T.2.10.1.Hirigoyen, M. F. - Lo Que Es Acoso Moral
T.2.10.1.Hirigoyen, M. F. - Lo Que Es Acoso Moral
T.2.10.1.Hirigoyen, M. F. - Lo Que Es Acoso Moral
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Veamos qué es lo que lleva a una persona a acosar a otra y por qué
medios puede conseguir desestabilizarla.
El rechaza a la alteridad
cho rechazo surge de un grupo, es que le resulta difícil aceptar a alguien eliminación de los individuos que no son conformes al sistema. En
que piensa o actúa de modo distinto o que tiene espíritu crítico: «Lo que épocas de mundialización, lo que pretendemos es fabricar lo idéntico,
detestan del que piensa de otro modo no es tanto la opinión distinta clones, robots interculturales e intercambiables. Para que el grupo sea
que preconiza como su osadía al querer juzgar por sí mismo, cosa que sin homogéneo, se aplasta al que no está calibrado, se aniquila toda espe
duda ellos no hacen jamás y de lo que, en el fondo, tienen conciencia».' cificidad, sea de carácter, de comportamiento, de sexo o de raza ... For
Muchas víctimas no se equivocan cuando formulan lo que les ocu matear a los individuos es una manera de controlarlos. Deben estar so
rre de la manera siguiente: «¡ No soy como las demás!». Son conscien metidos para mejorar sus capacidades técnicas y la rentabilidad.
tes de que no tienen el «estilo» o la presencia de ánimo de las personas De este formato se encargan a menudo los mismos colegas, ya que
que las rodean. las empresas, como todo grupo social, generan en su seno fuerzas de
Más allá de la manera de trabajar, exis·te una manera de ser, de ves autocontrol, encargadas de marcarles el paso a los inconformistas. Es
tirse, de hablar, de actuar, que es lo que hará que un grupo reconozca a tos últimos deben aceptar, quieran o no quieran, la lógica del grupo.
una persona como «aceptable». Eso se suele relacionar con la noción de El acoso moral es uno de los medios de imponer la lógica del grupo.
educación o de clase social. A veces, presintiendo el peligro de la mar
ginación, las víctimas se las componen para limar sus diferencias o su
originalidad y, como los camaleones, acaban fundiéndose en el grupo. La envidia, los celos y la rivalidad
Este anivelamiento impuesto por el grupo puede llegar a borrar las
diferencias muy sutiles que el grupo no acepta entre las personas, La envidia es un sentimiento natural que surge inevitablemente
como en el caso del ejemplo que sigue: cuando dos personas son susceptibles de compararse entre sí o de estar
en posición de rivalidad. Puede causar estragos considerables volvien
Tras una carrera como secretaria y determinados avatares de la vida, do destructivos a los individuos, pero es un concepto ignorado por las
Brigitte, de 38 años, consigue una licenciatura como educadora. Cuando ciencias sociales, que proceden como si este sentimiento no existiera.
se incorpora a su primer puesto en un centro de recreo para adolescen
tes, la recibe la marginación de sus colegas, gente de entre 20 y 25 años, Es cierto que no es un sentimiento fácil de confesar. ¿Cómo decirles a
y de su superior, que es algo más joven que ella. Está molesta porque no los demás y cómo decirse a sí mismo: «No le soporto porque es más in
saben cómo clasificarla. Por su experiencia personal, su facilidad de tra teligente, más guapo, más rico o me parece más amado que yo»? Dado
to con los jóvenes y su sentido de la organización, es de lo más apta para que no podemos decírnoslo, actuamos e intentamos romper al otro con
el puesto, pero choca con los demás porque no es deportiva y se viste de el fin de rebajarle. Detractando, reducimos la distancia que nos separa
un modo distinto. Brigitte decide no tomárselo a pecho y se dice que aca entre uno mismo y lo que imaginamos de los demás.
barán por aceptarla y que entonces dejarán de buscarle las cosquillas.
Joven licenciada en Ciencias Políticas, Josiane entra en una gran ad
También se da que la persona con menor capacidad de trabajo sea ministración a las órdenes de un colega mayor y prácticamente autodi
marginada por el grupo porque ralentiza el ritmo o da una mala ima dacta, quien se supone que debe formarla. Desde el principio, no le da
gen del servicio, aunque es igualmente el caso de la persona que tiene ninguna información acerca de los informes y la organización interna del
un celo excesivo cuandÓ se incorpora a un grupo que funciona bien servicio. Se tiene que despabilar sola. A pesar de eso, él critica sistemáti
sin demasiado esfuerzo. camente todo lo que ella hace, sin indicarle jamás cómo hubiera debido
Las mismas empresas, como veremos en otro capítulo, tienen difi hacerlo.
cultades para soportar asalariados distintos o atípicos. Los procedi Cuando ella le plantea preguntas precisas para obtener información,
mientos de acoso tienen como objetivo primordial el desequilibrio y la él las elude y contesta otra cosa o se burla de ella:
jerárquico. El progreso se logra con el diálogo entre personas que tie Vin�ent aguanta durante cierto tiempo, pero, ante las presiones de su
nen puntos de vista distintos. jefe, que\se refiere a su responsabilidad respecto de los resultados de la em
presa, acaba por «sacrificar» a los dos vendedores molestos.
Existen manipulaciones deliberadas de determinadas direcciones
que pueden conducir a conductas desleales. Es el caso, por ejemplo,
En algunas empresas, la estrategia de gestión del personal descan
de determinadas fusiones en las que, partiendo del compromiso de
sa completamente sobre el miedo. Los asalariados están siempre a la
no despedir a nadie, colocan a dos personas en el mismo puesto. Aun _
defens1�a y eso repercute de uno al otro extremo de la jerarquía. Es
que nadie diga nada, todos piensan, con razón o sin ella, que el menos _ -
muy d1f1cd hablar de ello porque les da vergüenza expresar un miedo
capaz o menos conforme será eliminado. Y no es sorprendente que, en
propio de los niños. Los menos sólidos caerán entonces en la tentación
ocasiones, uno tenga la tentación de eliminar al otro.
?e �acer que sus inferiores jerárquicos paguen por la violencia que les
mfnngen a ellos. Así es como se alentan las peores dérives.
más miedo les tienen a los demás. Para ellos, todas las per sonas a las que pr ochable, miedo a que se des cubra una malversación. Cua ndo se
no consiguen seducir o someter son po tencialme te �eligrosas teme que �e descubra una falta o una irr egularidad, se puede caer en la
� : . tentación de deshacers e de los testigos :
El miedo nos lleva a demonizar al o tro, le atnbuun os sentimientos
agresivos po rque creemos estar en una pos ición inestable y nos senti
Hace años que Didier tiene una relación con su secretaria. Sólo se ven
mos a menaza dos. Ello nos puede llevar a acosar a una persona, no tan
en la oficina, en encuentros rápidos que tienen lugar en momentos en que
to por lo que es, sino por lo que imagina mos que es. están seguros de que nadie va a molestarles. Desde el principio, él le prohi
bió las llamadas, las cartas, los encuentros en el exterior, ya que tiene mu
Tras varios meses en que estuvo aislada, durante los que le impidie cho miedo de que se llegue a saber lo suyo. Su mujer expresa una sospe
ron trabajar correctamente, fue descalificada y escarnecida en público Y cha vaga y él decide acabar con la historia. A partir de ese momento se
_
se defendió como pudo mandando cartas certificadas a cad� abuso ma 111- muestra odioso con ella: la abruma con un exceso de trabajo para que no
_
fiesto Odile fue convocada a una entrevista previa al despido. La recibe tenga ocasión de hablar con sus colegas y, consecuentemente, no le entren
el mi;mo superior que la maltrataba, la amenazaba y la_ cubría de obser tentaciones de contarles su aventura amorosa. Le controla el correo y los
vaciones hirientes. Se muestra totalmente encantador e incluso seductor: e-mails que manda, escucha secretamente sus conversaciones. Cuando ella
le dirige la palabra, él la trata con aspereza, por miedo a que le tutee o le
-Me reprocha que nunca la recibo, ¡debería estar contenta hoy que dispense un trato personal. Lo hace tan bien que, al final, ella explota y
sí lo hago! le monta una escena. Eso le confirma en la certidumbre de que no se equi
-Sí, ¡pero para despedirme! . , vocaba al desconfiar de ella y de que merece el trato que le está dando.
-No se confunda, sé que es usted una excelente profes10nal y estana
encantado de volver a trabajar con usted.
Lo inconfesable
Odile ya no sabe qué pensar e incluso llega a dudar de lo _que ha s�n
tido en el pasado. ¿Cómo explicarse que ese superior haya sido tan vio Una desavenencia profesional que pueda verbalizarse raramente
lento con ella y ahora se muestre tan encantador? está en el origen de un acoso moral. La mayoría de las veces, lo que re
vela n dichas conductas es lo inconfesable; siempre hay que buscar la
Es evidente que este hombre le tiene miedo a Odile y sólo consigue razón oculta de es e conflicto .
s cons ciente de sus
ser amable co n ella cua ndo ya la ha desar mado . E En toda empresa, junto a reglas explícitas, existen reglas implícitas
cualidades profes ionales y tal vez teme que le haga _ s ombra. De cu�l propias de la organización. Escarnecer esa s reglas significa co locarse
quier modo, a partir del momento en que ella reacc10na a su� a�n�s10- al mar gen del gr upo. Un equipo puede ocultar una disfunción o un
nes mediante cartas certificadas , él teme por su puesto. Esta aliviado abandono que consiste e.n tolerar, por miedo al conflicto, las pequeñas
cua ndo ella se va, pero , en lugar de reconocerlo , la hace responsable negligencias de cada uno . Mientra s no se dice, n o existe. El que ose
de todo lo ocurrido: decir lo que no funciona o simplemente abra los ojos será marginado del
grupo. Existe al respecto un consenso general, una especie de regla ocul
¡Debe comprender que no podía seguir recibiendo una carta certifi ta, que debe ser respeta do s i queremos demo strar que estamos inte
cada cada dos días! gra dos en el grupo .
En ocas io nes el miedo engendra la cobar día: es el caso de los per Al llegar a ese departamento comercial, Yves cometió el error de de
versos narcisistas en sus conductas irrespetuosas por miedo a ser a co cirles a sus colegas que desaprobaba su conducta (pequeños hurtos de rega
sa dos a s u vez. los que eran para los clientes, «préstamos» del mobiliario y del material
El miedo puede nacer sin que exista n necesariam�nte � res io es del servicio, etc.). Se siente aislado, maltratado e incluso injuriado coti
� dianamente. Decide hablar de ello con la jerarquía. Entonces sus supe
por parte de la jera rquía y suele ser causa de conductas mfantiles : mie
do a que le riñan a uno, miedo a que le reprendan por una conducta re- riores le cuentan que esos pequeños hurtos no tienen tanta importancia y
EL ACOSO MORAL EN EL MUNDO DEL TRABAJO
LO QUE ES ACOSO MORAL 47
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que, ante todo, lo que les interesa es que el departamento funcione bien El médico de empresa considera preferible, en bien de la seguridad
y que no haya incidentes. de Michel, considerarle incapacitado para el puesto, para que se manten
ga alejado del· grupo. Así los obreros podrían seguir hurtando tranquila
mente como antes.
Las empresas aceptan lo informa l, los pequeños arr eglos, para mejo
rarsu eficacia. Por lo demás, sin esos pequeños arreglos, n o log ran fu n Quebran tar las reglas, las facturas de dietas abusivas, hurtos de ma
cionar (•se entiende cómo una huelga de celo puede paralizar a todo un terial de oficina, llamadas telefónicas al extranjer o son formas de apro
sector !)'. No obstante, una vez trascen dido cier to límite, los pequeños vecharse del laxismo de la empresa : «De todos modos, ¡ nadie se dará
arreglos se convierten en delictuosos. cuen ta !», pero también son, para determinados asalariados, una ven
ganza, una compensación de lo que ellos consideran los malos tratos
l y se n iegan a _ r,e
Hay direccion es que compran u na cierta paz socia que su empresa les inflige. En ocasiones también son un simple eco del
e enrarecer su relac10n
con ocer deter minadas desviaciones si eso pued hecho de que la misma empresa quebrante las reglas. Hallamos este tipo
os se mofen de las pre
con los sindicatos. Permiten entonces que algun de abusos por ambas partes: pequeñas triquiñuelas con los horarios, con
r ejemplo a cerrar _l?s
rrogativas del personal directivo obligándole, po '.
las facturas de dietas por parte de los asalariados; respuesta al a mbiente
o , ba¡o la �resta n de trabajo, a las comisiones ocultas a n ivel de las empresas. En algunas,
ojos ante conductas inadmisibles de cier tos emplea� �
mien to s�c1al._ Por se trata de un secreto a voces que todo el mundo debe tener en cuenta,
de un sindicato que blande la amena za de un movi
r de estos directivos, pero de los que no hay que hablar. Puede ser la relación de uno de los
más que no se cuestiona per sonalmen te la labo
jefes con la secretaria o el hecho de que las ofertas de trabajo están ama
pier den credibilidad como tales.
ñadas porque se sabe de entrada quién se quedará con el puesto.
la costumbre de Cuando lo que se oculta afecta directamente el funcionamiento de la
En esa empresa, todos los obreros habían adquirido
traba jo. Nadi e hab�� nunc� misma empresa, cu anto más grave es la cosa, más cerrado es el silencio.
merodear regularmente entre sus puestos de _
c tos y la d1rec c1on; esta Todo el mundo se calla, ya que todo el mun do piensa que lo que puede
de ello, pero todo el mundo, incluidos los sindi �
peno do de paro y esta muy perjudicar a la «firma» puede perjudica r indirectamen te al asalariado.
al corriente. Llega Michel, que sale de un largo _
ta?ª
veter ano el taller mten Pero eso revierte como una cascada sobre todos los estamentos.
contento de poder trabajar por fin. El más �
vista
el se mega a hacer la
cerle aceptar la regla de un modo tácito. Mich de
sugie re enton c s q e vaya
gorda, ya que va contra sus principios. Se le : �
que
Marie-Reine llevaba años trabajando como enfermera de empresa.
rse un cafe a f111 de Como, después de la reestructuración, no había suficiente trabajo para
vez en cuando a fumarse un cigarrillo o a toma
puedan servirse de su puesto de trabajo. Mi�hel se niega en r�dondo, se un puesto a tiempo completo, pero su función exige una presencia obli
_ _ e alta entonces
ofusca y amenaza con referírselo a la d1recc1on. El grupo � gatoria, la dirección le pide que realice también otras tareas para com
das, profi eren amenazas pletar: sustituir a la recepcionista, seleccionar el correo, etc. Mientras lo
contra él. Nadie le habla, se ríen de él a sus espal
a su paso ... acepta y no dice nada, vive más o menos tranquila.
cuando hablan de él, hacen que las cosas se caigan
pedir la baja del traba jo. Tras Asimismo es función suya llevar el registro de los accidentes de tra
Michel acaba por hundirse y tiene que
rse al traba jo, acude al m� bajo, pero los directivos intentan falsearlo para que no aparezca ninguno.
dos meses de depresión, antes de reincorpora
recibi do presio nes de la di- La dirección también quiere que se calle y no diga que los trabajadores
dico de empresa para que le dé el alta. Éste ha
contratados no pasan nunca el chequeo médico obligatorio. Cuando in
rección para que declare incapaz a Michel. . . ,
a un con- tenta llevar a cabo un plan de prevención del alcoholismo, no sólo no la
¿Qué había ocurrido? Antes de la llegada de M1chel, ex1st1
os. Todo el mund o lo sa ayudan, sino que la descalifican ante los asalariados afectados.
senso relativo a esos pequeños hurtos de los obrer
reprim irlos, ya que, co�o Poco tiempo después de haber registrado un accidente de trabajo, Ma
bía, pero ningún directivo se había atrevido a _ ,
ar un confli cto social rie-Reine se encuentra con que alguien ha desordenado los medicamentos
los sindicatos eran cómplices, temían desencaden de su botiquín y que ha dejado, bien a la vista, algunos caducados. Al prin
carre ras. En u amb ente
que habría sido desastroso para sus respectivas � !
cipio no entiende nada y duda de su salud mental: «Cariño, te estás vol
cubro a ti, tú me cubres a mí», todo el mund o se cubna y as1 per-
de «yo te viendo completamente loca». Afortunadamente, la médico del trabajo que
duraba el sistema.
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había pasado inspección del botiquín con ella poco tiempo antes la tran terminados grupos específicos que eran particularmente vulnerables al
quiliza. Y la pone en guardia: hay alguien que ha querido «imputarle» un acoso sexu:il: asl las mujeres divorciadas o separadas, las recién llegadas al
error profesional. mercado del trabajo y aquellas cuyos contratos labomles no están en regla o
El director, con el que solicita una entrevista, no la escucha, sino que que tienen un estatuto precario, las mujeres empleadas en tareas no cualifi
permite que el jefe de departamento se extienda amargamente en detalles cadas, las que sufren algún tzjJo de minusvalía, las lesbianas y las mujeres
sobre la falta de rigor profesional de la enfermera. pmcedentes de minorías raciales corren un riesgo claramente mayor. Los
Marie-Reine está muy desanimada. Intentan intimidarla para impe homosexuales y los jóvenes también son vulnerables respecto al acoso.
dirle realizar su trabajo y nadie la apoya. Los delegados sindicales no
Para progresar sin obstáculos en un gran grupo o en una gran admi
quieren oír hablar de huelgas, ya que temen perder sus empleos. No se
nistración, hay que saber hacer buenas alianzas en el momento oportu
siente en condiciones de presentar batalla, se hunde y tienen que hospi
talizarla por depresión. no. En una época en que se advierte un individualismo creciente entre
los asalariados, con un afloramiento de los colectivos de trabajo, cons
Ocurre a menudo que los directivos inducen a conductas destructi tatamos paradójicamente una importancia creciente de las redes de so
vas pero no cubren al asalariado si le pillan. Así, hay direcciones que de lidaridad. Eso significa que no hay que tener roces con la jerarquía, ni
finen sus objetivos a sabiendas de que los asalariados tendrán que come convocar huelgas ni diferenciarse del grupo.
ter faltas o errores para poder cumplir con ellos. Se arriesgan incluso a
ver cómo derrapan cuando se les fijan objetivos, pero no quieren saber El equipo en el que trabaja Roland lo dirige un jefe emprendedor y
decidido. Tal vez sea un poco autoritario, pero sabe motivar a sus tropas
nada de las condiciones necesarias para que lo consigan: «Despabilaos
y todo el mundo le sigue entusiasmado. Ese hombre que ha trepado a
como queráis; quiero resultados, de lo contrario no duraréis mucho en
toda prisa por los escalafones de la jerarquía y que cosecha tantos éxitos
tre nosotros». suscita los celos ajenos. Aduciendo como pretexto un proyecto un tanto
En esos abusos, se amparan en el derecho: lo que no está estricta arriesgado que él quiere emprender, determinados miembros del consejo
mente prohibido por la ley es posible, sean cuales sean las consecuen de administración se alían para alejarle y quedarse con la dirección de su de
cias para las personas. Se protegen, por lo demás, con el silencio: lo partamento. Desde ese momento, el equipo de Roland pierde toda cohe
que no se nombra no existe. sión. Las órdenes ya no vienen de una sola persona, sino de un grupo de
De ahí la importancia, como veremos más adelante, de «nombrar» administradores anónimos para quienes todo es cuestión de coste. Ya na
lo que no funciona. die se acantona en su tarea; las iniciativas personales desaparecen.
Roland, que hasta entonces se sentía muy próximo a su antiguo jefe, se
siente aislado por sus colegas. Cuando se queja del papeleo y lo rutinario,
¿CÓMO HERIR AL OTRO? le atribuyen mal carácter. Cuando plantea un proyecto, se lo hunden an
tes de que haya terminado de presentarlo. Como resiste, se convierte él
El aislamiento mismo en la persona que hay que abatir.
El acoso es una patología de la soledad. Su objetivo prioritario son Si la persona tiene amistades en el trabajo, intentan ·aislarla y si
las personas aisladas. Las que están aliadas o tienen amigos están fue tuarla en una especie de exilio interior. Es el agresor, sobre todo �uan
ra del radio. do se trata de un superior jerárquico, el que fija a su antojo las reglas
Las madres que educan solas a sus hijos, los trabajadores que se de comunicación: no hay que hablar con el empleado en cuestión, hay
hallan en una situación precaria tienen, más que los demás, miedo a que conseguir que no le llegue la información, etc. Ello se agrava en
perder su empleo y, si no les ampara la solidaridad de otros, son pre los sistemas muy jerarquizados en los que no es concebible ir a hablar
sas fáciles. con el director del escalafón superior.
Ya dentro del esquema del programa de acción relativo a los dere El agresor aísla a la persona que tiene en su punto de mira para que
chos sociales fundamentales, el Parlamento europeo había señalado de- no pueda quejarse ante los demás y, posiblemente, hallar consuelo y
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LO QUE ES /\COSO MORAL
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apo yo en ellos. Por lo demás, pasado u n perío do determinado de aco e scatin:an ,ª esa persona los medios para llevarla
so , éste ya no se atreve a acu dir a los demás porqu e teme su rechazo .
a cabo , colmo de la
paradoja. .
Contrariamente a lo que ocurre en la tort ura política, donde lo q ue -¿será porque el hijo de l jefe teme que le haga sombra c on su perso
nalidad'fuerte y quiere tener un ascendente propio sobre todo su personal?;
se int enta perju dicar a través de la persona es el grupo, 4 en_ el acoso
moral se apunta al individuo a través de su grupo o del traba¡o. -¿será u n golpe de efecto para po ner firmes a los dem ás asalariados
Se adviert e, pues, en este ej emplo y en muchos otros, q ue, cuando para qu ie nes ella represen ta un modelo in atacable e i n tocable ?, ¿algún
tipo de advertencia para los demás?;
se trata de una estrategia deliberada de part e de la empr esa para redu
-¿un error del que no le han hablado?;
cir el efectivo al menor cost e, el asalariado ap untado � e escoge en fun -¿e s una sim ple me dida económ ica para poner en su lugar a do s jo-
ción de sus características personales más que profesionales. venc itos a los que es eviden te que ten drán que pagarles menos?
curso amenazado r para aqu ellos que no comp arten los mi smos valores de jada de ser competente o porque haya desmerecido de un modo u otro
A
lncro realiza una intervención brillante ante la di rección general. la confianza que han depositado en ella porque eso podría verbalizarse
partir de ese momento, la atmósfera se convierte en imposible. Se y podría justificar un despido. No, la mayoría de las veces es porque ha
encu entra el corr eo abi er to, taza s de café volcadas sobr e sus papeles . Ve tenido la desgracia de no tener buenas alianzas sociopolíticas o una
que circulan e-mails ince ndiarios relativos a ella y, s�bre todo, dos de sus buena red, o porque es diferente, o porque sus cualidades profesionales
colaboradores se ponen ag resivos con ella: uno le cier ra la puerta en las la hacen amenazante para alguna otra persona. En una lógica sana, di
nari ce s y la pisa sin excusa rse, el otro la insulta gravemente. El resto de
cho funcionamiento es absurdo. Hay perversión del trabajo, en el senti
sus colaborador es reciben igual maltrato que ella y se so rprend n Y ha
� _ do de que se ha perdido de vista la finalidad del trabajo para quedarse
blan de pre senta r la dimisión. Las mujeres de la limpieza han rec1b1do la
sólo con la lucha por el poder. ¿Qué poder? Un poder subjetivo, un po
orden de no limpiar más los despachos de su sector.
, . der inmediato, un éxito aparente, sean cuales sean las consecuencias a
Pide entrevi starse con la dirección, qu e le dice que todo est a bien,
que están contento s con ella. largo plazo.
.
A partir de entonces, cuando se reúne con el nún:iero dos de la di rec
ción para discutir de l p re supuesto, tras haber elogiado sus resultados, Cuando un gran grupo de di st ribución compra la empresa de Jean,
éste le dice: «Eres demasiado libre, ¡ tengo que domarte! i Cuando hay fu surge rápidamente la cuestión d e que el nuevo DRH con sid era que los
siones hay que dar el callo! Es as dos Barbie s qu e trabajan contigo, qu e miembros del antiguo equipo son todos unos incompetent es. Les hace la
se dev�nen los sesos, aunque tengan que acostarse con los clientes!». vid a imposible. Exige un inform e toda s las mañana s para una reunión
La siguiente es que recib e un e-mail que le prohíbe util !za� tarjetas de pública en la que les sepulta de críticas acerbas y observaciones desagra
visita en la que aparezca como directora de desarrollo. As1m1 smo, le no dables. El resto del día ni les habla ni les mira.
tifican que le han congelado el salario y la s primas. La han �orrado del Al cabo de unos meses, la mayoría de los colegas d e J ean renuncian a
organigrama. Su marido recib e una llamada anónima que le dice que es la su puesto de trabajo o provocan su d espido, de modo que pasa a ser el
amante de su superior. único directivo que tiene más de dos años de antigüedad.
. Pese a que llevaba años siendo el responsable d el departamento, le
Flora está atónita. No organiza ningún alboroto, pero empiezan a sa-
lirle mancha s rojas en la piel, tiene la ten sión baja, pierde �l sueño Y se proponen un puesto que no tiene nada que ver con sus competencias y
pone enferma a menudo. Su médico de cabecera le da la ba¡a. que le obliga a desplazarse muy a menudo. Con la esperanza d e salvar su
. puesto de trabajo a pesar de todo, acepta a regañadientes. Aducen, como
Flora no entiende nada. El director ge neral había hablado precisa
mente de con seguir más beneficios. Su sector es el único que funciona Y, pretexto para su cambio de atribuciones, que necesitaban a alguien más
en lugar d e elogiarla y de utilizar sus conocimientos, suprimen su depar joven, menos caro y más competente para el puesto que ocupaba, pero se
entera de que su sucesor tiene exactamente su misma edad, el mismo per
tamento e intentan aterrorizarla. Olvida que s e trata de una empresa se
mipública en la que el dinero circula por circuitos ocultos'! en la que el fil curricular y cobra el mismo sueldo que él.
_ _ No entiende nada. A par ti r de ahí, pierde la confianza en todas las
benefi cio no debe ser demasiado ap arente . No estamos aqm en el amb1to
de lo «razonable» que debería regir las relaciones entre las personas en el personas de esa empresa, está angustiado y desmotivado y no tarda mu
mundo del trabajo, sino dentro de un sistema en el que hay cosas que cho en pedir el finiquito.
ocultar. Flora se pregunta por qué su trabajo o su conducta suponen un
problema pa ra los de más, pero nadie la ayuda a res p� nder ª. eso. No es
má s que un fusible que v an a hacer saltar. Su vano espiral de interrogan ¿QUÉ TIENE ESO DE PERVERSO?
tes la agota y la hace enfermar. Es como una abeja que se da cab ezazos
c ontra el cri stal en busca de la salida. Es consci ente de que no tene r res La intencionalidad
pue stas para esas preguntas puede conducirla a la locura.
Cuando se habla de agresión psicológica, es especialmente rele
·Cómo entender que una persona que se ha esforzado tanto en el vante plantear la cuestión· de la intencionalidad, pues el carácter in
des�mpeño de su trabajo se encuentre de pronto marginada, que no le tencional de un traumatismo agrava su impacto. Lo que hiere es la
rn�fíen trabajo, que la aíslen, que la humillen? No es porque haya de- mala intenc ión: «¡Me quieren mal!».
LO QUE ES ACOSO MORAL 59
EL ACOSO MORAL EN EL MUNDO DEL TRABAJO
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No es lo mismo no progresar en la carrera de un o porque se care malintencion ada. Con mayor propiedad, para evitar la dicotomía cons
ce de ambición o porque las opciones son otras que no �rogresar en ciente/inconscien te, habría que precisar qué nivel de concien cia tien e
razón de la conducta agresiva de un colega o de un superior. el agresor de su acto. ¿Dónde se sitúa el grado de con ciencia de un a
La experiencia me ha enseñado que, a título in dividual, los acosa person a para poder referirn os a acoso moral? Puede darse que una em
dores buscan siempre excusas e invocan el error, la torpeza Y la broma presa con ten ga en ella misma gérmenes de perversidad que difunde de
para justificar su conducta: modo subterráneo sin que ocurra nada taÓgible; 'por consiguiente, no
hablaremos de acoso moral más que cuando alguien pasa al acto, ex
lema para él (o para presando ahí lo que se palpa de un modo oculto en el ambien te gene
«No había reparado en que eso fuera un prob ral. ¿Hasta qué punto atenúa eso la responsabilidad de un a person a?
ella)». ¿Es que el hecho el que uno pueda decir: «¡No lo he hecho aposta!»
«¡Obedecía órdenes!» . . o «No es culpa mía» disminuye la gravedad de los hechos? ¿Hay que
era para ta to, él (o ella) es demasiado susceptible.»
«No n
con templar ún icamen te las consecuencias del acto, sea cual-sea la in ten
ma hábil �n o me ?abía ción de su autor, o pensar que actuar con plena conciencia de causa
Estas negacion es pueden ser una estratage
un proce_so mcon sc1ente. aumen ta la gravedad de la acción ? Si pensamos que la in tención crea el
fijado, no me había dado cuenta) o tal vez
que se h1�re al otro, pero acoso, como es el caso en la proposición de ley comunista, ¿cómo pro
Efectivamente, se puede tener conciencia de
n o soportar la mala imagen
de sí mismo que ello remite. En ese caso, bar la intención ?
mediatamente: «¡No es para No podemos hablar de in tencionalidad cuando se trata de siste
la concienciación se banaliza o se rechaza in mas. La in tencion alidad proviene de las person as que dirigen o se
eptible!».
tanto! ¡Era una broma! ¡Es demasiado susc n ozca la vio
.
aprovechan de esos sistemas perversos. Por ello, la mundialización n o
, es fu dam e tal que el agre sor reco
Para las víctimas n n
acto de violen cia n�g�do, es culpable-en sí, por más que a los dirigen tes megalómanos les da car
lencia de su acto, ya que le trastorn a más un
un acto fran ca y v1S1ble- ta libre para sus ten tacion es hegemónicas y les proporciona en ocasio
que le lleva a dudar de sus percepciones, que
n es la oport un idad de aumen tar su poder sin reparar en medios y dis
mente hostil al que es más fácil replicar. . .
cia, el asalariad o tom a co nciencia de la mala m frazan do sus conductas destructivas detrás de cifras no verificables.
Con muc ha frec uen
e, cuando ya está fuera de la También hemos oído que las reestructuraciones están en el origen
tención de que es objeto demasiado tard
del acoso moral. No son las reestructuraciones en sí mismas las que
empresa:
crean el proceso destructor, pero siempre habrá perso n as sedientas de
le sometía su jefe, J éro
Si bien mientras duró el acoso cotidiano al que poder que aprovecharán cualquier movimiento o cualquier reorgani
explicaciones a esa con
me seguía dudando, culpabilizándose y buscando zación para crecerse. Se aprovechan de la confusión o de la agitación
do, al encontrar un nuevo
ducta violenta, tuvo que dejar de hacerlo cuan cambian te para disfrazar sus con ductas perversas.
antiguo jef� ,telefoneó al
trabajo en una empresa de la competencia, s� ¿Puede un asalariado parapetarse tras las órdenes de su superior
nto meuo m no en la
nuevo para difamarle: «¡Desconfiad de él, es v10le Y10, su traba�jo a con- para justificar su con ducta?
ba, perd
caja!». J érome, que estaba en período de prue Cuando se les acusa de acoso moral, determin ado número de direc
secuencia de esa llamada. tivos dicen que se han limitado a seguir las órdenes de sus superiore�.
Observado de más cerca, es muy raro que los superiores den este tipo
? de consignas claramente. Normalmente, el mensaje es mucho más am
¿La conciencia que se tiene de agredir al otro biguo: «Tenemos que quitarnos a fulan ito de encima. ¡Despabílese
como quiera!». ¿Conmi na eso a utilizar procedimientos perversos? No
Cuando hablamos de intencionalidad, ten dríamos que añadir cons
ciente (ten go deseos de hacerle daño) o inconsc�·ente (no quiero hace1:
es tan evidente. Detrás de la consigna, está el hombre que la va a apli
_ car y puede hacerlo respetando al asalariado en cuestión, es decir, co
le daño, pero es más fuerte que yo, no puedo evitar herirle o crearle �1-
- municándole las i_ntenciones de la dirección respecto a él y buscando
ficultades). En ese último caso, habría que hablar de una compuls10n
60 EL ACOSO MORAL EN EL MUNDO DEL TRABAJO
LO QUE ES ACOSO MORAL 61
con él la mejo r manera de negoci ar su despid?. C ada person� tiene su Por parte de la dirección, no siempre existe mala intención cons
_
estilo de dirigir una empresa. N ada p�e_de obligar a u� directivo a con
ciente en el frato al que someten a sus asalariados, pero, en ocasiones, no
ver tirse en una especie de cordero docil. Por lo demas, a la hor a de la
es más que una falta de consideración que se convierte en mal a inten
rec upe ración económica, pue d: uno pe� mitirse un deber de desobe-
_ ción por las consecuencias que eso entraña y que deberí a haber podido
dienci a y nega rse a aplicar consignas m dignas.
anticipar. Con razón, el as al ariado se siente maltratado: «¡Pues sí que
Se nos pla ntean otras cuestiones: po r ejemplo, ¿p ue de equipara se
� nos importa poco lo que tú sientas!».
la grave da d de cerrar los ojos ante �as co� ductas per versa�, colaborar
Así, incl uso cuando no h ay intención de perjudicar, es importante
tácitamente con el ejercicio de esa v10lencia, c�n la de dar ?rdenes que
que cada uno tenga en cuenta al otro y respond a de sus actos. Eso obli
hundan a un asalariado para que pida el despido? Por mas que lo v�
, ga a un deber mínimo de precaución: es más grave maltratar a una per
rosímil es pensar que la persona más perversa es la qu� �sta en el ori
sona frágil psicológicamente y conducirle a la depresión que maltratar
gen del �coso moral, ello no debe e� imir de responsabilidad a los de-
a alguien que posee la fuerza psicológica de responder y defenderse. Te
más, los que le siguen, los que le de¡ an hacer.
. . nemos que aprend er a respetar al otro y a tener en c uenta su cultura,
Debemos aprender a tener en c uenta al otro. E? los � roc�dimien
tos perversos, la violenci a se inicia negan do la e�istencia misma del sus diferenci as y sus debilidades eventuales.
otro, que no es un interloc utor y, por lo tanto, nos impo rta poco lo que
sienta. Manipular para adquirir poder