Día 3 Por El Aumento de Las Virtudes

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DÍA TERCERO DE LA NOVENA DE LA PURISIMA CONCEPCIÓN

OREMOS POR EL AUMENTO DE LAS VIRTUDES EN NUESTRAS


VIDAS.
Dios nuestro, permítenos, ofrecerte junto con la Santísima Virgen María, este
Rosario de meditación por el aumento de las virtudes en nuestras vidas:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, me pesa de todo corazón
haber pecado, porque he merecido el infierno y he perdido el cielo, sobre todo
porque te ofendí a Ti, que eres bondad infinita, a quien amo sobre todas las
cosas.
Propongo firmemente, con tu gracia, enmendarme y evitar las ocasiones de
pecado, confesarme y cumplir la penitencia. Confío me perdonarás por tu
infinita misericordia. Amén.
Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción;
así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la
gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que
Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de
ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de
pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios, no sólo
para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de
todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de
cuantos han acudido a tu protección e implorado tu socorro haya sido
desamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la

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tercera, una buena muerte. Además, dame la gracia particular que te pido en
esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
PRIMER MISTERIO GOZOSO
La Anunciación del Ángel a María Santísima y la Encarnación del Hijo
de Dios.
“Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre, llamado José, de la
casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando donde ella estaba
dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo...vas a concebir en el
seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús...” Dijo
María: “He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra"”. (Lc 1,
26-28.31-38). Palabra del Señor.
Oh Dios, autor de la salvación, que enviaste a tu ángel Gabriel a Santa María
para hacerla Madre del Redentor; aviva en nuestra mente la firme convicción
de ser tus hijos y de querer vivir siempre en comunión con el Cuerpo de
Cristo, que es la Iglesia.
Padre nuestro
Dios te salve María (10 veces)
Gloria al Padre…
Jaculatoria: Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del
infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más
necesitadas de tu infinita misericordia. Amén.
SEGUNDO MISTERIO GOZOSO
La Visitación de Nuestra Señora a su Prima Santa Isabel.
“En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región
montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel.
Y en cuanto oyó Isabel el saludo de María...quedó llena del Espíritu Santo”.
(Lc 1, 39-41). Palabra del Señor.
Oh Señor, sabiduría y fuerza de los profetas, que inspiraste a la Madre del
Verbo encarnado visitar a su distante y anciana prima, para que tu Hijo, que
ella llevaba en su seno, santificase a Juan, el más grande profeta; concédenos
obtener las gracias y las virtudes por la presencia operante de la Madre de la
Iglesia.

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Padre nuestro
Dios te salve María (10 veces)
Gloria al Padre…
Jaculatoria: Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del
infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más
necesitadas de tu infinita misericordia. Amén.
TERCER MISTERIO GOZOSO
El Nacimiento de Jesús en el Portal de Belén.
“José y María salieron de Nazaret hacia Belén y, “mientras ellos estaban allí
se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito,
lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre””. (Lc 2, 6-7) Palabra del
Señor.
Oh Señor del cielo y de la tierra, que te complaciste en poner en movimiento a
las estrellas del cielo y encaminar a los humildes y doctos hacia la fría cueva
en donde María dio a luz a tu Hijo divino; concédenos unirnos en la humildad
y el amor a la vida del Verbo encarnado.
Padre nuestro
Dios te salve María (10 veces)
Gloria al Padre…
Jaculatoria: Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del
infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más
necesitadas de tu infinita misericordia. Amén.
CUARTO MISTERIO GOZOSO
La Purificación de la Virgen María.
“Cuando, según la ley de Moisés, se cumplieron los días de la purificación,
subieron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está prescrito en
la Ley del Señor: “Todo varón primogénito será consagrado al Señor””. (Lc 2,
22-23) Palabra del Señor.
Oh Dios, libertador del pueblo elegido, que acogiste en el templo a tu Hijo
divino con su Madre Virgen; concédenos por intercesión de la misma Madre
de Dios ser presentados a ti en el Paraíso.
Padre nuestro

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Dios te salve María (10 veces)
Gloria al Padre…
Jaculatoria: Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del
infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más
necesitadas de tu infinita misericordia. Amén.
QUINTO MISTERIO GOZOSO
El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.
“El niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres... Al cabo de tres
días, lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros,
escuchándoles y preguntándoles”. (Lc 2, 43-46) Palabra del Señor.
Oh Padre del cielo, que consentiste que tu Hijo divino se entretuviera contigo,
entre los doctores del templo, no obstante, las grandes angustias de sus padres
por el temor de haberlo perdido; haznos perseverantes en la oración para
conseguir los frutos de la redención.
Padre nuestro
Dios te salve María (10 veces)
Gloria al Padre…
Jaculatoria: Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del
infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más
necesitadas de tu infinita misericordia. Amén.
Por las intenciones del Santo Padre el Papa Francisco y por el aumento de
las Virtudes en Nuestra Vida:
Padre nuestro…
Dios te salve María, Hija de Dios Padre, Alcánzanos Señora la Virtud de la
Fe, Llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas la
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de
Dios, Ruega por nosotros pecadores, Ahora y en la hora de nuestra muerte,
Amén.
Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, Alcánzanos Señora la Virtud de la
Esperanza, Llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre
todas la mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María,
Madre de Dios, Ruega por nosotros pecadores, Ahora y en la hora de nuestra
muerte, Amén.

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Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo, Alcánzanos Señora la
Virtud de la Caridad, Llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres
entre todas la mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María,
Madre de Dios, Ruega por nosotros pecadores, Ahora y en la hora de nuestra
muerte, Amén.t
Dios te salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima
Trinidad, Virgen concebida sin pecado original. Danos pureza de alma para
decirte:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza


nuestra; Dios te salve, a Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti
suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora,
abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de
este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, oh
piadosa, oh dulce siempre Virgen María. Ruega por nosotros, Santa Madre de
Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor
Jesucristo. Amén.
LETANÍAS
Señor ten piedad de nosotros Señor ten piedad de nosotros
Cristo ten piedad de nosotros Cristo ten piedad de nosotros
Señor ten piedad de nosotros Señor ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial Ten piedad de nosotros
Dios Hijo, redentor del mundo Ten piedad de nosotros
Dios, Espíritu Santo Ten piedad de nosotros
Trinidad Santa, un solo Dios Ten piedad de nosotros
Santa María Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las vírgenes
Madre de Cristo
Madre de la divina gracia
Madre purísima
Madre castísima
Madre Virgen

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Madre Inmaculada
Madre amable
Madre admirable
Madre del Creador
Madre del Salvador
Virgen prudentísima
Virgen venerable
Virgen laudable
Virgen poderosa
Virgen misericordiosa
Virgen fiel
Espejo de justicia
Trono de sabiduría
Causa de nuestra alegría
Vaso espiritual de elección
Vaso precioso de la gracia
Vaso de verdadera devoción
Rosa mística
Torre de David
Torre de marfil
Casa de oro
Arca de la alianza
Puerta del cielo
Estrella de la mañana
Salud de los enfermos
Refugio de los pecadores
Consuelo de los afligidos
Auxilio de los cristianos
Reina de los Ángeles
Reina de los Patriarcas
Reina de los Profetas
Reina de los Apóstoles

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Reina de los Mártires
Reina de los Confesores
Reina de las Vírgenes
Reina de todos los Santos
Reina concebida sin pecado original
Reina elevada al cielo
Reina del Santísimo Rosario
Reina de la paz
Reina de la familia
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Perdónanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Escúchanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Ten piedad y misericordia de nosotros
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios…
Oración del Tercer día.
¡Oh santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así
como preservaste a María de todo pecado venial en toda su vida, y a nosotros
nos pides que purifiquemos más y más nuestras almas, para ser dignos de Ti,
así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos
concedas la gracia de evitar los pecados veniales y de procurar y obtener cada
día más pureza y delicadez de conciencia. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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