte (pocas veces)
Tener antecedentes de preeclampsia hace que una mujer tenga un mayor riesgo de desarrollar problemas en
el futuro como los siguientes:
Enfermedades cardíacas
Diabetes
Enfermedades renales
Eclampsia
Es el comienzo de convulsiones o coma en una mujer embarazada con preeclampsia. Estas convulsiones no
están relacionadas con una afección cerebral existente.
Causas
La causa exacta de la eclampsia no es conocida. Los factores que pueden influir incluyen:
Problemas vasculares
Factores cerebrales y del sistema nervioso (neurológicos)
Dieta
Genes
La eclampsia se presenta después de una afección llamada preeclampsia. Esta es una complicación del
embarazo en la cual una mujer presenta presión arterial alta y otras afecciones.
La mayoría de las mujeres con preeclampsia no siguen teniendo convulsiones. Es difícil predecir cuáles
mujeres sí las tendrán. Las mujeres con alto riesgo de sufrir convulsiones con frecuencia padecen
preeclampsia grave con signos y síntomas como:
Exámenes sanguíneos anormales
Dolores de cabeza
Presión arterial muy alta
Cambios en la visión
Dolor abdominal
Sus probabilidades de presentar preeclampsia aumentan cuando:
Usted tiene 35 años o más.
Es afroamericana.
Este es su primer embarazo.
Tiene diabetes, presión arterial alta o enfermedad renal.
Va a tener más de 1 bebé (como gemelos o trillizos).
Usted es adolescente.
Usted tiene obesidad
Tiene un historial familiar de preeclampsia
Tiene trastornos del sistema inmunitario
Se ha sometido a una fertilización invitro
Síntomas
Los síntomas de la eclampsia incluyen:
Convulsiones
Agitación intensa
Pérdida del conocimiento
La mayoría de las mujeres tendrá estos síntomas de preeclampsia antes de tener convulsiones:
Dolores de cabeza
Náuseas y vómitos
Dolor de estómago
Hinchazón de las manos y la cara
Problemas de visión, tales como pérdida de la visión, visión borrosa, visión doble o puntos ciegos en el campo
visual
Pruebas y exámenes
El proveedor de atención médica llevará a cabo un examen físico para buscar las causas de las convulsiones. Se
verificarán regularmente su presión arterial y frecuencia respiratoria.
Se pueden realizar exámenes de sangre y orina para verificar:
Factores de coagulación sanguínea
Creatinina
Hematocrito
Ácido úrico
Función hepática
Conteo de plaquetas
Proteína en orina
Nivel de hemoglobina
Tratamiento
Dar a luz al bebé es el principal tratamiento para evitar que la preeclampsia grave progrese a
eclampsia. Permitir que el embarazo continúe puede ser peligroso tanto para usted como para el bebé.
Le pueden suministrar medicamentos para prevenir las convulsiones. Estos medicamentos se denominan
anticonvulsivos.
Su proveedor puede darle medicamentos para disminuir la presión arterial alta. Si su presión arterial
permanece alta, el parto puede ser necesario, incluso si es antes de la fecha prevista del parto del bebé.
Posibles complicaciones
Las mujeres con eclampsia o preeclampsia tienen un riesgo mayor de:
Separación de la placenta (desprendimiento prematuro de placenta)
Parto prematuro que lleva a complicaciones en el bebé
Problemas de coagulación de la sangre
Accidente cerebrovascular
Muerte del bebé
Hipertensión gestacional: Es la presión arterial alta que desarrolla mientras está embarazada. Comienza
después de las 20 semanas de embarazo. Por lo general, no tiene otros síntomas. En muchos casos, no le hace
daño a usted ni a su bebé, y desaparece durante las 12 semanas después del parto. Sin embargo, aumenta el
riesgo de hipertensión en el futuro. A veces puede ser grave, lo que puede provocar bajo peso al nacer o
nacimiento prematuro. Algunas mujeres con hipertensión gestacional terminan desarrollando preeclampsia
Hiperémesis gravídica
Es la presencia de náuseas y vómitos intensos y persistentes durante el embarazo. Pueden llevar a
la deshidratación, pérdida de peso y desequilibrios electrolíticos. Las náuseas matutinas se refieren a las
náuseas y vómitos que ocurren al inicio del embarazo.
Causas
La mayoría de las mujeres experimenta algo de náuseas o vómitos (náuseas del embarazo), particularmente
durante los primeros 3 meses de gestación. Se desconoce la causa exacta de las náuseas y los vómitos durante
el embarazo. Sin embargo, se cree que pueden ser ocasionados por una elevación rápida de los niveles
sanguíneos de una hormona llamada gonadotropina coriónica humana (GCH), La GCH es liberada por la
placenta. Las náuseas del embarazo leves son comunes. La hiperémesis gravídica es menos común y más
grave.
Las mujeres con hiperémesis gravídica presentan náuseas y vómitos extremos durante el embarazo. Esto
puede provocar una pérdida de más del 5% del peso corporal. La afección puede suceder en cualquier
embarazo, pero es ligeramente más probable en caso de estar esperando gemelos (o más bebés) o si tiene
una mola hidatiforme. Las mujeres presentan un riesgo mayor de padecer hiperémesis si han tenido el
problema en embarazos previos o si son propensas a los mareos por movimiento.
Síntomas
Las náuseas del embarazo pueden causar una disminución del apetito, un bajo nivel de náuseas o vómitos.
Esto es diferente a la verdadera hiperémesis debido a que las personas generalmente todavía son capaces de
comer y beber líquidos algunas veces.
Los síntomas de la hiperémesis gravídica son mucho más graves. Estos pueden incluir:
Pérdida de peso
Signos de deshidratación, como orina oscura, piel seca, debilidad, mareos, o desmayos
Estreñimiento
Tratamiento
Las náuseas del embarazo casi siempre se pueden controlar evitando los alimentos que ocasionan el problema
y bebiendo muchos líquidos cuando los síntomas disminuyen para permanecer hidratada.
Si sus náuseas y vómitos provocan que presente deshidratación, recibirá líquidos por vía intravenosa. También
es posible que le administren un medicamento para controlar las náuseas. Si las náuseas y los vómitos son tan
graves que usted y su bebé podrían estar en peligro, será admitida al hospital para recibir tratamiento. Si no
puede comer suficiente para obtener los nutrientes que usted y su bebé necesitan, es posible que reciba
nutrientes adicionales ya sea por vía intravenosa o a través de una sonda colocada en su estómago.
Evite los desencadenantes. Usted puede notar que ciertos factores pueden desencadenar las náuseas y el
vómito. Estos pueden incluir:
Ciertos ruidos o sonidos, incluso la radio o la TV
Pasta de dientes
Viajar en un auto
Ducharse
¿Qué es un aborto?
El aborto es la pérdida del embarazo "en un momento en el que el feto o embrión no es viable, es decir, que no es
capaz de sobrevivir fuera del útero materno", explica Manuel Fernández, ginecólogo y director de IVI Sevilla. Según
la definición que hace la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, pérdida de la gestación de un embrión o
feto que tenga menos de medio kilo o 500 gramos o hasta la semana 22. En caso de que sea otra semana más
avanzada u otro peso pero totalmente incompatible con la vida tambié se consideraría aborto.
Se puede producir tanto de forma espontánea como inducida. Sea cual sea el caso, el aborto concluye con la
expulsión del feto a través del canal vaginal.
Aborto espontáneo
El aborto espontáneo es aquel que no se da de forma intencionada, sino a causa de una serie de complicaciones en el
feto o en la madre. Generalmente ocurre durante las 12 primeras semanas de gestación y no precisa de ningún tipo
de intervención quirúrgica, pero a partir de la semana 20 pasa a denominarse muerte fetal. La tasa de aborto
espontáneo se encuentra entre el 15 y el 20% entre aquellas mujeres que saben que están embarazadas. Según
datos recogidos en el último Congreso Anual de Hiteroscopia, 3 de cada 10 mujeres que se quedan
embarazadas por primera vez sufren un aborto natural, algo que plantea muchas preguntas y dudas sobre las
posibles causas.
Hay que tener en cuenta que más de la mitad de los óvulos fecundados no son viables y se expulsan de forma
espontánea; para la mayoría de las mujeres esto pasa desapercibido ya que los únicos signos que se dan de este
hecho es un sangrado ligeramente mayor del habitual durante la menstruación.
Las causas de un aborto espontáneo pueden ser varias, aunque lo más común es que se deba a problemas en los
cromosomas de los embriones. "Esto es que el embrión tiene algún problema en su dotación cromosómica o en su
contenido genético que permite su implante en el útero, pero no su desarrollo final", detalla el experto del IVI.
La edad también puede ser un factor determinante: a mayor edad, mayor es la probabilidad de sufrir un aborto
espontáneo, especialmente a partir de los 40 años. El haber sufrido un aborto espontáneo anteriormente también
puede aumentar las posibilidades de volver a sufrirlo.
Las mujeres que tienen abortos de repetición o que tienen varios abortos, "con cierta probabilidad pueden
tener problemas de coagulación de la sangre o tromboflia", apunta Fernández.
Otras causas establecidas son anomalías estructurales del útero, trastornos endocrinos como el hipotiroidismo, y
autoinmunes como anticuerpos antitiroideos.
Síntomas de un aborto espontáneo
Existen síntomas que pueden indicar un aborto espontáneo como lumbalgia, dolor abdominal, cólicos o sangrados
vaginales.
Según explica el ginecólogo del IVI, los síntomas son muy variados. "Hay mujeres que abortan sin saberlo y se ve en
un hallazgo casual en las pruebas ginecológicas, y otras que tienen síntomas como distensión abdominal, calambres,
nauseas o repulsión a los olores, pero, de repente, dejan de tenerlos".
Si el aborto se da durante las primeras semanas, normalmente el tejido se expulsa por la vagina de forma natural sin
necesidad de intervención. En el caso contrario, se puede precisar de una cirugía como el legrado o medicamentos
para terminar de expulsar los restos que queden en el útero. Esto es lo que se conoce como un aborto séptico y
debe tratarse rápidamente ya que de lo contrario puede provocar infecciones, fiebre, sangrado vaginal, cólicos o flujo
vaginal fétido.
Muerte fetal
Cuando el aborto ocurre con posterioridad a las 20 primeras semanas de gestación se conoce como muerte fetal y
en estos casos siempre se requiere de cirugía para extraer el feto del útero. Es un caso extraordinario, pues sólo
ocurre en menos del 1% de los embarazos.
Los primeros síntomas de una muerte fetal se suelen mostrar al detectar un menor movimiento del bebé o espasmos
y dolores en la pelvis, la espalda o el vientre. Factores como el tabaquismo, la hipertensión arterial o la
diabetes pueden aumentar las probabilidades de que esto ocurra, pero también se puede producir por preclampsia y
eclampsia, enfermedades infecciosas, anomalías congénitas graves, posmadurez o lupus, entre otras patologías.
Aborto inducido
El aborto inducido es aquel que se realiza por propia voluntad de la mujer. Hay dos formas de interrumpir un
embarazo:
Aborto médico
Se toma un medicamento para llevar a cabo el aborto. Sólo se puede hacer durante las nueve primeras semanas de
embarazo. El más común es la mifepristona, una hormona que bloquea la progesterona. Este y otros medicamentos
se toman durante tres sesiones en una clínica bajo la supervisión de un médico, y pueden surgir algunos sangrados
vaginales a causa de los medicamentos. Otros efectos secundarios de este tratamiento son cólicos, diarrea o
malestar estomacal, y en raras ocasiones, fiebre alta. El aborto médico tiene una efectividad aproximada del 97 por
ciento.
Aborto quirúrgico
Se realiza una cirugía para extraer el feto. Existen dos métodos frecuentes de aborto quirúrgico por aspiración con
vacío manual, que se puede hacer durante las 12 primeras semanas de embarazo y consiste en la extracción de todo
el tejido que contiene el útero con un instrumento succionador de manera manual y la dilatación y evacuación. Este
tipo de aborto quirúrgico se puede practicar tras el primer mes de embarazo, pero siempre antes de la semana 13.
Consiste también en la extracción del tejido que reviste el útero, pero se realiza a través de una máquina.
En ambos casos, se dilata el cuello del útero y se introduce un tubo a través del cual se succiona todo aquello a
eliminar para completar el aborto. Tras esta operación pueden surgir algunos sangrados, así como cólicos
menstruales. La efectividad del aborto quirúrgico es cercana al cien por cien.
Si se realiza con anestesia local puede parecerse a una regla molesta. Si a la paciente le preocupa el dolor o está muy
nerviosa "se puede realizar también con sedación", según explican desde la Asociación de Clínicas Acreditadas para la
Interrupción del Embarazo (ACAI).
En abortos mayores de 14 semanas "se usará siempre sedación y/o analgésicos o anestesia epidural, según la
técnica. El aborto farmacológico puede ser también doloroso en el proceso de expulsión, para aliviarlo se pueden
usar analgésicos", señalan desde ACAI.
Después de un aborto
Una vez el aborto se ha llevado a cabo, se suele realizar un examen del útero adicional para determinar si queda
tejido fetal en el útero. También se estudia si los restos expulsados correspondían a un feto o a una mola
hidatiforme, una masa de células que son el resultado de un óvulo no desarrollado correctamente. En caso de que
queden restos, se recurre a un legrado.
En cuanto a los problemas que tiene la mujer tras el aborto, Fernández señala que "en los abortos muy precoces, no
suele afectar mucho físicamente a la mujer, salvo algún sangrado o molestia abdominal que se resuelven
rápidamente. Cuando es tardío puede afectar más y si hace falta realizar un legrado, puede haber complicaciones
derivadas de esta técnica".
Al cabo de las tres o cuatro semanas de haber sufrido un aborto, el ciclo menstrual vuelve a la normalidad.
Riesgos de un aborto
El aborto es una de las intervenciones instrumentales más frecuentes en España, "su incidencia de complicaciones
es baja cuando es realizada por profesionales capacitados/as para realizar esta intervención y cuando se ha realizado
un correcto acompañamiento psicológico" explican desde la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción
del Embarazo (ACAI).
La mayoría de los abortos no necesitan hospitalización, "las técnicas que se usan en los centros acreditados,
consensuadas por los expertos, son ambulatorias, es decir, no requieren de hospitalización en el centro", informan
desde ACAI. El tiempo de la intervención "varía mucho sobre todo en función de las semanas y las técnicas usadas. A
más semanas más tiempo de gestación y más tiempo de estancia habitualmente".
Además, la Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo "contempla la posibilidad de
interrumpir la gestación más allá de la semana 22 (sin límite) cuando exista una patología fetal incompatible con la
vida, o cuando se detecte en el feto una enfermedad extremadamente grave e incurable en el momento del
diagnóstico y así lo confirme un comité clínico".
Sin embargo, aquellas mujeres que dudan, que tienen sensaciones encontradas, que sienten presiones en un sentido
o en otro con respecto a su entorno o pareja, que entran en contradicción con sus ideas políticas o religiosas y toman
la decisión no con una motivación propia, sino influidas o condicionadas por elementos externos, "son las que tienen
más posibilidades de generar repercusiones psicológicas negativas a medio y largo plazo".
Embarazo ectópico
Es un embarazo que se desarrolla fuera de la matriz (útero). Puede ser mortal para la madre.
Causas
En la mayoría de los embarazos, el óvulo fecundado viaja a través de las trompas de Falopio hacia la matriz
(útero). Si el movimiento de este óvulo a través de las trompas se bloquea o se retrasa, puede llevar a que se
presente un embarazo ectópico. Los factores que pueden causar este problema incluyen:
Los siguientes factores también pueden incrementar el riesgo para un embarazo ectópico:
Haberse sometido a una cirugía para revertir la ligadura de trompas con el fin de quedar embarazada
El sitio más común para un embarazo ectópico es las trompas de Falopio. En pocas ocasiones, puede
presentarse en los ovarios, el abdomen o el cuello uterino.
Un embarazo ectópico puede ocurrir incluso si usted usa anticonceptivos.
Síntomas
Los síntomas de embarazo ectópico pueden incluir:
Ausencia de periodos
Si la zona alrededor del embarazo anormal presenta ruptura y sangra, los síntomas pueden empeorar. Estos
pueden incluir:
Tratamiento
El embarazo ectópico es potencialmente mortal. El embarazo no puede continuar hasta el nacimiento (a
término). Se tienen que extraer las células en desarrollo para salvar la vida de la madre.
Cirugía
Un medicamento que termine el embarazo, junto con vigilancia cuidadosa por parte del médico
Usted necesitará ayuda médica urgente si el área del embarazo ectópico se abre (se rompe). La ruptura puede
llevar a que se presente sangrado y shock. El tratamiento para el shock puede incluir:
Transfusión sanguínea
Mantenerse caliente
Oxígeno
Si hay una ruptura, se lleva a cabo una cirugía para detener la pérdida de sangre y extraer el embarazo. En
algunos casos, es posible que el médico tenga que extraer la trompa de Falopio.
Mola hidatiforme
Es una masa o tumor poco común que se forma en el interior del útero al comienzo de un embarazo. Es un
tipo de enfermedad trofoblástica gestacional (ETG).
Causas
Una mola hidatiforme, o un embarazo molar, es el resultado de la fertilización anormal de un ovocito (óvulo).
Esto resulta en un feto anormal. La placenta crece normalmente con poco o ningún crecimiento del tejido
fetal. El tejido de la placenta forma una masa en el útero. Generalmente, en el ultrasonido, esta masa muestra
una apariencia de mora ya que contiene muchos quistes pequeños.
Las mujeres mayores corren más riesgo de tener una formación molar. Un historial de embarazo moral en
años anteriores también es un factor de riesgo.
Embarazo molar parcial: hay una placenta anormal y algo de desarrollo fetal.
Embarazo molar completo: hay una placenta anormal pero no hay ningún feto.
Síntomas
Los síntomas de un embarazo molar son:
Crecimiento anormal del útero, ya sea más grande o más pequeño de lo usual
Una histerectomía (cirugía para extraer el útero) puede ser una opción para las mujeres mayores que NO
desean volver a embarazarse en el futuro.
Después del tratamiento, se vigilan los niveles de la gonadotropina coriónica humana (GCH). Es importante
evitar el embarazo y utilizar un anticonceptivo confiable de 6 a 12 meses después del tratamiento para un
embarazo molar. Esto permite la realización de pruebas precisas para estar seguros de que el tejido anormal
no vaya a reaparecer. Las mujeres que embarazan demasiado pronto después de un embarazo molar tienen
un mayor riesgo de tener otro.
Placenta previa
Es un problema del embarazo en el cual la placenta crece en la parte más baja de la matriz (útero) y cubre
toda la abertura hacia el cuello uterino o una parte de esta.
La placenta crece durante el embarazo y alimenta al feto. El cuello uterino es la abertura hacia la vía del parto.
Causas
Durante el embarazo, la placenta se desplaza a medida que el útero se estira y crece. Al inicio del embarazo,
es muy común que la placenta esté en la parte baja del útero. Pero a medida que el embarazo avanza, la
placenta se desplaza hacia la parte superior de este. Hacia el tercer trimestre, la placenta debe estar cerca de
la parte superior del útero, de manera que el cuello uterino esté despejado para el parto.
Algunas veces, la placenta cubre parcial o totalmente el cuello uterino. Esto se denomina placenta previa.
Marginal: La placenta está al lado del cuello uterino, pero no cubre la abertura.
La placenta previa ocurre en 1 de cada 200 embarazos. Es más común en mujeres que tienen:
Cicatrización del revestimiento del útero debido a antecedentes de cirugía, cesárea o aborto
Fertilización in vitro
Las mujeres que fuman, consumen cocaína o tienen niños a una edad avanzada también pueden tener un
mayor riesgo.
Síntomas
El síntoma principal de la placenta previa es un sangrado vaginal súbito. Algunas mujeres también presentan
cólicos. El sangrado a menudo comienza cerca del final del segundo trimestre o empezando el tercer
trimestre.
El sangrado puede ser intenso y potencialmente mortal. Puede detenerse por sí solo, pero puede empezar de
nuevo días o semanas después.
El trabajo de parto algunas veces empieza al cabo de varios días después del sangrado abundante. Algunas
veces, es posible que el sangrado no ocurra hasta después del comienzo del trabajo de parto.
Tratamiento
Su proveedor evaluará cuidadosamente el riesgo de sangrado comparado con el riesgo de un parto prematuro
para el bebé. Después de las 36 semanas, dar a luz al bebé puede ser el mejor tratamiento.
Casi todas las mujeres con placenta previa necesitan una cesárea. Si la placenta cubre todo o parte del cuello
uterino, un parto vaginal puede causar sangrado intenso. Esto puede ser mortal para la madre y el bebé.
Si la placenta está cerca del cuello uterino o está cubriendo una parte de este, el proveedor puede
recomendar:
Reducir actividades
Descanso de la pelvis, lo cual significa no tener relaciones sexuales, no usar tampones ni practicarse duchas
Es posible que usted deba permanecer en el hospital para que el equipo de atención médica pueda
monitorearlos cuidadosamente a usted y al bebé.
Transfusiones sanguíneas
Medicamentos para ayudar a que el embarazo continúe por lo menos hasta la semana 36
Inyecciones de esteroides para ayudar a que los pulmones del bebé maduren