Materiales

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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para la Educación


Instituto Universitario Politécnico
Santiago Mariño
Extensión Porlamar

Propiedades de los Materiales

Tutor: Autor:
Físicas
Las propiedades físicas son las características cosméticas de un material y
su respuesta a las sustancias químicas o a la radiación. Entre ellas se
encuentran la densidad y la resistencia a la corrosión química y a la
descomposición por rayos UV. También pueden referirse a aspectos
decorativos, como el color y la textura de la superficie.

Para plásticos. Las propiedades físicas de los plásticos son muy variables.


Los uretanos, por ejemplo, pueden ser una mala elección para entornos
húmedos, mientras que los plásticos impresos en 3D producidos
por estereolitografía se vuelven quebradizos cuando se exponen a la luz
ultravioleta.

Para metales. Igualmente, los metales varían en función de su tolerancia a


la exposición química. Entre los metales, el acero inoxidable será una opción
obvia para muchos entornos potencialmente corrosivos, pero se quedará
corto en otras áreas como la transferencia de calor.

Las principales propiedades físicas de la materia son:

o Textura: Es la capacidad que se determina por medio del tacto donde se


percibe la disposición el espacio de las partículas de un cuerpo.

o Elasticidad: Capacidad de los cuerpos para deformarse cuando se aplica


una fuerza y de recuperar su forma original al quitar la fuerza aplicada.
o Dureza: Es la resistencia que pone un material al ser rayado o
Ductilidad: Es la propiedad de los materiales que se pueden hacer hilos
y alambres

o Maleabilidad: Es la capacidad de los metales para ser laminas y poder


hacer utensilios de cocina.

o Conductibilidad: Es la propiedad física que presentan algunas sustancias


al conducir electricidad y calor Temperatura: Es la medida de grado de
agitación térmica de las partículas de un cuerpo

 Punto de fusión

o Punto de ebullición

o Solubilidad: Es la capacidad que tienen las sustancias de disolverse.

o Fragilidad: Es la propiedad física de ciertos cuerpos de romperse sin que


se deforme previamente.

Propiedades químicas

Es cualquier propiedad en que la materia cambia de composición. Cuando se


enfrenta una enfrenta una sustancia química a distintos reactivos 0 condiciones
experimentales puede o no reaccionar con ellos. Las propiedades químicas se
determinan por ensayos químicos y están relacionadas con la reactividad de
las sustancias químicas.
Las principales propiedades químicas de la materia son:

o Oxidación: Es todo proceso por el cual un átomo o ión cede electrones.

o Reducción: Es todo proceso por el cual un átomo o ión gana electrones.

o Combustión: Es todo proceso de oxidación rápida que se produce con


desprendimiento de calor y, algunas veces, luz.

o Esterificación: Es un proceso químico que se da entre un ácido graso y


un alcohol.

o Hidrólisis: Es un proceso químico que involucra la ruptura de una


molécula o de un compuesto iónico por acción del agua.

o Saponificación: Es una hidrólisis de un triglicérido (éster del glicerol) con


una base fuerte, a través de la cual se obtiene un jabón y se recupera el
glicerol.

Propiedades Mecánicas

Las propiedades mecánicas son aquellas propiedades de los sólidos que se


manifiestan cuando aplicamos una fuerza. Las propiedades mecánicas de los
materiales se refieren a la capacidad de los mismos de resistir acciones de
cargas: las cargas o fuerzas actúan momentáneamente, tienen carácter de
choque.
Hay muchas Propiedades físicas y mecánicas de los materiales, y de algunas
de ellas hablaremos a continuación.

Elasticidad: es la propiedad mecánica de ciertos materiales de


sufrir deformaciones reversibles cuando se encuentran sujetos a la acción de
fuerzas exteriores y de recuperar la forma original si estas fuerzas exteriores se
eliminan.

En ingeniería mecánica es frecuente plantear problemas elásticos para decidir


la adecuación de un diseño. En ciertas situaciones de interés práctico no es
necesario resolver el problema elástico completo sino que basta con plantear
un modelo simplificado y aplicar los métodos de la resistencia de
materiales para calcular aproximadamente tensiones y desplazamientos.
Cuando la geometría involucrada en el diseño mecánico es compleja la
resistencia de materiales suele ser insuficiente y la resolución exacta del
problema elástico inabordable desde el punto de vista práctico.

En esos casos se usan habitualmente métodos numéricos como el Método de


los elementos finitos para resolver el problema elástico de manera aproximada.
Un buen diseño normalmente incorpora unos requisitos de:

 resistencia adecuada,
 rigidez adecuada,
 estabilidad global y elástica

Hay dos tipos de elasticidad, la lineal y la no lineal.

·Elasticidad lineal: La teoría de la elasticidad lineal es el estudio de sólidos


elásticos lineales sometidos a pequeñas deformaciones de tal manera que
además los desplazamientos y deformaciones sean “lineales”, es decir, que las
componentes del campo de desplazamientos u sean muy aproximadamente
una combinación lineal de las componentes del tensor deformación del sólido.
En general un sólido elástico lineal sometido a grandes desplazamientos no
cumplirá esta condición. Por tanto, la teoría de la elasticidad lineal sólo es
aplicable a:

 Sólidos elásticos lineales, en los que tensiones y deformaciones estén


relacionadas linealmente (linealidad material).
 Deformaciones pequeñas, es el caso en que deformaciones y
desplazamientos están relacionados linealmente. En este caso puede
usarse el tensor deformación lineal de Green-Lagrange para representar
el estado de deformación de un sólido (linealidad geométrica).

Debido a los pequeños desplazamientos y deformaciones a los que son


sometidos los cuerpos, se usan las siguientes simplificaciones y
aproximaciones para sistemas estables:

 Las tensiones se relacionan con las superficies no deformadas


 Las condiciones de equilibrio se presentan para el sistema no deformado

Para determinar la estabilidad de un sistema hay presentar las condiciones de


equilibrio para el sistema deformado.

·Elasticidad no lineal: el abandono del supuesto de pequeñas deformaciones


obliga a usar un tensor deformación no lineal y no infinitesimal, como en la
teoría lineal de la elasticidad donde se usaba el tensor deformación lineal
infinitesimal de Green-Lagrange. Eso complica mucho las ecuaciones de
compatibilidad.

Además matemáticamente el problema se complica, porque las ecuaciones


resultantes de la anulación de ese supuesto incluyen fenómenos de no
linealidad geométrica (pandeo, abolladura, snap-through,…).

Si además de eso el sólido bajo estudio no es un sólido elástico lineal nos


vemos obligados a substituir la ecuaciones de Lamé-Hooke por otro tipo
de ecuaciones constitutivas capaces de dar cuenta de la no linealidad material.
Además de las mencionadas existen otras no linealidades en una teoría de la
elasticidad para grandes deformaciones.

Plasticidad: La plasticidad es la propiedad mecánica de un material inelástico,


natural, artificial, biológico o de otro tipo, de deformarse permanente e
irreversiblemente cuando se encuentra sometido a tensiones por encima de su
rango elástico, es decir, por encima de su límite elástico. En los metales, la
plasticidad se explica en términos de desplazamientos irreversibles
de dislocaciones.

Es la capacidad de un material a deformarse ante la acción de una carga,


permaneciendo la deformación al retirarse la misma. Es decir, es una
deformación permanente e irreversible.

La plasticidad de los materiales está relacionada con cambios irreversibles en


esos materiales. A diferencia del comportamiento elástico que es
termodinámicamente reversible, un cuerpo que se deforma plásticamente
experimenta cambios de entropía, como desplazamientos de las dislocaciones.

En el comportamiento plástico parte de la energía mecánica se disipa


internamente, en lugar de transformarse en energía potencial elástica.
En general un modelo de plasticidad requiere definir varios elementos:

 En primer lugar en el espacio de tensiones principales se requiere definir


la llamada región de tensiones admisibles, que será un conjunto
cerrado (y posiblemente compacto) de dicho espacio de tensiones. La
frontera de dicho conjunto usualmente se denomina superficie de
fluencia.

 Para puntos del sólido cuyas tensiones principales estén contenidas en el


interior de la región de tensiones admisibles el comportamiento es
elástico. Sin embargo, para puntos de la superficie de fluencia es
necesario definir una “regla de flujo” que explicita como aumentarán la
deformación plástica en función de la tasa de aumento de la tensión y
otros parámetros internos si se aumenta la solicitación sobre un material
que ha alcanzado su límite de fluencia.

 Los modelos de plasticidad imperfecta requerirán la definición de un


conjunto de variables internas que den cuenta del endurecimiento y del
desplazamiento de la región de tensiones admisibles a lo largo del tiempo
en función de las tasas de aumento de las otras variables.

La existencia de variables internas como el grado de plastificación


(deformación plástica), el endurecimiento y otras hace que la relación entre
tensiones y deformaciones sea más compleja que en el caso elástico, en
particular, dado un nivel de deformación elástica las tensiones no pueden
conocerse a menos que se conozca cómo han variado las variables internas.
Dureza: es la resistencia de un cuerpo a ser rayado por otro. Opuesta a duro
es blando. El diamante es duro porque es difícil de rayar. Es la capacidad de
oponer resistencia a la deformación superficial por uno más duro.

La dureza es la oposición que ofrecen los materiales a alteraciones como la


penetración, la abrasión, el rayado, la cortadura, las deformaciones
permanentes; entre otras. También puede definirse como la cantidad de
energía que absorbe un material ante un esfuerzo antes de romperse o
deformarse. Por ejemplo: la madera puede rayarse con facilidad, esto significa
que no tiene mucha dureza, mientras que el vidrio es mucho más difícil de
rayar.

Otras propiedades relacionadas con la resistencia son la resilencia,


la tenacidad o la ductilidad.

Las escalas de uso industrial actuales son las siguientes:

 Dureza Brinell: Emplea como punta una bola de acero templado o carburo


de wolframio. Para materiales duros, es poco exacta pero fácil de aplicar.
Poco precisa con chapas de menos de 6 mm de espesor. Estima
resistencia a tracción.

 Dureza Knoop: Mide la dureza en valores de escala absolutas, y se


valoran con la profundidad de señales grabadas sobre un mineral
mediante un utensilio con una punta de diamante al que se le ejerce una
fuerza estándar.
 Dureza Rockwell: Se utiliza como punta un cono de diamante (en algunos
casos bola de acero). Es la más extendida, ya que la dureza se obtiene
por medición directa y es apto para todo tipo de materiales. Se suele
considerar un ensayo no destructivo por el pequeño tamaño de la huella.

 Rockwell superficial: Existe una variante del ensayo, llamada Rockwell


superficial, para la caracterización de piezas muy delgadas, como
cuchillas de afeitar o capas de materiales que han recibido algún
tratamiento de endurecimiento superficial.

 Dureza Rosiwal: Mide en escalas absoluta de durezas, se expresa como


la resistencia a la abrasión medias en pruebas de laboratorio y tomando
como base el corindón con un valor de 1000.

 Dureza Shore:Emplea un escleroscopio. Se deja caer un indentador en la


superficie del material y se ve el rebote. Es adimensional, pero consta de
varias escalas. A mayor rebote -> mayor dureza. Aplicable para control de
calidad superficial. Es un método elástico, no de penetración como los
otros.

 Dureza Vickers: Emplea como penetrador un diamante con forma de


pirámide cuadrangular. Para materiales blandos, los valores Vickers
coinciden con los de la escala Brinell. Mejora del ensayo Brinell para
efectuar ensayos de dureza con chapas de hasta 2 mm de espesor.

 Dureza Webster: Emplea máquinas manuales en la medición, siendo apto


para piezas de difícil manejo como perfiles largos extruidos. El valor
obtenido se suele convertir a valores Rockwell.

En mineralogía se utiliza la escala de Mohs, creada por el Alemán Friedrich


Mohs en 1820, que mide la resistencia al rayado de los materiales.
C OMPOSIC IÓN
DU R E ZA MIN ER AL QU ÍMIC A

Talco, (se puede rayar fácilmente con la


1 uña) Mg3Si4O10(OH)2

Yeso, (se puede rayar con la uña con más


2 dificultad) CaSO4·2H2O

Calcita, (se puede rayar con una moneda


3 de cobre) CaCO3

4 Fluorita, (se puede rayar con un cuchillo) CaF2

Apatita, (se puede rayar difícilmente con


5 un cuchillo) Ca5(PO4)3(OH-,Cl-,F-)

Feldespato, (se puede rayar con una


6 cuchilla de acero) KAlSi3O8

7 Cuarzo, (raya el acero) SiO2

8 Topacio, Al2SiO4(OH-,F-)2

Corindón, (sólo se raya


9 mediante diamante) Al2O3

10 Diamante, (el mineral natural más duro) C

A un nivel profesional, se utilizan en mineralogía, las escala de Rosiwal y


de Knoop, ya que estas permiten realizar la valoración de medias con una
cuantificación absoluta.
Fragilidad: la fragilidad es la cualidad de los objetos y materiales de romperse
con facilidad. Aunque técnicamente la fragilidad se define más propiamente
como la capacidad de un material de fracturarse con escasa deformación. Por
el contrario, los materiales dúctiles o tenaces se rompen tras sufrir acusadas
deformaciones, generalmente de tipo deformaciones plásticas. La fragilidad es
lo contrario de la tenacidad y tiene la peculiaridad de absorber relativamente
poca energía, a diferencia de la rotura dúctil.

Si un material se rompe prácticamente sin deformación las componentes del


tensor deformación EIJ resultan pequeñas y la suma anterior resulta en una
cantidad relativamente pequeña.

La fragilidad de un material además se relaciona con la velocidad de


propagación o crecimiento de grietas a través de su seno. Esto significa un alto
riesgo de fractura súbita de los materiales con estas características una vez
sometidos a esfuerzos. Por el contrario, los materiales tenaces son aquellos
que son capaces de frenar el avance de grietas.

Ejemplos típicos de materiales frágiles son los vidrios comunes (como los de


las ventanas, por ejemplo), algunos minerales cristalinos, los materiales
cerámicos y algunos polímeros como el polimetilmetacrilato (PMMA), el poli
estireno (PS), o el poliácidolactico (PLA), entre otros. Es importante mencionar
que el tipo de rotura que ofrece un material (frágil o dúctil) depende de la
temperatura. Así mientras algunos materiales como los plásticos
(polietileno, polipropileno u otros termoplásticos) que suelen dar lugar a roturas
dúctiles a temperatura ambiente, por debajo de su temperatura de transición
vítrea dan lugar a roturas frágiles.

Existen otros términos frecuentemente confundidos con la fragilidad que deben


ser aclarados:

 Lo opuesto a un material muy frágil es un material dúctil.


 Por otra parte la dureza no es opuesto a la fragilidad, ya que la dureza es
la propiedad de alterar solo la superficie de un material, que es algo
totalmente independiente de si ese material cuando se fractura tiene o no
deformaciones grandes o pequeñas. Como ejemplo podemos citar
el diamante que es el material más duro que existe, pero es
extremadamente frágil.
 La tenacidad puede estar relacionada con la fragilidad según el módulo
de elasticidad, pero en principio un material puede ser tenaz y poco frágil
(como ciertos aceros) y puede ser frágil y nada tenaz (como el barro
cocido).
Resistencia de los materiales: Se refiere a la propiedad que presentan los
materiales para soportar las diversas fuerzas. Es la oposición al cambio de
forma y a la separación, es decir a la destrucción por acción de fuerzas o
cargas.

La resistencia de materiales clásica es una disciplina de la ingeniería


mecánica y la ingeniería estructural que estudia los sólidos
deformables mediante modelos simplificados. La resistencia de un elemento se
define como su capacidad para resistir esfuerzos y fuerzas aplicadas sin
romperse, adquirir deformaciones permanentes o deteriorarse de algún modo.

Un modelo de resistencia de materiales establece una relación entre


las fuerzas aplicadas, también llamadas cargas o acciones, y los esfuerzos y
desplazamientos inducidos por ellas. Generalmente las simplificaciones
geométricas y las restricciones impuestas sobre el modo de aplicación de las
cargas hacen que el campo de deformaciones y tensiones sean sencillos de
calcular.

Para el diseño mecánico de elementos con geometrías complicadas la


resistencia de materiales suele ser insuficiente y es necesario usar técnicas
basadas en la teoría de la elasticidad o la mecánica de sólidos deformables
más generales. Esos problemas planteados en términos de tensiones y
deformaciones pueden entonces ser resueltos de forma muy aproximada con
métodos numéricos como el análisis por elementos finitos.

La teoría de sólidos deformables requiere generalmente trabajar con tensiones


y deformaciones. Estas magnitudes vienen dadas por campos
tensoriales definidos sobre dominios tridimensionales que satisfacen
complicadas ecuaciones diferenciales.

Sin embargo, para ciertas geometrías aproximadamente unidimensionales


(vigas, pilares, celosías, arcos, etc.) o bidimensionales (placas y
láminas, membranas, etc.) el estudio puede simplificarse y se pueden analizar
mediante el cálculo de esfuerzos internos definidos sobre una línea o una
superficie en lugar de tensiones definidas sobre un dominio tridimensional.

Además, las deformaciones pueden determinarse con los esfuerzos internos a


través de cierta hipótesis cinemática. En resumen, para esas geometrías todo
el estudio puede reducirse al estudio de magnitudes alternativas a
deformaciones y tensiones.

El esquema teórico de un análisis de resistencia de materiales comprende:

 La hipótesis cinemática establece cómo serán las deformaciones o el


campo de desplazamientos para un determinado tipo de elementos bajo
cierto tipo de solicitudes. Para piezas prismáticas las hipótesis más
comunes son la hipótesis de Bernouilli-Navier para la flexión y la hipótesis
de Saint-Venant para la torsión.

 La ecuación constitutiva, que establece una relación entre las


deformaciones o desplazamientos deducibles de la hipótesis cinemática y
las tensiones asociadas. Estas ecuaciones son casos particulares de
las ecuaciones de Lamé-Hooke.

 Las ecuaciones de equivalencia son ecuaciones en forma de integral que


relacionan las tensiones con los esfuerzos internos.

 Las ecuaciones de equilibrio relacionan los esfuerzos internos con las


fuerzas exteriores.

En las aplicaciones prácticas el análisis es sencillo. Se construye un esquema


ideal de cálculo formado por elementos unidimensionales o bidimensionales, y
se aplican fórmulas preestablecidas en base al tipo de solicitación que
presentan los elementos. Esas fórmulas preestablecidas que no necesitan ser
deducidas para cada caso, se basan en el esquema de cuatro puntos anterior.
Más concretamente la resolución práctica de un problema de resistencia de
materiales sigue los siguientes pasos:
1. Cálculo de esfuerzos, se plantean las ecuaciones de equilibrio y
ecuaciones de compatibilidad que sean necesarias para encontrar los
esfuerzos internos en función de las fuerzas aplicadas.

2. Análisis resistente, se calculan las tensiones a partir de los esfuerzos


internos. La relación entre tensiones y deformaciones depende del tipo de
solicitación y de la hipótesis cinemática asociada: flexión de
Bernouilli, flexión de Timoshenko, flexión
esviada, tracción, pandeo, torsión de Coulomb, teoría de Collignon para
tensiones cortantes, etc.

3. Análisis de rigidez, se calculan los desplazamientos máximos a partir de


las fuerzas aplicadas o los esfuerzos internos. Para ello puede recurrirse
directamente a la forma de la hipótesis cinemática o bien a la ecuación de
la curva elástica, las fórmulas vectoriales de Navier-Bresse o
los teoremas de Castigliano.
Resiliencia de los materiales: es la capacidad de oponer resistencia a la
destrucción por carga dinámica.

Se llama resiliencia de un material a la energía de deformación (por unidad de


volumen) que puede ser recuperada de un cuerpo deformado cuando cesa el
esfuerzo que causa la deformación. La resiliencia es igual al trabajo externo
realizado para deformar un material hasta su límite.

Se diferencia de la tenacidad en que ésta cuantifica la cantidad de energía


almacenada por el material antes de romperse, mientas que la resiliencia tan
sólo da cuenta de la energía almacenada durante la deformación elástica. La
relación entre resiliencia y tenacidad es generalmente monótonacreciente, es
decir, cuando un material presenta mayor resiliencia que otro, generalmente
presenta mayor tenacidad. Sin embargo, dicha relación no es lineal.

La tenacidad corresponde al área bajo la curva de un ensayo de tracción entre


la deformación nula y la deformación correspondiente al límite de
rotura(resistencia última a la tracción).

La resiliencia es la capacidad de almacenar energía en el periodo elástico, y


corresponde al área bajo la curva del ensayo de tracción entre la deformación
nula y el límite de fluencia.

La cuantificación de la resiliencia de un material se determina mediante ensayo


por el método Izod o el péndulo de Charpy, resultando un valor indicativo de la
fragilidad o la resistencia a los choques del material ensayado. Un elevado
grado de resiliencia es característico de los aceros austeníticos, aceros con alto
contenido de austenita. En aceros al carbono, los aceros suaves (con menor
contenido porcentual de carbono), tienen una mayor resiliencia que los aceros
duros.
Fatiga de los materiales: La fatiga de materiales se refiere a un fenómeno por
el cual la rotura de los materiales bajo cargas dinámicas cíclicas se produce
más fácilmente que con cargas estáticas. Aunque es un fenómeno que, sin
definición formal, era reconocido desde la antigüedad, este comportamiento no
fue de interés real hasta la Revolución Industrial, cuando, a mediados del siglo
XIX comenzaron a producir las fuerzas necesarias para provocar la rotura con
cargas dinámicas son muy inferiores a las necesarias en el caso estático; y a
desarrollar métodos de cálculo para el diseño de piezas confiables.
Este no es el caso de materiales de aparición reciente, para los que es
necesaria la fabricación y el ensayo de prototipos.

1. Denominado ciclo de carga repetida, los máximos y mínimos son


asimétricos con respecto al nivel cero de carga.

2. Aleatorio: el nivel de tensión puede variar al azar en amplitud y


frecuencia.
Conductividad Eléctrica: la conductividad eléctrica es la medida de la
capacidad de un material que deja pasar la corriente eléctrica, su aptitud para
dejar circular libremente las cargas eléctricas. La conductividad depende de la
estructura atómica y molecular del material, los metales son buenos
conductores porque tienen una estructura con muchos electrones con vínculos
débiles y esto permite su movimiento. La conductividad también depende de
otros factores físicos del propio material y de la temperatura.

Antes del advenimiento de la mecánica cuántica, la teoría clásica empleada


para explicar la conductividad de los metales era el modelo de Drude-Lorentz,
donde los electrones se desplazan a una velocidad media aproximadamente
constante que es la velocidad límite asociada al efecto acelerador del campo
eléctrico y el efecto desacelerador de la red cristalina con la que chocan los
electrones produciendo el efecto Joule.

Sin embargo, el advenimiento de la mecánica cuántica permitió construir


modelos teóricos más refinados a partir de la teoría de bandas de energía que
explican detalladamente el comportamiento de los materiales conductores.
C ON D UC TIVID
AD EL ÉC TR IC A TEMPER ATUR A(
ME TA L (S·M - 1 ) °C ) APU N TES

La conductividad
eléctrica más
alta de cualquier
Plata 6,30 × 107 20 metal

Cobre 5,96 × 107 20

Se refiere a
100% IACS
(Standard
Internacional de
Cobre Recocido,
de sus siglas en
inglés:
International
Annealed
Copper
Standard). Esta
es la unidad más
común usada
para medir la
conductividad de
materiales no
magnéticos
usando el
método de
las corrientes de
Foucault (corrien
Cobre Recocido 5,80 × 107 20 tes parásitas)

Oro 4,55 × 107 20-25  


Aluminio 3,78 × 107 20  

Wolframio 1,82 × 107    

Hierro 1,53 × 107    

C ON D UC TIVID
S E MIC OND U C TOR AD EL ÉC TR IC A TEMPER ATUR A(
ES (S·M - 1 ) °C ) APU N TES

Carbono 2,80 × 104    

Germanio 2,20 × 10-2    

Silicio 1,60 × 10-5    

C ON D UC TIVID
AD EL ÉC TR IC A TEMPER ATUR A(
A IS L A N TES (S·M - 1 ) °C ) APU N TES

Vidrio 10-10 a 10-14    

Lucita < 10-13    

Mica 10-11 a 10-15    

Teflón < 10-13    

Solo si está
fundido, en
estado sólido es
un
-18
Cuarzo 1,33 × 10   semiconductor.

Parafina 3,37 × 10-17    

C ON D UC TIVID
AD EL ÉC TR IC A TEMPER ATUR A(
L ÍQU ID OS (S·M - 1 ) °C ) APU N TES

Agua de mar 5 23 5(S·m-1) para


una salinidad
promedio de 35
g/kg alrededor
de 23(°C) 

Este rango de
valores es típico
del agua potable
de alta calidad
mas no es un
indicador de la
Agua potable 0,0005 a 0,05   calidad del agua.

1,2 × 10-4 en
agua sin gas; ver
J. Phys. Chem.
B 2005, 109,
Agua desionizada 5,5 × 10-6   1231-1238

Según la teoría de bandas de energía en sólidos cristalinos, son materiales


conductores aquellos en los que las bandas de valencia y conducción se
superponen, formándose una nube deelectrones libres causante de la corriente
al someter al material a un campo eléctrico. Estos medios conductores se
denominan conductores eléctricos.
Conductividad Térmica de los materiales: la conductividad térmica es
una propiedad física de los materiales que mide la capacidad de conducción de
calor. En otras palabras la conductividad térmica es también la capacidad de
una sustancia de transferir la energía cinética de sus moléculas a otras
moléculas adyacentes o a sustancias con las que no está en contacto. En
el Sistema Internacional de Unidades la conductividad térmica se mide
en W/(K·m) (equivalente a J/(s·K·m) )

La conductividad térmica es una magnitud intensiva. Su magnitud inversa es


la resistividad térmica, que es la capacidad de los materiales para oponerse al
paso del calor.

Una conductividad térmica de 1 vatio por metro y kelvin indica que una cantidad
de calor de un julio (J) se propaga a través de un material por conducción
térmica:
 en 1 segundo,
 por una superficie de 1 m2,
 por un espesor de 1 m,
 cuando la diferencia de temperatura entre las dos caras es de 1 K.

Cuanto mayor sea su conductividad térmica, un material será mejor conductor


del calor. Cuanto menor sea, el material será más aislante. Por ejemplo, el
cobre tiene una conductividad de 380 vatios por kelvin y metro, y es más de
10 000 veces mejor conductor del calor que el poliuretano (0,035 vatios por
kelvin y metro).

La conductividad térmica es una propiedad de los materiales que valora la


capacidad de transmitir el calor a través de ellos. Es elevada en metales y en
general en cuerpos continuos, es baja en polímeros, y muy baja en algunos
materiales especiales como la fibra de vidrio, que se denominan por
ello aislantes térmicos. Para que exista conducción térmica hace falta una
sustancia, de ahí que es nula en el vacío ideal, y muy baja en ambientes donde
se ha practicado un vacío bajo.

Las Propiedades mecánicas de los materiales son quizás las más importantes


pues son las que determinan el comportamiento de éstos cuando se ven
sometidos a la acción de fuerzas exteriores de cualquier tipo, continuas o
discontinuas, estáticas, dinámicas o cíclicas.

Pueden definirse como la Resistencia mecánica que ofrece el material a dichos


esfuerzos. Las propiedades mecánicas de un material tienen mucha
importancia desde un punto de vista técnico.

Las propiedades térmicas de los materiales: consisten en las respuestas de


estos ante las variaciones de la temperatura. Por ejemplo, es sabido que la
mayoría de las sustancias se expande al calentarse y se contrae cuando se
enfría.
El diseño de las piezas más diversas requiere el uso de materiales con ciertas
propiedades térmicas, a fin de garantizar su correcto funcionamiento. Muchas
partes mecánicas están expuestas al calor intenso durante la operación, y es
preciso que mantengan sus dimensiones y estructura ante los esfuerzos a los
que están sometidas.

Incluso otras propiedades de los materiales, además de las mecánicas, como


las propiedades eléctricas y magnéticas, son afectadas por los cambios de
temperatura. De allí la importancia de conocerlas.

Entre las principales propiedades térmicas están la capacidad calorífica, la


conductividad térmica, la dilatación térmica, la fusibilidad y la soldabilidad. Sus
principales características se describen brevemente a continuación.

1. Capacidad calorífica

Es la propiedad que señala cuán fácil es que un material dado absorba calor.
Matemáticamente, la capacidad calorífica C se define como la tasa de cambio
del calor Q respecto a la temperatura T:

C = dQ /dT

La unidad de medida de C en el Sistema Internacional de Unidades SI es el


joule /kelvin o J/K, pero también se emplea el joule /grado Celsius o J/Cº.

Definida de esta manera, la capacidad calorífica es una propiedad del objeto y


no del material, pero si se incluye la masa y se define la capacidad calorífica
por unidad de masa, entonces se tiene una propiedad del material
llamada calor específico o capacidad calórica específica.

El calor específico en unidades SI, es la cantidad de calor en joules que se


precisa para elevar la temperatura de 1 kg de la sustancia en 1 kelvin. Se
denota con la letra “c” minúscula, para distinguirlo de C:
c = dQ /m∙dT

Otras unidades de c que se utilizan con frecuencia son J/mol. K y el J/Kg. Cº.
De igual manera se utilizan mucho la caloría y el BTU, otras unidades para
medir energía calórica. El calor específico en los gases se mide, ya sea
a volumen constante o a presión constante.

Calor específico del agua: El calor específico del agua a presión atmosférica
y 25ºC de temperatura, es 4190 J/Kg. Cº, mientras que, para un metal de uso
frecuente como el hierro, es de 460 J/Kg. Cº. El calor específico del agua es
más elevado que el de la mayoría de las sustancias, por ello tiene una mayor
capacidad para absorber calor o para cederlo, de allí que el agua se utiliza
ampliamente en sistemas de refrigeración.

Efecto moderador del clima: El elevado calor específico del agua genera un
efecto moderador del clima en las regiones costeras, evitando los cambios muy
acentuados de temperatura.

2. Conductividad térmica

Esta propiedad indica la aptitud de una sustancia para transportar el calor,


siendo su recíproco la resistividad térmica, que es la resistencia a dejar pasar
el calor.

Se ha observado que el flujo de energía por unidad de área y unidad de tiempo,


es proporcional al gradiente o variación de la temperatura a lo largo de la
dirección del flujo.

La constante de proporcionalidad es precisamente la conductividad térmica y,


en unidades del Sistema Internacional, se mide en W /(m/K).

Conductividad térmica de los metales: Todos han observado alguna vez lo


fácil que se calientan los objetos de metal y también cómo, a temperatura
ambiente, parecen estar más fríos que un papel o un pedazo de madera.
Sucede que los átomos de los metales tienen electrones libres en las capas
más externas, poco ligados al núcleo.

Estos electrones pueden moverse con facilidad dentro del material,


aprovechando para transportar energía térmica. Es por ello que los metales
tienen elevadas conductividades térmicas, y de igual manera, por la misma
razón, son buenos conductores de la electricidad.

En cambio, los gases como el aire, las cerámicas, plásticos y madera son
pobres conductores del calor, al carecer de electrones libres. Por lo tanto, son
buenos aislantes térmicos.

Pese a ello, la sustancia con la mayor conductividad térmica que se conoce no


es un metal, sino el diamante, con 2000-2200 W /(m/K) a 25 ºC. Le siguen
metales como la plata y el cobre, con 429 y 398 W /(m/K) respectivamente.

3. Dilatación térmica

Casi todas las sustancias se expanden al calentarse y se contraen al enfriarse.


En los sólidos existen fuerzas entre los átomos que mantienen la cohesión, las
cuales pueden imaginarse como resortes que conectan a los átomos.

En el interior del material, los átomos no están quietos, sino en constante


vibración alrededor de una posición de equilibrio. Al aumentar la temperatura,
la amplitud de esta vibración se hace mayor.

Ahora bien, sucede que esos resortes imaginarios que unen a los átomos se
estiran con más facilidad de lo que se pueden contraer. De allí que la distancia
media entre los átomos se incremente con la temperatura, y el material termine
expandiéndose.

En una varilla delgada hecha de un determinado material, la variación de su


longitud al calentarse, llamada ΔL, es proporcional a la longitud inicial de la
varilla Lo y al cambio en la temperatura ΔT. La constante de proporcionalidad
es el coeficiente de expansión lineal α, cuyas unidades son de inverso de
temperatura y es característico de la sustancia:

ΔL = α∙Lo∙ ΔT

De forma semejante, se puede definir la dilatación térmica superficial, como la


que experimenta una lámina delgada, y la dilatación térmica volumétrica, que
experimenta un objeto tridimensional cualquiera.

Ejemplos de dilatación térmica:

Cuando se pavimenta una calle o se colocan los adoquines sobre la acera, se


deja un espacio entre los cuadros, de tal manera que cuando se calienten por
el sol durante el verano, tengan espacio para la expansión, sin resquebrajarse.

Asimismo, una estrategia para abrir un frasco con la tapa muy apretada es
calentarla un poco sumergiéndola en agua caliente. De esta manera la tapa se
expande y es más fácil desenroscarla después.

4. Fusibilidad

Hay sustancias que se funden al calentarse, como los metales, los plásticos y
el vidrio. En realidad, todas las sustancias, en mayor o menor medida, son
fusibles, es decir, se pueden derretir o fundir. La facilidad con que esto se logra
se denomina justamente fusibilidad, pero al definir esta característica, lo que se
busca son materiales apropiados para obtener piezas sanas.

En este sentido, materiales como el bronce y el latón son aptos para este
cometido, pues con ellos se logra una buena fluidez y se copian bien los
moldes.

Por otro lado, la aleación usada en soldadura debe tener alta fusibilidad (baja
temperatura de fusión) en comparación a los materiales a soldar.
Aleaciones de estaño y plomo son buenas para unir piezas a través de
soldadura blanda, en la cual se derrite la aleación, que al enfriarse adquiere
una buena resistencia. De esta manera pueden soldarse piezas para motores,
juguetes, cables, circuitos y más.

5. Soldabilidad

Es la capacidad que tienen las piezas de un mismo material, o bien de


materiales distintos, para adherirse unas a otras, mediante calentamiento y
compresión. Puede hacerse calentando las piezas directamente hasta que
alcanzan la temperatura de fusión, o bien empleando algún material intermedio
que permita la adhesión.

El propósito es lograr que las piezas soldadas mantengan su integridad, sin


presentar fisuras, tensiones o deformaciones que afecten el funcionamiento de
la pieza soldada.

Metales como el hierro tienen buena soldabilidad, así como el acero de bajo
contenido en carbono. En cambio, no son soldables los metales y aleaciones
que se derriten rápidamente, esto es, sin pasar por un periodo plástico. El
bronce, por ejemplo, es una aleación a base estaño y cobre con otros
minerales, que normalmente es difícil de soldar.

La capacidad de los materiales para conducir la electricidad depende de su


estructura y de la interacción de los átomos que los componen. Las partículas
que componen los átomos pueden tener distintos tipos de cargas, positivas
(protones), negativas (electrones) y neutras (neutrones).

Cuando un material sólido puede conducir la electricidad, lo hace desde sus


capas de electrones más externas. Los materiales sólidos conductores por
excelencia son los metales, como el cobre, que poseen un único electrón en
su última capa electrónica. En el caso de los semiconductores, es necesaria
una inducción para arrancar electrones. El otro tipo de materiales sólidos en
los que no es posible arrancar electrones son los llamados aislantes.
Los mecanismos de conducción eléctrica son muy diferentes en los llamados
superconductores y en los líquidos. Los superconductores conducen la
electricidad a muy bajas temperaturas en un estado cuántico macroscópico.
En los líquidos, la conducción de la electricidad se realiza a través de
electrolitos y la corriente es producida por el desplazamiento de átomos o
moléculas completas ionizadas positivas o negativas.

¿Qué son las propiedades eléctricas de los materiales?

Las propiedades eléctricas de los materiales son aquellas que determinan su


respuesta ante el paso de la corriente eléctrica, es decir, su capacidad de
conductividad y resistividad (propiedad de transmitir la electricidad y resistencia
al paso de la misma, respectivamente). De acuerdo a este criterio, los
materiales se clasifican en tres categorías: conductores, aislantes y
semiconductores.

La disposición de las partículas que conforman el átomo es la responsable de


esta respuesta. Dos de las más importantes, los protones y los electrones, se
caracterizan por tener carga eléctrica, una propiedad de la materia, al igual que
la masa.

En el caso de los materiales conductores, es fácil establecer una corriente


eléctrica en su interior, pues algunos poseen electrones libres, que no están
vinculados a un átomo en particular. Normalmente, el movimiento de estos
electrones es aleatorio, pero si algún agente externo se ocupa de moverlos
ordenadamente, se genera una corriente.

Por el contrario, el núcleo atómico en los materiales aislantes es capaz de


retener con más firmeza a los electrones, por lo que no es tan sencillo que
circulen las cargas eléctricas a través de ellos.
La propiedad magnética se refiere a la respuesta de un material a un campo
magnético aplicado. Las propiedades magnéticas macroscópicas de un
material son una consecuencia de las interacciones entre un campo magnético
externo y los momentos dipolares magnéticos de los átomos constituyentes. 

Diferentes materiales reaccionan a la aplicación de un campo magnético de


manera diferente. Los efectos más familiares ocurren en materiales
ferromagnéticos, que son fuertemente atraídos por campos magnéticos y
pueden magnetizarse para convertirse en imanes permanentes, produciendo
campos magnéticos ellos mismos. Solo unas pocas sustancias son
ferromagnéticas. Los más comunes son el hierro, el cobalto y el níquel y sus
aleaciones.

Tipos de magnetismo

Se han observado y clasificado cinco tipos básicos de magnetismo sobre la


base del comportamiento magnético de los materiales en respuesta a campos
magnéticos a diferentes temperaturas. Desde este punto de vista, este tipo de
materiales son:

 Material diamagnético. Los materiales diamagnéticos son aquellos que


algunas personas generalmente consideran no magnéticos. Los
materiales diamagnéticos son repelidos por un campo magnético; un
campo magnético aplicado crea un campo magnético inducido en ellos
en la dirección opuesta, provocando una fuerza repulsiva. El
diamagnetismo es el resultado de cambios en el movimiento orbital de
los electrones inducidos por un campo externo. Los materiales
diamagnéticos incluyen agua, madera, la mayoría de los compuestos
orgánicos como el petróleo y algunos plásticos, y muchos metales,
incluido el cobre, en particular los pesados con muchos electrones
centrales, como el mercurio, el oro y el bismuto. El efecto es
extremadamente pequeño (con susceptibilidades del orden de -10-5) y en
oposición al campo aplicado. Los materiales diamagnéticos, como el
agua o los materiales a base de agua, tienen una permeabilidad
magnética relativa menor o igual a 1 y, por lo tanto, una susceptibilidad
magnética menor o igual a 0, ya que la susceptibilidad se define como
χv = μv – 1 Los materiales diamagnéticos y paramagnéticos se
consideran no magnéticos porque las magnetizaciones son
relativamente pequeñas y persisten sólo mientras está presente un
campo aplicado. Si χ ( susceptibilidad magnética) es negativo, el
material es diamagnético. En este caso, el campo magnético del material
se debilita por la magnetización inducida. Los materiales diamagnéticos
son repelidos por campos magnéticos. Por ejemplo, la susceptibilidad
magnética de diamagnetos como el agua es χ v = −9,05 × 10−6. El
material más fuertemente diamagnético es el bismuto, χ v = −1,66 ×
10−4. Generalmente, se dice que los materiales no magnéticos son
paramagnéticos o diamagnéticos porque no poseen magnetización
permanente sin un campo magnético externo.

 Materiales paramagnéticos. Los materiales paramagnéticos son


aquellos que tienen dipolos atómicos permanentes, sobre los que se
actúa individualmente y se alinean en la dirección de un campo
externo. Los materiales diamagnéticos y paramagnéticos se consideran
no magnéticos porque las magnetizaciones son relativamente pequeñas
y persisten solo mientras está presente un campo
aplicado. Si χ (susceptibilidad magnética) es positivo, un material puede
ser paramagnético. En este caso, el campo magnético del material se ve
reforzado por la magnetización inducida. Los materiales paramagnéticos
incluyen la mayoría de los elementos químicos y algunos
compuestos. Tienen una permeabilidad magnética relativa ligeramente
superior a 1 (es decir, una pequeña susceptibilidad magnética positiva)
y, por tanto, son atraídos por los campos magnéticos. Generalmente, se
dice que los materiales no magnéticos son paramagnéticos o
diamagnéticos porque no poseen magnetización permanente sin un
campo magnético externo.
 Materiales ferromagnéticos. El ferromagnetismo es el mecanismo
básico por el cual un material forma un imán permanente (es decir,
materiales que pueden ser magnetizados por un campo magnético
externo y permanecer magnetizados después de que se elimina el
campo externo). El ferromagnetismo es el tipo más fuerte y es
responsable de este fenómeno común. Los materiales ferromagnéticos,
ferrimagnéticos o antiferromagnéticos poseen magnetización
permanente incluso sin campo magnético externo y no tienen una
susceptibilidad de campo cero bien definida. Los momentos magnéticos
permanentes en materiales ferromagnéticos son el resultado de
momentos magnéticos atómicos debidos a espines de electrones no
apareados como consecuencia de la estructura electrónica. También
hay una contribución del momento magnético orbital que es pequeña en
comparación con el momento de giro. Por lo tanto, incluso en ausencia
de un campo aplicado, los momentos magnéticos de los electrones en el
material se alinean espontáneamente en paralelo entre sí. Cada material
ferromagnético tiene su propia temperatura individual,
llamada temperatura de Curie, o punto de Curie, por encima del cual
pierde sus propiedades ferromagnéticas. Esto se debe a que la
tendencia térmica al desorden supera la disminución de energía debido
al orden ferromagnético. Solo unas pocas sustancias son
ferromagnéticas. Los más comunes son el hierro, el cobalto, el níquel y
la mayoría de sus aleaciones, y algunos compuestos de metales de
tierras raras. El ferromagnetismo es muy importante en la industria y la
tecnología moderna. Los materiales ferromagnéticos se pueden dividir
en materiales magnéticamente “blandos” como el hierro recocido, que
pueden magnetizarse pero no tienden a permanecer magnetizados, y
materiales magnéticamente “duros”, que sí lo hacen. Los imanes
permanentes están hechos de materiales ferromagnéticos “duros” como
el álnico y la ferrita que se someten a un procesamiento especial en un
fuerte campo magnético durante la fabricación para alinear su estructura
micro cristalina interna.
 Materiales anti ferromagnéticos. En un anti ferromagnético, a
diferencia de un ferromagnético, hay una tendencia a que los momentos
magnéticos intrínsecos de los electrones de valencia vecinos apunten en
direcciones opuestas. Cuando todos los átomos están dispuestos en una
sustancia de modo que cada vecino sea antiparalelo, la sustancia es
antiferromagnética. Los antiferromagnétos tienen un momento
magnético neto cero, lo que significa que no producen ningún campo. El
óxido de manganeso (MnO) es un material que muestra este
comportamiento. Generalmente, el orden antiferromagnético puede
existir a temperaturas suficientemente bajas, pero desaparece a
la temperatura de Néel y por encima de ella. Por encima de la
temperatura de Néel, el material es típicamente paramagnético, es decir,
la energía térmica se vuelve lo suficientemente grande como para
destruir el orden magnético microscópico dentro del material. La
temperatura de Néel del MnO es de aproximadamente 116K.

 Materiales ferrimagnéticos. Las características magnéticas


macroscópicas de los ferromagnetos y los ferrimagnetos son similares,
la distinción radica en la fuente de los momentos magnéticos netos. Un
material ferrimagnético es aquel que tiene poblaciones de átomos con
momentos magnéticos opuestos, como en el antiferromagnetismo; sin
embargo, en los materiales ferrimagnéticos, los momentos opuestos son
desiguales y queda una magnetización espontánea. Los materiales
ferromagnéticos, ferrimagnéticos o antiferromagnéticos poseen
magnetización permanente incluso sin campo magnético externo y no
tienen una susceptibilidad de campo cero bien definida. Las
ferritas (ampliamente utilizadas en productos domésticos como los
imanes de nevera) suelen ser compuestos cerámicos ferrimagnéticos
derivados de los óxidos de hierro. Magnetita (Fe3O4) es un ejemplo
famoso.

En las centrales nucleares y en las centrales eléctricas en general, la elección


adecuada de los materiales es crucial en el generador principal donde hay
fuertes campos magnéticos. En general, un generador principal consta de una
parte giratoria y una parte estacionaria:

 Estator. El estator es la parte estacionaria de un generador eléctrico que


rodea el rotor. El estator tiene un devanado de alambre en el que el
campo cambiante induce una corriente eléctrica.

 Rotor. El rotor es la parte giratoria de un generador eléctrico y genera un


campo magnético.

Permeabilidad – Permeabilidad relativa

En electromagnetismo, la permeabilidad es la medida de la resistencia de una


sustancia frente a la formación de un campo magnético. El campo magnético
auxiliar H representa cómo un campo magnético B influye en la organización de
los dipolos magnéticos en una sustancia dada. 

Susceptibilidad magnética

En electromagnetismo, la susceptibilidad magnética es la medida de la


magnetización de una sustancia. La susceptibilidad magnética es un factor de
proporcionalidad adimensional que indica el grado de magnetización de un
material en respuesta a un campo magnético aplicado. La magnitud de M es
proporcional al campo aplicado.

La susceptibilidad magnética y la permeabilidad relativa se relacionan entre sí


permitiendo una clasificación simple de la respuesta de la mayoría de los
materiales a un campo magnético aplicado en dos categorías: una alineación
con el campo magnético, llamada paramagnetismo, o una alineación con el
campo, llamada diamagnetismo.
 Material diamagnético. Los materiales diamagnéticos son aquellos que
algunas personas generalmente consideran no magnéticos. Los
materiales diamagnéticos son repelidos por un campo magnético; un
campo magnético aplicado crea un campo magnético inducido en ellos
en la dirección opuesta, provocando una fuerza repulsiva. El
diamagnetismo es el resultado de cambios en el movimiento orbital de
los electrones inducidos por un campo externo. Los materiales
diamagnéticos incluyen agua, madera, la mayoría de los compuestos
orgánicos como el petróleo y algunos plásticos, y muchos metales,
incluido el cobre, en particular los pesados con muchos electrones
centrales, como el mercurio, el oro y el bismuto. El efecto es
extremadamente pequeño (con susceptibilidades del orden de -10-5) y en
oposición al campo aplicado. Los materiales diamagnéticos, como el
agua o los materiales a base de agua, tienen una permeabilidad
magnética relativa menor o igual a 1 y, por lo tanto, una susceptibilidad
magnética menor o igual a 0, ya que la susceptibilidad se define como
χv = μ v – 1 Los materiales diamagnéticos y paramagnéticos se
consideran no magnéticos porque las magnetizaciones son
relativamente pequeñas y persisten sólo mientras está presente un
campo aplicado. Si χ (susceptibilidad magnética) es negativo, el material
es diamagnético. En este caso, el campo magnético del material se
debilita por la magnetización inducida. Los materiales diamagnéticos son
repelidos por campos magnéticos. Por ejemplo, la susceptibilidad
magnética de diamagnetos como el agua es χ v = −9,05 × 10−6. El
material más fuertemente diamagnético es el bismuto, χ v = −1,66 ×
10−4. Generalmente, se dice que los materiales no magnéticos son
paramagnéticos o diamagnéticos porque no poseen magnetización
permanente sin un campo magnético externo.

 Materiales paramagnéticos. Los materiales paramagnéticos son


aquellos que tienen dipolos atómicos permanentes, sobre los que se
actúa individualmente y se alinean en la dirección de un campo
externo. Los materiales diamagnéticos y paramagnéticos se consideran
no magnéticos porque las magnetizaciones son relativamente pequeñas
y persisten solo mientras está presente un campo
aplicado. Si χ (susceptibilidad magnética) es positivo, un material puede
ser paramagnético. En este caso, el campo magnético del material se ve
reforzado por la magnetización inducida. Los materiales paramagnéticos
incluyen la mayoría de los elementos químicos y algunos
compuestos. Tienen una permeabilidad magnética relativa ligeramente
superior a 1 (es decir, una pequeña susceptibilidad magnética positiva)
y, por tanto, son atraídos por los campos magnéticos. Generalmente, se
dice que los materiales no magnéticos son paramagnéticos o
diamagnéticos porque no poseen magnetización permanente sin un
campo magnético externo.

Una propiedad estrechamente relacionada de los materiales es


la permeabilidad relativa, que es la relación entre la permeabilidad en un
material y la permeabilidad en el vacío. En general, la permeabilidad es la
medida de la resistencia de una sustancia frente a la formación de un campo
magnético.
Ni μr ni χ son constantes, ya que pueden variar con la posición en el
medio. Dependen no solo del material sino también de la magnitud del campo,
H, la frecuencia del campo magnético aplicado, la humedad, la temperatura y
otros parámetros. Casi todos los materiales responden a un campo magnético
magnetizándose, pero la mayoría son paramagnéticos con una respuesta tan
débil que no tiene ningún uso práctico. Algunos, sin embargo, contienen
átomos que tienen grandes momentos dipolares y tienen la capacidad de
magnetizarse espontáneamente (es decir, alinear sus dipolos en
paralelo). Estos se denominan materiales ferromagnéticos y ferrimagnéticos (el
segundo se llama ferritas para abreviar), y son estos los que tienen un uso
práctico real. Ferromagnético, ferrimagnético,
https://www.protolabs.es/recursos/sugerencias-de-diseno/propiedades-de-los-
materiales-plasticos-y-metalicos/

https://es.slideshare.net/RoxanaSurezCampos/propiedades-fsicas-y-qumicas-
de-la-materia

https://www.materialesde.com/propiedades-mecanicas-de-los-materiales/

https://danybarker.wordpress.com/2013/11/21/397/

Zapata, Fanny. (15 de junio de 2021). ¿Qué son las propiedades térmicas y


cuáles son? (Con ejemplos). Lifeder. Recuperado
de https://www.lifeder.com/propiedades-termicas/.

https://www.lifeder.com/propiedades-electricas-materiales/

1. Gaskell, David R. (1995). Introducción a la Termodinámica de Materiales


(4ª ed.). Taylor y Francis Publishing. ISBN 978-1-56032-992-3.

1. González-Viñas, W. y Mancini, HL (2004). Introducción a la ciencia de


los materiales. Prensa de la Universidad de Princeton. ISBN 978-0-691-
07097-1.
2. William D. Callister, David G. Rethwisch. Ciencia e Ingeniería de
Materiales: Introducción 9ª Edición, Wiley; 9a edición (4 de diciembre de
2013), ISBN-13: 978-1118324578.

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