Exacta Aplicacion de La Ley

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La exacta aplicación de la Ley

INTRODUCCION
El tema de la exacta aplicación de la ley ha sido abordado por innumerables
autores, principalmente como garantía constitucional, pero no sólo en lo que
respecta a la materia penal, ya que el Alto Tribunal ha hecho extensivo su alcance
también a la materia fiscal y administrativa. Esto nos da una idea acerca de la
importancia que tiene su cumplimiento por parte de las autoridades.
Con acierto, Manuel Atienza sostiene que el mejor jurista ha de ser aquel que
ofrezca razones respecto de la interpretación y aplicación de las normas jurídicas,
aplicar la ley en su justa dimensión es algo a lo que constriñe el tercer párrafo del
artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
La importancia de hacer una realidad la exacta aplicación de la ley estriba en la
necesidad de recordar el pilar de la legalidad contenido en el orden constitucional;
aquélla constituye la base legal a la cual debe sujetarse toda autoridad, incluso
para la aplicación del resto de las normas que le acompañan.
No hay que olvidar que sin seguridad jurídica no hay ni puede haber fluidez en el
funcionamiento de la sociedad; y no hay peor inseguridad jurídica que la referida al
derecho penal

ANTECEDENTES HISTORICOS
El antecedente del artículo 14 constitucional, párrafo segundo, que contempla la
garantía de debido proceso legal, se encuentra en la Constitución Federal de
Estados Unidos, en las enmiendas V y XIV. Esto hace pensar que el
constituyente permanente buscaba que tuviera el mismo alcance del país del cual
se copió.
Se entiende por debido proceso legal “el conjunto de condiciones y requisitos de
carácter jurídico y procesal que son necesarios para poder afectar legalmente los
derechos de los gobernados”.
La garantía de debido proceso legal, también conocida como derecho a la
defensa, se encuentra prevista en el artículo 14 constitucional, párrafo segundo;
éste reza:
“Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades,
posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales
previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho”
Aun a pesar de esto, existe un sector de la doctrina que considera que tal principio
no puede tener el mismo alcance en nuestro país que el que ha tenido en los
Estados Unidos de Norteamérica. Afirmación por demás cuestionable, pues habría
que ahondar en las razones de quien lo dice para comprender el porqué, según
ellos, no puede un principio de protección y seguridad juridica, tener los alcances
en nuestra nación, que ha tenido en la nación que lo creo, si recordamos que el
Derecho es universal y ubicuo, claro está que se debe adecuar a la idiosincrasia y
necesidades de cada lugar
Si observamos con detenimiento el texto norteamericano, de las enmiendas V y
XIV de la Constitución Federal de Estados Unidos, se podrá notar que el
segundo párrafo del artículo 14 constitucional es una traducción casi literal. La
traducción que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha hecho del artículo 14
constitucional, no deja lugar a dudas de que es en el párrafo segundo de dicho
artículo, en el que se protege el debido proceso legal. El texto norteamericano de
dicha enmienda reza:

Enmienda V:
“No person shall be held to answer for a capital, or otherwise infamous crime,
unless on a presentment or indictment of a Grand Jury, except in cases arising in
the land or naval forces, or in the Militia, when in actual service in time of War or
public danger; nor shall any person be subject for the same offence to be twice put
in jeopardy of life or limb; nor shall be compelled in any criminal case to be a
witness against himself, nor be deprived of life, liberty, or property, without due
process of law; nor shall private property be taken for public use, without just
compensation”.
"Ninguna persona deberá responder por un delito capital o de otro modo
infame, a menos que sea en una presentación o acusación de un Gran
Jurado, excepto en casos que surjan en las fuerzas terrestres o navales, o en
la Milicia, cuando esté en servicio real a tiempo de guerra o peligro público;
ni tampoco se podrá poner en peligro la vida o la integridad física dos veces
a una persona por el mismo delito; ni será obligado en ningún caso penal a
declarar contra sí mismo, ni será privado de la vida, libertad o propiedad sin
el debido proceso legal; ni se tomará propiedad privada para uso público,
sin una justa compensación ”.
Enmienda XIV:
“All persons born or naturalized in the United States, and subject to the jurisdiction
thereof, are citizens of the United States and of the States wherein they reside: No
State shall make or enforce any law which shall abridge the privileges or
immunities of citizens of the United States; nor shall any State deprive any person
of life, liberty, or property, without due process of law; nor deny to any person
within its jurisdiction the equal protection of the laws…”
“Todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos, y
sujetas a la jurisdicción de los mismos, son ciudadanos de los Estados
Unidos y de los Estados en los que residen: Ningún Estado dictará ni hará
cumplir ninguna ley que limite los privilegios o inmunidades de los
ciudadanos de los Estados Unidos; tampoco ningún Estado privará a
ninguna persona de la vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso
legal; ni negar a ninguna persona dentro de su jurisdicción la igual
protección de las leyes ... "

Una vez comprendido, que es en el artículo 14 constitucional, párrafo segundo,


donde se protege la garantía de debido proceso legal, es obvio que entonces sí
puede y debe tener el mismo alcance que en la legislación norteamericana; ahora
precisemos qué se protege en la misma.
De conformidad con la doctrina norteamericana, creadora de dicho principio, una
de las garantías que se protege, en el principio de debido proceso legal, es la
garantía de taxatividad, conocida en Norteamérica como, “The void-for-vagueness
doctrine” (nulidad por vaguedad). Sin embargo, es necesario mencionar, que el
término “due process of law” tiene cuatro acepciones o interpretaciones, en
materia penal, éstas son:
1) se entiende como el requerimiento constitucional del principio de legalidad y no
arbitrariedad,
2) tiene que ver con la lista de protecciones que aparecen en el “Bill of Rights”,
3) como una garantía de un proceso adecuado, esto es, como procedimientos que
minimizan el riesgo de que procesados inocentes sean condenados por un delito,
4) como justicia fundamental. En este estudio únicamente se hará referencia a la
garantía de taxatividad.
De acuerdo con esta doctrina, toda persona tiene derecho a estar informada de lo
que el Estado obliga o prohíbe. De conformidad con la garantía de taxatividad, una
persona no puede ser condenada por un delito cuya definición sea ambigua o
vaga; ya que por esta razón, se deja a cualquier persona en estado de
indefensión; y por lo tanto debe de ser declarada inconstitucional.
De lo anterior se deduce que todas las leyes, sean penales o civiles, pero
especialmente las leyes penales, deben de ser precisas, en el sentido de que
cualquier persona pueda saber qué conducta es delictiva, especialmente cuando
se trata de penas severas. Es indispensable que el tipo sea suficientemente claro,
para que de esta forma el abogado pueda defender a su cliente; sin esto el
derecho a la defensa se verá disminuido; además podrá existir violación
constitucional a la sexta enmienda, que protege el que el procesado conozca la
naturaleza y causa de la acusación.
De la mencionada garantía; nulidad por vaguedad se llega a dos conclusiones:
1) ninguna persona estará obligada a obedecer una ley, cuyos términos sean
ambiguos, y razón por la cual se tenga duda de qué es lo que se prohíbe; y
2) la ley no puede contener términos vagos porque traerá como consecuencia la
arbitrariedad y la discriminación en la aplicación del derecho
Los antecedentes históricos del articulo 14 constitucional son importantes dado
que permiten comprender con mayor precisión al significado de las palabras
puestas en su redacción. Es fundamental conocer el origen del precepto y
entender el interés social que apremia la norma, y solamente así, sin alterar el
texto de la norma, adecuarla en el nuevo escenario en que se actualice su
moderna aplicación.
El proyecto previo para la Constitución de 1857 tenía dos artículos que de los
cuales deviene la redacción del referido precepto constitucional, los artículos eran
el 4 y el 26. La original redacción del entonces artículo 14 constitucional quedo así:
“Artículo 14. No se podrá expedir una ninguna ley retroactiva. Nadie puede ser
juzgado ni sentenciado sino por leyes dadas con anterioridad al hecho, y
exactamente aplicadas a él por el tribunal que previamente haya establecido.”
Surgieron de inmediato reacciones respecto a la retroactividad, la competencia de
los tribunales y por supuesto que se debía entender por la palabra exactamente.
Al respecto se conoció la opinión de los integrantes de la comisión, señaló el
señor Montiel y Duarte: “La segunda parte entraña la idea profunda de que ni la
tramitación, ni la sentencia se han de fundar en prácticas, costumbres o doctrinas,
sino precisamente en la ley; por eso lo establece la constitución en este precepto
ineludible. En asuntos criminales no hay antecedentes de analogía; lo hay en
los asuntos civiles.”
Importantísimo el concepto que refirió el señor Lozano expuso de manera por
demás que el artículo no sólo se refiere a garantizar la exactitud en la aplicación
de la pena, sino en el procedimiento.
Vallarta señalaba que la interpretación siempre cabe en materia civil, pero no es
igual en lo penal; sin embargo, asevera que uno y otro juzgador (juez civil y juez
penal) deben ceñirse al texto de la ley en cuanto ello sea posible si no hay
oscuridad o silencio en la misma. Por primera vez se tiene la indicación de que el
término exactamente se debe entender en el artículo 14 como la racional
aplicación de la ley.
El Jurista Mariano Coronado sostenía el criterio siguiente:
“La aplicación exacta de la ley, es la que se hace resolviendo el caso comprendido
en sus literales preceptos, sin ampliarlos, para sujetar a su imperio otro caso que
ellos no comprendan, y sin que para esto pueda alegarse ni la razón ni el espíritu
de la ley, ni la equivalencia, ni la voluntad presunta del legislador, ni la analogía ni
los argumentos ab absurdo, a simile, ad majus, etc., la aplicación exacta de la ley
es la que excluye toda interpretación aún para suplir su silencio o insuficiencia; en
lo criminal así se debe aplicar exactamente la ley, y cualquier interpretación es
un atentado del juez contra la libertad, la honra o la vida del hombre la ley penal
tiene que aplicarse exactamente si no se quiere retrogradar al tiempo en que un
juez podía condenar a muerte a un hombre por equivalencia de razón.”
Equivocadamente creen algunos que la regla mencionada podría en un momento
dado tornarse contraria a su finalidad al “prohibir” a los jueces toda interpretación
de la ley, sujetarlos a su letra material, y dejar impunes muchos delitos. Esto no
es así porque lo que se prohíbe es ampliar o restringir la ley por medio de una
interpretación extensiva o restrictiva que es injusta y peligrosa en Derecho penal;
pero no de la interpretación lógica, no que los jueces consulten la ciencia del
Derecho, para penetrar el verdadero sentido de la ley, averiguando las razones
que se tuvieren presentes al dictarla; no, en fin, que comparen y analicen las
diversas leyes que tienen relación con la que hayan de aplicar, esto si es propio
del jurisconsulto y del magistrado.
Para entender la autonomía de la aplicación de la ley frente a la interpretación de
la misma. Citando a Riccardo Guastini, el distinguido jurista Jaime Cárdenas
Gracia, señala que las autoridades son las únicas que aplican el derecho, en tanto
que cualquier individuo con inteligencia puede hacer una interpretación,
igualmente sostiene que la diferencia entre la aplicación y la interpretación es que
la primera tiene, por objeto normas y la segunda textos normativos. Pero además
hace la indicación de que la aplicación supone la interpretación.
En efecto, la aplicación de la ley no puede prescindir del proceso mental activo
mediante el cual el individuo atribuye el significado a las palabras con las cuales
se expresa la norma jurídica. De tal suerte que si la aplicación de la ley debe
realizarse con criterios de corrección o, como lo dicen los intérpretes originarios
del tercer párrafo del artículo 14 constitucional, la exactitud en la aplicación de la
ley es la racional aplicación de la misma. Ya Martínez de Castro mencionaba que
no hay incompatibilidad entre la interpretación y la aplicación exacta de la ley.
Como ya observamos en líneas anteriores los alcances que tiene la expresión
“exactamente aplicable” contenida en el tercer párrafo del artículo 14
constitucional pasa a comprenderse que la aplicación se realice correctamente,
puntualmente, racionalmente, equivalencia de razón, lógica, etc., son palabras que
giran alrededor de las discusiones del constituyente de 1857. Convendría
entonces plantear si la interpretación es posible hacerla con dichos criterios o bien
simplemente aceptar de forma lisa y llana que la interpretación no debe ser más
que un acto político, en el cual tienen verificativo las tendencias e intereses
políticos, económicos, financieros y, rara vez, sociales.
Más de ciento cincuenta años han transcurrido desde que se discutió la redacción
del tercer párrafo del artículo 14 constitucional, las palabras expuestas en el
debate de los diputados, las de su redactor Ignacio Vallarta; la opinión de diversos
tratadistas como Emilio Rabasa, Adalberto Andrade G., Mariano Coronado y otros,
ponen de manifiesto que la norma debe ser aplicada racionalmente, interpretada
de acuerdo a la hermenéutica de su rama a la que corresponde; Martínez de
Castro (redactor del Código Penal) refiere que es falso que se prohíba interpretar
en materia penal y señala que los jueces deben hacer una interpretación lógica
encontrando en todo momento el verdadero sentido de la ley.

LA EXACTA APLICACION DE LA LEY EN LA ACTUALIDAD


La exacta aplicación de la Ley es uno de los principios generales del Derecho
fundamental, así mismo estructura en concordancia con el debido proceso la
columna vertebral de la exacta aplicación de la ley en materia penal, de igual
manera sustanciados por el Derecho sustantivo y el Derecho adjetivo.

Como sabemos al tratar la exacta aplicación de la Ley en materia penal


indubitablemente debemos de analizar la teoría del delito, así como algunos de
sus elementos y algunos de los preceptos del Código Penal Federal.

Sin embargo debemos comenzar por el principio, es decir, por nuestra Ley
Suprema; La Constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos que en su
artículo 14 contiene lo que para mí apreciación como ya lo dije, los dos más
importantes y significativos principios del Derecho; la exacta aplicación de la Ley
y el debido proceso, aunque en opinión de algunos estudiosos del Derecho, el
párrafo segundo de este articulo y el párrafo tercero están invertidos en cuanto a
la ponderación de su contenido, de cualquier manera nos avocaremos por ahora
en el párrafo tercero que es el que consagra lo aquí analizado. La exacta
aplicación de la Ley:

(En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple
analogía y aún por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por
una ley exactamente aplicable al delito que se trata).

También conocido como el principio de legalidad (nullum crimen nulla poena


sine lege) principio dispositivo jurisprudencialmente conocido.
Ahora bien, como ya lo mencionamos este principio de exacta aplicación de
la ,Ley o Principio de Legalidad, necesariamente se traslada a la Teoría del Delito
para conseguir precisamente su aplicación en los casos concretos del orden
criminal, aunque en este ámbito se le conocerá como el principio de Tipicidad que
no es otra cosa que la adecuación de los hechos de un caso concreto en materia
penal adecuados sin duda en base a una interpretación lógica y coherente con el
sentido que el legislador quiso dar a la norma a aplicar, es decir, debe adecuarse
de manera perfecta a la interpretación teleológica de la norma escrita consignada
en alguno de los dispositivos legales para tal efecto. El principio relevante en la
estructura del Derecho Penal Sustantivo principio que intrínsecamente contiene
carácter constitucional.

Bien, en este orden tenemos que el principio de La Exacta Aplicación de la Ley al


ser interpretado judicialmente de acuerdo a la jurisprudencia la cual en
conformidad con la doctrina moderna nos de que este principio que nos ocupa
ahora se forma por tres elementos sin los cuales sería imposible estructurarlo; al
ser interpretado por los órganos judiciales, así entonces, para poder colmar este
principio en busca de la concreción material de la Ley, deberá contener los
siguientes elementos.

1. Que la Ley a aplicar sea escrita.


2. Que esta sea previa al momento en que se pretenda aplicar.
3. Que este perfectamente regulada, es decir prescrita, descriptiva en todos su
contexto .

Así la norma jurídica en materia penal tendrá dos importantes elementos que nos
señalan la previsión y la amenaza punitiva por parte del Estado para quien
despliegue una conducta que se adecue a la descripción normativa, se conoce
que las normas juridicas penales no se violentan, sino a través de conductas que
constituyen hechos facticos se dará una adecuación, es decir el presupuesto que
no es más que la descripción normativa, nos referimos de manera genérica al
delito o de manera específica al tipo penal y la punibilidad que son los márgenes
de sanción para quien adecue dicha conducta estructural.

Tenemos entonces que para que poder satisfacer y sea posible aplicar el principio
de exacta aplicación de la Ley debemos tener en cuenta la existencia y vigencia
de los elementos que la componen como son que la ley a aplicar para sancionar
un hecho considerado como delito, debe estar escrita en algún dispositivo legal,
ser previa al momento que se pretenda aplicar y absolutamente descriptiva
señalando puntualmente el contenido de la norma juridica y marcado en esta el
límite del ius puniendi que tiene el Estado para sancionar, el tipo penal y su
punibilidad, aunque debemos tener presente que en la actualidad se sostiene que
la punibilidad, que es la consecuencia de la comisión de un delito para alguien a
quien se le logro adecuar su conducta a lo descrito en la norma juridica, no forma
parte de los elementos estructurales de la Teoría del Delito precisamente por ser
la consecuencia de haber sido posible la atribución de un delito adecuando la
conducta al principio de tipicidad y por ende concretar la antijuridicidad en la
prelación que les da la teoría del delito.

Es anteriormente mencionado limite que tiene el Estado precisamente el que


permite que toda persona que ha sido sometida a un proceso penal, sea objeto de
la exacta aplicación de la Ley, pues el Estado antes de sancionar debe velar por
los derechos de toda persona imputada de un hecho que se presume constitutivo
de delito y garantizarle el Debido Proceso durante el tiempo que este sujeto a
este, entonces bajo el Principio de exacta aplicación de la Ley, Principio de
Legalidad en materia Penal, nullum crimen nulla poena sine lege principio
dispositivo o el Principio de Tipicidad se podrá dar una concreción legal justa.

Es está en si la verdadera finalidad, es decir el objetivo estructural del proceso


penal será siempre determinar si el hecho motivo del mismo es constitutivo de
delito o no es constitutivo de delito, trabajo del Ministerio Publico será demostrar
que sí, apegado siempre al Principio de Tipicidad, principio derivado de la
constitución que exige adecuar la conducta desplegada por la persona imputada a
lo descrito en la norma jurídica, la defensa de la persona imputada buscara por el
contrario demostrar de manera fehaciente que la conducta de su representado no
se adecua a lo descrito en la norma juridica que se pretende aplicar al caso en
concreto.

Es aquí donde estriba la importancia de desentrañar la norma jurídica para llegar a


una correcta adecuación del hecho motivo de la litis o a una demostración de no
adecuación de la conducta a dicha norma, en concreto demostrar si existe delito o
no a través del derecho adjetivo, basándose siempre en el derecho sustantivo el
cual será motivo de análisis para llegar a la concreción que se busca; una
resolución justa; condenatoria o absolutoria, que deberán ser dictadas por el
órgano jurisdiccional observando la exacta aplicación de la ley, que no permite
interpretación de la ley en su contexto literal, pero si en su sentido y alcances,
adecuando así los hechos presumiblemente constitutivos de delito al tipo penal
descrito en la norma que se pretende aplicar y será válida únicamente su exacta
aplicación ordenada en el párrafo tercero del artículo 14 de nuestra Ley Suprema
que dice: En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por
simple analogía y aún por mayoría de razón, pena alguna que no esté
decretada por una ley exactamente aplicable al delito que se trata
Si bien entonces vamos a realizar una subsunción debemos comenzar por realizar
un análisis lógico jurídico en la prelación que la misma lógica establece, partiendo
de una premisa mayor que sería la norma que se busca aplicar al caso que se
trate de la que se debe realizar un estudio dogmático, analizar los elementos
normativos, positivos y subjetivos del tipo penal contenido en ella, seguida de una
premisa menor que estaría compuesta por los hechos, el material probatorio, los
elementos del delito, analizar el informe policial homologado, el oficio de puesta a
disposición que son los que contienen los elementos de la imputación, las
periciales en los dos sentidos, de cargo y de descargo, así como también las
testimoniales, todo esto; la valoración probatoria es y será punto toral en el
desarrollo del análisis y del mismo proceso para poder lograr la abstracción y en
consecuencia la concreción que la tipicidad exige para la exacta aplicación de la
Ley, es necesario un exhaustivo análisis de las dos premisas para poder llegar a
una conclusión verdadera y justa sea esta positiva, es decir que la Tipicidad ha
sido colmada con la exacta adecuación de los hechos a la norma escrita, o por el
contrario en sentido negativo, que los hechos motivo del proceso no se adecuan al
tipo penal descrito en la norma.

De darse de manera positiva y poder atribuirle al imputado la responsabilidad


plena de la comisión del hecho que la ley señala como delito, vendrá entonces la
sanción, la pena estipulada en la ley para el caso en específico,

Un principio estructural; el párrafo segundo nos dice: Nadie puede ser privado
entre otros bienes jurídicos de su libertad de sus derechos de sus posesiones si
no es mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos en los
que se sigan las formalidades esenciales del procedimiento y con arreglo a la ley
expedida con anterioridad al hecho. Es este el Principio del Debido Proceso en
materia penal, el proceso penal justo, tenemos entonces un eje estructural, el
Debido Proceso penal tendrá que ir en una estructura tripartita; Exacta
Aplicación de la Ley, Defensa Adecuada y Presunción de Inocencia.

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