Calidad de Vida y Salud Percibida en Personas Mayores
Calidad de Vida y Salud Percibida en Personas Mayores
Calidad de Vida y Salud Percibida en Personas Mayores
ESTUDIO DE NECESIDADES EN HABILIDADES DE
COMUNICACIÓN EN CUIDADOS PALIATIVOS ONCOLÓGICOS DE
LA PROVINCIA DE ALICANTE
Beatriz Bonete López1,2, Raquel Lorente Martínez1,2, Javier Oltra-Cucarella1,2, Mª del Carmen Segura
Cuenca2,3, Esther Sitges Maciá1,2, Carolina Antón Juan2
1 Departamento de Psicología de la Salud, Universidad Miguel Hernández; 2 SABIEX, Universidad Miguel Hernández; 3Departamento de Ciencias Sociales y
Humanas, Universidad Miguel Hernández
Resumen
Introducción: El cáncer constituye uno de los mayores problemas de salud en los países desarrollados,
siendo una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Esta situación conlleva la necesidad de
formación de los profesionales sanitarios en el área de psicooncología y cuidados paliativos. Objetivo:
Obtener información acerca de las necesidades de habilidades de comunicación del personal sanitario
actual en diferentes centros sanitarios de la provincia de Alicante. Método: En este estudio descriptivo de
corte transversal se ha empleado la Escala sobre Habilidades de Comunicación en profesionales de la
salud, EHC-PS. Dicha escala evalúa: empatía, escucha activa, comunicación informativa, el respeto, ser
auténtico con la información que se ofrece y asertividad. De forma complementaria a este instrumento,
también se ha realizado una entrevista semiestructurada de diseño propio que consta de 14 preguntas,
incluyendo aspectos sobre las necesidades y recursos que el profesional posee. Resultados: Los resultados
en una muestra de 5 sujetos señalan una carencia da comunicación informativa, destacando por parte de
los participantes que no contaban con la suficiente formación para enfrentarse a las situaciones estresantes
que generan los cuidados paliativos. Discusión/Conclusiones: A pesar de las limitaciones de este trabajo
por el tamaño muestral, se pone de manifiesto la necesidad de educación en este ámbito. Por ello, como
aplicación práctica de los resultados obtenidos se plantea la trazabilidad de una empresa dedicada a lograr
un acompañamiento empático por parte del personal sanitario, que asegure así que estos pacientes
alcancen un final de la vida en paz.
Palabras clave: cáncer, cuidados paliativos, habilidades de comunicación
Abstract
Background: Cancer is one of the biggest health problems in developed countries (Arranz, Barbero, Bayés
and Barreto, 2005), being one of the main causes of mortality in the world (McGuire, 2016). This situation
entails the need for training of health professionals in the area of psycho-oncology and palliative care. Aim:
Obtain information about the communication skills needs of current health personnel in different health
centers in the province of Alicante. Method: In this descriptive cross-sectional study, the Communication
Skills Scale has been used in health professionals, EHC-PS (Leal, Tirado, Van-der Hofstadt and Rodríguez-
Marín, 2016). This scale evaluates: empathy, active listening, informative communication, respect, being
authentic with the information offered and assertiveness. In addition to this instrument, a semi-structured
interview of its own design has been carried out, consisting of 14 questions, including aspects about the
needs and resources that the professional has. Results: The results in a sample of 5 subjects indicate a
lack of informative communication, highlighting by the participants that they did not have enough training
to face the stressful situations that generate palliative care. Discussion/Conclusions: Despite the limitations
of this work due to the sample size, the need for education in this area is evident. Therefore, as a practical
application of the results obtained, the traceability of a company dedicated to achieving empathic
accompaniment by health personnel is proposed, thus ensuring that these patients reach an end of life in
peace.
Keywords: cancer, palliative care, communication skills
1. Introducción
Según la OMS (2018), “cáncer” es el término que se usa para englobar un extenso grupo de
enfermedades que afectan a cualquier parte del organismo, siendo también denominada dicha enfermedad
como “tumores malignos” o “neoplasias malignas”. Actualmente constituye uno de los mayores problemas
de salud en los países desarrollados e impacta negativamente sobre los grupos más desfavorecidos
económica y socialmente (Arranz, Barbero, Bayés y Barreto, 2005). El cáncer está considerado una de las
principales causas de mortalidad en el mundo, tanto que en 2012 hubo unos 14 millones de casos nuevos
y 8,2 millones de muertes que tenían relación con la enfermedad y 32,6 millones de personas que vivían
con cáncer 5 años después del diagnóstico (García-Torres, Alós, Pérez-Dueñas y Moriana, 2016). Está
previsto que los casos anuales de cáncer aumenten hasta 22 millones en los próximos 20 años (McGuire,
2016).
Concretamente en España, en el año 2001, esta enfermedad fue la primera causa de muerte, por
delante de las patologías del sistema circulatorio y cardiovascular (Arranz et al., 2005). Se ha de concretar
que existen diferencias entre hombres y mujeres. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE,
2017), los tumores, entre las edades comprendidas entre los 50 y los 80 años son la causa más común
de mortalidad, sobretodo en hombres (Abellán et al., 2019).
Por ello, debido a la creciente tasa de mortalidad a causa de la enfermedad, entre los
profesionales sanitarios ha surgido la necesidad de buscar una herramienta que les permita ayudar a los
pacientes que se encuentran en la etapa final de la vida a sobrellevar este proceso, siendo dicha
herramienta los cuidados paliativos. Según Breitbart (1993), los cuidados paliativos buscan conseguir una
muerte en paz. Con ellos, se busca encontrar una mejora de la calidad de vida de los enfermos oncológicos
y así como de sus familias en el transcurso de la enfermedad, paliando los síntomas, apoyando psicológica
y espiritualmente desde el instante en el que se da un diagnóstico de la enfermedad hasta el éxitus, y
también durante el duelo (OMS, 2019). Existe, además, un impacto directo en la relación personal que se
crea entre el sanitario y el paciente, que repercute de forma muy considerable en la satisfacción que se
tiene acerca del cuidado y adherencia a las terapias (Adolfsson, 2003).
Tras todo lo expuesto anteriormente, cabe mencionar que en general el personal sanitario
muestra carencias con respecto a esta situación. Por ejemplo, en el trabajo de Gómez Sancho (1998) se
realizó una encuesta a 6.783 médicos de atención primaria (el 32,17 % de todos los de España), 6.351
de los encuestados (el 93,63 %) reconocen no haber recibido una formación correcta para atender
adecuadamente a este tipo de pacientes, es decir, a los enfermos terminales y tampoco a sus familiares;
y 6.520 de los médicos a los que se pasó la encuesta (el 96,13 %) reconocen que sería muy oportuno
que en los programas de estudios de las universidades se plantease incluir cursos de medicina paliativa.
Si nos centramos en el área de enfermería, el estudio descriptivo transversal del Área de Salud de Toledo
(Bonilla et. al., 2014) concluye que en este ámbito existe una gran necesidad de formación en el área de
cuidados paliativos oncológicos, ya que las personas a las que se les pasó la encuesta expresan que ésta
es escasa o nula. Por otro lado, Leyva et. al. (2014) expone que entre el personal de enfermería hay una
deficiencia de conocimiento de las habilidades de comunicación que no tiene nada que ver con el nivel
profesional ni tampoco con los años que se lleve ejerciendo la profesión.
En este línea cabe destacar que a pesar de que los estudiantes del sector sanitario inician sus
estudios con gran empatía hacia el paciente y vocación en el transcurso de la etapa universitaria van
adquiriendo los conocimientos técnicos necesarios para hacer frente a las patologías de tipo orgánico;
poco a poco se van distanciando de la humanidad con respecto al enfermo, razón que lleva a mantener
una relación terapéutica fría, que se afianza conforme avanzan los años de rutina profesional (García-
Campayo, Aseguinolaza y Lasa, 1995).
Fallowfield y Jenkins (1999) afirman que los profesionales de la salud tienen cada día más
habilidades para manejar aparatos y técnicas complejas, pero a menudo se sienten sin herramientas para
afrontar la angustia y soledad de la persona que está en el proceso del morir, y son incapaces de establecer
una relación de ayuda con ella: estas son las consecuencias de no haber sido preparados para ello. Es por
ello que dichos profesionales, por su propio miedo a la muerte y a protegerse de los sentimientos de
frustración e impotencia que les puede causar este tema en sí, forman barreras comunicativas y tratan de
alejarse de los pacientes moribundos y de sus familiares (Del Río y Palma, 2007). Por todo lo comentado
anteriormente, el objetivo general de este trabajo es obtener información acerca de las necesidades de
habilidades de comunicación del personal sanitario actual en diferentes centros sanitarios de la provincia
de Alicante.
2. Método
2.1. Sujetos
Tras todo lo mencionado anteriormente, y para tener información acerca de las habilidades de
comunicación del personal sanitario en la provincia de Alicante, se llevó a cabo un estudio descriptivo de
corte transversal con 5 sujetos (2 médicos y 3 enfermeros). Los criterios de inclusión que debían cumplir
eran los siguientes:
1. Profesionales sanitarios
2. Edad entre 18 y 65 años
3. Trabajar en la provincia de Alicante
4. Estar domiciliado en la provincia de Alicante
2.2. Instrumentos
Se pasó la Escala sobre Habilidades de Comunicación en profesionales de la salud, EHC-PS (Leal,
Tirado, Van-der Hofstadt y Rodríguez-Marín, 2016) con 46 ítems y escala de respuesta tipo Lickert de 6
opciones con el fin de obtener una evaluación acertada de las habilidades comunicativas de los
profesionales sanitarios, y de sus componentes. En concreto evalúa habilidades como la empatía, la
escucha activa, la comunicación informativa, el respeto, ser auténtico con la información que se da, y la
asertividad. Posee unos adecuados índices de fiabilidad y validez (Leal, Tirado, Rodríguez-Marín y Van der
Hofstadt, 2016).
Por otro lado, se elaboró una Entrevista Semiestructurada de diseño propio, para detectar
necesidades formativas. La entrevista constaba de 14 preguntas, combinando respuesta abierta y cerrada.
También se elaboró un consentimiento informado donde se hacía constancia de la finalidad de la
entrevista, así como de la confidencialidad de los datos.
2.3. Procedimiento
Se estableció contacto con los sujetos telefónicamente, explicándoles en profundidad la finalidad
del proyecto. Fue difícil obtener más muestra para el estudio debido a la poca disponibilidad horaria de los
sujetos, y a la falta de horarios fijos de sus puestos de trabajo. Con los participantes que cumplían los
criterios de inclusión, se acordó de qué forma se iba a pasar la entrevista, así como la escala EHC-PS.
Finalmente sería en el domicilio de la persona, para garantizar la confidencialidad así como su comodidad.
Las diferentes entrevistas se desarrollaron con total normalidad, mostrándose los sujetos muy
colaborativos.
3. Resultados
Se realizó un análisis descriptivo tanto a nivel cuantitativo como cualitativo de las respuestas. Se
obtuvieron datos de 3 hombres y 2 mujeres.
Por un lado, a nivel cuantitativo se quiere destacar los resultados de la escala EHC-PS, y en
especial, algunos ítems en los que coinciden todos los participantes (figura 1).
En el ítem 1 “Finjo escuchar a los pacientes cuando me hablan”, todos los participantes del estudio
seleccionaron la primera opción de respuesta, “casi nunca”. Es decir, esto demuestra que se tratan de
profesionales implicados en el bienestar de sus pacientes, haciendo así todo lo posible para que se sientan
escuchados. Lo mismo ocurre en el ítem 3 “Cuando el paciente me está hablando lo interrumpo y no le
dejo que acabe lo que me está diciendo”, donde todos coinciden con la respuesta “casi nunca”. De igual
manera sucede con los ítems 16 “Considero que informar a los pacientes no es mi cometido” y 18 “Me
molesto si los pacientes me realizan muchas preguntas.”, donde vuelven a seleccionar la opción de
respuesta “casi nunca”. Por ello, se observa que dichos profesionales sanitarios consideran que su deber
es informar a los pacientes de lo que les ocurre, a pesar de que les realicen muchas preguntas. En el ítem
42, “Considero que los pacientes se aprovechan de mí”, todos los sujetos vuelven a coincidir con una
respuesta de “casi nunca”.
También hay ítems que todas las opciones de respuesta escogidas oscilan entre un “Muy a
menudo” y “muchísimas veces”, por ejemplo, en los ítems 28 “Respeto el derecho de los pacientes a
expresarse libremente”, 29 “Establezco con el paciente una relación libre de prejuicios.”, 30 “Respeto la
autonomía y libertad de los pacientes” y 31 “Me comporto con transparencia cuando me relaciono con los
pacientes, mostrándome tal y como soy.”.
Por otra parte, en cuanto a las respuestas ofrecidas en las entrevistas, se han obtenido
respuestas a la pregunta “Al principio del proceso, ¿sentías que tenías los recursos suficientes para
enfrentarte a esta situación? ¿Por qué?” tales como: “Al principio no, y me ponía muy nerviosa cuando
tenía que dar alguna mala noticia. No sabía muy bien cómo actuar. A veces decía o hacía algo y justo
después me daba cuenta de que igual no había sido la mejor opción, y eso hacía sentirme mal. Ahora me
cuesta menos, pero todavía sigo cometiendo algunos errores y sigo teniendo esos nervios cuando hay que
afrontar una mala situación, como dar malas noticias o cuando un paciente se viene abajo, o comentarios
acerca de la muerte a los que no sé muy bien que responder”, o “No, porque nunca me había enfrentado
a este tipo de situaciones, y no estaba muy preparada a la hora de comunicar malas noticias o cómo
intentar tranquilizar a la familia después de esta o tras la muerte del paciente”.
Otras respuestas a destacar en la pregunta “¿Por qué crees que es necesaria la formación en
este ámbito?” son respuestas tales como: “Pues por las cosas que he comentado. Te encuentras con
situaciones con las que no sabes cómo actuar, como lo de dar malas noticias, cuando te dicen algo que
no sabes a lo que responder, o cuando se desbordan. Son situaciones en los que te pones nervioso y
dices “tierra trágame”, y creo que no debería ser así. Al final es algo a lo que nos enfrentamos cada día y
deberías saber actuar.”; o “Porque puede ayudar a los pacientes a sentirse más tranquilos, desahogarse,
que piensan acerca de su enfermedad, de la muerte,... Y carecemos de habilidades para abordar
debidamente esos temas”.
4. Discusión y conclusiones
Tras la realización de este estudio en el que participaban médicos y enfermeros, se puso en
manifiesto una carencia elevada de formación en el área de cuidados paliativos oncológicos, destacando
la falta de habilidades de comunicación en dichos profesionales. Por todo lo comentado anteriormente, y
a pesar de las limitaciones de este trabajo por el tamaño muestral, queda patente todavía en nuestros días
la necesidad de educación en este ámbito.
Estos resultados siguen la línea del estudio descriptivo realizado por el Área de Salud de Toledo
(Bonilla et. al., 2014), en el que el personal sanitario expresa que la formación específica en cuidados
paliativos oncológicos es más bien escasa, o incluso nula, planteándose la necesidad de incluir una
formación adicional en cuidados paliativos y oncología en los planes de estudio de todos aquellos grados
que tengan relación con las ciencias de la salud, así como en el equipo interdisciplinar de profesionales
sanitarios; con el fin de mejorar la relación profesional-paciente.
La formación en esta línea debe basarse en modelos de intervención que se dirijan a aumentar,
completar, reforzar el conocimiento de los profesionales, para así satisfacer las necesidades básicas del
paciente (Tejada Domínguez y Ruíz Domínguez, 2009). Por ejemplo, se debería hacer especial hincapié
en el modelo nuclear integrador de atención paliativa (propuesta del Instituto Catalán de Oncología, ICO).
Dicho modelo, basa la atención en la persona enferma que sufre y la enfermedad le genera unas
necesidades que, para ser atendidas, requieren del desarrollo de competencias profesionales y de valores
personales por parte de los profesionales sanitarios. Por ello, los estudiantes tienen la necesidad de
entender que la muerte, antes o después, llega a todos los pacientes, y que el alcanzar dicho estado se
realiza mediante las enfermedades crónicas y el envejecimiento. Se debería ofrecer una formación que les
hiciese conscientes de los problemas que pueden conllevar tanto las condiciones psicológicas como las
sociales bajo las cuales hacen su día a día las personas; condiciones que desempeñan un papel importante
en la enfermedad y en la ansiedad que la misma comprende (Barbero, Gómez-Batiste, Maté, y Mateo,
2016).
Como aplicación práctica de los resultados obtenidos se plantea la necesidad de, por ejemplo,
crear una empresa dedicada a lograr un acompañamiento empático por parte del personal sanitario, que
asegure así que estos pacientes alcancen un final de la vida en paz. Esta posible empresa trataría de
recoger aquellos aspectos comunicativos en los que menos se profundiza tras haber realizado el análisis
de los planes de estudio nacionales. Según afirma Moreno (2016), algunos de estos aspectos son: la
transmisión de información de manera eficaz, el empoderamiento, la comunicación con el equipo y la
gestión de las emociones.
La finalidad de la atención en cuidados paliativos se basa en disminuir o evitar el sufrimiento
evitable, acompañar en el sufrimiento inevitable y además, promover la adaptación a la enfermedad con la
finalidad de vivir de la mejor forma posible en el proceso del morir, respetando los propios valores y
preferencias de cada uno (Barbero, Gómez-Batiste, Maté, y Mateo, 2016), y, sobre todo, lograr un
acompañamiento empático que asegure que estos pacientes alcancen un final de la vida en paz.
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CALIDAD DE VIDA Y SALUD PERCIBIDA EN PERSONAS MAYORES
Valera Lloris R1, Farriol V2, Esteve Claramunt F1, Pérez S 2, San José Tárrega J1; Postigo S2, Casaña
Mohedano J1, González-García L2
1Departamento de Enfermería, Universidad Europea de Valencia, 2Departamento de Psicología, Universidad Europea de Valencia
Resumen
Una de las formas de valorar si el envejecimiento está siendo satisfactorio, es a través de la medición de
la calidad de vida. Entre otros factores, influye la experiencia general de salud. El objetivo principal fue
determinar la percepción de calidad de vida de las personas mayores y su relación con el nivel de salud.
Se diseñó un estudio descriptivo transversal. Se realizaron análisis estadísticos con el software IBM SPSS
23.00 para describir a los participantes y las principales variables de estudio mediante correlaciones
bivariadas de Pearson. Los resultados indicaron que los participantes percibían tener una buena calidad
de vida, con puntuaciones por encima de la media del cuestionario en todas las dimensiones estudiadas.
Asimismo, los participantes indicaron tener una percepción de salud general también por encima de la
media del cuestionario. La relación entre los diferentes índices de calidad de vida y el nivel de salud general
fue estadísticamente significativa y positiva. Se destaca la importancia de promover las condiciones
adecuadas para que las personas mayores puedan disfrutar de una buena calidad de vida a diferentes
niveles y fomentar su percepción de salud general.
Palabras clave: calidad de vida, salud general, envejecimiento.
ABSTRACT
The quality of life is an indicator of satisfactory aging that may vary according to the overall health
experience. The aim was to determine the perception of quality of life of the elderly and their relationship
with the level of health. A descriptive cross-sectional study was designed. Statistical analyzes were
performed with the IBM SPSS 23.00 software to describe the participants and the main study variables
using Pearson's bivariate correlations. The results indicated that participants perceived to have a good
quality of life, with scores above the average of the questionnaire in all dimensions studied). Likewise, the
participants indicated having a general health perception also above the average of the questionnaire. The
relationship between the different indices of quality of life and the level of general health was statistically
significant and positive. The importance of promoting the right conditions so that the elderly can enjoy a
good quality of life at different levels and promote their perception of general health is highlighted.
Key words: quality of life; general health; aging.