Viruela Símica
Viruela Símica
Viruela Símica
Generalidades
El virus de la viruela símica es transmitido a las personas por diversos animales salvajes,
como roedores y primates, pero tiene una propagación secundaria limitada a través de la
transmisión de persona a persona.
La viruela símica es una enfermedad rara que se da principalmente en las zonas remotas de
África central y occidental, cerca de las selvas tropicales.
Si bien no hay tratamiento ni vacuna para esta enfermedad, la vacunación antivariólica previa
ha resultado también muy eficaz para prevenir la viruela símica.
En la primavera de 2003 se confirmaron casos de viruela símica en los Estados Unidos de
América. Se han registrado casos esporádicos de viruela símica en otros países de África
Occidental y Central. Gracias a un mayor conocimiento, cada vez son más los países que
detectan y notifican casos. En 2017, Nigeria sufrió el mayor brote documentado,
aproximadamente 40 años después de los últimos casos confirmados.
La infección se produce por contacto directo con la sangre, los líquidos corporales o las
lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados. En África se han descrito
infecciones humanas resultantes de la manipulación de monos, ratas gigantes de Gambia o
ardillas infectados. Se considera que los roedores son el principal reservorio del virus. Un
posible factor de riesgo es la inadecuada cocción de la carne de animales infectados.
Signos y síntomas
El periodo de incubación (intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas) de la
viruela símica suele ser de 6 a 16 días, aunque puede variar entre 5 y 21 días.
El número de lesiones varía desde unas pocas hasta varios miles, y afectan a las mucosas
de la boca (70% de los casos), los genitales (30%), la conjuntiva palpebral (20%) y la córnea
(globo ocular).
La tasa de letalidad ha variado mucho en las distintas epidemias, pero ha sido inferior al 10%
en los eventos documentados. La mayoría de las defunciones se producen en los niños
pequeños y, en general, los grupos de edad más jóvenes parecen ser más susceptibles a la
viruela símica.
Tratamiento y vacuna
No hay tratamientos ni vacunas específicas contra la infección por el virus de la viruela
símica, aunque se pueden controlar los brotes. En el pasado, la vacuna antivariólica
demostró una eficacia del 85% para prevenir la viruela símica. Sin embargo, la vacuna ya no
está accesible al público, puesto que se suspendió su producción tras la erradicación mundial
de la viruela. Con todo, la vacunación antivariólica previa puede contribuir a que la evolución
de la enfermedad sea más leve.
Prevención
Reducir el riesgo de infección en las personas
Durante los brotes de viruela símica, el contacto estrecho con otros pacientes constituye el
factor de riesgo más importante de infección. Ante la falta de un tratamiento o vacuna
específicos, la única manera de reducir la infección en las personas es sensibilizarlas sobre
los factores de riesgo y educarlas acerca de las medidas que pueden adoptar para reducir la
exposición al virus. Las medidas de vigilancia y la rápida detección de nuevos casos son
fundamentales para contener los brotes epidémicos.
Los mensajes educativos de salud pública deben centrarse en los siguientes aspectos:
• Reducir el riesgo de transmisión de los animales a las personas. Durante el
manejo de animales enfermos o sus tejidos infectados, y durante los procedimientos
de matanza, deben usarse guantes y otra ropa protectora adecuada