Amparo Laboral Tercerizacion

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“Ciudadana(o):

JUEZ DE PRIMERA INSTANCIA DE JUICIO DEL TRABAJO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN


JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA.

Su Despacho.-

            Quienes suscriben, XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX, venezolanos, mayores de edad, titulares


de las cédulas de identidades Nros. V.- XXXXXXX, todos domiciliados en el Municipio Autónomo de
Maracaibo del Estado Zulia, asistidos hoy  por la abogada en ejercicio KRISTAL CHIQUINQUIRA
BARBOZA ANDERSON, debidamente inscrita en el INPREABOGADOS bajo el Nº  205.901,  y de
este mismo domicilio. Ocurrimos ante su competente autoridad, de conformidad con lo estipulado en
el artículo 27 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con lo
establecido en los artículos 1, 2 y 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, a los fines de interponer formal solicitud de AMPARO CONSTITUCIONAL en
contra de la Sociedad Mercantil denominada “COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A.”,
antes PANAMCO DE VENEZUELA, inscrita originalmente con la denominación
de EMBOTELLADORA COCA COLA Y HIT DE VENEZUELA S.A, en el Registro Mercantil
Segundo de la Circunscripción Judicial del Distrito Capital y Estado Miranda, en fecha 02 de
septiembre de 1996, bajo el Nº 51, Tomo 462-A Sgdo., posteriormente modificada su denominación
social en varias oportunidades, adoptando la denominación actual en Acta de Asamblea
Extraordinaria de Accionistas inscrita en el Registro Mercantil Segundo de la Circunscripción Judicial
del Distrito Federal y Estado Miranda, el 12 de noviembre de 2003, bajo el N° 57, tomo 163-A Sgdo.,
modificados sus estatutos recientemente sus estatutos sociales y refundidos en un solo texto según
se evidencia en acta de Asamblea General Extraordinaria de Accionistas celebrada en fecha 10 de
julio de 2006, inscrita en el mencionado Registro el 08 de septiembre de 2006, bajo el N° 46, Tomo
186-A Sdgo,  domiciliada en la Ciudad de Caracas con sede  en la Avenida 66 entre calles 62 y 64
Zona Industrial Sur, Primera etapa, Edificio Coca Cola planta Maracaibo en jurisdicción del Municipio
Autónomo Maracaibo del Estado Zulia, por la violación de nuestros derechos constitucionales al
trabajo, al salario, la estabilidad en el mismo y a la simulación o fraude, consagrados en los
artículos 87, 89, 91, 93 y 94 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; usando
para ello la práctica del fraude laboral denominado “TERCERIZACIÓN” en los artículos 47 y 48 de la
Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, todos ellos referidos al derecho del
trabajo como un hecho Social, en virtud de lo cual se encuentran protegidos por el Estado
Venezolano, dada la contumacia de la mencionada entidad de trabajo a dar cumplimiento a la
Providencia Administrativa Nº 01/15, de fecha 31 de agosto de 2015, dictada por la Inspectoría del
Trabajo de Maracaibo del Estado Zulia, con ocasión al procedimiento de Denuncia de Tercerización
iniciado en fecha 31 de julio de 2013 y cuyo expediente fuera signado con los números 042-2013-
12-00004, consigno en copia fotostática certificada constante de XXXXXXX (XXX) folios útiles
signado con la letra “A” de la providencia administrativa cuyo cumplimiento se exige. Solicitud ésta
que procedo a fundamentar en los siguientes términos:

CAPÍTULO I.

LEGITIMACIÓN ACTIVA.

            Nuestra  legitimación activa se origina como consecuencia del hecho que la situación jurídica
hoy denunciada nos afecta directamente por ser beneficiarios de la Providencia Administrativa
Nº 01/15 de fecha 31 de agosto de 2015, ya que; al momento de realizarse el acta de visita de
inspección que inicia el procedimiento formamos parte de las nominas de las contratitas XXXX, XXX
y XXX, motivo por el cual la negativa de acatamiento por parte de la entidad de trabajo (agraviante)
sin duda alguna amenaza y menoscaba algunos de nuestros derechos de orden constitucional como
ya se ha dicho, generándose evidentemente una infracción de naturaleza constitucional sobre
nuestra  situación jurídica como trabajadores.

Así pues,  en el presente caso nuestra legitimidad viene determinada por el hecho de haber sido
violentados nuestros derechos constitucionales al trabajo, al trabajo, los principios laborales, al
salario, la estabilidad en el mismo y a la simulación o fraude, consagrados en los artículos 87, 89,
91, 93 y 94 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; usando para ello la
práctica del fraude laboral denominado “TERCERIZACIÓN” en los artículos 47 y 48 de la Ley
Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, con ocasión de la negativa de la
Empresa “COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A.”, a cumplir con la Providencia
Administrativa Nº01/15, de fecha 31 de agosto de 2015, dictada por la Inspectoría del Trabajo de
Maracaibo del Estado Zulia, consecuencia directa del procedimiento de Denuncia de Tercerización
iniciado en fecha 31 de julio de 2013.

CAPÍTULO II.

DE LA COMPETENCIA DE LA JURISDICCIÓN LABORAL PARA TRAMITAR Y DECIDIR LA


PRESENTE ACCION DE AMPARO.

            Se considera que la competencia para el conocimiento sustanciación y decisión de la


presente solicitud de amparo constitucional la tiene atribuida esta jurisdicción laboral, en función de
la sentencia dictada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, el 23 de
Septiembre de 2010,  con ponencia del Magistrado Francisco Carrasquero López, mediante la cual
se dejó por sentado el cambio de la jurisprudencia que atribuía la misma a la jurisdicción
contencioso administrativa, en el sentido siguiente:

“…En vista de esta situación, considera oportuno la Sala revisar los criterios de interpretación de
esta norma constitucional, que ha venido aplicando de manera pacífica y reiterada en casos como el
de autos, a fin de garantizar la efectiva vigencia y respeto de los  derechos y garantías consagrados
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

A estos efectos, es importante recordar que una norma no puede ser interpretada de forma aislada,
sino dentro del contexto en el cual la misma se encuentra. De allí que debe analizarse hasta que
punto podría ser viable la exclusión del conocimiento de acciones relacionadas con providencias
administrativas dictadas por Inspectorías del Trabajo ― en el ámbito de una relación laboral- , de la
jurisdicción contencioso administrativa.

En este orden de ideas, destaca la regulación constitucional del derecho al trabajo, plasmada en los
artículos 87 al 97, Titulo III Derechos Sociales, de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela. Al considerarlo un derecho y un hecho social, el Constituyente impone al Estado el
deber de protegerlo.

De allí que la Disposición Transitoria Cuarta, en su numeral 4, de nuestra Carta Magna, estableció el
deber para la Asamblea Nacional de aprobar, dentro del primer año, contado a partir de su
instalación:

“Una ley orgánica procesal del Trabajo que garantice el funcionamiento, de una jurisdicción laboral
autónoma especializada, y la protección del trabajador o trabajadora en los términos previstos en
esta Constitución y en las leyes. La Ley Orgánica Procesal del Trabajo estará orientada por los
principios de gratuidad, celeridad., oralidad, inmediatez, prioridad de la realidad de los hechos, la
equidad y rectoría del juez o jueza en el proceso.

            La anterior posición, se ve reforzada por la reciente entrada en vigencia de la Ley Orgánica
de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, publicada en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela N° 377.244 del 16 de junio de 2010; la cual tiene por objeto “regular la
Organización, funcionamiento y competencia de los órganos de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, salvo lo previsto en las leyes especiales” (artículo 1).

            Las competencias de los órganos integrantes de esta jurisdicción, están consagradas en los
artículos  23, 24, 25 y 26 de la referida Ley Orgánica. De esos artículos interesa, a los efectos de
determinar la competencia para el conocimiento de las acciones relacionadas con providencias
administrativas emanadas de las Inspectorías del Trabajo, lo contenido en el numeral 5 del artículo
23, en el numeral 5 del artículo 24 y en el numeral 3 del artículo 25 que literalmente expresan:
“Artículo 23. La Sala Político – Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia es competente para
conocer de:(…omissis…)

5. Las demandas de nulidad contra los actos administrativos de efectos generales o


particulares dictados por el Presidente o Presidenta de la República, el Vicepresidente
Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva de la República., los Ministros O Ministras, así como
por las máximas autoridades de los demás organismos de rango constitucional. si su
competencia no está atribuida a otro Tribunal.(…omissís…)”.

“Artículo 24. Los Juzgados Nacionales de la Jurisdicción Contencioso – Administrativa son


competentes para conocer de:(…omissis…)

5. Las demandas de nulidad de los actos administrativos de efectos generales o particulares


dictados por autoridades distintas a las mencionadas en el numeral 5 del artículo 23 de esta
Ley y en el numeral 3 del artículo 25 de esta Ley, cuyo conocimiento no este atribuido a otro
tribunal en razón de la materia. (…omissis…)”.

“Articulo 25. Los Juzgados Superiores Estadales de la Jurisdicción Contencioso -Administrativa son


competentes para conocer de (…omissis…)

3. Las demandas de nulidad contra los actos administrativos de efectos generales o


particulares, dictados por las autoridades estadales o municipales de su jurisdicción, con
excepción de las acciones de nulidad ejercidas contra las decisiones administrativas
dictadas por la Administración del trabajo en materia de inamovilidad, con ocasión de una
relación laboral regulada por la Ley Orgánica del Trabajo.(…omissis…)”.

De los artículos anteriormente transcritos, se puede apreciar que el legislador excluyó de forma
expresa de las competencias  asignadas a los órganos que integran la jurisdicción contencioso
administrativa, las relativas al conocimiento de “las acciones de nulidad ejercidas contra las
decisiones administrativas dictadas por la Administración del trabajo en materia de
inamovilidad, con ocasión de una relación laboral regulada por la Ley Orgánica del Trabajo”.

            Con este criterio, la Sala puede evidenciar que el legislador viene a, fortalecer la protección
jurídico-constitucional de los trabajadores, a través de normas garantistas de los derechos
amparados por la Constitución, favoreciendo la tutela judicial efectiva y protegiendo la vigencia y
efectividad del trabajo, como derecho y como hecho social que deber ser protegido por el Estado
(artículos 87 y 89 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela), todo esto en pro del
interés general y de la propia vida en el porvenir de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, para hacerla descansar en la justicia social y humanitaria.

            En este sentido, la Constitución venezolana es expresión del constitucionalismo social y


humanitario, alejándose definitivamente de la etapa del Estado de Derecho formal y de las
“experiencias de instrumentalización mediática o autoritaria de la legalidad formal. De allí se deriva
el particularismo del Derecho del Trabajo y su legislación proteccionista del Trabajador, que ha
requerido una protección humana especifica, como específica por la materia debe ser su
jurisdicción, para amparar con profunda justicia social los derechos e intereses de los trabajadores
en su condición de productores directos de las mercancías, en el sistema capitalista.

             Ese deber del Estado se ha traducido en la creación de una jurisdicción especial  laboral,
que conoce las normas sustantivas dictadas en la materia y los procedimientos especialmente
creados para resolver las controversias surgidas con ocasión de relaciones laborales.

            De lo anterior se colige que aun cuando las Inspectorías del Trabajo  sean órganos
administrativos dependientes de la Administración Pública Nacional, sus decisiones se producen en
el contexto de una relación laboral, regida por la Ley Orgánica del Trabajo, razón por la cual debe
atenerse al contenido de la relación, más que a la naturaleza del órgano que la dicta, para
determinar que el juez natural en este caso no es el contencioso administrativo, sino el laboral. Una
relación jurídica denominada relación de trabajo, expresada y manifestada por la fuerza de trabajo
desplegada por los trabajadores, que exige un juez natural y especial, para proteger la propia
persona de los trabajadores. En fin, la parte humana y social de la relación.
            En efecto, los órganos jurisdiccionales especializados en los conceptos debatidos en las
distintas pretensiones que se planteen en relación con los actos administrativos dictados por los
Inspectores del Trabajo (derecho al trabajo y a la estabilidad en el trabajo), sea que se trate, entre
otras, de la pretensión de nulidad a través del recurso contencioso administrativo, sean las
pretensiones relativas a la inejecución de dichos actos como consecuencia de la inactividad de la
Administración autora o bien del sujeto obligado el patrono o el trabajador para su ejecución o, por
último, sea que se trate de pretensiones de amparo constitucional con fundamento en lesiones que
sean causadas por el contenido o por la ausencia de  ejecución de dichos actos administrativos; son
los tribunales del trabajo. Así se declara.

            Por todo lo anterior, esta Sala Constitucional, actuando como máximo intérprete de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, estima que el conocimiento de las acciones
intentadas en ocasión   providencias administrativas dictadas por las Inspectorías del Trabajo, debe
atribuirse como una excepción a la norma general contenida en el artículo 259 constitucional, a los
tribunales del trabajo. Así se declara.

            Con fundamento en las consideraciones que se expusieron, y en ejercicio de la facultad de


máximo intérprete del Texto Constitucional, esta Sala deja asentado el siguiente criterio, con
carácter vinculante para las otras Salas del Tribunal Supremo de Justicia y demás tribunales de la
República:

 1) La jurisdicción competente para el conocimiento de las distintas pretensiones que se planteen en
relación con los actos administrativos dictados por los Inspectores del Trabajo, es la jurisdicción
laboral.

2) De los tribunales que conforman esta jurisdicción, el conocimiento de las pretensiones antes
especificadas corresponde, en primera instancia, a los Tribunales de Primera Instancia del Trabajo y
en segunda instancia, a los Tribunales Superiores del Trabajo. …” .

            En ese mismo orden y dirección, es importante establecer que además de ser competentes
los Tribunales Laborales para conocer de los Recursos de Amparo,  en este sentido es importante
destacar que los artículos 47 y 48 incorporados a  la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y
Trabajadoras publicada en Gaceta Oficial el 07 de mayo de 2012 otorgan la potestad de verificar la
existencia y responsabilidades relacionadas con la tercerización tanto al órgano administrativo como
a los órganos jurisdiccionales. No obstante, no especifica la Ley a cual órgano se debe acudir
primero pero si establece un lapso en su disposición transitoria primera de tres años para que las
entidades de trabajo incorporasen a los trabajadores bajo esta condición a sus respectivas nominas
de trabajo con los beneficios aplicables según cada caso. Dicho lapso culminó el 07 de mayo del
2015, fecha en la cual nace el derecho a acudir ya sea al órgano administrativo o judicial; según el
caso, no obstante, la tercerización  en Venezuela se encuentra prohibida desde el mismo 07 de
mayo del 2012, esto según criterio de la Sala de Casación Social en sentencia N° 494 de fecha 22
de Abril de 2014 la cual textualmente afirma:

“…Visto lo anterior, la Sala ha sido conteste en afirmar que existe una presunción legal a favor de
los trabajadores en el sentido que cuando un contratista realice habitualmente obras o servicios para
la Empresa en un volumen que constituya su mayor fuente de lucro, se presumirá que su actividad
es inherente o conexa con la actividad de la Entidad de Trabajo que se beneficie de ello, además, de
tomar con parámetros complementarios que la actividad se realiza en las instalaciones del
contratante y con materiales y/o herramientas de éste, todo lo anterior se puede verificar de la
siguiente cita:

“Para decidir, la Sala observa:

El recurrente alega que, la sentencia impugnada está incursa en el vicio de incongruencia positiva,
éste según ha señalado la Sala reiteradamente, se suscita cuando el juez extiende su decisión más
allá de los límites del problema judicial al cual fue sometido, teniendo como aspectos de ésta, los
supuestos de “ultrapetita”, cuando se otorga más de lo pedido, y los de “extrapetita” cuando se
otorga algo distinto de lo pedido.

 Ahora bien, en el caso sub examine,  la recurrida estableció sobre el aspecto de la solidaridad entre
las empresas Induservi, C.A., Inversiones Sharon Empresa de Trabajo Temporal, C.A. y Procter &
Gamble Industrial, S.C.A., lo que a continuación se señala:
 Vistas las probanzas aportadas, a los fines de resolver la controversia planteada, se verifica en
primer lugar que existe un acta celebrada por la empresa demandada PROCTER & GAMBLE
INDUSTRIAL, S.A., INVERSIONES SHARON EMPRESA DE TRABAJO TEMPORAL, C.A. e
INDUSERVI, C.A. y el SINDICATO ÚNICO SECTORIAL DE TRABAJADORES CONTRATISTAS
INTERMEDIARIOS, SIMILARES Y CONEXOS DE LA PROCTER & GAMBLE DEL ESTADO LARA
(SUTRACIPGEL), donde entre otras cosas, se establece que la demandada PROCTER & GAMBLE
INDUSTRIAL, S.A. es responsable solidario con las intermediarias por los beneficios laborales de
los trabajadores. Igualmente se conviene que los trabajadores de las intermediarias tendrán los
mismos beneficios que aquellos contratados directamente por PROCTER & GAMBLE INDUSTRIAL,
S.A., a partir del año 2007; asimismo, se hace constar en esa acta que tanto los trabajadores de
INVERSIONES SHARON EMPRESA DE TRABAJO TEMPORAL, C.A. e INDUSERVI, C.A. realizan
similares funciones que los trabajadores de la empresa demandada.

 Así las cosas, se verifica tanto de la inspección efectuada por la Inspectoría del Trabajo como de
las declaraciones del tercero interviniente en la audiencia de la alzada, que INVERSIONES
SHARON EMPRESA DE TRABAJO TEMPORAL, C.A. obtiene sus ingresos de la relación que los
une con la empresa demandada, PROCTER & GAMBLE INDUSTRIAL, S.A. como quedó
reconocido cuando el representante del tercero en la audiencia de apelación señaló: “Si no
prestamos servicio a PROCTER & GAMBLE INDUSTRIAL, S.A. no tenemos donde colocar a
nuestros trabajadores, por cuanto es a esta empresa exclusivamente a quien le prestamos nuestros
servicios”. De manera que dicha declaratoria junto con las actas procesales demuestran que la
relación existente entre las empresas, activa la responsabilidad solidaria entre la empresa
demandada y los terceros de conformidad con la figura de la intermediación (tercerización). Así se
establece.-

 En este orden de ideas resulta oportuno traer a colación lo estipulado por la Sala de Casación
Social del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº 1940, de fecha 02/10/2007, que establece
lo siguiente:

…“se presumirán inherentes o conexas con la actividad del patrono beneficiario, y asimismo, el
artículo 57 eiusdem dispone que cuando un contratista realice habitualmente obras o servicios para
una empresa en un volumen que constituya su mayor fuente de lucro, se presumirá que su actividad
es inherente o conexa con la de la empresa que se beneficia con ella”…

 La referida decisión establece uno de los supuestos donde se activa la responsabilidad solidaria de
las empresas contratantes respecto a los trabajadores de las intermediarias.

 Igualmente, vista la forma como se prestó el servicio, dentro de las instalaciones de la contratante y
con materiales y herramientas de ésta, se reafirma igualmente la existencia de la solidaridad,
conforme a lo establecido en el artículo 54 de la Ley Orgánica del Trabajo derogada.

 Así las cosas, y vista la entrada en vigencia de la novísima Ley Orgánica del Trabajo, los
Trabajadores y las Trabajadoras, de fecha 07 de mayo del año en curso, se tiene que dicha norma,
en su artículo 47 y 48, establecen lo relativo a la tercerización y su prohibición expresa, tal y como
reza a continuación:

 Artículo 47. A los efectos de esta Ley se entiende por tercerización la simulación o fraude cometido
por patronos o patronas en general, con el propósito de desvirtuar, desconocer u obstaculizar la
aplicación de la legislación laboral. Los órganos administrativos o judiciales con competencia en
materia laboral, establecerán la responsabilidad que corresponda a los patronos o patronas en caso
de simulación o fraude laboral, conforme a esta Ley.

 Artículo 48. Queda prohibida la tercerización, por tanto no se permitirá:

1. La contratación de entidad de trabajo para ejecutar obras, servicios o actividades que sean
de carácter permanente dentro de las instalaciones de la entidad de trabajo contratante,
relacionadas de manera directa con el proceso productivo de la contratante y sin cuya
ejecución se afectarían o interrumpirían las operaciones de la misma.
2. La contratación de trabajadores o trabajadoras a través de intermediarios o intermediarias,
para evadir las obligaciones derivadas de la relación laboral del contratante.
3. Las entidades de trabajo creadas por el patrono o patrona para evadir las obligaciones con
los trabajadores y trabajadoras.
4. Los contratos o convenios fraudulentos destinados a simular la relación laboral, mediante la
utilización de formas jurídicas propias del derecho civil o mercantil.
5. Cualquier otra forma de simulación o fraude laboral.

 En los casos anteriores los patronos o patronas cumplirán con los trabajadores y trabajadoras todas
las obligaciones derivadas de la relación laboral conforme a esta Ley, e incorporarán a la nómina de
la entidad de trabajo contratante principal a los trabajadores y trabajadoras tercerizados o
tercerizadas, que gozarán de inamovilidad laboral hasta tanto sean incorporados efectivamente a la
entidad de trabajo.

 Se tiene entonces que de las normas transcritas se verifica la prohibición expresa de la práctica de
la tercerización, obligando además a las empresas contratantes, a absorber a los trabajadores
tercerizados, lo que conforme a las declaraciones de la parte demandada, ya se ha venido
implementando, tal y como lo manifestó en la audiencia de apelación.

 Ahora bien, del libelo de demanda -inserto en los folios 2 al 60 de la pieza uno del expediente de la
causa-, se desprende que los actores afirman que: son trabajadores de las empresas Induservi, C.A.
e Inversiones Sharon Empresa de Trabajo Temporal, C.A. “quienes fungen como contratista (sic) de
la empresa Procter & Gamble Industrial, S.A. prestando su labor en la sede de dicha empresa” de
forma exclusiva a ésta y que desde hace dos años han intentado que la empresa beneficiaria los
“absorba en su nómina”, ya que afirman, la labor prestada es en beneficio directo para ésta y que su
trabajo es “inherente a la producción de la empresa” Procter & Gamble Industrial, S.A.; en
consecuencia, piden que se les apliquen las condiciones salariales y demás beneficios consagrados
en la convención colectiva de la empresa Procter & Gamble Industrial, S.C.A. y que se les paguen
las diferencias salariales en aplicación de ésta como consecuencia del principio a trabajo igual,
salario igual.

 La sentencia recurrida después de analizar lo alegado por el actor y las defensas de las
codemandadas, con base en el cúmulo de pruebas insertas en el expediente y en aplicación de la
normativa laboral y los criterios jurisprudenciales, estableció la existencia de la solidaridad entre las
empresas codemandadas, basándose en que las empresas contratistas Induservi, C.A. e
Inversiones Sharon Empresa de Trabajo Temporal, C.A., realizan habitualmente obras o servicios
para la empresa Procter & Gamble Industrial, S.C.A., en un volumen que constituye su mayor fuente
de lucro, lo cual activa la presunción de actividades inherentes o conexas con la de la empresa que
se beneficia con ésta; tomando en consideración además, la forma como se prestó el servicio,
dentro de las instalaciones de la contratante y con materiales y herramientas de ésta, reafirmó la
existencia de la solidaridad, conforme a lo establecido en el artículo 54 de la Ley Orgánica del
Trabajo derogada y con las normas sobre la prohibición de tercerización en la ley laboral vigente.

 En consecuencia, observa esta Sala que la sentencia impugnada no incurre en la denuncia
planteada, el juez no extiende su decisión más allá de los límites del problema judicial al cual fue
sometido, por tanto,  existe congruencia entre lo pedido por los actores y lo establecido en la
sentencia, con apego a la normativa jurídica aplicable, por lo que deviene la declaratoria sin lugar de
la denuncia bajo examen. Así se decide..”.

Es evidente que, siendo esta una sentencia del año 2014 se dictó antes de los tres (03) Vacatio
Legis para la aplicación de la Ley Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores, el cual
se consumía el día 07 de mayo de 2.015, sin embargo, la Sala deja como criterio el hecho de que la
tercerización, como ya se dijo, está prohibida en Venezuela desde el mismo 07 de Mayo de 2.012,
Siendo la consecuencia principal indicada por la Sala: La obligación de la Entidad de Trabajo
contratante de cumplir con todas las obligaciones derivadas de la relación laboral e incorporar a la
nómina de la entidad de trabajo principal a los trabajadores tercerizados quienes gozaran de
Inamovilidad Laboral hasta tanto sean incorporados efectivamente en la entidad de trabajo por
mandato legal del mencionado artículo 48 de la Ley Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y los
Trabajadores

            Ahora bien, la Inspectoría del Trabajo de Maracaibo inicia el procedimiento por Denuncia
recibida de acuerdo con lo establecido en el artículo 513 de la Ley Orgánica del Trabajo, los
Trabajadores y Trabajadoras de parte del grupo de trabajadores afectados, los  cuales para el
momento se encontraban ACTIVOS en la presunta  relación de trabajo, motivo por el cual  el Órgano
Administrativo inicia una investigación a los fines de determinar la existencia o no del ilícito
denunciado; procedimiento este que concluye con la Providencia Administrativa Nº 01/15 de
fecha 31 de agosto de2015, cuyo cumplimiento se exige hoy. En este sentido, un poco para ilustrar
lo que se pretende determinar es imperativo traer a colación sentencia Nº 049  del Tribunal Primero
Superior del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Mérida  de fecha siete (07) de mayo
de dos mil trece (2013). que estableció:

“…En el mismo sentido, se pronunció Lino Palacio en su libro Derecho Procesal Civil, al señalar:

“Las acciones declarativas, también conocidas como de mera declaración, o de mera certeza,
presentan una pretensión por medio de la cual se busca “un pronunciamiento del órgano
jurisdiccional que elimine la falta de certeza sobre la existencia, eficacia, modalidad o interpretación
de una relación o estado jurídico.” ( obra citada, Tomo I, página 426)

La jurisprudencia de este Tribunal Supremo de Justicia, tomándole previa consideración a la


Exposición de Motivos del Proyecto del Código de Procedimiento Civil (Congreso de la República,
Secretaría, “Exposición de Motivos y Proyecto de Código de Procedimiento Civil”. Imprenta del
Congreso, Caracas, 1985, pág. 7) donde se señaló que “Sin embargo, a fin de no dejar a la
interpretación jurisprudencial el alcance y límites de esta demanda de mera declaración, se acoge
en el Proyecto la limitación aconsejada por la mejor doctrina, según la cual no es admisible la
demanda de mera declaración cuando el demandante puede obtener la satisfacción completa de su
interés mediante una demanda diferente (…)”, ha afirmado que:

“Entre las condiciones requeridas para que pueda darse la acción de declaración, aparte de la
voluntad de la ley de la cual se pide la declaración; y de la legitimatio ad causam, debe destacarse el
interés en obrar. Este interés en obrar consiste en una condición de hecho tal, que el actor sufriría
un daño sin la declaración judicial. Esta condición de hecho no consiste en una violación del derecho
que es el presupuesto corriente de las sentencias de condena, sino más bien de la incertidumbre del
derecho ante la opinión común por lo que se precisa no sólo que el derecho sea satisfecho por el
obligado, sino también que sea cierto como derecho en la sociedad.

Esta incertidumbre debe ser también objetiva en el sentido de que no basta que el titular de un
derecho esté incierto acerca del propio derecho, sino que es necesario un hecho exterior objetivo
que haga incierta la voluntad de la ley en la conciencia del titular o de los terceros.” (Sentencia de la
Sala de Casación Civil, de fecha 8 de julio de 1999.)

De lo transcrito anteriormente, se desprende que uno de los requisitos para interponer la acción
mero declarativa, estriba en el hecho de que el proponente sufriría un daño o perjuicio si no se
consigue la declaración del ente administrador de justicia, pero considerando previamente como
elemento de inadmisibilidad, que el actor puede conseguir la satisfacción completa de su interés
mediante una demanda diferente.

Ahora bien, con respecto a la prohibición de admitir la acción contemplada en el artículo 16 del
Código de Procedimiento Civil cuando el demandante puede obtener la satisfacción completa de su
interés mediante una acción diferente, es diáfano y concreto tal precepto normativo, en razón de que
si es factible la interposición de una acción distinta que pueda satisfacer de forma íntegra al interés
del proponente, no podría admitirse la acción declarativa”. (Subrayado de esta Alzada).

En este orden, es de resaltar que, el criterio jurisprudencial es conteste en afirmar que, las acciones
mero declarativas, sólo tienen un requisito sine quanon para su admisibilidad, que estriba en el
hecho de la no existencia o posibilidad de proponer la satisfacción de la diatriba procesal con otra
acción distinta.

Así las cosas, este Tribunal Ad quem, estima conveniente destacar que el objeto de la acción de
mera certeza, no es otro, sino un pronunciamiento de ley que permita despejar la duda o
incertidumbre acerca de, si se está en presencia o no, de una relación jurídica determinada o de un
derecho. En el caso bajo análisis, la acción va dirigida a la declaratoria de una relación jurídica de
naturaleza laboral, lo cual, no puede tomarse como admisible, puesto que, como lo señaló el
Tribunal A quo, se estaría creando a favor del trabajador una prueba preconstituida, que puede ser
usada en un juicio posterior, de así considerarlo el reclamante, criterio éste que ha sido plasmado
por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia Nº 1304 de fecha 25
de octubre de 2004, caso: Felipe Santiago Aguiar y otros contra la Sociedad Mercantil Coca- Cola
Femsa de Venezuela, S.A antes Panamco de Venezuela, S.A. Además, de conformidad con el
artículo 16 del Código de Procedimiento Civil, por existir en el ordenamiento jurídico laboral, otras
acciones que permiten al actor satisfacer completamente su interés, es por lo que se concluye, que
la acción mero declarativa, es inadmisible, por ende, se ratifica lo sentenciado por el Tribunal de
Primera Instancia. Y así se decide.

No obstante a lo anterior, este Tribunal Superior, conforme a lo solicitado, procede a indicarle a la


representación judicial del accionante, cuál sería el órgano que a criterio de esta Juez, le
corresponde dilucidar este tipo de casos:

En este sentido, es de resaltar que el accionante indicó en el escrito de demanda, que el “vínculo
actualmente está vigente”, y de acuerdo con los hechos narrados, se configura uno de los supuestos
señalados en el artículo 47 de la Ley Orgánica del Trabajo, Las Trabajadoras y Los Trabajadores,
donde se desarrolla la denominada “tercerización”, manifiesta que la empresa, le solicitó la renuncia,
para que fungiera como “Distribuidor” de sus productos, en una determinada ruta, y contrató a la
sociedad mercantil Distribuidora FHA C.A. (en la que el actor es accionista), pero, es él (accionante)
quien ejecuta el trabajo de manera personal y permanente, cumpliendo todos los requisitos de un
trabajador, como horario, uso de uniforme, es decir, subordinado y percibiendo una remuneración
con las mismas características de cuando trabajaba directamente y figuraba en la nómina de la
empresa, pero ahora, realiza esas mismas funciones a través de su compañía, es decir, labora bajo
la figura de la tercerización.

En este orden, es de citar el artículo 47 de la Ley Orgánica del Trabajo, Las Trabajadoras y Los
Trabajadores, que define la “tercerización”, en los siguientes términos:

“(…) se entiende por tercerización la simulación o fraude cometido por patronos o patronas en
general, con el propósito de desvirtuar, desconocer u obstaculizar la aplicación de la legislación
laboral. Los órganos administrativos o judiciales con competencia en materia laboral, establecerán la
responsabilidad que corresponda a los patronos o patronas en caso de simulación o fraude laboral,
conforme a esta Ley” (Subrayado de este Tribunal Superior).

Igualmente, la referida Ley, prohíbe esta simulación o fraude, denominada tercerización, en la


disposición 48 eiusdem, de la manera que sigue:
“Artículo 48: Queda prohibida la tercerización, por tanto no se permitirá:
1. La contratación de entidad de trabajo para ejecutar obras, servicios o actividades que sean de
carácter permanente dentro de las instalaciones de la entidad de trabajo contratante, relacionadas
de manera directa con el proceso productivo de la contratante y sin cuya ejecución se afectarían o
interrumpirían las operaciones de la misma.
2. La contratación de trabajadores o trabajadoras a través de intermediarios o intermediarias, para
evadir las obligaciones derivadas de la relación laboral del contratante.
3. Las entidades de trabajo creadas por el patrono o patrona para evadir las obligaciones con los
trabajadores y trabajadoras.
4. Los contratos o convenios fraudulentos destinados a simular la relación laboral, mediante la
utilización de formas jurídicas propias del derecho civil o mercantil.
5. Cualquier otra forma de simulación o fraude laboral.
En los casos anteriores los patronos p patronas cumplirán con los trabajadores o trabajadoras todas
las obligaciones derivadas de la relación laboral conforme a esta Ley, e incorporarán a la nómina de
la entidad de trabajo contratante principal a los trabajadores y trabajadoras tercerizados o
tercerizadas, que gozarán de inamovilidad laboral hasta tanto sean incorporados efectivamente a la
entidad de trabajo”.

Así pues, entendida la tercerización, como la simulación o fraude para desvirtuar, desconocer u
obstaculizar las condiciones propias de un trabajador, es importante reseñar, que esta innovadora
figura, sólo se refiere a los casos supra indicados, que en efecto, perjudican al trabajador, al no
otorgarle igualdad de beneficios laborales.

Ahora bien, en el presente caso, de acuerdo a los hechos narrados por el accionante, la relación
jurídica “se encuentra vigente”, por lo que se debe observar, para determinar cuál es el órgano
[Administrativo o Judicial], lo siguiente:

1) Cuando se expresan circunstancias, que deben ser verificadas dentro de la “vigencia del
vínculo”, se ha asentado que al existir la relación hay la posibilidad de que el empleador
cumpla en forma voluntaria, e incorpore al trabajador tercerizado en la nómina de la entidad
de trabajo contratante principal, conforme a la Disposición Transitoria Primera de la Ley
Orgánica del Trabajo, Las Trabajadoras y Los Trabajadores (en un lapso no mayor de tres
años, contados a partir de la data 7 de mayo de 2012); por ende, corresponde al trabajador en
caso de negativa, acudir ante los órganos administrativos (Inspectoría del Trabajo) a fin de
sustanciar, verificar o resolver la situación para regularizar y adecuar en la realidad de los
hechos esa relación laboral, con todos los beneficios de Ley.

2) Cuando se expongan situaciones, a verificar, al “término” de la relación jurídica, el órgano


competente son los Tribunales del Trabajo, quienes decidirán en el mérito, la existencia o no
de la tercerización, aplicando los efectos que produce el vínculo de trabajo, conforme lo
establece el artículo 47 de la de la Ley Orgánica del Trabajo, Las Trabajadoras y Los
Trabajadores, y de acuerdo a la competencia atribuida en la norma 29 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, donde se lee:

“Artículo 29. Los Tribunales del Trabajo son competentes para sustanciar y decidir:
1. Los asuntos contenciosos del trabajo, que no correspondan a la conciliación ni al arbitraje;
2. Las solicitudes de calificación de despido o de reenganche, formuladas con base en la estabilidad
laboral consagrada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en la legislación
laboral; 3. Las solicitudes de amparo por violación o amenaza de violación de los derechos y
garantías constitucionales establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela;
4. Los asuntos de carácter contencioso que se susciten con ocasión de las relaciones laborales
como hecho social, de las estipulaciones del contrato de trabajo y de la seguridad social; y

5. Los asuntos contenciosos del trabajo relacionados con los intereses colectivos o difusos”.
(Subrayado de esta Alzada).

Conteste con lo anterior, en virtud, que la solicitud del actor obedece a la premisa de vigencia
de la relación jurídica con la empresa COCA-COLA Femsa de Venezuela S.A, considera ésta
Alzada, que tal circunstancia constituye un factor determinante para establecer el proceder,
concluyendo que, es el órgano administrativo, vale decir, la Inspectoría del Trabajo, a la que
le corresponde conocer el asunto aquí planeado, por cuanto lo que se ventila es una
situación de hecho, que debe verificar y tramitar, para que se de cumplimiento a la
Disposición Transitoria Primera de la Ley Orgánica del Trabajo, Las Trabajadoras y Los
Trabajadores, que indica:
“Primera: En un lapso no mayor de tres años a partir de la promulgación de ésta Ley, los
patronos y patronas incursos en la norma que prohíbe la tercerización, se ajustarán a ella, y
se incorporarán a la nómina de la entidad de trabajo contratante principal los trabajadores y
trabajadoras tercerizados. Durante dicho lapso y hasta tanto sean incorporados
efectivamente a la nómina de la entidad de trabajo contratante principal, los trabajadores y
trabajadoras objeto de tercerización gozarán de inamovilidad laboral, y disfrutarán de los
mismos beneficios y condiciones de trabajo que correspondan a los trabajadores y
trabajadoras contratados directamente por el patrono o patrona beneficiarios de sus
servicios”.

Finalmente, considera esta Alzada, que el solicitante, pudiera encuadrar los hechos planteados, en
alguno de los supuestos señalados en la ley sobre la tercerización, e introducir el correspondiente
reclamo ante la Inspectoría del Trabajo, conforme al procedimiento pautado en el artículo 513 de la
Ley Orgánica del Trabajo, Las Trabajadoras y Los Trabajadores, que es del tenor siguiente:
“Procedimiento para atender reclamos de trabajadores y trabajadoras
Artículo 513. El trabajador, trabajadora, o grupo de trabajadores y trabajadoras, podrán introducir
reclamos sobre condiciones de trabajo, por ante la Inspectoría del Trabajo de su jurisdicción. Los
reclamos interpuestos serán atendidos por la Inspectoría del Trabajo de acuerdo al siguiente
procedimiento.

1. Dentro de los tres días siguientes a haberse interpuesto el reclamo por el trabajador o
trabajadora, la Inspectoría del Trabajo notificará al patrono o patrona para que comparezca a
una audiencia de reclamo al segundo día hábil siguiente a haber sido notificado de acuerdo
a lo establecido en esta Ley.
2. La audiencia de reclamo será en forma oral, privada y presidida por un funcionario o
funcionaria del trabajo, con la asistencia obligatoria de las partes o sus representantes.
Cuando se trate de un grupo de trabajadores y trabajadoras reclamantes, nombrarán una
representación no mayor de cinco personas.
3. Si el patrono o patrona, o su representante no asiste a la audiencia de reclamo se presumirá
la admisión de los hechos alegados por el trabajador o trabajadora reclamante y el inspector
o inspectora del trabajo decidirá conforme a dicha confesión en cuanto no sea contraria a
derecho la petición del demandante.
4. En la audiencia de reclamo, el funcionario o funcionaria de trabajo deberá mediar y conciliar
las posiciones. Si la conciliación es positiva, el funcionario o funcionaria del trabajo dará por
concluido el reclamo mediante un acta, homologando el acuerdo entre las partes.
5. Si no fuera posible la conciliación, el patrono, patrona o sus representantes deberán
consignar en los cinco días siguientes escrito de contestación al reclamo. Si el patrono,
patrona o sus representantes no diera contestación dentro del plazo señalado se le tendrá
como cierto el reclamo del trabajador, trabajadora o grupo de trabajadores y trabajadoras.
6. El funcionario o funcionaria del trabajo, al día siguiente de transcurrido el lapso para la
contestación, remitirá el expediente del reclamo al Inspector o Inspectora del Trabajo para
que decida sobre el reclamo, cuando no se trate de cuestiones de derecho que deben
resolver los tribunales jurisdiccionales.
7. La decisión del inspector o inspectora del trabajo que resuelva sobre cuestiones de hecho,
dará por culminada la vía administrativa y solo será recurrible por vía judicial previa
certificación del inspector o inspectora del trabajo del cumplimiento de la decisión”.
(Subrayado de esta Alzada).

Advirtiendo, que la actividad del órgano administrativo, es verificar los hechos y al constar las
circunstancias que den certeza de estar frente a una tercerización, proceder a que el empleador en
el tiempo concedido en la ley, se adecue a las normas laborales, esto no debe entenderse como un
punto de “derecho” que deba debatirse en vía judicial, por tratarse de simplemente “hechos”, que
son los que plantea el actor, como condiciones en la que presta los servicios.

Conforme a lo analizado por esta Alzada, el recurso de apelación interpuesto por la parte
accionante, sustanciado conforme a la Ley, debe ser declarado Sin Lugar, por no ser admisible la
acción mero declarativa, y en consecuencia, procede a confirmar el fallo recurrido, tal como será
establecido en la parte dispositiva del presente fallo. Y así se decide.

En atención a lo señalado anteriormente, al encontrarnos activos los trabajadores para el momento


de la denuncia, la vía idónea para declarar el hecho de la existencia o no de la tercerización era sin
duda alguna la vía administrativa; tal como sucedió y no una acción mero declarativa de la relación
laboral la cual requiere como condición  pre-existente la culminación de la relación laboral, de modo
que; una vez emitida la providencia administrativa que nos beneficia se da por agotada la vía
administrativa sin que haya en la Ley un procedimiento que nos permita hacer cumplir la misma lo
cual abre la posibilidad para la interposición del presente Recurso de Amparo Constitucional, de allí
que lo estemos intentando hoy.

Dadas las condiciones que anteceden, la competencia para la admisión, sustanciación y decisión de
la presente solicitud de amparo constitucional la tiene atribuida la jurisdicción laboral, y en específico
el Juzgado de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia.

 CAPÍTULO III.

INEXISTENCIA DE CADUCIDAD.

            Siendo que el día 31 de agosto de 2015, fue dictada la Providencia Administrativa
N° 01/15, por la Inspectora del Trabajo de Maracaibo del Estado Zulia, que declaró CON LUGAR la
denuncia de TERCERIZACION cometida por parte de la entidad de trabajo COCA COLA FEMSA
DE VENEZUELA, S.A. en los supuestos contenidos en los numerales 1, 2, 4 y 5 del artículo 48 de la
Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras respecto a las
contratistas SERVICIOS Y MATENIMIENTO PEREZ (SERMAPERCA), SERVICIOS
INDUSTRIALES DE PROYECTOS Y MONTAJES (SEIPROM), FLEXOAMERICA, COOPERATIVA
DE AMARRADORES Y CALETEROS DEL ESTADO ZULIA (COOPAMCAZ), TRANSPORTE Y
COMUNICACIONES BANVENEZ (TRANSCOMBAN) (exceptuando los trabajos que ostenten
cargos de vigilantes), TRANSPORTE W.J.G. S.A., CLARK DE VENEZUELA C.A., GLOBAL
SEGURIDAD CONSULTORES ME C.A., J. RODRIGUEZ INVERSIONES Y SERVICIOS (ACRE
RECICLAJE), SERVICIO TECNICO NH3 C.A. (SETENH-3)anteriormente bajo la
denominación ASETECA, SERVICIOS INDUSTRIALES CHIQUINQUIRA C.A., INVERSIONES Y
SERVICIOS GASTELBONDO F.P., PMAX ASISTENCIA PROMOCIONAL C.A., ZEMERATH
C.A. (excluyendo los trabajadores que laboran en aéreas administrativas; oficinas, y aéreas verdes;
jardinería)RECUPERADORA SANTA BARBARA C.A., TECOIMSA, REPARE DE VENEZUELA
S.A. y ROMAN SOTO C.A., y en consecuencia se ordenó a la entidad denunciada que los
trabajadores afectados sean REINCORPORADOS EN LA NOMINA DE LA ENTIDAD DE
TRABAJO COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A., a los efectos que adquiriéramos los
derechos y beneficios que nos correspondían en nuestro carácter de trabajadores directos de esta
última, como beneficiaria de nuestros servicios, pero ante la omisión de la accionada a dar
cumplimiento voluntario a la referida orden, se solicitó ante la instancia administrativa se  realizara
una re-inspección en COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A. con el fin de dejar constancia
del DESACATO en el que incurrió dicha entidad de trabajo según se evidencia de acta de
inspección la cual fue realizada por el  funcionario FIDEL RIVERO el día 05 de octubre de 2015, y
riela en el  expediente Nº 042-2013-12-00004, re-inspección que consigno en copia fotostática
simple marcada con la letra “B”, donde consta que se procedió a  verificar si la entidad de trabajo
COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A. dio cumplimiento o no de la orden emanada por la
autoridad administrativa del trabajo mediante Providencia Nº01/15 de fecha 31 de agosto de 2015,
acta donde dicho Funcionario del Trabajo dejó constancia que fue recibido por la Lic. ESTHER
PIRELA, titular de la cédula de identidad Nº 19.016.259, quien funge como Jefe de Recursos
Humanos  y que expreso “que COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A. se encontraba
analizando  minuciosamente la Providencia aludida  para poder decidir  cuales serian los valores de
ingreso que pudieran eventualmente acatar, establecer cuales ya se acataron antes que se dictara
la providencia y finalmente cuales ya no prestan servicio por haberse cumplido el contrato”, así
como además estableció argumentos para NO ACATAR la orden de la Inspectora del Trabajo,
concluyendo entonces el funcionario de trabajo en el ejercicio de sus funciones y viendo el alegato
de la representación patronal establece que la misma se encuentra en DESACATO de la
providencia Administrativa Nº 01/15 de fecha 31 de agosto de 2015 y en consecuencia procedió a la
apertura de un procedimiento sancionatorio de multa según el artículo 532 de la Ley Orgánica del
Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras vigente, agotando de este modo todas las diligencias
pertinentes a la vía administrativa con lo cual se verifica que no ha transcurrido aun el lapso de
caducidad previsto en el numeral 4 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales.

            Por lo que nos encontramos dentro del lapso para presentar la presente Solicitud de Amparo
Constitucional, no existiendo caducidad de la acción.

CAPÍTULO IV.

DE LOS FUNDAMENTOS DE LA SOLICITUD DE

 AMPARO CONSTITUCIONAL.

            La presente Solicitud de amparo constitucional tiene su fundamento en el Texto


Constitucional, respecto de su artículo 27, que consagra el derecho al amparo a toda persona, sin
limitar dicha protección a aquellos derechos fundamentales inherentes a la persona humana, sino
que consagra el derecho a esa protección en relación a todos sin distinción.

En este sentido, es importante recalcar tal y  como se ha mencionado  anteriormente, el


procedimiento realizado ante Inspectoría de Trabajo se inicio el 31 de julio de 2013, a través de una
denuncia de tercerización cometida por parte de la entidad de trabajoCOCA COLA FEMSA DE
VENEZUELA, S.A. en los supuestos contenidos en los numerales 1, 2, 4 y 5 del artículo 48 de la
Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras respecto a las
contratistas SERVICIOS Y MATENIMIENTO PEREZ (SERMAPERCA), SERVICIOS
INDUSTRIALES DE PROYECTOS Y MONTAJES (SEIPROM), FLEXOAMERICA, COOPERATIVA
DE AMARRADORES Y CALETEROS DEL ESTADO ZULIA (COOPAMCAZ), TRANSPORTE Y
COMUNICACIONES BANVENEZ (TRANSCOMBAN) (exceptuando los trabajos que ostenten
cargos de vigilantes), TRANSPORTE W.J.G. S.A., CLARK DE VENEZUELA C.A., GLOBAL
SEGURIDAD CONSULTORES ME C.A., J. RODRIGUEZ INVERSIONES Y SERVICIOS (ACRE
RECICLAJE), SERVICIO TECNICO NH3 C.A. (SETENH-3) anteriormente bajo la
denominación ASETECA, SERVICIOS INDUSTRIALES CHIQUINQUIRA C.A., INVERSIONES Y
SERVICIOS GASTELBONDO F.P., PMAX ASISTENCIA PROMOCIONAL C.A., ZEMERATH
C.A. (excluyendo los trabajadores que laboran en aéreas administrativas; oficinas, y aéreas verdes;
jardinería) RECUPERADORA SANTA BARBARA C.A., TECOIMSA, REPARE DE VENEZUELA
S.A. y ROMAN SOTO C.A., y en consecuencia se ordenó a la entidad denunciada que los
trabajadores afectados sean REINCORPORADOS EN LA NOMINA DE LA ENTIDAD DE
TRABAJO COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A., a los efectos que adquiriéramos los
derechos y beneficios que nos correspondían en nuestro carácter de trabajadores directos de esta
última, como beneficiaria de nuestros servicios.

            Siendo ciudadano Juez, que a través de las diferentes inspecciones y supervisiones
realizadas por la Inspectoría de trabajo se pudo dejar constancia  que nosotros como trabajadores
de tercerizados, ejecutábamos las siguientes actividades inherentes o conexas al proceso de
producción, en las instalaciones de COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A. De igual forma,
los medios de producción pertenecían aCOCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A.  y que
además se pudo determinar que la actividad realizada por nosotros es fundamental para la
elaboración del producto.

            En relación con esto último, la extensa y reiterada jurisprudencia sobre


laINHERENCIA y CONEXIDAD, con el fin de determinar certeramente cuando nos encontramos o
no ante una simulación o fraude por TERCERIZACIÓN, que como ya hemos dicho se encuentra
prohibida desde el mismo 07 de mayo del 2012, según la jurisprudencia citada  anteriormente en el
Capítulo II. No obstante, incluso durante la vigencia de la Ley Orgánica del Trabajo de 1997 se
venían estableciendo estos criterios de prohibición a través del establecimiento de
responsabilidades solidarias, en este sentido establece la Sala Social del Tribunal Supremo de
Justicia en sentencia de fecha 25 de Noviembre de 2010, con ponencia del Magistrado OMAR
MORA DÍAZ, en la cual manifestó lo siguiente:

“…Para decidir, observa la Sala que el objeto de la controversia se circunscribe a determinar la


inherencia o conexidad entre el objeto desarrollado por la primera de las codemandas Inversiones
José Giovanny Méndez, con el objeto mercantil desplegado por la accionada C.A. Cervecera
Nacional, y en consecuencia, proceder a establecer la responsabilidad solidaria. En ese mismo
sentido, se considera pertinente ahondar sobre la presunción de las figuras ut supra indicadas
previstas en los artículos 55, 56 y 57 de la Ley Orgánica del Trabajo, que establecen:

Artículo 55. (…) Las obras o servicios ejecutados por contratistas para empresas mineras y de
hidrocarburos se presumirán inherentes o conexas con la actividad del patrono beneficiario.

Artículo 56. A los efectos de establecer la responsabilidad solidaria del dueño de la obra o
beneficiario del servicio, se entiende por inherente, la obra que participa de la misma naturaleza de
la actividad a que se dedica el contratante; y por conexa, la que está en relación íntima y se produce
con ocasión de ella.

Artículo 57. Cuando un contratista realice habitualmente obras o servicios para una empresa en un
volumen que constituya su mayor fuente de lucro, se presumirá que su actividad es inherente o
conexa con la de la empresa que se beneficie con ella.

De los artículos trascritos, se desprenden dos presunciones establecidas por el legislador para
determinar la inherencia o conexidad de las actividades: a) las obras o servicios realizados mediante
contratos para empresas mineras o hidrocarburos, se presumirán inherentes o conexas con la
actividad del beneficiario; b) cuando el contratista realice habitualmente obras o servicios para una
empresa en un volumen que constituya su mayor fuente de lucro, se presumirá que su actividad es
inherente o conexa con la de la empresa que se beneficie con ella.

Es de referir, que dichas presunciones tiene carácter relativo, por tanto, admiten prueba en contrario;
de allí, que el criterio de la doctrina patria para que la presunción se materialice señala que debe
coexistir la permanencia o continuidad del contratista en la realización de obras para el
contratante, la concurrencia de trabajadores del contratista junto con los del contratante en la
ejecución del trabajo, y ser la fuente de lucro en un volumen tal que representen
efectivamente el mayor monto de los ingresos globales.

De lo anterior, se puede colegir que las obras realizadas por el contratista son inherentes a la
actividad desarrollada por el contratante cuando constituyan, de manera permanente, una
fase indispensable del proceso productivo desarrollado por éste, de tal manera que sin su
realización no sería posible lograr el resultado propio de su objeto económico.

La Sala constata del escudriñamiento de las actas procesales, previa verificación de los parámetros
legales para la inherencia o conexidad ut supra señalados, y revisión del acervo probatorio por parte
de la recurrida a través de la sana crítica como sistema de valoración de pruebas, que las labores
realizadas por las codemandadas no son inherentes o conexas, y por lo tanto, no surge la
responsabilidad solidaria alegada por el recurrente, lo que hace procedente desechar el estudio de
la presente denuncia. Así se decide…”

En igual orden, la Sala de Casación Social en sentencia 18 de Mayo de 2006 (Caso José Antonio
Villegas), expreso al analizar los articulo 55, 56 y 57 de la Ley Orgánica del Trabajo, lo siguiente:

“…De los artículos trascritos, se desprenden dos presunciones establecidas por el legislador para
determinar la inherencia o conexidad de las actividades: a) las obras o servicios realizados mediante
contratos para empresas mineras o hidrocarburos, se presumirán inherentes o conexas con la
actividad del beneficiario; b) cuando el contratista realice habitualmente obras o servicios para una
empresa en un volumen que constituya su mayor fuente de lucro, se presumirá que su actividad es
inherente o conexa con la de la empresa que se beneficie con ella.

Es de referir, que dichas presunciones tiene carácter relativo, por tanto, admiten prueba en contrario;
de allí, que el criterio de la doctrina patria para que la presunción se materialice señala que debe
coexistir la permanencia o continuidad del contratista en la realización de obras para el contratante,
la concurrencia de trabajadores del contratista junto con los del contratante en la ejecución del
trabajo, y ser la fuente de lucro en un volumen tal que representen efectivamente el mayor monto de
los ingresos globales.

De lo anterior, se puede colegir que las obras realizadas por el contratista son inherentes a la
actividad desarrollada por el contratante cuando constituyan, de manera permanente, una
fase indispensable del proceso productivo desarrollado por éste, de tal manera que sin su
realización no sería posible lograr el resultado propio de su objeto económico.

De lo expuesto se puede concluir, que los trabajadores del contratista, gozarán de los mismos
beneficios que correspondan a los trabajadores empleados en la obra o servicio del beneficiario.

En este orden de ideas, de acuerdo a la normativa legal y al criterio jurisprudencial se tiene que para
que se produzca la presunción de inherencia y conexidad, se requeriría que se den las siguientes
condiciones:

1. Que la mayoría de los trabajadores y de los elementos del contratista éste dedicada a
las obrar o servicios contratados.
2. Que la mayor parte de la jornada de trabajo de la mayoría de los trabajadores del
contratista esté igualmente dedicada a dichas obras o servicios; y
3. Que la obtención habitual de la mayor parte de los recursos económicos del
contratista sea consecuencia de las obras o servicios que el contratante le ha
encomendado.

Elementos estos que no quedaron probados con el acervo probatorio, no obstante, la representación
judicial de la entidad de trabajo RAICES VALENCIA, C.A., al proceder en su escrito de contestación
de demanda a oponer como defensa de fondo que existe una falta de cualidad de su representada
en cuanto a la indemnización prevista en el artículo 130 numeral 1 de la Ley Orgánica de
Prevención, condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, señalando que ratifica que la causa de la
muerte fue un hecho totalmente ajeno a la prestación de sus servicios para su empleadora y señala
que dicho pedimento es improcedente, debido a que así el ciudadano MARCOS ANTONIO
SANECHEZ ( ), haya sido en fecha anterior trabajador a la orden de RAICES VALENCIA, C.A.,
propietaria y beneficiaria de la obra, no significa que ello fuera así al momento de su fallecimiento,
pues que para ese momento su patrono era la empresa CONSTRUCCIONES GOYCA, C.A., en su
condición de contratista de RAICES VALENCIA, C.A., además señala que los documentos que
acompañen el libelo de demanda se evidencia de forma clara y precisa que la su patrono era
CONSTRUCCIONES GOYCA, C.A., que es una persona jurídica totalmente diferente, por lo que
niega que su representada fuera patrono o empleadora del citado ciudadano al momento de su
muerte y que no tiene responsabilidad en la forma señalada en el libelo de demanda de los
conceptos demandados…”

Dadas las condiciones que anteceden, la Inspectora del Trabajo  encontró vinculada de
forma CONEXA e INHERENTE de las labores que ejecutamos los trabajadores beneficiarios de la
Providencia Administrativa Nº 01/15 de fecha 31 de agosto de 2015 con la entidad de trabajo COCA
COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A. en cuanto a su proceso productivo, y conforme a lo
establecido al artículo 47 de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras,
que EXISTE UNA SIMULACION O FRAUDE, en concordancia con el articulo 48 ejusdem tomando
como parámetros las   funciones que  desempeñábamos para las supuestas  contratistas adscritas a
la entidad de trabajo COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A.  gozando de inamovilidad laboral
y que debemos ser REINCORPORADOS EN LA NOMINA DE ESTA ULTIMA, a los efectos que
adquiramos los derechos y beneficios que nos corresponden en nuestro carácter de trabajadores
directos de la misma, como beneficiaria de nuestros servicios, pero hasta el día de hoy; COCA
COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A. ha hecho caso omiso y ha DESACATADO  lo ordenado por
la Inspectoría del Trabajo, situación está que nos obliga a recurrir ante usted para hacer valer
nuestros derechos tanto constitucionales como legales flagrantemente violentados por la entidad de
trabajo agraviante hoy denunciada.

            Asimismo, es de indicar que para el momento en que la entidad de trabajo procedió
al DESACATO se encontraba vigente el decreto de inamovilidad laboral dictado por el Ejecutivo
Nacional Nº 1.583, Gaceta Oficial Nº 6.168 Extraordinario del 30de diciembre de 2014, emanado del
ejecutivo nacional, y  sin que la agraviante cumpliera con lo ordenado por la Providencia
Administrativa Nº 01/15, de fecha 31 de agosto de 2015,  con ocasión a la denuncia
de TERCERIZACION   iniciada en fecha 31 de julio de 2013 y cuyo expediente fuera signado con
las siglas 042-2013-12-00004, ordenando a la entidad denunciada que los trabajadores afectados
seanREINCORPORADOS EN LA NOMINA DE LA ENTIDAD DE TRABAJO  COCA COLA FEMSA
DE VENEZUELA, S.A., a los efectos que adquiriéramos los derechos y beneficios que nos
correspondían en nuestro carácter de trabajadores directos de esta última.

            Ahora bien,  con la contumacia de la accionada a dar cumplimiento con la Providencia
Administrativa que ordena a la entidad denunciada que los trabajadores afectados
sean REINCORPORADOS EN LA NOMINA DE LA ENTIDAD DE TRABAJOCOCA COLA FEMSA
DE VENEZUELA, S.A., a los efectos que adquiriéramos los derechos y beneficios que nos
correspondían en nuestro carácter de trabajadores directos de esta última, como beneficiaria de
nuestros servicios ya referido, se nos ha provocado la violación de nuestros derechos
constitucionales, referidos al trabajo, los principios laborales, al salario, la estabilidad en el mismo y
a la simulación o fraude, consagrados en los artículos 87, 89, 91, 93 y 94 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela; usando para ello la práctica del fraude laboral denominado
“TERCERIZACIÓN” en los artículos 47 y 48 de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las
Trabajadoras.

Con el DESACATO en el que incurre COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A. se violentan


flagrantemente derechos fundamentales contenidos la Constitución vigente, derechos que fungen
como precedentes a la prohibición de tercerización incluida en el texto de la Ley Orgánica del
Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras y en donde no solamente se  reconoce que el Estado
dará protección al hecho social trabajo, sino que establece una serie de principios o garantías para
asegurar el cumplimiento de esa obligación; a tal efecto en su artículo 89 numeral 1) se establece
que ninguna ley podrá alterar la intangibilidad y progresividad de los derechos y beneficios
laborales y que en las relaciones laborales prevalece la realidad sobre las formas o
apariencias, lo que se ha denominado el principio de la primacía de la realidad sobre las formas.
También señala entre otros de sus principios, la irrenunciabilidad de los derechos laborales,
declarando expresamente que es nula toda acción, acuerdo o convenio que implique renuncia o
menoscabo de estos. Otro de los principios fundamentales consagrados en esa norma, es el
principio in dubio pro operario, según el cual cuando hubiere dudas acerca de la aplicación o
concurrencia de varias normas, o en la interpretación de una determinada norma, se aplicará la más
favorable al trabajador, señalando también que todo acto del patrono o patrona contrario a esa
Constitución es nulo y no genera efecto alguno.

En tal sentido es de referir que el artículo 89 de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela establece:

Artículo 89. El trabajo es un hecho social y gozará de la protección del Estado.

La ley dispondrá lo necesario para mejorar las condiciones materiales, morales e intelectuales de los
trabajadores y trabajadoras. Para el cumplimiento de esta obligación del Estado Se establecen los
siguientes principios:
1. Ninguna ley podrá establecer disposiciones que alteren la intangibilidad y progresividad de
los derechos y beneficios laborales. En las relaciones laborales prevalece la realidad sobre
las formas o apariencias.
2. Los derechos laborales son irrenunciables. Es nula toda acción, acuerdo o convenio que
implique renuncia o menoscabo de estos derechos. Sólo es posible la transacción y
convenimiento al término de la relación laboral, de conformidad con los requisitos que
establezca la ley.
3. Cuando hubiere dudas acerca de la aplicación o concurrencia de varias normas, o en la
interpretación de una determinada norma, se aplicará la más favorable al trabajador o
trabajadora. La norma adoptada se aplicará en su integridad.
4. Toda. medida o acto del patrono o patrono contrario a esta Constitución es nulo y no genera
efecto alguno.
5. Se prohíbe todo tipo de discriminación por razones de política, edad, raza, sexo o credo o
por cualquier otra condición.
6. Se prohíbe el trabajo de adolescentes en labores que puedan afectar su desarrollo integral.
El Estado los protegerá contra cualquier explotación económica y social.

            En este Sentido se ha pronunciado la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
al establecer la posibilidad de ejecutar las Providencias Administrativas, por la vía del amparo
Constitucional cuando habiéndose agotado por parte del accionante todos los medios para
lograr que la administración ejecute su propia decisión y que además la misma implique las
violaciones a los derechos Constitucionales del Solicitante en amparo; esto según sentencia
N° 2308, del 14 de diciembre de 2006, Caso: Guardianes Vigimán, S.R.L, en la que se estableció
que:

“Como se observa, la Sala ha sido del criterio, reiterado en fecha reciente para el caso concreto de
los actos emanados de las Inspectorías del Trabajo, de que la ejecución de las decisiones
administrativas debe ser exigida primeramente en vía administrativa y, en caso de no ser fructífera la
gestión, agotado como haya sido el procedimiento de multa previsto en la Ley Orgánica del Trabajo
Título XI, podría recurrir a los mecanismos jurisdiccionales ordinarios de los que conocen los
tribunales de lo contencioso administrativo.

De ese modo, sólo en situación excepcional cuando el incumplimiento afecte un derecho


constitucional, puede recurrirse al amparo constitucional, para exigir un mandamiento judicial que
consista en una conducta  que debió instarse directamente en sede administrativa, como en
principio es el caso de autos. La naturaleza del amparo constitucional, tal como es la pacífica
jurisprudencia de esta Sala, es la de un mecanismo extraordinario, que sólo procede cuando se han
agotado las vías ordinarias o, en caso adicional, cuando no es posible exigir ese agotamiento en
vista de las circunstancias del caso concreto y de la urgencia de resolución de la controversia.

En todo caso, sí procedería el amparo (sin lugar a dudas) en los supuestos en que, pese a la
diligencia del interesado en solicitar la actuación de la Administración, no consiga satisfacción a su
primigenia pretensión (el desalojo, el reenganche, por ejemplo), pues es sabido que el poder de los
órganos administrativos, a los efectos de la ejecución de cierto tipo de decisiones, es limitado, por lo
que, en caso de desacato, apenas cuenta con instrumentos indirectos de presión, como las multas,
las cuales en ocasiones se presentan como  insuficientes para influir realmente en la conducta del
obligado …. ”.

            Igualmente, ha sido pacífica y reiterada la jurisprudencia del más alto Tribunal de la


República, en el Sentido que cuando una Providencia  Administrativa, proferida por la Inspectoría del
Trabajo, no fuere acatada  por el patrono agraviante, se podría intentar de seguida el procedimiento
de multa por desacato o incumplimiento de la orden emanada de la autoridad administrativa
(Inspectoría del Trabajo), que simplemente sanciona económicamente un acto de rebeldía
definitivamente consumado que no puede ya ser restablecido; pero nada tiene que ver y no
imposibilita el ejercicio   recurso de amparo contra la infracción  del derecho al trabajo consagrado
en el artículo 89 de la Carta Fundamental, pues es el único medio procesal expedito, idóneo, ágil y
eficaz que permita restablecer prontamente la situación jurídica infringida por el comportamiento
negativo de la patronal al reincorporar en la nomina de la entidad de trabajo COCA COLA FEMSA
DE VENEZUELA, S.A., a los efectos que adquiriéramos los derechos y beneficios que nos
correspondían en nuestro carácter de trabajadores directos de esta última, procedimiento este a que
hace referencia el artículo 5° de la Ley Orgánica de Amparo Sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, con lo que se persigue restablecer las cosas a su normalidad con el reinicio o
continuación de la relación laboral pues efectivamente el trabajo es un hecho social y goza de una
protección especial por parte del Estado.

En este mismo orden y dirección, el Artículo 94 de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela hace referencia a la figura del intermediario o contratista y a la simulación o fraude con la
intención de desconocer o desaplicar la legislación laboral, y a tal efecto se determina que: “… El
Estado establecerá, a través del órgano competente, la responsabilidad que corresponda a los
patronos o patronas en general, en caso de simulación o fraude, con el propósito de desvirtuar,
desconocer u obstaculizar la aplicación de la legislación laboral”. La esencia de esta disposición
constitucional vino a ser ampliamente desarrollada en la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores
y las Trabajadoras, con la PROHIBICIÓN DE LA TERCERIZACIÓN, cuyo propósito es evitar la
simulación o fraude en la relación de trabajo y castigar a los patronos que incurran en ella. No
obstante, a que ya existía esa disposición constitucional que hace mención a la responsabilidad de
los patronos por simulación o fraude, la hoy agraviante; COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA,
S.A. ha venido utilizando otras formas de relaciones jurídicas distintas a la relación de trabajo, a
través de la subcontratación, la utilización de trabajadores autónomos, la intermediación laboral y el
suministro de mano de obra temporal a través de otras empresas. La contratación de supuestos
trabajadores autónomos en simulación de la relación laboral, también es tercerización laboral,
práctica que tiene por finalidad menoscabarle al trabajador sus derechos laborales sujetándoles a la
autonomía de la voluntad del empleador a través de contratos de tipo civil o mercantil.

Con esas prácticas de tercerización, COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A.  está


precarizando el empleo y suprimiéndonos derechos y beneficios económicos a los trabajadores,
además de  estar confundiendo la relación contractual laboral con una relación comercial o civil,
impactándonos negativamente y vulneran nuestros derechos laborales.

Las premisas Constitucionales son diáfanas al establecer la obligación que tiene el Estado de
proteger al hecho social trabajo y garantizar la progresividad de los derechos y beneficios laborales
a todos los trabajadores; además de señalar que a través de sus órganos competentes se
determinará la responsabilidad que tengan los patronos en caso de simulación o fraude que se haga
con la finalidad de desvirtuar, desconocer u obstaculizar la aplicación de la normativa laboral, de tal
manera, que la Inspectora del Trabajo como órgano competente y en el ejercicio pleno de sus
funciones a través de la Providencia Administrativa Nº 01/15 de fecha 31 de agosto
de2015 estableció la responsabilidad en la cual incurrió  COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA,
S.A. como entidad de trabajo agraviante en la simulación o fraude con la finalidad de desvirtuar y
desconocer la relación laboral que mantenía con nosotros; los trabajadores tercerizados,  a través
de todos los años de servicios donde sin duda alguna la principal beneficiaria de nuestra prestación
de servicio ha sido la hoy agraviante.

La Ley laboral vigente no solamente desarrolla las garantías constitucionales que protegen al
trabajador, sino que expresamente prohibió la práctica de tercerización laboral en Venezuela,
entendida como todo mecanismos de simulación y fraude, estableciéndoles a los patronos un lapso
de tres (3) años para que se adecuen y cumplan con ese mandato legal, en tal sentido, COCA
COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A.  debió cumplir con dicho
mandato, REINCORPORANDONOS EN LA NOMINA a los efectos que adquiriéramos los derechos
y beneficios que nos correspondían en nuestro carácter de trabajadores directos de COCA COLA
FEMSA DE VENEZUELA, S.A., todo ello sin necesidad que tuviéramos que denunciar la
tercerización ni mucho menos tener que llegar a esta instancia judicial para hacer valer nuestros
derechos constitucionales y laborales.

            Ante tal situación nos vemos en la necesidad de acceder ante su competente autoridad para
hacer valer nuestros  derechos e intereses, y en la búsqueda de una tutela judicial efectiva,
conforme lo consagrado expresamente el artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, conocido también como la garantía jurisdiccional, la cual  encuentra su razón de ser
en que la justicia es, y debe ser, tal como lo establecen los artículos 2 y 3 eiusdem, uno de los
valores fundamentales presente en todos los aspectos de la vida social, por lo cual debe impregnar
todo el ordenamiento jurídico y constituir uno de los objetivos de la actividad del Estado, en garantía
de la paz social; por lo que el Estado asume la administración de justicia, para la solución de
conflictos que puedan surgir entre los administrados o con la Administración misma, para lo que se
compromete a organizarse de tal  manera que los mínimos imperativos de la justicia sean
garantizados y que el acceso a los órganos de administración de justicia establecidos por el Estado,
en cumplimiento de su objeto, sea  para los  administrados.

            Este derecho a la tutela judicial efectiva, comprende el derecho a ser oído por los órganos de
administración de justicia establecidos por el Estado, es decir, no sólo el derecho de acceso sino
también el derecho a que, cumplidos los requisitos establecidos en las leyes adjetivas, los órganos
judiciales conozcan el fondo de las pretensiones de los  particulares y, mediante una decisión
dictada en derecho, determinen el contenido y la extensión del derecho deducido, con sujeción a los
principios preponderantes de no sacrificar la justicia por la omisión de formalidades no esenciales y
que el proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia (artículo 257
de la vigente Constitución). En un Estado social de derecho y de justicia (artículo 2 de la vigente
Constitución),  donde se garantiza una justicia expedita, sin dilaciones indebidas y sin formalismos o
reposiciones inútiles (articulo 26 eiusdem), la interpretación de las instituciones procesales debe ser
amplia, tratando que si bien el proceso sea una garantía para que las partes puedan ejercer su
derecho de defensa, no por ello se convierta en una traba que impida lograr las  garantías que el
artículo 26 constitucional preceptúa.

Constituye un acto de justicia social que los patronos que venían contratando trabajadores bajo la
modalidad de tercerizados, les garanticen no solo su inclusión en la nómina de trabajadores
permanentes o fijos, sino el respeto a su estabilidad y el reconocimiento a sus años de servicios
previos para los fines de la antigüedad.

            Es en virtud de todos los razonamientos antes expuestos, que solicitamos que la acción de
amparo constitucional sea declarada CON LUGAR, con el respectivo resarcimiento a nuestros
derechos constitucionales denunciados como violados sean restablecidos o la situación que más se
le asemeje.

CAPÍTULO V.

DE LA ADMISIBILIDAD DE LA PRESENTE ACCIÓN DE AMPARO.

La presente solicitud de amparo constitucional no se encuentra incursa en ninguna de las causales


de inadmisibilidad previstas en el  artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo; en efecto conforme a los
particulares previsto en la referida normativa.

CAPÍTULO VI.

PETITORIO.

            Por las razones de hecho y de derecho antes expuestas, nosotros  XXXXXXXXX, nos
permitimos solicitar muy respetuosamente de este honorable Tribunal, lo siguiente:

PRIMERO: Que la presente solicitud de amparo sea ADMITIDA en cuanto a trámite y a derecho se


requiere.

SEGUNDO: Que se declare CON LUGAR, restituyéndome la situación jurídica infringida por la


empresa “COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A.”, ante la violación de nuestros derechos
constitucionales al trabajo, los principios laborales, al salario, la estabilidad en el mismo y a la
simulación o fraude, consagrados en los artículos 87, 89, 91, 93 y 94 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela; y en consecuencia seamos  REINCORPORADOS EN LA
NOMINA DE LA ENTIDAD DE TRABAJO COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA, S.A., a los
efectos que adquiriéramos los derechos y beneficios que nos correspondían en nuestro carácter de
trabajadores directos de esta última,  beneficios legales y Contractuales que nos corresponden
hasta nuestra efectiva reincorporación en acatamiento a la Providencia Administrativa Nº 01/15
dictada el  31 de agosto de 2015 por la Inspectoría de Maracaibo del Estado Zulia.

TERCERO: Que se condene en costas a la parte agraviante, de conformidad con lo dispuesto en el


artículo 30 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales.

CUARTO: Solicito que la notificación de la empresa “COCA COLA FEMSA DE VENEZUELA,


S.A.” sea practicada, en la persona del ciudadano TOMAS BENATUIL,quien es gerente de planta
de la agraviante o cualquier representante legal de los señalados en el artículo 42 eiusdem, quien o
quienes pueden ser ubicados en la siguiente dirección: Avenida 66 entre calles 62 y 64 Zona
Industrial Sur, Primera etapa, Edificio Coca Cola planta Maracaibo en jurisdicción del Municipio
Autónomo de Maracaibo del Estado Zulia, es decir, la sede de la agraviante; todo lo anterior
tomando en cuenta las formas de notificación previstas en la sentencia dictada por la Sala
Constitucional el 1° de febrero de 2000, caso: José Amado Mejía Betancourt.

            Señalo como mi domicilio procesal la siguiente dirección: Av. 3C con calle 77 (5 de Julio)
Edificio “Los Cerros”, Piso 11 oficina 11B del Municipio Autónomo de Maracaibo Estado Zulia.
Teléfonos: 0261-4194662 / 0414-644.91.84.

            Es justicia que espero en la Ciudad de Maracaibo del Estado Zulia, a la fecha de su
presentación.

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