Acidez y Alcalinidad Del Suelo

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Acidez y Alcalinidad del suelo:

En la solución del suelo, las altas concentraciones de Aluminio (Al3+) e


Hidrógeno activo (H+), dan lugar a la acidez del suelo. El pH (potencial de
hidrógeno), es la medida del grado de acidez o alcalinidad de un suelo. Un pH
de 7.0 indica neutralidad, pero a medida que este valor disminuye, el suelo se
vuelve más ácido, de manera que, un pH de 6.0 es diez veces más ácido que
un pH de 7.0. El significado práctico del pH en términos de acidez del suelo, es
que afecta significativamente la disponibilidad y la asimilación de nutrientes, y
ejerce una fuerte influencia sobre la estructura del suelo.
Las mismas, se producen por:
 Remoción de nutrientes por los cultivos: Los cultivos, sobre todo los
de alto rendimiento, pueden ocasionar acidez al suelo, mediante la
absorción de cationes básicos (Ca, Mg y K). La planta, al absorber
cationes, libera hidrógeno para mantener el equilibrio en su interior, el
cual genera acidez.
 Elevada precipitación: El exceso de lluvias, ocasiona la lixiviación o
lavado de cationes intercambiables (Ca, Mg, K y Na). El potasio y el
sodio, son los dos cationes que se lixivian más fácilmente y dan lugar a
ser sustituidos por el hidrógeno y el aluminio.
 Descomposición de la materia orgánica: Al descomponerse la materia
orgánica por la acción de los microorganismos del suelo, se libera
dióxido de carbono, que se transforma fácilmente en bicarbonato; esta
reacción, libera hidrógeno que acidifica el suelo.
 Uso de fertilizantes nitrogenados de reacción ácida: Los fertilizantes
nitrogenados, que contienen o forman amonio (NH4+), incrementan la
acidez del suelo. El sulfato de amonio, nitrato de amonio y la urea son
los fertilizantes típicos que generan esta reacción. Al aplicar estos
fertilizantes al suelo, el amonio (NH4+) se transforma en nitrato (NO3-),
gracias a la acción biológica y libera hidrógeno que acidifica el suelo.
Esta reacción, es necesaria y se da de manera natural, ya que la mayor
parte del nitrógeno que absorbe la planta, es en forma de nitrato. Por
cada molécula de NH4, que se transforma a NO3, se liberan dos
moléculas de H+.
 Aluminio intercambiable: La presencia de aluminio (Al3+) en la
solución del suelo, induce el desarrollo de la acidez del suelo. El
aluminio que se desplaza de las arcillas por otros cationes, reacciona
con el agua y libera hidrógenos.
Contenido de Bases Intercambiables del Suelo
La capacidad de intercambio catiónico (CIC), es la capacidad total de un suelo,
para contener cationes intercambiables. Se define como el número de cargas
negativas del suelo. Aumentos en el pH, traen como consecuencia un
incremento en las cargas negativas, ya que el aluminio se precipita y la
concentración de hidrogeniones disminuye, por lo tanto la CIC aumenta. Esta
carga eléctrica, es fundamental para el suministro de nutrientes a las plantas,
porque muchos nutrientes existen como cationes (por ejemplo, magnesio,
potasio y calcio). En términos generales, los suelos con grandes cantidades de
carga negativa son más fértiles, porque retienen más cationes. Sin embargo, a
medida que los suelos se vuelven más ácidos, estos cationes son
reemplazados por H + , Al 3+ y Mn 2+. Estos, incluyen tanto a las arcillas como
a la materia orgánica.
La CIC de un suelo, afecta las prácticas de fertilización y encalado. Por
ejemplo, los suelos con alta CIC, retienen más nutrientes que los suelos con
baja CIC. Con grandes cantidades de fertilizantes, aplicados en una sola
aplicación a suelos arenosos con baja CIC, es más probable que se produzcan
pérdidas de nutrientes por lixiviación. Por el contrario, estos nutrientes son
mucho menos susceptibles a pérdidas en suelos arcillosos.
Contenido de Fosforo y Azufre
Fosforo:
La fuente principal del fósforo en el suelo, son los minerales primarios de
apatita, el intemperismo de estos minerales, suministra iones fosfato a la
solución del suelo, luego las bacterias, hongos y plantas, incorporan estos
iones fosfato a su biomasa, así comienza la ruta biológica del fósforo. El fósforo
en el suelo toma dos grandes rutas de almacenamiento, la ruta inorgánica y la
orgánica. La inorgánica principalmente se clasifica en dos grupos, la primera en
depósitos de fosfatos de calcio y la segunda en fosfatos de hierro y aluminio,
agronómicamente la primera es de mayor importancia. El fósforo orgánico, se
encuentra bajo tres formas, en el suelo, fosfolípidos, ácidos nucleicos y fitinas.
De todo lo expuesto, se deduce que la mayor parte del fósforo presente en el
suelo, no se encuentra disponible para las plantas debido a su gran
insolubilidad, así que es necesario mantener una adecuada concentración de
fosforo en el suelo, para que la planta crezca adecuadamente.
Azufre:
El azufre, puede estar en el suelo en forma orgánica y/o inorgánica. De
acuerdo a las características físico-químicas y ambientales del suelo, la
fracción de azufre inorgánica, está presente como azufre elemental o en los
diferentes niveles de oxidación (sulfuros, sulfatos, tiosulfatos entre otros). La
fracción orgánica, constituye la principal reserva de este nutriente, pudiendo
llegar a representar el 100 % del S total en los suelos orgánicos. Entre los
compuestos orgánicos que contienen azufre, se encuentran los aminoácidos,
las proteínas, los polipéptidos entre otros. La acción de las bacterias del suelo
(p. ej. las thio bacterias), transforman el azufre elemental en azufre de sulfatos.
En esta transformación, las bacterias oxidan el azufre elemental convirtiéndolo
en sulfato, liberando con ello hidrógeno (H+). Con ello, el azufre elemental
causa una acidificación del suelo.
Contenido de Materia Organica o Resuidos Fertilizantes
La materia orgánica modera, así mismo los cambios de temperatura y su color
oscuro, favorece la absorción de las radiaciones solares, lo que eleva la
temperatura del suelo y beneficia procesos como el de germinación de las
semillas y la actividad microbiana. El conjunto de estas mejoras sobre las
propiedades físicas del suelo, otorga a éste una mayor estabilidad frente a los
agentes atmosféricos y se traduce en menores pérdidas de suelo y, por tanto,
en menor erosión del mismo. Desde un punto de vista químico, la materia
orgánica, es en parte responsable de la capacidad de cambio iónico del suelo,
ya que constituye la mayor parte del complejo adsorbente y de cambio,
permitiendo retener elementos nutritivos útiles para la planta, pero también
elementos contaminantes presentes en el suelo.
La materia orgánica, es el soporte de la vida microbiana del suelo, ya que actúa
como fuente de energía y de elementos esenciales, para el desarrollo de la
microbiota, favoreciendo su proliferación en el mismo. Los microorganismos
degradan la materia orgánica, liberando ácidos orgánicos e inorgánicos,
capaces de alterar los componentes minerales del suelo. También liberan
agentes quelatantes y enzimas, y provocan pequeñas alteraciones de pH y de
potencial redox, que pueden favorecer la liberación y asimilación de elementos
nutritivos para la planta. Así mismo, pueden establecerse asociaciones
simbióticas planta/microorganismo, que favorecen la asimilación de nitrógeno y
fósforo.
Dos grandes grupos de sustancias, pueden diferenciarse en la materia
orgánica del suelo: un primer grupo, constituido por los materiales originales o
materia orgánica fresca, formado por restos animales y mayoritariamente por
restos vegetales, nada o muy poco descompuestos y de estructura bien
definida y organizada, y, un segundo grupo, formado por sustancias de
naturaleza húmica, constituido por compuestos más evolucionados,
procedentes de la transformación del primer grupo y de la síntesis microbiana,
mediante un proceso dinámico y complejo, denominado humificación, en el que
simultáneamente se dan reacciones de síntesis y degradación de moléculas
orgánicas.

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