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TERCERO, CUARTO Y QUINTO

INSTITUCIÓN EDUCATIVA N°
22393 “ÁREAS TÉCNICAS” -
CHANGUILLO

EDUCACIÓN
PARA EL
TRABAJO
Qué es y para qué sirve Design Thinking
 ¿Qué es el Design Thinking?
Es un método para generar ideas innovadoras que centra su eficacia en entender y dar solución a
las necesidades reales de los usuarios. Proviene de la forma en la que trabajan los diseñadores de
producto. De ahí su nombre, que en español se traduce de forma literal como «Pensamiento de
Diseño», aunque nosotros preferimos hacerlo como «La forma en la que piensan los
diseñadores».

Se empezó a desarrollar de forma teórica en la Universidad de Stanford en California, EEUU a


partir de los años 70, y su primera aplicabilidad con fines lucrativos como «Design Thinking» la
llevó a cabo la consultoría de diseño IDEO, siendo hoy en día su principal precursora.

 ¿Quiénes lo utilizan?
Según Tim Brown, actual CEO de IDEO, el Design Thinking «Es una disciplina que usa la
sensibilidad y métodos de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas
con lo que es tecnológicamente factible y con lo que una estrategia viable de negocios puede
convertir en valor para el cliente, así como en una gran oportunidad para el mercado».

Empresas como Apple, Google, IBM, Nike o Zara lo utilizan. Al ser un gran generador de
innovación, se puede aplicar a cualquier campo. Desde el desarrollo de productos o servicios,
hasta la mejora de procesos o la definición de modelos de negocio. Su aplicabilidad tiene como
límites nuestra propia imaginación.

 ¿Cómo funciona?
El Design Thinking se desarrolla siguiendo un proceso en el que se ponen en valor lo que
nosotros consideramos sus 5 características diferenciales:
La generación de empatía: hay que entender los problemas, necesidades y deseos de los
usuarios implicados en la solución que estamos buscando. Independientemente de qué estemos
desarrollando, siempre conllevará la interacción con personas. Satisfacerlas es la clave de un
resultado exitoso.
El trabajo en equipo, ya que pone en valor la capacidad de las personas de aportar singularidad.
La generación de prototipos, ya que defiende que toda idea debe ser validada antes de asumirse
como correcta. El Design Thinking propicia la identificación de fallos, para que cuando demos
con la solución deseada, éstos ya se hayan solventado.
Todo ello bajo una atmósfera en la que se promueve lo lúdico. Se trata de disfrutar durante el
proceso, y gracias a ello, llegar a un estado mental en el que demos rienda suelta a nuestro
potencial.
Durante el proceso se desarrollan técnicas con un gran contenido visual y plástico. Esto hace
que pongamos a trabajar tanto nuestra mente creativa como la analítica, dando como resultado
soluciones innovadores y a la vez factibles.
Para comenzar a utilizar la metodología de Design Thinking es muy importante preparar estos
cuatro puntos:

Los materiales: Los usados en las técnicas de Design Thinking están al alcance de


cualquiera. Haceos con rotuladores, hojas de papel, notas adhesivas, lápices de colores,
pegamento y una cámara de fotos. Serán vuestras herramientas para promover la comunicación
visual, que es fundamental en el método. Una imagen vale más que mil palabras. Y lo que es más
importante: una imagen puede evocar un sinfín de ideas, ya que da pie a la interpretación.
El equipo: En el Design Thinking es imprescindible trabajar en equipo. Cuanto más diverso
sea, mejor. Así podréis sumar puntos de vista, conocimientos y experiencia. Es imprescindible
que haya al menos una persona con conocimientos sobre la metodología que sepa guiar el
proceso. Y aunque debe tener un núcleo estable de personas que participen hasta el final, se
podrán sumar otras dependiendo de la fase en la que nos encontremos. Por ejemplo, en la
generación de ideas o en la prueba de prototipos.
El espacio: Durante el proceso necesitaréis un espacio de trabajo, aunque también
desarrollaréis técnicas fuera de él. Buscad un sitio lo suficientemente amplio para trabajar en
torno a una mesa, con paredes libres donde pegar la información que vayáis generando. Pensad
en un lugar luminoso e inspirador, que propicie el trabajo distendido y os haga sentir cómodos y
con un buen estado anímico. ¿Habéis oído hablar de las famosas oficinas de Google? Un espacio
inspirador motiva la innovación.
La actitud: En el método de Design Thinking, o pensamiento de diseño, es imprescindible
la actitud. Debemos adoptar la que se denomina «Actitud del Diseñador». Ser curiosos, y
observadores. En cualquier detalle podemos encontrar información trascendente. Debemos ser
empáticos, tanto con las personas como con sus circunstancias. Ser capaces de ponernos en la
piel del otro. Cuestionarnos el statu quo, y no cargar con prejuicios o asunciones. Ser optimistas
y positivos. Perder el miedo a equivocarnos y ver los errores como oportunidades.
 ¿En qué consiste el proceso?
El proceso de Design Thinking se compone de cinco etapas. Es un proceso iterativo, no es lineal,
puesto que es un proceso que sirve para abordar retos complejos compuestos por los
llamados wicked problems o «problemas perversos», problemas que son complejos de definir y
resolver. Y que se irán descubriendo a lo largo de la puesta en práctica del proceso de Design
Thinking.
En cualquier momento podrás dar pasos hacia atrás o hacia delante en el proceso de Design
Thinking si lo ves oportuno, saltando incluso a fases no consecutivas. Comenzarás recolectando
mucha información, generando una gran cantidad de contenido, que crecerá o disminuirá
dependiendo de la fase en la que te encuentres.

A lo largo del proceso irás afinando ese contenido hasta desembocar en una solución que cumpla
con los objetivos del equipo. Y seguramente, incluso los supere.

FASE DE EMPATÍA: El proceso de Design Thinking comienza con una profunda


comprensión de las necesidades de los usuarios implicados en la solución que estemos
desarrollando, y también de su entorno. Personas en general, clientes, empleados...Debemos ser
capaces de ponernos en la piel de dichas personas para ser capaces de generar soluciones
consecuentes con sus realidades.
FASE DE DEFINICIÓN: Durante la fase de Definición, debemos cribar la información
recopilada durante la fase de Empatía y quedarnos con lo que realmente aporta valor y nos lleva
al alcance de nuevas perspectivas interesantes. Identificaremos problemas cuyas soluciones serán
clave para la obtención de un resultado innovador.
FASE DE IDEACIÓN: La etapa o fase de Ideación tiene como objetivo la generación de un
sinfín de opciones. No debemos quedarnos con la primera idea que se nos ocurra. En esta fase,
las actividades favorecen el pensamiento expansivo y debemos eliminar los juicios de valor. A
veces, las ideas más estrambóticas son las que generan soluciones visionarias.
FASE DE PROTOTIPADO: En la etapa de Prototipado volvemos las ideas realidad.
Construir prototipos hace las ideas palpables y nos ayuda a visualizar las posibles soluciones.
Además, pone de manifiesto elementos que debemos mejorar, refinar o cambiar antes de llegar al
resultado final.
FASE DE TESTEO: Durante la fase de Testeo, probaremos nuestros prototipos con los
usuarios implicados en la solución que estemos desarrollando. Esta fase es crucial, y nos ayudará
a identificar mejoras significativas, fallos a resolver, posibles carencias... Durante esta fase
evolucionaremos nuestra idea hasta convertirla en la solución que estábamos buscando.

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