Cuadernillo LecturaCritica 11 1
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G11.L.C
Lectura Crítica
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Cuadernillo 1 2022
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En un bosque vivía un ermitaño que entendía el lenguaje de las fieras y hasta podía conversar con ellas. En una
ocasión en que descansaba debajo de un árbol, se cobijaron allí un cuervo, un palomo, un ciervo y una serpiente,
y empezaron a discutir sobre el origen del mal.
—El mal procede del hambre —declaró el cuervo—. Cuando uno come hasta hartarse las cosas se le antojan
color rosa. Pero, amigos, si durante días no se prueba bocado, cambia la situación y ya no parece tan hermosa
la naturaleza. ¡Qué desasosiego! ¡Qué intranquilidad siente uno! Y si vislumbro un buen pedazo de carne, me
abalanzo sobre él, ciegamente. Ni palos ni piedras, ni lobos enfurecidos serían capaces de hacerme soltar la
presa. ¡Cuántos perecemos víctimas del hambre! No cabe duda de que es el origen del mal.
El palomo intervino. —El mal no proviene del hambre, sino del amor. Si viviéramos solos, sin hembras, sobrellevaríamos las
penas. Más ¡ay!, vivimos en pareja y amamos tanto a nuestra compañera que no hallamos un minuto de sosiego, siempre
pensando en ella. Y cuando se aleja un poco de nuestro lado, nos sentimos como perdidos y nos tortura la idea de que un
gavilán la haya despedazado. Empezamos a buscarla por doquier, con loco afán. Y si desaparece, uno no come ni bebe; no
hace más que buscarla y llorar. ¡Cuántos mueren así entre nosotros! Ya ven que todo el mal proviene del amor.
—No; el mal no viene ni del hambre ni del amor —arguyó la serpiente—. El mal viene de la ira. Si viviésemos
tranquilos entonces todo iría bien. Pero, cuando algo se arregla de modo distinto a como quisiéramos, todo
nos ofusca. Solo pensamos en descargar nuestra ira en el primero que encontramos. Entonces, como locos,
nos retorcemos tratando de morder a alguien. En tales momentos no se tiene piedad de nadie; mordería uno
a su propia madre; podríamos comernos a nosotros mismos. Sin duda alguna, todo el mal viene de la ira.
El ciervo no fue de este parecer. —No, no es de la ira ni del amor ni del hambre de donde procede el mal, sino
del miedo. Si fuera posible no sentir miedo, todo marcharía bien. Podemos defendernos de un animal pequeño,
con nuestros cuernos, y la huida nos preserva de los grandes. Pero es imposible no sentir miedo. Apenas cruje
una rama en el bosque o se mueve una hoja, temblamos de terror. El corazón palpita, como si fuera a salirse del
pecho, y echamos a correr. Siempre estamos alerta, llenos de terror. No hay modo de disfrutar de un poco de
tranquilidad. Por eso el origen del mal está en el miedo.
Finalmente, intervino el ermitaño:
—No es el hambre, el amor, la ira ni el miedo, la fuente de nuestros males, sino nuestra propia naturaleza. Ella
es la que engendra el hambre, el amor, la ira y el miedo.
Tomado y adaptado de: Tolstoi, L. (s. f.). El origen del mal. Recuperado de https://ciudadseva.com/texto/el-origen-del-mal/
1. De acuerdo con expresiones del texto anterior como “¡Qué intranquilidad siente uno!”, “¡Cuántos perecemos
víctimas del hambre!” y “¡Cuántos mueren así entre nosotros!”, el narrador pretende principalmente
A. el cuervo y el palomo.
B. el cuervo y el ciervo.
C. el palomo y el ermitaño.
D. el palomo y el ciervo.
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Lectura Crítica - Cuadernillo 1
Saber 11.°
LAS PROTEÍNAS
Los insectos aportan no solo una gran Proteínas
cantidad de proteínas sino que incluso Son las reparadoras y constructoras de las
pueden llegar a superar la calidad de las células, tejidos y órganos del cuerpo;
que proporcionan el pescado, el pollo y además, intervienen en el funcionamiento
cualquier otra fuente proteínica. del sistema inmunológico que nos protege
de las enfermedades.
Tomado y adaptado de: Chumpitazi, M. (2014). Insectos a la carta. Infografías S.O.S., con datos de Archivos FAO (Food and Agriculture
Organization). Recuperado de http://infografiasos.files.wordpress.com/2013/05/insectos.jpg
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Saber 11.°
A. Mario Chumpitazi.
B. la FAO.
C. Rumpold y Schlüter.
D. Infografías S.O.S.
5. De acuerdo con el texto anterior, el ícono da a entender que la producción y el consumo de insectos
A. forman parte de un programa de seguridad alimentaria que proveerá los alimentos que se demandarán
a nivel mundial.
B. forman parte de un proceso de reciclaje exitoso: recolección, remanufacturación y circulación del
producto para la venta.
C. emplean tecnologías limpias y respetuosas con el medio ambiente que generan menos contaminación
durante el proceso de fabricación.
D. dan lugar a un uso más eficiente de los recursos naturales y a una reducción de la emisión de
contaminantes ambientales.
6. Suponga que van a publicarse cuatro informes que tienen los títulos de las opciones de respuesta.
¿Dentro de cuál podría incluirse el texto anterior, de manera que el título resulte pertinente?
“No se conocen casos de transmisión de enfermedades o parásitos a humanos derivados del consumo de
insectos (siempre que los insectos hayan sido manipulados en las mismas condiciones de higiene que cualquier
otro alimento)” [FAO, 2013]
¿Con cuál de los apartados del texto "INSECTOS A LA CARTA" está relacionada la anterior información?
MONÓLOGO DE HAMLET
Hamlet. —Ser o no ser. Esa es la cuestión. ¿Qué es más noble? ¿Permanecer impasible ante los avatares de una
fortuna adversa o afrontar los peligros de un turbulento mar y, desafiándolos, terminar con todo de una vez? Morir
es… dormir… Nada más. Y durmiendo se acaban la ansiedad y la angustia y los miles de padecimientos de que son
herederos nuestros míseros cuerpos. Es una deseable consumación: Morir… dormir… dormir… tal vez soñar. Ah, ahí
está la dificultad. Es el miedo a los sueños que podamos tener al abandonar este breve hospedaje lo que nos hace
titubear, pues a través de ellos podrían prolongarse indefinidamente las desdichas de esta vida. Si pudiésemos estar
absolutamente seguros de que un certero golpe de daga terminaría con todo, ¿quién soportaría los azotes y desdenes
del mundo, la injusticia de los opresores, los desprecios del arrogante, el dolor del amor no correspondido, la desidia
de la justicia, la insolencia de los ministros, y los palos inmerecidamente recibidos? ¿Quién arrastraría, gimiendo
y sudando, las cargas de esta vida, si no fuese por el temor de que haya algo después de la muerte, ese país
inexplorado del que nadie ha logrado regresar? Es lo que inmoviliza la voluntad y nos hace concluir que mejor es
el mal que padecemos que el mal que está por venir. La duda nos convierte en cobardes y nos desvía de nuestro
racional curso de acción. Pero… interrumpamos nuestras filosofías, pues veo allí a la bella Ofelia. Ninfa de las
aguas, perdona mis pecados y ruega por mí en tus plegarias.
Tomado de: Shakespeare, W. (2007). Hamlet (acto III, escena I). Traducción, versión y adaptación de José María Ruano de la Haza.
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Saber 11.°
8. De acuerdo con el texto anterior, ¿a qué conclusión llega el príncipe Hamlet en sus reflexiones?
9. ¿Cuál de las siguientes opciones describe el tema principal del texto anterior?
A. El sentido de la vida.
B. La cobardía y el temor.
C. La tentación del suicidio.
D. La naturaleza de los sueños.
11. A partir del texto anterior, ¿con cuál de las siguientes afirmaciones Hamlet NO estaría de acuerdo?
Es un «milagro» que la obra de Platón haya sobrevivido y que nosotros podamos leerla en cualquier versión. Todos
los textos de sus Diálogos estuvieron perdidos durante cerca de mil años. Cuando volvieron a aparecer, bajo la forma
de varias copias de copias de copias, se puso en marcha durante quinientos años una cuidadosa investigación de
esas copias. Es de suponer que los originales se convirtieron en polvo hace ya mucho tiempo. La tarea con la que se
enfrentaron los eruditos era intimidadora. Obviamente, se encontraron muchas «corrupciones» en las diferentes
copias supervivientes (denominadas «testigos»), y estas corrupciones o errores tenían que ser solucionadas sin que
fuera posible preguntarle al autor.
¿Cómo podían distinguirse apropiadamente los errores? En los tiempos de Darwin, los filólogos que dedicaban su
vida profesional a recrear el origen de sus «testigos» habían tenido éxito al descubrir la totalidad de los linajes
de copias de copias, y pudieron deducir muchos hechos curiosos acerca de las circunstancias históricas de su
nacimiento, de su reproducción y, eventualmente, de su muerte. A veces, la arriesgada deducción que nace de
sus trabajos es similar a la de Darwin: un grupo concreto de errores en los manuscritos, no corregidos y vueltos
a copiar en todos los manuscritos descendientes de un particular linaje, se debía casi siempre al hecho de que
el escriba que transcribía el dictado no pronunciaba el griego de la misma forma en que lo hacía el lector del
texto y, en consecuencia, entendía incorrectamente un determinado fonema. Estas claves, junto con la evidencia
procedente de otras fuentes de la historia de la lengua griega, pudieron incluso haber sugerido a los eruditos en
qué monasterio, en qué isla griega, en qué montaña o en qué siglo debió haber tenido lugar la escena en la que
se produjo este conjunto de copias.
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Saber 11.°
12. Teniendo en cuenta la forma, el contenido y el estilo del texto anterior, se puede afirmar que este es
13. Según el segundo párrafo del texto anterior, ¿cuál de las siguientes palabras es un sinónimo de la
palabra linajes?
A. Modelos.
B. Familias.
C. Manuscritos.
D. Reproducciones.
14. El autor del texto anterior hace alusión a los Diálogos en el primer párrafo para referirse a
1. En los tiempos de Darwin, los filólogos que dedicaban su vida profesional a recrear el origen de sus
«testigos» habían tenido éxito al descubrir la totalidad de los linajes de copias de copias, y pudieron
deducir muchos hechos curiosos acerca de las circunstancias históricas de su nacimiento, de su
reproducción y, eventualmente, de su muerte.
2. Un grupo concreto de errores en los manuscritos, no corregidos y vueltos a copiar en todos los manuscritos
descendientes de un particular linaje, se debía casi siempre al hecho de que el escriba que transcribía el
dictado no pronunciaba el griego de la misma forma en que lo hacía el lector del texto y, en consecuencia,
entendía incorrectamente un determinado fonema.
16. ¿Cuál de las siguientes opciones es la pregunta central a la que responde el texto anterior?
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Saber 11.°
La dialéctica erística es el arte de discutir, y de discutir de tal modo que uno siempre lleve razón, es decir, per
fas et nefas [justa o injustamente]. Uno puede, pues, tener razón objetiva en el asunto mismo y, sin embargo,
carecer de ella a ojos de los presentes, incluso a veces a los propios ojos. Ese es el caso cuando, por ejemplo,
el adversario refuta mi prueba y esto se considera una refutación de la propia afirmación, para la cual puede no
obstante haber otras pruebas; en cuyo caso, naturalmente, la situación se invierte para el adversario: sigue llevando
razón aunque objetivamente no la tenga. Por tanto, la verdad objetiva de una proposición y su validez en la
aprobación de los que discuten y sus oyentes son dos cosas distintas. (De esto último se ocupa la dialéctica.)
¿A qué se debe esto? A la natural maldad del género humano. Si no existiera esta, si fuéramos por naturaleza
honrados, en todo debate no tendríamos otra finalidad que la de poner de manifiesto la verdad, sin importarnos
en nada que esta se conformara a la primera opinión que hubiéramos expuesto o a la del otro; esto sería
indiferente, o por lo menos completamente secundario. Pero ahora es lo principal. La vanidad innata, especialmente
susceptible en lo tocante a las capacidades intelectuales, se niega a admitir que lo que hemos empezado exponiendo
resulte ser falso y cierto lo expuesto por el adversario. En este caso, todo lo que uno tendría que hacer sería
esforzarse por juzgar correctamente, para lo cual tendría que pensar primero y hablar después. Pero a la vanidad
innata se añaden en la mayoría la locuacidad y la innata mala fe. Hablan antes de pensar y al observar después
que su afirmación es falsa y que no tienen razón, deben aparentar que es al revés. El interés por la verdad, que
en la mayoría de los casos pudo haber sido el único motivo al exponer la tesis supuestamente verdadera, cede
ahora del todo a favor del interés por la vanidad: lo verdadero debe parecer falso y lo falso verdadero.
Sin embargo, incluso esa mala fe, el persistir en una tesis que ya nos parece falsa a nosotros mismos, aún
tiene una disculpa: muchas veces, al principio estamos firmemente convencidos de la verdad de nuestra
afirmación, pero el argumento del adversario parece desbaratarla; si nos damos de inmediato por vencidos,
frecuentemente descubrimos después que éramos nosotros quienes teníamos razón: el argumento salvador
no se nos ocurrió en ese momento. De ahí surge en nosotros la máxima de que aun cuando el contraargumento
parezca correcto y convincente, no obstante hay que oponerse a él en la creencia de que esa corrección no es
sino aparente y que durante la discusión ya se nos ocurrirá un argumento para rebatirlo o para confirmar
de algún otro modo nuestra verdad: por ese motivo nos vemos casi forzados, o al menos fácilmente tentados, a
la mala fe en la discusión. De tal manera se amparan mutuamente la debilidad de nuestro entendimiento y lo
torcido de nuestra voluntad.
17. ¿Cuál de los siguientes enunciados presenta el tema principal del texto anterior?
A. “Uno puede, pues, tener razón objetiva en el asunto mismo y, sin embargo, carecer de esta a ojos de
los presentes”.
B. “La dialéctica erística es el arte de discutir, y de discutir de tal modo que uno siempre lleve razón, es
decir, per fas et nefas”.
C. “Si fuéramos por naturaleza honrados, en todo debate no tendríamos otra finalidad que la de poner de
manifiesto la verdad”.
D. “La verdad objetiva de una proposición y su validez en la aprobación de los que discuten y sus oyentes
son dos cosas distintas”.
18. De acuerdo con la frase del texto anterior "Pero a la vanidad innata se añaden en la mayoría la locuacidad y
la innata mala fe", ¿cuál de las siguientes palabras es un antónimo de la palabra locuacidad?
A. Ingenuidad.
B. Cordura.
C. Pudor.
D. Discreción.
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Saber 11.°
19. De acuerdo con los dos últimos párrafos del texto, el último párrafo presenta
A. un desarrollo de la idea del párrafo anterior, pues proporciona un nuevo argumento mediante el cual
se justifica la idea de que la mala fe está siempre presente en las discusiones.
B. la antítesis de la idea del párrafo anterior, pues plantea una forma alternativa de entender la mala fe: esta
no solo no es problemática en las discusiones, sino que de hecho es ventajosa para cada interlocutor.
C. un contraargumento frente a lo anotado en el párrafo anterior, pues expone un argumento que justifica
que todos nosotros actuemos de mala fe cuando discutimos.
D. la conclusión de lo dicho en el párrafo anterior, pues retoma las razones por las cuales el autor sostiene
que hay mala fe en todo debate y presenta una tesis concreta.
20. Según el último párrafo del texto anterior, es acertado afirmar que el autor
FIN