Documento 4
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Documento 4
Que esas diferencias de opinión pueden concernir a cualquier punto de vista y que todos los
discutidores tienen el derecho incondicional a presentar o poner en duda todo punto de vista está
expresado en la regla siguiente:
Regla 1
a. Condiciones especiales no aplican ni al contenido proposicional de los asertivos por medio de los
cuales el punto de vista es expresado, ni al contenido proposicional de la negación de los
compromisivos por medio de los cuales un punto de vista es puesto en duda.
El derecho a retar
Regla 2
El discutidor que ha puesto el punto de vista del otro discutidor en duda en la etapa de
confrontación siempre tiene derecho a retar este discutidor a que defienda su punto de vista.
Basta por tanto con otorgar a los discutidores el derecho incondicional para hacer esto en virtud de
la regla 2, ya sea que estén o no preparados para hacer uso de esta regla.
La obligación de defender
Regla 3
Al reconocer la obligación de defender, como establece la regla 3, y al aceptar el reto del otro
discutidor, el discutidor que ha presentado el punto de vista indica su disposición para discutir. El
discutidor que lo ha retado puede a su vez indicar su disposición para discutir con el hecho de estar
de acuerdo con las premisas y las reglas de discusión compartidas. La regla 3 apunta, así pues, a
exteriorizar la voluntad de comprometerse en la discusión que puede ser esperada de los
discutidores involucrados en una disputa.
Regla 4
El discutidor que en la etapa de apertura haya aceptado el reto del otro discutidor para que defienda
su punto de vista ocupará el papel de protagonista en la etapa de argumentación, y el otro
discutidor ocupará el papel de antagonista, a menos que lleguen a otro acuerdo; la distribución de
papeles es mantenida hasta el final de la discusión.
Debe pasar por el diálogo, que se entiende como la exposición de las partes a través de sus
argumentos, y seguidamente la forma de llegar a un consenso en base a lo expuesto, sin consenso
mutuo no se puede llegar a un acuerdo, para llegar al consenso hay que negociar. El consenso es el
acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos.
Para conocer las etapas para argumentar en un diálogo que tenga como finalidad llegar a un
acuerdo, debemos conocer primero Qué es un Argumento; Un Argumento es un postulado que
busca defender una postura o convencer a otra persona acerca de una determinada idea, éstas
defensas se plantean en base a las ideologías y pensamientos de las personas. Las etapas para
argumentar en un diálogo que tenga como finalidad llegar a un acuerdo son: La primera fase:
Corresponde a que se expogan explícitamente las reglas que acordaron los participantes. Segunda
fase: Se plantea la problemática Y corresponde a la fase de la confrontación donde el problema del
diálogo este escrito y acordado para que se aclara Cuál es la meta que se quiere llegar a partir de
este diálogo. Tercera fase: Es la fase de la argumentación en la cual cada participante tiene la
obligación de contribuir para poder llegar a la meta del diálogo utilizando los métodos apropiados.
Cuarta fase: Corresponde al cierre del diálogo en el cual la meta debe haber sido alcanzada y los
participantes están de acuerdo con el fin del diálogo.
Estás fases al mismo tiempo tienen reglas implícitas las cual todos los participantes deben respetar
para que el diálogo sea efectivo, estas reglas son;
Las reglas de la relevancia, indica que los participantes no deben alejarse mucho del punto central de
la discusión. La regla de la cooperación indica a que cada uno de los participantes deben responder
preguntas de forma Cooperativa y aceptar el compromiso de reflejar su posición de forma precisa.
Las reglas informativas: Corresponden a que los participantes deben proporcionar argumentos
válidos bien sean particulares o no.
En conclusión existen cinco fases denominadas las etapas para argumentar en un diálogo que tenga
como finalidad llegar a un acuerdo.
Una discusión se define como un debate o conversación entre dos o más personas, en el que se
intercambian ideas u opiniones sobre alguna temática. Estas deben ser contrapuestas una a la otra
puesto que el objetivo de la misma es enfrentarlas mediante la argumentación. En la etapa de
confrontación se presentan las diferencias entre las opiniones, en la apertura se introduce al tema,
en la argumentación se presentan los argumentos y en la etapa de cierre se concluye.
1.1. Confrontación.
Se trata de dejar en claro que hay un punto de vista que no es aceptado en tanto hay una duda, lo
que permite hablar de una diferencia de opinión (Eemeren, Grootendorst, 2011).
Ejemplo:
Fulgencio responde: Me gusta cómo formulaste el problema. Dado que tenemos opiniones
diferentes, ¿qué hacemos ahora?
1.2. Apertura.
Se trata de saber si hay algún acuerdo en la forma de discusión, el lenguaje, las creencias, reglas de
proceder en la discusión y quién es protagonista y antagonista (Eemeren, Grootendorst, 2011).
Ejemplo:
Marcela dice: La primera regla es que aceptemos que Ernesto presenta un punto de vista que
Fulgencio no acepta.
Y Carmen interviene: Otra regla podría ser como en el futbol: ambos están obligados a defender lo
que opinan o no hay juego. Pero al mismo tiempo son libres de no hacerlo, como cuando no
queremos jugar futbol.
Podemos agregar otras reglas. Es necesario expresar las dudas. Se discute solo el punto de vista que
está en juego. Otra, usar un lenguaje y palabras que entendamos. Y, por último, si uno gana el
debate, ambos deben aceptar que alguien ha ganado.
1.3. Argumentación.
El protagonista presenta sus argumentos en favor de su punto de vista, el antagonista plantea sus
dudas y evalúa los argumentos, hasta aceptar o rechazar el punto de vista (Eemeren, Grootendorst,
2011).
Ejemplo:
Ernesto inició la discusión: Entonces, un juego es el que no daña ni se usa como medio para dañar
porque usa reglas.
Fulgencio refutó: el futbol es un juego que tiene reglas pero a veces algún jugador sale dañado.
Ernesto contraargumentó: Pero cuando pasa eso, hay castigo, y esa es una de sus reglas. La idea,
Fulgencio, es que todo juego implica reglas, y si jugamos, las aplicamos. Pero, cuando las reglas
dejan de funcionar, no se puede decir que sea un juego.
1.4. Clausura.
1 Las partes no deben impedirse unas a otras el presentar puntos de vista o el ponerlos en duda.
2 Una parte que presenta un punto de vista está obligada a defenderlo si la otra parte le solicita
hacerlo.
3 El ataque de una parte en contra de un punto de vista debe referirse al punto de vista que
realmente ha sido presentado por la otra parte.
4 Una parte sólo puede defender su punto de vista presentando una argumentación que esté
relacionada con ese punto de vista.
5 Una parte no puede presentar algo falsamente como si fuera una premisa dejada implícita por la
otra parte, ni puede negar una premisa que él mismo ha dejado implícita.
6 Una parte no puede presentar falsamente una premisa como si fuera un punto de partida
aceptado, ni puede negar una premisa que representa un punto de partida aceptado.
7 Una parte no puede considerar que un punto de vista ha sido defendido concluyentemente, si la
defensa no se ha llevado a cabo por medio de un esquema argumentativo apropiado que se haya
aplicado correctamente.
8 En su argumentación, las partes solo pueden usar argumentos que sean lógicamente válidos o que
sean susceptibles de ser validados explicitando una o más premisas implícitas.
9 Una defensa fallida de un punto de vista debe tener como resultado el que la parte que lo
presentó se retracte de él y una defensa concluyente debe tener como resultado el que la otra parte
se retracte de sus dudas acerca del punto de vista.
10 Las partes no deben usar formulaciones que resulten insuficientemente claras o confusamente
ambiguas y deben interpretar las formulaciones de la parte contraria tan cuidadosa y tan
exactamente como les sea posible.
5¿Cómo puedo saber si mis argumentos o argumentaciones son adecuados para ciertos contextos
y circunstancias?
Un argumento corresponde a una defensa realizada que contenga una validez la cual realizamos a
través de nuestras de ideas según nuestra percepción con bases y fundamentos .Dependiendo del
tipo de argumentación bien sea: deductiva, inductiva, abductiva o por analogía; nuestras
argumentaciones se deben de basar en datos validos, relevantes o irrelevantes tomando en cuenta
el conocimiento de la otra persona con que se argumente y las circunstancias en que se presente.
La argumentación es la defensa de la validez de las ideas según nuestra percepción con bases y
fundamentos, los cuales no pueden ser ser vagos o pocos sustentados, ya que sin ello nadie nos
creería o tomaría en cuenta nuestra opinión. Mediante ellos, damos a entender nuestra percepción
o punto de vista acerca de un determinado tema. El contexto es sumamente importante durante
una argumentación, ya que abarca la realidad o entorno en el cual nos encontramos. Esto quiere
decir, que ciertos temas pueden ser considerados como validos, relevantes o irrelevantes según
nuestro entorno social, o con la persona que estamos argumentando. Por ello es que al momento de
realizar tus argumentaciones debes tomar en cuenta con quien y donde hablas, su nivel de
conocimiento y sus circunstancias.
Los argumentos son los razonamientos que se realizan sobre un texto, cabe destacar que estos son
de suma importancia ya que con ello se justifican las razones el texto, la adecuación de los
argumentos es muy correcta ya que cumplen con todas las normas que se requieren para realizar un
texto. Algunos criterios para evaluar los argumentos son el razonamiento y las probabilidades que
existen del tema y su realidad.
-En temas de trabajo: si quieres conservar tu trabajo, deberás obedecer a tu superior (no puedes
negarte a una petición suya, sólo porque no te apetezca hacerlo). Si lo que ves en tu trabajo (como
se trata a los trabajadores o clientes, las ordenes de tu superior, o cómo se hacen las cosas en
general) no crees que sea lo correcto, tienes dos opciones "sé sincero con tu superior y cuéntale
cómo te sientes" o "deja ese trabajo y busca otro".
-En la amistad: puede que veas u oigas algo que podría hacerle daño a un amigo o amiga si se
enterase. O bien se lo cuentas (para que se entere primero por ti y no crea que le ocultas cosas) o
bien no le cuentas nada, o bien sin contarle nada intentas solucionar aquello que hayas visto para
que tu amigo no sufra.
En cualquier caso, depende te ti, de probar y equivocarte, en resumen de la experiencia. Sólo ten
una cosa clara: si no haces nada, nada cambiará; pero si haces algo, algo cambiará (aunque sea un
cambio tan pequeño que apenas lo notes, pero poco a poco sentirás como crece ese sentimiento o
ese "algo").
Un argumento corresponde a una defensa realizada que contenga una validez la cual realizamos a
través de nuestras de ideas según nuestra percepción con bases y fundamentos. Dependiendo del
tipo de argumentación bien sea: deductiva, inductiva, abductiva o por analogía; nuestras
argumentaciones se deben de basar en datos validos, relevantes o irrelevantes tomando en cuenta
el conocimiento de la otra persona con que se argumente y las circunstancias en que se presente.
Un argumento publicitario es falacia cuando:Se emplean argumentos que cautivan la atención del
consumidor con la finalidad de lograr uno de sus objetivos principales como lo es la persuasión.Se
pretende convencer pero sin aportar razones o con conclusiones lógicas.
Es utilizado un argumento publicitario como referencia para que el consumidor se guíe por lo que se
dicta en general.
Falacia ad populum:
Esta falacia toma como argumento válido lo que prefiere la mayoría, utilizándolo como referencia
para que el consumidor se guíe por lo que se dicta en general. Un ejemplo de este tipo de falacia es
el anuncio de Whiskas donde se menciona que 8 de cada 10 gatos prefieren Whiskas. Esa conjetura
hace pensar que en realidad Whiskas es el mejor alimento para los gatos.
Como podemos ver, estas falacias son utilizadas frecuentemente en cualquier medio, incluso
nosotros mismos las utilizamos en nuestra vida cotidiana sin darnos cuenta. El hecho de utilizar estos
argumentos sin que sean realmente ciertos no quiere decir que la publicidad sea engañosa pero
tampoco quiere decir que estamos tratando de decir la verdad.
8Condiciones que debe cumplir una argumentación para que logre su propósito.
La argumentación es la defensa de la validez de las ideas según nuestra percepción con bases y
fundamentos, los cuales no pueden ser ser vagos o pocos sustentados, ya que sin ello nadie nos
creería o tomaría en cuenta nuestra opinión. Mediante ellos, damos a entender nuestra percepción
o punto de vista acerca de un determinado tema. El contexto es sumamente importante durante
una argumentación, ya que abarca la realidad o entorno en el cual nos encontramos. Esto quiere
decir, que ciertos temas pueden ser considerados como validos, relevantes o irrelevantes según
nuestro entorno social, o con la persona que estamos argumentando. Por ello es que al momento de
realizar tus argumentaciones debes tomar en cuenta con quien y donde hablas, su nivel de
conocimiento y sus circunstancias.
Todo argumento constituye un intento por convencer a uno o varios receptores de la veracidad o
conveniencia de una conclusión, obtenida a partir de una o un conjunto de premisas, mediante
procesos deductivos o inductivos de orden lógico, racional.
No son argumentos las opiniones, fundadas o infundadas, ni los sentimientos, ni las premoniciones;
si bien todo ello puede ser empleado como premisa en un debate, para lo cual servirán de premisas
a posteriores argumentaciones.
Validez: es una propiedad que tienen los argumentos cuando las premisas implican la conclusión.Es
la capacidad de las pruebas de medir lo que se proponen medir.
Objetividad: Se dice que la información objetiva está basada en la ausencia de prejuicios e intereses
personales. En ella, los hechos y los conceptos son tratados como objetos. Es una cualidad opuesta a
la subjetividad, es decir, diferencia e identifica a las personas o cosas. Se pude decir que existe
objetividad en el momento que una prueba arroja los mismos resultados independientemente de
quien sea el evaluador.
Amplitud: es la capacidad de comprensión intelectual o moral. Es la extensión de las pruebas que se
van a realizar.
9Tipos de auditorio
Un auditorio se refiere a uno o más oyentes que son los receptores presentes o no de un discurso en
un espacio y tiempo variable; ya que existen diferentes tipos de auditorio ydiferentes maneras de
recibir la información de un discurso ( radio , prensa ,tv, etc..).
La determinación de la audiencia
• ¿Quiénes son?: edad, sexo, educación,situación económica, política y social y creencias religiosas.
• ¿Qué nivel de información tienen sobre el tema?: lector en general, novato, especialista o
experto.
• El contexto en el que se va abasar un discurso: en un periódico, libro, revista popular revista
especializada, en Internet, y así sucesivamente.
Tiposde auditorios:
Favorable:
salvo catástrofe el orador sale aclamado por el auditorio que está totalmente de acuerdo con las
ideas expuestas.
Neutro:
el orador debe conseguir convencer alauditorio para que así su objetivo pueda cumplirse, ya es
delante de este tipo de auditorios donde se demuestra la valía de un buen orador.
En contra:
el auditorio está totalmente en contra yel orador debe intentar ganarse la confianza o al menos que
sus ideas sean escuchadas ante el auditorio.
Simple:
es un público que asiste a conciertos, juegos, películas carnavales, eventosreligiosos y deportivos.
Implican cierta distancia física entre el evento y la audiencia.
De masas:
la comunicación entre el evento y la audiencia no es directa y no existe una distancia
espacial.Comparten un interés común como por ejemplo los fans.
Laico:
la audiencia no tiene un conocimiento especial o de expertos. Se conectan con el aspecto de interés
humano de los artículos. Por logeneral, necesitan información de antecedentes, que esperan más
definición y descripción, y es posible que quieran atractivos gráficos o imágenes.
10Falacias de apelación a los sentimientos y a las emociones.
Una falacia es un argumento que no resulta ser sólido. Las razones que motivan a las personas a
construir estos argumentos carentes de solidez pueden ser engaño, fraude o mentira. Es importante
distinguir las falacias de los sofismas1. Los sofismas, si bien son casos particulares de falacias, son
argumentos con el que se pretende defender algo falso y/o confundir al adversario en el diálogo o
discusión. Un caso muy común de falacia son las llamadas “de apelación a las emociones”. En estas
falacias se trata de manipular las emociones del interlocutor para sustentar una posición. Existen
una gran variedad de emociones a las que se puede apelar. Por ejemplo, Apelar al miedo. Aquí se
pretende apoyar una posición utilizando engaños y propaganda para aumentar el miedo y prejuicio
hacia la posición contraria. Por ejemplo “Si votas por este candidato, el país entero irá a la quiebra”.
En la sección “Clases” de la Plataforma de Lógica pueden encontrar el video “Falacias de apelación a
los sentimientos” en el que se profundiza más en estos ejemplos.
Apelar al halago. En este tipo de falacias se halaga a la audiencia con tal de conquistar la simpatía
hacia la posición que se pretende defender. Un ejemplo sería: “Tú eres muy inteligente, estoy segura
de que te das cuenta de que tengo razón”.
Otras emociones sobre las que se construyen estas falacias son la apelación al ridículo y la apelación
a la culpa.
Es importante considerar que varios filósofos, como Comesaña, consideran que no todas las
apelaciones a los sentimientos son falacias. Si el dentista, por ejemplo, nos intenta convencer para
cambiar nuestra forma de cepillar los dientes diciendo que si no lo hacemos tendremos caries y
sufriremos mucho dolor, es probable que sintamos miedo, pero parece que se trata de un miedo
razonable y que sí nos da buenas razones para convencernos. Lo crucial aquí es saber cuándo es
pertinente apelar a esas emociones, cuándo las emociones no son sólo buenos motivos sino razones
para aceptar algo. También es importante recordar que además de las apelaciones a emociones, se
han distinguido muchos otros tipos de falacias, aunque no hay acuerdo en la forma de clasificarlas. El
Diccionario de Falacias de García Damborena es una herramienta muy útil para conocer otros tipos
de falacia y ejemplos.
Una falacia lógica es una proposición que se utiliza para justificar posturas que de otra forma no
serían justificables. Estas falacias suelen enmascarar falsedades o argumentos ilógicos, y en los años
que llevo trabajando en Internet he escuchado múltiples de estas falacias en la publicidad y trampas
argumentales para justificar acciones en el contexto de la publicidad online y la analítica web.
Os invito a realizar conmigo un recorrido por el universo de las falacias lógicas más populares, con el
objetivo de saber detectarlas a tiempo y tomar decisiones más acertadas en el campo de la analítica
web.
El hombre de paja
Una de las falacias argumentales más comunes consiste en no responder a un argumento tal como
se ha presentado, sino a una caricatura exagerada y distorsionada de tal argumento que,
lógicamente, es más complicado defender. Por ejemplo:
Anunciante al soporte: “La publicidad en Google AdWords me genera una rentabilidad muy superior
a los banners de tu página”.
En este ejemplo, quizás el soporte tiene razón y si todos los anunciantes invirtieran la totalidad de su
presupuesto publicitario en Google AdWords, desaparecerían el resto de los soportes en Internet.
Sin embargo, a efectos del presente argumento, esto es irrelevante ya que en nuestro ejemplo el
anunciante no está proponiendo invertir la totalidad de su presupuesto en Google AdWords, y desde
luego tampoco implica que la totalidad de los anunciantes harán lo mismo. El soporte no está
discutiendo el fondo de la cuestión, que no es otro que la escasa rentabilidad para este anunciante
de sus formatos publicitarios, sino que ha inventado un punto argumental totalmente distinto que
es más fácil defender. Ha creado un “hombre de paja”.
LOS POLÍTICOS Para empezar nos gustaría plantear la siguiente cuestión, ¿son nuestros políticos
verdaderos representantes?, ¿son elegidos de entre el pueblo y por el pueblo para ayudar y
defendernos? En teoría sí. Pero luego, en la práctica, sabemos que no es así. En su mayoría los
políticos, son individuos seleccionados por los propios partidos y que se organizan para disfrutar del
poder que conlleva. El objetivo de cualquier político es obtener un reconocimiento, desean que el
público les aplauda y les admire, por ello deben elegir bien la puesta en escena y los papeles que
deben tomar. Podríamos afirman que un gran político es un gran actor, ya que domina ampliamente
las artes interpretativas y juega con nuestros sentimientos y pasiones; son capaces de manipularnos
convirtiéndonos en sus cómplices, gracias a las falacias. Para explicar cómo los políticos son tan
buenos en las artes escénicas, hemos seleccionado un discurso de José Luis Rodríguez Zapatero en el
cual analizaremos las falacias.
Con una breve explicación sobre cuatro falacias argumentales, examinaré unos pocos casos, citando
ejemplos verificables. Argumentum ad hominem: significa argumento dirigido contra el hombre. En
lugar de responder a una pregunta se ataca a la persona que interroga. Un ejemplo: “¿Por qué
usaste mi remera?”, le pregunta un hermano al otro, y éste le contesta: “Estás enojado, ¡otra vez te
peleaste con tu novia!”, arremetiendo contra el estado de ánimo, evitando así responder. En una de
las pocas conferencias de prensa, frente a las preguntas de periodistas de “La Nación” o de “Clarín”,
la presidenta, lejos de responder, los atacó calificándolos de representantes de las corporaciones
periodísticas. Aníbal Fernández replicó frente a observaciones de la Iglesia: “La Iglesia debería revisar
el comportamiento de sus miembros”, eludiendo la respuesta sobre aquello que demandaba la
institución religiosa. Cuando la diputada Elisa Carrió imputó al gobierno nacional conductas
delictivas, el propio Fernández respondió: “La señora Carrió no tiene los patitos en fila, con lo cual
que diga lo que diga me tiene muy sin cuidado”. En su primer informe sobre la gestión del gobierno
nacional, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, frente a una pregunta sobre el caso
Ciccone, contestó: “La responsabilidad de la fabricación de los billetes es de la Casa de la Moneda.
No quiero perder tiempo y ocupar un espacio tan importante para responder a operaciones de
Clarín”. Al ministro de Planificación, Julio De Vido, dos periodistas le acercaron pruebas que
mostraban que Repsol falseaba los balances de YPF frente al desinterés explícito de los funcionarios
del kirchnerismo que integraban el directorio. En la ocasión, el ministro, en lugar de contestar,
reclamó: “¿Por qué no se dedican a algo más productivo?” Accidente inverso: es una generalización
apresurada. Cuando de un caso particular se sacan conclusiones referidas a todos los miembros de
ese universo. Es muy común escuchar “para muestra basta un botón”. Expresión que es pertinente si
se refiere a un uniforme, pero resulta un argumento falaz si con él se abarcan comportamientos. Un
ejemplo: detienen a un delincuente de un barrio humilde y, tras ello, luego se afirma que “todos los
miembros de ese barrio son delincuentes”. Disparate total. Sin embargo, muy suelto de cuerpo,
Carlos Salomón Heller, diputado nacional electo por Ciudad de Buenos Aires, en las elecciones
legislativas del 2009, en una entrevista televisiva apeló a un caso particular. Se debatía una ley
provincial por el revalúo de los campos y Heller contó una anécdota relacionada con la capacidad
impositiva de los campesinos. En su rol de presidente de un banco, debió examinar una carpeta de
antecedentes y garantías que presentó un agricultor de la provincia de Buenos Aires para solicitar un
crédito.
Las falacias del ataque personal son un grupo de falacias que desvían la atención del asunto que se
discute hacia el adversario o sus circunstancias.
Cuando se quiere defender decisiones basadas en conjeturas, tiene mucho valor persuasivo el
prestigio de la persona que hace la propuesta. En los casos dudosos, concedemos la razón más
fácilmente a los que confiamos, sean médicos, asesores fiscales, queseros o políticos.
Un razonamiento que viene de gente sin ser famosa y ese mismo razonamiento, pero que proviene
de alguien famoso, no tienen igual fuerza.
Esa es la fuerza de un político, pero también su punto vulnerable. La difamación es tan frecuente en
la vida pública porque los políticos necesitan arruinar el crédito moral de sus adversarios. En un
dirigente sin prestigio los argumentos parecerán argucias, las emociones farsa, y la sinceridad,
hipocresía. Por eso, la batalla por la propia imagen y el desprestigio de la ajena, cobra tanta
importancia.
Hay dos argumentos falaces que atacan directamente al adversario: la Falacia ad hominem y la
Falacia del Muñeco de paja. El primero se limita a descalificarlo como persona y el segundo forja un
oponente imaginario fácil de tumbar.
14apelación de autoridad
Las falacias de apelación a la autoridad (ad verecundium) son aquellas que, para convencer de la
verdad de un argumento, apelan a las cualidades positivas de un sujeto o sujetos. Este tipo de
falacias pueden recurrir a la autoridad individual o a la colectiva (ad populum). Ej.
Si lo dice Cristina Pacheco, debe ser verdad, porque ella es una persona muy preparada (autoridad
individual).
Nosotros los mexicanos somos un pueblo solidario, por eso debemos de apoyar el T.L.C. y a nuestros
vecinos del Norte (autoridad colectiva).
Constituye una falacia cuando se tergiversa la intensión de las palabras o se cita a un personaje que
no tiene nada que ver con el asunto tratado o con esa esfera del conocimiento Ejemplo: ¨ Es verdad,
porque lo ha dicho mi papa¨
15apelación a la misericordia
Ejemplos
Ejemplo 1:
Estudié muy duro para esta prueba durante semanas porque sabía que mi carrera dependía de este
resultado.
Ejemplo 2:
Damas y caballeros del jurado, miren a este hombre desgraciado, en una silla de ruedas, incapaz de
usar sus piernas.
Referencia bibliográfica primaria Nonsense (Desatinos) GULA Robert. Editorial Norma Colombia
1982.
Este tipo de publicaciones hacen parte de una Introducción a la lógica, a la estructura argumentativa,
pensando no solo en el pensamiento humano sino posteriormente en la inteligencia artificial.
16Apelación al miedo
Si A no es B, usted se va a enterar
La expresión ad baculum significa «al bastón» y se refiere al intento de apelar a la fuerza, en lugar de
dar razones, para establecer una verdad o inducir una conducta. La denominación es irónica, puesto
que no existe tal argumento: se reemplaza la razón por el miedo. Su empleo exige dos requisitos:
carecer de argumentos y disfrutar de algún poder. Representa, con el insulto, la expresión extrema
de la renuncia al uso de cualquier razonamiento.
Es un procedimiento frecuentísimo:
Ejemplos
Mira Laura, tú necesitas este empleo y yo necesito una secretaria cariñosa, así que será mejor que
nos entendamos.
Escuche guardia, ya sé que me he saltado el Stop, pero usted no sabe con quién está hablando. Me
parece que a usted no le gusta mucho su empleo. Yo miraría más por mi familia. Si usted me pone la
multa tendré que hablar con sus jefes…
Generalmente las amenazas no se expresan literalmente. Son más eficaces cuanto más veladas.
Basta con evocar la posibilidad de que se produzcan consecuencias desagradables para quien no se
deja convencer.
A veces se insinúan las amenazas tan sutilmente que, llegado el caso, puedan negarse con toda
energía, alegando que uno ha sido malinterpretado o, más frecuentemente, que no se trata de una
amenaza sino de una mera información que pretende ser útil al destinatario y ayudarle a ponderar
sus propias decisiones. No cabe ninguna duda de que está a punto de surgir una falacia ad baculum
cuando alguien, utilizando la excusatio non petita, advierte que no pretende forzar a su interlocutor:
Ejemplo
Por supuesto, usted es libre de hacer lo que le parezca mejor… pero usted es consciente de que
nuestro Banco es uno de los principales anunciantes de su periódico y estoy seguro de que no desea
perjudicarnos publicando ese artículo.
No consiste la falacia en apelar al miedo, sino en hacerlo para sostener una conclusión o decidir una
conducta sin alegar razones. Por supuesto, quien ejerce una autoridad
normativa (la del que manda), no precisa recurrir a razonamientos para hacerse obedecer porque
generalmente está legítimado para castigar la desobediencia indebida. Tampoco es falaz quien nos
advierte de un peligro real ajeno a su voluntad. Si nuestro dentista insiste en que nos cepillemos más
los dientes o de lo contrario acabaremos sin muelas, sin duda apela al miedo. Sin intención falaz de
ninguna clase, nos muestra consecuencias naturales, previsibles, demostrables, para que
conozcamos todas las posibilidades que pueden determinar nuestras decisiones. El dentista no
piensa intervenir en el proceso; no pretende provocar las consecuencias desagradables.
17Apelación a la ignorancia
Una falacia de argumento por la ignorancia, es cuando una persona acepta una conclusión porque su
negación no tiene una demostración concreta y palpable. Esto no significa que una persona sea
ignorante por solo creer en las cosas que pueda ver o tocar, sino que es un método utilizado por las
personas (llámense ignorantes o no) para obtener o convencer sobre una respuesta.
- El fenómeno ovni.
- La existencia de dios
18Apelación a la multitud.
Para la mayoría, A.
Por lo tanto, A.
Los argumentos ad populum se suelen usar en discursos más o menos populistas, y también en las
discusiones cotidianas. También se utiliza en política y en los medios de comunicación aunque no es
tan poderosa como el argumentum ad hominem. Suele adquirir mayor firmeza cuando va
acompañada de un sondeo o encuesta que respalda la afirmación falaz. A pesar de todo, es bastante
sutil y para oídos poco acostumbrados al razonamiento puede pasar inadvertido.
Por ejemplo:
«Ese músico debe de ser muy bueno, ya que cincuenta millones de fanes no pueden estar
equivocados.»
«Esta marca es la marca líder en Europa, por eso deberías comprar sus productos.
Uso[editar]
Esta falacia es una variante de la falacia ad verecundiam, con la diferencia de que en vez de atribuir
la autoridad a una persona o a un reducido grupo de eminencias, se le atribuye a un gran colectivo
de gente, por ejemplo a la población de un país. Mediante un ardid argumental uno puede apoyar su
afirmación basándose en que es la opinión de la mayoría.
Validez[editar]
Existen dos grados de falacia ad populum con mayor y menor consistencia. Se puede afirmar sin
pruebas que lo confirmen que la opinión mayoritaria de la gente es X. En ese caso la falacia es doble,
se afirma una premisa que se desconoce y además se le da autoridad a esa dudosa opinión
mayoritaria.
Pero puede ocurrir que se haya hecho algún tipo de consulta popular que permita conocer esa
opinión. Aun suponiendo que la consulta se haya hecho correctamente y que la opinión esté bien
reflejada en los resultados este argumento sigue siendo falaz. Nada justifica un razonamiento sólo
porque la mayoría piense lo mismo. Este pensamiento se basa en la intuición de que la opinión
general tiene autoridad porque tanta gente no puede estar equivocada.
Se suele oír en frases del tipo todo el mundo sabe que... o ...esto es lo que la sociedad desea; así
como en la mayoría de los argentinos sabe que..., La gente quiere...