Familia Clase 7
Familia Clase 7
Familia Clase 7
Clase 7
Conflictos, disciplina y límites en
el hogar
Negación:
Muchas personas son propensas a negar la
realidad. Simplemente simulan que no existe el
problema, o se niegan a tratar de resolver el
problema debidamente. El alivio que la negación
trae casi siempre es temporal. Si los problemas no
se resuelven debidamente, por lo general, a la
larga empeoran.
Las respuestas de escape
Huir:
Cuando la negación no funciona, a menudo las
personas deciden huir. Huir es legítimo en
situaciones extremas cuando se corre el grave
peligro de sufrir daños, tales como el abuso físico
o sexual y, por el momento, no se puede resolver
constructivamente el problema. Sin embargo, en la
mayoría de los casos, huir solo pospone la solución
adecuada del problema.
Las respuestas de escape
Suicidio:
Trágicamente, algunas personas pierden toda
esperanza de resolver un conflicto y buscan una forma
de escape extrema: el suicidio. Sobra decir que este
método de resolver los conflictos nunca es el correcto.
Las respuestas de ataque
Las respuestas de ataque al conflicto:
Son las que emplean aquellos que están más
interesados en ganar una pelea que en preservar una
relación.
El conflicto para estos individuos es la oportunidad de
defender sus derechos, controlar a otros, o tomar
ventaja de su situación.
Los que atacan no se enfocan en "sí mismos" como
los que se escapan, sino en "el otro", ya que culpan a
su cónyuge y esperan que él o ella resuelva el
problema.
Los que atacan a menudo son los "infractores de la
paz", dispuestos a sacrificar la relación y la armonía
del hogar para conseguir lo que desean.
Las respuestas de ataque
La agresión:
Por lo general, consta de ataques verbales entre los
que se incluyen: criticar despiadadamente, acosar o
fastidiar, denigrar, decir palabras duras o
amenazadoras.
Trágicamente, a veces también llega a incluir
agresividad física.
Ya sean respuestas de ataque verbal o físico, siempre
empeoran el conflicto.
Las respuestas de ataque
El litigio:
—Llevar el asunto ante el tribunal— es otra respuesta
de ataque que los cristianos usan a menudo, si bien
la Biblia prohíbe la acción de demandarse
judicialmente uno al otro (1 Co. 6:1-8).
El litigio puede implicar la batalla por la herencia de
un padre, una demanda de divorcio o una querella
legal interminable por el régimen de visitas o la
custodia de un niño.
El sistema legal puede causar estragos sobre las
relaciones personales, y los niños a menudo son los
que más sufren.
Las respuestas de ataque
El asesinato:
Esta es la respuesta de ataque más extrema.
Aunque la mayoría de los cristianos no asesinaría a
alguien físicamente, muchos suelen cometer otra
clase de asesinato.
En Mateo 5:21-22, Jesús enseña que si albergamos
odio o rencor en nuestro corazón hacia otra persona,
a los ojos de Dios, somos culpables de asesinato.
En base a esta definición, muchos de los conflictos
que surgen en los hogares cristianos dan lugar a
repetidos asesinatos.
Sin arrepentimiento, esta serie de "asesinatos" acaba
muchas veces con un matrimonio..
Respuestas de los pacificadores
Dialogar:
Cuando están en juego asuntos importantes, ya sean personales o
relacionales, deberíamos resolverlos mediante el diálogo, es decir, una
confesión o confrontación amorosa.
El diálogo abre la puerta para el perdón y la reconciliación.
Jesús habla en repetidas ocasiones de este método para resolver los
problemas interpersonales (véase Mt. 5:23-24; 7:3-5; 18:15).
Respuestas de los pacificadores
Negociar:
Cuando una discusión tiene que ver con asuntos substanciales, como los
relacionados con el dinero, la propiedad u otros derechos, entonces
deberíamos incurrir en la negociación.
Esto implica conversar acerca de las inquietudes e intereses de cada parte,
y trabajar juntos para encontrar una solución mutuamente satisfactoria
(véase Fil. 2:4).
Respuestas de los pacificadores
Josh McDowell, El padre que quiero ser, Undécima edición (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 2012), 119-135.
La disciplina
Disciplinando en el contexto de una relación: La disciplina es
más eficaz en el contexto de una relación floreciente y cariñosa.
Empiece a desarrollar una relación. No importa la edad de sus hijos, no
es demasiado tarde para empezar a desarrollar su relación con ellos.
Comunicando claramente las reglas: El psicólogo familiar John
Rosemond dice que los padres eficaces “comunican claramente sus
reglas. No andan con indirectas… No ruegan, no sobornan ni
amenazan… les dicen lo que pueden hacer, no pueden hacer y tienen
que hacer”.
Planee con anterioridad: Muchos padres hacen más difícil su tarea
por no planear con anterioridad lo que tiene que ver con la disciplina.
“Los padres eficaces”, dice el psicólogo familiar John Redmond, “no
esperan a que surjan los problemas para entonces enfrentarlos”.
Josh McDowell, El padre que quiero ser, Undécima edición (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 2012), 119-135.
La disciplina
Haga uso de las consecuencias naturales: La parábola del hijo
pródigo es una ilustración del poder correctivo de las consecuencias
naturales. El muchacho gastó todo su dinero, perdió a todos sus
amigos y terminó comiendo con los cerdos. Jesús dijo, que el joven
volvió “en sí”. Para esto, primero tuvo que sufrir las consecuencias
naturales de sus acciones. Al “volver en sí”, decidió regresar al hogar
paterno donde fue aceptado y amado más que nunca (Lc. 15:11-32).
El uso de las consecuencias lógicas: el padre determina con el
hijo que habrá ciertas consecuencias si no cumple sus obligaciones o
hace algo malo. Ej.: “Si no comes toda la comida, no tendrás postre” o
“Si no le das de comer a tu perro, tú tampoco comerás.” Tenemos en el
huerto del Edén un precedente para aplicar las consecuencias lógicas
(Gén. 2:15-17). Ya sabemos que Eva comió el fruto y que luego Adán
también, y las consecuencias no se hicieron esperar.
Josh McDowell, El padre que quiero ser, Undécima edición (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 2012), 119-135.
La disciplina
Permaneciendo firme: cuando los padres toman una decisión y se
mantienen firmes en ella, hacen dos cosas por sus hijos. 1) les ayuda a
estar firmes ante sus compañeros porque pueden decir: “Mis padres no
me dejan” y 2) le dicen al hijo que existen valores y normas que no
pueden ser pasados por alto ni sujetos a componendas.
Actuando en amor, no por enojo: todos los padres se enojan con
sus hijos. Pero el padre sabio tendrá cuidado en cómo disciplina en
esos momentos. Si estoy furioso, o gritando, no estoy en condiciones
de ofrecer una corrección cariñosa a mi hijo. Si quiero ser un padre a
imagen de mi Padre celestial, tengo que disciplinar a mis hijos en amor.
Adaptando sus planes: el padre sabio reflejará la imagen del Padre
de esta manera también: Adaptando a la edad y madurez de su hijo, la
disciplina que dispensa. La cuestión es que la disciplina eficaz requiere
que sea tanto consecuente como flexible.
Josh McDowell, El padre que quiero ser, Undécima edición (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 2012), 119-135.
Consejos para la buena disciplina
Hay que comenzar la disciplina desde la infancia.
Los padres deben ponerse de acuerdo sobre las reglas.
Deben hacer que los niños entiendan bien las reglas antes
de aplicarlas.
A veces hay que ser flexibles en la aplicación de las reglas.
La alabanza es más eficaz que la crítica o el regaño.
Es mejor substituir actividades aceptables por indeseables.
El niño felizmente ocupado no hace tantas travesuras
como el aburrido.
Margaret Ediger, El hogar cristiano feliz, Libro 2, (Lima: Servicios Gráficos Maranatha), 69-100.
La corrección de los hijos
La Biblia enseña claramente el deber de los padres de
corregir y castigar a los hijos.
Los padres que verdaderamente aman a sus hijos harán
todo lo necesario para conducirlos por las sendas de la
rectitud.
La meta principal del castigo se encuentra en el ejemplo
dado por Dios mismo. El castigo de Dios es otra
manifestación de su amor por nosotros. Y nos castiga con el
propósito de producir en nosotros el arrepentimiento.
Siempre que Dios castiga al hombre, tiene el propósito de
devolverle de la desobediencia a la obediencia.
Margaret Ediger, El hogar cristiano feliz, Libro 2, (Lima: Servicios Gráficos Maranatha), 103-106.
La corrección de los hijos
Ejemplos:
Prov. 22.15: El castigo ayuda a alejar al niño de la necedad.
Prov. 29.15: La corrección hace sabio al niño.
Prov. 13.24: Los padres que aman a los hijos los corrigen
desde temprana edad.
Prov. 23.13-14: El castigo terrenal puede salvar al niño del
castigo eterno.
Prov. 29.17: Corregir al hijo trae descanso a los padres y
felicidad al hogar.
Prov. 20.30: Para ser eficaz el castigo del niño debe infligir
dolor.
Margaret Ediger, El hogar cristiano feliz, Libro 2, (Lima: Servicios Gráficos Maranatha), 103-106.
Reglas para el castigo justo y eficaz
El padre se encuentra frente a la necesidad de castigar al hijo. Ha
analizado la situación y decide que el niño le había desobedecido
deliberadamente. Entonces, ¿cómo debe proceder aquel padre?
Para administrar el castigo justo, el padre debe aplicar la disciplina:
Tan pronto como sea posible después de la falta cometida.
Únicamente con las emociones controladas.
Imparcialmente.
Con firmeza.
Adaptada al niño y a la gravedad de la ofensa.
Relacionada con la ofensa cometida.
Y seguirse con el perdón y la reconciliación.
Margaret Ediger, El hogar cristiano feliz, Libro 2, (Lima: Servicios Gráficos Maranatha), 110-123.
Compromisos y tareas
Tareas
Participar en el Foro 4.
Hacer el Taller 6.
Comenzar la tarea final, nota de examen.
¡Muchas gracias!