Vicson y Otros 00949-250603-2002-1099
Vicson y Otros 00949-250603-2002-1099
Vicson y Otros 00949-250603-2002-1099
EXP. Nº 2002-1099
Mediante escrito presentado en fecha 1º de abril del citado año, concurrió ante esta
Sala la abogada María Genoveva Páez Pumar, supra identificada, ahora actuando como
apoderada de ALPLA DE VENEZUELA S.A., inscrita su última reforma estatutaria ante el
Registro Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo el 25 de septiembre
de 1985, bajo el Nº 1, Tomo 205-A, representación que consta del documento poder inserto
en el expediente, a objeto de adherirse a la presente causa como tercero coadyuvante de los
recurrentes originales.
En este orden de ideas, en el punto previo de la demanda comienzan por indicar que
las referidas providencias administrativas comportan una desnaturalización del impuesto al
valor agregado y representan las pretensiones fiscales de cobrar en exceso el aludido
impuesto, arbitrando de esta forma, un mecanismo de recaudación del tributo no
establecido en la ley, violando tanto el principio de legalidad tributaria como el de
capacidad contributiva y, además, obligando a los contribuyentes a ejercer sistemáticamente
los recursos pertinentes para recuperar las cantidades pagadas en exceso en concepto de
dicho impuesto.
Señalan que para el caso del impuesto al valor agregado, por ser éste un impuesto de
tipo indirecto, no resulta procedente la figura de la retención, ello debido a que “la Ley de
Impuesto al Valor Agregado no contempla la figura del agente de retención de modo
general ..., en primer término, en el modo en que se practica la determinación y
recaudación del tributo, mediante el sistema de débitos y créditos a todo lo largo de la
cadena de comercialización de bienes y servicios; y en segundo término, porque el período
de liquidación del mismo es de un mes”.
Bajo este mismo contexto, alegan que a través de la figura de la retención se
persiguen dos fines fundamentales, a saber, facilitar la recaudación del tributo y anticipar su
pago; es así como en materia de impuesto sobre la renta, cuya determinación se efectúa en
forma anual, la retención en la fuente cumple efectivamente con las citadas finalidades. No
obstante, a su decir, resulta inconcebible la institución de la retención en un impuesto que
se causa con motivo de un hecho generador que no se repite a lo largo del tiempo, sino que
se agota en una única oportunidad.
Exponen los accionantes que, en materia de impuesto al valor agregado el sistema
de determinación a través de los denominados débitos y créditos fiscales, además de evitar
que la carga impositiva se acumule a lo largo de toda la cadena de comercialización y
repercuta excesivamente en el consumidor final (efecto cascada), cumple una función
análoga a la figura de la retención. Aducen que “en materia de impuesto sobre la renta la
obligación de efectuar la retención está a cargo de quien no es el sujeto pasivo de la
obligación tributaria que generaría el pago sobre el cual se practica la retención, .... En
cambio en el impuesto al valor agregado donde el adquirente de bienes y servicios es quien
está obligado a soportar el impuesto dado el carácter indirecto del mismo, si se lo
convierte en agente de retención, el enajenante que ya ha soportado el impuesto en sus
adquisiciones, no lo recupera del adquirente, quien lo entera directamente al Fisco, por lo
que el enajenante pagaría dos veces el tributo.”
Aunado a los razonamientos que anteceden, indican que en la determinación del
impuesto al valor agregado, mediante el citado mecanismo de débitos y créditos fiscales en
el que debe restarse el monto del impuesto que resulta de aplicar la alícuota a las ventas del
período (débito fiscal) del monto de todos los impuestos soportados por el vendedor en sus
adquisiciones durante el mismo período (crédito fiscal), trae como consecuencia que “La
totalidad del impuesto soportado por el contribuyente en sus adquisiciones representa para
él anticipos del tributo que debe ser cancelado por él, porque sus proveedores de bienes y
servicios tienen el derecho de hacérselo soportar, y por tanto cumple así una función
análoga a la que cumple la retención en los impuestos directos”. Sin embargo, con la
aplicación del mecanismo propuesto en las providencias cuya nulidad se debate, dicha
determinación se desnaturaliza y se le cercena, en consecuencia, al vendedor o prestador
del servicio gravado el derecho que tiene de recuperar el impuesto pagado.
Por lo anterior, consideran que al dársele a los entes públicos nacionales y a los
contribuyentes especiales el carácter de agentes de retención del referido tributo sobre todas
las adquisiciones que éstos realicen, se ésta creando un doble sistema de recaudación de
impuesto “ya que a la retención se agregaría el impuesto soportado por el contribuyente
en sus adquisiciones, que se ve impedido de recuperar...”, y se establece una retención
contra legem. En este sentido, y a los efectos de una mejor comprensión del asunto
debatido, las sociedades mercantiles accionantes explican en su escrito recursivo, mediante
una ejemplifican matemática del cálculo del aludido impuesto al valor agregado, lo que
ocurriría con la aplicación de las referidas providencias y el efecto que se produciría con las
mismas.
Siguiendo el orden expuesto, consideran que sólo después de cumplidos tres
períodos de imposición sin haber recobrado las cantidades pagadas en exceso, sería cuando,
de conformidad con el parágrafo único del artículo 7 de la Providencia N° 1418 y el
parágrafo único del artículo 6 de la Providencia N° 1419, se podría solicitar la recuperación
de dichos montos.
Luego, en el punto uno de la presente demanda de nulidad, los accionantes esgrimen
las razones por las cuales consideran que la competencia para conocer y decidir dicha
controversia está atribuida a esta Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de
Justicia; en tal sentido, indican que según lo establecido en el numeral 5 del artículo 266 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, corresponde a ésta Sala declarar
la nulidad total o parcial de los Reglamentos y demás actos administrativos generales o
individuales del Ejecutivo Nacional, cuando sea procedente. Sostienen, que si bien es cierto
que las providencias impugnadas emanan del Servicio Nacional Integrado de
Administración Aduanera y Tributaria, que es un servicio autónomo sin personalidad
jurídica, y como tal pudiera pensarse que los actos dictados por éste ente no son atribuibles
al Poder Ejecutivo Nacional, tal circunstancia encuentra, a tenor de lo preceptuado en el
artículo 2 de la Ley del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria, su propia refutación al considerar que dicho servicio es el órgano de ejecución
de la Administración Tributaria Nacional adscrito al Ministerio de Finanzas.
Por otra parte, aducen que de conformidad con la distribución de competencias
establecidas en la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, específicamente las
contenidas en los numerales 4 y 9 de su artículo 42, corresponde a la Sala Político
Administrativa declarar la nulidad cuando sea procedente por razones de ilegalidad de los
actos generales de los órganos unipersonales o colegiados del Poder Público, salvo en los
casos previstos en las disposiciones transitorias de dicha ley, dentro de las cuales se
establece (artículo 184) la creación de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, a
la cual se le confiere en el numeral 3 del artículo 185 eiusdem, la competencia para conocer
las acciones o recursos de nulidad que puedan intentarse por razones de ilegalidad contra
los actos administrativos emanados de las autoridades diferentes a las señaladas en los
numerales 9, 10, 11 y 12 del aludido artículo 42. No obstante, alegan que si bien las
providencias impugnadas fueron dictadas por el SENIAT, la competencia para declarar su
nulidad no se encuentra atribuida a la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, ya
que se trata de actos administrativos de efectos generales cuya naturaleza resulta asimilable
a la de los reglamentos emanados del Ejecutivo Nacional, particularmente del Ministerio de
Finanzas.
Seguidamente, en el punto segundo de la demanda de nulidad explanan las razones
en que se fundamentan para solicitar la nulidad por razones de inconstitucionalidad de las
Providencias Administrativas Nos. SNAT/2002/1418 y SNAT/2002/1419, considerando que
las mismas incurren en flagrante violación de los preceptos contenidos en los artículos 115
y 317 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, relativos al derecho de
propiedad y al principio de legalidad tributaria y no confiscatoriedad de los tributos. Así,
respecto del derecho propiedad, exponen que si bien éste no es un derecho absoluto, las
limitaciones que se impongan sobre el mismo sólo pueden darse por razones de utilidad
pública o interés general, por lo que mal podría la Administración Tributaria Nacional, sin
fundamento legal alguno y en ejercicio de presuntas potestades a ella conferidas, exigir el
pago de cualquier tributo que afecte el derecho de propiedad de los ciudadanos, de ser ello
así, dicha actuación quedaría viciada de nulidad conforme al articulo 25 del citado texto
constitucional.
En concordancia con lo anterior, aducen que “El enriquecimiento en que incurre la
Administración Tributaria al pretender ejecutar las Providencias va en detrimento del
derecho de propiedad de los contribuyentes ordinarios del impuesto, pues, el dinero que en
exceso recibe la administración a través de las retenciones sólo es recuperable por parte
del contribuyente después del vencimiento de tres períodos fiscales, y, solamente podrá
cobrar intereses sobre esas cantidades retenidas ilegalmente a partir de los sesenta días
siguientes a la solicitud de reintegro, tal como lo establece el Código Orgánico Tributario.
(...) ... la Administración se está apropiando de recursos que no le son propios, sino que
son propiedad de los contribuyentes ordinarios, forzando a estos últimos a que inicien un
procedimiento de repetición de pago”.
Con relación a la trasgresión del artículo 317 del texto constitucional, señalan que el
referido principio de legalidad tributaria no sólo puede ser violentado por la Administración
al tratar de imponer o exigir un tributo que no se encuentra establecido en la ley, sino
cuando las actuaciones de ésta desvirtúan la naturaleza de los impuestos concebidos en la
ley; por tal motivo, consideran que con la aplicación de las providencias impugnadas se
estaría ejerciendo la potestad tributaria al margen de la ley y se les impide “a los
contribuyentes ordinarios recuperar mediante el mecanismo de compensación de créditos y
débitos previstos en la Ley de impuesto al valor agregado (sic) ya soportado por ellos en
sus adquisiciones, de forma real, confiscándole en definitiva parte de su patrimonio que
tiene derecho a recuperar”.
En el punto tres de la demanda, invocan los accionantes la nulidad de los actos
impugnados por razones de ilegalidad, denunciando específicamente la violación de los
artículos 29, 31 y 32 de la Ley de Impuesto al Valor Agregado. Sostienen que, de
conformidad con el artículo 29 de la citada ley, los contribuyentes tiene el derecho de
trasladar el monto del gravamen por ellos soportado a los adquirentes de bienes y servicios,
configurándose así un crédito fiscal susceptible de ser deducido del impuesto causado; sin
embargo, agregan que las providencias dictadas por el Servicio Nacional de Administración
Aduanera y Tributaria, desconocen tal posibilidad, ya que si bien es cierto que éstas
“reconocen como crédito fiscal los impuestos retenidos, al realizar dicha retención, no se
permite al contribuyente a quien se le practicó la retención recuperar lo ya pagado por él”.
Aducen, que los referidos actos administrativos aparentan una supuesta legalidad al
prever un mecanismo de descuento del impuesto retenido de la cuota tributaria de cada
período, pero en la practica la realidad es otra, y es que “los créditos nunca podrán
compensarse en su totalidad y por el contrario con el transcurso de cada período se ira
(sic) incrementando el monto de dichos crédito, porque la cuota del impuesto que se
determina en base a la sustracción de los créditos a los débitos, siempre será menos al
monto ya retenido”; todo lo cual consideran, contraviene el procedimiento de
determinación establecido en la Ley del Impuesto al Valor Agregado.
Seguidamente, denuncian que las providencias impugnadas establecen un
mecanismo de deducción del impuesto retenido que conduce a un pago excedentario y
sistemático de impuestos no debidos, si bien previendo la posibilidad para los
contribuyentes, una vez vencidos tres períodos fiscales, de intentar la acción de reintegro de
los créditos imposibles de compensar, contraviene lo dispuesto en el artículo 31 de la Ley
de Impuesto al Valor Agregado, conforme al cual los créditos que se generan a lo largo de
la cadena de traslación del impuesto no tienen la naturaleza jurídica de los créditos contra el
Fisco establecidos en el Código Orgánico Tributario, ya que no podría entonces aplicarse a
dichos créditos el procedimiento de recuperación de tributos dispuesto en el mencionado
Código.
En cuanto a la presunta violación del dispositivo previsto en el artículo 32 de la
mencionada Ley de Impuesto al Valor Agregado, exponen que “... cuando la
administración Tributaria en las Providencias (...), pretende recabar mediante el
mecanismo de retención el monto correspondiente a los débitos generados por la
enajenación de bienes o prestación de servicios, y no la cuota del tributo que le
correspondería de acuerdo al procedimiento de sustracción de créditos y débitos,
contraviene el principio de legalidad tributaria ..., y mas específicamente lo dispuesto en el
artículo 32 de la Ley, en el cual expresamente limitan el impuesto causado a favor del fisco
(sic) el monto resultante del ya mencionado proceso de determinación mediante la
deducción de los créditos a los débitos de un determinado contribuyente”.
Bajo otro contexto, indican que el Servicio Nacional de Administración Aduanera y
Tributaria incurrió, al dictar los actos administrativos objeto de impugnación, en una
extralimitación de atribuciones; así, sostienen que “el artículo 11 de la Ley de impuesto al
Valor Agregado que las Providencias invocan como fundamento para la designación tanto
de los entes públicos nacionales que aparecen indicados en la Providencia N° 1418 como
los denominados contribuyentes especiales conforme a la Providencia N° 1419 no puede
ser hecha como lo pretenden las Providencias Administrativas en su artículo 1° para todas
las adquisiciones de bienes y servicios, realizadas por esos supuestos agentes de retención,
pues el artículo 11 de la ley contempla la designación de responsables del pago del
impuesto, en calidad de agentes de retención, a los adquirentes de “determinados” bienes
muebles y los receptores de “ciertos” servicios”.
De esta forma, alegan que resulta condición indispensable para la designación de
tales agentes de retención, la especificación de cuáles serán los bienes y servicios objeto de
dicho tratamiento; por tales razones, concluyen señalando que no puede, a través de un acto
de rango sub legal de efectos generales, pretenderse calificar a los contribuyentes especiales
y los entes públicos nacionales como agentes de retención del señalado impuesto respecto
de todas las adquisiciones de bienes y servicios que éstos realicen, ya que de lo contrario se
estaría creando un sistema general de retención que no ha sido plasmado por el legislador
en ningún instrumento normativo de rango legal.
Por otra parte, en el punto cinco del escrito de demanda solicitan que esta Sala
decrete la protección cautelar, mediante mandamiento de amparo, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derecho y Garantías
Constitucionales, a los fines de suspender los efectos de las Providencias Administrativas
Nos SNAT/2002/1418 y SNAT/2002/1419 supra identificadas, y salvaguardar así las
garantías contempladas en los preceptos constitucionales contenidos en los artículos 115 y
317 de la Constitución.
Por ello, se estableció que el carácter accesorio e instrumental propio del amparo
ejercido de manera conjunta, hace posible asumirlo en idénticos términos que una medida
cautelar, con la diferencia de que el primero alude exclusivamente a la violación de
derechos y garantías de rango constitucional, circunstancia ésta que por su trascendencia,
hace aún más apremiante el pronunciamiento sobre la procedencia de la medida solicitada.
Atendiendo a tales consideraciones y al poder cautelar del juez contencioso-
administrativo, vista la celeridad e inmediatez necesarias para atacar la transgresión de un
derecho de naturaleza constitucional, estimó la Sala que en tanto se sancione la nueva ley
que regule lo relacionado con la interposición y tramitación de esta especial figura, es
necesaria la inaplicación del trámite previsto en los artículos 23, 24 y 26 de la Ley Orgánica
de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, por considerar que el mismo es
contrario a los principios que informan la institución del amparo, lo cual no es óbice para
que continúen aplicándose las reglas de procedimiento contenidas en dicha ley en todo
aquello que no resulte incongruente a la inmediatez y celeridad requerida en todo decreto
de amparo.
En su lugar, se acordó una tramitación similar a la seguida en los casos de otras
medidas cautelares, por lo que, una vez admitida la causa principal por la Sala, debe
emitirse al mismo tiempo un pronunciamiento sobre la providencia cautelar de amparo
solicitada, con prescindencia de cualquier otro aspecto, cumpliéndose así con el propósito
previsto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Asimismo, debe destacar esta Sala como lo hizo en el citado fallo, que la
tramitación así seguida no reviste, en modo alguno, violación del derecho a la defensa de la
parte contra quien obra la medida, pues ésta podrá hacer la correspondiente oposición, una
vez ejecutada la misma, siguiendo al efecto el procedimiento pautado en los artículos 602 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil; ello ante la ausencia de un iter indicado
expresamente por la Ley, conforme a la previsión contenida en el artículo 102 de la Ley
Orgánica de la Corte Suprema de Justicia; procediendo entonces este Máximo Tribunal,
previo el examen de los alegatos y pruebas correspondientes, a la revocación o
confirmación de la medida acordada como consecuencia de la solicitud de amparo cautelar.
III
ADMISIBILIDAD DEL RECURSO DE NULIDAD
(omissis) ...
1. Dirimir las controversias administrativas que se susciten entre
la República, algún Estado, Municipio u otro ente público, cuando la otra
parte sea alguna de esas mismas entidades, a menos que se trate de
controversias entre Municipios de un mismo Estado, caso en el cual la ley
podrá atribuir su conocimiento a otro tribunal.
2. Declarar la nulidad total o parcial de los reglamentos y demás
actos administrativos generales o individuales del Ejecutivo Nacional,
cuando sea procedente.
(omissis) ...
(omissis)...
Como derivado de lo anterior, observa este Alto Tribunal que el acto administrativo
impugnado participa del carácter general, vista la universalidad de las disposiciones en él
contenidas respecto al amplio margen de sus destinatarios; ello así, aunado a que sus
normas poseen contenido abstracto, en virtud de que pueden advertirse previsiones
programáticas que a nivel de su aplicación se muestran infinitas, es decir, su eficacia causal
no se agota al ser ejercidas, siendo susceptible de ser aplicadas de forma reiterada en el
tiempo. En este mismo sentido, considera la Sala que del referido acto administrativo se
desprenden suficientes elementos para concluir que éste ostenta carácter normativo, al crear
un conjunto de disposiciones dirigidas a un número apriorísticamente indeterminado de
personas o a un grupo determinado o determinable de sujetos, que una vez publicadas en la
Gaceta Oficial, entraron a formar parte del ordenamiento jurídico positivo, específicamente,
en el ámbito impositivo.
Bajo este mismo contexto, pero esta vez analizando la Providencia Administrativa N°
SNAT/2002/1419 del 15 de noviembre de 2002, se observa que la misma fue dictada por el
Superintendente Nacional Aduanero y Tributario en los siguientes términos:
En tal sentido, advierte este Alto Tribunal que el referido acto administrativo ostenta,
igualmente, carácter general, al establecer un conjunto de disposiciones dirigidas a una
universalidad de destinatarios y de contenido abstracto, cuya eficacia causal no se agota con
la simple aplicación de la misma, sino que se extiende reiteradamente en el futuro. Por otra
parte, considera la Sala que de tal providencia se desprenden suficientes elementos para
concluir que ostenta carácter normativo, al establecer un conjunto de disposiciones
normativas destinadas no sólo a regular las operaciones de compra de bienes muebles y
adquisiciones de servicios, realizadas por los contribuyentes especiales con los
contribuyentes ordinarios del señalado impuesto al valor agregado, sino a sancionar el
incumplimiento por parte de los referidos agentes de retención de las obligaciones y
deberes impuestos por dicha providencia, las cuales permanecen vigentes en el
ordenamiento jurídico e incluso, se extenderán respecto de aquellos nuevos contribuyentes
que a futuro sean catalogados por el Servicio Nacional de Administración Aduanera y
Tributaria como especiales.
En cuanto a sus efectos, resultan igualmente valederas las observaciones formuladas
respecto de la Providencia N° SNAT/2002/1418, las cuales permiten concluir que se trata
de un acto administrativo general de efectos generales de obligatorio cumplimiento para
todos los contribuyentes especiales que, si bien pueden ser determinados por la
Administración Tributaria, se extiende mucho más allá de éstos y su eficacia causal se
erige de forma general para todos aquellos contribuyentes, que tal como se señaló, ingresen
a formar parte del padrón de contribuyentes especiales en el futuro; siendo ello así y
configurando, la referida providencia, un acto contentivo de reglas de derecho impersonales
y abstractas, que extiende sus efectos más allá de su simple aplicación, resulta, en criterio
de la Sala, subsumible dentro de la configuración de los actos administrativos generales de
efectos generales. Así se decide.
Ahora bien, una vez advertida la generalidad de los actos impugnados así como de
sus efectos, debe observarse si, efectivamente, la competencia para conocer de los mismos
corresponde a esta Sala o si, por el contrario, resulta atribuida a otro tribunal de la
jurisdicción contencioso administrativa; así, se advierte que ha sido demandada la nulidad
por razones de inconstitucionalidad e ilegalidad de los actos, dictados bajo la forma de
providencias administrativas, emanados del Servicio Nacional Integrado de Administración
Aduanera y Tributaria (SENIAT). Dicho ente goza, conforme a su decreto de creación y su
ley (ésta última publicada en la Gaceta Oficial N° 37.320 del 08 de noviembre de 2001), de
autonomía funcional, técnica y financiera; carece de personalidad jurídica propia y se
encuentra adscrito al Ministerio de Finanzas.
Por su parte, la Ley del SENIAT, sostiene en su artículo 1° que dicho servicio es “ ...
el órgano de ejecución de la administración tributaria nacional, sin perjuicio de lo
establecido en otras leyes.”, ello aunado al hecho de que el propio texto constitucional
dispone en su artículo 317 que “La administración tributaria nacional gozará de
autonomía técnica, funcional y financiera de acuerdo con lo aprobado por la Asamblea
Nacional ...” (artículo 317 de la Constitución); no obstante, tal organismo de ejecución
resulta un órgano desconcentrado de la Administración Pública Nacional, conforme a lo
dispuesto en los artículos 92 al 94 de la Ley Orgánica de la Administración Pública. Por
otra parte, debe señalarse que si bien el mismo ostenta competencia nacional en cuanto al
sistema de tributos del Poder Nacional, por ser un ente desconcentrado de la
Administración Pública, carece de personalidad jurídica propia.
Como derivado de lo anterior, puede concluir este Alto Tribunal desde el punto de
vista formal que, al ser el SENIAT un servicio autónomo sin personalidad jurídica, vale
decir un órgano desconcentrado de la Administración Pública Nacional (Administración
Central a través de su ente de adscripción, en este caso el Ministerio de Finanzas), carece de
personalidad jurídica y por tanto sus actos así como los efectos de éstos, se imputan a la
personalidad jurídica pública de la cual forma parte; motivo por el cual pudiera pensarse, en
forma errónea, que en el presente caso se configura uno de los supuestos de competencia
residual atribuida a la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, establecidos en el
ordinal 3° del artículo 185 de la ley que rige las funciones de este Alto Tribunal. No
obstante, la Sala no puede dejar de advertir el alcance normativo de las referidas
providencias administrativas, normas éstas de contenido estrictamente tributario que
imponen no sólo obligaciones fiscales para los denominados entes públicos y
contribuyentes especiales, sino que establecen un procedimiento para la retención del
aludido tributo, aunado a las sanciones por incumplimiento que contemplan.
En tal sentido, observa esta Sala que de ellas surgen verdaderas relaciones jurídicas
subjetivas en el ámbito del derecho tributario, cuyo conocimiento resultaría, en principio,
atribuido a la jurisdicción especial contencioso-tributaria en virtud de consagrar ésta un
fuero exclusivo y excluyente, por lo que no podría atribuirse la competencia a otra
jurisdicción ni a otros tribunales de distinta naturaleza, a tenor de lo preceptuado en el
artículo 330 del Código Orgánico Tributario; no obstante lo anterior, resulta de obligada
consideración a este Supremo Tribunal observar que los actos administrativos impugnados
son actos generales cuyos efectos se presentan de igual forma, generales, motivo por el cual
escapan del ámbito de dicha jurisdicción, en su primer grado de conocimiento, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 259 del Código Orgánico Tributario.
En consecuencia, siendo esta Sala Político Administrativa la máxima instancia de la
jurisdicción contencioso-tributaria y estándole atribuida la competencia para conocer de los
recursos administrativos que se ejerzan tanto por razones de inconstitucionalidad como de
ilegalidad contra actos administrativos de efectos generales, corresponde a ésta, sin lugar a
dudas, la competencia para conocer del presente asunto, conforme a la norma atributiva de
competencia residual contenida en el numeral 11 del artículo 42 de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia. Así se decide.
Determinada su competencia, pasa la Sala a pronunciarse sobre la admisión del
recurso de nulidad, para lo cual previamente se hace necesario precisar el objeto del
presente recurso, vista la emisión de las Providencias Administrativas Nos.
SNAT/2002/1454 y SNAT/2002/1455 de fecha 29 de noviembre de 2002 y la solicitud
formulada por los accionantes de que se tuvieran éstas como una reedición de las
providencias originalmente recurridas y se extendieran los efectos de la impugnación
ejercida contra las Providencias Administrativas Nos. SNAT/2002/1418 y SNAT/2002/1419
a las mismas; motivo por el cual pasa la Sala a verificar sí los referidos actos resultan o no
una reedición de los actos administrativos originalmente impugnados. En tal sentido,
observa lo siguiente:
Del análisis de las Providencias Nos. SNAT/2002/1418 y SNAT/2002/1454
emanadas del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria
(publicadas en la Gaceta Oficial N° 37.585 del 05 de diciembre de 2002), pudo esta Sala
advertir que ambas fueron dictadas en idénticos términos, designando a los Entes Públicos
Nacionales como agentes de retención del impuesto al valor agregado y regulando en forma
exacta a través de su articulado el procedimiento para efectuar dicha retención, la forma de
enteramiento, el régimen sancionatorio por incumplimiento, entre otras disposiciones,
modificándose en el nuevo texto (Providencia Nº SNAT/2002/1454) la norma que
establecía la entrada en vigencia de dicha regulación (artículo 20). En consecuencia, siendo
dictadas por el mismo órgano, para regular el mismo supuesto de hecho y teniendo como
destinatarios a los mismos sujetos, resulta forzoso a esta Sala concluir que la Providencia
N° SNAT/2002/1454 constituye una reedición de la Providencia N° SNAT/2002/1418. Así
se declara.
En igual sentido, se aprecia que las Providencias Nos. SNAT/2002/1419 y
SNAT/2002/1455, mediante las cuales se designan a los contribuyentes especiales como
agentes de retención del impuesto al valor agregado, fueron dictadas en idénticos términos
la una de la otra, salvo en lo que respecta a la entrada en vigencia de la normativa en ellas
contenida; motivos por los cuales resultan valederas las consideraciones formuladas en el
punto que antecede; concluyéndose así que la última de las citadas providencias constituye
la reedición de la primera de ellas. Así se decide.
Derivado de lo anterior, extiéndanse los efectos de la impugnación efectuada por los
accionantes en su demanda respecto de las Providencias Nos. SNAT/2002/1454 y
SNAT/2002/1455 y téngase a las mismas como los actos administrativos objeto de la
presente controversia. Así se declara.
En tal sentido, se observa que el escrito recursivo interpuesto contra los actos
administrativos de fecha 15 de noviembre de 2002, dictados por el Servicio Nacional
Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), no incurre en alguna de las
causales de inadmisibilidad a que hace referencia el artículo 84 de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia. En consecuencia, se admite en cuanto ha lugar en derecho el
presente recurso de nulidad por razones de inconstitucionalidad e ilegalidad contra los actos
administrativos contenidos en las Providencias SNAT/2002/1454 y NAT/2002/1455 del 29
de noviembre de 2002, emanadas del Servicio Nacional Integrado de Administración
Aduanera y Tributaria (SENIAT). Así se declara.
IV
DE LOS TERCEROS ADHESIVOS
Una vez expuestas las anteriores consideraciones, debe esta Sala pronunciarse
sobre las solicitudes de adhesión formuladas por las sociedades mercantiles supra
identificadas, como terceros coadyuvantes de las sociedades mercantiles recurrentes,
cuando dicen tener derechos comunes a los alegados por aquéllas y un interés jurídico
actual, de conformidad con las disposiciones contenidas en los artículos 112 y 137 de la
Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia y en los ordinales 1° y 3° del artículo 370 del
Código de Procedimiento Civil.
Tal distinción resulta necesaria, ya que de la precisión a la que se arribe con ella,
podrá determinarse cuándo tal intervención es a título de verdadera parte y cuándo a título
de tercero adhesivo simple, visto que dichas intervenciones poseen efectos distintos dentro
del proceso. Sobre el referido particular, en la decisión supra citada la Sala expresó:
Ahora bien, tal como fue advertido anteriormente por esta Sala, los actos
administrativos cuya nulidad se debate poseen efectos generales, motivo por el cual resulta
necesario observar la disposición normativa que rige los procesos de nulidad ejercidos
contra actos de efectos generales, contenida en la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia, aplicable en concordancia con el artículo 26 del texto constitucional, a los fines de
determinar la legitimación activa para incoar dichos juicios; así el referido artículo 26 de la
Constitución y el 112 de la citada Ley, preceptúan lo siguiente:
En el caso de autos, pudo esta Sala advertir que las solicitudes de adhesión al
recurso de nulidad por razones de inconstitucionalidad e ilegalidad ejercido en forma
conjunta con amparo cautelar y medida cautelar innominada de suspensión de efectos,
interpuesto contra los actos administrativos contenidos en la Providencias SNAT/2002/1454
y SNAT/2002/1455 del 29 de noviembre de 2002, fueron fundamentadas en los ordinales 1°
y 3° del artículo 370 supra indicado; no obstante, del análisis de los términos en que fueron
planteadas las referidas solicitudes, aprecia fácilmente este Alto Tribunal que la
intervención pretendida por los solicitantes no puede subsumirse en los supuestos regulados
por el ordinal 1° del aludido artículo 370, visto que el mismo regula la denominada
intervención voluntaria y principal de los terceros contra ambas partes de un proceso
pendiente y donde se pretende excluir la pretensión del demandante a través de un derecho
preferente o concurrir con él en el derecho o intereses alegado con fundamento en el mismo
título, situación ésta no planteada en el presente caso.
V
DE LA SOLICITUD DE AMPARO CAUTELAR
En este sentido, sostienen que las referidas providencias “al tratar de obligar a los
contribuyentes especiales y entes públicos a constituirse en agentes de retención del
impuesto al valor agregado (...), cercenan en perjuicio del contribuyente ordinario y de
los contribuyentes designados como agentes de retención, la garantía constitucional que
deriva del principio de la legalidad tributaria, previsto en el artículo 317 de la
Constitucional Nacional ...”. Lo anterior aunado a que dichos actos administrativos
conllevan, en su opinión, a un enriquecimiento indebido por parte del Fisco Nacional, que
“obliga a los contribuyentes ordinarios a iniciar un procedimiento de recuperación de
tributos que, de acuerdo con la Ley del impuesto al valor agregado no puede ser aplicado,
y que resulta ineficaz a los fines de garantizar el pleno ejercicio del derecho de propiedad,
(...); lo que cercena, a todas luces el derecho de propiedad de los contribuyentes del
impuesto al valor agregado consagrado en el artículo 115 del texto Constitucional.”
(Destacado y cursivas de esta Sala).
Sobre el referido particular observa esta Sala que los actos administrativos
presuntamente lesivos, tienen como objeto, por una parte, designar como agentes de
retención del impuesto al valor agregado a los contribuyentes especiales y a los organismos
que se califican como entes públicos nacionales respecto de las adquisiciones de bienes y
servicios realizadas por éstos de proveedores que sean contribuyentes ordinarios del
señalado impuesto y establecer, por otra parte, el procedimiento para efectuar la retención
ordenada y el consiguiente enteramiento del impuesto retenido al Fisco Nacional. Así, se
advierte fácilmente que los destinatarios directos de las obligaciones fiscales establecidas
mediante la señalada normativa resultan los contribuyentes especiales y los entes públicos
nacionales que se indican en el cuerpo del acto en cuestión (Providencia N°
SNAT/2002/1454).
Ahora bien, del análisis de la solicitud de amparo cautelar invocada por los
accionantes se observa que la presunta violación constitucional en la cual incurren las
Providencias SNAT/2002/1454 y SNAT/2002/1455, encuentra su fundamento en la lesión
del derecho de propiedad de los contribuyentes ordinarios de la ley de impuesto al valor
agregado; en este sentido, sostienen que “ (...) mediante el mecanismo de retención previsto
en las Providencias impugnadas la Administración se está apropiando de recurso (sic) que
no le son propios, sino que son propiedad de los contribuyentes ordinarios, forzando a
éstos últimos a que inicien un procedimiento de repetición de pago, que en la practica
resulta ineficaz, cercenado de esta manera el derecho de propiedad de los contribuyentes
de la ley de impuesto al valor agregado.” (Resaltado de la Sala).
De otra parte, tal como se señaló, los destinatarios directos de los referidos actos
resultan ser los entes públicos nacionales y los contribuyentes especiales del impuesto al
valor agregado, lo que permite a este Alto Tribunal concluir que en el presente caso la
legitimación activa para invocar la protección cautelar de amparo, recae sobre los señalados
contribuyentes especiales y entes públicos nacionales, los cuales quedan legitimados para
solicitar por esta vía el pleno restablecimiento en el goce y ejercicio de sus derechos
constitucionales que fueren lesionados.
VI
DECISIÓN