Educación Nutricional
Educación Nutricional
Educación Nutricional
A principios del siglo XX, con la primera guerra mundial, se inició un fuerte
movimiento científico que dio impulso a la ciencia de la nutrición. El hecho de que un
tercio de la población en edad de trabajo no estuviera físicamente apta para ingresar al
ejército, hizo que ciertos gobiernos se preocuparan de la alimentación de la población y
patrocinaran y estimularan los estudios sobre este aspecto de vida del hombre.
va enriqueciendo la cultura alimentaria y con frecuencia vemos familias que guardan con
mucho celo, a través de generaciones, las recetas que consideran más apreciadas,
algunas de las cuales fueron adquiridas por un pariente que hizo un viaje al exterior o la
obtuvo de unos amigos, o de un valioso libro de cocina. En esta forma, se van
acumulando los hábitos alimentarios.
La educación alimentaria debe cumplir una función social. Una sociedad mal
nutrida no puede bastarse a sí misma y su capacidad productiva está limitada por su
fuerza de trabajo; es más propensa a enfermedades y su rendimiento mental también se
reduce. Por lo tanto, la educación alimentaria, al mismo tiempo que trata de solucionar los
problemas nutricionales del educando, para mejorar su salud física, debe solucionar sus
problemas sociales, logrando el máximo desarrollo de sus potencialidades. Por lo tanto, el
contenido de la educación nutricional debe responder a las necesidades existentes en la
región o grupo social en que sirve. Así por ejemplo, no sería oportuno dar prioridad a la
producción y consumo de fuentes de vitamina C en una población donde no hay
deficiencia de esta vitamina y, en cambio, la ceguera nocturna es endémica y el consumo
de hojas verdes sumamente bajo.
El conocimiento de las leyes que rigen el aprendizaje, las modalidades que dicho
proceso adopta en las distintas edades y dentro del ambiente en que el individuo vive, es
Hay que recordar que el aprendizaje requiere tiempo, a la vez que experiencias
educativas que logren motivar cambios en el educando. Tales experiencias deben permitir
el conocimiento del valor nutritivo de los alimentos, sus formas y épocas de cultivo o
crianza, de producción y de elaboración. Además, deben permitir el conocimiento de sus
distintos sabores, tanto en su forma simple como en sus combinaciones, sus formas de
distribución y consumo, fluctuaciones de los precios, etc. Asimismo, deben permitir una
comprensión de los efectos de la buena y la mala nutrición.