Reporte de Lectura, El Alma de La Toga

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Materia: Tópicos Selectos Derecho Corporativo

Alumno: Pérez Cabrera Estefanía

Maestro: Agustín Flores Balderrama

Tarea: Reporte de lectura del libro el alma de la toga


INDICE

Introducción:.......................................................................................3

Desarrollo:...........................................................................................3

Conclusión:.........................................................................................7
Introducción:

En el presente ensayo hablare sobre un libro que es fundamental para todo aquel
que esté estudiando derecho. El libro se titula el alma de la toga, de Ángel Osorio
y Gallardo, el cual resulta muy fácil de leer, por su estructura simple.

Este libro es importante porque nos alienta a amar la profesión del abogado,
enalteciendo los aspectos más nobles e importantes de ella, además de
brindarnos mandamientos a los cuales está llamado el que quiera formarse como
abogado.

Desarrollo:

El autor define al abogado como una persona que dedica su vida para abogar por
otra persona, dando consultas y ejerciendo la profesión de manera continua e
ininterrumpida, también nos dice que el abogado debe tener una fuerza interna
superior, debe creer primero en sí mismo porque si no se tiene esa confianza en sí
mismo es aconsejable que se abandone la profesión.

Es por ello que el abogado debe tener previsión, serenidad, amplitud de miras y de
sentimientos para advertirlo, ya que será abogado; quien no tenga más inspiración
ni más guía que las leyes, si no es así será un desventurado mandadero. Pues
según el autor la justicia no es fruto del estudio si no que es una sensación.

En el tema, la moral del abogado, este dice que el abogado debe marchar según
su conciencia tratando de dejar esta tan limpia como sea posible dice que la
rectitud de la conciencia es más importante que el ingenio del abogado y que este
no debe aceptar asuntos que para su conciencia sean inmorales o perturbadoras;
también nos habla del muy conocido secreto profesional dejando claro que el
abogado por ningún motivo debe revelar los secretos que a este le haya fiado un
cliente ,siendo el abogado visto a algo parecido a un sacerdote donde las
personas confiesan sus faltas y en virtud de esto es que el abogado no debe
confiar estos secretos .
Aquí esta una frase expresada en el libro que define el desdoblamiento psíquico
que sufren los abogados "el abogado se compenetra con el cliente de tal manera,
que pierde toda su postura personal". Ossorio piensa que el desdoblamiento
psíquico no ha de interpretarse en el sentido que lo hace, diciendo: "el abogado no
soy yo, sino mi cliente", sino en el de la duplicidad de personalidades, "hasta tal
punto soy mi cliente, practicando un doble renunciamiento, y desde tal punto soy
yo mismo. Usando facultades irrenunciables".

Define al abogado como amante a la independencia, quisquilloso y como persona


que detesta las jerarquías, amante de la libertad, la profesión de abogado es
conocida como una profesión liberal que no está sometido a un orden jerárquico.
El autor expresa también su opinión sobre el trabajo diciendo que debemos amar
lo que hacemos y crecer en eso en lo que trabajamos en nuestro caso la profesión
de abogado, puesto que en caso contrario se convertiría en una especie de cárcel
o carga muy pesada pues no hay nada peor que tener que hacer lo que no se
quiere.

Nos habla de que la palabra es un tipo de arma y que el abogado debe saberla
usar pues con esta se puede lograr infinidades de cosas, este libro también nos
enseña que no se debe pensar mal de los jueces ni de otras personas puesto que
muchas veces estamos errados y que debemos de creer en el ser humano, que
así como existe la parte mala del individuo existe una parte buena y a esa es que
debemos de fiar y creer el “los actos puros de los humanos “ pues si así juzgamos
a los demás ¿cómo podremos juzgarnos a nosotros mismos?, es por tal razón que
debemos mirar todas las perspectivas del individuo.

El autor nos dice que la abogacía es un arte pues nos dice que así como muchos
usan el dibujo, la aritmética, nosotros los abogados usamos la palabra escrita y la
hablada y es por tal motivo que debemos leer y siempre estar al día en todo lo que
nos rodea, el abogado debe invertir su dinero en libros, pues estos aumentan
nuestro aprendizaje y en cierta forma aumenta nuestras armas y el libro se debe
considerar como un artículo de primera necesidad.
El autor nos dice que el abogado debe tener clase que nuestro estado de alma es
la indiferencia; nuestra conducta, un desdén elegante.

El abogado debe evitar toda exageración de la verdad es decir la hipérbole


debemos recordar que el abogado debe actuar con su conciencia, debo agregar
en este espacio que el abogado debe ayudar con la defensa de los pobres para de
este modo ayudar a la sociedad aportando algo.

Ángel Ossorio habla sobre la toga y nos dice que toga no representa por sí sola
ninguna calidad, cuando no hay cualidades verdaderas debajo de ella se reduce a
un disfraz ridículo pero después de hecha esta salvedad, en honor al concepto
fundamental de las cosas, conviene reconocer que la toga, como todos los
atributos profesionales, tiene para el que la lleva, dos significados: freno e ilusión;
y para el que la contempla, otros dos: diferenciación y respeto.

La toga es freno, porque cohíbe la libertad en lo que pudiera tener de licenciosa.


Es ilusión, por nuestra función. Por nuestro valer. Por nuestra significación.

Es diferenciación, porque ella nos distingue de los demás circunstantes en el


tribunal; y siempre es bueno que quien va a desempeñar una alta misión sea
claramente conocido. Y respeto, porque el clarividente sentido popular, al
contemplar a un hombre vestido de modo tan severo, con un traje que
consagraron los siglos; y, que sólo aparece para menesteres trascendentales de la
vida, discurre con acertado simplicísimo: "ese hombre debe ser bueno y sabio".

El autor recomienda al abogado casarse este dice que el matrimonio da un estatus


que un abogado soltero no tendría y nos dice que si se deben casar se casen
bien, refiriéndose claramente al amor, la mujer debe ser guía del abogado
utilizando su sexto sentido el libro nos dice que deben existir dos mujeres para el
abogado la esposa y la mujer cliente y que para con esta última solo debe haber
un interés por el caso a atender nada más.

Para un buen procedimiento judicial, son estas cuatro cualidades las que se
necesitan: oralidad, publicidad, sencillez y eficacia
 La justicia debe ser sustanciada por medio de la palabra.
 Oralidad. Por ley natural. Al hombre le fue dada la palabra para que,
mediante ella se entendiera con sus semejantes. La escritura es un
sucedáneo hijo del progreso.
 Publicidad. Se requiere para que todos sepan sus pretensiones
 Sencillez. Nos ahorra tiempo
 Eficacia. Se refiere a un conjunto de normas, organización y reglas
comunes para poder llevar un orden y lograr un objetivo eficiente.

Además nos brinda un decálogo del abogado, el cual me pareció muy interesante
y recomendable, por ello lo agrego:

1º. No pases por encima de un estado de tu conciencia.

2º. No afectes una convicción que no tengas.

3º. No te rindas ante la popularidad ni adules a la tiranía.

4º. Piensa siempre que tú eres para el cliente y no el cliente para ti.

5º. No procures nunca en los tribunales ser más que los magistrados, pero no
consientas ser menos.

6º. Ten fe en la razón, que es lo que en general prevalece.

7º. Pon la moral por encima de las leyes.

8º. Aprecia como el mejor de los textos el sentido común.

9º. Procura la paz como el mayor de los triunfos.

10º. Busca siempre la justicia por el cambio de la sinceridad y sin otras armas que
las de tu saber.
Conclusión:

Como conclusión este clásico de la literatura jurídica es una muestra notable de


cómo debe ejercerse la abogacía con pasión, ética profesional, justicia,
imparcialidad, idoneidad, honestidad; aspecto que deben resaltar en el profesional
abogado, en el ejercicio de esta profesión humanista y digna; y que son
precisamente estas cualidades, las que se deben inculcar, en las universidades a
las nuevas generaciones de abogados.

El autor, no se limita sólo a ver cómo se realizan actos negativos en el mal


ejercicio de la abogacía, sino que busca emitir un juicio sobre estos, que permitan
determinar si un acto, ha sido éticamente bueno o éticamente malo.

Por ello es importante, que los colegios de abogados del país, fomenten y pongan
en práctica las normas deontológicas, que regulan nuestra actividad en el medio, a
fin de que las mismas dejen de ser letra muerta y se conviertan en una exigencia
para ejercer la abogacía.

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