Sentido Espiritual Navidad
Sentido Espiritual Navidad
Sentido Espiritual Navidad
(Hch.16:37-39).
En Jerusalén, pronuncia un discurso ante el pueblo, y ante el
enfurecimiento de las masas apela a su condición de ciudadano
romano por nacimiento (Hch. 22: 25-29).
En Cesárea del Mar, ante la lentitud del proceso que contra él se
sigue, ante Festo apela al tribunal romano (Hch 25, 11 -12).
EDUCACIÓN
Tarso gozaba de un ambiente cultural que le hacía rivalizar con
Roma y Atenas. También en el aspecto filosófico rivalizaba con
Atenas y Alejandría.
Cuando cumple la edad es enviado a estudiar a Jerusalén (Hch 22,
3). No sabemos el tiempo que le ocuparon los estudios. Tiene como
maestro al ilustre Gamaliel. Entre sus contemporáneos se distingue
por su celo por el judaísmo y por la fidelidad a las tradiciones
paternas que habían sido añadidas a la ley y a las que los fariseos
daban la misma importancia, el mismo valor, exigiendo su
cumplimiento (Gal. 1:4). Los saduceos, por el contrario, no
aceptaban las tradiciones, únicamente aceptaban lo que estaba
escrito en la ley.
Pablo, consciente de su fe y de sus exigencias, se ocupa de la
persecución de los cristianos, no tanto por odio hacia la nueva secta,
sino por el celo que le devora en ser fiel al judaísmo. Para ello recibe
cartas de sus jefes y se dirige a Damasco a fin de aniquilar al grupo
religioso recién nacido. Y en estas circunstancias es cuando tiene
lugar el milagro: su encuentro con Jesús en el camino de Damasco.
CAPITULO IV
VIAJES MISIONEROS DE PABLO
PRIMER VIAJE: ASIA MENOR VÍA CHIPRE
La Iglesia de Antioquía separó a Pablo y a Bernabé para un nuevo
ministerio, acompañados de Juan, salieron al primer viaje misional
(47-48 D.C.) del puerto de Seleucia hacia Chipre, donde ya se había
fundado la Iglesia. Luego navegaron a Perge de Panfilia y de allí
Juan regresó a Jerusalén. Haciendo una gran gira por Galacia al sur,
establecieron Iglesias en Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe.
Regresaron por las ciudades de Asia y volvieron a Antioquía de Siria
donde informaron a la Iglesia. Su estrategia durante esta misión en
Asia fue predicar primero en las Sinagogas de cada ciudad, y cuando
era necesario salían a predicar entre los gentiles. Así se añadían a la
Iglesia muchos miembros más. Algunos piensan que Pablo escribió
Gálatas en este tiempo.
SEGUNDO VIAJE: EUROPA VÍA ASIA MENOR
El segundo viaje lo emprendió con el objeto de confirmar las Iglesias
que habían establecido en el viaje anterior. En esta ocasión se hizo
acompañar de Silas, cuando llegaron a Listra invitaron a Timoteo a
unirse a ellos. Después de predicar en Frigia y Galacia del norte.
llegaron a Troas, donde Pablo tuvo la visión del varón Macedonio y
donde se les juntó Lucas el médico. Atravesaron Macedonia y
fundaron Iglesias en Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto.
Desde Corinto Pablo escribió, 1 y 2 e Tesalonicenses a la joven
Iglesia donde había tenido un breve pero eficaz ministerio hacía
pocos meses. Después de un año y medio en Corinto, regresó a
Antioquía de Siria pasando por Efeso y Cesarea.
TERCER VIAJE: EFESO Y MACEDONIA
A pesar de las Iglesias que fundó, de los convertidos que congregó,
de los milagros que obró y de las innumerables pruebas que soportó,
Pablo no estaba dispuesto a dormir sobre sus laureles, y emprendió
su tenaz viaje. Comenzó volviendo a las regiones de Galacia y Frigia,
13
BIBLIOGRAFÍA
BADENAS, Roberto. Pablo y la Ley.
BARCLAY, William. El Pensamiento de San Pablo (Trad. Teresa
Alvarado). Buenos Aires, Argentina: La Aurora, 1958.
GONZÁLEZ, Justo. Historia del Pensamiento Cristiano (Tomo
I). Buenos Aires, Argentina: Methopress, 1965, págs.
169-183.
MEYER, Frederick Brotherton. Pablo. El Paso, Texas: Casa Bautista,
1935.
POLLOCK, John. El Apóstol. Miami: Vida, 1989.
SANDERS, J. Oswald. Pablo el líder. Miami: Vida, 1986.
STALKER, James. Vida de Pablo. Costa Rica: Caribe: 1893.
RIDDERBOS, Herman. El pensamiento del Apóstol Pablo (Trad.
Juan Van Der Velde). Buenos Aires, Argentina:
Ediciones Certeza, 1979.
15
EL CONCILIO DE JERUSALÉN
Hacia el año 48 se plantea en Antioquía el problema relativo a la circuncisión de los no-judíos, cuando los cristianos
procedentes de Judea piden la “libertad alcanzada en Cristo Jesús”, que también invocan Pablo y Bernabé para no
imponer este rito a los cristianos procedentes del paganismo. La comunidad decide entonces llamar en causa a los
Apóstoles y a los Ancianos de Jerusalén y envía a Pablo y Bernabé, con su compañero griego Tito, acompañados por
una delegación.
Los Apóstoles y Ancianos de Jerusalén aceptan a Tito, “no circuncidado”, reconociendo de este modo la validez del
anuncio de Pablo acerca de la libertad de la gracia. La Asamblea confirma también a los responsables principales de la
Iglesia y reconoce la vocación misionera de Pedro para los circuncidados y de Pablo para los no circuncidados. De
hecho, se da una forma de división del campo misionero: Santiago, Cefas y Juan hacia los judíos, mientras que Pablo
y Bernabé hacia los paganos.
EL INCIDENTE DE ANTIOQUÍA
La controversia que tuvo lugar durante la visita de Pedro a Antioquía atestigua la rectitud de Pablo, para quien la
verdad del Evangelio no admite adaptaciones. ¿Qué sucedió? Un cristiano judío circuncidado no podía, en aentonces,
sentarse en la mesa de un cristiano pagano sin incurrir en impuridad. Pues bien, en el contexto de Antioquía, Pedro es
testigo de la supremacía de la fe en Cristo que llama a sí a todos los hombres, y se contrapone a este principio … hasta
que llegan los cristianos enviados por Santiago, que preside la comunidad de Jerusalén, y oculta sus sentimientos.
Pablo entonces se rebela: “Me enfrenté con él cara cara, porque era digno de represión”.
El compromiso que se había tomado en Jerusalén aceptaba la existencia de las comunidades mixtas que Pablo había
establecido en las jóvenes Iglesias de Asia Menor. Sin embargo, la comunión plena entre circuncidados y no
circuncidados resultaba problemática. ¿Acaso ha de considerarse secundaria la salvación de Jesucristo? Pablo
reivindica la nueva vida en la fe, el don del Espíritu y la supremacía de la promesa divina sobre la ley … La
contraposición se da entre Santiago y la Iglesia de Jerusalén, con Pedro y Bernabé (dudosos, que se alían con
Santiago), y la misma Iglesia de Antioquía que confirma este compromiso (Hch 15,40). Solo lo seguirá Silas. Tras
este largo noviciado que duró 15 años se abre un nuevo periodo para Pablo.
Pablo es el personaje mejor conocido de la primera generación cristiana, tanto por las Cartas
que escribió (siete reconocidas como indudablemente auténticas en sentido estricto), como
por la historia de su vida, que narra Lucas en los Hechos de los Apóstoles. Para nosotros,
sus Cartas son una fuente excepcional. Su figura, sin embargo, sigue siendo algo misteriosa.
Por una parte, estas Cartas conciernen solamente unos quince años de su vida. Por la otra,
los Hechos que refieren su trayectoria fueron escritos veinte años después de su muerte, con
el tono apologético de la época. Daremos, pues, preferencia a los datos que se hallan en las
Cartas de Pablo y a su cronología, que coincide mayormente con la duración de sus
desplazamientos (por ejemplo, la fecha del “Concilio de Jerusalén”).
Es probable que Pablo tuviera unos diez años menos que Jesús.
A continuación encontrarán los mapas relativos a los viajes de Pablo, con la narración de la
vida del Apóstol en veinte cuadros.
LOS VIAJES
MISIONEROS
Primer viaje
De Antioquía a Chipre y de aquí al sur de Anatolia (Perge, Antioquía de
Pisidia, Iconio, Listra y Derbe) Pablo y Bernabé predican con ardor en las
sinagogas la Buena Nueva de la resurrección y salvación en Jesús,
fundando algunas comunidades. Entonces los judíos de dividen y Pablo se
dirige a los paganos.
Segundo viaje
El primer objetivo de Pablo, acompañado por Silas, es el de visitar las
comunidades que él mismo había creado en el sur de Anatolia (en Listra
conoce a Timoteo, que le acompañará en el viaje). Siguen hacia noroeste,
hasta los Dardanelos, y llegan a Tróada, desde donde pasan a Grecia;
Pablo funda Iglesias en Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto.
Luego regresa a Antioquía, donde tenía su base, pasando por Éfeso y
Cesarea.. En Antioquía, los creyentes fueron llamados “cristianos” por
primera vez,
Tercer viaje
Es un viaje de consolidación. Pablo va a visitar las Iglesias que había
creado en Anatolia y Grecia, con Timoteo y Tito. Se embarca de nuevo
hacia Tiro, Cesarea y Jerusalén, donde fue arrestado.
Viaje en cautiverio
El viaje del prisionero a Roma no es un viaje misionero, sin embargo, no
cesa su actividad evangelizadora..
LOS VIAJES
MISIONEROS
Primer viaje
De Antioquía a Chipre y de aquí al sur de Anatolia (Perge, Antioquía de
Pisidia, Iconio, Listra y Derbe) Pablo y Bernabé predican con ardor en las
sinagogas la Buena Nueva de la resurrección y salvación en Jesús,
fundando algunas comunidades. Entonces los judíos de dividen y Pablo se
dirige a los paganos.
Segundo viaje
El primer objetivo de Pablo, acompañado por Silas, es el de visitar las
comunidades que él mismo había creado en el sur de Anatolia (en Listra
conoce a Timoteo, que le acompañará en el viaje). Siguen hacia noroeste,
hasta los Dardanelos, y llegan a Tróada, desde donde pasan a Grecia;
Pablo funda Iglesias en Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto.
Luego regresa a Antioquía, donde tenía su base, pasando por Éfeso y
Cesarea.. En Antioquía, los creyentes fueron llamados “cristianos” por
primera vez,
Tercer viaje
Es un viaje de consolidación. Pablo va a visitar las Iglesias que había
creado en Anatolia y Grecia, con Timoteo y Tito. Se embarca de nuevo
hacia Tiro, Cesarea y Jerusalén, donde fue arrestado.
Viaje en cautiverio
El viaje del prisionero a Roma no es un viaje misionero, sin embargo, no
cesa su actividad evangelizadora..
LA
CONVER
SIÓN A
CRISTO
2. EL PERSEGUIDOR
En el martirio de Esteban, “los testigos pusieron sus vestidos a los
pies de un joven llamado Saulo… Saulo aprobaba su muerte.
Aquel día se desató una gran persecución contra la Iglesia”.
Saulo, que defendía con celo “las tradiciones de los padres” (Ga
l1.14), pudo haber pertenecido al grupo de los zelotes (Hch 22,3),
y esto explicaría la expedición a Damasco en busca de los
misioneros helenistas que criticaban el Templo, como Esteban,
para doblegarlos, incluso con la tortura. Esto arrojaría luz sobre
dos episodios extraños: Pablo no se integró bien en la Iglesia de
Jerusalén y tuvo que huir a causa de las amenazas de muerte (Hch
9, 26-30); más tarde, cuarenta judíos hicieron voto de matar a
Pablo, entonces prisionero de los romanos (Hch 23,12-22), y es
sabido que el partido zelota castigaba a quienes traicionaban su
juramento.
3. LA CONVERSIÓN / VOCACIÓN
Los Hechos refieren la célebre frase que oyó en el camino de
Damasco: “Saúl, Saúl, ¿ por qué me persigues?”
LOS
COMIEN
ZOS DEL
MINISTE
RIO
“De allí a tres años”, Saulo va a Jerusalén para conocer a Cefas (de “Piedra”, en
griego), con este nombre llamará siempre a Pedro, y permanece “quince días en su
compañía”. No cabe duda de que Pedro le enseña la tradición oral relativa a Jesús que
Pablo no conoce (cf. 1Co 11, 23-35), y también una interpretación cristológica de los
profetas, según las enseñanzas del Maestro a sus discípulos.
Bernabé y Pablo navegan hacia Chipre. Es el Espíritu Santo quien los envía en esta
dirección. Anuncian el Evangelio en las sinagogas del este de la isla, en Salamina, y
luego hacia el oeste, en Pafos. Desde este momento Lucas llamará a Saulo con su
nombre romano: Pablo, subrayando así que posee todos los requisitos de su misión de
ir a las “naciones”.
Inmersión en tierra pagana, más allá del Tauro, en cuatro ciudades estratégicas para
Roma, en el camino de Sebastopol. Lucas sitúa el primer importante discurso
misionero de Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia, nueva colonia romana.
Ante la mala acogida que le dispensó la mayoría de los judíos, Pablo se dirige a los
paganos. Pablo y Bernabé salen hacia Iconio, Listra y Derbe. Los dos Apóstoles
consolidaron las jóvenes comunidades.
Por una parte, animan la vida común entre creyentes procedentes del judaísmo y
nuevos convertidos procedentes del paganismo, granjeándose la enemistad de los
jefes de las sinagogas donde predican. Por la otra, designan “Ancianos”, según el
modelo de la Iglesia de Jerusalén. Tras cumplir esta misión, vuelven a Antioquía de
Siria.
EL
CONCILI
O DE
JERUSAL
ÉN
EL CONCILIO DE JERUSALÉN
EL INCIDENTE DE ANTIOQUÍA
HACIA
GRECIA
La casa de Lidia, vendedora de púrpura, que recibió el bautismo con toda su familia y
da hospitalidad a los misioneros durante su estancia en la ciudad, se convierte en el
centro de una comunidad que se forma rápidamente y que va a ser una de las más
fieles a Pablo, y le ofrecerá afecto y ayudas materiales (2Co 11,8). Con esta
comunidad quiere celebrar la Pascua unos años más tarde, antes de dejar
definitivamente la región del mar Egeo.
En Tesalónica, donde Jasón, así como en Filipos, donde Lidia, el lugar de culto y de
religión era la casa, es decir, la familia, con todo su entorno: las relaciones sociales y
el trabajo.
En la capital del helenismo, donde llegan de todo el Imperio romano para estudiar,
Pablo encuentra la cultura griega, “interiormente indignado al ver la ciudad llena de
ídolos”. Predica tanto en la sinagoga como en la plaza –incluso en el Areópago–
suscitando de este modo la curiosidad de intelectuales, “epicúreos o estoicos”, pero
poca adhesión a la fe cristiana. “He encontrado también una inscripción: ‘Al Dios
desconocido’. Pues bien, lo que adorabais sin conocer , eso os vengo yo a anunciar”.
(Pablo no cita este episodio. Este tipo de discurso evoca más bien la predicación de
los primeros misioneros en las Iglesias griegas de finales del siglo I, ante paganos
influidos por el estoicismo. El hecho de que no haya ninguna alusión a la cruz y a la
salvación hace dudar de que Pablo lo pronunciase alguna vez).
LAS
PRIMER
AS
ESTRUCT
URAS DE
LA
IGLESIA
CORINTO
En esta ciudad cosmopolita donde florecía el culto de Afrodita, Pablo conoce a Áquila
y a su mujer Priscila, un matrimonio judío que había sido expulsado de Roma en el 49
con el edicto del emperador Claudio, “porque los judíos eran una causa permanente
de desórdenes a impulsos de un tal Crestos” (Suetonio, Claudio 25,11). Los
volveremos a encontrar en Roma, después de la muerte de Claudio, en el 54, que
esperan la llegada del Apóstol prisionero. Mientras tanto, lo acompañan a Éfeso,
ocupándose de la Iglesia y evangelizando.
Pablo, que desea trabajar como hacen los rabinos para asegurar la gratuidad de su
servicio apostólico, se queda a trabajar con el matrimonio fabricando tiendas, pues
eran de su mismo oficio. El sábado, en la sinagoga, trata de demostrar a los doctores
de la ley el mesianismo de Jesús; el jefe de la sinagoga, Crispo, se hizo bautizar con
toda su familia. La Iglesia de Corinto, que acoge también a los paganos, se desarrolla
muy rápidamente y se convierte en su base ya que Roma es inaccesible por el decreto
de expulsión de Claudio. Pablo permanece aquí 18 meses.
Hay un problema que surge cada vez con más frecuencia: las autoridades de las
sinagogas, que benefician de privilegios, no desean que se siga confundiendo a los
cristianos con una secta judía disidente, aunque en realidad estos ya no dependen de
ellos. Acabarán por acusar a Pablo de propaganda religiosa ilícita ante el procónsul
Galión (hermano del filósofo Séneca). Tras oír las acusaciones, se niega a escuchar la
defensa, declarándose incompetente, pues Pablo es judío y se trata de disputas
relativas a su ley (Hch 18,12-16). Pablo se embarca rumbo a Antioquía con Priscila y
Áquila. El matrimonio se queda en Éfeso y formará el núcleo de la futura comunidad.
Es el tercer lugar de difusión de la Palabra, según los Hechos. Pablo se queda en este
gran centro de intercambios culturales, religiosos y comerciales entre Oriente y
Occidente más de dos años y funda una Iglesia. La confrontación con el judaísmo
cede el paso al encuentro con otras corrientes religiosas: Artemisa es la gran diosa de
Éfeso. Priscila y Áquila dirigen la comunidad y enseñan con zelo. De este modo
exponen “más exactamente el camino” a Apolo, que tendrá mucho éxito cono
catequista en Éfeso y Corinto.
MILETO: LAS ESTRUCTURAS DE LA IGLESIA
EN
JERUSAL
ÉN
Pablo vuelve por tercera vez a Jerusalén para informar a los Ancianos sobre su misión entre los gentiles. Enca
fundadas por él, generalmente pagano-cristianos, pero también discípulos judíos, como Timoteo. Se ha conve
comunidades locales en contraposición con las sinagogas y que llevan una vida autónoma en medio de comun
tradición deuteronómica, reivindicando para cada una la dignidad de asamblea del pueblo elegido por Dios re
la autoridad de un apóstol de Jesucristo (1Co 1-21; 2Co 1,1), título con el que se siente muy vinculado.
Pero ahora, en la capital del judaísmo y ante la Iglesia de Jerusalén presidida por Santiago, donde “miles de ju
padres: “y todos comprenderán que te portas como un cumplidor de la Ley” Va al Templo, se purifica con un
corintios “Me hecho todo a todos” (1Co 9,2)..
Todo está listo para la explosión: el temor desencadenado por las predicaciones de Pablo en las sinagogas y el
las leyes. Las tensiones estallan a la llegada de Pablo al templo, el séptimo y último día de la purificación. Alg
de haber profanado el Templo por entrar con algunos griegos en él y alborotan a la gente, que lo arrastra fuera
Gracias a la llegada del tribuno con un tropel de soldados Pablo se salva de la muerte, y quiere aún hablar a la
silencio, les dirigió la palabra en lengua hebrea”: explica su fidelidad de judío formado en la escuela de Gama
que gobierna e inspira su vida. Luego, frente a estos judíos de Jerusalén, añade: «Estando en oración en el Tem
marcha inmediatamente de Jerusalén pues no recibirán tu testimonio acerca de mí….”»(
(Hch 22,21). Estas últimas palabras hacen que la muchedumbre se desencadene de nuevo: significa, efectivam
abierta a todos.
El tribuno manda que metan a Pablo en el cuartel de Jerusalén para azotarle, pero se libra de la flagelación po
primer proceso ante el sanedrín.
A causa de una conjura de zelotas judíos que quieren matarle es traslado a Cesarea: segundo proceso ante el p
Cuarto proceso ante Agripa II: “Este hombre no ha hecho nada digno de muerte o de prisión... Podía ser puest
EN MEDIO DE LA TEMPESTAD
Es la narración más fabulosa del Nuevo Testamento. De Cesarea a Roma, “la navegación era
peligrosa” después de la fiesta de la Expiación –que introduce el otoño–. Efectivamente, la nave
irá a la deriva durante quinte días desde Creta a Malta, no pudiéndose orientar “ni con las estrellas
ni con el sol”. El prisionero Pablo se revela más libre que los 276 miembros de la tripulación,
capitán, piloto, centurión y marineros. Estaba acostumbrado al mar y a la experiencia de tres
naufragios (2Co 11,25) y, sobre todo, demuestra una seguridad que le viene de Dios: “Ninguna de
vuestras vidas se perderán, solamente la nave”, dice a sus compañeros cuando todo parecía
perdido, “Se me ha aparecido un ángel de Dios a quien pertenezco y a quien doy culto, y me ha
dicho: No temas, Pablo… Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo”.
MALTA
Se salvan todo. Llegan a la isla, unos nadando y otros gracias a unos tablones y los despojos de la
nave. Esta etapa sencilla e idílica (“los nativos nos mostraron una humanidad poco común;
encendieron una hoguera”) simboliza la acogida que el mundo pagano dará al Evangelio. Tras el
peligro y el naufragio, la escala maravillosa de Malta tiene para Lucas el gusto del alba de una
resurrección. Una víbora muerde la mano de Pablo mientras echaba leña a la hoguera, pero él
sacudió el animal sobre el fuego sin sufrir ningún daño… la gente lo tomó por un dios. Luego
Pablo cura al padre de su anfitrión imponiéndole las manos, así como a los otros enfermos de la
isla que acudieron a él. En fin, tuvieron para con él toda suerte de consideraciones y al momento
de la partida le proveyeron de lo necesario.
ROMA
Después va a Siracusa, Regio y Pozzuoli. Desde aquí toma el camino hacia Roma y tiene la alegría
de ser recibido por los hermanos –que han recorrido a pie 50 kilómetros–, pues el Apóstol no es
ningún desconocido: habían recibido, tres años antes, su gran Carta a los Romanos. En Roma,
existía una comunidad de cristianos, cuyo origen se ignora y que Lucas describe como numerosa y
célebre por su fe y sus obras. El cristianismo fue llevado a Roma muy pronto por mercaderes
judíos y permaneció al lado de las sinagogas. Cuando Claudio murió Roma contaba con unos
50.000 judíos procedentes de regiones muy distintas, diseminados en las varias sinagogas de la
capital del Imperio.
Pablo, pues, llega a Roma en el 61 para ser juzgado. Después de dos años de residencia vigilada,
en una casa particular en el centro de la ciudad, cerca del Tíber (el barrio judío de hoy), años que
emplea para evangelizar y escribir, el proceso desvanece por falta de acusadores. Pero después del
incendio del 64 Nerón acusa a los cristianos de ser los autores del incendio y Pablo fue arrestado,
encadenado en la cárcel Marmertina y condenado a la decapitación, que será ejecutada fuera de las
murallas aurelianas, en la Vía Ostiense, probablemente entre el 65 y el 67.
EL
MARTIRI
O EN
ROMA
LA APERURA DE LA ALIANZA A TODOS
El primer gesto de Pablo en la capital del Imperio y también sus últimas palabras, anotadas
llamamiento a los judíos. Tal y como había escrito a los romanos: “El Evangelio es una fue
del judío primeramente y también del griego” (Rm 1,16). De modo que, al final de su misió
gentiles no quiso olvidarse ni siquiera del “más pequeño de mis hermanos” (Mt 25,40). “A
cadenas”. Lanza un último y vibrante llamamiento a la “conversión” de su pueblo, a la zozo
Dios está de ahora en adelante abierta a todos.
La palabra del final no es la muerte de Pablo, puesto que se trata por el contrario del desarro
a los largo y ancho por el gran testigo del Resucitado, convertido a su imagen en “luz de los
¿Por qué fue tan útil para el apóstol Pablo ser ciudadano romano?
Cicerón, político romano del siglo primero antes de Cristo, basó en esos
derechos el siguiente comentario: “Es una injuria atar a un ciudadano
romano; es un crimen azotarle; matarle es tan malo como asesinar a un
padre”.
(Saulo de Tarso, también llamado San Pablo Apó stol; Tarso, Cilicia, h.
4/15 - Roma?, h. 64/68) Apó stol del cristianismo. Tras haber
destacado como furibundo fustigador de la secta cristiana en su
juventud, una milagrosa aparició n de Jesú s convirtió a San Pablo en el
má s ardiente propagandista del cristianismo, que extendió con sus
predicaciones má s allá del pueblo judío, entre los gentiles: viajó como
misionero por Grecia, Asia Menor, Siria y Palestina y escribió misivas
(las Epístolas) a diversos pueblos del entorno mediterrá neo.
Los esfuerzos de San Pablo para llevar a buen fin su visió n de una
iglesia mundial fueron decisivos en la rá pida difusió n del cristianismo
y en su posterior consolidació n como una religió n universal. Ninguno
de los seguidores de Jesucristo contribuyó tanto como él a establecer
los fundamentos de la doctrina y la prá ctica cristianas.
Biografía
La conversión
Últimos años
El pensamiento paulino
A San Pablo se debe, má s que a los otros apó stoles, la oportuna y neta
separació n entre el cristianismo y el judaísmo; y es falso que tal
separació n se alcanzara mediante la creació n de un sistema religioso
especial, que habría sido elaborado bajo la influencia de la filosofía
griega, del sincretismo cultural o de las numerosas religiones de
misterios. En el curso de sus viajes evangelizadores, San Pablo propagó
su concepció n teoló gica del cristianismo, cuyo punto central era la
universalidad de la redenció n y la nueva alianza establecida por Cristo,
que superaba y abolía la vieja legislació n mosaica. La Iglesia, formada
por todos los cristianos, constituye la imagen del cuerpo de Cristo y
debe permanecer unida y extender la palabra de Dios por todo el
mundo.
Según Hechos de los Apóstoles, 22, 3-21 en Tarso de Cilicia nació entre
los años 5 y 10 d. C., en, Turquía.
Sobre el año 49 tuvo lugar una reunión importante entre Pablo y la iglesia
de Jerusalén, que tenia como objetivo decidir si los conversos gentiles
debían circuncidarse. Pedro, Santiago y Juan aceptaron la misión de Pablo
a los gentiles. Aunque tanto Pablo como Pedro habían llegado a un acuerdo
en el Concilio de Jerusalén, este último se negó a compartir una comida
con los cristianos gentiles en Antioquía y fue confrontado públicamente por
Pablo. Esto se conoce como el Incidente en Antioquía.
Gamaliel fue un célebre fariseo nieto de Hilel el Viejo, el fundador de una de las dos
grandes escuelas del judaísmo farisaico.* El método de Hilel se consideraba más
tolerante que el de su oponente, Samay. Después de la destrucción del templo de
Jerusalén en 70 E.C., Bet Hilel (la casa de Hilel) tuvo más acogida que Bet Samay (la
casa de Samay). La casa de Hilel se convirtió en la expresión oficial del judaísmo,
puesto que todas las demás sectas desaparecieron con la destrucción del templo. Muchas
de las decisiones de Bet Hilel formaron la base de la ley judía recogida en la Misná, que
a su vez llegó a ser el fundamento del Talmud. Al parecer, la influencia de Gamaliel
resultó ser un factor determinante en el predominio de dicha escuela.
Gamaliel gozó de tal estima que fue el primero en recibir el título de Rabán, superior
aun al de Rabí. De hecho, llegó a ser tan respetado que la Misná dice de él: “Con la
muerte de Rabán Gamaliel el viejo cesó la gloria de la Torá y falleció la pureza y la
abstinencia”. (Sota 9:15.)
Cómo enseñaba
¿Qué quiso decir el apóstol Pablo cuando afirmó ante la multitud de Jerusalén que se
había ‘educado a los pies de Gamaliel’? ¿Qué implicaba ser discípulo de un maestro
como él?
Con respecto a este tipo de educación, el profesor Dov Zlotnick, del Seminario
Teológico Judío de América, escribe: “La exactitud de la ley oral, y por tanto su
fiabilidad, depende casi exclusivamente de la relación entre maestro y discípulo: del
interés del maestro en enseñar la ley y de la atención que ponga el estudiante en
aprenderla. [...] Por esa razón se pedía a los discípulos que se sentaran a los pies de los
maestros [...] y ‘bebieran con sed sus palabras’”. (Abot 1:4, la Misná.)
En el libro Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús, Emil Schürer arroja luz sobre
los métodos de los rabinos del siglo I. Escribe: “Los más célebres rabinos [...] reunían a
su alrededor a los jóvenes deseosos de aprender —a veces en gran número— para
comunicarles un conocimiento completo de la extensa y complicada ‘Torá oral’. [...] La
enseñanza consistía en un continuo ejercicio memorístico. [...] El maestro planteaba
unas veces cuestiones halákicas [jurídicas] para que les dieran respuesta sus alumnos y
otras era él mismo el que daba la solución. También podían plantearle libremente
cuestiones los discípulos”.
Desde el punto de vista rabínico, para los alumnos había mucho más en juego que
simplemente obtener una buena calificación, pues se les advertía: “A quien olvidare una
sola palabra de cuanto ha aprendido, la Escritura se lo computa como si se hubiera
hecho culpable de muerte”. (Abot 3:8.) La mayor alabanza que podía recibir un
estudiante era que se le comparara con “una cisterna encalada que no pierde una gota de
agua”. (Abot 2:8.) Este fue el tipo de enseñanza que Pablo, entonces conocido como
Saulo de Tarso, su nombre hebreo, recibió de Gamaliel.
Como Gamaliel enseñaba la doctrina farisaica, fomentaba la creencia en la ley oral, por
lo que ponía más énfasis en las tradiciones de los rabíes que en la Escritura inspirada.
(Mateo 15:3-9.) La Misná cita estas palabras suyas: “Consíguete un maestro, aléjate de
la duda y no apartes frecuentemente el diezmo por aproximación”. (Abot 1:16.) Esta
sentencia quería decir que cuando las Escrituras Hebreas no indicaban explícitamente
qué hacer, la persona no debía tomar una decisión basada en su propio raciocinio o
siguiendo los dictados de su conciencia, sino permitir que un rabí cualificado tomara la
decisión por él. Según Gamaliel, solo de este modo evitaría pecar. (Compárese con
Romanos 14:1-12.)
También se percibe este espíritu en el trato que dio a los primeros seguidores de
Jesucristo. El libro de Hechos relata que mientras ciertos guías judíos planeaban matar a
los apóstoles de Jesús, a quienes habían arrestado por predicar, “se levantó cierto
hombre en el Sanedrín, un fariseo de nombre Gamaliel, maestro de la Ley estimado por
todo el pueblo, y dio mandato de que sacaran fuera a los hombres por un momento. Y
les dijo: ‘Varones de Israel, presten atención a ustedes mismos en cuanto a lo que
piensan hacer respecto a estos hombres. [...] Les digo: No se metan con estos hombres,
sino déjenlos [...]; de otro modo, quizás se les halle a ustedes luchadores realmente
contra Dios’”. Se escuchó el consejo de Gamaliel y se puso en libertad a los apóstoles.
(Hechos 5:34-40.)
Pablo había sido instruido y educado por uno de los mayores maestros rabínicos del
siglo I E.C. Seguramente su alusión a Gamaliel indujo a la muchedumbre de Jerusalén a
prestar atención especial a su discurso. Pero él habló de un Maestro muy superior a
Gamaliel: Jesús, el Mesías. Pablo se dirigió a la multitud como discípulo de Jesús, no de
Gamaliel. (Hechos 22:4-21.)
Si Pablo hubiera seguido siendo discípulo de Gamaliel, habría gozado de gran prestigio.
Otras personas del círculo de Gamaliel contribuyeron a determinar el futuro del
judaísmo. Por ejemplo, Simeón, hijo de Gamaliel y tal vez compañero de estudios de
Pablo, desempeñó un importante papel en la sublevación de los judíos contra Roma.
Después de la destrucción del templo, Gamaliel II, nieto de Gamaliel, restauró la
autoridad del Sanedrín y lo trasladó a Yavne. Yehudá ha-Nasi, nieto de Gamaliel II,
compiló la Misná, que constituye hasta nuestro día la piedra angular del pensamiento
judío.
Gamaliel fue un célebre fariseo nieto de Hilel el Viejo, el fundador de una de las dos
grandes escuelas del judaísmo farisaico.* El método de Hilel se consideraba más
tolerante que el de su oponente, Samay. Después de la destrucción del templo de
Jerusalén en 70 E.C., Bet Hilel (la casa de Hilel) tuvo más acogida que Bet Samay (la
casa de Samay). La casa de Hilel se convirtió en la expresión oficial del judaísmo,
puesto que todas las demás sectas desaparecieron con la destrucción del templo. Muchas
de las decisiones de Bet Hilel formaron la base de la ley judía recogida en la Misná, que
a su vez llegó a ser el fundamento del Talmud. Al parecer, la influencia de Gamaliel
resultó ser un factor determinante en el predominio de dicha escuela.
Gamaliel gozó de tal estima que fue el primero en recibir el título de Rabán, superior
aun al de Rabí. De hecho, llegó a ser tan respetado que la Misná dice de él: “Con la
muerte de Rabán Gamaliel el viejo cesó la gloria de la Torá y falleció la pureza y la
abstinencia”. (Sota 9:15.)
Cómo enseñaba
¿Qué quiso decir el apóstol Pablo cuando afirmó ante la multitud de Jerusalén que se
había ‘educado a los pies de Gamaliel’? ¿Qué implicaba ser discípulo de un maestro
como él?
Con respecto a este tipo de educación, el profesor Dov Zlotnick, del Seminario
Teológico Judío de América, escribe: “La exactitud de la ley oral, y por tanto su
fiabilidad, depende casi exclusivamente de la relación entre maestro y discípulo: del
interés del maestro en enseñar la ley y de la atención que ponga el estudiante en
aprenderla. [...] Por esa razón se pedía a los discípulos que se sentaran a los pies de los
maestros [...] y ‘bebieran con sed sus palabras’”. (Abot 1:4, la Misná.)
En el libro Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús, Emil Schürer arroja luz sobre
los métodos de los rabinos del siglo I. Escribe: “Los más célebres rabinos [...] reunían a
su alrededor a los jóvenes deseosos de aprender —a veces en gran número— para
comunicarles un conocimiento completo de la extensa y complicada ‘Torá oral’. [...] La
enseñanza consistía en un continuo ejercicio memorístico. [...] El maestro planteaba
unas veces cuestiones halákicas [jurídicas] para que les dieran respuesta sus alumnos y
otras era él mismo el que daba la solución. También podían plantearle libremente
cuestiones los discípulos”.
Desde el punto de vista rabínico, para los alumnos había mucho más en juego que
simplemente obtener una buena calificación, pues se les advertía: “A quien olvidare una
sola palabra de cuanto ha aprendido, la Escritura se lo computa como si se hubiera
hecho culpable de muerte”. (Abot 3:8.) La mayor alabanza que podía recibir un
estudiante era que se le comparara con “una cisterna encalada que no pierde una gota de
agua”. (Abot 2:8.) Este fue el tipo de enseñanza que Pablo, entonces conocido como
Saulo de Tarso, su nombre hebreo, recibió de Gamaliel.
Como Gamaliel enseñaba la doctrina farisaica, fomentaba la creencia en la ley oral, por
lo que ponía más énfasis en las tradiciones de los rabíes que en la Escritura inspirada.
(Mateo 15:3-9.) La Misná cita estas palabras suyas: “Consíguete un maestro, aléjate de
la duda y no apartes frecuentemente el diezmo por aproximación”. (Abot 1:16.) Esta
sentencia quería decir que cuando las Escrituras Hebreas no indicaban explícitamente
qué hacer, la persona no debía tomar una decisión basada en su propio raciocinio o
siguiendo los dictados de su conciencia, sino permitir que un rabí cualificado tomara la
decisión por él. Según Gamaliel, solo de este modo evitaría pecar. (Compárese con
Romanos 14:1-12.)
También se percibe este espíritu en el trato que dio a los primeros seguidores de
Jesucristo. El libro de Hechos relata que mientras ciertos guías judíos planeaban matar a
los apóstoles de Jesús, a quienes habían arrestado por predicar, “se levantó cierto
hombre en el Sanedrín, un fariseo de nombre Gamaliel, maestro de la Ley estimado por
todo el pueblo, y dio mandato de que sacaran fuera a los hombres por un momento. Y
les dijo: ‘Varones de Israel, presten atención a ustedes mismos en cuanto a lo que
piensan hacer respecto a estos hombres. [...] Les digo: No se metan con estos hombres,
sino déjenlos [...]; de otro modo, quizás se les halle a ustedes luchadores realmente
contra Dios’”. Se escuchó el consejo de Gamaliel y se puso en libertad a los apóstoles.
(Hechos 5:34-40.)
Pablo había sido instruido y educado por uno de los mayores maestros rabínicos del
siglo I E.C. Seguramente su alusión a Gamaliel indujo a la muchedumbre de Jerusalén a
prestar atención especial a su discurso. Pero él habló de un Maestro muy superior a
Gamaliel: Jesús, el Mesías. Pablo se dirigió a la multitud como discípulo de Jesús, no de
Gamaliel. (Hechos 22:4-21.)
¿Influyó la educación de Gamaliel en la enseñanza de Pablo como cristiano? Es muy
probable que la rigurosa instrucción en las Escrituras y la ley judía le fuera de utilidad a
Pablo como maestro cristiano. Sin embargo, sus cartas inspiradas, que forman parte de
la Biblia, muestran claramente que rechazó la esencia de la doctrina farisaica de
Gamaliel. Pablo no dirigió a sus coetáneos judíos y al resto de la gente hacia los rabíes
del judaísmo ni las tradiciones del hombre, sino hacia Jesucristo. (Romanos 10:1-4.)
Si Pablo hubiera seguido siendo discípulo de Gamaliel, habría gozado de gran prestigio.
Otras personas del círculo de Gamaliel contribuyeron a determinar el futuro del
judaísmo. Por ejemplo, Simeón, hijo de Gamaliel y tal vez compañero de estudios de
Pablo, desempeñó un importante papel en la sublevación de los judíos contra Roma.
Después de la destrucción del templo, Gamaliel II, nieto de Gamaliel, restauró la
autoridad del Sanedrín y lo trasladó a Yavne. Yehudá ha-Nasi, nieto de Gamaliel II,
compiló la Misná, que constituye hasta nuestro día la piedra angular del pensamiento
judío.
Pablo habría nacido entre los años 5 y 10, en Tarso justamente, una
ciudad que ocupa el territorio que hoy pertenece a Turquía; asimismo,
Saulo, disponía de la ciudadanía romana.
Para concretar su misió n, San Pablo, viajó por diversas partes del
mundo: Grecia, Asia Menor, Siria, Palestina, también, escribió cartas
a diferentes pueblos del mediterrá neo, entre otros.