Mensaje Celam para El Día de Las Encíclicas Sociales y de La DSI
Mensaje Celam para El Día de Las Encíclicas Sociales y de La DSI
Mensaje Celam para El Día de Las Encíclicas Sociales y de La DSI
Se trata de una realidad que se parece mucho, en el fondo, a lo que ocurría hace
131 años. Vemos como unos pocos acumulan riqueza, mientras que miles de millones
observan con dolor las maravillas científicas, porque van siendo descartados de los
avances que ellos mismos, desde los lugares más sencillos, ayudan a gestar.
Especialmente en nuestra región, la riqueza, el poder, el acceso a la cultura, la
educación y la salud, se concentran en pocas manos. Se trata de una realidad violenta
que, como decía don Hélder Câmara, permite que en América Latina y el Caribe
“algunos no duermen porque tienen hambre y otros no pueden dormir por miedo a los
que tienen hambre”. ¡Esta situación clama al cielo!, ¡queremos que la nuestra sea una
región de hermanos y hermanas que comparten la riqueza producida, que alcanza para
que nadie viva en una condición indigna de los hijos de Dios!
Al mismo tiempo, y justamente por ello, porque se hace mucho y como Iglesia
estamos junto a los más pobres, es que sabemos que la tarea sigue siendo ¡inmensa!
Queda mucho más por hacer. Por ello en este día convocamos a todos a seguir
avanzando. Porque por nuestras calles y por nuestros campos transitan muchos Cristos
que necesitan de nuestra solidaridad, pero antes de justicia. Esta es una misión que
debemos seguir realizando junto a hermanos nuestros de otras vivencias religiosas y
personas de buena voluntad, con quienes debemos aprender a caminar juntos.
Pues bien, todo eso se inspira en una reflexión que parte de los principios
evangélicos y se nutre de los aportes de las ciencias, del saber y de la experiencia que
se hacen conocimiento. Nuestra enseñanza social es una disciplina que está en
permanente cambio y enriquecimiento, porque si bien los principios son los mismos,
la realidad cambia y se hacen necesarias respuestas nuevas. La Doctrina Social de la
Iglesia, como nos lo han dicho muchas veces los Papas, desde León XIII hasta
Francisco, es fundamento y estímulo para la acción. No es una teoría. Más aún, es “el
testimonio de amor de Cristo en medio de la sociedad” (Benedicto XVI).
¡Paz y bien!