Informacion Platon
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C)
Platón es considerado una de las figuras más influyentes en el desarrollo del pensamiento occidental producto a su
significativo legado teórico en áreas tales como la ontología, la epistemología, la ética y la política. A la hora de es-
tudiar su filosofía, uno de los referentes más importantes, es la relación que se establece entre este pensador y los
sofistas. A través de la figura de Sócrates (su principal interlocutor) y los diálogos como sistema de aprehensión,
Platón logra establecer en el centro de las discusiones el sentido auténtico y significado de la verdad y los valores,
contrarrestando así los criterios sofistas.
Sin embargo, el horizonte intelectual de Platón y su reconocimiento intelectual va mucho más allá, se refracta en la
creación de la Academia, institución encargada de fomentar el estudio de disciplinas como la matemática, astrono-
mía, filosofía, derecho, gramática, etc., y en donde empieza a destacar la figura del joven Aristóteles.
Diálogos
La peculiaridad que revisten los diálogos platónicos está contenida en la posibilidad de hacer filosofía y lograr un
pensamiento reflexivo desde la multiplicidad de tópicos (y por ende de interlocutores), sin que prime en cada uno
de ellos la condición de ser filósofos en el sentido estricto de la palabra. Esta diversidad remite a su vez, a un enlace
entre la retórica, el estilo y la terminología; enlace el cual, imprime una inmensa fluidez a la obra y precisa al lector
a formar su propia opinión respecto a los asuntos en discusión.
Platón introduce la idea de filosofía como una indagación sin pre-
suposiciones, donde hacer filosofía significa aprender a morir.
El significado de la Filosofía
La búsqueda de la sabiduría, opera como la empresa crítica que define el ámbito de la filosofía y de otras áreas del
saber. Para ello es necesario admitir la ignorancia y mantener un equilibrio entre la reflexión sobre la naturaleza y
los criterios del conocimiento (episteme) frente a la mera creencia tradicional (doxa) y la forma (métodos).
Este movimiento de la creencia a la duda (de la reflexión a la comprensión), o sea, la preocupación por los aspectos
epistemológicos y metodológicos distingue la filosofía de Platón de lo que vino antes, y también distingue a la filo-
sofía como un todo de otras empresas epistémicas como las matemáticas.
Muchas fuentes, incluido Aristóteles, apoyan este punto de vista. Por esta razón se cree que el grueso teórico de
Platón estaba contenido en las lecciones orales de la Academia.
La dialéctica tiene como objetivo descubrir lo que es. Pero lo que es, no puede ser captado con los sentidos, ya que
todo lo sensible está en un estado de flujo (heracliteano). Los verdaderos objetos de la comprensión y el conoci-
miento no son cosas individuales, sino sus formas (morphe) o ideas (eidos). El filósofo no está interesado en lo con-
creto, solo quiere identificar el ámbito de las esencias. Por tanto, la teoría de las formas funciona primero y sobre
todo como correctivo, sirviendo como guía para no alejarse de lo demasiado concreto hacia lo más general, noción
que comprende el verdadero premio de la investigación dialéctica.
Epistemología
Platón al ver a la filosofía como un ente dialéctico que se basa en el habla para llegar al conocimiento (episteme),
describe al menos un principio lógico como parte de la epistemología. El logos (razón) siempre se trata de algo; es
una concatenación de sustantivos y verbos que revelan algo; es cierto si revela cuál es el caso y falso si no lo hace.
El conocimiento siempre debe ser lógicamente presente y defendible, puesto que lo que se sabe se puede poner en
palabras.
Otro criterio es la generalidad, ya que el conocimiento sobre cualquier cosa implica una comprensión general de al-
gún tipo. La diferencia más importante entre conocimiento y mera creencia u opinión, radica en los vínculos colo-
cados sobre el conocimiento. Si bien tanto el conocimiento como la creencia correcta (o la doxa) comparte la pro-
piedad de ser verdadero, el conocimiento es atado por la cadena de la razón (logos).
El conocimiento es, como el habla, siempre sobre algo. Platón asume ahora una correspondencia estricta entre el or-
den del conocimiento y el orden del ser. Según esta correlación onto-epistemológica, sólo el Ser posiblemente sea
un objeto de conocimiento. Por lo tanto, técnicamente, solo las matemáticas y la filosofía podrían producir conoci-
miento verdadero absoluto ya que solo ellos se preocupan por las formas puras y por los objetos matemáticos. Sin
embargo, sólo la filosofía cumple con el más estricto y definitivo requisito del conocimiento: presuposición. Para
Platón, todo lo que está por debajo del conocimiento absoluto es mera creencia o una especie de técnica. El verda-
dero conocimiento es solo obtenido por la noesis, actos inmediatos, no proposicionales y por la comprensión no
discursiva.
Ética y Política
Siguiendo el ejemplo del verdadero Sócrates, los primeros diálogos de Platón abordan en gran medida cuestiones
éticas. Sócrates está representado en conversaciones con amigos y conocidos, discutiendo asuntos de la virtud, la
buena vida y la educación. Habla de coraje con el viejo general Laques, de la prudencia con los jóvenes y Alcibía-
des hambriento de poder, de la piedad con el sacerdote Eutifrón (que va en camino de demandar a su propio padre),
de la amistad con el joven Lysis y sus amigos, etc. Las preguntas importantes incluyen la naturaleza de las virtudes
individuales, el problema de si hay virtudes distintas o solo una, y, sobre todo, las cuestiones de si se puede enseñar
la virtud, que discute en profundidad con el sofista Protágoras y el diplomático Meno en los diálogos del mismo
nombre.
De ahí que, la tarea de la política sea reflejar el orden interno del
alma en el orden exterior de la ciudad-estado. Un verdadero polí-
tico hace mejor a su pueblo cuando hila y teje juntas todas las vi-
das y actividades públicas en un todo ordenado.
La experiencia parece influir a favor de la imposibilidad de enseñar la virtud. Sin embargo, Sócrates se mantiene
cauteloso a lo largo de los primeros diálogos.
Según Platón, el alma humana se compone de tres partes: los deseos, la facultad de coraje y decisión, y el intelecto.
Para comprender mejor la relación entre estas partes, Sócrates las compara con las castas de comerciantes y arte-
sanos, de guerreros y de líderes, respectivamente, en el entorno de la ciudad-estado. Cada parte del alma y en con-
secuencia cada casta tiene su propia virtud: los deseos deben ser templados y moderados (sophrosyne), la facultad
del coraje debe ser valiente (andreia), y el intelecto debe ser sabio (sofía); en consecuencia, los comerciantes no de-
ben ser codiciosos, los guerreros deben ser valientes y los líderes deben ser sabios.
De ahí que, la tarea de la política sea reflejar el orden interno del alma en el orden exterior de la ciudad-estado. Un
verdadero político hace mejor a su pueblo cuando hila y teje juntas todas las vidas y actividades públicas en un todo
ordenado. El mejor político es el que no quiere el trabajo porque no busca el poder y encuentra sus recompensas en
otros lugares. Esto conduce al teorema del rey filósofo: los filósofos deberían convertirse en líderes o todos los líde-
res deberían empezar a filosofar, de lo contrario el futuro político parece sombrío.
Platón distingue tres formas básicas de gobierno: monarquía, oligarquía y democracia. Las tres vienen en una buena
y una mala versión. Monarquía con un rey benévolo es el mejor orden político, la tiranía el peor; una aristocracia
adecuada es la segunda mejor y la oligarquía la segunda peor. En cualquier caso, ha trascendido de su teoría políti-
ca el argumento en contra de la democracia como una forma de gobierno nefasta donde, al gobernar la mayoría, en
realidad, no gobierna nadie.
Independientemente de la forma específica de gobernanza, la calidad de la vida política está determinada en última
instancia por los líderes que tienen conocimiento verdadero en lugar de una mera opinión.
Sin virtudes no hay buena vida, no hay felicidad, ni hay bienes en el sentido estricto de la palabra, ya que todas las
cosas obtienen su valor a través del uso; la propiedad no hace a nadie feliz a menos que se use sabiamente, por lo
que la sabiduría sola es la fuente de valores. Este énfasis en el intelecto es esencial para la ética platónica. La virtud
no es solo orden, sino una forma de comprensión: es imposible actuar virtuosamente por casualidad. El alma orde-
nada es un alma ordenada conscientemente.
Platón dio sus conferencias allí, en el pequeño bosque donde se reunían los miembros del ex-
clusivo grupo de intelectuales. Se ha supuesto que estas reuniones y enseñanzas emplean va -
rios métodos, como conferencias, seminarios e incluso diálogos, pero la instrucción primaria ha -
bría sido dirigida por el propio Platón.
LÍDERES DE LA ACADEMIA
Una página en la Academia de la Escuela de Matemáticas y Estadística de la Universidad de St
Andrews, Escocia, dice que Cicerón enumera a los líderes de la Academia hasta 265 a. C. como
Demócrito, Anaxágoras, Empédocles, Parmenides, Xenophanes, Sócrates, Platón, Speusippus,
Xenocrates, Polemo, Cajas y Crantor.
Cierre de la academia
Cuando el emperador Justiniano I, un cristiano, cerró la Academia en 529 DC por ser pagano,
siete de los filósofos fueron a Gundishapur en Persia por invitación y bajo la protección del rey
persa Khusrau I Anushiravan (Chosroes I). Aunque Justiniano es famoso por el cierre permanen -
te de la Academia, había sufrido antes con períodos de conflicto y cierre. Cuando Sila despidió
a Atenas, la Academia fue destruida. Finalmente, durante el siglo XVIII, los académicos comen -
zaron a buscar los restos de la Academia, y fue desenterrado entre 1929 y 1940 a través de la
financiación de Panayotis Aristophron.
Según Platón, la política es el arte de gobernar a los hombres con su consentimiento. El político es quien conoce ese
difícil arte. El arte de gobernar por la fuerza no es política, es tiranía
El mito de la caverna: una interpretación política
Para ilustrar mejor este momento, baste recordar la parte final de la alegoría más famosa de Pla-
tón, el conocido como “mito de la caverna”. Situada en el libro VII de La República, esta narración
condensa la mayoría de temas de su filosofía y, entre otras muchas interpretaciones, permite cier-
tamente una en clave política.
Imaginemos una caverna, en cuyo interior viven unos hombres encadenados desde la infancia de
cara a una pared. Imaginemos, asimismo, que en dicha caverna hay dos zonas separadas por un ta -
bique: por un lado, el espacio de los hombres aprisionados, que solo pueden mirar hacia la pared
del fondo de la cueva; por el otro, detrás del tabique y ocultos a la mirada de aquellos hombres, un
camino por el que otros hombres transportan toda clase de objetos, al tiempo que, detrás suyo,
arde una hoguera que proyecta las sombras de tales objetos sobre aquella pared del fondo de la
caverna contemplada por los encadenados. Imaginemos, por último, que en dicha cueva hubiera
eco y que los porteadores de objetos hablasen entre sí, de manera que por efecto del eco retumba-
sen sus voces desde el interior de la caverna. Pues bien, si todo ello sucediese, relata Platón, aque -
llos prisioneros no podrían ver otra cosa que las sombras de los objetos proyectadas sobre la pared
y no oirían nada más que el eco de aquellas voces; al no haber visto jamás otra cosa en su vida,
creerían que aquellas sombras constituirían la única realidad, igual que creerían que las voces de
los ecos serían generadas por las sombras (República 515a-c).
Ahora bien, supongamos que uno de estos prisioneros fuera liberado de sus cadenas y que, al gi -
rarse, pudiera mirar directamente la luz del fuego. Sin duda tendría que realizar un esfuerzo grande
para habituarse a esa luz, pero acabaría viendo los objetos detrás del tabique y, detrás de ellos, el
fuego que los iluminaba, gozando así de una visión más verdadera. Y supongamos también que ese
mismo hombre fuera obligado a salir de la caverna. Así las cosas, ¿quién sería este hombre que,
obligado a salir de la caverna hasta franquear su salida a plena luz del día, mirando directamente el
Sol, regresara a la caverna para liberar a sus antiguos compañeros de cadenas y comunicarles su
descubrimiento?
Pues bien, si apostamos por una dimensión política del mito, la alegoría tal vez representa el inten -
to de liberación de las cadenas que aprisionan a los demás seres humanos. Este regreso a la caver -
na representa, por tanto, el retorno del filósofo-gobernante, quien tras haber contemplado la idea
de Bien –simbolizado por el Sol– se convierte en la persona capacitada para enseñar a los que no
saben y gobernar la ciudad-Estado. Con ello, el mito enlaza también con la función y preponderan -
cia educativas de la filosofía en la organización de la sociedad justa (República 519c-520a).
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https://www.upadpsicologiacoaching.com/alegoria-caverna-platon/
https://www.bloghemia.com/2019/03/la-academia-de-platon-historia-y.html
https://afilosofarsehadicho.jimdofree.com/curso-virtual-fil%C3%B3sofos-cl%C3%A1sicos-de-la-antigua-grecia/plat%C3%B3n/mapa-
conceptual/
Platón
Andrea Imaginario
Especialista en artes, literatura e historia cultural
Platón es uno de los filósofos más importantes de la cultura occidental. Su influencia ha impulsado una corriente de pensamiento
conocida como “platonismo”, objeto de muchas interpretaciones a lo largo de la historia. ¿Quién fue Platón? ¿Qué dijo y qué hizo?
¿Cuáles fueron sus principales aportaciones? ¿Cuáles fueron sus obras?
Biografía de Platón
No se sabe a ciencia cierta dónde nació Platón. Se cree que nació en Atenas o en Egina entre 426 y 347 a.C. Creció en el seno de
una familia aristócrata. Su padre fue Aristón de Atenas, descendiente de los reyes Codro y Melanto, y su madre fue Perictione, pro-
veniente de la familia de Solón, un importante reformador político. Tuvo dos hermanos, Glaucón y Adimanto, y una hermana, Po-
tone.
Su nombre real fue Aristocles. Platón significa “el de espalda ancha” y fue un mote que aparentemente recibió de su profesor de
gimnasia a causa de su aspecto físico.
Cuando su madre enviudó, se casó con Pirilampo, amigo de Pericles, quien se ocupó de brindarle la mejor educación. Fue alumno
de figuras como Teodoro de Cirene y Hermógenes, pero destacó en el seguimiento de Sócrates, a quien tomó como único maestro
desde el momento de conocerlo hasta su muerte. Tras este episodio, del que aparentemente fue testigo, emprendió varios viajes
hacia Megara, Cirene, Egipto y Arquitas de Tarento, temiendo posibles consecuencias.
Platón fue el fundador de la Academia de Atenas, una escuela dedicada al desarrollo del conocimiento que se dedicó a la filosofía,
la retórica, las matemáticas, la astronomía y la medicina. Allí tuvo a Aristóteles como el más destacado de sus alumnos. La Acade-
mia llegó a funcionar por nueve siglos, salvo algunas interrupciones. Tras una vida consagrada a la educación, Platón murió con
poco más de 80 años de edad.
Aportaciones
Rafael Sanzio: La escuela de
Atenas.
En el Diccionario de Filosofía de Nicola Abbagnano, se exponen tres elementos claves del platonismo que, de alguna manera, resu-
men las principales aportaciones que hizo el filósofo y que siguen siendo referencia en la actualidad. Estas son: la doctrina de las
ideas, la superioridad de la sabiduría sobre el saber y la defensa de la dialéctica como método científico.
Para Platón, desde el punto de vista filosófico existen dos realidades: el mundo sensible y las Ideas. El mundo sensible se refiere a
aquel que podemos captar a través de los sentidos y que está sujeto a mutaciones. En cambio, las Ideas son inmutables y, por lo
tanto, verdaderas. Platón desestima el valor del mundo sensible, ya que su naturaleza cambiante lo aleja del principio de Verdad;
este se reduciría a una copia de la Idea, a una “mentira”. Las Ideas son, pues, el objeto de la filosofía platónica, el conocimiento
verdadero. De la oposición entre el mundo sensible y el mundo de las Ideas se desprende la concepción del dualismo platónico
que atraviesa su obra.
Nicola Abbagnano explica en su Diccionario que el principio de superioridad de la filosofía sobre el saber se refiere a la naturaleza
política de la filosofía. El objetivo de la filosofía sería, en este sentido, hacer posible un ordenamiento social fundado en la justicia,
que no solo regule las relaciones entre los sujetos, sino que sea capaz de influir en la construcción del individuo.
Platón defiende la dialéctica como el método científico por excelencia, en palabras de Nicola Abbagnano. ¿Qué significa dialéctica
en este contexto? En su sentido primigenio, la dialéctica hace referencia a la discusión razonada de dos tesis. Abbagnano define la
dialéctica platónica como “método de la división” en el que dos o más personas, a través del sistema de preguntas y respuestas
de Sócrates, construyen el conocimiento, de tal manera que el conocimiento no se construye individualmente sino entre los suje-
tos. En Platón, la dialéctica se comprende como un método para lograr reconocer la Idea primera, a partir de la cual se pueden
identificar y estructurar sus especies.
Obras de Platón
Platón fue un autor muy prolífico. Su obra fue presentada en la forma del diálogo, poniendo en práctica el principio del método
dialéctico socrático. Los trabajos del filósofo griego han sido ordenados de muchas formas. Uno de los criterios ha sido de acuer-
do a sus etapas de madurez.
Eutifrón o De la santidad. Relata un supuesto encuentro entre el adivino Eutifrón y Sócrates, en el cual habrían discutido sobre la
naturaleza de lo santo.
Apología a Sócrates. El autor expone los argumentos de Sócrates en el proceso del juicio que lo llevó a la muerte. Sócrates se ha-
bría defendido de las acusaciones de pretender penetrar los misterios divinos, alegando que sus enseñanzas obedecían, más
bien, un mandato del dios de Elfos.
Critón o El deber. A través de un diálogo entre Critón y Sócrates, Platón desarrolla la cuestión de la obediencia de las leyes de la
República, a las que representa como deber absoluto.
Ion o De la poesía. Sócrates y el rapsoda Ion de Éfeso conversan sobre la poesía, la interpretación y la inspiración, cuestionando
si la poesía puede ser considerada, en realidad un arte.
Lisis o De la amistad. Un diálogo entre Sócrates, Lisis, Hipotales, Ctesipo y Menexenes es el medio por el cual Platón expone sus
reflexiones en torno a la amistad, haciendo particular hincapié en refutar las teorías previas sobre el tema.
Cármides o De la sabiduría. Sócrates, Querefon, Critias y Carmines discuten acerca del concepto de la sabiduría, cuestionando
las ideas en torno a su percepción.
Laques o Del valor. En este diálogo en particular, el valor se presenta como un medio a través del cual se discute el verdadero in-
terés de Platón, que es la educación física y moral de los hijos. El texto representa un diálogo entre Sócrates, los ancianos Melesías
y Lisímaco y sus hijos, Arístides y Tucídides respectivamente, así como los generales atenienses Nicias y Laques.
Protágoras o Los sofistas. Este un diálogo bastante teatral que versa sobre la virtud o excelencia, y deja al descubierto las postu-
ras de Platón respecto de los sofistas, a quienes Sócrates criticaba. Entre los personajes referidos están Sócrates, Hipócrates, Alci-
bíades, Critias, Protágoras, Hipias, Pródico y Calias.
Eutidemo o El disputador. Platón representa dos conversaciones, una entre Sócrates y Criton, y otra entre Sócrates, Eutidemo y
Dionisodoro. En esta obra, Platón refuta la erística de los sofistas y defiende la dialéctica socrática.
Hipias mayor o ¿Qué es lo bello? En el Hipias mayor, conocido también como Primer Hipias, Platón reflexiona en torno a la no-
ción de lo bello por medio del diálogo entre Sócrates e Hipias de Élide. Este texto ha sido de vital importancia en el desarrollo de
la estética como disciplina filosófica.
Gorgias o De la Retórica. Sócrates discute con Gorgias de Leoncio, Pólux de Agrigento y Callicles de Atenas. A través de la exposi-
ción sobre el valor y los principios de la retórica o arte de la persuasión, Platón los pone en práctica al desarrollar las nociones de
lo bello y lo feo, lo justo y lo injusto y, por último, el bien dentro de este diálogo.
Menéxenes o La oración fúnebre. Se trata de dos diálogos entre Sócrates y Mexénenes sobre los ciudadanos muertos en comba-
te. El primero de ellos representa un elogio y el segundo representa una exhortación.
Menón o De la virtud. Platón expone, una vez más, sus consideraciones sobre la virtud, y cuestiona si esta puede ser enseñada.
Crátilo o De la propiedad de los nombres. Se trata de un diálogo entre Sócrates y Cratilo que presenta la discusión sobre la natu-
raleza de los nombres y su significado, al que Sócrates considera autónomo de la voluntad humana.
Fedro o De la belleza. Platón reflexiona sobre la ciencia de lo bello y la ciencia del bien. Dicen los expertos que en este texto se
encuentra el compendio del aprendizaje de sus maestros más el germen de sus mejores y más influyentes obras, La república y
Las leyes. Algunos consideran que esta obra es, más bien, del período de juventud o transición.
Fedón o Del alma. Basado en la última secuencia de la vida de Sócrates, el Fedón reflexiona sobre la inmortalidad del alma, desa-
rrollando la teoría de las formas, de la reminiscencia y de la metempsicosis.
El banquete o Del amor. En este diálogo, conocido también como el simposio, Platón expone sus teorías en torno al concepto de
Amor. La discusión tiene lugar en un banquete donde los comensales debaten sobre Eros mientras comen y beben.
La república. En la obra la república, Platón repasa los elementos que, a su entender, han de conformar el Estado, lo que supone
la exposición de los conceptos de lo justo y lo injusto. En él confluye la importancia de la moral, la justicia y el bien en la construc-
ción de lo público y lo privado. En esta obra se expone el mito de la caverna.
Las leyes. Es la obra que sigue a La república, donde Platón intenta traducir los ideales del Estado al ámbito de la práctica de lo
público.
Parménides o De las ideas. Platón mismo parece cuestionar aquí su teoría de las formas o de las Ideas.
Teeteto o De la ciencia. En este libro se discute la naturaleza del saber. Se pregunta sobre el concepto de percepción y su relación
con el proceso del conocimiento.
Sofista o Del ser. En este diálogo, Sócrates no es la voz principal, aunque igualmente aparece. Se reflexiona sobre la definición de
sofista.
El político o De la soberanía. Al igual que en Sofista, Sócrates no es un personaje principal en el diálogo. Se pregunta sobre la de-
finición del político, al que ve como hombre de ciencia. Pero la ciencia, según el filósofo, tiene dos órdenes: las ciencias del puro
conocimiento (especulativas) y las de los actos (prácticas). Para el autor, el político responde a las ciencias especulativas.
Filebo o Del placer. Parte de la pregunta sobre el concepto de la felicidad humana y su naturaleza, que se disputa entre el placer y
la sabiduría.
Timeo o De la naturaleza. Gira en torno al origen del universo, la estructura de la materia y la naturaleza humana.
Critias o La Atlántida. Sus personajes principales son Sócrates, Timeo, Critias y Hermócrates. Describe la guerra de Atenas con
Atlántida en tiempos prehelénicos, lo que implica postular la existencia histórica de esta tierra legendaria.
Hipias menor, De la mentira o Segundo Hipias. Existe una verdadera disputa sobre si Platón lo escribió o no, a pesar de que fue referido por
Aristóteles. Una de las razones es la falta de distinción clara entre el hombre veraz y el mentiroso.
Timeo de Locres, del alma del mundo.
El segundo Alcibíades o de la oración.
Hiparco o del amor a la ganancia.
Los rivales o de la filosofía.
Epinomis o el filósofo.
Teages o de la ciencia.
Minos.
Clitofon.
Axioco.
Erixias.
De la virtud.
De lo justo.
Definiciones.
Poesías.
Cartas.
Testamento.
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