Curso Didáctico de Derecho Procesal Penal-Tomo1 Cap9
Curso Didáctico de Derecho Procesal Penal-Tomo1 Cap9
Curso Didáctico de Derecho Procesal Penal-Tomo1 Cap9
CURSO DIDÁCTICO DE
DERECHO PROCESAL PENAL
TOMO I
SERIE AUTOAPRENDIZAJE
Las medidas de coerción se consideran como una restricción del ejercicio de los derechos
a la libertad o a la propiedad, dispuesta por un juez competente, cuyo carácter es temporal y
excepcional. Su propósito es asegurar la presencia del imputado en el procedimiento, el fin
de evitar la destrucción de prueba relevante para la investigación, y proteger a la víctima y los
testigos del proceso.
En esta unidad se desarrollarán temas como procedencia o no de la medida de coerción, los
tipos de medida de coerción personales que existen en nuestra legislación, principios que rigen
las medidas cautelares.
Mediante el desarrollo de las actividades y ejercicios de esta unidad el participante
podrá conocer e identificar el tratamiento jurídico de las medidas de coerción al tenor de la
normativa procesal vigente.
Es importante para el estudio de la unidad tener a mano la Ley 76-02 que instituye el
Código Procesal Penal dominicano, modificado por la Ley 10-15 del 10 de febrero del 2015,
y la Constitución Dominicana 2015 y la Resolución 1731-2005 dictada por la Suprema Corte
de Justicia que establece el Reglamento sobre medidas de coerción y celebración de audiencias
durante la etapa preparatoria al amparo del CPP.
De acuerdo con Cafferata Nores (1994, Pág. 959), la coerción procesal puede definirse
en términos generales como la restricción de los derechos personales o patrimoniales
de un imputado determinado en el curso de un proceso penal cuya finalidad es llegar al
conocimiento de la verdad. Es decir, considera que la coerción personal del imputado es la
restricción o limitación que se impone a su libertad para asegurar la consecución de los fines
del proceso. Ahora bien, dichas medidas deben estar previstas en las leyes procesales y leyes
fundamentales, ya que se trata de la vulneración de un derecho protegido a nivel constitucional
como lo es la libertad. Es así que dichas medidas estarán sometidas a límites que no podrán ser
transgredidos para que la coerción personal sea realizada de acuerdo a los lineamientos legales.
Otro aspecto que señala Cafferata Nores (1994, Pag. 165) es que además de ser regulada en
términos generales por la Constitución, en los códigos procesales de cada país se establecen
diferentes medidas de coerción cuya aplicación está regulada, y que para que las mismas sean
ejecutadas deben existir pruebas suficientes sobre la probable culpabilidad del imputado. Dicha
exigencia probatoria va a depender de la gravedad del hecho imputado, por ejemplo, para la
detención de una persona basta con que en el momento existan elementos suficientes que
indiquen su participación en un delito, ahora bien si trata de imponer una medida de coerción
más grave como la prisión preventiva es imprescindible que existan elementos de convicción
suficientes para aplicarla.
Según la doctrina las medidas de coerción se definen como todas aquellas injerencias legítimas
de la autoridad en los derechos fundamentales y son instauradas como medios para lograr los
fines del proceso. Otros ponen énfasis en la posibilidad de utilizar la fuerza para llevarlas a
cabo aun en contra de la voluntad del sometido. Las mismas no persiguen un fin en sí mismas,
sino son un medio para lograr otros fines, los del proceso.
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UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
Conforme al artículo 222 del CPP, toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad
personal. Las medidas de coerción tienen carácter excepcional y sólo pueden ser impuestas
mediante resolución judicial motivada y escrita, por el tiempo absolutamente indispensable y
a los fines de asegurar la presencia del imputado en el procedimiento, evitar la destrucción de
prueba relevante para la investigación y proteger a la víctima y los testigos del proceso. La
resolución judicial que impone una medida de coerción o la rechace es revocable o reformable
en las condiciones que establece el código. En todo caso, el juez puede proceder de oficio
cuando favorezca la libertad del imputado”.
En dicho artículo se establece el Principio General que rige las medidas de coerción. Esto
parte de una norma Suprema prevista en el art. 40 de la Constitución: *Toda persona tiene
derecho a la libertad y a la seguridad personal.* Para luego ocuparse de los Principios
que deben ser tomados en cuenta al momento de imponer una medida de coerción que se
denominan *Principios informadores o Principios rectores:
Principio General: El artículo 40 parte capital y el 15 del Código Procesal establecen: *Toda
persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal.* Partiendo de esta base, surgen
los demás principios que se indican a continuación:
Principio de Legalidad: El art. 40.6 de la Constitución establece: *6) Toda persona privada
de su libertad, sin causa o sin las formalidades legales o fuera de los casos previstos por
las leyes, será puesta de inmediato en libertad a requerimiento suyo o de cualquier persona;*
Es decir que sólo en los casos previstos por la ley, el derecho a la libertad de una persona
puede ser restringido. Con estricta observancia del debido proceso, por tanto, sólo las medidas
establecidas en la ley pueden ser impuestas.
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Derecho Procesal Penal. Tomo I
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UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
Si combinamos las disposiciones de los artículos 63 y 73 del Código Procesal Penal, podemos
afirmar que el Juez de la Instrucción es la Autoridad Judicial competente para imponer
medidas de coerción, durante la etapa preparatoria y preliminar del proceso. Sin embargo,
cuando el caso avance a una etapa posterior, será el Juez que esté apoderado, recordando que
la posibilidad de imposición, variación o revocación puede producirse en cualquier estado del
proceso, en virtud de los principios de provisionalidad y excepcionalidad.
Es preciso destacar que en aquellas jurisdicciones donde existe una Oficina de Servicios de
Atención Permanente, oficina adscrita a los Juzgados de la Instrucción, es competencia de
dicha oficina conocer de las solicitudes de imposición de medidas de coerción.
En tal sentido, en las jurisdicciones donde existe un tribunal especializado para conocer de
la imposición de las medidas de coerción en materia de género y violencia intrafamiliar, tal
es el caso del Distrito Judicial de Santiago de los Caballeros donde el Cuarto Juzgado de la
Instrucción es el tribunal competente para conocer de la imposición de medidas de coerción.
En virtud del principio general que establece la libertad como regla y la privación de esta
como la excepción, es preciso que al imputado le sea tutelado eficazmente este derecho, todo
esto con amparo constitucional. Partiendo de esta premisa, el artículo 227 del CPP establece
las condiciones que debe reunir el caso sometido a la consideración del juez para la imposición
de una medida de coerción.
Esa norma dispone: *Procede aplicar medidas de coerción, cuando concurran todas las
circunstancias siguientes:
3. Cuando la infracción que se le atribuya esté reprimida con pena privativa de libertad.*
Si falta una de estas condiciones o circunstancias la solicitud debe ser declarada inadmisible, toda
vez que deben existir indicios suficientes de que un individuo cometió un hecho penalizado por
la ley, tal y como se establece en la norma consagrada en el artículo 227.1 del Código Procesal
Penal cuando dice que las medidas de coerción serán aplicadas cuando: “existan elementos de
pruebas suficientes para sostener razonablemente que el imputado es con probabilidad autor
o cómplice de una infracción”.
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Derecho Procesal Penal. Tomo I
Sin embargo, el jurista Alemán Sax dice al respecto que cuando la fuerza de la sospecha de
comisión del hecho aumenta de modo que se condensa en un convencimiento de la culpabilidad,
la presunción de inocencia se debilita, para terminar disolviéndose en el convencimiento de la
culpabilidad y viceversa.
Los latinoamericanos ,como los alemanes, llegan a una posición muy similar al hablar de un
estado jurídico de inocencia cuando ambas corrientes confluyen en que la posición
jurídica del imputado como inocente no puede ser perjudicada por la existencia de la
sospecha de culpabilidad. Por ello incluso el imputado que es apresado in fraganti, mantiene
su inocencia hasta que una sentencia firme diga lo contrario, manteniendo dicho statu hasta y
durante todo el proceso.
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UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
La existencia del peligro de fuga. (Art. 227.2 CPP), implica con respecto al imputado, que
sea razonable establecer que éste no comparecerá voluntariamente ante la justicia y que exista
la posibilidad real de que el mismo se vaya a sustraer del proceso.
Para Binder (Op cit. Págs. 112-113), esto es determinado por el juez de acuerdo a si el
imputado tiene arraigo en el país, la gravedad de la pena, la conducta del imputado ante la
acción delictiva que ha cometido y la gravedad de las consecuencias de dicha actuación y la
actitud de disponibilidad del imputado frente al proceso. Por lo que a partir de la valoración
de estas condiciones se le impone o no una medida de coerción al imputado para garantizar su
presencia en el proceso.
Ahora bien, autores como Londoño Jiménez se han manifestado un poco disconformes con
tal criterio, al indicar que con el dictado de la prisión preventiva en base al peligro de fuga
se observa la posibilidad de cometer desde el principio una irreparable injusticia en virtud
de que el proceso pueda terminar con un sobreseimiento o una sentencia absolutoria. Además
señala este jurista que con esta acción se parte de una presunción de culpabilidad y no de la
presunción de inocencia que protege al imputado.
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Derecho Procesal Penal. Tomo I
En realidad la crítica formulada por Londoño no va en contra del peligro de fuga como
causal de prisión preventiva, sino más bien a que sea extensivo el concepto de peligro de fuga, de tal
forma que se dicte porque el imputado se vaya a sustraer a la ejecución de la pena, con lo cual
entiende que dicha se partiría de que el imputado es culpable.
Art. 227.3 CPP. De acuerdo a Binder (Op cit. Pág. 994) , en este caso sencillamente debe
tratarse de una actuación delictiva que conlleve como sanción una pena privativa de libertad,
ya que en caso contrario no estaríamos en presencia de peligro de fuga. (Art.227.3 CPP)
Es bueno decir que la norma que autoriza la imposición de la prisión preventiva en nuestra
normativa, es decir, en el Código Procesal Penal Dominicano, es la contemplada en el numeral
7 del artículo 226. También es oportuno aclarar que en caso de que se aplique la medida de
coerción más grave que es la prisión preventiva, esta última no se puede combinar con ninguna
otra medida por prohibición expresa de la ley.
Algunos autores como Camacho ( Pág. 334) han establecido que existen casos en los que
los hechos cometidos por el imputado implican tal gravedad que conllevan en sí mismos la
existencia del peligro de fuga y que la única forma de garantizar la presencia del imputado en
el proceso es la imposición de una medida de coerción que conlleve la privación de su libertad
tal sería el caso de la imposición de prisión preventiva.
Sin embargo, es preciso recalcar que las medidas coerción son aplicadas para garantizar la
presencia del imputado durante el juicio, ya que este último no puede celebrarse sin la presencia
del imputado, por lo que se le impone a éste alguna medida para evitar que se sustraiga del
proceso.
Cafferata ( Op. Cit., págs. 168-169) considera que la prisión preventiva tiene como fin asegurar
que el imputado cumpla la condena a la que pueda ser sometido y lograr una efectiva aplicación
de la sentencia. Ahora bien, la medida de coerción durante el proceso se mantendrá solo
cuando real y efectivamente exista el riesgo de que el imputado quiera o tenga la posibilidad
de fugarse antes que cumplir la sentencia, tomando en cuenta la gravedad de la posible pena
aplicable y las condiciones del imputado.
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UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
La prisión preventiva puede ser impuesta por el juez tanto a solicitud del Ministerio Público
como del querellante por una duración determinada y deberá ser revisada periódicamente cada
tres meses conforme lo prevé nuestra normativa procesal penal.
La naturaleza de la infracción
Esta última causal es poco conflictiva a nivel doctrinario ya que la misma es bien definida y no
colisiona con ninguno de los principios de la administración de justicia penal. Su contenido
indica que el hecho penal o delito, contemple en caso de ser condenado, la pena de prisión. Lo
que viene a evitar este requisito es que no podría dictarse prisión preventiva a delitos que no
conlleven pena de prisión.
Estas circunstancias de carácter general que adopta el Código Procesal Penal dominicano
son aspectos que no se limitan para el dictado de la prisión preventiva solamente sino que
son en realidad requisitos para todas las medidas de coerción.
Nuestra normativa procesa penal considera que no solo basta con que se reúnan estas
causales en un delito para la aplicación de la prisión preventiva sino que el legislador
dominicano para evitar la fuga del imputado, impone que para su aplicación debieron agotarse
otras medidas que resulten menos gravosas para su persona. Con esta última posición el
Código Procesal Penal dominicano se acerca al principio de última ratio, estableciendo que el
Derecho Penal Mínimo sea utilizado cuando se agoten otras medidas que afecten menos a los
derechos fundamentales del ser humano.
En este mismo orden de ideas, la norma consagrada en el artículo 229 del Código Procesal
Penal Dominicano enuncia una serie de indicadores mediante los cuales se puede apreciar
el peligro de fuga, el cual es un elemento esencial a valorar al momento de decidir sobre la
aplicación de la medida de coerción, cuando establece que: “Para decidir acerca del peligro de
fuga el juez toma en cuenta, especialmente, las siguientes circunstancias:
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Derecho Procesal Penal. Tomo I
4) La gravedad del hecho que se imputa, el daño ocasionado a la víctima y a la sociedad, así
como la pena imponible al imputado en caso de condena;
5) La importancia del daño que debe ser resarcido y la actitud que voluntariamente adopta el
imputado ante el mismo;
8) La no residencia legal en el país o, aún con residencia legal, la no existencia de los elementos
serios de arraigo;
9) Haberse pronunciado una pena de prisión en su contra aun cuando la misma se encuentre
suspendida como efecto de la interposición de un recurso”.
Pellerano Gómez (2005, Pag. 335) manifiesta que a la hora de imponer cualquiera de las medidas
de coerción mencionadas anteriormente es imprescindible que exista la probabilidad de que
ciertamente el imputado haya cometido un hecho sancionado por la ley y que la necesidad de
pruebas va a depender de la gravedad del hecho y de la medida que se vaya a imponer.
Respecto al peligro de fuga dicho autor considera que el mismo va a aumentar de acuerdo a la
gravedad del delito cometido por el imputado así como la pena que le pudiese ser impuesta en
razón de ello. Así mismo, establece a parte de esas dos condiciones que el juez debe también
ponderar o tomar en cuenta al momento de establecer la medida de coerción si el imputado
tiene antecedentes penales, su arraigo familiar y social.
La prisión preventiva sólo es aplicable cuando no pueda evitarse razonablemente la fuga del
imputado mediante la imposición de una o varias de aquellas que resulten menos gravosas para
su persona. Procede aplicar medidas de coerción, cuando concurran todas las circunstancias
siguientes:
1. Existen elementos de prueba suficientes para sostener, razonablemente, que el imputado es,
con probabilidad, autor o cómplice de una infracción;
2. Existe peligro de fuga basado en una presunción razonable, por apreciación de las
circunstancias del caso particular, acerca de que el imputado podría no someterse al
procedimiento;
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UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
A solicitud del Ministerio Público o del querellante, el juez puede imponer una sola de las
medidas de coerción previstas en este código o combinar varias de ellas, según resulte adecuado
al caso, y expedir las comunicaciones necesarias para garantizar su cumplimiento. Cuando se
ordene la prisión preventiva, no puede combinarse con otras medidas de coerción.
En ningún caso el juez está autorizado a aplicar estas medidas desnaturalizando su finalidad ni
a imponer otras más graves que las solicitadas o cuyo cumplimiento resulta imposible.
Una citación es una resolución dictada por un juez o tribunal a través de la cual se envía
una comunicación a una persona determinada para que se presente en el juicio en un día y a
una hora determinada.
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Derecho Procesal Penal. Tomo I
De acuerdo con lo previsto en el Artículo 223 del CPP, en los casos en que es necesaria la
presencia del imputado para realizar un acto, el Ministerio Público o el juez, según corresponde,
lo cita a comparecer, con indicación precisa del hecho atribuido y del objeto del acto. La
citación puede llevarse a cabo tanto a las partes del proceso, como a terceros cuya presencia
pueda ser necesaria para la tramitación del juicio (testigos, peritos, entre otros).
La citación se realiza a través de algún medio que deje constancia de que el destinatario
ha recibido la comunicación, para de esa forma poder tomar las medidas que sean oportunas
si el citado desobedece al órgano jurisdiccional. En la citación se suele incluir una advertencia
en la cual se diga qué puede ocurrir si la persona no se presenta en el día y fecha establecido.
El arresto, es uno de los actos procesales más criticados por juristas, por los medios de
comunicación y la sociedad civil y política, ya sea por la restricción de derecho que esta encierra,
ya sea por muchas violaciones a derechos humanos que se han cometido en la ejecución del
nombrado acto. Es hora de explorar en este importante tema jurídico-penal en cada una de sus
modalidades, así como la jurisprudencia.
A) el Estatuto de Libertad (Arts. 15 y 222 C.P.P.): Que señala que “Toda persona tiene
derecho a la libertad y a la seguridad personal”. Las medidas de coerción, restrictivas de la
libertad personal o de otros derechos, tienen carácter excepcional y su aplicación debe ser
proporcional al peligro que trata de resguardar.
Conforme al artículo 40.1 de la Constitución: Nadie podrá ser reducido a prisión o cohibido
de su libertad sin orden motivada y escrita de juez competente, salvo el caso de flagrante delito.
Contiene 2 tipos de arresto: Orden judicial y flagrancia.
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UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
El arresto lo podemos definir como aquella medida judicial-policial que restringe el derecho
al tránsito y a la libertad individual. El arresto pertenece a la familia de las medidas de coerción
y el mismo tendrá un carácter excepcional y proporcional.
También se considera el arresto como una medida de coerción de naturaleza personal, aunque
para algunos se trata de una medida precautelar. Está sometida a los principios generales que
presiden la adopción de las medidas de coerción según el artículo 222 del Código Procesal
Penal.
El arresto solo puede darse en dos circunstancias: cuando lo disponga una orden de arresto
dada por un juez (arresto judicial) y cuando la persona se encuentra en estado de flagrancia
delictiva (arresto por flagrancia). La orden de un juez requiere estar escrita y bien motivada.
Su propósito es asegurar la presencia de la persona en el procedimiento.
El arresto conforme a la ley procesal debe decir bien claro por qué y dar las razones suficientes
del mismo, por ej. Qué delito se me acusa, como lo cometí, cuando lo cometí y que pruebas
hay contra mí y cualquier otra descripción que deje bien claro más allá de cualquier duda
la justificación del arresto, la simple mención de la relación de los documentos o el uso de
fórmulas genéricas o vagas no reemplaza la motivación, (Art. 24 CPP).
La orden de arresto se puede dar cuando no se ha cometido un delito. Es decir, cuando se
invita a una persona para que declare o de su testimonio y esta no acude al llamado judicial.
Una vez acudimos nos devuelven la libertad.
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Derecho Procesal Penal. Tomo I
-Arresto Judicial: Es aquel ordenado por un juez competente, de conformidad con el artículo
225 del CPP, el juez a solicitud del Ministerio Público podrá ordenar el arresto de una persona
cuando concurra alguno de los supuestos siguientes:
No hay que olvidar que el juez no puede acordar de oficio el arresto en ninguno de estos casos,
sino que es necesaria la previa solicitud del Ministerio Público.
El arresto judicial puede ser ordenado en la audiencia preliminar a pedimento del Ministerio
Público o del querellante ante la ausencia del imputado (300 CPP). Además, puede ser
autorizado en el conocimiento del juicio oral cuando fuere necesario para asegurar la realización
de la audiencia o un acto particular de la misma. (Art. 306, segunda parte CPP). “Si el imputado
se encuentra en libertad, aunque esté sujeto a una medida de coerción diferente a la prisión
preventiva, el tribunal, a pedido del Ministerio Público, puede ordenar su arresto para asegurar
la realización de la audiencia o de un acto particular de la misma. A petición de parte puede
modificar las condiciones bajo las cuales el imputado permanece en libertad o imponer otras
medidas de coerción previstas en este código.”
La declaratoria de rebeldía autoriza, también, que el juez pueda dictar orden de arresto a
petición del Ministerio Público, en virtud de lo previsto en los artículos 100 y 109 del CPP,
modificados por la Ley 10-15, los cuales contemplan lo siguiente:
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UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
“Artículo 100.- Rebeldía. Cuando el imputado no comparece a una citación sin justificación, se
fuga del establecimiento donde está detenido o se ausenta de su domicilio real con el propósito
de sustraerse al procedimiento, el Ministerio Público o el querellante pueden solicitar al juez o
tribunal que lo declare en rebeldía y que dicte orden de arresto. ………………….”
Al tenor del artículo 224 del CPP, modificado por la Ley 10-15, la policía procede al arresto de
una persona, cuando una orden judicial así lo ordene; no necesitando orden judicial bajo los
siguientes supuestos:
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Derecho Procesal Penal. Tomo I
II) La necesidad de que concurran razones para presumir que puede ocultarse, fugarse, o
ausentarse del lugar, lo que frustraría la eficacia de la investigación.
6) Si habiéndosele colocado la medida establecida en el numeral 2 del Artículo 226 intenta salir
del país.
En ningún caso se puede practicar el arresto cuando se trate de infracciones de acción privada
o de aquéllas en las que no está prevista pena privativa de libertad.
Si se trata de una infracción que requiere la instancia privada, aquel que practica el arresto
informa inmediatamente a quien pueda presentar la denuncia o querella, y si éste no la presenta
en el término de cuarenta y ocho horas, el arrestado es puesto en libertad.
La autoridad policial que practique el arresto de una persona debe ponerla, sin demora, a la
orden del Ministerio Público, para que éste, si lo estima pertinente, disponga directamente su
puesta en libertad o solicite al juez la medida de coerción que corresponda para asegurar la
presencia del imputado en el procedimiento, evitar la destrucción de prueba relevante para la
investigación, proteger a la víctima o los testigos del proceso.
La solicitud del Ministerio Público debe formularse luego de realizar las diligencias indispensables
y, en todo caso, dentro de las 48 horas contadas a partir del arresto.
Se resalta el hecho de que en todos los casos el Ministerio Público debe examinar las condiciones
en que se realiza el arresto y si este no resulta conforme con las disposiciones de la ley, el
Ministerio Público está en el deber de dispone la libertad inmediata de la persona y en su caso
velan por la aplicación de las sanciones disciplinarias que correspondan.
Hay otra modalidad de arresto denominado arresto por particulares o arresto ciudadano.
“Siendo que el arresto ciudadano o detención por particulares constituye una facultad que asiste
a todo ciudadano a privar de la libertad ambulatoria a otro en los casos de delito flagrante”.
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UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
Ahora bien, el arresto ciudadano regulado en el artículo 224, numeral 1 del Código Procesal
Penal. “En cuanto a las notas generales de esta figura jurídica del arresto por particulares,
debe indicarse que mediante la autorización legal dada se habilita a todas las personas para
arrestar a un presunto infractor, siempre que la comisión delictiva sea en estado de flagrancia,
debiéndose entregar inmediatamente a la persona arrestada a la autoridad más cercana. En tal
sentido, al particular le está prohibido el encierro o privación de la libertad del arrestado sea
en lugar público o privado (generalmente, bajo la probable excusa de mantener tal situación
hasta su entrega a la autoridad policial).
9.13 Otras medidas de coerción. (Art. 226 del CPP, modificado por la Ley 10-15)
A solicitud del Ministerio Público o del querellante, y en la forma, bajo las condiciones y por
el tiempo que indica la normativa procesal penal, el juez podrá imponer al imputado, después
de escuchar sus razones, las siguientes medidas de coerción:
-La garantía: Es una institución de Derecho Público de seguridad y de protección a favor del
individuo, la sociedad o el Estado que dispone de medios que hacen efectivo el goce de los
derechos subjetivos frente al peligro o riesgo de que sean desconocidos. Es una protección
frente a un peligro o riesgo.
La garantía económica, como medida de coerción personal, tiene por finalidad asegurar que el
imputado asistirá a todas las citaciones y requerimientos.
Según Ortega (2007), la garantía económica es una fianza. El imputado u otra persona puede
presentar dicha garantía en la siguiente modalidades; depósito de dinero o valores; entrega de
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Derecho Procesal Penal. Tomo I
bienes, otorgamiento de prendas, muebles o hipotecas, sobre bienes libres de gravámenes; así
como una póliza con cargo a una empresa de seguros o fianza solidaria de una o más personas
con solvencia.
-Ejecución de la garantía. (Art. 236 del CPP, Modificado por la Ley 10-15)
Cuando se declare la rebeldía del imputado o cuando éste se sustraiga a la ejecución de la pena,
el juez concede un plazo de veinte días al garante para que lo presente. Le advertirá que si no
lo hace se procederá a la ejecución de la garantía. Una vez presentada la persona en rebeldía, el
juez dicta la medida de coerción que corresponda, tomando en cuenta el estado de presunción
de fuga, y el contrato de fianza es revocado.
II.) Impedimento de salida; bajo esta medida el imputado no podrá salir del país, de la
localidad en que reside o del ámbito territorial sin la previa autorización del juez.
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UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
VII) La prisión preventiva. Según nuestra norma procesal penal es una medida de coerción
de carácter personal, que afecta el derecho de libertad personal, durante un lapso de tiempo
más o menos prolongado, que no excederá de los doce meses, la cual sólo procederá cuando
las demás medidas cautelares sean insuficientes para asegurar los objetivos del procedimiento.
En las infracciones de acción privada no se puede ordenar la prisión preventiva, ni el arresto
domiciliario, ni la colocación de localizadores electrónicos”.
Prisión. Del latín prehensio-onis, que significa “detención” por la fuerza o impuesta en contra
de la voluntad. En ocasiones se confunden los términos prisión y cárcel. Este último concepto
es anterior en tiempo; ya que con él se designó histórica y técnicamente al edificio en que se
alojaba a los procesados, mientras que presidio, prisión o penitenciaría, es un lugar destinado
a sentenciados o condenados a una pena de privación de la libertad.
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Derecho Procesal Penal. Tomo I
asegurar la presencia del procesado, evitando que se fugue ante la concreta e inminente amenaza
de la pena privativa de la libertad mediante la sentencia, que en caso de ser condenatoria sólo
prolongará la detención en el tiempo.
Se puede decir que la prisión es una institución utilizada desde tiempos muy remotos, que han
cumplido con la función de asegurar que el acusado de cometer un delito no evada la acción
de la justicia.
La cárcel no nació para aplicar tratamiento a los delincuentes ni para castigarlos, sino como
una medida de asegurar que el imputado se presente a la fase de juicio.
En el siglo XVIII se lleva a cabo la separación nocturna de los presidiarios y se crea la casa
de corrección. El modelo de esta institución, fue establecido en Roma en el año 1704 por
Clemente XI. Allí los reclusos aprendían un oficio para trabajar en el día y en la noche se
suministraba instrucción elemental y religiosa bajo el silencio absoluto. Es aquí que arranca el
gran modelo de la regeneración del individuo puesto que nada se hace con apresar el imputado
y no tratar de que aprenda algún oficio para devolverlo a la sociedad como una persona de bien
que pueda aportar positivamente en la sociedad.
Sistema de prisiones comunes. Denominado así porque aplicado en casi todas las
prisiones griegas y romanas, todos los prisioneros estaban reunidos en el día y en la noche
por lo que se ve era menos costosa desde el punto de vista económico, al no construir celdas
individuales y utilizar menos personal para el cuidado del reo y mantenimiento del recinto
carcelario.
En 1820 surge en New York un nuevo sistema de prisión, el cual se sustenta en la crítica
contra el sistema de Filadelfia. El mismo toma la práctica más antigua de, trabajo diurno sin
hablar, y aislamiento nocturno.
Sólo en el día había comunicación con el Jefe. Se caracterizaba por una rígida disciplina, daban
castigos corporales Maconochie, George Obermayer, Walter Chofter y Manuel Montesinos,
cada uno con su teoría.
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UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
individualismo de la personalidad del sujeto. Para ello se requiere más de un juez jurista, que
de un juez criminológico.
Según Llovet (1999, pág. 50), la evolución arquitectónica de la prisión estuvo muy ligada
al desarrollo de la filosofía que se tuviera con relación a la pena. Se tomaba en cuenta esta,
cuando se fueron creando las estructuras para albergar al hombre delincuente; primero aparece
en Grecia. Luego en Roma construyeron una prisión. La misma consistió en una pequeña
rotonda, bajo techo sin luz, los guardianes a que estaban confiados dichas prisiones le inferían
muchos maltratos a la persona recluida en esta; pues utilizaba grillos, cadenas, esposas y otros
sufrimientos, que generalmente terminaban con la muerte.
En América Con la llegada de los españoles a finales del siglo XV, inicia la prisión con
la creación del Fuerte de Navidad por Cristóbal Colón con los restos de la Carabela Santa
María que había naufragado. Dicho fuerte tenía una guarnición de 39 hombres al mando de
Diego de Arana, con la protección de Guacanagarix. Construida de madera y piedra, la misma
estaba ubicada en la desembocadura del Río Guàrico.
Según Vega (2003, pág. 84) el objetivo de dicha prisión fue garantizar el orden y el
dominio sobre los indígenas y españoles que incurrieran en acciones delictuosas y conspirativas.
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Derecho Procesal Penal. Tomo I
La prisión preventiva se presenta como la institución que debe ser tomada en cuenta
por el sector justicia cuando no haya otra medida que garantice que el imputado no se sustraiga
a la acción de la justicia. A diferencia de la vieja legislación penal que concebía prácticamente
a la prisión preventiva como única medida de coerción orientada a evitar que el imputado se
sustrajera a la acción de la justicia penal, ahora se la concibe como excepción
La legislación procesal penal actual les proporciona a los actores del sistema de justicia
penal un abanico de posibilidades coercitivas confiriendo a la prisión preventiva un carácter
excepcional y diseñando su imposición para aquellos casos más graves. Es por ello que la prisión
preventiva como medida cautelar de excepción debe ser estudiada tomando en consideración
el estatuto de la libertad como principio rector de la condición natural del individuo. En
función de estos aspectos se identifica que el problema que presenta la figura jurídica de
la prisión preventiva, en el contexto dominicano, radica en el abuso excesivo, por parte del
sistema de administración de justicia penal.
Para García, Valdez, (2005, pág. 87) “La prisión preventiva consiste en el encarcelamiento
que, ordenado por autoridad judicial competente, sufre el procesado durante la instrucción
sumarial y con anterioridad al fallo sentenciador firme”
Llobet Rodríguez, Javier, (2000, pág. 103) considera que “La prisión preventiva radica
en la privación de la libertad ordenada antes de la existencia de una sentencia firme basada
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UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
en el peligro de que se fugue, para evitar la realización del juicio o el peligro de que vaya a
obstaculizar la averiguación de la verdad, así como evitar la reiteración delictiva”.
Para Paulino (2004, Pág. 17) “La prisión preventiva como la privación provisional de
la libertad decretada por el Juez de La Instrucción mediante resolución motivada y escrita
indicando que el imputado permanecerá detenido por existir en su contra elementos de prueba
y peligro de fuga y no poder imponérsele otra medida menos grave”.
333
Derecho Procesal Penal. Tomo I
a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso. Su libertad podrá estar
condicionada a garantías que aseguren su comparecencia en juicio¨.
Según Pérez, J. (2001, pág. 56) los principios contenidos en la última de las normas
convencionales transcritas no son de aplicación directa como deberían serlo por los
jueces, quienes en su mayoría ven en el compromiso adquirido la ratificar el Pacto de
San José de Costa Rica.
Sólo la obligación para los Estados Partes, de adoptar, con arreglo a sus
procedimientos constitucionales y a las disposiciones de la propia convención, las
medidas legislativas o de otro carácter que fuesen necesarias para hacer efectivo, tales
derechos y libertades.
Aún en los casos en que en la legislación interna cuenta con normas similares o de igual
contenido, es cierto que la detención provisional no se acuerda como una excepción
sino todo lo contrario: constituye la regla. Es indudable que el carácter inquisitivo que
caracteriza las legislaciones americanas y lo arraigados que los principios propios de ese
sistema están en la mayoría de los aplicadores del Derecho Penal, hacen que normas
como las transcritas sean de difícil respeto en el área.
334
UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
a una hipótesis normativa de carácter jurídico-penal, y por lo tanto es una reacción del
Estado contra el delito.
Si la dificultad para aplicar la prisión preventiva con su carácter punitivo es tan sólo
formal por no existir aún una sentencia condenatoria, tal dificultad no se presenta
para concebirla como una ejecución anticipada de la pena que carece de fundamento
y que atenta contra el principio de inocencia, ya que no existe certeza jurídica de que
la resolución o sentencia que vendrá sea condenatoria y se ha hecho sufrir, mientras
tanto, al investigado, todos los rigores de la privación de la libertad. Es decir, se le está
castigando para saber si se le debe castigar. Además, si el tiempo que un imputado ha
estado en prisión preventiva ha superado el mínimo de la pena a aplicar, lo convertiría
en pena anticipada, violatorio del artículo 241 inciso 2 del Código Procesal Penal
Dominicano.
335
Derecho Procesal Penal. Tomo I
En teoría, pues, es discutible una distinción entre pena y medida, sobre todo cuando
no hay separación entre condenados y procesados y cuando la prisión preventiva
se prolonga por años. El carácter es punitivo y esto sale a flote tanto teórica como
prácticamente, ya que se mantiene aun cuando existan posibilidades relevantes de un
resultado absolutorio, situación que contradice al principio de inocencia en mayor
manera.
Por otro lado, si la dificultad para concebir a la prisión preventiva con su carácter
punitivo es tan sólo formal por no existir aún una sentencia condenatoria, tal dificultad
no se presenta para concebirla como una “ejecución anticipada” de la pena que carece
de fundamento y que, como se señaló, atenta contra el principio de inocencia, puesto
que, no existe certeza jurídica de que la resolución que vendrá sea condenatoria y ya se
hizo sufrir mientras tanto, al procesado todos los rigores de la privación de la libertad.
Los principios que sustentan la imposición de la prisión preventiva son los mismos que
sustentan las demás medidas de coerción en general y de los cuales ya hemos hablados
en esta unidad. Se resaltan de manera sucinta los siguientes principios:
Además de las circunstancias generales exigibles para la imposición de las medidas de coerción,
la prisión preventiva sólo es aplicable cuando no pueda evitarse razonablemente la fuga del
imputado mediante la imposición de una o varias de aquellas que resulten menos gravosas para
su persona.
336
UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
En términos generales, según la dogmática para la aplicación de las medidas de coerción deben
tomarse en cuenta tres condiciones o presupuestos esenciales, a saber:
1) Existen elementos de prueba suficientes para sostener, razonablemente, que el imputado es,
con probabilidad, autor o cómplice de una infracción
2) Existe peligro de fuga basado en una presunción razonable, por apreciación de las
circunstancias del caso particular, acerca de que el imputado podría no someterse al
procedimiento.
3) La infracción que se le atribuya esté reprimida con pena privativa de libertad. (La naturaleza
de la infracción objeto de imputación)
Consiste en el hecho de que deben existir indicios suficientes de que un individuo cometió
un hecho penalizado por la ley, tal y como se establece en la norma consagrada en el artículo
227.1 del Código Procesal Penal cuando dice que las medidas de coerción serán aplicadas
cuando: “existan elementos de pruebas suficientes para sostener razonablemente que el
imputado es con probabilidad autor o cómplice de una infracción”.
La existencia del peligro de fuga. (Art. 227.2 CPP), implica con respecto al imputado, que
sea razonable establecer que éste no comparecerá voluntariamente ante la justicia y que exista
la posibilidad real de que el mismo se vaya a sustraer del proceso.
337
Derecho Procesal Penal. Tomo I
Para Binder (Op cit. Págs. 112-113), esto es determinado por el juez de acuerdo a si el
imputado tiene arraigo en el país, la gravedad de la pena, la conducta del imputado ante la
acción delictiva que ha cometido y la gravedad de las consecuencias de dicha actuación y la
actitud de disponibilidad del imputado frente al proceso, por lo que a partir de la valoración
de estas condiciones se le impone o no una medida de coerción al imputado para garantizar su
presencia en el proceso.
Algunos autores como Camacho (Pág. 334) han establecido que existen casos en los que
los hechos cometidos por el imputado implican tal gravedad que conllevan en sí mismos la
existencia del peligro de fuga y que la única forma de garantizar la presencia del imputado en
el proceso es la imposición de una medida de coerción que conlleve la privación de su libertad
tal sería el caso de la imposición de prisión preventiva.
Sin embargo, es necesario recalcar en primer lugar que las medidas coerción son aplicadas para
garantizar la presencia del imputado durante el juicio, ya que este último no puede celebrarse
sin la presencia del imputado, por lo que se le impone a éste alguna medida para evitar que se
sustraiga del proceso.
Cafferata ( Op. Cit., págs. 168-169) considera que como la prisión preventiva tiene como fin
asegurar que el imputado cumpla la condena a la que pueda ser sometido y lograr así con ello
una efectiva aplicación de la sentencia. Ahora bien, la medida de coerción durante el proceso
se mantendrá solo cuando real y efectivamente exista el riesgo de que el imputado quiera o
tenga la posibilidad de fugarse antes que cumplir la sentencia, tomando en cuenta la gravedad
de la posible pena aplicable y las condiciones del imputado.
La prisión preventiva puede ser impuesta por el juez tanto a solicitud del Ministerio Público
como del querellante por una duración determinada y deberá ser revisada periódicamente cada
tres meses conforme lo prevé nuestra normativa procesal penal.
§ La naturaleza de la infracción.
Esta última causal es poco conflictiva a nivel doctrinario ya que la misma es bien definida y no
colisiona con ninguno de los principios de la administración de justicia penal. Su contenido
indica que el hecho penal o delito, contemple en caso de ser condenado, la pena de prisión. Lo
que viene a evitar este requisito es que no podría dictarse el instituto de la prisión preventiva a
delitos que no conlleven pena de prisión.
Estas circunstancias de carácter general que adopta el Código Procesal Penal dominicano
son aspectos que no se limitan para el dictado de la prisión preventiva solamente sino que
son en realidad requisitos para todas las medidas de coerción.
338
UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
Nuestra normativa procesa penal considera que no solo basta con que se reúnan estas
causales en un delito para la aplicación de la prisión preventiva sino que el legislador
dominicano para evitar la fuga del imputado, impone que para su aplicación debieron agotarse
otras medidas que resulten menos gravosas para su persona. Con esta última posición el
Código Procesal Penal dominicano se acerca al principio de última ratio, estableciendo que el
Derecho Penal Mínimo sea utilizado cuando se agoten otras medidas que afecten menos a los
derechos fundamentales del ser humano.
En este mismo orden de ideas, la norma consagrada en el artículo 229 del Código Procesal
Penal Dominicano enuncia una serie de indicadores mediante los cuales se puede apreciar
el peligro de fuga, el cual es un elemento esencial a valorar al momento de decidir sobre la
aplicación de la medida de coerción, cuando establece que: “Para decidir acerca del peligro de
fuga el juez toma en cuenta, especialmente, las siguientes circunstancias:
5) La importancia del daño que debe ser resarcido y la actitud que voluntariamente adopta el
imputado ante el mismo;
8) La no residencia legal en el país o, aún con residencia legal, la no existencia de los elementos
serios de arraigo;
339
Derecho Procesal Penal. Tomo I
9) Haberse pronunciado una pena de prisión en su contra aun cuando la misma se encuentre
suspendida como efecto de la interposición de un recurso”.
Pellerano Gómez (2005, Pág. 335) manifiesta que a la hora de imponer cualquiera de las
medidas de coerción mencionadas anteriormente deben estar presente en el caso en concreto
es imprescindible que exista la probabilidad de que ciertamente el imputado haya cometido un
hecho sancionado por la ley y que la necesidad de pruebas va a depender de la gravedad del
hecho y de la medida que se vaya a imponer.
Respecto al peligro de fuga dicho autor considera que el mismo va a aumentar de acuerdo a la
gravedad del delito cometido por el imputado así como la pena que le pudiese ser impuesta en
razón de ello. Así mismo, establece a parte de esas dos condiciones que el juez debe también
ponderar o tomar en cuenta al momento de establecer la medida de coerción si el imputado
tiene antecedentes penales, su arraigo familiar y social.
2.- Son cautelares, pues no tienen una finalidad en sí mismas sino que han sido establecidas
para garantizar que la búsqueda de la verdad no sea obstaculizada.
3.- Legítima, siempre y cuando su aplicación sea indispensable para lograr los fines anteriormente
mencionados y que la medida impuesta sea proporcional al peligro que se quiere evitar.
5.- Su aplicación no es de forma indefinida, sino de carácter provisional, es decir, hasta que se
cumpla con la finalidad de la misma.
6.- Son interpretadas restrictivamente, ya que afecta el ejercicio los derechos de quien goza de
un estado jurídico de inocencia.
340
UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
De acuerdo con lo previsto en el “Artículo 228 del CPP, modificado por la Ley 10-15 , a
solicitud del Ministerio Público o del querellante, el juez puede imponer una sola de las medidas
de coerción previstas en este código o combinar varias de ellas, según resulte adecuado al caso,
y expedir las comunicaciones necesarias para garantizar su cumplimiento.
Se resalta el hecho de que cuando se ordene la prisión preventiva, ésta no puede combinarse
con otras medidas de coerción.
En los casos de acción pública la medida de coerción sólo procede a solicitud del Ministerio
Público.
En caso que el juez dicte prisión preventiva o arresto domiciliario, el plazo de la investigación
es de tres meses, salvo que el Ministerio Público, la víctima o el querellante soliciten una
prórroga en la forma establecida en el Código Procesal Penal.
El juez no puede reducir el plazo de la investigación salvo que todas las partes estén de acuerdo.
La concesión de la prórroga suspende la prisión preventiva y pone en libertad al imputado, a
menos que el ministerio público, la víctima o el querellante justifique al juez la prolongación
de la misma. En ningún caso el juez está autorizado a aplicar estas medidas desnaturalizando
su finalidad, ni a imponer otras más graves que las solicitadas o cuyo cumplimiento resulta
imposible”.
9.20 Prueba para la imposición o revisión de medida de coerción. Art. 230 CPP
Las partes pueden proponer prueba con el fin de sustentar la imposición, revisión, sustitución,
modificación o cese de una medida de coerción. Dicha prueba se individualiza en un registro
especial cuando no está permitida su incorporación al debate.
El juez valora estos elementos de prueba conforme a las reglas generales establecidas en los
artículos 26, 166 a 172 del CPP, exclusivamente para fundar la decisión sobre la medida de
coerción. En todos los casos el juez debe, antes de pronunciarse, convocar a una audiencia
para oír a las partes o para recibir directamente la prueba. De dicha audiencia se levanta un
acta.
341
Derecho Procesal Penal. Tomo I
Camacho (2005 Pág. 334) es partidario de que para la imposición de medidas de coerción no
es necesaria la existencia de pruebas concluyentes, sino que al Juez le basta con la existencia
de indicios suficientes de que el imputado haya cometido el acto delictivo imputado. Es decir,
que se tenga la certeza de que el imputado está vinculado directamente al hecho, ya que la
valoración de las pruebas es realizada en la audiencia preliminar, y la audiencia de medida de
coerción es para discutir específicamente la procedencia o no de la misma.
9.21 Contenido de la resolución que impone una medida de coerción. Art. 231 CPP
A solicitud del Ministerio Público, el juez puede ordenar el internamiento del imputado en un
centro de salud mental, previa comprobación, por dictamen pericial, de que sufre una grave
alteración o insuficiencia de sus facultades mentales que lo tornan peligroso para sí o para
terceros, siempre que medien las mismas condiciones que para aplicar la prisión preventiva.
Recuerden que hemos dicho anteriormente que el artículo 234 del Código Procesal Penal
modificado por la Ley 10-15, establece que en adicción a las circunstancias generales que
342
UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
exigen las normas contempladas en los artículos 227 y 229 del Código Procesal Dominicano
para la imposición de medidas de coerción, la prisión preventiva únicamente debe aplicarse
cuando no pueda evitarse razonablemente la fuga del imputado con el empleo de otras medidas
que resulten menos gravosas para la persona del procesado.
Sin embargo, en el segundo párrafo del artículo 234 quedan claras y categóricamente
establecidas las excepciones a la aplicación de la prisión preventiva, es decir, los casos en los
cuales no puede aplicarse la prisión preventiva. Así tenemos que, no es posible ordenar prisión
preventiva en las siguientes personas:
· Persona mayor de 75 años, si se estima que, en caso de condena, no le es imponible una
pena mayor a cuatro años de privación de libertad.
· Mujeres embarazadas.
· Madres durante el período de la lactancia, según lo dispone el Código de Trabajo de la
República Dominicana.
· No puede ordenarse la prisión preventiva contra las personas afectadas por una
enfermedad grave y terminal.
9.25 Garantía. Forma de prestarla. (Art. 235 del CPP modificado por la Ley 10-15)
El juez hace la estimación de modo que constituya un motivo eficaz para que el imputado se
abstenga de incumplir sus obligaciones. El imputado y el garante pueden sustituirla por otra
equivalente, previa autorización del juez.
343
Derecho Procesal Penal. Tomo I
Se crea un fondo único de Garantía procesal compuesto por los valores depositados procedentes
de las garantías económicas en efectivo, impuestas por los tribunales. Dicho fondo, en ningún
caso será menor del veinte por ciento de la totalidad de la suma depositada sucesivamente
como consecuencia de dichas garantías. Los valores restantes al fondo único de garantía
procesal serán administrados por el Ministerio Público de conformidad con la legislación
establecida en materia presupuestaria y administrativa.
9.26 Revisión de las medidas de coerción. (Art. 238 del CPP, Modificado por la Ley
10-15)
La revisión para imponer una medida más gravosa, sólo procede a solicitud del Ministerio
Público y del querellante”.
Cada tres meses, sin perjuicio de aquellas oportunidades en que se dispone expresamente, el
juez o tribunal competente examina los presupuestos de la prisión preventiva y, según el caso,
ordena su continuación, modificación, sustitución por otra medida o la libertad del imputado.
La revisión se produce en audiencia oral con citación a todas las partes y el juez decide
inmediatamente en presencia de los que asistan. Si compete a un tribunal colegiado, decide el
presidente.
El cómputo del término se interrumpe en los plazos previstos en el artículo siguiente o en caso
de recurso contra esta decisión, comenzándose a contar íntegramente a partir de la decisión
respectiva.
9.26.2 Revisión a pedido del imputado. (Art. 240 del CPP, Modificado por la Ley 10-15)
344
UNIDAD IX: LAS MEDIDAS DE COERCION PERSONALES
Si el fallo ha sido recurrido por parte del imputado o del Ministerio Público en su favor, el
plazo del artículo anterior puede prorrogarse por seis meses. Vencido ese plazo, no se puede
acordar una nueva ampliación del tiempo de la prisión preventiva.
345
Resumen de la unidad IX
Las medidas de coerción se definen como todas aquellas injerencias legítimas de la autoridad
en los derechos fundamentales. Son instauradas como medios para lograr los fines del proceso.
Otros las llaman medidas de coerción, haciendo énfasis en la posibilidad de utilizar la fuerza
para llevarlas a cabo, aún en contra de la voluntad del sometido a ellas. Las medidas de coerción
se clasifican en personales y reales.
Una característica fundamental de las medidas de coerción es su carácter cautelar, ya que solo
pueden mantenerse mientras persistan las condiciones que les dieron origen. Por lo tanto, no
pueden extenderse más allá del tiempo previsto por la norma procesal penal, de lo contrario,
se consideran como una pena anticipada.
Los principios que sustentan la imposición de la risión preventiva son los mismos que sustentan
las demás medidas de coerción en general se resaltan de manera sucinta los siguientes principios:
§ Principio de Legalidad:
§ Previsibilidad de la Ley:
§ Jurisdiccionalidad
§ Excepcionalidad
§ Principio de justicia rogada
§ Proporcionalidad
§ Idoneidad o adecuación de la medida
RESUMEN
En cualquier caso, el juez puede prescindir de toda medida de coerción, cuando la promesa
del imputado de someterse al procedimiento sea suficiente para descartar el peligro de fuga.
Procede aplicar medidas de coerción, cuando concurran todas las circunstancias siguientes:
1. Existen elementos de prueba suficientes para sostener, razonablemente, que el imputado es,
con probabilidad, autor o cómplice de una infracción;
2. Existe peligro de fuga basado en una presunción razonable, por apreciación de las
circunstancias del caso particular, acerca de que el imputado podría no someterse al
procedimiento;
Cuando se ordene la prisión preventiva, no puede combinarse con otras medidas de coerción.
En ningún caso el juez está autorizado a aplicar estas medidas desnaturalizando su finalidad ni
a imponer otras más graves que las solicitadas o cuyo cumplimiento resulta imposible.
A solicitud del Ministerio Público o del querellante, y en la forma, bajo las condiciones y por
el tiempo que indica la normativa procesal penal, el juez podrá imponer al imputado, después
de escuchar sus razones, las siguientes medidas de coerción:
I. El día 10 del mes de marzo del año 2017, siendo las 90.00 AM mientras la señora
Flor Azucena, se encontraba en el frente de su residencia, ubicada en la calle 27 de
Febrero de la ciudad de Santiago de los Caballeros, fue sorprendida por agentes de
la DNCD en la distribución de sustancias controladas. De inmediato fue puesta bajo
arresto por flagrante delito en violación a la Ley 50-88 Sobre Drogas y Sustancias
Controladas. Posteriormente, en fecha 13 en horas de la tarde del mismo mes,
fue sometida a la acción de la justicia a los fines de que le conocieran medida de
coerción por los hechos ocurridos.
- De acuerdo a los requisitos de admisibilidad de las medidas de coerción responda la
siguiente pregunta. Justifique su respuesta.
- Si usted fuera el juez que conocerá esta solicitud de imposición de medida de coerción,
qué medida impondría a la señora?
II. Un joven de 28 años falleció a las 5:00 horas de ayer en las inmediaciones del Bar
Caramelo como consecuencia de una riña en la que resultó herido de arma blanca.
Tan pronto se percataron del incidente, los responsables del local llamaron a la
policía, quien, ante la imposibilidad de determinar en ese momento la autoría de los
hechos, decidió disponer que los presentes no se alejaran del lugar. Incluso cabría
arrestar a todos los presentes.
Explique:
ñ ¿Sobre quiénes puede procederse del modo previsto? ¿Sobre los posibles autores, sobre
los participes o colaboradores, o incluso sobre los testigos que hubieren presenciado
estos hechos?
ñ En relación con la situación anterior, ¿cabe arrestar a testigos? ¿Es medida cautelar?
Justifique su respuesta.
ñ ¿Se requiere motivación para su adopción?
ñ ¿Cuáles serían sus presupuestos?
ñ Explicar las garantías y derechos del arresto en la República Dominicana.
Ejercicios de Autoevaluación de la unidad IX
I. Coloca una V si el enunciado es verdadero y una F si el enunciado es falso:
9.________Las medidas de coerción pueden mantenerse aunque hayan desaparecido las
condiciones que les dieron origen.
2._________ En cualquier caso, el juez puede prescindir de toda medida de coerción, cuando
la promesa del imputado de someterse al procedimiento sea suficiente para descartar el peligro
de fuga.
3. _________ Cuando se ordene la prisión preventiva, no puede combinarse con otras medidas
de coerción.
4.________ En todos los casos el Ministerio Público debe examinar las condiciones en que se
realiza el arresto y si este no resulta conforme con las disposiciones de la ley, está en el deber
de dispone la libertad inmediata de la persona arrestada.
5.__________ No puede ordenarse la prisión preventiva contra las personas afectadas por una
enfermedad grave y terminal.
6.________La revisión obligatoria de la imposición de la prisión preventiva puede hacer cada
6 meses.
7. _______ El Estado está siempre obligado al pago de la indemnización en caso de medidas
de coerción sufridas injustamente.
8. _______ Si el imputado no es presentado a la acción de la justicia en el plazo de 48 horas
luego der ser arrestado, el juez debe declarar la solicitud de medida de coerción inadmisible.
9. _____ procede ordenar la medida de coerción en perjuicio de mujeres embarazadas o
de personas afectadas por una enfermedad terminal.
10. _____ La prisión preventiva finaliza cuando su duración exceda de doce meses.
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