Genesis de La Constitucion

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GENESIS DE LA CONSTITUCION

Introducción

El concepto de constitución escrita o moderna es relativamente reciente


y data del siglo XVIII, en que aparecen documentos que tiene por
finalidad regir la organización política de la Sociedad burguesa. Sin
embargo, el término constitución referido a la política
es añejo en occidente; el estudio sobre la organización política se halla
en la Antigüedad clásica, en la Edad Media y en la Modernidad. En razón
de lo expuesto es posible hablar, en términos generales sobre el
concepto de constitución desde el punto de vista de la evolución de
las ideas políticas, hablando así de su evolución histórica,
comenzando en sus orígenes en Grecia hasta el periodo de las
Constituciones burguesas, que aparecen a partir del siglo XVIII y llega
hasta la actualidad.

El término desde los griegos a la modernidad

Occidental.

Uso de la expresión Politeía por los griegos:

Con el término Politeía nombran los griegos a la Constitución de la


comunidad política.
Sin embargo, las Constituciones griegas no estaban redactadas en
documentos solemnes, sino articuladas por un conjunto de relaciones
sociales estables, homologadas, para que sean coercitivas, por
preceptos jurídicos consagrados por la costumbre o insertos en leyes. El
radical de polítes, expresión que en castellano
significa ciudadano, y el sufijo abstracto eía componen el vocablo
politeía, es decir, ciudadanía. Por lo tanto, estrictamente politeía
significa, la calidad de ciudadano, en primer lugar, y la unidad de todos
los ciudadanos en comunidad, en segundo lugar. De esta manera,
llamaron politeía a la estructura socio-jurídica que ordena a la
ciudadanía. También designaron como politeía, al derecho del ciudadano
a decidir sobre las cuestiones relativas al bien de la polis, y por
extensión, al derecho a ser ciudadano. También, expresaban con ese
vocablo, a la biografía de un ciudadano ejemplar.
Dieron también el nombre de politeía, a la organización perfecta de la
ciudadanía que para los griegos era la Constitución Mixta.
Tengamos en cuenta, que el título de una obra perdida de Aristóteles
sobre el tema, se denominaba Politeías (Las Constituciones). En esta
renombrada obra, Aristóteles, habla sobre los regímenes políticos de
ciento treinta y ocho países griegos y bárbaros. De igual manera se
denominó, Politeía, al libro de Platón en el que expone su ideal de
Constitución. A mayor abundamiento, también Aristóteles llama Politeía,
en el libro VI de la Política a la Constitución Mixta, la mejor de todas a su
criterio.
Fue Plutarco el que realizó este inventario de las acepciones clásicas de
la palabra politeía. Tardíamente en las ciudades griegas bajo dominación
romana, también denotó el territorio de la Polis.
En definitiva, el término Politeía, para los griegos significa:
Primero la calidad de ciudadano y, Segundo, la unidad corporativa del
total de los ciudadanos.
Para los griegos la Constitución es el alma de la Comunidad Política.
Dice Aristóteles:
―La Constitución es la ordenación de los poderes gubernativos
de una comunidad política soberana, de cómo están distribuidas las
funciones de tales poderes, de cuál es el sector social dominante en la
comunidad política y de cuál es el fin asignado a la comunidad política
por ese sector social dominante”.
En la traducción de la definición aristotélica de Constitución: ´tós kyrion
tés poiteias´, literalmente: “lo dominante en la Constitución´ que
podemos traducir al castellano con la frase: “la clase social dominante en
la comunidad”, es traducido ahora de modo que significa el órgano
soberano dentro de la Constitución jurídica positiva. De este modo,
cuando Aristóteles se propone dilucidar la aporía, de quien ejerce el
predominio en una comunidad política, se refiere de manera taxativa a la
clase social de los pobres y a la de los ricos, y a otros factores de poder,
como son las aristocracias. Para Aristóteles, entonces, la esencia de la
Constitución es la clase hegemónica, identificada con “lo dominante” en
la Constitución.
Y puesto que el sector social dominante conforma el régimen político,
“Constitución y sector dominante significan lo mismo”.
De esto surge que la clase dominante fija en la Constitución el fin de la
Comunidad. Por consiguiente para determinar cuál es el fin de la
Comunidad Política que surge de las características principales de las
cosas, podemos decir que debido a que los actos humanos son la
materia específica de la Constitución, la igualdad es un principio
específico para los seres humanos, como sujetos de derechos que
anhelan recibir cuanto dan en sus intercambios con los otros miembros
de la comunidad, y todos sin exclusión, aspiran a poseer los bienes,
incluso los exteriores, necesarios para ser felices, esto es desarrollar
plenamente sus propias capacidades.
Y la más alta expresión de ese valor es sólo alcanzable en una
convivencia humana socializada al extremo como la nuestra, y cuyo
trabajo y necesidad deben reglar el intercambio entre la actividad social
productora de bienes creadora del conjunto de los bienes exteriores que
cada individuo recibe de los demás. Que es en efecto, producto, a su
vez, de los bienes que cada uno de los miembros debe dar a la
comunidad en la medida que le permite su capacidad.

El vocablo utilizado por los romanos:

Sabemos, por estudio, que la ciudad romana tiene en su origen


caracteres muy similares a los de la polis griega (unidad religiosa, grupo
social reducido y participación ciudadana) que, al contrario del griego, el
romano tiene conciencia de la existencia de una res publico diversa de
los intereses privados y la proyecta en la distinción entre un derecho
´público´ y un derecho ´privado´.
Cicerón en sus grandes obras políticas, ´De republica´ y ´De legibus´,
habla de la necesaria relación entre la forma oligárquica y las formas
populares.
La definición de Cicerón sobre res publica, entiende que res es del
pueblo; pero con la condición de considerar al pueblo a aquella multitud
reunida sobre la base de un consenso sobre el derecho y de una
comunidad de intereses.
La palabra politeía fue vertida al latín por Cicerón con el término
constitutio, forma sustantiva abstracta de constitutus, que significa
constituido y deriva del verbo constituere, que significa constituir.
El sentido que Cicerón le dio al vocablo constitutio como denominación
de la estructura socio-jurídica de la comunidad política, no se difundió,
presumiblemente porque el libro de su autoría en que lo vertió, ´De re
publica´, estuvo perdido desde los primeros siglos de la Edad Media
hasta el año 1822, en que se lo encontró en un palimpsesto de la
Biblioteca Vaticana.

¿Qué pasó en la Edad Media?

La Escolástica, que utilizaba como lenguaje un latín disminuido, crea el


helenismo politia para nombrar a la Constitución de la comunidad. Por su
parte, el jurista Bartolo de Sassoferrato, influenciado por la Escolástica,
también adopta dicho neologismo.
La misma denominación utiliza San Alberto Magno y su discípulo
Tomás de Aquino, al igual que el poeta italiano Dante Alighiere.
Alberto Magno, en el medioevo, al traducir el término Constitución vuelca
al latín la frase de Aristóteles, ´tós kyrion tés poiteias´ con la expresión
quid dominans politiae, esto es, “el que domina en la Constitución real”.
De la misma manera, en el Renacimiento, Bernardo Segni, la traduce al
toscano mediante la locución quella parate che nella Cittá ha ad asseré
Padrona, esto es, “la parte de la comunidad política que es dominadora”,
sino, además, cuenta con la opinión del gran comentarista moderno de la
Política de Aristóteles, W. L. Newman, que asegura que las
denominadas voces griegas denotan, la clase social preponderante en la
comunidad”.
Los tratadistas españoles de la alta Edad Media y de la Contrarreforma
castellanizaron la palabra politía de los escolásticos, llamando policía al
régimen político.
Los múltiples significados de politeía, que ya conocemos, se tradujeron
al español con el término policía, y Cervantes lo utilizó, especialmente,
para denominar a los buenos modos en el trato social, esto es, lo que se
entendemos por urbanidad.
Los juristas franceses tradujeron con el término pólice el helenismo de la
escolástica, pero acuñaron el término politesse para expresar la
urbanidad en las relaciones sociales.
Actualmente, se utiliza el término policía, exclusivamente, para
denominar a la fuerza pública que tiene a su cargo cuidar por el
mantenimiento del orden jurídico concebido por la Constitución.
Es a comienzos del siglo XI que aparecen los mercaderes, las ciudades
dotadas de regímenes políticos: se hace una relectura del derecho
romano de Justiniano y florecen centros de educación y de estudio de
filosofía y teología.
Con el fenómeno de la aparición de las ciudades se hace necesaria la
constitución de los ordenamientos de las ciudades, que se dictan sus
formas de gobierno, pero también en gran medida aparecen
disposiciones de carácter participativo.
Es en este periodo de la Edad Media y los inicios de la modernidad, que
el cuerpo de leyes fundamentales dados por el Príncipe con la
participación de los súbditos recibía el nombre de ordenanza, estatuto o
carta. Pero, se utilizaba la denominación de Constitución para designar
la ley sancionada por la sola voluntad del rey.
Recordemos que en la alta Edad Media y en la época del absolutismo
moderno los países europeos receptaban el Código de Justiniano,
llamarón ―Constitución del Príncipe‖, a las leyes importantes dictadas
por la sola decisión del monarca.
Como España, Francia e Inglaterra fueron reinos de ciudades, el término
constitución se utiliza como instrumento de carácter legislativo por medio
del cual los reyes daban franquicias o privilegios a los individuos de una
comunidad política –burgos, villas o ciudades-
Las constituciones se entendieron como pacto y por éste se define el
estado jurídico de una colectividad, de un territorio, de una ciudad.
La doctrina de Santo Tomás de Aquino, sostuvo la supremacía de la
comunidad política con un principio de autoridad encarnado en el
príncipe.

La terminología usada en la Época Moderna:

Ya en la Modernidad, a fines del siglo XVIII, Jacobo Benigno Bossuet,


que emplea la palabra pólice para denominar al régimen político, usa
también el vocablo constitución, sin embargo, es notorio que llega a esta
acepción por su cuenta, derivándola del significado que esa palabra
tiene en la fisiología como la intrínseca disposición de los elementos del
cuerpo humano de cada individuo. Bossuet, generaliza en el vocabulario
político del siglo XVIII el término Constitución.
Montesquieu, en su Espíritu de las leyes, utiliza para denominar el
régimen político el término de Nación.
Rousseau llama “forma de gobierno” a la estructura de poder; “leyes
políticas” y “leyes fundamentales” a la correspondiente sobre estructura
jurídica; y “contrato social” a la hipotética decisión originaria del pueblo
fundando la comunidad política con el fin de que cada uno de sus
miembros goce de los derechos naturales. Emplea el vocablo
Constitución, para designar la Constitución interna, íntima de la
comunidad, a la Constitución histórica.
Tanto Montesquieu como Rousseau, que tanta influencia ejercieron
sobre los revolucionarios del siglo XVIII, no dieron al término
Constitución el significado final que aquellos adoptaron.

GENESIS CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA

El constitucionalismo boliviano remonta sus orígenes al decreto del 9 de


febrero de 1825, Firmado por Antonio José de Sucre, el gran mariscal de
Ayacucho, por el que se convocaba a una asamblea de diputados de la
puebla asamblea General se reunía en Chuquisaca, ciudad que pronto
tomarían su actual nombre de Sucre, Formulando la declaración de
independencia el 6 de agosto del mismo año, Primer aniversario de la
batalla de Junín. La asamblea, Que clausuró sucesiones el 6 de octubre,
fijó la fecha del 25 de mayo del siguiente año para la reunión del
congreso General constituyente, instando a la par a libertador bolívar
para un proyecto de constitución.

Bolívar, en Chuquisaca e inmediatamente antes de regresar a lima, en


pedía una bien conducida proclama, fachada el 1.º de enero de 1826, en
la que, entre otras afirmaciones, manifestada: “recibirá isla constitución
más liberal del mundo” Y en efecto, desde la ciudad de lima, el libertador
enviaba su famoso mensaje al congreso constituyente de Bolivia,
fechado el 25 de mayo de 1826.

El proyecto en cuestión, En el que parece comprobado que el propio


Simón bolívar trabajo personalmente, fue afectado casi en su integridad
por el consejo constituyente, que tan sólo formuló una enmienda
Sustantiva en relación con la cuestión religiosa, haciendo suya la
confesionalidad de la república En términos no muy distante de la
utilizado en la constitución de Cádiz de 1812.

Aunque la que habitualmente se conoce como “constitución vitalicia” (Por


hacer recibir el ejercicio del poder ejecutivo de la república en un
Presidente vitalicio que no era otro que el libertador) Tuvo una
reducidísima vigencia de apenas dos años; a juicio de la mejor doctrina,
sirvió de base para organizar la vida institucional de la república,
operando la mayoría de sus preceptos como fundamento inmediato de
buen número de normas, prácticamente ha llegado hasta nuestro tiempo.
Además, agencias de Fraga, tuvo una influencia decisiva en el desarrollo
constitucional de otros países, siendo adoptada esta carta constitucional
en Perú Casi en su literalidad y marcando un hito decisivo en el
pensamiento político de la independencia e hispanoamericana.

La constitución del 19 de noviembre de 1826, que omite toda referencia


a una cláusula de supremacía similar a la norteamericana de 1787,
menos aún contempla potestad jurisdiccional algunas en orden a velar
por la constitucionalidad de Las leyes. Tal modelo chocaba frontalmente
con el pensamiento de bolívar, Quien en su determinado pasaje de su
mensaje al congreso constituyente de Bolivia, razona como sigue: “la
verdadera constitución liberal que está en los códigos civiles y
criminales; Y la más terrible tiranía la ejercen los tribunales por el
tremendo instrumento de la leyes”.

Bien es verdad que el referido mensaje, fechado en lima el 25 de mayo


de 1826, el libertador haría alguna observación en torno a la necesidad
de instaurar un sistema de control de la constitucionalidad de los actos
del poder público. Pensó al efecto en un órgano político encaminado a
velar por la salvaguarda de la constitución, y ese órgano fue la tercera
cámara de legislativo: la cámara de censores (cámara que se situada
junto a la cámara de tribunos y a la cámara de los senadores), que, a
juicio de bolívar, tenía alguna semejanza con el aerópago De Atenas Y
los sensores de Roma. “serán estos (los censores) afirma bolívar, los
fiscales contra el gobierno para sería si la constitución y los tratados
públicos se observan religión”. En definitiva, el modelo político de control
de la constitucionalidad esbozado en Francia, estaba en buena medida
decente en el pensamiento bolivariano líder pasaría a la constitución de
1826.

La constitución política boliviana de 1826, haciendo suya la idea


bolivariana, acogía un poder legislativo tricameral, Una de cuyas
cámaras, la de sensores, asumía la facultad de “velar si el gobierno
cumple día se les la constitución, las leyes y los tratados públicos”,
acusando ante el senado la infracciones que el ejecutivo hiciera de la
constitución, La ley y los tratados públicos.

Aunque Urcullo considera que la constitución boliviana de 1831 abre una


nueva etapa en la que el control se encomienda a un órgano el consejo
de estado, lo cierto es que, a nuestro juicio, esa nueva constitución no
quiebra la tendencia anteriormente iniciada por cuanto el consejo de
estado era un órgano compuesto de siete consejeros nombrados por el
congreso (uno por cada departamento que estaba obligado a informar
documentalmente al cuerpo legislativo sobre la infracción a la
constitución. Es decir, se trataba de Un órgano de naturaleza política,
que limitada en este ámbito su función Alan meramente informativa hacia
el edil activo acerca de las supuestas violaciones Constitucionales.

La constitución de 1839 no establecía ningún mecanismo de


autodefensa y la subsiguiente norma fundamental, del año 1843 ,
restableció el consejo de estado bajo la nueva denominación de consejo
nacional, siguen con una composición diferenciada (dos senadores , dos
representante, dos ministros de estado , dos ministro de la corte
suprema de justicia, un General del ejército, un eclesiástico de dignidad y
un jefe de alguna de la oficina de hacienda ), encomendándole la función
de velar sobre la observancia de la constitución y trasladando al poder
ejecutivo los informes Convenientes en los casos de Infracción.

En resumen, el control de la constitucionalidad en esta primera etapa del


constitucionalismo boliviano aparece connotado por los rasgos propios
del control político, en aquellas constituciones que establecieron algún
tipo de mecanismo de autos tutela. La situación comenzará a cambiar de
modo notable en los códigos constitucionales de 1851 y 1861.

Hacia 1957, Félix trigo contabilizaba, en los 132 años de vida


republicana de Bolivia, un total de 14 constituciones; si bien precisaba de
inmediato que, analizando los diversos textos constitucionales, No se
podía hablar de distintas constituciones, sino que existía más bien una
unidad y continuidad histórica a través de todas ellas. Por lo mismo, no
debe extrañarnos que el reconocimiento por la constitución de 1851 de la
cláusula de supremacía no dejará indiferente es haya ulteriores
constituyentes.

El artículo 82 de la constitución de 21 de septiembre de 1851 , la


proclama que el poder judicial reside en la corte suprema, en la
superiores y juzgados de la república, precisaba: “ a ello pertenece
privativa mente la potestad de juzgaría aplicar la constitución con
preferencia a las demás leyes, y las leyes con preferencia a otras
resoluciones” ciertamente, el contenido de este precepto no puede
equipararse con el proceso solemne y ordinario de inconstitucionalidad o
inaplicabilidad de una ley, decreto o resolución.

La constitución política de 1861 incorporaría en su artículo 65 la anterior


atribución, al asignar a la corte de casación el conocimiento de los
negocios de puro derecho cuya decisión de prenda de la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de la leyes; a dicha atribución
trigo le otorgaría enorme trascendencia , al introducir en el régimen
constitucional boliviano, siempre según el citado autor, “ el contralor
jurisdiccional de la constitucionalidad, las leyes y decretos a cargo de la
corte suprema, máxima expresión del poder judicial”. Sin embargo,
creemos más bien con Galindo decker, Que el control jurisdiccional de la
constitucionalidad de las leyes así introducido en Bolivia, en aquel
momento, ni se aceptó Ni lo que es feo, se comprendió; tal instituto, no
obstante, Sería mantenido incólume, Con Sus mismas características,
Hasta la gente constitución de 1967.

La compilación de las leyes de procedimientos civiles, del 20 de febrero


de 1878, en una de sus dos partes (la relativa a la organización judicial)
Se haría eco igualmente del control judicial de la constitucionalidad, al
atribuir a la corte suprema a la facultad de “conocer en única instancia de
los asuntos de puro derecho, y de cuya decisión de prenda la
constitucionalidad de las leyes”. La constitución de 1878 adicionar ia,
junto a las leyes, La referencia a los decretos y a cualquier género de
resoluciones.

La corte suprema e interpretaría la disposición recomendada En el


sentido de que la misma le concedía a jurisdicción, “Solamente cuando
los interesados recusan De inconstitucionalidad la ley por la que debe
decidirse su litigio”. Era pues, indispensable que existiera un caso
particular, concreto, en el que debiera aplicarse ego no la ley tachada.

Como al efecto advierten grant, La corte suprema, con su resistencia,


logró que no tuviera efecto el esfuerzo hecho para la adopción de una
ley que permitiera “demanda directa de inconstitucionalidad en abstracto,
o fundada directamente en perjuicios o agravios, y sin que haya interés
Poder hecho actualmente herido por la ejecución de la ley”.
En el discurso de la apertura del año judicial de 1885, el magistrado
Pantaleón Valence, Presidente de la suprema corte, significaba que los
procedimientos de inconstitucionalidad, a pesar de su sencillez, aún
carecían de consistencia. Y en 1921, Luis paz, Presidente de la corte
suprema, aclaraba con notable nitidez el sentido de la facultad atribuida
a tal órgano, afirmando que la misma “Sólo queda hacerse efectiva
cuando los interesado recusados de inconstitucionalidad la ley” , parar a
sonar a renglón seguido que: “La corte Suprema, inspirándose en la
práctica de la corte federal de la gran república (se refiere al tribunal
supremo norteamericano) , sólo conoce la ley cuando hay un litigio
particular; y lo decide rehusando la aplicación de la ley impugnada, si a
su juicio es inconstitucional, Pero no la de rogar ni la anula; la ley
subsiste Porque la decisión de la corte no rige si no dentro de los límite
del proceso, En términos que para cada caso que ocurra, aunque sea
idéntico, Será necesario un nuevo juicio y una nueva sentencia. De esta
manera, La corte suprema ejerce función judicial, no legislativa; deja de
la práctica ineficaz la disposición que pronto o tarde llegará a ser retirada
por quien la expidió, Sobrepasando la valla constitucional o anulada por
quién para ello tiene autoridad.

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