La Historia de La Edad de Piedra

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Edad de Piedra

Hendidor de piedra tallada paleolítico

Punta de flecha de sílex neolítica


La Edad de Piedra o también Etapa Lítica12 es el período de la prehistoria que
abarca desde que los seres humanos empezaron a elaborar herramientas de piedra,
hasta el descubrimiento y uso de metales. La madera, los huesos, y otros
materiales, también fueron utilizados (cuernas, cestos, cuerdas, cuero, u otros )
pero la piedra (y, en particular, diversas rocas de rotura concoidea, como el
sílex, el cuarzo, la cuarcita, la obsidiana) fue utilizada para fabricar
herramientas y armas, de corte o percusión. Sin embargo, esta es una circunstancia
necesaria, pero no suficiente, para la definición de este período, ya que en él
tuvieron lugar fenómenos fundamentales para lo que sería nuestro futuro: la
evolución humana, las grandes adquisiciones tecnológicas (fuego, herramientas,
vestimenta), la evolución social, los cambios climáticos, la diáspora del ser
humano por todo el mundo habitable (ecúmene), desde su cuna africana, y la
revolución económica desde un sistema recolector-cazador, hasta un sistema
parcialmente productor (entre otras cosas).

El rango de tiempo que abarca este período es ambiguo, discutido y variable según
la región en particular. Aunque es posible hablar de este período en concreto, para
el conjunto de la humanidad: no hay que olvidar que algunos grupos humanos nunca
desarrollaron la tecnología de la fundición de metales, y por tanto quedaron
sumidos en una edad de piedra hasta que se encontraron con culturas
tecnológicamente más desarrolladas. Sin embargo, en general, se considera que este
período comenzó en África hace 2,8 millones de años, con la aparición de la primera
herramienta humana (o prehumana).3 A este período le siguió el Calcolítico o Edad
del Cobre y, sobre todo, la Edad de Bronce, durante la cual, las herramientas de
esta aleación llegaron a ser comunes; esta transición ocurrió entre 6000 a. C. y
2500 a. C.

Tradicionalmente se divide esta Edad en Paleolítico, con un sistema económico de


caza-recolección, y Neolítico, en el que se produce la revolución hacia el sistema
económico productivo agropecuario (agricultura y ganadería).

Índice
1 África
1.1 Norte de África
1.1.1 El Paleolítico
1.1.2 El Epipaleolítico
1.1.3 Neolítico norteafricano
1.2 África subsahariana
1.2.1 Temprana "Edad de Piedra"
1.2.2 Middle Stone Age (MSA)
1.2.3 Late Stone Age (LSA)
2 Oriente Medio
2.1 Paleolítico en Oriente Medio
2.2 Mesolítico en Oriente Medio
2.3 Neolítico en Oriente Medio
3 América
3.1 Norteamérica y Mesoamérica
3.2 Sudamérica
4 Europa
5 Datos
6 Véase también
7 Nota
8 Referencias
9 Bibliografía
9.1 Prehistoria del Oriente Medio
9.2 Prehistoria del América del Sur
10 Enlaces externos
10.1 Prehistoria africana
10.2 Prehistoria del Oriente Medio
África
A diferencia de Eurasia e, incluso, América, los cambios climáticos ocurridos
durante la prehistoria en el continente africano no son glaciaciones sino periodos
de mayor humedad (pluviales) alternados con otros de más aridez (interpluviales),
si bien su determinación y cronología es bastante difícil de delimitar (para
algunos los episodios pluviales corresponden con las glaciaciones, para otros, con
los interglaciares):4

Kagueriense: sería el pluvial conocido de mayor antigüedad, identificado en el


valle del río Kaguera (Uganda) y coetáneo con la glaciación Günz centroeuropea.
Kamasiense: es el segundo episodio pluvial, coetáneo con la glaciación Mindel
europea. Su duración y sus fases son tema de fuerte controversia.
Kanjeriense: el tercer pluvial recibe el nombre de la pequeña localidad keniana de
Kanjera a orillas del lago Victoria, donde además se han localizado algunos
asentamientos olduvayenses. Aunque el Kanjeriense sería contemporáneo del Riss
centroeuropeo, hay quien lo considera un estadio subsidiario del Kamasiense.
Gambliense: Existe una lógica duda sobre si considerarlo el tercero o el cuarto
pluvial africano (dependiendo de la categoría que se le dé al Kanjeriense). En
cualquier caso, suele asociarse a la última glaciación, el Würm centroeuropeo. Fue
identificado por primera vez en los sedimentos de la cueva de Gamble (Gamble's
Cave), en la localidad de Elmenteita (Kenia), donde Louis Leakey lo asoció con el
Stillbayense.
Makaliense: este episodio no es un pluvial, sino una fase húmeda atestiguada en los
sedimentos del río Makalia (Kenia). Sucede a un periodo árido conocido como
Postgambliense y ambos parecen ser contemporáneos del postglaciar europeo.
Aparentemente, el Makaliense se asocia estrechamente al desarrollo de la cultura
Wilton en el sur del continente.
Norte de África
Norte de África.png
El África Mediterránea tiene durante la Edad de Piedra, una periodización
esencialmente paralela a la europea,5 al menos hasta el Neolítico, pero después, la
influencia de la civilización egipcia y la llegada de colonizadores fenicios
acelera el ritmo evolutivo respecto a Europa.6

El Paleolítico
Las culturas más antiguas pueden inscribirse en el Olduvayense, localizado en
yacimientos como Sidi Abderramán en Casablanca (Marruecos), estudiado por el
profesor Pierre Biberson y datado en cerca del millón de años, el cual ha podido
establecer una transición gradual desde una cultura en la que predominan los cantos
tallados, hasta otra en la que el bifaz es el fósil director. Las industrias de
Sidi Abderramán podrían vincularse al tipo humano hallado por Camille Arambourg en
Ternifine (Argelia), el llamado Atlanthropus mauritanicus (en realidad una variedad
de Homo heidelbergensis).7

Hallazgos significativos del Olduvaiense y Achelense del norte de África

Mandíbula de Ternifine (Atlanthropus mauritanicus)


El Achelense8 es muy antiguo y muy abundante en esta zona, destacan, entre otros,
yacimientos como Sidi Zin (Túnez), Ain Fritissa (Marruecos), Arka, Erg Tihodaine,
Tachengit y Tabelbalá (todos en Argelia); Abbassieh, Kharga y Gurnah (en Egipto).
Solo en Argelia ha sido posible establecer una secuencia completa del Achelense
norteafricano (entre 800 000 y 100 000 años de antigüedad), especialmente rico en
hendidores, además de bifaces.
Línea del tiempo del Paleolítico Inferior y Medio en el Norte de África

El Paleolítico medio norteafricano nace por la llegada de los neandertales,


probablemente, procedentes de Europa portando su cultura Musteriense. Actualmente
se ha reavivado la controversia sobre la ruta que siguieron los neandertales entre
África y Europa, ya que, aunque se había llegado al consenso de que fue a través
del Próximo Oriente, recientes descubrimientos parecen demostrar que cuando menos
hubo comunicación a través del estrecho de Gibraltar, probablemente en ambos
sentidos.9 Sin embargo, el Paleolítico medio norteafricano, tan similar al europeo
hasta hace poco más de 50 000 años, inicia un periodo ocupado por una industria sin
paralelo, llamada cultura Ateriense, que recibe el nombre del yacimiento de Bir el-
Ater (Argelia). El Ateriense es muy similar al musteriense y, de hecho, algunos
sostienen que deriva de este, pero se distingue de él porque la mayor parte de los
útiles son pedunculados (raspadores, puntas, raederas, etc.) y piezas foliáceas con
retoque cubriente. Se asocia al tipo humano de Jebel Irhoud (Marruecos). El
Ateriense es muy abundante durante unos 20 000 años (Bir el-Ater, Taforalt, Temara,
Dar-es-Soltan...), pero hace 30 000 años comienza su declive, aunque perdura
marginalmente hasta el Holoceno, hace 12 000 años. El Ateriense se asocia a
condiciones climáticas secas, por lo que su máxima expansión coincide con periodos
de aridez. De hecho, se sospecha que sus raíces se hunden hasta el año 70 000 a. C.
En cambio, su ocaso es producto de un clima más benigno en el Sáhara, lo que
provocó la llegada de pueblos más avanzados, humanos modernos con culturas
laminares, fundamentalmente el Iberomaurisiense y otras que se citan a
continuación. De todos modos, durante varias decenas de miles de años las
industrias aterienses conviven con las industrias laminares, ocupando nichos
ecológicos diferentes.

Algunos ejemplos significativos de la Cultura Ateriense (Sáhara)

Cráneo de Jebel Irhoud (Marruecos)

Punta foliácea propia del Ateriense

Punta pedunculada típica del Ateriense

Raspador pedunculado característico del Ateriense


El Paleolítico superior tampoco es igual al europeo, pues el conjunto de culturas
que se dan en el norte de África es diferente. La más conocida es el
Iberomaurisiense u Oraniense, una facies cultural propia del Magreb que nace poco
antes del 30 000 a. C. y mantiene una extensa longevidad, pues aún se encuentra
presente al comenzar el Mesolítico, desapareciendo hace unos 8000 años. Su origen y
características son aún tema de debate, de hecho ha sido objeto de todo tipo de
especulaciones sobre su raíz ateriense, para unos, traído por inmigrantes de la
península ibérica, según los que le dieron su nombre, y de procedencia oriental
(llegada de primitivos modernos) según la mayoría. Es una cultura leptolítica, es
decir, laminar: en la que las hojas líticas ya son esenciales como soportes para
todo tipo de utensilios, obtenidos por medio de retoque abrupto, y que con el
tiempo tiende a la microlitización, documentándose, incluso la técnica del
microburil, se asocia a restos humanos de aspecto cromañoide europeo, como los de
Mecha el-Arbi y Afalou Bou Rummel;10 pero también tiene muchas similitudes con
industrias de zonas ubicadas más al este, sin que haya podido averigüarse cuál de
ellas es la más antigua. Se trata de culturas como el Dabbaniense (Libia),
Mochambiense, Qadense y otras culturas del valle del Nilo; con una antigüedad
mínima de 40 000 años, con numerosos raspadores, raederas, buriles y hojas de borde
abatido. El microlitismo aparece muy pronto, en torno a 14 000 años de antigüedad;
estas culturas variadas y, a la vez, semejantes, enlazan con el Capsiense
epipaleolítico.

Hallazgos significativos del Olduvayense y Achelense del Magreb

Cráneo tipo Mechta el-Arbi, con avulsión de incisivos


Línea del tiempo del Paleolítico al Neolítico en el Magreb

El Epipaleolítico
La cultura más importante de esta fase es, sin duda, la Capsiense, una cultura
bastante tardía, incluso para el Mesolítico, y, de hecho esta cultura sobrevive al
Neolítico bajo la denominación de Neolítico de tradición capsiense. De todos modos
el Capsiense fue definido por J. de Morgan en el yacimiento de El-Mekta, cerca de
Gafsa (‫قفصة‬, Túnez), pero su influencia supera la región magrebí, alcanzado la
Cirenaica, e incluso las riberas del valle del Nilo. Los yacimientos capsienses
suelen tener gran cantidad de conchas de origen bromatológico («concheros») y una
industria lítica laminar y microlítica (con trapecios y triángulos) a la que se
suman huevos de avestruz, usados como recipientes, muchas veces decorados. El
Capsiense se podría asociar a los restos humanos de Ain Dakkara, en Libia, con las
impresionantes manifestaciones rupestres del Tassili y otras zonas rocosas
saharianas.

Principales yacimientos del Iberomaurisiense y del Capsiense en el Magreb


Neolítico norteafricano
Zona occidental
El neolítico más antiguo registrado en el litoral norteño de África pertenece al
horizonte Cardial, de principios del séptimo milenio (el hábitat principal eran las
cuevas en las que, junto a restos de cerámica impresa y pruebas de pervivencia de
la caza, se encuentran otras que demuestran que ya se practicaba la agricultura, la
ganadería y el marisqueo). En el occidente la cultura de origen local también se
sumó a las innovaciones, naciendo el llamado Neolítico de tradición capsiense, que
predomina en el área magrebí, desde antes de 5000 a. C. hasta después de 2000 a. C.
Este neolítico se caracteriza por un florecimiento en las técnicas de talla de
sílex (al principio predominan los microlitos geométricos, pero son sustituidos por
puntas de flecha foliáceas). La ganadería y la caza son las actividades
principales, siendo la agricultura algo secundario; La cerámica es grosera y sin
decoración y compite con las vasijas hechas con huevos de avestruz, algunas
ricamente decoradas.11
Hallazgos significativos de la cultura Capsiense

Inhumación Capsiense en posición fetal

Huevo de avestruz preparado como botella

Técnica del golpe de microburil

Escena de pastoreo grabada en Ksar Amar, Marruecos


Zona central
Aparece, en un proceso similar al anterior y cronología coetánea, el Neolítico
Sáharo-Sudanés: este, aunque se parece al Capsiense (ambos son pueblos seminómadas
de pastores y cazadores), y es posible que tenga mucha relación con él, destaca por
su mayor nivel de desarrollo, una cerámica cuidada, profusamente decorada con
incisiones e impresiones, inhumaciones en posición contraída, con ocre y un ajuar
con ornamentos de cornalina, amazonita, calcedonia o marfil. Se le atribuye un arte
rupestre en abrigos y covachas repartidas por el desierto.
Zona del Nilo12
Se distinguen dos zonas de neolitización aparentemente autóctonas, al sur la zona
del Alto Egipto, con su cultura más importante, el Badariense, y al norte, en el
Bajo Egipto, donde destaca, junto al delta, la cultura de Merimdé y en el lago
Moeris, en los estratos más profundos de el Fayum que se inscriben en las fases
neolíticas. En todos los casos el neolítico nace en el V milenio a. C., perdurando
a lo largo del IV milenio a. C. La comunicación entre ambas zonas debió existir a
lo largo del río, pues al comenzar el III milenio a. C. comparten tantos rasgos en
común que podría hablarse de una misma cultura, no ya neolítica, sino del
Calcolítico, el Geerzense, más rico al sur (Nagada II) que al norte (Maadiense).
Línea del tiempo del Neolítico en el Nilo

El neolítico de Merimdé se conoce por un gran yacimiento en pleno delta (Merimdé


Beni-Salamé) con graves problemas de conservación debido al entorno pantanoso que
lo rodea. Los poblados conocidos tenían viviendas de planta oval construidas con
esteras de caña, con hogares y silos; la cerámica, aunque es variada en formas, es
grosera, elaborada sin torno y carece de decoración, salvo en las últimas fases, en
que recibe una capa de engobe rojo. También modelaron rudimentarias estatuillas,
destacando un tosco rostro humano. Hay restos de fusayolas y algún huso, indicando
la existencia de telares. Se evidencia un alto grado técnico en la industria
lítica, con puntas de flecha de base cóncava y piezas bifaciales, a veces
combinando el retoque por presión con el pulimento de piezas, tales como puntas de
lanza de asombrosa factura; también hay cuchillos, dientes de hoz, y otros
utensilios cotidianos como las hachas pulimentadas. En Merimdé aparecieron
rudimentarias paletas cuya supuesta función es la mezcla de pigmentos (quizá para
los tejidos), en materiales diversos y sin formas definidas. Se conocen cientos de
enterramientos en fosas ovales.
Hallazgos significativos del Neolítico nilótico

Inhumación geerzense con momificación natural

Cerámica pintada del periodo Predinástico Primitivo

Paleta de esquisto con forma de pescado

Estatuilla femenina de marfil de época Amratiense


El Badariense también dispone de evidencias de enterramientos en fosa que,
generalmente, están en la misma ribera del río, lo que ha favorecido que los
sedimentos las preserven en bastante buen estado: muchas de ellas están apuntaladas
con tablas; los esqueletos y momias naturales tienen posición fetal, con ajuar
compuesto por un cinturón de fayenza, cerámica, puntas de flecha y adornos
diversos; posteriormente el cadáver se cubría con una piel.nota 1 La cultura
material se conoce mejor que en el Bajo Egipto, al menos, parece más rica o,
simplemente las condiciones ambientales han favorecido su conservación: con
espléndidas piezas de sílex (hojas, piezas bifaciales, puntas de flecha...),
paletas de esquisto para mezclar colorantes, sin adornos, pero con siluetas
diversas (sobre todo cuadrangulares y con forma de pez); piezas de hueso y marfil,
tejidos e, incluso (al final), algunos objetos de cobre. Hay un arte mobiliario
relativamente desarrollado, con estatuillas masculinas, femeninas y figuras de
animales. La cerámica es delicada, variada y, al principio, suele estar bruñida con
decoración en relieve formando ondulaciones; después surge la cerámica pintada con
motivos geométricos, vegetales y animales, incluso aparece la figura humana. La
agricultura y la ganadería están muy bien documentadas y los poblados tienen
viviendas de planta cuadrangular construidas con ramaje y adobe. El Badariense
parece enlazar, sin solución de continuidad, con el periodo predinástico de Egipto
(por tanto ya se entraría en la Historia). De hecho, al Neolítico egipcio se le
llama, en tono general «Periodo predinástico primitivo».
Los primeros metales aparecen en el antiguo Egipto al final del predinástico
primitivo, e inmediatamente después se inventa la escritura y surge la egipcia como
gran cultura de la Antigüedad, cuya influencia no solo afectará al Mediterráneo,
sino también a gran parte del continente africano (desde el IV milenio a. C.). El
Magreb, en cambio se estanca, habitado por pueblos líbicos mal conocidos, y no es
fácil hablar de una Edad del Bronce al estilo del resto del Mediterráneo; de hecho
son los fenicios quienes, en torno al año 1000 a. C. en adelante, introducen
cambios tales que sacan a esta región de la Edad de Piedra definitivamente.
Véase también: Expansión afroasiática
África subsahariana
Africa Subsahariana.png
La geografía del África central y meridional resulta bastante homogénea comparada
con la de otros continentes, debido a que se trata de una de las zonas
geológicamente más antiguas del planeta y la erosión ha eliminado las grandes
barreras naturales. Tan solo merece la pena destacar las altiplanicies y
depresiones formadas por movimientos tectónicos diversos: la cuenca del Congo y la
hoya del Kalahari, rodeadas por las mesetas (geológicamente: escudos y macizos
arcaicos) en Angola, Namibia y Zambia, entre otros. Las cordilleras y zonas
escarpadas existentes se agrupan hacia el este (Drakensberg, los montes Muchinga,
los montes Mitumba, los montes Ruwenzori, donde se localizan los picos Kilimanjaro
y Kenia y, ya más al norte, el macizo Etíope) en asociación con la gran falla
conocida como Gran Valle del Rift, una enorme zona llena de cizalladuras, volcanes,
bloques elevados, gigantescos lagos y sobre todo barrancos. Tiene forma de «Y» y
casi 5000 km de longitud, ya que nace al sur de Mozambique y llega al mar Rojo,
desde donde continúa, en Asia, hasta el valle del Jordán. Precisamente el Valle del
Rift es la zona donde pudo comenzar la historia del ser humano.

Aunque en la actualidad hay considerables diferencias climáticas, hidrográficas y


ecológicas, no es posible aplicar estos parámetros a la Edad de Piedra, pues —como
se ha indicado— hubo significativos cambios ambientales a lo largo de su
desarrollo. Precisamente fue alguno de esos cambios, combinado con transformaciones
geológicas, la chispa que, posiblemente, propició la aparición y evolución de los
homínidos. Al parecer, hace más de 20 millones de años, los monos primitivos
habitaban los densos bosques de África Oriental. Estos primates (tal vez
Propliopithecus-Aegyptopithecus) se desplazaban por los árboles a cuatro patas. Un
presunto movimiento tectónico (relacionado de alguna manera con el Rift) hizo que
las selvas permaneciesen en el oeste, pero provocó una desecación del este,
apareciendo un territorio de sabanas y praderas a las que los nuevos primates
tuvieron que adaptarse. De este modo, se supone que nacieron los primeros
antropoides bípedos, que, posiblemente, pertenecieran a la especie Ardipithecus,
que, a su vez, dio lugar a los australopitecinos en un momento indeterminado entre
hace seis y cuatro millones de años.

No se descarta que algunos australopitecinos avanzados elaborasen herramientas


rudimentarias, pero hay una fuerte polémica al respecto; por lo que a este punto se
refiere se considera que son los miembros del género Homo los primeros que
fabricaron herramientas previsoramente, es decir, antes de necesitarlas, sin
improvisar, sino previniendo su posible uso con antelación. En ese momento comienza
la Prehistoria y la Edad de Piedra que, para el África subsahariana suele dividirse
en fases de denominación anglosajona:

Temprana "Edad de Piedra"


Literalmente significa Edad de Piedra temprana, se refiere al periodo comprendido
desde la aparición del primer ser humano, hace más de dos millones y medio de años,
hasta hace unos 200 000 años. Incluye, prácticamente, todos los grandes pasos de la
evolución humana (pues los llamados humanos «primitivos modernos» debieron surgir
al final del mismo), así como importantes avances culturales, de los que apenas
conocemos los referentes a unos pocos vestigios conservados de piedra y hueso. Para
entenderlos mejor suele dividirse en dos grandes etapas:

Artículo principal: Olduvayense


Olduvayense: Así llamado por haber sido identificado en el yacimiento de la
garganta de Olduvai, al que acompañan otros muchos lugares, casi todos ellos
alineados con el Valle del Rift. Las herramientas olduvayenses más antiguas podrían
tener más de 2,6 Ma (en los yacimientos del Afar etíope13), existiendo una
secuencia de hallazgos en toda África Oriental y Austral desde esa fecha hasta hace
1,5 Ma, sin hiatos ni vacíos, por lo que es posible defender que el Olduvayense
pervivió por más de un millón de años (es posible que incluso más, si se amplia la
cronología con ciertos yacimientos más tardíos). El Olduvayense se divide en una
fase inicial y otra evolucionada, identificadas a partir de los lechos I y II de la
garganta de Olduvay, aunque hay otros muchos yacimientos igual de importantes. Al
principio, las herramientas son de piedra tallada toscamente, sin que se aprecie
ninguna estandarización en las tácticas de aprovechamiento ni en las formas. Pero
poco a poco, van cristalizando determinados procedimientos y tipos concretos entre
los que destacan cantos tallados, poliedros, raederas y denticulados. Es de suponer
que existió una industria en madera o en hueso, pero no se ha conservado en las
mismas condiciones. Los protagonistas de este vasto complejo cultural fueron varias
especies del género Homo (H. habilis, H. rudolfensis y formas tempranas de H.
erectus, científicamente desglosadas en la especie H. ergaster). Todos ellos
parecen haber sido cazadores solo en raras ocasiones, dedicándose, más bien, a la
recolección y al carroñeo; conocían pero no dominaban el fuego, y ya se les
atribuyen algunas estructuras de construcción sencilla para protegerse.14
El Achelense nació en África mucho antes que en cualquier otra parte del mundo, en
un momento que parece coincidir con la gran migración humana hacia Eurasia y con la
aparición de formas tempranas de Homo erectus. Sin embargo, aunque los bifaces más
antiguos se han datado en el yacimiento etíope de Konso-Gardula en 1,9 Ma, la
tecnología Achelense no parece salir de África hasta más de un millón de años más
tarde. Así, pues, el Achelense fue patrimonio exclusivo de los africanos
(probablemente, de las diversas especies humanas que convivieron en este continente
por estas fechas, solo algunas tendrían el privilegio de esta tecnología), en tanto
que en el resto del Viejo Mundo persistía la tradición olduvayense. Probablemente,
el inventor de esta nueva cultura fue Homo ergaster, siendo muy representativo el
hallazgo de un esqueleto casi completo, aunque infantil, en Nariokotome (KNM-WT
15000), a orillas del lago Turkana (Kenia).14 La herramienta más conocida del
Achelense es el bifaz, pero la variedad tipológica se amplía, apareciendo
hendidores, triedros, bolas poliédricas y todo tipo de utensilios sobre lascas
retocadas. El achelense africano también es longevo, ya que perdura hasta hace unos
200 000 años y, a menudo es común referirse a él como Fauresmithiense en la zona
oriental o Stellenbosch en la zona meridional. Posiblemente, la expansión del
Achelense fuera de África sería consecuencia de una segunda oleada colonizadora
que, esta vez, sin embargo, no alcanzó los confines de Asia.
Línea del tiempo del Paleolítico Inferior del África Subsahariana

El Achelense va desapareciendo en fechas en las que aparecieron los humanos


modernos primitivos, mucho más inteligentes y con una tecnología mucho más
sofisticada y diversa. Aunque no pertenezca a esta región, en Jebel Irhoud, próximo
a Marrakech (Marruecos) ha aparecido una mandíbula de primitivo moderno con más de
160 000 años; fecha similar tienen los restos de Herto (Etiopía) lo que permite
jalonar el final de la Early Stone Age en todo el continente.15

Middle Stone Age (MSA)


Edad de Piedra intermedia, es el periodo comprendido entre el final de la Edad de
piedra Temprana o ESA (hace 200 000 años), hasta el inicio de la Edad de Piedra
Tardía, o LSA (hace 30 000 años); podría situarse en paralelo con el Paleolítico
Medio Europeo, pero existen sensibles diferencias culturales y antropológicas entre
ambas. Para ciertos autores, toda la zona tiene unas constantes comunes (técnicas
de extracción levallois o similares, presencia de finas piezas foláceas bifaciales,
evolución hacia técnicas de obtención de hojas y hojitas, al final),16 y otros
aprecian dos corrientes cuya separación se va haciendo más sutil a medida que los
descubrimientos avanzan y que ciertos autores atribuyen a imposiciones de la
materia prima o a la especialización de las herramientas para hábitats de bosque y
de sabana.17

Pieza foliácea
En principio parecen predominar las industrias basadas en utensilios sobre lasca y
macroútiles tipo hacha o azada, siendo una de las culturas más representativas de
este estilo macrolítico el Sangoense seguido del Stillbayense de África oriental y
austral y que en algunos yacimientos suceden claramente al Achelense (v.g.: Cave of
Hearts), apreciándose dentro de la misma una evolución muy clara hacia la
leptolitización, es decir, una proporción cada vez mayor de hojas líticas. Los
bifaces son pequeños y gruesos, al principio, pero se van convirtiendo en
estilizadas y cuidadas piezas foliáceas, a veces sobre lasca, cuya hechura es tan
fina que recuerda a las hojas de laurel europeas; las puntas triangulares también
son numerosas y el sustrato levallois es algo que parece persistir a lo largo del
tiempo y del espacio en esta cultura. Aparece tanto en el sur como en la zona de
los Grandes Lagos africanos, Zambia y Zimbabue, por ejemplo; no obstante, los
lugares más conocidos son Pietersburg y Bambata, con un conjunto de herramientas
fundamentalmente basado en las raederas, puntas y lascas laminares; también hay
levallois polarizado para lascas alargadas.

Línea del tiempo de la Edad de Piedra Intermedia (MSA) de África

Por su parte, la línea más evolucionada, basada en la extracción de hojas e incluso


en la generalización de microlitos laminares está muy bien representada en los
hallazgos de Howieson's Poort (Gauteng, Sudáfrica). Aquí ya aparecen hojitas de
borde abatido e incluso otros microlitos con una antigüedad de hasta 70 000 años,
lo que convierte a esta industria en una de las candidatas a ser antecedente del
Paleolítico Superior del Viejo Mundo. Sin embargo, no hay conexiones probadas entre
ambas (salvo, quizá, la cueva de Navaisha en Kenia) y esta industria carece,
asimismo, de una asociación con ningún resto humano hasta ahora conocido (tal vez
pueda relacionarse a los restos de primitivos modernos de Border Cave, pero no
existe seguridad irrefutable).18
Es difícil atribuir grupos humanos a cada una de esas herramientas; quizá las más
arcaicas correspondan a presapiens y las más evolucionadas a los primeros sapiens
ancestrales. En efecto, los Primitivos modernos nacen en África en esta fase, como
se ha visto en el epígrafe anterior para Jebel Ihroud (Marruecos) y Herto (Kenia);
también se documentan sus restos en los yacimientos sudafricanos de Border Cave y
Klaisies River Mouth.

Late Stone Age (LSA)


La Edad de Piedra tardía es el último periodo del Paleolítico del África
subsahariana. Desde el primer momento (el llamado early Late Stone Age) en el Sur
de África ya hay culturas microlíticas y laminares —leptolíticas— en las que se ha
podido documentar el trueque (¿comercio?) de obsidiana a lo largo de rutas que van
del valle del Rift hasta Sudáfrica con 32 000 años.19 Parecen existir dos
tradiciones, una microlítica, aparentemente derivada de la tradición de Howieson's
Poort, con culturas como Robberg o Wilton. Y otra basada en utensilios sobre lascas
vulgares (Tshitoliense, Nachikufiense, Hargeisiense..., en África central y
oriental) o incluso piezas macrolíticas como la cultura Albany o el Magosiense.

Como representante de las industrias microlíriticas destaca el Wiltoniense, que se


extendió por todo el extremo sur del continente desde hace unos 8000 años hasta la
expansión bantú, por lo que en sus etapas terminales ya conocía la cerámica, el
pulimiento de la piedra y la ganadería y, posiblemente, la agricultura itinerante,
pudiendo considerarse una cultura parcialmente neolitizada. Uno de los
asentamientos mejor conservados de esta gran cultura de cazadores recolectores es
el de Gwisho.

Línea del tiempo de la Edad de Piedra Tardía (LSA) de África

La tradición macrolítica se ejemplifica, inicialmente en el Lupembiense (valle del


Congo), cuyas herramientas son de aspecto arcaico, con pesadas piezas bifaciales
similares a hachas y azuelas (sin embargo también hay piezas bifaciales más finas).
Esta tradición parece tener su sucesora en el Magosiense (llamado así por el
yacimiento de Magosi, en Uganda), ya más tardío, aunque mezcla elementos regresivos
(núcleos de fuerte carácter musteroide) con atributos evolucionados (finas piezas
foliáceas, numerosos microlitos...); el Magosiense se da desde hace unos 12 000
años hasta periodos muy recientes, evolucionando hacia la microlitización
mayoritaria de sus herramientas). Al Norte del África subsahariana se encuentran
herramientas avanzadas emparentadas con las de la Edad de Piedra intermedia «Middle
Stone Age».
El final de la LSA viene acotado por las brillantes manifestaciones de la cultura
Nok, que se asocia con la introducción de la tecnología del hierro a mediados del
primer milenio de nuestra era. Aunque, en muchas regiones más aisladas, las
herramientas apenas evolucionaron hasta la época de colonización europea.

Véase también: Expansión bantú


Oriente Medio
Oriente Medio.png
Se usan indistintamente las expresiones Oriente Medio y Próximo Oriente para
designar a la región del Oriente más próxima a Europa. Sus límites varían según
quién utilice el término pero, en su sentido no restringido, es sinónimo de Asia
sudoccidental, incluyendo Turquía, Siria, Líbano, Israel, los Territorios
Palestinos, Jordania, Irak, Irán (también, Arabia Saudí, Kuwait, Baréin, Catar,
Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yemen, de los que no se habla aquí). A menudo, se
incluye Egipto, pero se ha preferido dejar el valle del Nilo para el epígrafe
África; por la misma razón se reserva Chipre para el capítulo europeo. En cambio,
se incluyen ocasionalmente zonas del Cáucaso lindantes con Europa.

En cualquier caso, desde el punto de vista histórico y, más concretamente,


prehistórico, el Oriente medio es lo que se denomina una Zona Nuclear que irradia
continuas innovaciones y cambios que influyen decisivamente en el desarrollo, no
solo de zonas limítrofes, sino de toda Eurasia.

Paleolítico en Oriente Medio


Paleolítico Inferior: La secuencia inferopaleolítica del Medio Oriente parece muy
temprana, habiéndose constatado el paso del ser humano por la zona gracias al
hallazgo de los restos de Dmanisi (Georgia). Se trata, probablemente de Homo
ergaster, en concreto, varios cráneos de entre 1 850 000 y 1 600 000 años de
antigüedad20 que van acompañados de una cultura material muy tosca (lascas, cantos
tallados y núcleos de extracciones desorganizadas21). Se trataría pues de un
Paleolítico Inferior Arcaico, anterior al Achelense.

Cráneo de Dmanisi

Canto tallado de Dmanisi

Bifaz de Um Qatafa
Hendidor de Tabun

Restos del Paleolítico Inferior en el Próximo Oriente


Los primeros bifaces, bastante toscos, aparecen al sur del lago Tiberiades, en
Ubeidiya (Israel), junto a cantos tallados y núcleos toscos. En este lugar también
se encontraron restos humanos muy antiguos (el Hombre de Galilea), no tanto como
los de Dmanisi, que aunque tienen más de un millón de años son muy escasos.
Un Achelense más típico es el que aparece en Banat Yacub (Israel), datado en más de
800 000 años o en los yacimientos sirios de Lantamne (Achelense medio con unos 500
000 años) y Gharmachi (Achelense final). El Achelense final es el más abundante, se
encuentra tanto en yacimientos costeros (Ras Beyruth, Líbano), como del interior,
es decir, el valle del Jordán, Um Qatafa, y sobre todo en Mugharet et-Tabun, que
marca la transición al Paleolítico Medio. Dicha transición parece estar en las
industrias líticas llamadas Yabrudienses (menos bifaces, más utensilios de lascas,
mayor importancia del método levallois...) El Yabrudiense ha sido fechado en
Mugharet-el-Zuttiyeh con 150 000 años de antigüedad.
Línea del tiempo del Paleolítico Inferior en el Próximo Oriente

Paleolítico Medio: Es muy similar al de Europa y toda la cuenca mediterránea,


ocupada en aquella época por los neandertales; su cultura material (con numerosas
variantes) se compone, básicamente, de utensilios musteroides de lascas: La más
antigua es la llamada tradición Wadi-Mughara, le sigue la conocida como Mustero-
levalloisiense, la cual parece adentrarse, al menos, hasta Tayikistán. En todo
caso, es raro que sobrepase los montes Zagros (así como en África, los restos
musteroides nunca bajaron del Sahel). De hecho, se habla de un Paleolítico Medio
Perimediterráneo.22 El Medio Oriente tiene cuevas tan emblemáticas como Shanidar
(Irak), con su célebre tumba del Hombre de las Flores; Kebara, Amud y Mugharet et-
Tabun (Israel), la última ofrece una secuencia casi completa del Paleolítico Medio,
y ambas están asociadas a inhumaciones neandertales; Teshik-Tash (Uzbekistán),
donde se ha identificando la tumba de un niño neandertal, Amrit y Dederiyeh
(Siria), Ras Beyruth (Líbano), etc., estos últimos sin restos humanos, solo con
abundante industria lítica.

Núcleo levallois típico

Raedera lateral sobre lasca

Punta levallois laminar

Buril sobre hoja de sílex

Ejemplo de la transformación lítica desde el Mustero-levalloisiense hasta el


Auriñaciense levantino
En Mugharet et-Tabun (Monte Carmelo, Israel), las industrias líticas más antiguas
son las del Paleolítico Inferior (Achelense final y Yabrudiense); en ellas aparecen
piezas de lascas de tradición Wadi-Mughara. El nivel que se le superpone es el de
industrias líticas muy modernas, laminares, auriñacoides, pero de tradición
levalloisiense, este tipo de herramientas a veces ha sido deniminado Amudiense,
pero su identidad es controvertida. En el techo de la secuencia hay típicas
industrias musterienses, virtualmente idénticas a las europeas y asociadas a restos
neandertalienses.
En consecuencia, existe una circunstancia excepcional en el Paleolítico Medio del
Levante del Mediterráneo oriental. Y es que las herramientas musteroides no son las
únicas ni las más antiguas de la zona. En efecto, el valle del río Jordán (que,
realmente, es una fosa tectónica hidrológicamente endorreica) parece haber recibido
una temprana visita de humanos modernos, incluso antes de que apareciesen los
neandertales. Los datos, en cualquier caso, reflejan la tempranísima aparición de
un tipo de herramientas líticas modernas (similares a las del Paleolítico Superior
europeo), a partir del 56 000 a. C. (como mínimo y, si se acepta la existencia del
Amudiense la fecha alcanza los 70 000 años, es decir, mucho antes que en Europa),
emparentada con la tradición levallois, pero claramente auriñacoide (como se ha
mencionado en la secuencia de Tabun): al principio aumenta el número de buriles,
hojas de sílex y raspadores, puntas de Châtelperron... (Todos estos artefactos son
más propios del Paleolítico Superior que del Paleolítico Medio) y, a partir del
lascado tipo levallois, va desarrollándose la extracción laminar de hojas. Como se
ha indicado, estas industrias líticas, a medio camino entre levallois y
Auriñaciense, han sido datadas en Boker Tachtit (Néguev) entre 47 000 y 38 000 años
de antigüedad, pero se imbrican estratigráficamente con restos musteroides. El
fósil director es la punta del Emireh, en realidad una variante laminar de la punta
levallois. Así aparece la cultura Emiriense, que es una transición muy temprana al
Paleolítico Superior. Este puede considerarse ya instalado en el 40 000 a. C., es
decir, desde fechas muy tempranas. Todo parece sugerir que los seres humanos
modernos pasaron por el valle del Jordán dejando una huella de profundas
consecuencias.

Primitivo moderno infantil de Qafzeh (Israel), con una fecha de 90 000 adC

Primitivo moderno adulto de Skhül (Israel), de unos 80 000 adC

Tumba neandertal de Kebara (Israel), datada en 60 000 adC

Neandertal de Amud (Israel), 50 000 adC (véase el espacio retromolar)

Restos humanos de Primitivos modernos y Neandertales procedentes del valle del


Jordán en Israel
Respecto de los fósiles humanos, el valle del Jordán es particularmente conocido
por una serie de restos que comparten rasgos comunes entre Neandertales clásicos y
cromañoides o humanos modernos. Estos a veces han recibido el apelativo de
Neandertales progresivos, aunque en este texto se utilizará más el término
Primitivos modernos. Los más interesantes, aunque no los únicos, son los casi
íntegros restos de las cuevas de Skhül, Qafzeh, Amud y Mugharet-el-Zuttiyeh, con
una antigüedad datada entre 100 000 y 90 000 años,23 aunque haya quienes retrotraen
la fecha mucho más24 (recuérdese que la sepultura neandertal de Kebara tiene 60 000
años como mínimo). Al contrario que los Neandertales clásicos, estos Primitivos
modernos no se extinguen, sino que enlazan sin solución de continuidad con los
humanos modernos, tanto en el aspecto fisíco, como culturalmente. A grandes rasgos,
estos Primitivos modernos se distinguen de los Neandertales clásicos en que tienen
el rostro mucho más pequeño, menos prominente, sin espacio retromolar en el
maxilar,25 la frente alta y con mentón (aunque la capacidad craneana es similar, la
estructura de la cabeza: esplacnocráneo/neurocráneo, es muy diferente).
Lo que no está resuelto es si estos Primitivos modernos de Oriente Medio son una
avanzadilla en su camino hacia Europa (como se ha dicho, hay quien afirma que estos
seres humanos modernos llegaron a Oriente Medio antes que los Neandertales26).
Ambas especies estaban en franca expansión, una venía de Europa occidental y la
otra de África, y se encontraron aquí, donde los restos hallados parecen un
híbrido, resultado de relaciones físicas y/o culturales entre ambas especies.27 Lo
único comprobado es que los estratos arqueológicos en muchas cavernas
(particularmente Mugharet et-Tabun y Amud) alternan industrias líticas mustero-
levalloisienses de lascas (que se asocian a los Neandertales clásicos), junto a
otras herramientas laminares auriñacoides más avanzadas, sin que pueda afirmarse
cuáles son las más antiguas. Posiblemente convivieron durante miles de años.
Línea del tiempo del Paleolítico Medio en el Próximo Oriente

Paleolítico Superior: Hasta hace unos veinte años, nuestro conocimiento del
Paleolítico Superior del mediterráneo oriental estaba principalmente fundamentado
en los trabajos de Neuville y Dorothy Garrod, realizados en cuevas y abrigos
rocosos de Galilea, Monte Carmelo y la zona de Judea. Esta clasificación de
Neuville (1934) admitía un único linaje evolutivo dividido en varias fases:
Fase I de Neuville: Emirense (punta de El-Emireh) —50 000/38 000 a. C.—
Fase II de Neuville: Ahmariense (punta de El-Wad) —38 000/32 000 a. C.—
Fases III de Neuville: Auriñaciense levantino inicial o Anteliense inferior —32
000/27 000 a. C.—
Fases IV de Neuville: Auriñaciense levantino medio o Anteliense superior —27 000/22
000 a. C.—
Fase V de Neuville: Auriñaciense levantino final o Atlitiense —22 000/14 500 a. C.—
Sin embargo, los estudios actuales prefieren referirse a dos corrientes culturales
paralelas diferenciadas, entre otros motivos, por la tecnología lítica aunque ambas
incluyen en su panoplia la producción de microlitos. Además, se ha revisado y
corregido la cronología:
Como se ha señalado anteriormente, la cultura Emiriense se considera la transición
entre el Paleolítico Medio y el Paleolítico Superior . Esta transición se documenta
muy bien en Boker Tachtit, a partir de 44 000 a. C. (aunque también, Ksar Akil,
ambos en el desierto del Neguev, Israel). Paulatinamente el método levallois
evoluciona hacia técnicas modernas de extracción de largas hojas de sílex, a partir
de las cuales se elaboran las típicas puntas del Emireh, buriles y las denominadas
lames à chanfrein. La cultura de Emiriense parece desaparecer en torno a 36 000 a.
C.
Ahmariense:28 Esta cultura está datada entre 36 000 a. C. y 22 000 a. C.
Aparentemente deriva del Emiriense y es posible que, a su vez, genere un Kebariense
temprano (o Kebariense laminar, 22 000 a. C.-13 000 a. C.). Se caracteriza por una
tecnología fuertemente laminar: de hojas y hojitas, en cuyo instrumental abundan
las piezas de dorso, y los cuchillos, pero el fósil director es la punta de base
retocada o punta de El-Wad. En cambio, escasean los buriles, por lo que las piezas
óseas son de factura muy diferente a las Auriñacenses, habitualmente confeccionadas
con estos utensilios especializados.

Raspador sobre hoja

Buril diedro

Punta de El-Wad

Microlito laminar

Utensilios típicos de la tradición Ahmariense


Auriñaciense Levantino:29 Se da entre el 32 000 a. C. y el 18 000 a. C., y suele
dividirse en tres fases (Anteliense inferior, Anteliense superior y Atlitiense).
Deriva, quizá, del controvertido Amudiense o, más seguramente, procede del
Auriñaciense europeo oriental (Bacho Kiro, Bulgaria).30 Se caracteriza por la
riqueza de productos carenados: núcleos carenados, raspadores carenados y buriles
en hocico, con varios levantamientos sucesivos. Los núcleos se destinan a la
obtención de grandes lascas y gruesas hojas que servirán de soporte para
raspadores, buriles y hojas con retoque escamoso. Estos utensilios se reutilizan y
se afilan una y otra vez, adquiriendo un aspecto romo, en hocico, con retoques
escaleriformes, hasta que, finalmente son desechados por su excesivo desgaste.
Entre el utillaje lítico laminar, más escaso, destacan las hojas de sílex con
retoque continuo junto a microlitos similares a las hojitas de Dufour europeas,
pero con el dorso curvado. También hay, por supuesto, industria ósea, destacando
especialmente las azagayas biapuntadas y los punzones de hueso.

Raspador carenado

Buril en hozico

Azagaya biapuntada

Utensilios típicos del Auriñaciense Levantino (Anteliense y Atlitiense)


Línea del tiempo del Paleolítico Superior en el Próximo Oriente

Durante la transición entre el Paleolítico Superior y el Epipaleolítico se produce


un importante cambio conceptual. Las herramientas líticas más antiguas se obtienen
con procesos operativos especializados, al objeto de obtener microlitos laminares.
Al comenzar el Epipaleolítico, en cambio, el método no se destinó a obtener
hojitas, sino hojas para microlitos geométricos, apareciendo la técnica del
microburil y las primeras puntas de flecha con retoques planos cubrientes (todos
estos rasgos apuntan a que en el Mesolítico surge la invención del arco).
Mesolítico en Oriente Medio
Comenzó hace unos 15 000 años en Mesopotamia y Egipto, al finalizar la última
glaciación. El cambio climático provocó en la zona un proceso de desertización que,
lógicamente afectó a las costumbres de sus habitantes, aunque de modo paulatino.
También es posible que el cambio climático no fuera el único desencadenante del
proceso, sino solo un elemento más que estimuló al ser humano en su progreso. En
cualquier caso, al principio, la caza y la recolección continuaron siendo
fundamentales; pero, al reducirse las áreas ecológicamente productivas en las
riberas de los ríos, lagos y oasis, la relación entre especies animales y/o
vegetales con las comunidades humanas se hizo más íntima. En esta zona crecían
espontáneamente el trigo y la cebada, y abundaban las manadas de ovejas, cabras y
toros salvajes. El nomadismo se transformó, forzosamente, en semisedentarismo, la
caza se convirtió en simbiosis (los humanos cazaban a sus piezas al tiempo que las
protegían de otros competidores ecológicos, como reserva de comida) y la
recolección se tornó en forrajeo organizado. Esta fase se llama, en el Oriente
Medio, Kebariense. En este periodo, como se ha visto, se inventó el arco, con
flechas cuyas puntas pueden estar elaboradas con una sola pieza lítica foliácea (la
típica punta de flecha), o con varias incrustadas en un astil (es decir, microlitos
laminares llamados puntas de Kebarah y microlitos geométricos).

Inhumación Natufiense de Nahal Me'arot, Israel


Posteriormente la recolección adquiere mayor importancia, surgiendo la cultura más
significativa del Mesolítico medio-oriental, el Natufiense, localizada en las
cercanías de Wadi-en-Natuf (un arroyo en territorio palestino), caracterizada por
el sedentarismo (existen pequeños poblados con casas circulares de adobe y silos
para el grano), el forrajeo sistemático y especializado en cereales, asociado a
microlitos de tipo dientes de hoz, junto a morteros, piedras de moler, etc. En el
Natufiense casi cualquier pequeña lasca alargada es aprovechada para obtener
utensilios de diversas clases; es decir, aumenta la economía de gestos, pero,
aparentemente, la técnica lítica se degrada. Sin embargo, esto podría interpretarse
como una flexibilización de la economía, ya que los productos obtenidos son menos
especializados, pueden usarse con diversos propósitos, no solo como herramientas de
caza, o por elaborarse in situ, para una necesidad puntual.

Línea del tiempo del Epipaleolítico/Mesolítico en el Próximo Oriente

Neolítico en Oriente Medio


Hace algo más de 10 000 años las innovaciones que se dieron llegaron a ser tan
notables que se habla de la Revolución del Neolítico en el Oriente Medio, es decir:
los territorios de Mesopotamia (actualmente, Irak) y Canaán (actualmente, Israel y
Palestina); accesoriamente podrían ser incluidos también el valle del Nilo
(Egipto), Líbano, el norte de Siria y el Sudeste de Anatolia (Turquía). Debido a la
morfología de la región originaria, ésta ha sido denominada Creciente Fértil.

Los habitantes del Próximo Oriente fueron los primeros en domesticar animales
(ganadería: sobre todo ovejas, cabras y vacas (la caza no se abandona del todo,
pero ahora será algo secundario), así como en cultivar plantas: (agricultura: sobre
todo centeno (Secale cereale), cebada (Hordeum hexastichum), trigo (Triticum
dicoccum) y otros cereales). La evidencia más antigua de trabajos agrícolas se da
en Tell Abu Hureyra (Siria), hace 11 000 años; mientras que los primeros animales
domésticos fueron los ovicápridos en Zawi Chemi Shanidar (Irak), hace unos 10 500
años.

El Creciente Fértil
Desde el Creciente Fértil, el Neolítico se fue extendiendo por Asia (hacia la India
y China), África (sobre todo en Egipto) y por Europa a través del Mediterráneo; las
consecuencias del Neolítico afectaron a toda las regiones habitadas:

Neolitico-agricultura.svgNeolitico-ganaderia.svg
Se inventan nuevos utensilios: el arco y las flechas, hoces de piedra, azadas,
hachas pulimentadas, molinos, morteros, cucharas... Pero fundamentalmente, se
originó la cerámica y el tejido.
La cerámica aparece en una fase avanzada del Neolítico, de modo que hay un largo
periodo llamado Neolítico Precerámico. Las primeras cerámicas conocidas son las de
Kalat Jarmo (Kurdistán), que datan del 6750 a. C., así como las de Tepe Guram y
Tepe Serdam (Irak), fechadas en el 6500 a. C. Previamente se utilizarían cestos
impermeabilizados con barro o zulaque («bitumen»).

Al convertirse en agricultores, los grupos humanos se asientan en lugares fijos


para vivir todo el año, es decir, se fundan los primeros poblados estables:
sedentarización. Además de la aldea protoneolítica de Jericó (fechada por el
método: 14C en 9551 a. C.), Eynan (Israel), Zawi Chemi Shanidar (Irak) y Tepe Asia
(Irán).
La agricultura y la ganadería supusieron un aumento en la producción de alimentos y
la cerámica permitió almacenar y transportarlos fácilmente. Por primera vez
sobraban alimentos y otros productos necesarios, denominados excedentes.
La posibilidad de que todos los miembros de la comunidad pudiesen participar en
diferentes labores productivas así como la existencia de excedentes favoreció el
gran aumento demográfico, la población se multiplicó por diez (el mundo pasó de
tener unos diez millones de habitantes a cien millones)
La sedentarización más el crecimiento demográfico hacen que las primeras aldeas, a
veces, generen el nacimiento de auténticas ciudades: Jericó (Cisjordania) ostenta
el honor de ser considerada la primera ciudad del mundo (con unos 2000 habitantes
en 8000 a. C., aproximadamente), Çatal Hüyük y Haçilar (Anatolia), Kalat Jarmo
(Kurdistán), Hassuna y Samarra en Irak, Ras Shamra y Tell Halaf (Siria), etc. Este
proceso desembocará en el nacimiento de las primeras civilizaciones urbanas
(civitas = ciudad).
Comenzó la división del trabajo, es decir, los oficios especializados:
agricultores, ganaderos, artesanos (panaderos, ceramistas, carpinteros,
albañiles...) Los que tenían excedentes comenzaron a intercambiarlos con quienes
tenían trabajos distintos y productos diferentes: Nace el comercio (trueque). En la
zona del Creciente Fértil se comerciaba sobre todo con azufre, sal y zulaque del
mar Muerto, conchas del mar Rojo, obsidiana de Anatolia, malaquita del mar Caspio,
etc.
Estos intercambios no serán solo locales, los habrá también regionales. Así
germinan las primeras rutas comerciales estables que comunican los nuevos poblados
entre sí, apareciendo una nueva profesión, el mercader. El mejor ejemplo está en el
yacimiento de Al Beidha (Jordania) y Ba'ja, donde las excavaciones exhumaron un
auténtico bazar del séptimo milenio.
Todos estos cambios originaron diferencias sociales (ricos y pobres); también
aparecen las primeros personajes con autoridad que organizaban la vida del poblado:
surgen los gobernantes y sacerdotes (autoridad moral). Los más ambiciosos terminan
acaparando las riquezas y estableciendo relaciones de dominación local y
posteriormente regional.
Las diferencias también aparecen entre poblados. Unos son más prósperos que otros,
y sus gobernantes lucharán, a veces, por apropiarse de las tierras limítrofes, el
acceso al agua, el control de las rutas principales y el comercio, etc. Los
conflictos entre poblados vecinos se convierten en auténticas guerras, con las que
surgen los primeros ejércitos y sus líderes militares, que se enriquecen en cada
victoria, naciendo así la nobleza y la monarquía.

Línea del tiempo del Neolítico en el Próximo Oriente

En el Próximo Oriente la Edad de los Metales coincide con la aparición de


documentos escritos y el nacimiento de las primeras civilizaciones, por lo que
éstas deberían incluirse, estrictamente hablando, en la Historia. Pero, como las
fases iniciales del Calcolítico son previas a las primeras tablillas incisas y no
hay ruptura cultural, en esta enciclopedia se incluyen procesos que se dieron en
tiempos plenamente históricos.

América
En el continente americano la Edad de Piedra es mucho más tardía y tiene su propia
idiosincrasia. La teoría más aceptada sobre su relación con Asia es que el
poblamiento humano de América se produjo desde Siberia a través de estrecho de
Bering. La cuestión más discutida es: ¿cuándo? La glaciación de Wisconsin (Würm)
provocó un descenso del nivel marino que, unido a la existencia de placas de hielo
proporcionó un paso transitable sobre el estrecho de Bering entre ambos continentes
denominado puente de Beringia. No siempre era posible atravesarlo, se ha estimado
que al menos los humanos pudieron pasar en dos ocasiones en las que había una ruta
libre de hielo: la primera duró unos 4000 años y la segunda unos 15 000 años; luego
desapareció el puente con lo que la migración no tuvo retorno. Este puente según
los científicos se habría formado hace 50 000 años. A tenor de estos datos, han
surgido dos teorías sobre cuándo fue poblada América por primera vez por el ser
humano:

Teoría del poblamiento temprano: sostiene que los seres humanos llegaron hace unos
50 000 años.
Teoría del poblamiento tardío: sostiene que los seres humanos llegaron hace unos 15
000 años o poco más; es la más clásica y la que tiene datos más contrastados, pero
no contradicen la anterior opción.
Los amerindios vivieron aislados del resto de la humanidad durante 40 000 años,
estos grupos humanos tuvieron que adaptarse a ocho tipos de clima distintos, se
diversificaron en más de 300 tribus, con más de 2000 lenguas diferentes y
desarrollaron, al menos, una docena de civilizaciones excepcionales. No es, pues,
adecuado usar la misma terminología ni la misma periodización en América que en el
Viejo Mundo. No se trata de un capricho chovinista, es la respuesta a una realidad
arqueológica:

Prehistoria de América

Norteamérica y Mesoamérica

Punta de lanza tipo Clovis


en Nuevo México Estados Unidos
En 1958, los arqueólogos Gordon Willey y Philip Phillips propusieron las siguientes
etapas para Norteamérica y Mesoamérica:

Periodo Lítico (equivalente al Paleolítico Superior de Viejo Mundo), comprende


desde la llegada de los primeros americanos hasta hace unos 10 000 o 12 000 años
(según el paradigma teórico defendido). Dentro de este periodo hay dos fases:
Una fase inicial de cazadores-recolectores indiferenciados, con restos muy escasos,
caracterizado por una industria lítica similar a la del Viejo Continente (cantos
tallados, lascas musteloides, bifaces...) y sin puntas de lanza; los ejemplos más
seguros de gran antigüedad son los yacimientos estadounidenses de Topper,
Lewisville y American Falls, por un lado, y en México El Cedral y Tlapacoya, por
otro.
La segunda fase, de cazadores avanzados, es de hace unos 13 000 años; cuando,
surgen las culturas con raspadores, hojas de sílex, buriles..., y elaboradísimas
puntas de lanza: por ejemplo, en Norteamérica suele destacarse la cultura Clovis,
Folsom y El Plano (Nuevo México), aunque, por supuesto, hay muchas más. Estas
culturas con puntas foliáceas se interpretan como pueblos eminentemente cazadores,
al principio de grandes presas; pero, la evolución a puntas cada vez más pequeñas
indica que esta paleofauna se va extinguiendo y que los grupos de cazadores se van
adaptando a una fauna cada vez más pequeña.
Periodo Arcaico (equivalente, pero no exactamente igual al Mesolítico de Viejo
mundo), un complejo periodo en el que se produciría la transición a la agricultura
del maíz a partir de la recolección intensiva de vegetales. Esta fase abarca zonas
geográficas más amplias, casi toda Norteamérica y Mesoamérica (donde, a veces, se
usa el término pre-mexicano), como motor esencial de la evolución posterior. En el
norte, en zonas circumpolares, sobreviven pueblos cazadores recolectores –
forrajeadores– bajo la denominación Arctic tradition; mientras que las grandes
praderas del centro suelen incluirse en la denominación Cultura cochise (con sus
tres fases: Sulphur Springs, Chiricahua y San Pedro: 5000 a. C.-200 a. C.). En
estos pueblos la caza sigue siendo fundamental y se documenta la invención del
arco, hacia el año 1000 a. C..

Mano recortada en mica Cultura Hopewell Estados Unidos

Cabeza olmeca gigante procedente de San Lorenzo de Tenochtitlán (Texistepec,


Veracruz, México).
Periodo Formativo (que sería el equivalente al típico Neolítico) destaca por
novedades como la agricultura, la ganadería, la cerámica... Entre los 5000 a. C. y
los 1000 a. C. aparecen ya los poblados estables gobernados por una poderosa casta
sacerdotal. La cerámica más antigua del continente data del año 3500 a. C.,
aproximadamente. Los Olmecas serían la evolucionada cultura de este periodo. Puesto
que las fases posteriores se incluyen en el llamado Periodo Clásico de las culturas
precolombinas (en el que ya aparecen las grandes civilizaciones mesoamericanas y
andinas), a menudo se ha llamado pre-Clásico. Es por tanto el último período de la
Prehistoria de esta zona de América, pues a partir de entonces ya aparecen
documentos escritos, por lo que podrían denominarse ya culturas protohistóricas.
Las culturas de Oasisamérica: antes del 3000 a. C. parece ser que varios pueblos
mesoamericanos cuya economía estaba basada en el cultivo del maíz, el frijol y la
calabaza, emigraron hacia el centro-sur del oeste americano (Oasisamérica),
constituyendo un rico núcleo cultural que, siglos después, dará lugar a Cultura de
los Cesteros que, a su vez dio lugar a las culturas de los Anasazi y sus similares
Hohokam y Mogollón que, actualmente se conocen como Indios Pueblo.
Los constructores de montículos de Norteamérica: En las boscosas tierras orientales
de Norteamérica (Ohio) nacen por estas fechas los primeros constructores de túmulos
llamados Cultura Adena (1000 a. C.-200 a. C.), cuyo monumento más conocido es el
Túmulo de la Serpiente (Cincinnati). Tras Adena se inicia una dinastía de
civilizaciones tumulares que jalona una amplia zona del centro-este de Estados
Unidos (cuencas del Misisipi-Misuri-Ohio), destacando la cultura Hopewell (200 a.
C.-500 d. C.), y los constructores de montículos del Misisipí (900-1500 de nuestra
era), que crearon numerosas ciudades, como la de Cahokia, que estaba protegida por
una muralla, y con monumentos públicos y religiosos levantados sobre grandes
túmulos.
Los Olmecas son la civilización más avanzada del momento, surgen poco antes del
1500 a. C. y desaparecen poco antes del comienzo de nuestra era, aunque su
influencia pervive en pueblos olmecoides posteriores. Los Olmecas practicaban la
agricultura, conocían la cerámica, eran sedentarios y contaban con una organización
muy avanzada y con claras diferencias sociales. Sus restos se extienden por toda
Mesoamérica, probablemente porque su comercio era muy activo. Sin embargo, salvo
excepciones, apenas desarrollaron la vida urbana, aunque tienen grandes santuarios
religiosos como los de San Lorenzo o La Venta, y un tipo de escultura monumental
muy característica: las cabezas gigantes. No existen datos sobre si crearon un
imperio, no hay pruebas de la existencia de un ejército olmeca, ni de batallas,
solo que los pocos centros urbanos que se conocen estaban protegidos por murallas y
situados en colinas de fácil defensa. Los olmecas legaron a sus sucesores el
calendario solar, y un conjunto de símbolos que puede considerarse ya escritura
arcaica.
Periodo Maya Pre-Clásico: Hay una relación muy estrecha entre los Olmecas y el
nacimiento de la civilización Maya. Sus periodos iniciales (los dos últimos
milenios anteriores a nuestra era) aún pueden considerarse prehistóricos. Surgen
grandes centros urbanos con monumentos elevados sobre pirámides y plataformas de
piedra, existen importantes diferencias sociales y el comercio exterior es muy
intenso. Aparecen importantes innovaciones en el trabajo de la obsidiana y el jade,
así como de la cerámica (aparece la cerámica pintada).
De hecho, toda Mesoamérica puede considerarse un «área cultural con intensa
profundidad temporal»: sus civilizaciones comparten rasgos étnicos y lingüísticos,
plantas cultivadas, un calendario ritual de 260 días y conceptos religiosos
parecidos. Sin embargo, la mejor forma de distinguirlas son las manifestaciones
artísticas, la cerámica, la artesanía, la religión y la organización política.

Sudamérica
Al hablar de las primeras civilizaciones sudamericanas, coexisten dos puntos de
vista acerca del origen de las grandes culturas andinas; por un lado, quienes
sostienen que la cuenca del Amazonas constituyó un ente aislado e independiente de
las costas del Pacífico y que las culturas andinas evolucionaron autónomamente: por
otro lado, se han descubierto intensas relaciones comerciales y movimientos
migratorios de gran amplitud entre la Amazonía y los Andes, incluso, algunos
historiadores sostienen que los fundadores de las grandes civilizaciones andinas
eran pueblos amazónicos cultivadores de mandioca y batata, así como pescadores
fluviales que ocuparon la Puna y los valles. En Sudamérica la periodización resulta
más compleja, a menudo se habla de un gran periodo denominado Precerámico (cc. 20
000 a. C.-2 000 a. C.) que engloba el «periodo Lítico», o «Paleoindio», y el
«periodo Arcaico». Pero la disparidad de denominaciones es muy grande, por lo que
se simplificará.
El Paleoindio suele ser el término preferido, antes que «periodo Lítico», pero
parece responder a la misma dinámica: una primera fase de industrias peor conocidas
y más rudimentarias, propias de culturas poco diferenciadas; y una segunda fase,
cuyo fósil director son las puntas de proyectil, es decir, puntas de lanza
foliáceas magistralmente trabajadas.
La primera fase (Periodo Protolítico) tiene yacimientos cuya antigüedad es muy
discutida —tal es el caso de Pedra Furada (Brasil) que roza los 50 000 años; y
«Monte Verde II» (Chile), con unos 33 000 años—. Sin embargo está muy bien
documentada en cuevas algo más recientes, como las de Taima-Taima en Venezuela,
Garzón en Colombia, Pikimachay en Perú... En Pikimachay se documentan restos de
ocupación humana de más de 17 000 años, perdurando hasta hace cerca de 14 000 años.
La cueva de «El Guitarrero» (Perú), excavada por el norteamericano Thomas Lynch, de
la Universidad de Cornell, en los años 70, completaría con su estratigrafía todas
las etapas de ocupación de esta fase de la Edad de Piedra.
La segunda fase (cazadores avanzados) parece coincidir con una expansión humana
hacia el sur. Las puntas foliáceas de lanza especializadas para la caza de grandes
presas en Sudamérica suelen ser del tipo Cola de pescado, aunque se parecen mucho a
las norteamericanas tipo Clovis. Estas herramientas cinegéticas todavía no aparecen
en la gruta de Ghachi, ubicada cerca de San Pedro de Atacama (Chile), del 13 000 a.
C.; pero ya están presentes en la fase de Guitarrero I (Perú), con 15 000 años de
antigüedad. Más al sur, también en Chile, se hallaron restos de viviendas y
artefactos con unos 12 500 años de antigüedad («Monte Verde I», en las cercanías de
Puerto Montt). También destacan «Jobo», en Venezuela, y «El Inga», en Ecuador.
Desde Chile parece haberse poblado la zona de Santa Cruz (Argentina), donde se han
hallado restos líticos que se remontan a 11 000 a. C., y por fin se llega a la
Tierra del Fuego en el 7000 a. C. («Cueva Fell», Chile).

Panorama del sitio Precerámico de El Caral (Perú).


El periodo Precerámico: hace unos 7000 años posee indicios de agricultura,
ganadería e, incluso, los primeros poblados estables (con ellos se desarrolla la
primera arquitectura y el arte), algunos de los cuales se convierten en centros
religiosos de peregrinación, destacando entre todos la ciudad de El Caral (Perú),
con una fecha inicial superior al 2600 a. C. Durante este período se completa la
colonización humana de Sudamérica, y se comenzaron a consumir más intensamente los
recursos del mar. Un hecho particular de la agricultura americana es la inmensa
variedad de especies agrícolas cultivadas, en número superior a las del Viejo
Mundo; además, muchas de estas plantas son tan difíciles de cultivar que en algunos
casos no se sabe cómo pudo ocurrir. Aparte del maíz, también se cultivó algodón,
mandioca, batata, fríjol, tomate, coca, quina, quinoa, papa, tabaco, cacao,
chumbera, siendo la lista interminable. Solo dos carencias provocaron el
estancamiento agrícola de América respecto del Viejo Mundo, que no poseían arados
ni ruedas. La ganadería, al contrario que la agricultura, se aplicó a muy pocas
especies: el perro, el pavo, el conejillo de Indias y, como animales de carga los
camélidos; es decir, la llama, la alpaca, la vicuña y el guanaco, animales
exclusivos de Sudamérica, cuya potencia no es suficiente para trabajar con arados.
En el Viejo Mundo, la domesticación de animales es muchísimo más rica y variada, y
el arado permitió avances impensables en América.
El periodo Agro-alfarero y metalúrgico: Las culturas de Sudamérica tienen ricos
ejemplos en el periodo llamado Cerámico o Agro-alfarero:

Figurita de tradición chibcha


Los Chibchas serían los más antiguos pobladores de Panamá y Colombia con más de
5000 años de antigüedad y una persistencia cultural notable, pues los españoles
todavía pudieron conocerlos, aunque ya en fase de decadencia. Fueron grandes
constructores y agricultores, aunque su fama les viene, sobre todo, de su habilidad
para trabajar el oro, ya en el primer milenio antes de Cristo. Más al sur se
encuentra la cultura de Norte Chico, en Perú, desde 3000 a. C. a 2000 a. C., que
constituiría el antecedente más directo de la Cultura Chavín, coetánea de los
Olmecas en Mesoamérica). En realidad, la Cultura Chavín es el máximo referente
preincaico de Sudamérica, con un desarrollo entre 900 a. C. y 300 a. C. El centro
de esta cultura es el santuario andino de Chavín de Huántar, aunque esta cultura
dominó todo el territorio peruano. La envergadura de las construcciones chavín
indica una compleja diferenciación social, eficaz administración, activo comercio y
una alta tecnología agrícola y cerámica. La cultura Chavín fue sustituida hacia el
año 300 d. C. por la Cultura mochica o Moche, destacada por sus labores de
irrigación y sus Huacas, o pirámides escalonadas de adobe. Sin embargo, los
mochicas no formaron un estado, aunque su sociedad estaba fuertemente jerarquizada.
En realidad, el primer estado andino es el Imperio Huari, fundado hacia el año 700.
Los Huari dominaron los Andes hasta que fueron sustituidos por los Chimú, cuya
capital fue Chanchán, una inmensa ciudadela de adobe y tapial situada en Perú. Los
chimú fueron conquistados por los incas hacia el año 1470.
Como último ejemplo de la prehistoria americana se citan los constructores de
Cerritos (Uruguay), quienes con unos 4800 años de antigüedad crearon una cultura
menos espectacular, pero muy interesante. Sus aldeas eran circulares, con una plaza
central rodeada de chozas de madera, construidas sobre montículos («cerritos»),
había también montículos de desechos detrás del círculo de cabañas que,
probablemente, estuvieron protegidas por una empalizada (al estilo de las alceas
circulares amazónicas). Al parecer, las aldeas formaban grandes conglomerados que
podrían constituir auténticas ciudades.
Icono de esbozo
Los Andes centrales y sureños son otra de las grandes áreas nucleares americanas:
las expresiones culturales y políticas más logradas de su evolución son la ciudad y
el estado.
La sucesión de culturas y lugares es inabarcable en un artículo de esta naturaleza,
pero todas ellas manifiestan
un desarrollo muy complejo, producto de un largo proceso autóctono de
experimentación y descubrimiento.
Se aconseja la lectura del artículo específico sobre Civilizaciones andinas para
ampliar información

Europa
La Edad de Piedra europea suele dividirse en tres etapas, siguiendo las propuestas
de John Lubbock en 1865:

Paleolítico, la primera fase, o Edad Antigua de Piedra: Es el periodo más antiguo y


largo de la historia europea; comenzaría hace aproximadamente un millón de años con
la llegada de los primeros humanos (bien Homo ergaster, bien Homo antecessor).
Durante el Paleolítico europeo se suceden después otros tipos: Homo
heidelbergensis, Homo neanderthalensis y Homo sapiens sapiens; este último llegó a
través de otra migración, provocando la extinción de los neandertales hace 50 000
años. Paralelamente a la evolución humana se produce una evolución cultural:
durante el Paleolítico Inferior la cultura dominante en Europa es el Achelense; en
el Paleolítico Medio aparece el Musteriense (propio del hombre de Neandertal),
quizá el Châtelperroniense sea un epígono de este tipo humano. Con la llegada del
hombre moderno31 se suceden una serie de culturas como el Auriñaciense,
Gravetiense, Solutrense y Magdaleniense. Otros elementos importantes para
comprender el Paleolítico son las continuas oscilaciones climáticas, llamadas
glaciaciones, el predominio de la economía cazadora recolectora y la aparición del
arte paleolítico al mismo tiempo que llega el hombre moderno.
Epipaleolítico/Mesolitítico, la fase intermedia o Edad Media de Piedra: Abarca el
periodo que transcurre desde la retirada del último glaciar, hace unos 12 000 años,
hasta la llegada del Neolítico, unos 5000 años atrás. Actualmente se discrimina
entre culturas epipaleolíticas (aquellas que mantienen el modo de vida propio del
Paleolítico, sin cambios sustanciales, como ocurre con el Aziliense, por ejemplo),
de las denominadas culturas mesolíticas (aquellas que muestran una tendencia a
evolucionar hacia la sedentarización y otros rasgos propios de lo que luego será el
Neolítico, tal es el caso del Tardenoisiense).
El Neolítico en Europa
Neolítico, la última fase o Edad Moderna de Piedra: el Neolítico llega a Europa
desde el Próximo Oriente a través de la cuenca Mediterránea en el sexto milenio.
Aunque se sospecha la existencia de un neolítico precerámico, fundamentalmente
ganadero, la primera gran civilización mediterránea plenamente neolítica es la de
Cerámicas impresas Cardiales (en el mapa: color verde intenso). Su fósil director
es una serie de cerámicas decoradas con impresiones de conchas de berberecho
(Cerastoderma echinatum) que aparecen tanto en la orilla africana como en la
europea, desde Dalmacia a la península ibérica. En el quinto milenio esta
civilización es sustituida por otra originada en el Danubio llamada de Cerámica de
bandas (verde claro en el mapa), cuya influencia se extiende por el Rin hasta la
costa atlántica (amarillo en el mapa). Es entonces cuando se produce un cambio
fundamental en las culturas europeas. Cerca del año 4000 a. C. aparece en el sur de
Portugal la civilización de los constructores de Megalitos. Esta civilización
sobrepasa los límites de la Edad de Piedra, ya que perdura durante el Calcolítico
(en una fase que se ha denominado Neo-Eneolítico, por la dificultad de establecer
una división clara). Desde Portugal y otros puntos de la costa atlántica, el
fenómeno megalítico se extiende por toda Europa occidental, evolucionando hasta el
2500 a. C., ya que, como se ha dicho, perdura durante la edad de los metales). Los
constructores de megalitos vivían en poblados fortificados, situados en lugares de
fácil defensa (como colinas).

Menhir de
Saint-Macaire (Francia).

El dolmen de Axeitos, en Galicia, España.


Un monumento megalítico es una construcción formada por piedras toscamente
trabajadas y de tamaño gigantesco (de varias toneladas), de ahí su nombre: megas:
gigante y, lithos: piedra. Hay varias clases de monumentos megalíticos:

Menhir: es una gran piedra puesta de pie que marcaría un lugar simbólico,
posiblemente sagrado.
Alineamiento: es un conjunto de menhires dispuestos en fila.
Crómlech: es un conjunto de menhires puestos en círculo. Se supone que el
alineamiento y el crómlech eran templos al aire libre, con posibles referencias
astronómicas.
Milladoiro: amontonamiento de piedras y bloques de diverso tamaño que señalaría un
lugar sagrado.
Dolmen: Es el monumento más complejo. Se trata de un lugar para enterrar a los
muertos de la tribu; constaba de un corredor o pasillo de entrada y de una cámara
funeraria, ambos construidos con grandes lajas de piedra, todo ello cubierto por un
montículo de tierra y cascotes llamado túmulo. El dolmen es como una pequeña
montaña artificial, con una cueva en su interior, también artificial. Todos los
difuntos eran depositados en la misma cámara funeraria, ya que se trataba de un
lugar de enterramiento colectivo; junto a los difuntos se depositaban ofrendas
funerarias (armas, comida, joyas...).
Prehistoria del Viejo Mundo
Edad de Piedra Edad de los Metales
Paleolítico Mesolítico
Epipa-
leolítico Neolítico Edad del Cobre
(excepto África subsahariana) Edad del Bronce
(excepto África subsahariana) Edad del Hierro
Paleolítico inferior Paleolítico medio Paleolítico superior
Datos
Se conoce como edades de piedra a los periodos de tiempo antes de que los humanos
descubrieran los metales, por lo que utilizaban principalmente de piedras para
hacer herramientas.
Las herramientas de piedra se hacían desgastando poco a poco las piedras para hacer
matillos, puntas de lanza y flechas, chuchillos y raspadores.
Las personas solían usar piedras del lugar, pero a veces usaban piedras buenas que
venían de lugares lejanos.
Los europeos primitivos usaban principalmente pedernal para sus herramientas de
piedra. Los africanos usaban cuarzo, chert (una variedad de cuarzo), basalto y
obsidiana.
En Europa, hubo tres edades de piedra — Temprana (o Paleolítico), Media (o
Mesolítico) y Nueva (o Neolítico).
El Paleolítico comenzó hace 2 millones de años, cuando varios de nuestros ancestros
humanos recolectaban plantas y cazaban con armas de piedra.
El Mesolítico es el periodo de transición de la Edad de Piedra temprana a la nueva
Edad de piedra, después de la última glaciación, que terminó hace 12, 000 años.
El Neolítico es el periodo en el que la gente comenzó a establecerse y comenzó a
cultivar. Esto ocurrió primero en el cercano oriente, hace alrededor de 10,000
años.
En 1891 se encontró una piedrecita tallada en una forma femenina, de 500,000 años
de antigüedad, en Berejat Ram, en los Altos del Golán, Israel.
Las estatuillas de Venus son figuras femeninas gorditas, talladas de piedra, de
hace alrededor de 25,000 años, encontradas en Europa. Por ejemplo, en la República
Checa.
Véase también
Tres edades
Arqueología
Industria lítica
Homo sapiens sapiens
Evolución humana
Pintura rupestre
Hominidos
Nota
Las primeras excavaciones permitieron estudiar las características raciales de los
esqueletos badarienses egipcios, llegando a la conclusión de que se trataba de un
pueblo mestizo, medio africano, medio asiático, lo que inducía a pensar en una
neolitización causada por la llegada de inmigrantes. Sin embargo, los recientes
estudios del profesor Eugen Strouhal han cambiado por completo la visión del
asunto, este antropólogo sostiene que los badarienses son negros auténticos,
procedentes del corazón de África, de modo que el origen del neolítico egipcio
sigue siendo tema de controversia: Strouhal, Eugen (1992). Life of the Ancient
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fósiles más antiguos, yacía una colada basáltica (llamada superficie de Mashavera,
de polaridad normal) con 1 850 000 años de antigüedad, sobre la que descansaba el
estrato con los restos humanos, líticos y paleontológicos. Encima de los estratos
fosíliferos la polaridad ya era negativa, lo que indica el fin del evento: Geología
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Se hace camino al andar (sobre la expansión de los seres humanos modernos) por
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Enlaces externos
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Prehistoria africana
África IV. Etnología y prehistoria
La cultura Badariense, (en inglés)
La cultura Merimdé
Estado actual de la investigación paleolítica en el África negra, antiguo texto
(1948) del profesor Martín Almagro Basch.
Prehistoria del Oriente Medio
Middle Paleolithic (Mousterian) in Eurasia

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