F. Consideraciones para El Ajuste de La Silla
F. Consideraciones para El Ajuste de La Silla
F. Consideraciones para El Ajuste de La Silla
Cada silla debe ir acompañada de unas instrucciones facilitadas por el fabricante. Es fundamental
que el empresario haga llegar esas instrucciones a los trabajadores. Conocer las características de
la silla, cuáles son las regulaciones disponibles y dónde se localizan los mandos para controlar
dichas regulaciones, son aspectos fundamentales. Sin las instrucciones, los trabajadores no van a
disponer de la información clave para el ajuste específico de su silla de trabajo.
En general, los pasos a seguir para este ajuste se muestran en la siguiente tabla:
1. Si no caben las piernas debajo de la mesa o no hay suficiente espacio para mover las piernas
libremente, la mesa es demasiado baja, por tanto no es adecuada.
2. Si al sentarse se deben elevar los brazos para apoyar los antebrazos en la mesa, es que la mesa
está alta.
Elevar la altura de la silla hasta que los codos se puedan situar sobre la mesa o superficie
de trabajo. Posiblemente tras esta regulación, los pies no apoyarán en el suelo. Se
soluciona con el uso de reposapiés. Este dispositivo también es un elemento muy útil para
favorecer cambios posturales.
El reposapiés deben ser ajustable y permitir que los dos pies se apoyen con firmeza.
Habrá que comprobar que los reposabrazos de la silla, en caso de que se dispongan, no choquen
con la mesa impidiendo colocar las piernas debajo de ella. En caso de que así ocurra, habrá que
ajustar, bajar o retirar dichos reposabrazos.
Una norma general es considerar la información que se tenga acerca del cuerpo y postura del
trabajador, por ejemplo, su altura, al escoger y ajustar los lugares de trabajo. Sobre todo, deben
ajustarse los puestos de trabajo para que el trabajador esté cómodo.
Altura de la cabeza
Debe haber espacio suficiente para que quepan los trabajadores más altos.
Los objetos que haya que contemplar deben estar a la altura de los ojos o un poco más
abajo porque la gente tiende a mirar algo hacia abajo.
Los paneles de control deben estar situados entre los hombros y la cintura.
Hay que evitar colocar por encima de los hombros objetos o controles que se utilicen a
menudo.
Los objetos deben estar situados lo más cerca posible al alcance del brazo para evitar
tener que extender demasiado los brazos para alcanzarlos o sacarlos.
Hay que colocar los objetos necesarios para trabajar de manera que el trabajador más alto
no tenga que encorvarse para alcanzarlos.
Hay que mantener los materiales y herramientas de uso frecuente cerca del cuerpo y
frente a él.
Hay que ajustar la superficie de trabajo para que esté a la altura del codo o algo inferior
para la mayoría de las tareas generales.
Altura de la mano
Hay que cuidar de que los objetos que haya que levantar estén a una altura situada entre
la mano y los hombros.
Hay que ajustar la altura del asiento a la longitud de las piernas y a la altura de la
superficie de trabajo.
Hay que dejar espacio para poder estirar las piernas, con sitio suficiente para unas piernas
largas.
Hay que facilitar un escabel ajustable para los pies, para que las piernas no cuelguen y el
trabajador pueda cambiar de posición el cuerpo.
Las asas, las agarraderas y los mangos deben ajustarse a las manos. Hacen falta asas
pequeñas para manos pequeñas y mayores para manos mayores.
Hay que dejar espacio de trabajo bastante para las manos más grandes.
Hay que dejar espacio suficiente en el puesto de trabajo para los trabajadores de mayor
tamaño.
El trabajo que se realiza sentado
A continuación figuran algunas directrices ergonómicas para el trabajo que se realiza sentado:
El trabajador tiene que poder llegar a todo su trabajo sin alargar excesivamente los brazos
ni girarse innecesariamente.
La posición correcta es aquella en que la persona está sentada recta frente al trabajo que
tiene que realizar o cerca de él.
La mesa y el asiento de trabajo deben ser diseñados de manera que la superficie de
trabajo se encuentre aproximadamente al nivel de los codos.
La espalda debe estar recta y los hombros deben estar relajados.
De ser posible, debe haber algún tipo de soporte ajustable para los codos, los antebrazos o
las manos.
El puesto de trabajo para trabajadores de pie
A continuación figuran algunas directrices que se deben seguir si no se puede evitar el trabajo de
pie:
Dolor
La principal razón por la que las personas
cambian su silla en la oficina es por sufrir dolor.
Las sillas sin soporte o que no son ajustables
aumentan el estrés en el cuerpo. Necesitas
girar, voltearte, mover el cuerpo más de lo
necesario. La silla también puede obligarte a
sentarte de manera poco ortodoxa e incorrecta
para llegar a tu teclado o a la superficie de
escritura. Esto conduce a dolor de espalda,
cuello, hombros y piernas; incluso puede
originar dolores de cabeza y a fatiga ocular. Si la
silla es ajustable, puedes cambiar la altura del
asiento, el respaldo o los brazos de la silla para
tener una posición saludable. Si los ajustes no
eliminan el dolor, o si la silla no es ajustable,
necesitas remplazarla de inmediato.
Mala postura
Las malas sillas de oficina causan una mala
postura. El cuerpo debe compensar la falta de
apoyo de la silla, lo que significa que tienes que
flexionarte, jorobarte o estirarte y recargarte
para alcanzar el teclado. Con el tiempo, la mala
posición conduce a cosas más graves que el
dolor de espalda o cuello. Cuando los hombros
están sumidos y la parte media doblada, la caja
torácica y los pulmones se encuentran
limitados. Esto reduce la cantidad de oxígeno
que llega a los pulmones, lo que afecta a tus
músculos, al cerebro y a los demás órganos
internos. Sentarse en una silla mala también
provoca rigidez y dolor de articulaciones, a
calambres y espasmos, a curvatura de espalda y
a dolores de estómago. Los efectos de una mala
postura también pueden llevarte a sentir
depresión, tener baja autoestima, sentir
ansiedad y fatiga.
Productividad reducida
Sentarse en una silla mala todo el día reduce la
productividad. El dolor que causa reduce tu
motivación y te distrae. Moverte y caminar
para aliviar el dolor decrece la cantidad de
trabajo que puedes hacer en un día. Tu silla de
trabajo no debe ser algo en lo que pienses una
vez que la has ajustado para usarla. En un
ambiente de trabajo ideal, debes poder
concentrarte en tus labores sin preocuparte por
la incomodidad y el dolor.
No profesional
Trabajar en un ambiente de oficina que es
físicamente incomodo no es profesional. Si tu
trabajo requiere que estés frente a un
escritorio, debes de poder estar ahí sin dolor y
relajado, no estresado y lesionado. Las sillas de
oficina malas causan mala posición y un
empleado encorvado sobre su escritorio da la
impresión de pereza e incomodidad. El dolor de
espalda y de cuerpo en general genera
ausentismo, lo que incrementa la percepción
de que el empleado es poco saludable,
perezoso o incapaz de realizar sus labores. Estar
cómodamente sentado ayuda a que la persona
se sienta motivado, confiado y profesional.