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La preehistoria
La Prehistoria es el periodo de tiempo comprendido entre la aparición de los primeros homínidos y
la invención de la escritura. Para facilitar su estudio la dividimos en tres periodos (período de Cazadores‐ recolectores, Agricultores‐ganaderos y Primeros metalúrgicos) que se dividen a su vez en fases que suelen depender, sobre todo, de la tipología y técnicas de sus herramientas. Aunque en Europa el inicio de la Prehistoria se remonta a hace aproximadamente un millón de años (los restos más antiguos son los de Atapuerca, hace 800.000 años, pertenecientes al Homo antecesor), en Alicante las primeras evidencias de ocupación no se constatan hasta el Paleolítico Medio, cuando grupos de neandertales pueblan El Salt, en Alcoy, hacia el 85000 AP. A los grupos neandertales los irá sustituyendo el homo sapiens, que inició su entrada en la Península Ibérica hace 45.000 años. Las últimas comunidades de neandertales desaparecieron en el sur peninsular hacia el 30.000 AP. Hacia esa fecha se inicia el Paleolítico Superior, con los homo sapiens como únicos pobladores en exclusiva del territorio. LOS CAZADORES‐RECOLECTORES En el Paleolítico, tanto los neandertales como los homo sapiens formarían grupos de no más de 30 personas que habitarían estacionalmente una serie de cuevas, abrigos y campamentos al aire libre. Serían poblaciones nómadas que se moverían en función de las manadas de animales que cazaran. La caza‐ pesca y la recolección de frutos y vegetales conformarían la dieta de estas sociedades Para llevar a cabo las labores de caza, así como el tratamiento de materias como la madera, las pieles o el hueso utilizaban herramientas de sílex. Hay un amplio abanico de útiles en piedra: bifaces, raspadores, raederas, buriles, puntas de flecha, perforadores… y de hueso: punzones, agujas, azagayas, bastones de mando. Con el paso del tiempo el instrumental lítico y óseo empleado va evolucionando y perfeccionándose tanto en calidad como en cantidad, lográndose piezas más aguzadas y ligeras, y mayor diversidad de instrumentos. El hombre del Paleolítico se refugia en cuevas y abrigos elegidos por su situación, permitiéndole controlar las manadas de animales que persigue. Cuando lo hace en campamentos al aire libre construye las cabañas con las 1 pieles de los animales cazados y el ramaje que le proporciona el entorno. Tanto el clima como el paisaje y la fauna fueron variando en las sucesivas etapas. Hace 30.000 años un clima suave caracterizado por espacios abiertos combinados con bosques de pinos y carrascas dio paso a un clima frío con un medio estepario que se mantuvo, con pequeñas variaciones, hasta el 10000 AP. Entre el 15000 y el 10000 AP abundaban de nuevo los bosques de pinos y los espacios abiertos en los que crecían árboles como carrascas, arces y alisos. A partir del 10000 AP el clima fue mejorando hasta convertirse en el de tipo mediterráneo. Temperaturas medias suaves y lluvias frecuentes favorecieron el desarrollo de bosques con abundancia de carrascas. Respecto a la fauna hubo pocos cambios. Los últimos neandertales (30000 AP) cazaban cabras, ciervos y caballos. En el 10000 AP se siguen manteniendo los dos primeros junto a los conejos y las aves como las presas más comunes. En las últimas fases del Paleolítico se inicia el gusto por los adornos que en el Neolítico derivará en collares formados mediante cuentas de piedras o en brazaletes líticos. Respecto al arte, en el Paleolítico destacan las representaciones, pintadas o grabadas, de motivos geométricos y, sobre todo, de animales, totales o parciales, (cabras, bóvidos, ciervas y caballos) sobre cantos rodados, elementos óseos y paredes de las cavernas. LOS AGRICULTORES‐ GANADEROS Con la llegada, hacia el 8000 AP, de nuevas gentes a la península, resultado de una migración que posiblemente se iniciara en el Próximo Oriente, se inicia el periodo Neolítico. Los recién llegados practican la agricultura y la ganadería, poseen conocimientos sobre nuevas formas de trabajar la piedra (neolítico = piedra nueva) y trabajan la cerámica. El cultivo de los campos y el cuidado del ganado serán las fuentes básicas de la alimentación de las personas, aunque no por ello se abandonan las prácticas de la caza o a la recolección. Teniendo que estar presentes todo el año para el cuidado de los campos, los grupos humanos se vuelven sedentarios por necesidad y comienzan a organizarse para defender sus cosechas. Surgen las aldeas y poblados, ahora con casas fabricadas en madera, ramaje y barro, y dado su carácter permanente, aumentan significativamente el número de miembros de cada comunidad y éstas se organizan y jerarquizan. Es importante también señalar la aparición de la cerámica. Ahora hay excedentes y se necesitan contenedores para almacenar los productos obtenidos del campo. La piedra sigue siendo la protagonista en los instrumentos y herramientas neolíticas. Ahora se trabaja de forma diferente, se pulimenta. Se crean nuevas herramientas que se adaptan a las nuevas labores del campo: hachas 2 para la tala de árboles que permite crear nuevos espacios de cultivo, hoces para la siega, azuelas para el trabajo de la madera… Aparecen también nuevas armas, como el arco y las flechas. La fauna del lugar se componía de ciervos, corzos, cabras montesas, jabalíes, caballos, uros y conejos. De estos animales se aprovechaban carne, piel, huesos y cornamentas para su uso como alimento, vestido, adornos y herramientas. La pesca se combinaba con la recogida de moluscos tanto marinos como terrestres. El perro se doméstica y ayuda al hombre en algunas labores como la caza o el pastoreo. La recolección, como decíamos, tampoco se abandonó. Miel, verduras y frutos silvestres se recolectaban para fines alimentarios. También se recogía esparto para trenzarlo creando cuerdas y cestos, o plantas medicinales para aliviar ciertos males, como el laurel o el sauce. Para la conservación de los alimentos se procedía al salado o ahumado de la carne o pescado. La agricultura, que no acabó con estas prácticas, conformaba sin embargo la dieta básica de estas sociedades. El principal alimento era el cereal, sobre todo trigo y cebada. También se cultivaban diversas legumbres, como guisantes, habas y lentejas. La ganadería de cabras, vacas y ovejas permitía el suministro de carne y productos derivados, como lácteos y lana. En las últimas fases del Neolítico los enterramientos se realizaban en el interior de cuevas. En torno al funeral se realizaba un ritual. Aparecen restos de ofrendas alimentarias, animales sacrificados, así como de objetos (puntas y cuchillos de sílex, hachas y azuelas de piedra pulimentada…), adornos (pasadores de ropa o cabello, punzones, varillas, alfileres, peines de hueso, cuentas de collar…) e idolillos realizados en hueso. Por último, respecto al arte neolítico, este puede dividirse en tres estilos con características propias: Macroesquemático, Levantino y Esquemático