Manual de Indulgencias
Manual de Indulgencias
Manual de Indulgencias
La «indulgencia» no es una alternativa a las obras impulsadas por la caridad teologal, sino un acicate o
una confirmación de las mismas, un impulso para actuar libre y voluntariamente según el Espíritu
Santo. Pero esta confesión de fe abarca también el misterio de la Iglesia como cuerpo de Cristo.
Se deben realizar obras que no solo son aptas para ayudar a los fieles a satisfacer por las penas debidas
por sus pecados, sino que también, y principalmente, los impulsan a mayor fervor de la caridad.
1. La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados ya borrados en
cuanto a la culpa, que el fiel cristiano, debidamente dispuesto y cumpliendo unas ciertas y
determinadas condiciones, consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la
redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los
santos.
2. La indulgencia es parcial o plenaria, según libre en parte o en todo de la pena temporal debida por
los pecados.
3. Nadie que gane indulgencias puede aplicarlas a otras personas que aún viven.
4. Las indulgencias, tanto parciales como plenarias, pueden aplicarse siempre a los difuntos como
sufragio.
5. Al fiel cristiano que, al menos arrepentido interiormente, realiza una obra enriquecida con
indulgencia parcial, se le concede, por medio de la Iglesia, una remisión de la pena temporal del
mismo valor que la que él mismo con su acción ya recibe.
18. El fiel cristiano que usa con devoción algún objeto de piedad (crucifijo o cruz, rosario, escapulario,
medalla) debidamente bendecido por cualquier sacerdote o diácono, gana indulgencia parcial. Si el
objeto de piedad ha sido bendecido por el Sumo Pontífice o por cualquier obispo, el fiel cristiano que
lo usa con sentimiento de piedad puede ganar indulgencia plenaria en la solemnidad de los santos
apóstoles Pedro y Pablo, pero añadiendo la profesión de fe, con cualquier fórmula legítima.
19.
1. La indulgencia unida a la visita a una iglesia no cesa aunque la iglesia sea destruida, si se
reconstruye en ese mismo lugar o en otro, conservando el mismo título.
2. La indulgencia aneja al uso de un objeto de piedad cesa solamente cuando este objeto deja
de existir o se vende.
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20.
1. Para ser capaz de lucrar indulgencias, es necesario estar bautizado, no excomulgado, en
estado de gracia por lo menos al final de las obras prescritas.
2. Para que el sujeto capaz las lucre, debe tener intención por lo menos general de ganarlas
y cumplir las obras prescritas dentro del tiempo establecido y en la forma debida, a tenor de
la concesión.
21.
1. La indulgencia plenaria sólo puede ganarse una vez al día.
2. Sin embargo, el fiel cristiano podrá alcanzar indulgencia plenaria in articulo mortis, aunque
el mismo día haya ganado ya otra indulgencia plenaria.
3. La indulgencia parcial puede ganarse varias veces al día, a no ser que expresamente se
establezca lo contrario.
22. La obra prescrita para la obtención de una indulgencia plenaria aneja a una iglesia u oratorio
consiste en la visita piadosa a este lugar, rezando el Padrenuestro y el Credo, a no ser que en algún
caso especial se establezcan otras condiciones.
23.
1. Para ganar una indulgencia plenaria, además de la exclusión de todo afecto a cualquier
pecado, incluso venial, se requiere la ejecución de la obra enriquecida con indulgencia y el
cumplim Jiiento de tres condiciones, que son: la confesión sacramental, la comunión
eucarística y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice.
2. Con una sola confesión sacramental, pueden ganarse varias indulgencias plenarias; en
cambio, con una sola comunión eucarística y una oración por las intenciones del Sumo
Pontífice sólo se gana una indulgencia plenaria.
3. Las tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra
prescrita: pero conviene que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se
realicen el mismo día en que se cumple la obra.
4. Si falta la plena disposición, o si no se cumple la obra prescrita y las tres condiciones
antedichas, salvo lo prescrito en los números 27 y 28 para los «impedidos», la indulgencia será
sólo parcial.
5. La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple si se reza según su
intención un solo Padrenuestro y Avemaría; pero se concede a cada fiel la facultad de rezar
cualquier otra fórmula, según su piedad y devoción.
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TRES CONCESIONES GENERALES
I
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, en el cumplimiento de sus obligaciones y en el
sufrimiento de las dificultades de la vida, eleva su alma a Dios con humilde confianza, añadiendo
—aunque sólo sea mentalmente— alguna piadosa invocación.
Con esta primera concesión los fíeles cristianos son como llevados de la mano a cumplir el
mandato de Cristo: «Hay que orar siempre sin desanimarse»,4 y al mismo tiempo se les enseña
a cumplir las propias obligaciones de manera que conserven y aumenten la unión con
Cristo.
(Mt 7,7-8): Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe,
quien busca encuentra y al que llama se le abre.
II
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, movido por el espíritu de fe, se entrega a sí
mismo o sus bienes, con sentimientos de misericordia, al servicio de los hermanos necesitados.
Con la concesión de esta indulgencia, se incita al fiel cristiano a que, siguiendo el ejemplo y el
mandamiento de Cristo Jesús,6 practique con más frecuencia obras de caridad o
misericordia.
Sin embargo, no se enriquecen con indulgencia todas las obras de caridad, sino tan sólo las
que se hacen «al servicio de los hermanos necesitados», como son los que carecen de comida
o vestido para el cuerpo, o de instrucción o consuelo para el espíritu.
(Mt 25,35-36 Mt 40): Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui
forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y
vinisteis a verme… Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos,
conmigo lo hicisteis.7
III
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, con espíritu de penitencia, se priva
voluntariamente de alguna cosa lícita y agradable.
Con esta tercera concesión se estimula al fiel cristiano a que, refrenando sus concupiscencias,
aprenda a dominar su propio cuerpo y a identificarse con Cristo pobre y sufriente.10
Pero la privación tendrá más valor si va unida a la caridad, según las palabras de san León
Magno: «Consagremos a la virtud lo que negamos al placer. Conviértase en alimento de los
pobres la abstinencia del que ayuna».11
(Lc 9,23): El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga
conmigo.12
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5. Son dignas de especial mención las concesiones que se refieren a algunas obras que, enriquecidas
de indulgencia plenaria, el fiel cristiano puede ganar todos los días del año, quedando en pie la
Norma 21 – 1, según la cual sólo puede ganarse una indulgencia al día:
— la adoración del Santísimo Sacramento durante al menos media hora (núm. 3).
— la lectura piadosa de la sagrada Escritura durante al menos media hora (núm. 50);
— el piadoso ejercicio del vía crucis (núm. 63).
— el rezo del rosario mariano en una iglesia u oratorio, o en familia, en una comunidad religiosa, en
una asociación piadosa (núm. 48).
CONCESIONES
8 Ángel de Dios
Ángel de Dios, tú que eres mi custodio, a mí, que he sido encomendado a ti por la piedad celestial,
ilumíname, guárdame, dirígeme y guíame. Amén.
Indulgencia parcial
10 Alma de Cristo
(Indulgencia parcial)
13 Visita al cementerio
Al fiel cristiano que visite piadosamente un cementerio y que en su mente ore por los difuntos, se le
concede indulgencia, aplicable sólo a las almas del Purgatorio; desde el día 1 hasta el 8 de noviembre
todos los días plenaria; los demás días del año será parcial.
15 Comunión espiritual
El acto de Comunión espiritual, realizada con cualquier fórmula, está enriquecido con indulgencia
parcial.
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16 Creo en Dios
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que rece piadosamente el anterior símbolo de los
apóstoles o el símbolo niceno-constantinopolitano.
17 Adoración de la cruz
Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que el Viernes santo de la Pasión y Muerte del Señor
asista piadosamente a la adoración de la cruz en la solemne acción litúrgica.
20 Doctrina cristiana
Al fiel cristiano que trabaje en enseñar o aprender la doctrina cristiana se le concede indulgencia parcial.
N.B.: El que, movido por el espíritu de fe y de caridad, enseña la doctrina cristiana puede ganar
indulgencia parcial, según la concesión general núm. II (véase antes p. 35).
Por esta nueva concesión la indulgencia parcial queda confirmada en favor del que enseña la doctrina
cristiana y se extiende también al que la aprende.
23 Reunión eucarística
Se concede indulgencia plenaria a los fieles que participen devotamente en el solemne rito eucarístico,
con el que suele concluirse una reunión.
25 Ejercicios espirituales
Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que practique ejercicios espirituales al menos durante
tres días íntegros.
La condición con tal que éste haya rezado habitualmente algunas oraciones suple en este caso a las
tres condiciones habituales requeridas para ganar indulgencia plenaria.
El fiel cristiano podrá ganar esta indulgencia plenaria en peligro de muerte inminente aunque en el
mismo día ya haya ganado otra indulgencia plenaria.
Esta concesión está tomada de la Constitución apostólica Indulgentiarum doctrina, Norma 18.
29 Letanías
Quedan enriquecidas con indulgencia parcial todas las letanías aprobadas por la autoridad
competente, entre las cuales destacan las siguientes: del Santísimo Nombre de Jesús, del Sagrado
Corazón de Jesús, de la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo, de santa María Virgen, de
san José, de los santos.
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31 María, madre de gracia
Indulgencia parcial
34 Novenas
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que asista devotamente al piadoso ejercicio de la novena
anterior a la solemnidad de Navidad, de Pentecostés o de la Inmaculada Concepción de santa María
Virgen.
La mencionada concesión está tomada de la Constitución apostólica Indulgentiarum doctrina, Norma 16;
cf. también como arriba, Norma 18.
(3) Para bendecir rectamente los objetos de piedad, el sacerdote o el diácono (según la disciplina del Ritual
romano, Bendicional) observen las fórmulas prescritas. En este punto es útil notar que es suficiente trazar
la señal de la cruz, a la que es necesario se añadan las palabras: «En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo» (cf. Ritual romano Bendicional, núms. 1350 y 1367).
36 Oficios parvos
Quedan enriquecidos con indulgencia parcial todos los Oficios parvos: de la Pasión de nuestro Señor
Jesucristo, del Sagrado Corazón de Jesús, de santa María Virgen, de la Inmaculada Concepción, de san
José.
38 Oración mental
Al fiel cristiano que haga piadosamente oración mental se le concede indulgencia parcial.
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43 Primera misa de los neosacerdotes
Se concede indulgencia plenaria al sacerdote que en un día determinado celebra la primera misa en
presencia del pueblo, y a los fíeles que asistan devotamente a esta misa.
45 Retiro mensual
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que participe en un retiro mensual.
48 Rosario mariano
Indulgencia plenaria si el rezo del rosario se hace en una iglesia u oratorio, o en familia, en una
comunidad religiosa, en una asociación piadosa; parcial, fuera de estas circunstancias.
(El rosario es una determinada manera de orar en la que distinguimos quince decenas de Avemarías,
intercalando la oración del Señor, y meditando piadosamente en cada una de estas decenas los
misterios de nuestra redención).
Sin embargo, se introdujo la costumbre de llamar también «rosario» a una tercera parte del mismo.
Respecto a la indulgencia plenaria se establece lo siguiente:
1. Basta el rezo de sólo una tercera parte del rosario: pero las cinco decenas deben rezarse
seguidas.
2. A la oración vocal hay que añadir la piadosa meditación de los misterios.
3. En el rezo público, los misterios deben enriquecerse de acuerdo con la costumbre admitida en cada
lugar; en el rezo privado, basta con que el fiel cristiano junte a la oración vocal la meditación de los
misterios.
4. Entre los Orientales, donde no existe la práctica de esta devoción, los patriarcas pueden establecer
otras oraciones en honor de santa María Virgen (por ejemplo, entre los bizantinos el himno
«Akathistos», o el oficio «Paraclisis»), que gozarán de las mismas indulgencias que el rosario.*
55 Señal de la cruz
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que haga la señal de la cruz diciendo las palabras de
costumbre: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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57 Bajo tu protección
Bajo tu protección nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en
nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.
(Liturgia de las Horas. Tiempo Ordinario, Completas).
Indulgencia parcial
60 Te Deum
Al fiel cristiano que recite en acción de gracias el himno Te Deum, se le concede indulgencia parcial. La
indulgencia será plenaria si lo recita públicamente el último día del año.
61 Veni, Creator
Al fiel cristiano que rece devotamente el himno Ven, Espíritu creador, se le concede indulgencia parcial.
La indulgencia será plenaria el día 1 de enero y en la solemnidad de Pentecostés, si este himno se reza
públicamente.
63 Vía crucis
Al fiel cristiano que practique el piadoso ejercicio del Vía crucis se le concede indulgencia plenaria.
Con el piadoso ejercicio del Vía crucis se actualiza el recuerdo de los sufrimientos que soportó el divino
Redentor en el camino desde el pretorio de Pilato, donde fue condenado a muerte, hasta el monte de
la Calavera o Calvario, donde murió en la cruz por nuestra salvación.
Para ganar indulgencia plenaria se establece lo siguiente:
1. El piadoso ejercicio debe practicarse ante las estaciones del Vía crucis legítimamente
erigidas.
2. Para erigir el Vía crucis se requieren catorce cruces, a las que provechosamente se
acostumbra añadir otros tantos cuadros o imágenes que representan las estaciones de
Jerusalén.
3. Según la costumbre más extendida, este piadoso ejercicio consta de catorce lecturas
piadosas, a las que se añaden algunas oraciones vocales. No obstante, para realizar este
piadoso ejercicio, se requiere únicamente la piadosa meditación de la Pasión y Muerte del Señor,
sin que sea necesaria una consideración sobre cada uno de los misterios de las estaciones.
4. Se requiere el paso de una estación a otra. Si el piadoso ejercicio se practica públicamente
y el movimiento de todos los presentes no puede efectuarse sin evitar el desorden, basta con
que quien dirige el ejercicio se traslade a cada estación, sin que los demás se muevan de su
lugar.
5. Los que están legítimamente impedidos pueden ganar la misma indulgencia, si al menos por
un tiempo, por ejemplo, un cuarto de hora, se dedican a la piadosa lectura y meditación de la
Pasión y Muerte del Señor Jesucristo.
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64 Visita, Señor
Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en
ella y nos guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
(Liturgia de las Horas: Completas, después de las Vísperas del domingo).
Indulgencia parcial