Contrato
Contrato
Contrato
NIÑO SUPANTEVE
ATN FABIAN NIÑO SUPANTEVE y
E.S.M
Sin embargo, la Legislación Colombiana Adoptó la primera tesis, es decir los intereses individuales
de los contratantes no son recíprocos entre sí, sino que por el contrario, están encaminados a
lograr el mismo propósito, siendo el deber de cooperación entre las partes esencial para cumplir los
intereses de la sociedad.
El contrato de cuentas en participación se encuentra definido por el artículo 507 del Código de
Comercio colombiano de la siguiente manera: “La participación es un contrato por el cual dos o
más personas que tienen la calidad de comerciantes toman interés en una o varias operaciones
mercantiles determinadas, que deberá ejecutar uno de ellos en su solo nombre y bajo su crédito
personal, con cargo de rendir cuenta y dividir con sus partícipes las ganancias o pérdidas en la
proporción convenida”.
Del análisis de la definición legal mencionada, las principales características del contrato de
cuentas en participación son las siguientes:
a) Es un contrato consensual. Hace referencia a que el contrato de cuentas en participación se
perfecciona con el simple acuerdo de voluntades de las partes sobre sus elementos esenciales, de
la naturaleza y accidentales del contrato, de manera que, la ley comercial no impone ningún
requisito de forma ni exige ninguna solemnidad de cuyo cumplimiento dependa su
perfeccionamiento(20). Así las cosas, las partes podrán manifestar su voluntad de manera expresa,
ya sea verbal, por escrito o de forma tácita y, en todo caso, gozan de libertad para elegir la forma
que darán a su acuerdo(21). Normalmente, en la práctica, las partes optan por celebrar el acuerdo
por escrito con el fin de facilitar la prueba de su relación jurídica, de las obligaciones contraídas y
de los derechos adquiridos con ocasión a su celebración y perfeccionamiento. Sin embargo,
cuando lo hacen verbalmente podrán servirse de todos los medios de prueba reconocidos por la
ley para demostrar su existencia y la de los efectos jurídicos generados (22); el problema de esta
forma del contrato consiste en que los jueces son reacios a declarar responsabilidades por
incumplimiento de las obligaciones a cargo de las partes sin una prueba documental del
contrato(23).
A partir de esta característica es que se establece una de las principales diferencias entre el
contrato de cuentas en participación y el contrato de sociedad, el cual es un contrato solemne
porque la ley exige el cumplimiento de una solemnidad como requisito para su perfeccionamiento.
Así las cosas, para que se perfeccione alguno de los tipos societarios regulados por el Código de
Comercio, el artículo 110 exige que las partes deben manifestar su voluntad en un documento
escrito, el cual deberá elevarse a escritura pública. Mientras que, tratándose del régimen societario
de la leyes especiales, la Ley 1014 de 2006, en su artículo 22, permite que cualquiera de los tipos
societarios regulados por el Código de Comercio se constituyan por documento privado cuando
reúnan los siguientes requisitos: el primero, que ninguno de los aportes consista en transferir la
propiedad sobre bienes inmuebles; y el segundo, que el capital de la sociedad sea igual o inferior a
500 SMLMV o que tenga menos de diez trabajadores de planta. Y, de acuerdo con la Ley 1258 de
2008 sobre la sociedad por acciones simplificada, el artículo 5º establece que su constitución se
podrá hacer por documento privado en todos los casos en que no se realicen aportes en propiedad
sobre bienes inmuebles, caso en el cual deberá realizarse por escritura pública (24). En todo caso, en
este régimen especial, cuando las partes manifiestan su voluntad de contratar por documento
escrito, deben cumplir con un requisito de publicidad inscribiendo la sociedad en el registro
mercantil, de manera que, dicha exigencia cumple una función constitutiva (25); mientras que, en el
régimen tradicional del Código de Comercio la inscripción de la escritura pública solamente cumple
una función declarativa(26).
A partir de esta característica se establece otra diferencia fundamental entre el contrato de cuentas
en participación y la sociedad comercial, la cual también es considerada como asociación de
personas, sin embargo, a diferencia de las cuentas en participación, el ordenamiento jurídico sí le
reconoce el beneficio de la personalidad jurídica, de manera que ella goza de los atributos de la
personalidad —el nombre, capacidad jurídica, patrimonio propio, nacionalidad y domicilio (36)— y,
como consecuencia de ello, se presenta la separación de patrimonios de la persona jurídica
(sociedad comercial), patrimonio conformado por todos los aportes realizados por los socios, y el
de cada uno de los socios individualmente considerados(37).
d) Es un contrato plurilateral. De la lectura del artículo 507 del Código de Comercio colombiano
se deduce que el contrato de cuentas en participación es un contrato plurilateral porque puede ser
celebrado entre dos o más personas, siendo la vinculación de cada una de ellas independiente de
las otras(38), aspecto que, por regla general, implica que la nulidad que afecte alguna de las
vinculaciones no se transmite a las demás, salvo que sin ella sea imposible ejecutar el objeto del
contrato, caso en el cual, la nulidad afectará a la totalidad del contrato (39). Así mismo, en relación
con sus efectos jurídicos, sobresale el hecho de que las obligaciones de las partes no son
recíprocas entre sí, sino que, por el contrario, ellas persiguen el mismo fin a partir de la agrupación
de esfuerzos para la explotación de una actividad económica y/u operación mercantil para generar
utilidades que serán repartidas entre ellas en las proporciones acordadas (40), como un rasgo propio
de los contrato plurilaterales.
Los elementos propios del contrato de cuentas en participación son los siguientes:
a) Calidad de comerciante de las partes. El artículo 507 del Código de Comercio dice que, “la
participación es un contrato por el cual dos o más personas que tienen la calidad de comerciantes
toman interés en una o varias operaciones mercantiles determinadas, (…)”. En relación con este
aspecto, la duda es si la calidad de comerciante de las partes es un elemento esencial del contrato
de cuentas en participación. Al respecto existen dos posiciones: la primera tesis establece que, la
calidad de comerciante de ambas partes o, por lo menos, del partícipe activo, es un elemento
esencial del contrato de cuentas en participación, de manera que, si ninguna de las partes ostenta
dicha calidad especial se produce la inexistencia del contrato objeto de nuestro estudio (43). Se
considera que esta tesis sería adecuada para un sistema jurídico donde rija un criterio
preponderantemente subjetivo(44) de mercantilidad, de acuerdo con el cual, la calidad de
comerciante se adquiere con la inscripción en el registro mercantil, quedando de esta forma el
sujeto sometido al imperio de la ley comercial, y por ende, todas las actividades y operaciones que
realicen en el mercado serían consideradas como actos de comercio; pero, sería equivocado
dentro de un sistema jurídico que adopte un criterio preponderantemente objetivo (45) de
mercantilidad como el colombiano, donde la calidad de comerciante se adquiere por la realización
permanente y profesional de los actos de comercio que se encuentran enunciados en el artículo 20
del Código de Comercio, siendo la inscripción en el registro mercantil simplemente el cumplimiento
de una obligación legal impuesta a los comerciantes con el fin de hacer pública dicha calidad
especial.
La segunda tesis afirma que no es un elemento esencial ni de validez del contrato de cuentas en
participación, que las partes o una de ellas ostente la calidad de comerciante al momento del
perfeccionamiento del contrato porque “el código no exige para celebrar últimamente cualquier
operación mercantil la calidad de comerciante; todo el que tenga capacidad para contratar y
obligarse, la tiene igualmente para celebrar operaciones mercantiles, (…), si la operación que va a
desarrollarse por medio de la asociación, es de suyo un acto de comercio, los partícipes toman la
calidad de comerciantes para ese negocio, en caso de que por su profesión no merezcan la
calificación general de tales.
El Código de Comercio fue expedido para su propia materia y para las personas, dedicadas
profesionalmente a este ramo de actividades, de modo que al referirse a quienes celebran un
contrato mercantil, usa como término genérico la palabra comerciantes; pero no en el sentido
restringido, (…). (…). Debe, pues, concluirse que tal contrato puede celebrarse por toda persona
capaz, aun cuando con anterioridad al acto, no estuviere matriculada o catalogada como
comerciante”(46).
Otro argumento que respalda esta segunda posición consiste en que, el artículo 507 del Código de
Comercio no es una norma imperativa, sino que, por el contrario, se trata de una norma dispositiva,
principal porque define el concepto del contrato de cuentas en participación (47). Así las cosas,
consideramos que esta posición es más acertada para el ordenamiento jurídico colombiano, toda
vez que la aplicación de las normas mercantiles no responde únicamente a un criterio subjetivo (48),
sino que, adicionalmente, se deben tener en cuenta los criterios objetivos adoptados por el artículo
20(49) —teoría de los actos de comercio, incluidos los actos de comercio aislados (50)— y por el
artículo 21(51) —teoría de los actos de comercio por relación— de nuestro Código de Comercio.
b) Objeto del contrato. La pregunta a resolver es: ¿Cuál es la naturaleza jurídica de las
actividades y/u operaciones objeto del contrato de cuentas en participación? Al respecto existen
dos tesis: la primera de ellas afirma que, el objeto del contrato de cuentas en participación
únicamente puede versar sobre actividades y/u operaciones de carácter mercantil, dándole a este
elemento la connotación de ser esencial para la existencia del mencionado contrato (52). Por otra
parte, la segunda tesis sostiene que no se trata de un elemento esencial del contrato de cuentas en
participación porque el Decreto 461 de 1961 establecía que la aparcería, como actividad civil que
es, podía ser objeto del contrato de cuentas en participación, evento en el cual, se regiría por las
normas del Código de Comercio que regulan dicho contrato (53).
Por otra parte, se considera importante preguntar si las operaciones objeto del contrato de cuentas
en participación deben ser determinadas o indeterminadas. De esta manera, se observa que
existen dos tesis al respecto: de acuerdo con la primera de ellas, el objeto del contrato de cuentas
en participación puede versar sobre la realización de actividades económicas y/u operaciones
mercantiles determinadas e indeterminadas indistintamente, de unas o de otras (54). Mientras que, la
segunda posición afirma que, las actividades económicas y/u operaciones mercantiles objeto del
contrato analizado siempre deben ser determinadas, siendo necesario individualizarlas con el fin de
evitar la indeterminación del objeto, conforme a lo exigido por el artículo 110 del Código de
Comercio, el cual resulta aplicable como norma supletiva, según el artículo 514 del mismo estatuto
mercantil(55).
Finalmente, nos preguntamos si las actividades económicas y/u operaciones mercantiles objeto del
contrato de cuentas en participación tienen que ser permanentes y estables o, por el contrario,
ocasionales y transitorias. Al respecto, encontramos que en la ley comercial no existe ninguna
prohibición ni restricción que impida a los contratantes incluir en su objeto social actividades y/u
operaciones de una u otra clase. Lo que si nos parece importante resaltar es que, si se trata de
actividades económicas y/u operaciones mercantiles que el partícipe activo —entendido como
persona natural— deberá realizar de manera permanente y estable en el mercado, le otorgarían la
calidad de comerciante(56), siempre que no haya adquirido dicha calidad con anterioridad, quedando
sometido al cumplimiento de las obligaciones que la ley impone a los comerciantes (57). En cambio,
si las actividades económicas y/u operaciones mercantiles son realizadas ocasional y
transitoriamente por el partícipe activo, no le otorgarán la calidad de comerciante mientras que no
la haya adquirido por otro medio en el pasado (58); sin embargo, en esta última hipótesis, si dichas
actividades y/u operaciones corresponden a actos de comercio aislados, de conformidad con los
numerales 1º a 6º del artículo 20 de nuestro Código de Comercio, le serán aplicables las normas
comerciales. En todo caso, si se trata de una persona jurídica —sociedad comercial— constituida
conforme a las reglas del Código de Comercio, ella adquiere la calidad de comerciante en el
momento en que se constituye, con la firma de la escritura pública de constitución de los socios; si
se trata de una sociedad comercial constituida conforme a la Ley 1014 de 2006, la adquirirá en
cuando quede inscrito el documento privado de constitución en el registro mercantil; y, si se trata
de una sociedad por acciones simplificada, la Ley 1258 de 2008 en su artículo 3º, siempre es de
naturaleza mercantil.
Ahora, bien, en relación con la repartición de las pérdidas la ley comercial le reconoce a los
contratantes la libertad de fijar la participación de cada uno de ellos en las pérdidas que se
produzcan, siempre que no supere el límite que establece el artículo 511 del Código de Comercio,
el cual consiste en el valor de su aportación, y en los eventos en que se guarde silencio en el
contrato al respecto, la misma norma mencionada suplirá dicho vacío, de manera que, por regla
general, el partícipe inactivo responderá hasta el monto de su aporte efectivamente realizado (61); y
excepcionalmente su responsabilidad será mayor, igual a la del partícipe inactivo, cuando se
inmiscuya en la gestión y se haga visible a terceros(62).
d) Liquidación del contrato. Uno de los aspectos que más conflictos genera entre las partes del
contrato de cuentas en participación es su liquidación en el momento de su terminación. Por esta
razón se hace necesario que las partes fijen en el contrato reglas claras y precisas sobre la manera
como se llevará a cabo la liquidación del contrato, dentro de las cuales deberán establecer los
plazos de tiempo determinados para llevarla a cabo. Sin embargo, si las partes no definen en el
contrato las reglas para la liquidación, de acuerdo con el artículo 514 del Código de Comercio, el
vacío será llenado con las normas generales contenidas entre el artículo 225 al artículo 259 del
Código de Comercio.
Por otra parte, es muy importante que el gestor lleve cuentas claras sobre su gestión y sobre todas
las transacciones y/u operaciones que realice en desarrollo del objeto del contrato para que sea
fácil determinar las utilidades o pérdidas que se generen, además de servir como criterio de
determinación de las obligaciones que adquiere con los partícipes inactivos relacionadas con la
repartición de las utilidades producidas conforme al porcentaje de participación que cada uno de
ellos ostente sobre las mismas, o para establecer las pérdidas totales generadas y, sobre estas, el
límite de la responsabilidad de cada una de las partes.
En todo caso, no se puede olvidar que, el principio de la buena fe le impone a los contratantes
obrar con honestidad, lealtad, probidad, diligencia y seriedad en la etapa de liquidación del
contrato, de manera que, las partes deberán aportar toda la información que tengan relacionada
con las operaciones y/o transacciones realizadas que permitan establecer el contenido cierto de
sus derechos y/u obligaciones.
En primer lugar se encuentra que en el contrato suscrito por los Señores NIÑO TUPANTEVE con
la empresa TRANSCOQUE S.A.S Representada legalmente por la Señora, JESSICA ADNALOY
BEDOYA GARCIA, se enmarca dentro del contrato tipo de cuentas en participación, toda vez que
el Socio GESTOR o quien gestiona la labor del objeto contractual es TRANSCOQUE S.A.S, y los
Socios INACTIVOS son los Señores NIÑO TUPANTEVE.
La participación del Gestor es del 60% y de los Inactivos es del 40%, sin embargo se debe tener
en cuenta que la participación o la utilidad será sobre por tonelada extraida del titulo minero 01-
058-96 y la Licencia Ambiental OOLA-0201/98 del contrato que tiene él Padre de los Señores
NIÑO TUPANTEVE, y el precio será el del mercado al momento que está rigiendo, frente al precio
no es claro que está rigiendo al momento de la exploración y explotación o al momento de la firma
del contrato, lo cual debe modificarse.
En la cláusula Tercera, se evidencia que el Socio Gestor y los partícipes, inactivos deberán llevar
contabilidad, y libros contables que debe registrar ante cámara de comercio, se desconoce si se
está cumpliendo con ello o no y si ambos socios lo hacen. En igual sentido los socios inactivos
tienen derecho a revisar los libros.
En el parágrafo primero de esa cláusula se señala, que el Gestor deberá registrar esos libros sino
tiene otra actividad y deberá llevar los libros y registrarlos a su nombre salvo que el gestor tenga su
propio negocio o una actividad y celebre contrato de participación, caso en el cual se entiende que
realiza y lleva contabilidad ordinaria de sus negocios.
Clausula Cuarta. En esta se estipuló que la forma de pago del contrato de cuentas en participación,
a los socios inactivos se realizará con cortes quincenales dentro de los cinco (5) primeros días de
cada corte, se entiende que, si son corte quincenal, se tiene que el pagó se hará del día 16 al 20 y
así sucesivamente. Se desconoce si se está haciendo así.
A su vez en el Parágrafo, se estipula que los Socios Inactivos podrán comerciar directamente, y/o
comprar al proyecto la cantidad del 30% de la producción de carbón térmico., sin embargo no se es
claro frente a cual proyecto, debe aclararse.
Clausula Sexta. Responsabilidades del Socio Gestor, se estipula que las Actividades del Socio
Gestor deberá acatar las normas legales y ambientales colombianas en virtud del contrato de
exploración minera y la licencia.
La Cláusula Novena, es ILEGAL, en razón a que es ilógico que continúe un contrato con herederos
sin conocersen los mismos, ya que no se ha abierto el juicio de sucesión, y no se tiene por tales,
en el hipotético caso la Esposa, de uno de los Socios o los Esposos, y los hijos entrarían como
herederos pero es discutible e ilegal esta cláusula, debe modificarse además en la mayoría de
casos con la muerte de uno de los socios, se tendría que disolver y liquidar el contrato.
Clausula Decima. Se Disolverá el contrato una vez se cumplan las obligaciones de pago pactadas,
sin embargo es ambigua la cláusula, en razón a que no se ha dejado en claridad en manos de
quien o que, está la obligación salarial y prestacional de trabajadores puestos por el socio gestor.
Clausula Decima Primera. Es leonina, y perjudicial está cláusula, frente a los Activos, colocados
para la ejecución del contrato, ya que señala que los mismos serán de propiedad exclusiva del
Gestor, y no se aclara en sí que bienes coloca el gestor, va en desmedro de los derechos de los
socios inactivos, debe modificarse.
Clausula Decima Segunda. Las inversiones para la puesta en marcha del proyecto son puestas por
el Socio Gestor, pero se debe aclarar que inversiones, porque incluso habla que las que versan
sobre la licencia ambiental y sobre el otorgamiento del título, a pesar que se supone que este es de
los socios inactivos, o así se deja entrever al comienzo del contrato.
Cláusula Décima Tercera, se pacta que se solucionaran los conflictos ante la justicia ordinaria es
decir, ante los jueces de la república, a juicio nuestro debía hacerse uso de los métodos alternos
de solución de conflictos, como Centros de Conciliación antes de ir a Juzgado.
Cláusula Decima Cuarta. Es una cláusula ilegal, que va en desmedro de los terceros de buena fé y
en contra de las leyes de la República. Eso demuestra una actividad ILEGAL.
De acuerdo a concepto jurídico del suscrito, al contrato le falta, un término de duración y ejecución,
que no está claro y otras modificaciones ya citadas, en igual sentido pareciera que el gestor se
pretende apropiar del título y del contrato de operación.
Atentamente,